Esta historia es la que escribí para colaborar durante la elaboración del más reciente NaruSakuZine uwu al inglés claro está, pero aquí dejo la versión al español. Esta historia lleva juntando polvo en mi pc literal poco más de un año haha y está basada en el cuento de "La sirenita", puesto que la temática de este NaruSakuZine fue "Leyendas y cuentos de hadas", en un inicio pensé en escribir sobre "La bella durmiente", luego me decidí por "La caperucita roja" y finalmente terminé concluyendo usar el cuento que ya mencioné uwu fue todo un jaleo decidirlo.

Oficialmente he finalizado el semestre en la U, por lo que por fin podré ir poniéndome al día con mis otros dos LongFics ;u; ¿Quién fue el que dijo que ir a la universidad era buena idea?, a las últimas semanas siempre se vuelve un pinche infierno.


[ Amor Verdadero ]

Capítulo único
-NaruSakuZine 2020-

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En la cima de una colina ubicada junto al mar yacía sentada una delgada muchacha de cortos y rosados cabellos, viendo desde su sitio zarpar el barco en que pronto se daría inicio a la boda de aquel hombre del que se había enamorado. Al ver cómo la mencionada estructura se hacía cada vez más lejana del puerto con cada segundo que pasaba, inconscientemente, sus ojos se fijaron sobre los reflejos del ahora anaranjado cielo sobre el mar, pronto el sol se ocultaría y el encantamiento que Úrsula, la bruja del mar, había ejercido sobre ella llegaría su fin, aquellos momentos que pasó junto a dicha mujer surgían entre sus memorias sin descanso, podía recordar sus palabras a la perfección.

¿Mi voz?

Precisamente, a cambio te daré una poción que te convertirá en humana por tres días, antes de que se ponga el sol el tercer día tendrás que haber recibido un beso de amor verdadero. Si eres besada antes del fin del atardecer del tercer día podrás seguir viviendo como un ser humano y entonces recuperarás tu voz, o por el contrario, volverás a ser una sirena, y tu vida me pertenecerá, ¿entiendes?

Tener que regresar a las profundidades del océano con tal fracaso entre las manos ya le parecía un hecho lamentable, pero según el acuerdo con la mujer que le dio la oportunidad de pisar aquellas tierras... ahora se vería bajo su merced y tan solo pensar que dentro de unos minutos perdería su libertad hacía que las lágrimas comenzaran a brotar de sus ojos.

La pobre joven no comprendía cómo es que las circunstancias tomaron aquel giro tan drástico, todo parecía marchar perfecto con el príncipe con el pasar de los días, casi como un cuento de hadas, por lo que su confusión no tardó en llegar ante el cambio de opinión de su enamorado en compañía de aquella misteriosa mujer, ambos haciendo planes de matrimonio para esa misma tarde. No tan solo anhelaba poder ganarse el afecto de aquel hombre, desde siempre había sentido interés en el mundo en que él vivía y ambas fueron razones suficientes para poner en juego más que su solo su libertad.

Mientras abrazaba sus rodillas y con tales negativos pensamientos de por medio, la joven de rosado cabello espabiló al oír lo que parecían ser pasos a sus espaldas, girándose instintivamente.

Aproximándose a ella, vislumbró a un muchacho de moderada estatura y dorados cabellos. –¿Qué haces aquí arriba?, no creo que este sea el sitio más adecuado para ver el mar.

Frente a la extrañeza en el rostro de la joven, agregó. –¿Yo?, solo soy un humilde habitante de la ciudad, nada similar al sujeto que está por casarse en ese barco que ves por allá.

Con la repentina aparición de aquel muchacho había olvidado por completo la razón de su angustia y con tales dañinas emociones volviendo a aflorar en su pecho, se giró nuevamente en dirección al mar.

–Tu eres la mujer que estaba acompañando al príncipe el día de ayer, ¿no es cierto? –De pie junto a la chica que yacía en el suelo, se percató de la inquisitiva mirada que ella le dedicó ante su último comentario. –Tengo un puesto en el mercado, así que los vi pasar por ahí un par de veces, muchos los vieron.

El silencio aportado por la chica persistía, sin embargo, no se rindió y continuó dirigiéndole la palabra con despreocupación.

–¿Sabes una cosa?, aquellos que son de la realeza no valen la pena, la mayoría resultan ser unos egocéntricos debido a su posición, al igual que ese sujeto.

De forma inmediata, la antes entristecida muchacha giró su cabeza en su dirección, sin quitarle los ojos de encima a su acompañante mientras arrugaba el entrecejo. Tal reacción por su parte provocó que unas cuantas risas escaparan por la boca del rubio chico.

–Hey, no me mires así, si crees que me equivoco, ¿entonces por qué no eres tú quien está vestida de blanco arriba de ese barco?

Una vez que tales palabras fueron receptadas, la expresión en el rostro de la joven se ablandó, no obstante, no desvió su mirada del chico que la acompañaba.

–Quizás es mejor así, no luces como una mujer que pueda vivir entre la realeza, sino más como alguien libre que quiere ver y conocer el mundo. –Se explicó el joven, quien tras hacer una breve pausa, agregó. –¿Acaso puedes imaginarte a ti misma como alguien de la realeza, saludando y sonriendo todo el tiempo con tal de mantener una imagen perfecta?

Sin duda, el muchacho a su lado había tocado un buen punto que no se detuvo a pensar antes, era cierto que aquellos lugares ajenos a su hogar eran intrigantes para ella, todo lo que ahí veía con sus verdes ojos eran razón de asombro y si se hubiera casado con el hombre que la motivó a cometer tal locura, quien era de una alta posición social... quizás sí era probable que no pudiera hacer mucho de lo que realmente deseaba.

–Venga, levántate de ahí. –Comentó el chico mientras le extendía su mano y aunque lo dudó durante unos pocos segundos, la joven aceptó su gesto.

–Ahora que lo pienso, no me he detenido a presentarme como es debido, me llamo Naruto. –Se presentó, dejando a continuación un corto beso en el dorso de su mano. –¿Es posible que ahora yo pueda conocer el tuyo?

Según el trato que hizo con Úrsula, para tener piernas en lugar de aletas tuvo que entregar su voz a cambio, y en consecuencia de ello, pasó los últimos tres días completamente en silencio y por esa misma razón estuvo incapacitada de poder dar a conocer su nombre. Sin embargo, aún así hizo el esfuerzo de formular alguna frase coherente y tal fue su sorpresa al percatarse de que unos sonidos, casi balbuceos, pudieron oírse a través de su boca, por lo que reuniendo las energías suficientes, dijo.

–Sakura... es Sakura.

Ante su respuesta, Naruto curvó una sonrisa en sus labios. –Ya veo, es un gusto poder conocerte, Sakura.

–Antes... Antes dijiste que quizás era mejor que las cosas siguieran así como están, pero ¿qué se supone que debo hacer?, ahora estoy sola, no me queda nada más por perder.

–Acabas de conocerme, ¿no es eso acaso un buen comienzo? –Su optimismo dejó a Sakura casi perpleja, era como si tuviera una respuesta positiva para todo. –Bajemos de aquí, el sol ya se ha ocultado. Si no tienes donde quedarte, puedo echarte una mano.

Con la mano de Sakura aún en contacto con la suya, Naruto la guió camino abajo por la colina de regreso a la ciudad. Por su parte, Sakura lo siguió en silencio, pensativa ante el simple hecho de que aún estuviera ahí, el sol ya se había ocultado y aún conservaba sus piernas, y no solo eso, también había recuperado su voz y de acuerdo al trato que hizo era necesario que recibiese un beso de amor verdadero para poder quedarse en aquellas tierras, pero luego de meditarlo un poco, el trato nunca dictó que este debiese ser específicamente en los labios... y tampoco se estableció que obligatoriamente debía ser por parte del hombre por el que llegó ahí en primer lugar.