Ante los ojos del destino solo somos suspiros efímeros, nuestra existencia limitada es incomparable ante los millones de años que lo conforman, por lo que nuestra percepción es innecesaria ante la implacabilidad del tiempo.
El mundo giro alrededor del sol con normalidad provocando las estaciones, un ciclo interminable de belleza de la naturaleza bendiciéndonos. Así como las estaciones pasaron pasó el tiempo, tres largos años para los corazones que ansiaban reunirse.
Dos siluetas se acercaban a paso tranquilo a las puertas de Konoha, Izumo y Kotetsu viendo incrédulos pasar a aquel par, sonriendo inconscientemente al reconocer a la figura más alta.
``¡Ella volvió!´´.
Fue el pensamiento colectivo que cruzo por todos los transeúntes que la veían pasar, para luego abrir sus ojos asombrados ante el muchacho que le acompañaba.
``Son hermosos´´.
Las causas del estado sorprendido de los aldeanos eran inconscientes de lo que provocaban, ambos charlando en voz baja y sonriendo ante las personas que se tomaban el tiempo de saludar a la mujer.
-Vaya, realmente es hermoso este lugar, su clima es espectacular al lado de Kumogakure-
-Te dije, aun me sorprende que hayas terminado ahí y no aquí conmigo-
-Ya sabes mi hipótesis, si renacía aquí era muy probable que no hubiera sido capaz de desarrollar al cien por ciento mis habilidades-
-Tienes razón, eso es lo bueno de que te hicieras amigo del Raikage-
-Bueno, tú también te convertiste en amiga del Hokage. Además si fuese por A no me habría dejado ir tan fácilmente si no conocía nuestra historia, encima me dejo desafiliarme sin declararme como un desertor-
-Lo sé, tuvimos suerte, no quisiera adelantar la guerra porque me robe al segundo hermano del Raikage-
-Oh cállate-
Los dos rieron despreocupados, llamando aun más la atención de los lugareños.
A pesar de los años que transcurrieron Chieko no había cambiado mucho como para volverse irreconocible, su larga melena azabache junto a sus ojos dorados son imposibles de olvidar junto a sus inseparables espadas. Aunque todos la reconocen a primera vista también son capaces de reconocer los cambios que le sucedieron, en especial en su vestimenta. Atrás quedaron los top blancos junto a los pantalones negros ajustados, siendo reemplazados por un kimono corto por encima de las rodillas de color lila, con mangas amplias que se mecían junto al movimiento continuo de sus brazos; el haramaki morado que le caracterizaba le serbia de obi además de ser donde descansaban cómodamente sus espadas, sobre el estaba atado en su cintura su banda ninja negra; ya no poseía sandalias ninjas abiertas, ahora botas de tacón hasta la rodilla negras cubrían sus largas piernas dejando atrás las vendas con las que se cubría; sus largos cabellos ahora bailaban libres con la leve brisa, la coleta alta dejando ver en su oído izquierdo tres pendientes dorados en forma de gota balanceándose levemente con su caminar; como de costumbre dejo dos mechones fuera de su peinado actual enmarcando su rostro, llegando hasta su barbilla. Debajo de su kimono llevaba puesto un top de cota de maya que terminaba justo debajo de sus 'imponentes' senos, con un short negro hasta medio muslo haciendo juego.
Su acompañante era un joven muy apuesto, de rubios cabellos cenizos rapados en los costados con una melena ondulada en el medio; de unos potentes ojos verdes parecidos a esmeraldas iluminadas, de cuerpo atlético y de buena estatura, siendo por muy poco más bajito que la mujer. Vestía de forma algo inusual, con un kimono gris claro sin mangas atado descuidadamente con un obi azul oscuro, dejando ver sin penas parte de sus pectorales endurecidos por el arduo entrenamiento junto a sus musculosos brazos; llevaba puesto un pantalón ninja negro común, con sandalias estándar del mismo color con vendas envolviendo sus pantorrillas. Su forma de vestir mas sus sonrisas coquetas ya habían conquistado a más de una, sacándole una sonrisa divertida a su acompañante cada vez que le guiñaba el ojo a una de las señoritas que se detenían a observarlo.
-¿Estás segura de que ya están aquí?-
-Soy un ninja sensor Kenji, al igual que tu y se reconocer el chakra de mi hijo y mi pupilo-
-Está bien, entonces no les hagamos esperar ¿Nos acercas?-
Chieko bufo divertida, tomando la mano de su amigo mientras este le hacía ojitos, no pudiendo soportar más las risas, siendo un eco cuando desaparecieron entre destellos dorados y verdes, apareciendo en menos de un segundo a las afueras de la oficina Hokage.
Tocaron la puerta, esperando pacientes que se les permitiera entrar. Cuando un firme 'Pase' se oyó del otro lado abrieron la puerta y entraron, la mujer encarando primero. Cuando entro un jadeo colectivo de oyó por toda la habitación, provocando que sonriera radiante ante las miradas incrédulas de su familia.
Frente suyo estaban las personas que tanto anhelo ver estos tres años, siendo su motivación para superarse día a día en su arduo entrenamiento. Su mirada dorada recayó sobre sus chicos, dándose el lujo de admirarlos por completo aprovechando su estado semi aturdido.
Su hijo creció como lo recordaba, siendo más alto donde seguramente ya le llegaría hasta los hombros en vez que su vientre o pecho; sus rubios cabellos crecieron un poco, siendo tan salvajes y desordenados como siempre, atrás quedo su ropa azul y naranja, siendo reemplazada por una donde el negro abundaba sin abandonar el característico color cálido; su hitae tae siendo cambiado por uno negro de cintas largas, además de sus facciones maduras, aquella grasa de bebé que poseía la última vez que se vieron despareció por completo en estos tres años.
Su pupilo llevaba puesto una remera con las mangas arremangadas de color gris claro, de cuello alto y con el símbolo de su clan impreso en sus antebrazos, pantalones negros estándar con vendas cubriendo hasta la mitad de sus piernas con los típicos zapatos ninja negros; siendo lo que inflo de orgullo su pecho fue ver el hitae tae bien atado en su frente, la cinta negra mezclándose con los cabellos del mismo tono. Se sintió feliz de ver una cuchilla sostenida por un cinturón morado en las caderas del menor, satisfecha de que haya seguido su consejo.
Antes de que incluso pudiera hablar un cuerpo impacto contra ella, casi perdiendo el equilibrio si no fuera por su amigo que le sostuvo por la espalda. Parpadeo un poco confundida, sus ojos empezando a brillar cuando reconoció aquella cabellera rubia, envolviendo con fuerza a su hijo de la misma manera en que el la sostenía, ambos sintiendo sus corazones latir emocionados, apoyando su rostro en la melena alborotada mientras su niño inundaba sus pulmones con su esencia.
-Estoy en casa Naru-chan-
-Bienvenida Okāchan-
Ninguno tenía intenciones de soltarse, mas la mayor rompió el contacto cuando sintió como su otro muchacho se acercaba. Naruto le sonrió radiante, solo para después mirar de forma extraña al azabache que se puso a su lado.
-Chieko-
-Sasuke-kun-
Se miraron fijamente por unos segundos, el Uchiha ablandando su mirada ante el encuentro de los soles, dejándose hacer cuando fue envuelto en un abrazo, suspirando feliz al estar por fin de vuelta donde pertenece. Inundo sus pulmones con el aroma a fresias y lavanda, sintiendo como todo su cuerpo se relajaba ante el calor que desprendía la mujer, apoyando su mejilla en la curvatura de su cuello, deseando fundirse con ella. Se separo a regañadientes cuando Chieko decidió cortar el contacto, viendo con un resplandor asesino al peliplata que provoco eso.
Kakashi se dio cuenta de su cambio de altura al abrazarla, viendo cómo ambos podían acurrucarse en las curvaturas de sus cuellos. Se sostuvieron por un largo tiempo, solo disfrutando de su presencia, ignorado las miradas suaves de los demás. Se separaron un poco, Chieko tomándose el atrevimiento de acariciar los pómulos afilados, sonriendo radiante cuando sus ojos se encontraron.
Fue una sorpresa que después de distanciarse del enmascarado Sakura haya ido directa a abrazarla, Chieko riendo cuando sintió la fuerza de la muchacha. Le devolvió el abrazo, limpiando suavemente las dos gotas que escaparon de los ojos de jade ante una sonrojada pelirosa.
Ya cuando todos los saludos fueron hechos es que se dieron cuenta de la presencia del muchacho detrás suyo, riendo por dentro al ver cuánto tardaron en reparar en su presencia.
-Hokage-sama, mi presencia aquí indica el final de mi entrenamiento y el inicio de nuevos tiempos, espero que mi presencia sea aun solicitada-
-Basta Chieko, no finjas que no hay nadie quien impresionar-
La sonrisa zorruna que recibió de respuesta provoco un estremecimiento en Sasuke, teniendo que desviar la mirada para evitar sonrojarse; dicha reacción no pasó por alto de la visión aguda del rubio desconocido.
-El hecho que te haya contado sobre él en nuestras cartas no indica que deba dejar la cordialidad de lado Tsunade-
-Okāchan-
-¿Qué pasa mi niño?-
-¿Quién es él?-
El joven se posiciono con tranquilidad al lado de la mujer, sonriendo con picardía ante el tono celoso que utilizo el muchacho. Casi larga una carcajada cuando apoyo su mano de forma casual sobre el hombro de la pelinegra recibiendo de lleno el resplandor Uchiha, siendo que tuvo que controlarse porque desde que se conocen ambos tienen la costumbre de abrazarse por la cintura.
``Oh pequeños engendros, si supieran…´´.
-Me presento, mi nombre es Jo Kenji y soy un muy viejo amigo de Chieko-
Vio como la mayoría captaba su mensaje menos la pelirosa, sonriendo satisfecho al ver que entendieron, sus ojos relucientes cuando se cruzo con otros dorados.
-Se que dentro de unos días partirán a Sunagakure para los exámenes chūnin, me tome la molestia de pasar antes por ahí y hablar con el Kazekage sobre cierta información que obtuve de mis viajes, por lo que sus presencias y demás ya son previstas y esperadas-
-Como siempre un paso adelante-
-No llegue a ser consejera por nada Tsunade-
Ambas sonrieron ante su chiste.
-Iré unos días antes por pedido del Kazekage y como una muestra de buena fe entre las dos naciones- sus muchachos se desinflaron un poco ante la información –Además ustedes dos no pueden presentarse sin un tercer miembro, por lo que aquí tienen al reemplazo temporal de Sakura-chan-
Ahora fue la pelinegra quien poso una de sus manos en los hombros anchos del joven provocando sin querer una sensación acida en los estómagos de sus muchachos.
-Por eso me pedias que lo afiliara a Konoha, muy inteligente de hecho-
Bien termino de decir esa frase tomo un rollo que recién termino de revisar y responder, dándoselo a su discípula en una orden silenciosa. Sakura tomo el rollo, mas sus ojos expresaban sus deseos de quedarse; Chieko no pudo resistir y poso su diestra en la corta cabellera de la chica, dándole palmaditas suaves.
-Si tienes algo de tiempo después podemos ir a tomar algo Sakura-chan ¿Te gustaría?-
La chica asintió enérgica, sus ojos brillando en admiración pura, sonrojándose profundamente cuando se dio cuenta que lo hizo frente a su equipo y su enamorado, saliendo casi corriendo de la habitación para evitar avergonzarse más. No se dio cuenta como las miradas esperaban casi insistentes que cerrara la puerta y sentir sus pasos desaparecer en la distancia.
Cuando no fue capaz de sentir el chakra de la pelirosa velozmente realizo los sellos correspondientes para activar un jutsu de silenciamiento potente, sus ojos dorados encontrándose con los esmeraldas y asintiendo al unisonó.
-Bueno, es hora de hablar enserio-
Todos asintieron ante su afirmación, acomodándose alrededor de la habitación para oír lo que tenían para explicar aquel par de viajeros.
-Como dije antes mi nombre es Jo Kenji, pero hace tiempo era conocido por el nombre de Logan Caden Suarez, segundo al mando del escuadrón Assassin Wolf Squad, mejor amigo y hermano de Samantha Rodríguez, heroína de los Estados Aliados-
El silencio que le siguió a sus palabras fue mortal, cada uno tratando de digerir la información ¿Logan Suarez? ¿EL Logan Suarez? Aquel que fue el pilar inquebrantable en la vida pasada de Chieko, quien considero su hermano del alma, quien le ayudo a salir de él profundo hoyo de depresión en el que se había hundido después de la muerte de alguien importante para ella ¿ERA ÉL?
-¿Por qué te vez más joven que Okāchan? Pareces de nuestra edad y se supone que eres mayor que ella…-
-Fue porque morí siete años después que ella, en búsqueda de cerrar un ciclo inconcluso-
-¿Eh?-
-Murió vengándome, cazo a todos los que estuvieron involucrados en mi muerte, muriendo después de cumplir su cometido al lado de mi 'asesino' si lo queremos ver de esa forma-
Todos se quedaron callados ante la explicación de la pelinegra, siendo sabios al callarse al oír algo de ira en el tono de voz de la mayor.
-Sabes que no importa cuánto te enojes Sam, yo decidí ese camino y lo hecho, hecho esta-
-Logan, yo decidí sacrificarme, los planos del edificio fueron manipulados y la bomba fue adulterada, no había forma que la misión fuera un éxito si alguien no se quedaba atrás a instalarla manualmente y yo tome la decisión de ser la que se quede, mis expectativas de supervivencia eran menos del 5% y no iba a dejar que ninguno de ustedes lo hiciera sabiendo que tenían futuros brillantes por delante mientras que a mí con suerte me quedaban meses de vida-
-Y hubiéramos estado juntos esos meses que te restaban si no fuese por culpa de esa maldita rata traidora que te hirió de muerte. También fue mi elección cazarlos uno por uno, dejando para el último a ese bastardo para que sintiera solo un poco el miedo que sentí cuando me tiraste dentro del avión haciendo que despegara y te dejáramos atrás-
-Logan…-
-Morí sin culpas Sam, vengue no solo a nuestros padres, vengue a Dean, te vengue a ti; ya no tenía más propósito de seguir viviendo una vida en la que toda mi familia estaba muerta, donde cada año se festejaba el aniversario de tu muerte a nivel nacional recordándome que no fui suficiente para protegerte-
Chieko tomo las manos de Kenji, entrelazando sus dedos en un firme agarre. Se miraron a los ojos fijamente, el rubio ceniza cediendo al soltar un suspiro mientras se apoyaba sin fuerzas en el hombro de la pelinegra mientras era abrazado en la cintura por ella, dando por terminada la discusión.
Los demás veían incómodos el intercambio verbal, ya de por si era muy incómoda hablar de la primera muerte de la mujer solo para empezar a hablar de lo que paso después. Además era un poco extraño el que se llamaran por sus otros nombres; viendo como poco a poco la llama de la ira que los envolvía se apagaba formando un humo de melancolía y nostalgia rodeándolos; erizándose como un gato cuando vieron como se abrazaban, parecía muy…íntimos para su gusto. Por suerte la medico ninja se dio cuenta del peligro que suponía que los ex soldados siguieran sosteniéndose de esa forma por lo que decidió interrumpir.
-¿Dónde renaciste Jo-san?-
Ante la interrupción de la Godaime los dos viejos amigos se separaron, volviendo a sus posiciones anteriores mientras en un movimiento inconsciente de parte de ambos imitaban las posiciones de firmes cuando estaban en el ejército. Con los talones alineados y juntos, la punta de los pies vueltas hacia fuera formando un ángulo perfecto de cuarenta y cinco grados, las piernas tensas; sus cuerpos erguidos y ligeramente inclinados hacia adelante con el peso distribuido en ambos pies; sus pecho hacia fuera con naturalidad con los abdomen recogido; los hombros a la misma altura y hacia atrás; la cabeza levantada y la barbilla recogida con la mirada fija al frente; con sus brazos firmes mientras sus manos las sostenían por la espalda con los puños cerrados hacia afuera. Tsunade no dijo nada, no era la primera vez que veía a Chieko hacer la misma posición, sabía que hay costumbres y gestos que son difíciles de perder y olvidar; y en este caso solo le sirvió para corroborar sus sospechas que esta posición de atención y firmeza máxima era algo que aprendían en lo que denominaban sus unidades de defensa militar.
Los demás vieron confundidos la sincronización casi perfecta que tuvieron ambos, cuadrándose sin pensarlo, lo que podían deducir es que era uno de los miles movimientos y gestos que traía Chieko de su vieja vida.
-En Kumogakure Tsunade-sama-
-¿La situación fue diferente a la que ocurrió aquí?-
-No Tsunade-sama, el Raikage A sabe sobre mi origen y me dejo vivir en la aldea, además de ayudarme para seguir el camino Shinobi y a poder perfeccionar mi kekkei genkai-
Ahora atrapo la curiosidad de todos, menos de la mujer a su lado, cuando menciono este detalle.
-¿Kekkei genkai? ¿Cuál?-
-Soy usuario del Ranton (Elemento Tormenta) Tsunade-sama-
La mujer rubia asintió, conocía de aquel elemento, es altamente ofensivo y muy poderoso. Sus orbes castaños fueron a parar en su consejera, recibiendo una ceja arqueada como señal de pregunta.
-¿Crees que esto no aumentara los rumores de que estas construyendo tu propio clan?-
Chieko bufo irritada, provocándole risitas al par de rubios en la habitación.
-Siendo sincera prefiero mil veces que piensen eso antes de lo nuevo que me entere mientras viajaba-
-Así que ya te enteraste de tu supuesta boda secreta con el heredero Uchiha, además de que supuestamente te fuiste de la aldea porque tu esposo se entero que estabas embarazada y decidió mandarte lejos para evitar que le hicieran algo a su heredero y mujer-
La expresión combinada de asco e ira que hizo la pelinegra fue suficiente para provocar las carcajadas de su amigo, este mismo tratando de ahogar sus estruendosas risas en su mano. La espadachín sintió como un escalofrió de profundo desagrado le recorrió de pies a cabeza, chasqueando su lengua en un intento de disipar la horripilante sensación de tan solo imaginar besar a Itachi. No le malentiendan, su hermano es hermoso pero es eso : su hermano, el simple pensamiento de hacer ciertas cosas con él le provocaban nauseas.
-Esperen ¿Acaso me veía gorda cuando me fui?-
Ahora si todos no pudieron aguantar las risas, la joven mujer enfurruñándose en su lugar cruzada de brazos ante la diversión de su gente a costa de sus desgracias. Malditos.
El encuentro de los hermanos fue lleno de sentimentalismo, aquellos adolescentes crecieron para empezar sus caminos como hombres mientras que los mayores apenas y cambiaron algo de sí.
Itachi no había cambiado en nada, sus vestimentas seguían siendo la típica combinación de una camisa y pantalón azul con una malla bajo la camiseta, y una banda blanca alrededor de la cintura simulando un obi o cinturón; Zabuza no cambio mucho, solo dejo atrás aquellos pantalones holgados por unos negros estilo militar, todavía siendo un exhibicionista de primera al dejar su torso totalmente descubierto hasta la cintura, cubriendo el resto con una faja azul; sin embargo Haku cambio los kimonos por el uniforme estándar de los shinobis de Konoha, dejando crecer sus oscuros cabellos hasta la cintura recogiéndolos en una coleta baja mientras sus facciones andróginas desaparecieron un poco, mostrando a un jovencito muy atractivo para la población femenina; Kimimaro también decidió dejar atrás sus ropajes claros para reemplazarlos con el uniforme estándar, sus cabellos igual de cortos mas los adornos que usaba en los dos mechones que enmarcaban su rostro desaparecieron, dejando sus blancos cabellos en total libertad.
Cuando volvió a su casa Haku fue el primero en darse cuenta de su llegada, sonriendo radiante cuando la vio entrar, yendo directo a abrazarla. Ambos rieron con fuerza, Chieko admirando el rostro casi adulto de su hermano pequeño, tomando en cuenta la diferencia de altura de la última vez que estuvieron abrazados, el pelinegro faltándole pocos centímetros para alcanzarla. Kimimaro fue el segundo en recibirla, sorprendiendo un poco a la espadachín cuando inicio el contacto de forma voluntaria, haciéndola reír complacida, dándose cuenta que el albino poseía la misma altura que poseía ella cuando se fue. Les beso a ambos en la frente, uniéndolas seguidamente. Cuando los dejo libres un espadachín gruñón llego hasta ella, posando su mano pesada y grande en la melena recogida de la mujer, despeinando a propósito para su diversión. Chieko alejo el apéndice agresor con un manotazo, riendo entre dientes ante el gruñido molesto del mayor al ser abrazado. Correspondió al pasar de los segundos, dejando que ella sintiera los latidos errantes de su corazón, demostrando así su alegría ante su regreso.
-Bienvenida Chieko-
-Estoy en casa, Zabuza-
El último en presentarse en el lugar fue el cuervo, los dos azabaches sonriendo suaves mientras se fundían en un abrazo, felices de estar juntos de nuevo. Itachi detallo con precisión los cambios en su hermana, arqueando una ceja al notar el trió de aretes. Chieko rio suavemente ante la curiosidad del Uchiha, siendo el único que se dio cuenta del particular detalle.
-Atsushi-sensei me los dio al reconocerme como su sucesora, según la cantidad de aretes y su color de material indican tu nivel y estatus-
-Te quedan bien Onēchan-
-Arigatō Otōto-
La mujer con delicadeza corrió algunos mechones rebeldes de la cabellera de su hermano, acunando su rostro con cariño mientras unían sus frentes. Suspiraron contentos, dejándose llevar por el calor del otro.
Una vez todos le dieron la bienvenida presento al fin a Kenji alias Logan a toda su familia, algunos sorprendiéndose al tener enfrente al hombre que fue un pilar inquebrantable en la vida pasada de su chica, la mayoría sintiendo la admiración que sentían por el hombre crecer al enterarse porque murió.
Ahora toda la familia se encontraba reunida en la sala, algunos eligiendo sentarse en los brazos de los sillones -como Kimimaro y Sasuke-, y otros directamente en el suelo junto a la pelinegra –como Naruto y Kenji-.
-¿Qué es lo que sigue ahora Onēsan?-
-En la línea de tiempo original Naru-chan junto a Jiraiya-san llegan a Konoha en medio de los exámenes Chūnin, por eso pedí específicamente que todos estuviéramos preparados antes de este evento, porque es ahí donde se desencadena todo-
-¿Qué ocurría?-
-Akatsuki hacia su primer movimiento, tomando al Kazekage para robarle a la bestia dentro de él, iniciando así la cacería contra los Jinchūriki y el terror en los países-
-¿Qué pasa si consiguen quitar al Kyūbi de mi cuerpo Okāchan?-
Todos vieron como los ojos dorados se ensombrecían, la mujer tomando con dulzura el rostro de su hijo para dejarlo descansar en su regazo mientras sus dedos peinaban suavemente las hebras rubias.
-Morirás mi niño, es algo que jamás permitiré-
El silencio fue mortal, entendiendo la seriedad de esto.
-¿Qué haremos?-
Kakashi fue el que decidió romper con el silencio, siendo más que consiente de cómo la pelinegra busco la mano del rubio renacido inconscientemente, este mismo entrelazando sus dedos para darle firmeza y estabilidad.
-Antes de llegar aquí decidimos hacer una parada en Sunagakure, además de mandar a las demás naciones ninjas cartas con información sobre los movimientos de Akatsuki advirtiendo sobre lo que vendrá, usando mi puesto como consejera oficial de Konoha las naciones tomaron esto como un acto de buena fe de nuestra aldea con las demás, por lo que la presencia de mas guardias y ninjas de elite de Konoha en los próximos exámenes no será sospechoso ya que solo estamos siendo precavidos ante la información que ya es de público conocimiento para los altos mandos-
-Literalmente realizaste un movimiento político para evitar ser cuestionada-
-Resumiéndolo, si. Dentro de unas dos semanas partirán a Suna para participar de los exámenes, mientras tanto Itachi, Zabuza, Kimimaro y Haku irán como escoltas adicionales de la Godaime en días previos a la tercera ronda; por pedido del Kazekage viajare unos días antes que ustedes, se me solicito ser parte de la comisión de seguridad del evento además de preparar a los shinobis para el posible ataque, tuve la mala suerte de encontrarme con Deidara en unos de mis viajes y conozco un poco su forma de pelear-
Los presentes asintieron de acuerdo con el plan, decididos que hoy celebraran la vuelta de los miembros restantes de su familia (mas el nuevo inquilino).
Comieron y bebieron entre risas, la mesa otra vez completa.
Están juntos de nuevo, son felices.
El amanecer estaba a punto de ocurrir, y cierto grupo de personas se encontraban hablando tranquilos mientras esperaban que los menores terminaran su prueba.
Chieko bostezo de manera delicada, ganándose una palmadita de parte del sannin albino. Ambos sonrieron, sus ojos admirando el horizonte tiñéndose de tonos naranjas ante la presencia del astro rey. Jiraiya le pasó una manzana, agradeciendo con una sonrisa el gesto mientras procedía a alimentarse, calculando mentalmente las horas que le quedaban hasta que sea su turno de probarse.
Fue alrededor de la mañana que el trió de jóvenes muchachos logro su cometido, vencer al ninja que copia usando el trabajo en equipo. Para su satisfacción su hijo junto a su pupilo se llevaron de maravilla con Kenji, logrando sincronizarse a la hora de atacar de forma natural, ya que para los jóvenes fue como si lucharan junto a Chieko, el rubio mayor teniendo casi los mismos tipos de reacción y pensamiento rápido de la pelinegra.
Fue al mediodía cuando llego su turno de probarse.
Llego al campo de entrenamiento más alejado de la aldea, siendo acompañada por toda su familia junto a los sannin y Sakura, quien fue invitada por la pelinegra.
Lo primero que hizo al llegar fue saludar efusivamente a sus compañeros, Hideo y Daiki, quienes eufóricos le abrazaron, la poca diferencia de altura entre ellos siendo envidiable. Daiki era el más alto de los tres, midiendo igual que su sensei (1,85 m); Hideo le seguía de cerca (1,80 m); siendo ultima Chieko (1,78 m).
Conversaron por un rato, esperando que hiciera aparición su maestro mientras aprovechaban para ponerse al día. Fue con ellos con quien más cartas compartió a lo largo de los años, por lo que todo su equipo estaba enterado de su encuentro con su hermano de la otra vida y como terminaron viajando juntos, por lo que muchas explicaciones no se dieron entre si. Fueron en cuestión de minutos que el rubio mayor apareció por el lugar, abrazando fuertemente a la pequeña de su equipo mientras reían juntos.
Una vez pasado el reencuentro el Equipo Kenshin esperaba las instrucciones de su líder, tenían conocimientos sobre que trataba esta reunión pero no tenían idea que harían a continuación.
-Ya que todos estamos aquí iremos al grano, quiero probar tus nuevas habilidades Chieko, tu maestro me dio grandes expectativas en sus cartas-
La pelinegra se sonrojo un poco, al estar tres años con un hombre que era demasiado mujeriego y desvergonzado le sirvieron lo suficiente para ya no sonrojarse como si sus mejillas ardieran por dentro, mas no le hizo inmune a la vergüenza inicial de ser halagada.
-¿Entonces qué haremos con todos nosotros aquí reunidos?-
-Fácil, pelearas contra todos ellos-
-¿¡EH!?-
La mayoría de los presentes no podía creer lo que oían ¿Ella sola contra los tres? ¡¿Está loca?! ¡Es injusto! Por algo eran conocidos como el Equipo Genio de Konoha, los cuatro entraban en la categoría de prodigios por lo que solos era una amenaza fuerte pero juntos eran un peligro inminente. Cuando iban a protestar en nombre de la pelinegra Kenji los detuvo, señalándole con la mirada que vieran al equipo.
Los cuatro tenían enormes sonrisas lobunas dibujadas en sus rostros, parecían que habían ganado la lotería ante la euforia que despedían, sus ojos brillando con un sentimiento difícil de reconocer mientras sus posturas indicaban que estaban más que listos para empezar.
-Me gusta, hace tiempo que no entrenábamos así ¿O no Chi-chan?-
-Tienes razón Dai-kun, no saben cuánto deseo patearles el trasero-
-Vaya, parece que volviste un poquito arrogante Chi-chan-
-Tal vez Hi-kun, aunque un pajarito me conto que ustedes también se volvieron muy fuertes-
Los tres sonrieron salvajemente, un aura de fuego rodeándolos ante su competitividad erizando los vellos de los demás. Kenshin solo se carcajeo, había extrañado a su equipo unido y completo, un aura igual que la de sus alumnos rodeándolo al instante mientras su sonrisa crecía pareciendo un depredador.
-No se olviden de mi mocosos ingratos, la ultima vez apenas y pudieron conmigo-
Las auras aumentaron, sus ojos brillando ante la expectativa del nivel de poder de sus pares mientras la adrenalina corría por sus venas como lava ardiente, los demás sudando ante lo espeluznante que llegaban a ser cuando se les ponía un reto enfrente.
Nadie estaba preparado para los próximos resultados.
Cuando eligieron el campo de entrenamiento más alejado de la civilización fue por algo, siendo recomendación del mismo Kenshin argumentando que ni él ni ninguno de sus alumnos quería pagar las consecuencias que habría si entrenaban cerca de los civiles y ninjas que eran demasiado tontos como para acercarse. Algunos pensaron que era pura exageración, más los que recordaban vívidamente la batalla del Valle sin Fin sabían del potencial destructivo de las técnicas de la pelinegra, mas eso no los había preparado para lo que presenciaron el día de hoy.
Los más jóvenes estaban boquiabiertos de la impresión, mientras que los adultos miraban incrédulos el desolado campo que alguna vez fue una pista de entrenamiento, la destrucción que recibió el lugar provocándoles escalofríos en su ser.
Chieko ya iba por la decima técnica de Santōryū realizada y seguía en pie sin una pizca de cansancio en su ser, intercalando las técnicas de espadas con su kekkei genkai, esquivando a duras penas los ataques de sus compañeros, siendo Daiki el más difícil al no poder evadirlo con el Hiraishin, el moreno siento tan rápido en localizarla e ir a enfrentarla. Hideo fue otro dolor de cabeza, literalmente, logrando incluso mantenerla un minuto atrapada en un genjutsu, tiempo suficiente para recibir de lleno los ataques combinados de los tres. Antes de que se dieran cuenta en medio del humo y los escombros de donde aterrizo Chieko logro escabullirse detrás de ellos y agitar sus espadas con fuerza, los hombres apenas esquivando con algunos cortes en las partes descubiertas de su piel mientras el suelo donde antes estuvieron se quebraba en mil pedazos formando un cráter que fácilmente podría pasar como una laguna seca.
Kenshin no perdió tiempo, realizando sellos a alta velocidad para luego escupir poderosas bolas de lava hirviendo sobre ella, su alumna rápidamente creando un escudo de agua mientras creaba un dragón de cristal para perseguirlo y entretenerlo el tiempo suficiente; esquivando por poco la patada que iba directo a su vientre de parte del moreno que le sonreía complacido, respondiendo con una igual mientras su puño se conectaba en su mejilla solo para desaparecer en una nube de humo mientras su puño daba directo a un árbol de ahí, quebrando en miles de astillas el grueso tronco, derrumbándolo.
Tsunade y Sakura miraban boquiabierta la fuerza monstruosa de la mujer, dándose cuenta que era pura fuerza bruta lo que causaba tal daño y destrucción, a diferencia de ellas que impregnaban sus puños de chakra para aumentar su fuerza.
``¿A qué clase de entrenamiento se sometió Chieko?´´.
Ya cuando casi no quedaba nada para seguir arrasando en el campo es que detuvieron la pelea, asombrados al verlos todos de pie con la respiración agitada pero con sonrisas complacidas en sus rostros y unas pocas heridas y daños en la ropa.
Sin decir nada Chieko envaino sus espadas y fue directo a curar a sus compañeros, sus propias heridas sanándose a velocidad inhumana ante la vista de todos. Los hombres se dejaron hacer, sin borrar las sonrisas de sus rostros, los cuatro poseyendo un brillo feroz, casi animal en sus ojos, más que satisfechos con los resultados obtenidos en la batalla.
-Son unos malditos brutos, mi kimono está totalmente quemado- manifestó Chieko al terminar de sanarlos, su kimono estaba tan arruinado que todos podían ver la ropa debajo de este, por lo que decidió desecharlo quedándose en sus ropas interiores, el haramaki cumpliendo una excelente función en cubrir sus extensiones de piel tersa y firme ya que su top de cota de maya solo le cubría los senos dejando su lizo vientre a la luz del sol; Sasuke tuvo que llevar una mano a su nariz para evitar el sangrado que le delataría al ser testigo de la belleza natural y salvaje de su tutora.
-No tienes derecho a regañarnos Chi-chan, apenas mis pantalones se salvaron- comento Daiki dejando a la vista su trabajado cuerpo bronceado, Sakura teniendo que desviar la mirada ante tan tentadora vista.
-Tiene razón, tendré que ir haciendo topless por toda la aldea hasta llegar al complejo de mi familia- añadió Hideo mientras se retiraba los restos inservibles de lo que alguna vez fue una camisa, dejando a la vista su esbelto figura con su abdomen trabajado, el par de ninjas serian la envidia de todos los hombres.
-Por lo menos tuvieron suerte chicos, a mi no me perdono nada- Kenshin expreso con una voz burlista, su uniforme estándar de jōnin estaba dañado al punto de lo irreparable, apenas el pantalón rasgado sirviendo para cubrir sus partes nobles.
Sus alumnos le silbaron en burlas, la pelinegra fingiendo sonrojarse como una joven doncella mientras cubría sus ojos avergonzada de ser testigo de tan pecaminosa imagen, el de ojos grises junto al heterocromático lanzándoles piropos que competían en cual era el peor, haciendo carcajear al rubio de pelo largo ante las idioteces de sus alumnos, sabiendo que era totalmente su culpa el haberlos influenciado de esa manera.
Tsunade los despacho a todos excusándose diciendo que mejor se pusiera presentables de vuelta antes de seguir hablando seriamente; el viejo equipo quedando en juntarse a almorzar después de asearse y vestirse de forma decente, Chieko teletransportándolos a todos a sus hogares para evitar que la horda de fan los persigan por horas (eso era un recuerdo que todos preferían olvidar en el fondo de sus mentes).
Las pruebas era obvias, el poder que llevaba encima la mujer supero con creces a su anterior nivel, su habilidad para manipular la energía natural estando a otro nivel.
En estos tres años Atsushi se dedico exclusivamente a enseñarle la manipulación de la energía natural, mostrándole otra rama del senjutsu donde el usuario aprende a absorber la energía natural del medio constantemente a la vez que lo combinan exitosamente con su propio chakra, provocando que el usuario sea capaz de crear y poseer chakra senjutsu, es posible decir que los usuarios de Santōryū lograban tal equilibrio que directamente producían chakra senjutsu en vez de el chakra normal.
Cuando fue capaz de dominarlo se dio cuenta que todo el esfuerzo y sufrimiento que paso valió la pena, sus habilidades mejorando drásticamente. Su maestro fue claro y directo desde el principio, sentiría que moriría con cada entrenamiento pero una vez fuera capaz de dominarlo los beneficios eran incalculables. La fuerza física, la velocidad, chakra y resistencia del usuario aumentan drásticamente; los Ninjutsu, Genjutsu y Taijutsu del usuario se vuelven mucho más poderoso; además de que puede aprovechar la energía natural que la rodea, convirtiéndolo en una extensión de su cuerpo, y aumentar el alcance de sus ataques; su habilidad de sentir el peligro y sus reflejos aumentan exponencialmente, como así también el usuario no siente tanto dolor, y se recupera mucho más rápido de daños físicos.
Esto le beneficio mucho a su kekkei genkai, fortaleciendo sus cristales al punto de que era difícil romperlos aun con técnicas de rayo o fuego, además que podía cubrir extensos terreno con el Hiraishin sin agotarse, acotando los días de viaje a solo horas dependiendo de su posición actual.
Le debía mucho a Atsushi, sin su guía hubiera sido imposible llegar al nivel en el que está actualmente, pudiendo costarle muy caro el haberse quedado en la mediocridad. Sonrió al recordar a su desvergonzado maestro, peinando sus largas hebras oscuras en el típico peinado de su sensei, acomodando una última vez el kimono que llevaba puesto, el anterior completamente desechado en una esquina de la habitación.
Se despidió de sus muchachos, yéndose con una sonrisa pequeña plasmada en su rostro manchado de pecas casi invisibles a estas alturas por las arduas horas que paso bajo el abrasador sol entrenando o simplemente meditando, sus ojos dorados suaves observando con cariño y nostalgia su hogar, riendo alegremente cuando sus compañeros le abrazaron con cariño mientras avanzaban juntos a su mesa; el brazo de Daiki en sus hombros y el brazo de Hideo abrazando su cintura junto a la cálida sonrisa que les dio Kenshin al verlos llegar fue suficiente para llenar su corazón.
``Estoy en casa´´.
Notas:
Bueno, primer capítulo de la segunda temporada y como para no perder la costumbre casi estrello la computadora contra la pared al escribir cuatro borradores distintos. Si, cuatro, porque en el primer intento quise narrar todo como es el capitulo original, narrando como llega Naruto y Sasuke a la aldea además de todos los diálogos por lo menos importantes. Bueno, no me gusto que estaba haciendo así que empecé otro tratando de ir mas por los puntos de vista de cada uno de los personajes; tampoco me gusto. El tercero no llegue a las tres hojas y ya lo descarte; solo el cuarto (este) me convenció como para terminar de escribirlo, en donde literalmente narro todo como lo vengo haciendo, desde la perspectiva de Chieko agregando de vez en cuando otra perspectiva pero que siempre gire en torno a ella. Ahh, es horrible ser yo.
Ok, se agrega un nuevo personaje que ya venía siendo nombrado con notabilidad en la parte uno, en esta temporada me centrare en profundizar un poco más en el pasado de estos dos, en especial su tiempo en la milicia como también su hermandad. Quién sabe, tal vez el amor llegue para nuestros oc`s~.
Datos curiosos:
-Chieko es una de las mujeres más altas, por no decir la más alta.
-Según Jiraiya su medida de pecho es de 102.
-Naruto casi lo mata cuando le dio esta información de su madre.
-Atsushi, Leiko y Chieko pasaron los tres años viajando por todo el mundo ninja, siendo que antes de que se incorporara la pelinegra ya eran nómadas.
-Lograron reconocerse con Kenji gracias a una canción, específicamente Dream de Imagine Dragons.
-Habían parado en Kumogakure, Chieko estaba sola en el mercado tarareando la canción cuando una voz detrás le siguió con la letra, así se reconocieron.
-Kenji aka Logan mide 1,70 m, más alto que todos los de su generación.
