M I S S I N G
Autora: Liandana
Tipo: Serie Corta
Disclaimer: lo de siempre. Rowling y compañía, blablabla, y todas la demás series que se mencionen o intervengan, sus personajes pertenecen a sus respectivos autores, no fines de lucro.
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--Missing--
Cometieron errores; James la trato como una cualquiera, Lily se enamoro del chico que detestaba, Sirius apostó su corazón, Fox acepto un juego peligroso, Remus ignoro las advertencias y Katrhyn acepto la aventura. Si hubieran tomado decisiones diferentes ninguno estaría perdido...
Capítulo IICaparazón de sentimientos.
La Sala Común estaba semi-iluminada por lámparas verdes de curiosa forma triangular y mango plateado depositadas en taburetes y mesas, estudiantes de diversos años se encontraban esparcidos desde la chimenea hasta el hueco por donde salían de su Sala Común, Nathan Blaise y Charm Davie; prefectos de la casa de la serpiente emitieron una orden y después de un par de minutos la sala se encontraba vacía a excepción de un corillo de gente que se situaba en los mullidos sillones de cuero negro cerca de la chimenea.
Una joven de cabellera negra salió disparada para las habitaciones de las chicas y al regresar, traía con ella un singular objeto, con una sonrisa maliciosa lo depósito encima de una mesa para que todos los presentes pudieran verlo.
Juguemos… verdad o castigo- se escucharon algunos grititos de alegría soltados por chicas y uno que otro suspiro de parte de los chicos.
Bellatrix, ¿no crees que es un juego estúpido?- soltó una voz cansina desde un rincón de un sillón negro.
Lo es- contestó la chica del objeto- pero será divertido, a menos que tengas miedo de las posibles preguntas… Fox.
Me da igual- contestó la joven sosteniendo la mirada negra.
Se había hecho una costumbre desde quinto año para los slytherins, reunirse una vez al mes los fines de semana por la noche para cotillear y de cierta forma reafirmar los lazos que unían a las serpientes, las reuniones normalmente terminaban entrada la madrugada convertidas en fiestas llenas de risas y suspendidas por el jefe de la casa. De pronto, en la mesilla no sólo se encontraba el objeto de Bellatrix sino también una dotación de cervezas de mantequilla, ranas de chocolate, calderos rellenos de whisky y otras apetecibles golosinas, si bien las fiestas de slytherin eran más sencillas que las de gryffindor en cuestión de cantidad, cualquiera hubiera matado por ver a los slytherins actuar de esa forma, después de todo seguían siendo humanos de 17 años.
¡Empecemos!- dijo alegremente Bellatrix Black.
La joven hizo girar el objeto, que era una especie de reloj de arena, se detuvo en medio de la mesilla; un fino rayo dorado apuntó a Benoitte y del otro extremo del reloj un rayo azul apuntaba a Lucius Malfoy. La joven de larga cabellera negra observo al muchacho frente a ella, con una floritura de la mano y un movimiento de cabeza se dirigió a una joven de cabellos rubios.
No hay nada que me interese saber de Lucius… puedes preguntar por mí, Narcisa- de nuevo se escucharon grititos emocionados provenientes de algunas slytherins
Pasaron algunas horas y el ambiente estaba relajado y festivo. Se escuchaban platicas alegres y aún seguían jugando con aquel reloj, hasta el momento se había completado ronda y media de preguntas y varios estaban interesados aún en seguir jugando, la dotación de cervezas de mantequilla se había acabado ya hacia algún tiempo y en su lugar aparecieron botellas de whisky de fuego. En un sillón de sólo una plaza una persona observaba todo con semblante tranquilo e indiferente, aprovecho el barullo que se había armado con sólo el puñado de séptimo, se levantó del cómodo sillón y caminó despacio hacia el dormitorio de hombres, siendo observado por unas amatistas.
¿Por qué traicionas a la sangre?- dijo Nathan Blaise con voz maliciosa- mira que juntarte con una mudblood.
Que yo sepa jamás te he traicionado a ti, Nath- contestó Fox Benoitte- y ha quien yo le hable es mi problema.
Bellatrix Black suspiro profundamente, bien podían empezar una disertación acerca del por qué Fox Benoitte le hablaba a Lily Evans y jamás terminarían de discutir, así que prefirió seguir el juego y llamar la atención del prefecto.
En la cama adoselada rodeada de cortinas plateadas, se encontraba un joven recostado con los ojos cerrados. Kamus Saint Claire era un joven de 17 años, con una impresionante cabellera de fuego y piel de porcelana, de finas facciones y gestos elegantes y soberbios, silencioso y peligroso podía ser su mejor descripción, poseedor de unos zafiros capaz de congelarte el alma, nadie podía negar que el joven Saint Claire era uno de los mejores partidos de todo Hogwarts.
El joven seguía escuchando el silencio de la habitación con habitual indiferencia, se escuchó un ligero cambio en el silencio y suaves pasos deslizándose hasta la cama en la que él se encontraba. Unos delicados brazos se posaron en su pecho seguido de un ligero peso, Kamus correspondió el gesto abrazando a la persona, sin abrir los ojos inhalo la fragancia de vainilla y acarició con gesto vago el cabello azabache
La muchacha se quedo dormida después de unos minutos en la agradable compañía del calor que desprendía aquel cuerpo, sus brazos se aferraron un poco más al talle masculino. Kamus abrió lentamente los ojos, suspiró profundamente y volvió a cerrarlos.
No te separes nunca… Fox.
Aún se escuchaban las risas y pláticas estridentes provenientes de la Sala Común, arrastraba los pies más por necesidad que por querer hacerlo, cerró suavemente la puerta aislando la habitación del ruido y de paso evitando despertar a su compañero. Caminó despacio hasta su cama y se sentó en ella con desgana, mirando con singular atención el cuadro que se le presentaba en la cama frente a la suya.
Esbozó una ligera sonrisa y después suspiro en derrota. Metió la mano izquierda en las vaqueros y saco la varita apuntando con ella a la cama que acogía a los amantes. Los miró durante unos segundos y sacudió la cabeza para después hacer una floritura y que las cortinas plateadas se cerraran entorno a la cama.
Tomaría nota de esto y mañana le comentaría a su amigo los pequeños detalles que pasaba por alto, obligándolo a corregirlos para que nadie se enterará del pequeño secreto. Se tendría que enfrentar al semblante frío y sarcástico pero eso sólo le causaba gracia, desde hacia 7 años conocía a Kamus Saint Claire y si en Gryffindor James Potter y Sirius Black se jactaban de una fuerte amistad, en Slytherin no tenían nada que envidiarles, por lo menos ellos dos, ya que ambos sabían que podían contar el uno con el otro para lograr sus ambiciones, sin importar cuales fueran.
Milo Andreu se levantó de la cama dirigiéndose al baúl que estaba a los pies de la misma. El slytherin era atractivo y encantador, el cabello de un singular tono azul oscuro le caía desordenadamente por la carita de facciones finas y agraciadas, ojos parecidos a dos piedras preciosas como la turquesa, de porte gallardo y cuerpo atlético. Mañana sería un día largo, especialmente porque tendría que averiguar si eran ciertos los rumores que corrían por el castillo: los cuales incluían a cierta slytherin que estaba en los brazos de su mejor amigo y a un merodeador.
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La Sala Común aún se encontraba atestada de gente, en un rincón de la misma se encontraban dos chicos jugando ajedrez mágico siendo observados por otros dos. En la esquina contraria detrás de una mesa con cúmulos de libros se encontraba una pelirroja intentando por todos los medios concentrarse en su redacción de Herbología de dos pergaminos y medio que tendría que entregarse dentro de una semana, pero sus esmeraldas se negaban a quedarse en los límites del pergamino y buscaban por las rendijas que dejaban los libros a aquellos cabellos indomables y al rostro que en más de una ocasión la dejaron sin aliento.
Se reprendió mentalmente por su actitud de colegiala, y con semblante decidido empezó a escribir frenéticamente sobre el pergamino, tres minutos después sintió como los vellos de la nuca se le erizaron al sentir un aliento cálido.
"La orquídea venenosa de color café se considera una especie especialmente peligrosa igual que James Potter capaz de hacer que me sienta confusa…"- escuchó leer a la persona, sus esmeraldas se abrieron de par en par, ¿qué rayos decía, leyó lo escrito en el pergamino, ¿en qué momento se habían revelado sus neuronas y ella no se dio cuenta?- Mmmmh, ¿quieres que te preste la redacción de Remus?. No creo que James se encuentre en la taxología de orquídeas venenosas- el joven sonrió- ¿Puedo?
Al instante de decir eso, se lamentó al ver como la pelirroja apretaba fuertemente los puños, recorrió rápidamente la mesa con la vista y suspiro con alivio al comprobar que la varita quedaba mucho más cerca de él que de ella.
Adelante- Lily se aparto dejando lugar para que el chico se sentará.
Oye, ¿Puedo preguntar algo?- Lily observó detenidamente el rostro del moreno, tratando de encontrar algo que le indicará que estaba a punto de gastarle una broma, asintió despacio- ¿Por qué si ambos están locos el uno por el otro, no se dejan de estupideces?
El único estúpido aquí, fue tu amigo- contestó Lily testarudamente.
Sirius frunció el entrecejo, meditando por algunos segundos una respuesta. Black lucía como siempre desenfadado con los pantalones de mezclilla y la camiseta del equipo japonés de Quidditch: Toyohashi Tengu.
Sabes mejor que nadie que James está arrepentido.
Es tarde y debo terminar está redacción- cortó tajantemente.
Puedes confiar en mi, sé que James es un tanto idiota en algunas ocasiones pero debes considerar que nunca había lidiado con algo así, pequeña Lils- Sirius meció su cabellera y se levantó rápidamente sin esperar que le dieran contestación- Será mejor que borres las últimas dos líneas- esbozó una sonrisa cómplice y se alejó de la pelirroja.
La prefecta centro su atención de nueva cuenta en su redacción y terminó lanzando un suspiro lleno de frustración, lo único que no le faltaba es que Black la hiciera de intermediario, pero algo en la forma de actuar del chico le había inspirado confianza. Además estaba el hecho de que ella sabía efectivamente que James estaba arrepentido.
Así que Amatiello será tu compañera- dijo Potter, mientras movía al Rey sobre el tablero mágico- supongo que este fin de semana estarás con ella- Remus cabeceo en señal de afirmación.
¿Amatiello? ¿La ravenclaw que está medio tocada?- preguntó Peter con una vocecilla chirriante- ¿Medio tocada?¡Está tocada!
Amatiello, es una chica inteligente- dijo Remus, mandándole una mirada de reprobación al pequeño Peter.
Aunque nadie en el castillo, ni siquiera sus amigas podían negar que muchas de las actitudes, gustos e ideas de la raven fueran disparatadas y locas. Siempre andaba por los corredores con mirada soñadora, totalmente alejada de la realidad y se había creado una fama acerca de que podía creer en casi cualquier cosa y fuera de sus excéntricas amigas, no tenía más amistades. En algún tiempo había sido objeto de broma por parte de los Merodeadores, sin mencionar que casi el colegio entero se burlaba de ella por sus gustos fantásticos.
Remus parecía debatirse en alguna estrategia para ponerle fin al juego de ajedrez mágico que había iniciado hacia ya tres cuartos de hora. Además una vocecilla infantil le murmuraba cosas que no entendía ni quería entender.
¡Hey! Tengo una docena de bombas fétidas y estaba pensando en hacer una visita a Ravenclaw- comentó Sirius al llegar con sus amigos.
El toque de queda ya pasó- dijo Peter Pettigrew.
¡No!- Sirius uso un tono trágico en la voz- seguramente será imposible salir- evidentemente se estaba burlando.
Creo que por está semana han sido suficientes castigos, Padfoot- intervino Remus- aún te falta cumplir tu castigo con McGonagall
Y a esté… ¿Qué le pasa?
Amatiello y él harán un trabajo de Ruinas- dijo James abstraído viendo como Lily se levantaba de la mesa en la que había estado casi toda la tarde y se dirigía hacia ellos.
Si bien en un principio pensó que lo sucedido la noche del sábado anterior con la prefecta dueña de su corazón fue producto del alcohol, al caer la tarde se había convencido de que el hecho era cierto y de que la tuvo entre sus brazos saboreando el delicado néctar que emanaban aquellos labios rosas. Y deseó poder hablar con ella, hacerle saber que la quería de una forma pura y desinteresada.
Sin embargo, sabía la respuesta que recibiría. El curso pasado se pasó de chico inteligente y arrogante con ella, y no podía negar que aquella cita la guardaba como si fuera su más preciado tesoro y tampoco quería escuchar las temidas palabras: "Esfúmate, Potter"
Ya es tarde, Lupin- dijo Lily al llegar- no deseó tener que buscarlos por todo el colegio para evitar que nos resten puntos, así que por qué no me hacen el favor de subir a su habitación y dejarme dormir tranquila
Te ayudaré- Remus se levantó, dando por terminado el juego, dispuesto a comenzar a discutir con alumnos de quinto que no quisieran ir a dormir.
En medio de la sala, sentadas en el piso se encontraba un grupo de chicas que pertenecían al curso de tercero que cuchicheaban y sonreían tontamente cada vez que Viggo Mortensen pasaba a su lado. De pronto, se escuchó un grito aterrador y los prefectos enseguida se pusieron en guardia, la sala común se quedo en silencio repentinamente dirigiendo toda su atención hacia el grupo de niñas, una de ellas lloraba desconsoladamente y las otras trataban de calmarla.
¿Qué sucede, Warbeck?- preguntó con cautela Lily, acercándose al grupo.
Los padres de Susan- murmuró la niña, señalando El Profeta.
Remus se agachó para recoger el periódico y encontró una desgarradora noticia: los mortífagos habían vuelto a atacar esta vez en Londres, cerca del callejón Diagon. El artículo citaba que los mortífagos lanzaron maldiciones imperdonables a los magos y brujas que se encontraban alrededor, según investigaciones los mortífagos actuaron solamente para que la gente no se olvidará de los tiempos que corrían y para hacer ostentación del poder que tenían.
Será mejor que suban a sus habitaciones- dijo Remus con voz que no admitía reclamos- Warbeck, lleva a Celes a la enfermería.
Los alumnos se dirigieron a las escaleras, cada uno murmurando sobre la pasado, algunos contaban noticias que sus padres les habían comunicado. En realidad, en el mundo mágico, nadie se había tomado del todo en serio al mago que se hacia llamar Lord Voldemort, sin embargo los últimos acontecimientos habían pasado de simples escaramuzas a verdaderas batallas entre aurores y magos tenebrosos.
Y varias personas intuían que eso sólo era el principio, los jóvenes estudiantes cada vez más se hacían concientes de los tiempos que se avecinaban y sin lugar a dudas los alumnos de Hogwarts empezaban a poner ahínco en materias que antes pensaban eran un lastre como Pociones o Herbología, por más fastidioso que fuera el profesor que la impartía.
James Potter se mantuvo al margen apartado de las personas que subían por ambas escaleras hacia los dormitorios. Al final, dio unos cuantos pasos y le arrebato sin delicadeza el periódico a su amigo. El semblante se desencajo y James se quito las gafas en un movimiento rápido para después derrumbarse en una silla cercana.
El moreno que estaba junto a James minutos antes, titubeó para acercarse al chico que ahora tenía la cabeza gacha. Los padres de James habían muerto el verano pasado a manos de Lord Voldemort, su madre fue la primera en morir según se investigó y su padre había muerto después de ella, no sin antes presentar batalla. James Potter provenía de una familia de magos antigua y poderosa igual que la Ancestral Casa de los Black, en efecto, los Potter eran magos de sangre limpia, aunque diferían con los Black en cuanto a los estereotipos de que sólo los magos de sangre limpia eran superiores a los otros magos y merecían dominar el mundo mágico. Así que si se consideraba la ideología de Voldemort, los Potter jamás consentirían aquellas ideas y por lo tanto resultaban una deshonra, sin mencionar que Carl Potter, padre de James, era un auror temido por sus capacidades y respetado por sus ideales.
James… - llamó una suave voz. Sirius parpadeó y se dirigió a Remus, ambos jóvenes salieron de la sala común.
Déjame- murmuró James con voz quebrada.
Aún le dolía saber que jamás volvería a ver a sus padres, que ni siquiera tuvo la oportunidad de decirles que los amaba. El dolor se reflejó en las esmeraldas, Lily apretó los dientes con rabia, ella que se había acercado a él para tratar de hacerle sentir mejor, ella que se había preocupado por él. ¡Era un idiota!
Y los pensamientos de Evans se vieron opacados al escuchar un débil sollozo proveniente del chico que se negaba a aceptar un abrazo consolador.
Lo siento- balbuceó Lily afligida.
Jamás en todos los años que llevaba de conocerlo, lo había visto tan perdido, tan desdichado. Nunca James Potter había dado la oportunidad de que alguien lo viera en ese estado, por lo menos eso era lo que ella pensaba, aunque siempre quedaban sus amigos; Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew. Una punzada de culpa atravesó el corazón de la pelirroja, otra punzada pero está vez de dolor por no poder detener el sufrimiento. Sin meditarlo mucho, sólo siguiendo lo que su corazón le gritaba se arrodilló frente al de lentes y posó una mano en la rodilla de él, la otra mano se deslizó por la mejilla limpiando las lágrimas.
Estoy contigo- dijo bajito, se sintió insegura, quizás James no la había escuchado.
De pronto, un par de brazos fuertes se cerraron entorno a ella y la cara de James buscó refugió en el cuello blanco. James se debatía entre la felicidad y el dolor, no sabía como debía reaccionar cuando su corazón se apaciguará y su mente dejará de pensar en venganza. Simplemente la estrechó un poco más fuerte contra él, buscando que aquel cuerpo grácil no lo dejará.
Gracias- dijo al oído, después de unos minutos de silencio- Lily.
Se separaron despacio, ambos sentados en la alfombra, Lily rehuyendo la mirada chocolate y él buscando con avidez las esmeraldas. Sucedió en una fracción de segundo, ambas miradas se conectaron y surgieron chispas alrededor. Se sentían bien consigo mismo, en paz y en ese momento sabían que todo había quedado atrás, que realmente eso era lo que tenía que pasar.
James se armó de valor y acerco una de sus manos al rostro de porcelana, sin encontrar resistencia, el fuego de la chimenea comenzaba a menguar y con ello la temperatura en la habitación descendía pero nadie se dio cuenta, acarició suavemente en forma circular la mejilla y poco a poco con una timidez que ni siquiera él conocía pedía permiso silenciosamente, temiendo al rechazo, sino que se encontró con que ella se inclinaba hacia delante y cerraba los ojos. James se detuvo a escasos centímetros de ella y notó como está temblaba, sonrió de manera tierna, sin un atisbo de arrogancia y por primera vez él también se encontró temblando cuando sus labios hicieron contacto con los de ella…
Un beso suave, lleno de sentimientos y emociones indescriptibles. Realmente aquel beso era el primero para ellos, antes de eso sólo fueron espejismos e ilusiones tontas, sin acercarse a la realidad.
El fuego que crepitaba en la chimenea finalmente se extinguió, dejando a Lily Evans y James Potter sumidos en aquel frágil beso, que sin saberlo habían esperado toda una vida.
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Se estiró en la cama y con un movimiento enérgico mando la revista Corazón de Bruja a un rincón de la habitación. Se volvió a estirar y soltó un bostezo de aburrimiento, se tumbó boca arriba en la cama, observando el dosel de su cama y después concentró su mirada en las cortinas azules sin mucho interés. La puerta de la habitación se abrió dejando entrar a dos chicas de la edad de Katrhyn, una de ellas alzó una ceja en señal de sorpresa, mientras que la otra sonreía de oreja a oreja.
¡Vamos, Amatiello!- dijo la joven que sonreía- deja de ser un bicho raro y únete a la gente normal.
¡Ahm, gracias por la sugerencia, pero prefiero ser… ¿cómo dijiste, ¡Ah! Un bicho raro- Katrhyn sonrió de manera burlona y de un brinco se levantó de la cama dirigiéndose al baño- Cómprate una vida y deja de molestar, Skeeter.
La chica que acompañaba a Rita Skeeter dejó escapar una risa que convirtió rápidamente en un ataque de tos.
Bueno, ese consejo deberías darle a tus amigas- y Rita salió de la habitación.
He escuchado que saldrás con Lupin este domingo- dijo la joven de rasgos orientales.
Vaya, los chismes corren rápido
Estamos en Hogwarts- la oriental se encogió de hombros- entonces saldrás con Lupin, deja algo para nosotras, Katrhyn.
¡Bah, no es lo que todos creen, además sabes perfectamente que creo que Remus Lupin es un sacerdote que rinde culto al dios del chocolate y cuando pruebas uno de los chocolates que él te da te conviertes en su esclavo.
Erh, no creo que Remus sea lo que tú dices.
¡Hay pruebas!- Katrhyn decidió visitar el baño en otra ocasión dirigiéndose al baúl que estaba a los pies de su cama.
Claro, como si comer chocolate te hiciera participe de una secta- la chica miró con aprehensión a Katryhn que rebuscaba frenéticamente en el baúl.
¿Cómo explicas que Kay- Flint parezca un radar de localización exacta con los Merodeadores? ¿O qué Cheiron sea capaz de enfermar de tortícolis cada vez que Lupin pasa por un corredor? ¿O qué Grant se ponga colorada y casi le sangre la nariz cada vez que lo ve? ¡Es porque todas han comido chocolate que Lupin les ha dado!- terminó Katryhn después de pasarle una serie de fotografías.
Eh, ¿de dónde has sacado esto?- la joven parecía confundida.
Skeeter, las dejó tiradas- explicó como si nada.
Bueno- empezó- Tomoyo parece relojito cada vez que se encuentra a Hiragizawa en la Sala Común, y no me digas que Candy no tiene un serio complejo de amapola cada vez que se encuentra a Andrew por los corredores y que yo sepa a ninguna le ha dado chocolate Lupin.
¡Ah! Me rindó, es inútil convencerte, Sakura.
La joven que respondía al nombre de Sakura sonrió amablemente.
Es que no puedo creer que defiendas a los hombres lobo con tanta pasión y que creas que Remus Lupin es un psicópata en serie, dispuesto a esclavizar a la humanidad por medio de chocolate.
¡Los hombres lobo son humanos incomprendidos por una sociedad retrograda!
A Sakura le apareció una gotita en la nuca
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Sirius miraba divertido desde su cama como el castaño casi rubio sacaba ropa sin parar del baúl, fruncía el entrecejo y tiraba las camisetas al suelo.
Tenía entendido que sólo es un trabajo- dijo Black con aire de saber algo que nadie no.
Sólo es un trabajo- puntualizó el licántropo.
Claro- se burló- un trabajo para el cual escojo con esmero la camiseta… la blanca te queda bien- dijo y Remus volteó a verlo sorprendido- también la verde, la naranja, la azul y la negra- dejo ver una sonrisa plenamente farsante.
Eres de gran ayuda
Cuando quieras, no me molesta ayudar.
Remus cogió una camiseta negra del suelo y se fue a sentar en su cama acomodándose de forma que pudiera ver al pelinegro, que seguía sonriendo burlonamente. Algo indeciso, pues le hubiera gustado que Prongs estuviera cuando preguntará ¿cómo se hacían los niños?
He escuchado rumores interesantes- comenzó
¿En serio, yo he escuchado cientos de ellos- aún no se le borraba la sonrisa de la cara
El riesgo es siempre seductor, pero no creo que sea conveniente que juegues con fuego- terminó diciendo seriamente
¿Te refieres a Benoitte?- Sirius miraba divertido a su amigo cuando este asintió- no creo que ella sea un riesgo y por lo tanto tu metáfora no tiene efecto- contestó.
No subestimes a la chica, menos siendo quien es- concluyó Remus levantándose y poniendo un poco de orden a la habitación con ayuda de la varita.
Sirius Black no contestó nada, perdió la mirada gris en el espacio frente a él, meditando las palabras de Moony, la clara mirada grisácea se fue tornando oscura al profundizar en Benoitte y los ojos antes juguetones y burlones tienen un brillo enigmático.
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Notas de la autora:
Lamentó no haber actualizado está historia, pero aquí tienen el segundo cap, espero les agrade y por otra parte gracias por todos sus comentarios y por acoger tan bien el fic. Una aclaración es cuaando se encontraron Fox y Sirius, no estaban juntos sino que ambos andaban en sus cosas y por casualidad se encontraron en algún pasillo del castillo.
En otro orden de ideas esperen la actualización de Frase de Éxtasis.
Atte. Lian- miembro de la orden siriusiana.
