Estar sentado encima de su árbol preferido con la mente ocupada en la razón por la cual Kagome llegaba tarde era ya algo habitual. Ese dilema le seguía matando incluso un año y medio después de haberla conocido. Aunque ahora ya no se iba tan regularmente a hacer esos malditos exámenes, igualmente llegaba excesivamente tarde para el gusto del hanyou.
Él, preguntó un día, como quien no quiere la cosa, la razón por la cual ya no llevaba esa cosa verde tapándole las piernas y era otra parecida de un color rojo con rallas blancas y negras, además de algo que ella apellaba camisa que se deducía perfectamente su pecho, ella solo le dijo que era a causa del cambio de colegio.
No iba a aceptar tampoco que lo que llevaba ahora le gustaba más por la simple razón que parecía más mujer que antes ya que la tunda que recibió Miroku por meterse con ese mismo aspecto fue inolvidable.
La razón de el gran cambio empezó con Sango, enla época de Kagome es normal ir así, pero en el Sengoku, apuntó la taijiya, era casi improbable encontrarse a alguien vestida precisamente esa manera, enseñando tanto, fueran donde fueran oía y olía como los hombres se excitaban al paso de ella, eso lo ponía de los nervios; pero Kagome seguía contestando que al ser casi verano y caminar tanto prefería ir así; no obstante la razón por la cual seguía vistiendo así era para agradar la vista del hanyou, aunque él pareciera ignorarlo Kagome podía ver el deseo, resignado, pero igualmente presente en esas orbes doradas.
Aún así el monje tenía razón esa falda era aún más "estresante" que las otras, ya que esa con cualquier movimiento se levantaba o se mecía con el viento…ya ni siquiera recordaba las veces que se había olvidado de todo y solo se imaginaba ese trasero escondido por la pequeña tela que ella llamaba braguitas. Le causaban algún tipo de reacción extraña, puesto que cada día quería saber de que color era o que estampado tenía.
Se levantó como alma llevada por el diablo y se bajó del árbol corriendo hasta el pozo sin ninguna duda, ese era el olor a Kagome. Aunque cada día venía con una frescura que le atontaba un poco que parecía como de hierbas aun no había descubierto que era.
···
Kagome había llegado de la escuela. Así era como se llamaba el lugar donde estudiaba. Si que había aprobado de curso, pero lo que escogió después no llegó a ser algo tan estresante como ya se había imaginado, se decidió por las artes.
Sus aptitudes para el colegio eran casi excelentes y lo único que tenía de mal alumna era la mayoría de faltas para ir a clase, aunque claro no era fiesta si no que se suponía que estaba enferma. Sus grandes amigas estudiaron otro tipo de carrera y con las que estaba ahora se sentía mucho más libre. En algún momento que ellas llamaban "reuniones conjuntamente de diversión en grupo", quedaban para fumar y liarse algunos porros...había confesado su secreto, el de ir al Sengoku, como era de esperar nadie se la creyó. Eso sí fue muy divertida la "broma".
Ya había cogido todo lo que necesitaba, e incluso alguna cosa que su madre no sabía. Durante toda la semana no pudo utilizarlo así como en la época antigua no era ilegal hacerlo podría hacerlo tranquilamente. Cogió la bolsa de las hierbas y algunos papeles se los puso en algún lugar escondido de la maleta.
En pocos minutos ya estaba volando al interior del pozo hacía su amado hanyou y esperando el momento para sorprenderle.
…
"te tardaste mucho, no crees¿Qué estabas haciendo al otro lado?"
La pelinegra no había tenido ni tiempo de salir del pozo devora huesos cuando el hanyou la cogió de la maleta y la ayudó a subir, se extrañó el hecho que estuviera tan rojo. Sin embargo podría ser que se hubiera dado cuenta que en vez de llevar braguitas se había puesto un tanga. En un par de meses (4 ¬¬…) haría los diecisiete así que tampoco era tan infantil, muchas más chicas jóvenes se lo ponían entonces ella también podía.
Inu se oyó la risa tonta de Kagome. Se mofaba de él?
O es que ella se había dado cuenta que con la extraña ilusión de saber de cual color era hoy esa tela, vio aún más de lo que su imaginación había imaginado nunca.
Algunas veces había conjeturado imágenes de la no-muerta desnuda pero nunca sabía con exactitud que escondía bajo la ropa, y al ser sacerdotisa se consideraba un grave pecado intentar verla, así que siempre evitó encontrársela.
Pero con Kagome su interés parecía aumentar por momentos, al mismo tiempo que la ropa que ella se ponía disminuía. Era algo extraño que ella aún sabiendo que algunas veces con la excusa la había ido a buscar donde se bañaba y la chica ni tan solo parecía inmutarse el hecho de que el estuviera allí de pie cuando la pelinegra salía con esa pequeña toalla, le decía un ya voy y así Inu entendía que ya podía irse.
"Inuyasha¿Me estás escuchando?"
"¿eh?" '¡con tanta braguita, braguita no me enteré de nada!' ese fue el pensamiento de Inu antes de volver a sonrojarse hasta sus lindas orejitas.
"no sé que es lo que te pasa pero ahora tengo algo que hacer"
Inu la miró de manera desafiante, ahora que había vuelto no pensaría otra vez en irse.
Por extraño que fuera ella se giró hacía su maleta la dejó en el suelo y empezó a removerla, el hanyou estaba seguro que buscaba algo. Él no tuvo tiempo de reaccionar cuando Kagome volvió a girarse con un bol de ramen en una mano y en la otra una bolsa de plástico llena de hierbas, ese olor a hierbas especificó, y unos papeles extraños y pequeños.
"¿qué es eso?" preguntó Inuyasha por los papeles. Ella se sentó apoyándose al pozo cruzando las piernas al estilo indio sin percatarse que ese pequeño movimiento volvió hacer a sonrojar a Inu. Que sin querer se maldecía por no poder ver más de lo que ya podía querer, y odiar desear poder contemplar aún más piel.
"Ramen¿Qué va a ser?" preguntó Kagome con evidencia. El hizo un respingón y se coloco al lado de la pelinegra, cogió el ramen y le volvió a repetir.
"me refiero a esta plantas con un olor tan…"
"¿Agradable?" él se la quedo mirando un momento.
"¡No más bien atonta, y los papeles?" quería descubrir que significaba esas cosas para Kagome.
"ahora lo verás"
Con perspicacia Kagome contestó a las preguntas de Inu y empezó a coger las hiervas ya previamente preparadas y se colocó unas cuantas en la mano (yo nunca e liado ninguno pero lo he visto algunas veces aviso ), al estar en su mano la cerró junto con el papel, al abrirla estaban colocadas en fila encima de el. Empezó a enroscar el papel mientras Inu comía el ramen, justo en el momento en que el hanyou fijó la vista en lo que hacía ella, Kagome sacó su lengua y se relamió los labios, él no pudo hacer nada más que imitarla.
'Mierda' pensaba 'este no es momento para querer besarla, sería improbable hacerlo', un hanyou como él no tendría nunca la suerte de ser besado por Kagome, no es que fuera ella, pero en ésa época un beso era algo totalmente de pareja, eso que das a la persona que más amas en el mundo y ese no era él, pensó. Y justo cuando iba apartar la vista, vio como su lengua aún estaba salida y ahora lamía el papel enroscado, hacía la derecha. A la izquierda, un movimiento de arriba a bajo y luego se lo metió a la boca. 'oh dios' Inuyasha estaba totalmente rojo ver a una miko hacer eso o a una chica era totalmente nuevo para él, le había hecho crear una ola de calor que le invadió desde su cabeza a su masculinidad, algo que nunca había sentido. Mientras Kagome metía y sacaba ya el porro bien enroscado de la boca se giró hasta Inuyasha para explicarle, cual fue su sorpresa al encontrarla con la boca abierta mirándole anonado, la baba cayéndole y el ramen derramándose en el suelo.
"¡EL RAMEN!"
El hanyou volvió a fijar su vista hacía la esparcida sopa caliente en la hierba
"OH mierda¿que pasó?" se había olvidado del ramen por los malditos movimientos que hacía Kagome con su boca.
"¿Qué pasó? Eso deberías saberlo tú¿no?" la pelinegra se metió el piti en la boca sin aún encenderlo, y le dio una servilleta a Inuyasha, puesto que el seguía embobado mirando el suelo, empezó a limpiarle parte del hakama que tenía manchado por el ramen.
Inu solo atinó a separarse corriendo cuando sintió una pequeña presión tocándole casi su parte sensible, una parte prohibida que incluso a él le causaba pudor tocarlo. (es el Sengoku imaginad lo virgen que llega a ser la gente Xd)
"¿Ka-Kagome?" estaba rojo, asustado y sin saber que decir.
"Estás mojado baka! Toma." Kagome le dio la servilleta y sacó de su bolsillo un encendedor para poder fumar en paz. "Límpiate" dijo mientras acercaba el fuego hacía su porro.
El se limpiaba mientas la miraba, aspiró aire con eso que estaba encendiendo y luego un humo de un color blanco salió de la pequeña boca de la muchacha junto a un suspiró de ella.
El olor que atontaba le inundó la nariz nublándole los sentidos; y como él había afirmado, ese olor le confundió haciéndole sentir alegre y insólitamente cansado pero queriendo acción.
Kagome se giró con una sonrisa un poco tonta y le dijo:
"en mi época es ilegal fumar esto, y aún lo es más si es un menor de edad, jeje por eso pensé en hacerlo aquí, por lo menos aún no es ilegal aquí."
El efecto en él fue casi inmediato, empezó a reír de una manera en que Kagome no había visto nunca y sus orejas se abajaron.
"¿Te afecta mucho esto Inuyasha¿Por qué lo parece? Jajaja"
Inuyasha había lanzado el ramen hacía un lado esparciéndolo bastantes metros lejos de ellos.
"…afecta. Jajaja! Y qué es lo qué hace exactamente? Ka-go-me"
Inuyasha se apoyó a Kagome mientras los dos reían como locos. Ella sabiendo los efectos, él sin saber la razón por la cual deseaba tantas cosas y sabía la razón como conseguirlas.
" noafecta…esto ALEGRA!"
"a mi me alegras tu…"
Kagomesabía que algo le perturbaría pero no creyó que cuando él hiciera contacto directamente con ese humo, sería uno de esos que se sinceran y se ríen por todo, aunque reírse era siempre una de las características básicas de fumarse un porro; luego pensó, mientras Inu seguía riendo y haciendo caras tontas y cayendo sutilmente, terminando dejando su cabeza en el regazo de Kagome, que tal vez de su sinceridad podría sacar algo más que solo un momento divertido entre ellos.
El hanyou no sabía la razón de lo que le pasaba solo que se sentía bien, poderoso y con el mejor humor que había tenido nunca. Veía a Kagome seguir riendo y volver a hacer una calada, como el humo segundo más tarde salía de su boca por un lado, pero el otro abriéndolo totalmente haciendo un suspiro para sacar el poco humo que tenía en la boca.
…
Los minutos pasaban para ellos en ése pozo, seguían riendo de incoherencias y diciendo de todo sin sentido, murmullos que solo Inu entendía, tanto de Kagome como cosas que él decía.
"ése Kouga ni siquiera es un lobo, los lobos son peludos y con muchas babas"
Las paranoias en las que se metían cada vez eran más estúpidas, sin sentido ni carencia de razón. Pero de vez en cuando alguna cosa que decía Inu sorprendía a Kagome por la sinceridad, sin saber que lo que decía la pelinegra era aún más embrazado para el hanyou que la sinceridad que demostraba.
"odio cada vez que dice que soy su mujer"
eso para Inu le volvió a infundir un poco de temor hablar sobre ese tipo de temas de poseer a una hembra para hacértela tuya.
"¿Qué se supone qué hacéis para que sea una vuestra hembra?... Darle un beso…ajajajjaaj eso sería muy poco."
Inu rió, sin quererlo dar un beso era para ella poca cosa. Algo que para él era tan intimo que solamente Kikyou en su estado de no-muerte le había dado, para ella era algo sin importancia y solo era un beso…decía
"entonces dame uno a mi si es tan poca cosa…?"
¡mierda lo tenia todo bien arregladito y se me bloquea la pta pagina ! grrrrrrrr!
Tengo la segunda parte echa traaanqui! T.T ejeje! bueno esperop k os guste sinio..nio ay beso ¬.¬ o +...
XDD
···Miho-chan···
