Escapar... era lo que se repetía mientras se ponía de pie. Sentía que su Kimono pesaba mucho debido a que estaba empapado por la incesante lluvia. Suspiro resignada y miro hacia la entrada del castillo, tendría que entrar y caminar por los tétricos pasillos para encontrar la habitación donde estuvo todo el día encerrada porque si quería escapar no podría enfermarse por recibir esa lluvia y frio que ahora parecía colarse en su piel. Sentía un pánico horrible embriagarla con cada paso que daba, de pensar que cosas escalofriantes podría encontrar al caminar dentro de ese castillo seguramente tan frío como él.
Se paro en la entrada e inhalando todo el aire que pudo para darse valor dio el primer paso para entrar y caminar hasta llegar a lo que podría decirse era la sala principal, al contrario de lo que imaginaba todo lucia tan atrayente e interesante.
-Como su dueño-pensó para si en un descuido-deja de pensar eso Rin- pero aunque se reprochara era verdad, él podría lucir frío e inexpresivo, sin embargo, había algo en él que le atraía aun sabiendo que no podía sentirse así y menos si era por un Youkai...un Youkai que se empeñaba en retenerla.
-Señorita-la voz suave de una mujer de pronto la hizo sobresaltarse.
Rin miro hacia donde había venido la voz para encontrarse con una mujer algo mayor de cabello azul oscuro y ojos aguamarina detrás de ella con ¿Una sonrisa?...si...una sonrisa no llena de maldad, era con dulzura y alegría a lo cual Rin se le hizo extraño, al parecer no era la única en este castillo.
Rin se quedó detallando a la mujer quien tenía apariencia humana pero el color de su cabello y ojos no eran común.
-Así que le gusta coleccionar humanas y hanyos-comento Rin concluyendo que el youkai blanco tal vez le gustaba atrapar hembras para luego convertirlas en sus esclavas. Había escuchado que algunos youkais lo hacían y las marcaban en la parte superior de la espalda como su posesión , como si fueran animales sin derecho alguno a elegir su vida.
-No soy Hanyo-respondió Akira en un tono tranquilo -Lo sé, tengo el físico de un humano pero mi sangre es Youkai-Rin se quedó inmóvil y empezó ahora a verla de cierta manera temerosa, algo que Akira noto- Por favor no me tengas miedo no te voy hacer nada, solo vine para indicarte donde está tu habitación-
-¿Mi... habitación?-pregunto algo confundida. Era una youkai y la estaba tratando tan ¿Amablemente? Además le había dicho que no le tuviera ¿Miedo? ¿Desde cuándo algún youkai le decía a un humano que no le tuviera miedo? Al contrario, los humanos estaban supuestos a tenerles temor.
-Asi es-Akira se sentía emocionada de ver a su "niña" de nuevo, sentía el impulso de abrazarla y decirle cuanto la había extrañado ahora que la veía convertida en una hermosa mujer como lo imagino, pero su amo ya le había dejado saber lo sucedido con Rin, así que la tendría que tratar como alguien desconocido aunque eso fuera un poco difícil para ella- Sígame por favor-Se giro y empezó a caminar seguida por Rin quien no entendía el porqué aquella Youkai le daba confianza...si...era la primera vez que una Youkai le producía ese sentimiento. Sobre todo desde los únicos cinco años que recordaba de su vida.
A medida que caminaban por los pasillos Rin se dio cuenta de que el castillo no tenía absolutamente nada de "tétrico". Todas las decoraciones, adornos y objetos era de muy buen gusto, no podía salir del asombro mirando a todos lados, mientras que Akira sonreía disimuladamente sin que ella lo notara; a pesar de que Rin no recordara nada aún seguía siendo tan curiosa como siempre.
-Aquí está su habitación-Akira abrió la puerta dejando pasar a Rin a la habitación donde ella se había encontrado todo el día-en el futon te deje varios kimonos, escoge el que más te guste para que te puedas cambiar-Rin dirigió su vista hacia el futon comprobando que había varios kimonos muy bonitos ¿De dónde habían salido?
-¿Por que eres tan amable conmigo?-pregunto sin mirarla-eres una Youkai y yo una humana y eso por ende nos hace enemigas-finalmente dirigió su vista hacia ella sintiendo que todo lo que había aprendido en la aldea de exterminadores ¿Era mentira?¿Acaso los youkais y los humanos podían vivir juntos?
-Algunos Youkais y humanos piensan de esa manera pero...-Akira volvió a sonreírle, sabía que a Rin le encantaba aprender cosas y cuando algo la inquietaba no se sentía tranquila consigo misma hasta averiguar la respuesta...tal vez eso serviría para que quisiera estar en el castillo de su amo y dejara de pensar en escapar-si dejas de huir, aquí aprenderás que eso no tiene que ser de esa manera-Rin entre frunció el rostro...huir...¿Tendría que abandonar la idea de huir para averiguarlo?...no, no podía tenía que saber de Hakury y su aldea...pero...la intriga de saber si dos razas distintas podían vivir juntas la estaba inquietando demasiado-Buenas noches señorita-Akira interrumpió los pensamientos de ella para hacerle una reverencia de despedida.
-Espera por favor!-Akira se detuvo al umbral de la puerta-¿Cual...cual es el nombre del Youkai blanco?-que tonta ¿Por que había preguntado tal cosa?...el corazón...su ahora traicionero corazón era el culpable de esa duda.
-Sesshomaru-respondió con alegría de que su niña se estuviera interesando en saber más de su amo...al parecer aunque ella no recordara nada el único que si lo hacía era su corazón.
-Sesshomaru- repitió Rin en un tono suave.
Su Corazón latió en furia...¿Se sentía emocionado? Bajo la mirada hacia su pecho algo desconcertado aunque no lo reflejara su rostro, lo que estaba sintiendo era algo desconocido y diferente. Entre las penumbras de su habitación la escucho decir su nombre y su corazón parecía rebozar de felicidad al escucharla decirlo...su nombre... en los dulces labios de Rin.
Cinco años desde que no la escuchaba de esta manera, llamándolo. La había extrañado, era algo que no podía negar aunque solo lo supiera él...emoción...sentirse así podría traerle problemas si la oía pronunciar su nombre de nuevo ¿Que haría? Maldita sea ¿Acaso él se estaba sintiendo inseguro? No haría nada, su rostro no expresaría nada, su cuerpo no haría ningún movimiento extraño... pero... a su corazón seria lo único que no podría controlar y en ese momento sintió deseos de arrancárselo por hacerlo sentir tan débil...débil por ella.
Sesshomaru, ese nombre no salía de sus pensamientos desde hace siete días.
Ohh kami siete días esperando la oportunidad para escapar, oportunidad que no había encontrado o ¿Era por que no quería? Se había pasado siete días encerrada en esa habitación aunque la puerta no estuviera con llave, claro no estaba con llave porque sabían que para ella aquellas murallas no serían tan fáciles de escalar, por eso prefería estar en esa habitación que seguramente perteneció alguna otra mujer por las cosas femeninas que encontró ¿Quien también habría vivido allí? Sea quien fuera al parecer esa persona se sentía contenta de estar aquí, junto a ...Sesshomaru... otra vez ese nombre en sus pensamientos y también en sus sueños o ¿Eran pesadillas? Solo sabía que en ellos corría tanto como podía, pero él siempre estaba allí anticipando cualquier rumbo que tomara, olfateándola como lo hizo aquella vez cuando intentó huir, impidiendo que escapara, que se fuera y aunque debería sentirse cohibida de no poderlo hacer ni siquiera en sus sueños, en el fondo de su ser se sentía feliz...si...feliz de que él no la dejar ir. ¿Que estaba pasando con ella?
-¿Mi niña como amaneciste hoy?-inesperadamente Akira interrumpió sus pensamientos mientras que Rin terminaba de peinar su largo cabello ébano con un cepillo que encontró en la habitación. Sin embargo, Akira se sintió torpe al haberle dicho "mi niña". Fue una expresión que salió sin pensarlo pues había olvidado por unos segundos que ella no recordaba nada, espero a que Rin dijera algo en protesta o preguntara el porqué de ese llamado tan confidencial y cariñoso pero ella no lo hizo.
- Bien-sonrió, viendo a través del espejo a aquella youkai que extrañamente se había ganado su confianza en tan solo siete días en los que había venido a visitarla para darle sus alimentos y hablar con ella...si... había establecido una relación de amistad con una youkai y por primera vez durante sus cinco años de recuerdos estaba aprendiendo que si era posible relacionarse con otra raza que no fuera humana.
-¿Por que no sales hoy?... hace un hermoso día-sugirió la mujer en un intento de sacar a Rin de esa habitación abriendo las ventanas para que entrara el cálido aire de primavera pero Rin no quería hacerlo porque no había escapatoria de ese sitio y además...
-No quiero encontrarme con...-hizo una pausa intentando pelear consigo misma para que sus labios no pronunciaran el nombre de él. Aunque en realidad no era que no quería verlo, la razón principal era que él le hacía sentir sensaciones y reacciones inexplicables en su cuerpo como la última vez cuando lo vio, cuando la lluvia recorría su cabello blanco y las gotas de agua parecían lograr algo que a su parecer era imposible: tocarlo y rozar su piel. ¿Como se sentiría hacerlo?
-Mi amo no se encuentra-se acercó a Rin haciéndose a un lado de donde ella permanecía sentada- Así que porque no aprovechas y vas al jardín- acentuó un poco más en la palabra "jardín". Su niña como instaba a llamarla aunque ya era una mujer no podría haber olvidado su afición a las flores.
-¿Jardín?-y he allí la respuesta de Akira afirmando lo que había pensado.
Rin se levantó con cierto brillo especial en los ojos, le encantaban las flores, admirar la diversidad de sus colores, aroma y belleza, nunca pensó que un Youkai tuviera un jardín en su castillo. Akira la tomo de la mano y la condujo hasta el jardín que le había mencionado comprobando Rin que ella tenía razón, hacia un hermoso día, nada caluroso, era perfecto y ante sus ojos muchas, muchas flores todas tan hermosas que si pudiera se las llevaría a la que ahora era su habitación para inundarlo de aquel aroma tan exquisito que destilaban. Se arrodillo al encontrar flores silvestres, era el género mayor en número que las otras flores ¿Acaso a él le gustaban igualmente las flores silvestres?
Corto algunas para llevárselas a su habitación, se daría un baño usándolas para que el olor tan agradable de esas flores quedara impregnado en su piel. Siempre lo hacía cuando vivía en la aldea, le atraían especialmente esas flores y oler a ellas.
Se giro para mostrárselas a Akira pero lo que vio la paralizo por completo soltándolas y esparciéndolas en la tierra
- Akira- Susurro suavemente sin mover ningún centímetro de su cuerpo y miro de reojo a ambos lados pero ella no estaba- Oh Kami- rogó por que fuera ayudada en ese preciso momento pero cuando vio que "eso" se acercaba a ella perdió esperanza alguna pensando que hubiera sido mejor nunca haber salido de aquella habitación.
Cerro sus ojos con fuerza apretando sus parpados esperando a que la atacara pero lo único que sintió fue ¿Humedad en su mano? Abrió los ojos lentamente y "eso" le estaba lamiendo la mano, al parecer estaba ¿Contento de verla? El dragón de dos cabezas detuvo su manera de decir "hola" y la miro expectante esperando algo a cambio.
-Pensé que irías a morderme-alzo su mano con cierto nerviosismo y lentamente acerco su mano para acariciar su cuello sintiendo su piel áspera, pero aquel extraño youkai al parecer se sentía complacido por lo que ella estaba haciendo.
-Ah-Un-el grito de Jaken se escuchó por todo el jardín y paro en seco cuando lo vio junto a Rin-¿ Que haces fuera de tu habitación mocosa?- su amo lo mataría por no estar pendiente de ella.
-Akira me permitió venir al jardín "señor" Jaken- "Jaken" era el único youkai que al verlo no le había producido miedo, tal vez era por su tamaño, o el tono chistoso de su voz. Aun le parecía gracioso que el fuera quien la vigilara afuera de la puerta de su habitación o que algunas veces cuando Akira no
podía, fuera el quien le trajera sus alimentos y aunque la trataba de cierta manera despectiva no le molestaba, al contrario le restaba importancia.
Cuando le pregunto su nombre el mismo se había encargado de dejarle en claro que lo llamara Señor Jaken...si...se creía importante por andar junto al "Señor Sesshomaru", " Su amo bonito" "El señor y dueño de las tierras del Oeste" como todo el tiempo se refería a él...Sesshomaru. A ella sin razón aparente le encantaba molestar a Jaken pronunciado el nombre de él sin el "Señor", eso la hacía divertirse, verlo molesto como cuando le reclamo porque lo había envuelto en una manta cuando dormía cuidando la entrada de su habitación en una noche. No tuvo respuesta para eso, solo fue algo en su interior que le indico que lo hiciera y eso mismo le decía de alguna manera que el Señor Jaken también parecía disfrutar de su compañía aunque lo negara.
- Asi que se llama Ah-Un-volvió a tocarlo curiosa de que un Youkai fuera tan dócil, por lo general eran muy agresivos y más si un humano intentaba acercarse- ¿Y cuáles son las habilidades de Ah-Un señor Jaken?-
-Además de estar martirizando mi vida tiene la habilidad de volar-Rin detuvo la caricia que le estaba propiciando mirando a Jaken para luego fijar su mirada en la del Dragón de dos cabezas...volar...
-Mi amo es una alegría tenerlo de vuelta -Sesshomaru miro seriamente a Akira quien había dejado sola a Rin para recibirlo mientras que él dirigió su vista hacia donde quedaban los jardines, no tenía que preguntarlo, sabía que ella estaba allí y la necesidad de verla estaba empezando a resurgir vorazmente por todo sus sentidos-me atreví a sacarla para que se distrajera un poco además de que hace un hermoso día-explico Akira
-Amo ¿Le gustaría que la señorita Rin nos acompañe en la cena? Akira la puede convencer- intervino Kyoji quien estaba a su lado, era hora de ayudar a su amo, sabía que él amaba a Rin, porque esa razón de alejarla de él por ser humana solo eran excusas.
-Que así sea-sentencio Sesshomaru como respuesta y continuo de cierta manera apresurado a su habitación.
Kyoji quien había acompañado a su amo en el asunto que fueron a solucionar sonrió discretamente seguido por Akira, ambos sabían perfectamente que desde la habitación de su amo se tenía una excelente vista hacia el jardín principal.
-¿Y pertenece a tu amo?-esta vez Rin daba de comer al dragón quien sin protesta alguna lo recibía.
-No, él se lo regalo a...-Jaken sintió un escalofrió penetrante en toda su piel y suponía quien era el causante... "Su amo bonito" ...lo estaba observando desde la ventana y si decía algo más seguramente lo descuartizaría sin piedad- a quien te importa-termino su frase como único medio de escape para no decir que Ah-Un le pertenecía a ella- pero Ah-un es muy obediente con cualquiera...vamos a Ah-Un...¿Ah-Un?- pero el animal no se movía del lado de Rin...prueba...ella necesitaba una sola.
-Ah-Un ve con el señor Jaken-y el animal obedeció sin dudarlo ante su sorpresa.
- Mocosa solo te dejare estar un poco más en el jardín-se retiró algo molesto. Claro Ah-Un le obedecía porque le pertenecía a ella, aunque la tonta no lo recordara.
Una segunda oportunidad de escape vino a la mente de Rin, pero ¿Por que lo estaba dudando?...no...aunque comprobara que los youkais y los humanos si pueden compartir juntos ella no podía seguir allí, porque además no sabía las razones principales porque él la tenía prisionera.
- Sesshomaru-pronuncio en voz muy baja pero sin saberlo fue claramente escuchada por él.
¿Por que lo habría llamado? Y con esa duda continuo detallando cada uno de sus movimientos mientras Rin cortaba muchas flores silvestres, las mismas que contenían su olor y la razón del porque había un mayor número de ellas en su jardín...para recordarla...
Sus ojos ámbar parecían deleitarse con la visión que tenía, cada parte de ella, cada hebra de su cabello que hoy más que nunca lucia magnifico esperando a ser acariciado, su Kimono azul rico en bordados, tejidos y tintes que iban desde su cuello pasando por su brazo derecho hacían un gran contraste con sus ojos esmeralda, sus labios, aquellos labios que habían pronunciado su nombre haciendo nuevamente que su corazón latiera como loco lo estaban llamando al deseo y la pasión de...¿besarlos?...no, se negó a si mismo ante la idea pero aun así ella era suya solamente suya...¿posesión?...no, era algo más, más de valor, algo que no tenía nombre y por eso nunca permitiría que se fuera aunque jamás lo recordara.
De todos modos tenía que pagar de alguna forma el precio de haberla abandonado, porque ahora entendía cuán importante le era ella después de estar sin su presencia por cinco años, los cuales le parecieron una eternidad, un total infierno al no tenerla junto a él en cada amanecer y anochecer...algo que no quería volver a repetir.
Continuara...
Hola chicas aquí esta la actualización, Gracias a Todas por su reviews y les agradezco el tiempo que se toman para leer mi Fic...Mil Gracias!
