Los minutos pasaban para ellos en ése pozo, seguían riendo de incoherencias y diciendo de todo sin sentido, murmullos que solo Inu entendía, tanto de Kagome como cosas que él decía.

"ése Kouga ni siquiera es un lobo, los lobos son peludos y con muchas babas"

Las paranoias en las que se metían cada vez eran más estúpidas, sin sentido ni carencia de razón. Pero de vez en cuando alguna cosa que decía Inu sorprendía a Kagome por la sinceridad, sin saber que lo que decía la pelinegra era aún más embrazado para el hanyou que la sinceridad que demostraba.

"odio cada vez que dice que soy su mujer"

Eso para Inu le volvió a infundir un poco de temor hablar sobre ese tipo de temas de poseer a una hembra para hacértela tuya.

"¿Qué se supone qué hacéis para que sea una vuestra hembra?... Darle un beso…ajajajjaaj eso sería muy poco."

Inu rió, sin quererlo dar un beso era para ella poca cosa. Algo que para él era tan íntimo que solamente Kikyou en su estado de no-muerte le había dado, para ella era algo sin importancia y solo era un beso…decía

"entonces dame uno a mi si es tan poca cosa…?"

La pelinegra fijó su vista al Inu que dormía plácidamente en su regazo, o eso había creído ella. Se acostó a la cara de él hasta que sus alientos se mezclaban, Inu estaba nervioso, rojo y expectante. Una lengua le lamió una de las mejillas como si de un perro se tratará.

"Ya te di uno, baka…"

"¡Pero no estaba consciente! Y de eso…hace mucho Kagome…"

Inu no se acordaba que ya le había dado uno, el segundo beso para él. Había sido evidentemente, al venir de una miko, una forma de purificar su parte demoníaca.

Para él ese momento era considerado como una de las tareas de Kagome para que él no perdiera la cabeza.

Nunca había querido verlo de otra manera, aunque sabía perfectamente el por que.

Para él fue tan diferente a cualquier otra cosa que había hecho, que no quiso separarse de ella; pero tampoco volver a hacerlo a causa de las innumerables sensaciones, que había sentido solo con apreciar esa tersa y suave piel en la comisura de sus labios, por que sabía que a causa de sus colmillos eso había sido lo más cercano a besarlo que había podido por parte de la pelinegra.

"Entonces te aguantas con ése, jajajjajaja!"

Era divertido ver como Inu se levantaba del letargo en donde estaba y volvía a sentarse a su lado con la cara totalmente resignada por no poder tener un beso; sintió que en realidad tal como pensaba para Kagome nunca sería nada importante para ella, puesto que un beso tan insignificante para la colegiala era demasiado repetirlo para el hanyou.

Así que cerró los ojos esperando que de una maldita vez volviera a ser como antes (sin estar porrado o atontado se refiere) y no tuviera que recordar nada.

La mano de Kagome se posó en la de Inuyasha que había dejado en la hierba entre ellos, el hanyou sorprendido se giró a mirarla expectante al ver como una bella sonrisa asombraba a la muchacha, una para él.

"¡KAGOMEEEEEE!"

Lástima que el zorro echará de menos a Kagome y deseará volver a verla…

"Argh ¿qué es ese olor¿Porqué no venías Kagome? Te estaba esperando me siento solito sin esos dos"

Ella no giró la vista al kitsune seguía con la mirada fija al hanyou, dentro de esas orbes doradas, mientras acariciaba sutilmente la mano de su medio demonio preferido.

"Lo que hueles son unas hierbas, y si te sientes solo te buscas amigos que ahora iba a darle un beso a Inuyasha y me interrumpiste…"

"¡Qué!"

Y aunque tanto como la pelinegra como el hanyou estaban conscientes de que Shippou los observaba para Inuyasha las ansias de besarla fueron más grandes.

Se acercó a Kagome y posó sus labios encima a los de ella, fue más que un roce y menos que uno lleno de verdadera pasión. Para el hanyou, que nunca había sentido tanta calidez en su vida además de lo "atontado" que estaba se sintió en la gloria; para Kagome su definición de beso no entraba en ese momento ni por asomo.

"Eso no fue un beso de los que yo te daría"

Shippou empezó a irse cuando sus orejitas captaron esos susurros.

Inuyasha escuchó a Kagome pedirle que cerrará los ojos, él obedeció.

"Que besos das en… tonces…"

"Unos que de seguro van a gustarte más…" 'no tan fríos y cutres como el de Kikyou ésa vez…' pensó para sí misma, no quería ese recuerdo en el hanyou ahora que estaban juntos

Besos. No uno. No dos. Muchos. Besos en plural, besos que sin duda el nunca había sentido en sus labios de hanyou.

"Primero debes dejarme ponerme encima de ti…"

Ese capricho de Kagome fue sencillo de hacer, pensó el hanyou, sin darse cuenta ella ya estaba sentada encima de él y Kagome cogió las manos de Inuyasha y las puso en su cintura, eso fue lo segundo.

"Y ahora sigue todo lo que yo haga, no es que yo haya besado mucho…" Puntualizó. Cosa que tranquilizó al medio demonio con la vista en los labios de Kagome-"Sino que se podría decir que me han besado considerables veces en lo que va de año"

Sé sintió sorprendido e indignado con unos desconocidos por besar a Su Kagome, tal vez era demasiado egoísta pero una mujer si ya pertenece en parte a un hombre ya ningún otro debería acercarse, y no era la cuestión ya de los besos, sino que además lo hicieron diferentes tipos y diferentes veces, o sea varios imbéciles que la habían acariciado mucho más que él.

"¡Quiero que ahora solo me beses a mi!"

Ella solamente se acercó aún más al hanyou volviendo a rozar sus labios con los de él y murmuró.

"Me besé quien me besé mis labios siempre estarán disponibles para ti cuando quieras."

Después de esa "promesa" una calidez diferente se apoderó de los labios del hanyou, primero los superiores, seguidos de los inferiores de Kagome abrazar los del hanyou y abrirlos sutilmente. Inuyasha intentaba seguir lo que ella hacía y en verdad ella sabía lo que hacía, esa piel candente en contacto con la suya, haciendo esos movimientos y arrebatándole el aire que tenía, la boca de ella marcaba el ritmo, el hanyou podía notarlo y aunque lo consideraba un efecto de debilidad no podía hacer nada para evitarlo.

Ella había subido sus manos hacía su cuello y le acariciaba el pelo plateado; Inuyasha decidió hacer algo por sí mismo y una de sus manos siguió acariciando la cintura de Kagome ahora desde dentro de la camisa y la otra había subido a su mejilla.

Tenía miedo de hacerle daño con las garras pero ella no le negaba ese gusto que encontraba él para acariciarla, así que decidió seguir tocando partes del cuerpo de la pelinegra que hasta ahora tal vez muchos habían visto pero solamente él sabría que tacto tenía o que gusto, por que ahora en su mente muchos instintos e ideas parecían aparecer de repente para satisfacer a Kagome de la misma manera que ella lo estaba haciendo con él.

El hanyou apartó su boca para volver a recoger el aire que le habían quitado…

"Ka…Kagome… casi… me ahogas…"

Esa contestación le agradó a la pelinegra, no pensó que en verdad le diría eso.

"Pero sabe raro…"

Kagome se dio cuenta que el sabor a lo que se había fumado debía haber dejado algún tipo de sabor desagradable en ese beso.

"Tranquilo es el sabor de eso que me fumé…iré a lavarme las dientes y ya veras como se irá"

Le dio un besito a la nariz y él se apoyó al pozo para recuperar el aliento Kagome volvió a liarse otro canuto, el ambiente estaba yéndose lo notaba y no quería dejar de estar así con su querido hanyou.

Las manos no se separaban de la cintura de ella, Inu había apoyado su cabeza al pozo, abriendo a los ojos a intervalos para observar lo que volvía hacer Kagome con esas plantas y papeles.

Ella terminó de liarlo e iba encenderlo cuando de repente sintió como Inuyasha se tensaba.

"¿Qué pasa Inuyasha?"

"Esa molesta de Kikyou viene hacía aquí"

Para Kagome eso fue un gran sobresaltó, oír decirle a Inu de esa manera a Kikyou, ella dejó el porro a un lado y con las dos manos las plantó a sus mejillas para que le mirará directamente a la cara.

"¿Quieres que me vaya?"

"No… no…Espera ahí sentada detrás del pozo. Cuando pronuncié tu nombre te levantas y vuelves a enseñarme"

"Te refieres…a… besarte" dudar de lo que él decía, que baka estaba siendo, pero no podía evitarlo.

"¡Si claro, a que sino!"

Kagome refunfuño algo parecido a un "perro del demonio" y se sentó al otro lado esperando el momento oportuno para encender de nuevo su canuto y volver hacer sentirle a Inu un poco atontado, no quería ponérselo fácil a Kikyou.

No había pasado mucho cuando la no muerta llegó junta a sus serpientes y a sus dos ayudantes. Fijó su mirada fría y distante al pozo, dentro de ella el asombro de que la otra muchacha estuviera ahí la carcomía, pero como siempre ese sentimiento era odioso para ella y por lo tanto normal.

Cuando la no muerta se dispuso a hablar con el hanyou la colegiala encendió su porro, Inu se dio cuenta de ello y esperó que el humo le llegará, deseaba darle las gracias a quien lo inventó ya que…

"Ese beso fue inolvidable" lo dijo de manera espontáneo no pudo evitarlo, pensaron Kagome e Inu a la vez.

"¿Qué dijiste Inuyasha?" pero para Kikyou su antes contestación a una pregunta que ella aún no había hecho le sobresaltó de que algo extraño había pasado.

El aire atontador escapó otra vez de los labios de Kagome llegando hacía Inu, él sonrió por poder volver a sentirse poderoso y sincero, sin remordimientos de lo que hacía, sin preocuparse del maldito orgullo.

Kikyou observó a Inuyasha con los ojos medio cerrados y algo hinchados, un olor peculiar le llegó. Observó a Kagome y vio como un humo blanco salía de su boca, supo enseguida lo que pasaba y estar allí en ese estado no le portaría ningún beneficio para hacer que la estúpida chiquilla se fuera.

"Naraku intentará nuevamente asesinarme, lo sé. Tu deber, como tú me dijiste, es protegerme." No perdía nada por intentar que Inu la apoyara en ese aspecto, lo sabía, ese el mayor deseo-según la no muerta- de Inuyasha, la ilusión de proteger a su "amada Kikyou".

"Ya lo hice una vez¿no te bastó con ésa?"

La sacerdotisa no cambió su expresión de la cara, solo respondió la evidente cuestión.

"Yo morí por ti, me debes la vida, es mía. Y por esa razón debes hacer lo que te diga"

"He¡oye, oye! Que yo sepa hay una persona que ya te salvó de no morir, aunque en principio lo estás, pero no eres una…sino que eres como una…"

"¡ZOMBI!"

Reírse de ella era divertido y placentero, si él podía hacerlo Kagome también.

"oi¿Qué es una zombi?"

A la pelinegra se le escapó una pequeña risa, Inuyasha no le veía la gracia y la no muerta entendía que en ese estado el hanyou no le sería útil, lamentablemente para ella.

"Es una persona que está muerta y para sobrevivir se alimenta de los demás… pero de los que están vivos¡claro!"

Los dos empezaron a reírse, la pelinegra se levantó y se giró, en su boca estaba el canuto perfecto liado; la no muerta aumentó su rabia y estuvo a punto de atacarlos, pero bien que si se acercaba a la colegiala esta podría quitarle sus almas y eso era algo que no podía evitar, no otra vez.

La pelinegra empezó a caminar en dirección a la aldea… Inuyasha sintió que se estaba yendo el olor de Kagome.

"¿Donde vas, perra?"

"Voy a lavarme las dientes¡perrito!"

Los dos de alguna manera se habían insultado pero aún así para ellos había sido algo más que un insulto, era su manera cariñosa de llamarse.

Desde su posición de altura veía a Inu sentado apoyado en el pozo, respirando con la nariz, aunque más que eso parecía husmear buscando el olor del humo de Kagome como si para él fuera lo más importante. Se fijó entonces como las manos de él se abrían y cerraban rápidamente, como si estuviera aguantando las ganas de hacer algo y luego se arrepintiera.

Un suspiró rompió el silencio; el hanyou subió la vista observando los ojos a los fríos de Kikyou.

"¿A qué has venido exactamente? Nunca sé por qué lo haces…es como si te aburrieras y vengas a joderme el día…"


esperop k nio aya faltas OO!

ayoox X