Abandono...Sentía una tristeza enorme que empezaba a embargarla ante la idea, además de que en realidad no entendía a su corazón...si pudiera hablar para que le diera una explicación del porque se sentía así. ¿Por que su corazón seguía terco creando ideas absurdas? ¿Por que hoy se esmeraba por verse mejor que nunca? Ni siquiera eso lo hizo por Hakury...¿Como estaría él? Necesitaba saberlo y por esa razón no debía dudar en abandonarlo. Había aceptado sin muchas quejas el bajar a cenar junto a él... Sesshomaru...sería la última vez que podría estar cerca suyo porque si todo salía como lo había planeado tal vez nunca lo volvería a ver. Noto que Akira se sorprendió a cuando acepto su propuesta y luego su rostro se llenó de alegría, tal vez aquella Youkai creía que ella se estaba haciéndose a la idea de quedarse a vivir con ellos.

¿Porque ellos querían que ella estuviera allí? Era una humana y por consiguiente seguía repitiéndose que estar con Youkais no era correcto, no lo era.

A paso lento y guiada por Akira se dirigió donde él la estaría esperando. Las puertas fueron abiertas por Kyoji para dejar pasar a ambas, Sesshomaru pudo percibir su aroma tan cerca pero aún no subió la vista para mirarla, se sentía ¿Nervioso? Que estupidez. Rin se sentó al lado opuesto de la cabecera de la larga mesa donde él estaba sentado y ella tampoco fijo su mirada en él, sus manos empezaron a producir un sudor frío, no de miedo, pero si de nervios.

Akira sirvió la cena a cada uno pacientemente además de dejarle unas copas con sake. Discretamente salió acompañada de Kyoji...planeado...en vez de parecer una cena común y corriente, tenía la apariencia de una cena echa solamente para ellos dos ¿Acaso Kyoji no había mencionado que Rin "los" acompañaría a la cena? Entonces ¿Por que estaba ahí solo con ella? Porque ni siquiera el estúpido de Jaken estaba ahí presente para que interrumpiera ese silencio horroroso que se estaba formando como una aura maligna y dañina con sus inadecuados comentarios.

¿Por que la habían dejado sola con él? No era que se sintiera insegura o con temor a que la atacara, era que no estaba Akira o el señor Jaken para que rompieran esa gran pared de hielo que se estaba formando en medio de ellos porque por su parte no sabía que preguntarle, decirle ¿que?

Miedo...No, el gran Sesshomaru no le temía a nada y mucho menos a ella.

Miedo... claro que ella no se lo tenía por más que él lo quisiera.

Ambos finalmente se miraron al mismo tiempo formando un lapso de tiempo lento, interminable entre los dos, entre el magnetismo de sus miradas a pesar que se encontraban a cierta distancia producida por esa mesa tan larga. ¿Por que tenía una mesa tan larga? Siempre se lo pregunto y ahora no le hallaba razón, mucho menos si eso ayudaba a que ella estuviera alejada y no cerca de él.

Rin fue la primera en bajar la mirada y empezar a comer, si lo seguía viendo sentiría que no tendría las fuerzas necesarias para hacer lo que estaba planeando, a pesar de todo él no había tomado su vida cuando pudo hacerlo, le había permitido vivir...vivir en su castillo, comer manjares deliciosos, ser tratada como a una princesa, vestir como tal...aun así había algo que no estaba bien, ella no merecía todo eso porque había sido atrapada a cambio de la vida de sus compañeros, no lo merecía mientras no supiera de Hakury, no podría olvidar todo eso y no estaría tranquila hasta saberlo. Además él no estaba supuesto a tratarla así ¿Por que lo hacía?

Sesshomaru siguió como inerte observándola, llevaba un kimono Furisode (Kimono especialmente para solteras utilizado para ocasiones formales) blanco pero lleno de diseños florales de color rosado. Su obi era del mismo color rosa al igual que los bordados del Kimono, pero más oscuro, su cabello ahora estaba recogido en un moño, pero había dejado caer algunos mechones.

Al verla así sentía que ella era como una luz que iluminaba aquel lugar rodeado por la oscuridad de la noche... el silencio... seguía presente sin embargo a pesar de todo se sentía confortable de tenerla ahí con él, llenando el espacio vació que siempre sintió en su ausencia.

Silencio... en el más profundo silencio terminaron de cenar, Sesshomaru fue el primero en levantarse, se sentía satisfecho de haberla visto después de siete días, verla porque había oído su voz cuando hablaba con Akira o con Jaken.

Pero para salir de allí obviamente tendría que pasar por el lado de Rin pues la puerta se encontraba a espaldas de ella, ella quien en ese momento pensó que antes de irse tenía que hacer algo que su corazón pedía a gritos, se puso de pie haciendo un gran ruido al correr la silla hacia atrás y ponerse enfrente de él impidiendo que continuara con su trayecto directo a la salida.

-Desde que lo conocí, he tenido muchos deseos de hacer algo-pronuncio Rin en una voz muy suave, su corazón bombeaba rápidamente y miraba hacia el suelo.

Tal vez él podría enojarse por atreverse hacer lo que quería, pero algo muy dentro de ella la impulsaba a hacerlo. Subió la mirada poco a poco detallando la Yutaka negra que tenía hoy puesta, se veía tan diferente, se veía tan atrayente, poso sus ojos esmeraldas en aquellos ámbares que hoy no miraban inexpresivamente, él podría irse y no prestarle atención, pero seguía ahí de pie, esperando. Rin levanto su mano lentamente en dirección hacia su rostro, sentía miles de emociones recorriendo todo su cuerpo

-No-pronuncio Sesshomaru en voz ronca deteniendo su mano en el aire, sin dejar de verla.

Debido a su agudo oído la podía... escuchar...escuchar su corazón latir dos veces más de lo normal, pero si ella pudiera escuchar el de él, se daría cuenta que no era la única. Sabía lo que ella intentaba, algo que él ya había hecho la primera vez cuando la trajo desmayada a la habitación, pero si él la dejaba, estaría permitiendo que traspasara ese muro inmenso que había creado para evitar que Rin se le acercara todos los años que estuvo con el...Rin...esta Rin era la misma no había duda de eso, solo que su timidez, su manera de verlo como algo imposible había cambiado en ella, tenía la osadía de enfrentarlo, de hacer cosas que nunca antes se había atrevido. Tal vez por eso no quiso usar la fuerza suficiente para seguir reteniendo aquella delicada y frágil mano que continuo su trayecto hasta posarse en su rostro y al hacerlo ambos sintieron una corriente recorrer cada centímetro de su piel.

-¿Así se siente el amor? - Se preguntó ¿Lo que estaba sintiendo en este momento era a lo que tanto le temía?

Dejo que ella siguiera tocando su rostro con plena suavidad, como si ella estuviera descubriendo algo insólito, maravilloso e increíble, eso era lo que podía ver a través de sus ojos. Sintió como su mano dejo de acariciar su rostro para que sus dedos se entrelazaran entre sus blancos cabellos bajando despacio como si tuviera todo el tiempo necesario para hacerlo. Así Rin comprobó que era totalmente suave, nunca pensó que fuera así, que un Youkai tuviera tanta suavidad, su cabello, su rostro...termino por deslizar su mano entre sus cabellos. El seguía inmóvil, solo observándola, y en sus ojos ámbar ella encontró algo diferente, un reflejo distinto. ¿Que era?

-Sesshomaru-y en el momento de escucharla decir su nombre su cuerpo sintió dividirse para contrarrestar una lucha, la más grande: su corazón contra su orgullo. Sentía unas inmensas ganas de corresponder a sus caricias, pero era más que suficiente permitirle que lo tocara porque si el hacía lo mismo, estaba seguro que rompería con todas aquellas razones, leyes y juramentos que hizo de jamás caer ante una humana...su humana.

- ¿Y por que no puedo entrar? -abrió la puerta Jaken mirando a Akira y Kyoji quienes se encontraban afuera e inmediatamente Rin quito su mano de aquel pecho que se había aventurado a tocar por encima de la Yutaka, sonrojándose por completo-ya verán le diré a mi amo que ustedes...-Jaken detuvo en seco con la boca abierta dejando salir unos extraños sonidos al ver que tan cerca se halla Rin de su amo.

Ahora si su amo lo torturaría, había interrumpido algo importante, si, de eso estaba seguro al ver como estaba vestida la "mocosa" y "su amo bonito". Akira y Kyoji negaron con un movimiento tanta imprudencia de Jaken pero el único que agradecía por primera vez en mucho tiempo era Sesshomaru,

si no hubiera llegado, estaba seguro que hubiera perdido el control de si mismo y le habría correspondido a Rin...Rin... ¿Dónde estaba? La vio salir apresurada de ese lugar, casi corriendo.

Abandonarlo...tenía que hacerlo porque se sentía diferente cuando estaba a su lado, no era ella, era como si en su interior saliera otra Rin que la gobernaba y la impulsaba hacer cosas que no entendía. El era un Youkai y ella una humana y tuvo deseos de...negó con su cabeza borrando aquellos pensamientos, tendría que salir de allí o todo lo que habría aprendido durante cinco años lo quebrantaría.

Se fue directo a darse un baño con unas flores diferentes a las Silvestres que siempre utilizaba para embriagar su cuerpo a ese aroma, estas eran rojas y su aroma era un poco más fuerte. Se vistió con un Kimono sencillo, algo que le permitiera moverse libremente. Cuando calculo que era la hora en la que la mayoría de los habitantes del castillo estuvieran durmiendo saco de entre una bolsa de tela todas las flores silvestres que había cortado en el jardín aquella mañana esparciéndolas por toda la habitación y se apresuro a cerrar la ventana para que el aroma que destilaban no se fuera.

Finalmente abrió la puerta con total cuidado. Como era de costumbre Jaken estaba durmiendo, paso por su lado sigilosamente y camino rápidamente por los pasillos del castillo hasta hallar la puerta que la llevaría directo al jardín principal.

Un aroma fue percibido por Sesshomaru mientras descansaba en el futon, no había podido dormir debido a los sucesos que habían acontecido en la cena...ese aroma...era algo extraño nunca lo había olfateado, pero no le dio tanta importancia, tal vez sería una de las criadas Youkais que se hallaban en su castillo, además que sus pensamientos solo estaban centralizados en una sola persona...Rin...cerro los ojos recordando aquella caricia tan agradable que le había proporcionado, algo que no había impedido porque de alguna manera lo había deseado siempre.

-Oh orgullo, si has perdido una batalla podrás perder la guerra y harás de este Sesshomaru débil ¿Será el amor símbolo de debilidad? - se preguntó a si mismo ¿Por que lo dudaba ahora? Siempre lo pensó y asi tenía que ser porque él nunca se equivocaba...nunca.

Rin continuaba buscándolo ¿Dónde estaba? y sus ojos se iluminaron de esperanza al verlo, era la única salida de ese lugar. Se acerco a él subiendo a su espalda.

-Vuela Ah-Un-susurro aferrándose a el fuertemente- Vuela por favor y sácame de aquí-el dragón se levantó y dando un pequeño gruñido se elevó por los aires.

Rin abrió sus ojos después de la sensación de vació que sintió en su estómago al hallarse a una gran altura, más alta que aquellas murallas al parecer inquebrantables. Miro hacia el castillo y la sensación de tristeza empezó a esparcirse como la sangre lo hacía por todo su cuerpo, había utilizado lo que había aprendido en la aldea.

Los Youkais te olfatean y reconocen el aroma que posees... Sesshomaru conocía ya el suyo...ella lo sabía porque el mismo se lo demostró aquella noche de lluvia cuando intentó escapar por primera vez. Él había olido su aroma y por ende supo que ella se hallaba afuera de su habitación cuando intentó huir. Así, que para poder escapar tendría que cambiar su "aroma" para que el no pudiera rastrearlo o darse cuenta cuando salía, por eso se había dado un baño con flores diferentes y había regado muchas flores silvestres en su cuarto, para que él creyera que estaba allí durmiendo.

Aun así, Rin había olvidado otra habilidad del dueño de las tierras del Oeste.

Vuela Ah-Un...sácame de este aquí...

Se levanto de su futon inmediatamente al oír aquellas palabras en la inconfundible voz de Rin. Salió de su habitación caminando a cierta prisa hasta el cuarto de Rin viendo a Jaken durmiendo, pero no tenia tiempo para despertarlo. Abrió la puerta con algo de violencia y comprobó lo que sospechaba, muchas, muchas flores silvestres en el suelo llenando la habitación del mismo aroma que ella poseía, creyéndola dormida, pensando que había sido producto de un sueño lo que había oído...maldita sea,

había dudado, él lo había hecho...entonces el olor diferente que había sentido era...ella...ella lo había engañado y tratado como a un estúpido, lo había planeado...abandonarlo.

Todo lo que había hecho en la hora de la cena ¿Había sido un plan? Si, seguramente para hacerle creer que no intentaría escapar, que se quedaría con él, pero no, ella estaba huyendo para reencontrarse con ese mediocre humano. Debió terminar de matarlo aquel día, pero por ella, por el horror y temor que vio en sus ojos no lo hizo. Todos esos errores que había cometido, todo esto era culpa del maldito sentimiento llamado Amor. Salió caminando ahora con cierta tranquilidad, pero su rostro se volvió frío nuevamente, calculador y sus ojos empezaron a tornarse rojizos...control...al demonio con el control, estaba furioso y no le perdonaría que lo haya usado de esta manera, no se lo perdonaría.

El castillo ya había desaparecido de su vista, había decidido que Ah-Un caminara por tierra y que dejara de volar, debido a que no estaba acostumbrada y le estaba produciendo nauseas la altura.

-Eres muy obediente como dijo el señor Jaken-acaricio una de sus cabezas, por fin había logrado su libertad, por fin volvería hacer una humana rodeada de humanos, aunque ya no estaba tan segura de pertenecer a la aldea de exterminadores. Tal vez podría empezar a buscar su pasado, saco el colmillo que tenía como collar y el cual siempre mantenía escondido dentro de su kimono-Mi pasado-lo miro por algunos segundos y lo volvió a esconder dentro de los pliegues de su Kimono.

Un ruido extraño la alerto y Ah-Un se detuvo, frente de ella solo se veía oscuridad porque las nubes habían tapado la luz de la luna la cual permitía alguna visibilidad. Su corazón latió a millón cuando de la oscuridad solo vio dos luces rojizas, no tenía ninguna arma para protegerse de este Youkai. Tendría que subirse tan rápido como pudiera en Ah-Un para intentar huir por aire. Retrocedió lentamente dispuesta hacerlo mientras que las nubes finalmente siguieron su trayecto abriendo paso para que la tenue luz de la luna dejara ver quién o que era.

-No-pronuncio en estado de shock, su sueño o pesadilla se estaba haciendo realidad, él estaba ahí enfrente de ella, enojado, lo sabía, su expresión fría tal como aquella vez cuando ataco su aldea eran las mismas.

-Además de olfatearte poseo un gran sentido auditivo-dio un paso para acercarse, sus ojos aun continuaban rojos y Rin pareció estremecerse ante esa terrible mirada que le daba.

-Ah-Un vuela, vuela por favor-grito al subirse en los lomos del dragon como única salida de escape.

-Ah-Un-lo llamo Sesshomaru en un tono muy severo y fuerte.

El dragón soltó un gruñido encontrándose en un dilema, pero a pesar de toda tenía que obedecer a su verdadero Amo, él lo había tenido mucho antes que Rin.

-¿Ah-Un?- pregunto Rin, entendiendo que el animal youkai tendría que obedecer a su amo porque aunque Jaken le dijo que se lo había regalado a alguien, al parecer seguía obedeciéndole a él. El dragón de dos cabezas se tendió en la tierra- No voy a volver- se levantó Rin de la espalda del animal dando algunos pasos hacia atrás mientras él seguía acercándose de una manera lenta.

-Trataste de burlarte de tu señor, de tu amo-se detuvo mirándola y Rin lo miro confundida "¿Tu señor, tu Amo?"-Tu eres mía y no permitiré jamás que vayas donde ese maldito humano-Rin se giró, tal vez la atraparía, pero seguiría intentándolo, huir así que empezó a correr.

-Se que fui yo quien te abandone y te envié donde tu misma especie, pero si me recordaras no harías esto, hacerme sentir estúpido ante ti, estarías a mi lado y por eso no acepto que huyas de mí, porque me perteneces- murmuro Sesshomaru mientras dejaba que ella corriera.

Cuando ella habia logrado una distancia prudente decidio desplazarse a una gran velocidad anticipando el rumbo que ella tomaría apareciendo ante Rin quien lo miro asustada...no había escapatoria...y las lágrimas empezaron a inundar su rostro, su pesadilla era una realidad, pero a

diferencia de sus sueños donde se sentía alegre de que él no la dejara escapar, esta vez presintió que esta vez no sería así.

"Hazlo gran señor del Oeste, no la dejes escapar, poséela para que sea ella quien se convierta en tu perdición porque ya no puedes escapar a tus sentimientos...por fin el Amor te ha hecho débil, al igual que tu padre"-

Continuara...


Gracias a todas por sus lindos Rewievs. Hasta el próximo capitulo.