Celos...si, así seguramente se le llamaba a lo que estaba sintiendo en este momento, y una de las razones de su enojo. Estaba celoso ante la idea de que ella huía para reencontrarse con ese maldito humano ¿Lo amaba? Se volvió a hacer esa pregunta por segunda vez y su sangre pareció hervir más en furia ante tal pensamiento...de pensar que la había perdido, de que ella no era suya, de que ella no quería pertenecer a él.Todo esto se debía a que Rin no lo recordaba, por eso seguía huyendo, pero él encontraría una manera entonces para que no lo siguiera intentando. ¿Pero por una humana? Si era humana, era su humana, era suya. Le costaba aceptar que era débil, tal vez lo era, si, pero solamente por ella, además Rin jamás utilizaría ese poder que sin saber tenía para hacerle daño, para traicionarlo.
La tomo con algo de fuerza de sus brazos clavando sus garras en su piel para arrinconarla contra el tronco de un robusto árbol...control...orgullo...no sabía dónde estaban solo sabía que estaba herido y lleno de celos controlando cada parte de su ser, sin encontrar coherencia o razonamiento a lo que estaba haciendo, solamente su instinto era el que lo estaba llevando actuar.
-Eres mía-su voz sonó aguda y seria mientras Rin sentía sus garras clavándose más en su piel soportando el dolor producido.
No lo quería ver a sus ojos, no a esos rojizos ¿Dónde estaban sus hermosos ojos ámbar?¿Hermosos? ¿Como era capaz de pensar algo así en este preciso momento? Esta vez no se sentía segura de lo que él haría, pero esas palabras posesivas le eran agradables irónicamente, era como si esas palabras las hubiera estado esperando hace mucho tiempo atrás ¿Por que? Sintió que sus garras dejaron sus brazos para posarse en su kimono y sus ojos se abrieron desmesuradamente cuando oyó el Kimono rasgarse y el frío de la noche pegarse contra su pecho desnudo, entonces su respiración se hizo rápida ante lo que él seguramente tenía planeado hacer.
Su instinto lo seguía gobernando, no media sus acciones, la explosión de tantos sentimientos negativos y positivos corrían a una velocidad impresionante por su cuerpo, y ahí estaba lo que siempre pensó, sus pechos eran perfectos para ser humana, pechos que jamás habían sido tocado por nadie, cuerpo virgen esperando por él...esperar...ni un segundo más, con su mano tomo uno de sus senos presionándolo con algo de fuerza y un quejido se escapó de los labios de Rin mientras el continuaba con aquello que se podía definir como caricia en los sentidos animales que lo poseían a él ahora. Se acerco a ella y dejo sentir la respiración tibia que salía por su boca en su cuello, el cual empezó a lamer desesperadamente mientras la oía respirar agitadamente.
Debería estar sintiendo repulsión y asco de que él, un youkai la estuviera tocando, tratándola de tomar de esta manera, pero su cuerpo la traicionaba, porque al contrario sentía placer, placer de sentir sus labios en su cuello, placer de sentir su mano en uno de sus senos que a pesar de la fuerza como lo presionaba, le estaba gustando porque su piel estaba erizada y sus pezones se habían endurecidos ante aquel contacto.
Sesshomaru dejo su cuello, de embriagarse de su nuevo aroma, quería probar lo que siempre reprimió, lo que siempre deseo... sus labios... los tomo con algo de violencia mientras abandonaba lo que había utilizado para entretener sus manos y utilizarlas para atraerla más a él para que sintiera lo que era llamado pasión o su instinto animal.
Rin no sabía cómo responder, era la primera vez que sentía todo esto, que alguien tocaba su cuerpo, que la besaba, no sabía hacerlo, pero él siguió buscando con premura para que abriera su boca y finalmente introducirse en ella, llenándose del dulce sabor que siempre anhelo. La insto a que jugara con ese miembro pequeño llamado lengua y a su manera ella trato de hacerlo. Ahora sus manos se aferraban con fuerza a su nuca mientras el la seguía apretando con algo de dureza contra aquel tronco lastimando su espalda, pero ese dolor era lo de menos porque la ola de calor que subió a su cuerpo lo hizo desaparecer produciendo excitación.
Excitación... pudo olfatear eso en ella y pareció enloquecerlo más, significaba que lo deseaba, si a él y no a ese estúpido humano, otro gemido se soltó por parte de ella y un gruñido de satisfacción por
parte de él abandonando su boca para bajar más su Kimono y dejar la mitad de su cuerpo desnudo...piel blanca, suave, se deleitaba viéndolo, cuerpo que era suyo que sería suyo. En su desesperación llevo ahora su boca para saborear sus pechos y succionar cada uno de estos con más violencia...exquisitos...no podía comparar lo que sentía, esa necesidad de poseerla y hacerla suya aumento en gran manera, de sentirla, de convertir ambos cuerpos en uno.
Mientras Sesshomaru continuaba con lo que ahora mantenía su atención, ella sentía esa necesidad de sentirlo más cerca, de sentir más su cuerpo, sus caricias...si...quería que la hiciera suya.
Soltó uno de sus senos dejando una tonalidad algo rojiza por la constancia y fuerza que hizo en ambos llevando nuevamente sus labios hacia la curvatura que se forma entre el cuello y el hombro dispuesto a marcarla como a su hembra aunque no hubiera comenzando con aquel ritual que los humanos llamaban Amor.
"Hazla tuya, ámala, entrégate a ella y pierde contra la guerra que nos has terminado de vencer por todos estos años...márcala como tu hembra...márcala y consume aquel sentimiento llamado Amor"
Pero Sesshomaru no lo hizo, prefirió continuar besando esa zona y la respiración de Rin se hizo escasa, respirando a través de su boca, mientras que él continuaba con sus desesperados besos que algunas veces se trasformaban en suaves mordidas en su piel.
Sesshomaru alzo su mano derecha sin que ella lo notara y afilo dos de sus garras produciéndole dos líneas diagonales en la parte superior de su hombro derecho...La marca de Posesión...el ardor se hizo horrible por la presión que hizo, un poco profunda y sintió la sangre empezar a deslizarse por su espalda, él lamió aquella sangre y la herida que le había producido para que fuera sanada rápidamente. Rin dejo de acariciar su espalda y dejo caer ambas brazos contra los costados de su cuerpo, inmóvil mientras él continuaba lamiendo.
-La marca de posesión-pensó perdida en sus sentidos, la había marcado como hacían todos los youkais con las humanas, él era igual a ellos, le había dado la marca de esclavitud, no podría elegir destino alguno, no podría elegir su vida si él no se lo permitía, ahora su libertad, sus sueños, sus deseos, todo le pertenecían a él...posesión...significaba que la veía como a un simple objeto o animal ¿Por que le dolía tanto? Que estúpida fue al creer que él la tomaría como a su hembra...era humana y para los youkais los humanos eran inferiores, seres que utilizaban por un tiempo para luego deshacerse de ellos, eso era lo que él haría con ella.
Seria repudiada por los humanos si veían aquella marca, la marca que significaba que pertenecía a un Youkai el cual podría venir a usarla cuando quisiera.
-Como a un objeto- volvió a pensar pero sin darse cuenta lo había dicho en voz baja.
Objeto...el color de sus ojos volvieron a ser los mismos apartándose de ella cuando la escucho decir esa palabra, la vio con la mirada perdida y una gran tristeza. Sabía que al pertenecer a una aldea de exterminadores tenía una idea diferente a la marca que le había hecho, originalmente era así, pero para él esa marca tenía un significado diferente. Estuvo a punto de darle la marca que indicaba que la tomaba como a su hembra, pero aun lleno de celos y furia un poco de cordura volvió a él. No la tomaría de esa forma estando en ese estado de instinto, no la tomaría mientras que ella no recordara, no la tomaría mientras el terminara de aceptar sus sentimientos completamente, mientras que ella no le asegurara que lo amaba, tal vez él nunca se lo diría, tal vez él ya lo sabía, pero necesitaba por lo menos escucharlo por parte de ella.
"Tan impredecible como siempre señor Sesshomaru, así que la Marca de Posesión, marca tan común entre youkais para humanas. Marca tan distinta para ti en ella...se el significado que le da tu clan y por eso no pierdo la esperanza."
-Vístete-la miro de reojo Sesshomaru apartándose totalmente de ella pero pudo notar el colmillo que llevaba cargando como collar, había visto esa clase de colmillo antes y no era de un youkai cualquiera, era de un...pero quito su vista del pecho descubierto de Rin, no quería seguir viendo su desnudez,
además tal vez aquel humano se lo habría regalado. En total silencio se puso su kimono sosteniendo los pliegues donde se unían debido a que él lo había rasgado, su cabello ahora estaba suelto y el ardor de aquella marca era insoportable...no la quería, esa marca no.
Ambos llegaron al castillo, ya estaba amaneciendo ¿Debería decirle que significa en realidad para él la marca que le había dado? Su rostro estaba triste, y no le gustaba verla así, tal vez era por esa marca o porque lo odiaba al haberla tocado...no...Ella también había correspondido, aunque tal vez ahora podría estar arrepentida, apretó con fuerza su mano, tanto que sangre empezó a brotar de ella levemente, se odiaba porque había hecho algo que había jurado controlar.
Akira, Kyoji y Jaken estaban preocupados, se habían enterado de la fuga que había hecho Rin y al no encontrar a su amo supusieron que él fue tras ella. Por fin los vieron llegar, esperándolos en la entrada del castillo, sin embargo nadie dijo nada al ver a Rin en el estado que se encontraba, ni siquiera Jaken fue capaz de hacer algún comentario fuera de lugar.
Sesshomaru se detuvo para verlos seriamente, más que nunca. Ahí estaban las miradas expectante de los únicos tres youkais que había permito estar tan cerca de él, pero este Sesshomaru no tenía que dar explicación, él no y prosiguió su camino directo a su habitación. Rin bajo de Ah-Un sosteniendo más fuerte su kimono tratando de cubrir la cobertura que había sido rasgada.
-Mi niña-la vio con cierta incertidumbre Akira- ¿Que sucedió?-se atrevió a preguntar acercándose a ella y abrazándola fuertemente.
-Me marco Akira-le susurro Rin y las lágrimas empezaron a caer nuevamente en sus ya hinchados ojos, ese dolor en su corazón seguía clavado ¿Acaso lo amaba? Como era posible si ella no lo conocía, nunca lo habia visto si no desde aquel día cuando lo ataco.
-¿Dónde lo hizo?-pregunto Akira algo inquieta.
¿Que marca le daría su amo?¿Acaso por fin habría dejado de ocultar sus sentimientos y la marco como a su hembra? Se retiro un poco para buscar la marca que se le da en la curvatura del cuello y el hombro pero no la encontró. Rin dejo caer un poco su kimono dejando al descubierto la parte derecha de su hombro. Akira la vio y la abrazo nuevamente...esa marca no era lo que ella creía... sabia que ella tenia otra idea, porque en su rostro solo había tristeza, pero en el clan de los Inu-youkais a la cual pertenecía su amo no significaba que él la tomaba como a un simple objeto o que la veía como a un ser mas inferior que a un animal sin derecho a elegir su vida, no significaba que la usaría cuantas veces quisiera...no... aunque ante los ojos de Akira, Kyoji y Jaken, ya su amo por lo menos estaba dejando fluir sus sentimientos.
Kyoji dio un profundo respiro, su amo no se lo explico, tendría que hacer el esfuerzo para convencerlo para que se lo digiera a la señorita Rin, un intento que sería tal vez imposible. Se retiro con discreción.
-Akira llévala a su habitación-sugirió Jaken al verla en ese estado tan depresivo, ella asintió y camino junto a Rin de nuevo a aquella habitación a la que ahora estaba segura jamás podría salir, ni de allí, ni de ese castillo porque si algún día lo lograba ya no sería un simple humana libre ante los ojos de su misma especie.
Kyoji toco a la puerta de la gran habitación perteneciente a su amo, pero no escucho respuesta alguna, así que se tomó la osadía de entrar sin su permiso, seguramente se enojaría con el, pero tenia que hablar con su amo y allí lo vio observando detenidamente las flores Silvestres que todos los días Akira le traía a su petición. Noto que su amo por alguna razón lucia diferente desde que llego.
-Finalmente he caído tan bajo como mi padre-hablo con un tono de voz bajo ante la sorpresa de Kyoji-El gran Sesshomaru ha pisado los mismos miserables pasos que él, he sido traicionado por Amor...yo mismo me traicione-se retiró de la esquina donde estaba la vasija donde se encontraban las flores, la representación de ella cuando la alejo de él. Camino al umbral de su ventana para ver como el sol se levantaba para iluminar todas sus tierras.
-No has seguido los mismos pasos que el gran Inu-taisho...-Sesshomaru giro su rostro para verlo sin ninguna expresión- porque tu padre por lo menos no tuvo miedo de enamorarse de una humana, él lo acepto y lucho por ese amor-
- ¿Como aceptar algo que durante años negué y pelee contra mí mismo?-
Tal vez Kyoji tenia razón pero como aceptar algo que siempre estuvo en contra, algo que le reclamo a su padre, eso que produjo el odio contra Inuyasha al ser el producto de ese supuesto amor, el amor de dos distintas razas, siempre estando seguro que jamás...jamás...repetiría los mismos pasos de su padre pero al final lo estaba haciendo, porque su auto dominación no era suficiente para controlar sus impulsos y sus deseos como antes. Por eso la había alejado, para no ser como Ino nu Taisho, para evitar ser débil como su padre por Amor. Pero cuando la vio de nuevo después de todo este tiempo, lo que juro en parte le fue olvidado, porque al haber estado todo ese tiempo sin Rin, se había dado cuenta de cuan importante le era...si valiosa.
-Entonces deje de hacerlo Amo...dile sobre la marca que le dio-Sesshomaru volvió a mirar a través de su ventana.
-Si Rin recordara quien soy yo para ella, jamás le hubiera dado esa marca, porque no era necesario- por eso jamás le había dado esa marca a Rin mientras vivió con él, porque el significado de esa marca ella ya lo sabía por hechos, porque él de alguna forma se lo había demostrado.
-Lo se Amo, pero si no se lo dice ella le dará el significado que le dan todos los humanos -Kyoji abrió la puerta saliendo de la habitación.
Rin se encontraba recostada de lado en su futon con su espalda descubierta para que aquella marca sanara, ya era el medio día, pues podía notar a través de su ventana como el sol estaba en el punto mas alto en el cielo ¿Que sería de su vida?... ¿Cual vida? Ya no la tenía porque pertenecía a él. Tenia que odiarlo, pero no podía, por mas que intentaba no le hallaba la razón para hacerlo ¿Su libertad no era una razón? Si, lo era, pero ya no podía cambiar su destino. Escucho la puerta de su habitación fue abierta:
-Akira quiero estar sola por favor-rogó sin voltear a ver cerrando los ojos para intentar dormir y borrar por algunos momentos aquellos recuerdos.
Ver aquella marca dada en su piel, en aquella piel que ya había tocado, cuando sintió que sus manos ardían en fuego con cada roce que le dio, cada caricia algo violenta que le había demostrado, si, demostrado cuanto la amaba...ya era tarde ¿Para que seguir negándolo? La amaba desde aquel ultimo día que la vio y abandono, pero no quería que ese Amor siguiera creciendo mas en él y pensó que eso seria la solución para él, pero nada salio como quiso, al contrario, en vez de morir ese sentimiento con su ausencia, renació mas grande, poderoso e incontrolable.
Aun así él no la podía obligar a estar con el, no podría ver mas aquellos ojos tristes o que lo viera con odio como lo hizo en su primer encuentro, dos sentimientos negativos que Rin jamás tuvo, que nacieron por él, por su culpa. Podría decirle sobre aquella marca, pero, él, Sesshomaru nunca había aprendido a dar explicaciones, jamás lo hizo con nadie, además aun si lo pudiera hacer tal vez ella no vería esa marca de una manera significativa, no lo entendería porque ella no lo recordaba como a su señor o Amo, lo veía como a un simple youkai que la rapto sin ningún motivo aparentemente.
-No entiendes que "ella" es mi felicidad...feh, que vas a entender tú de eso si nunca te has enamorado y jamás lo harás. Alguien como tú no tiene corazón- esa fueron las palabras de su medio hermano cuando hace muchos años atrás después de haber destruido finalmente a ese youkai llamado Naraku, le habia reclamado el degradar mas la mitad de la sangre youkai que tenia por parte de su padre al unirse con aquella mujer, con Kagome, si, ese era el nombre de aquella humana...felicidad...porque ella lo era y porque lo entendía ahora, le daría lo que tanto quería.
-Te doy la libertad que deseas, puedes irte cuando quieres porque no iré tras de ti-Rin abrió los ojos y cubrió rápidamente con una sabana parte de su pecho, levantándose de lado, dejando que su cabello ébano cubriera su espalda perpleja ante lo que escuchaba ¿Le estaba dando su libertad por fin?-Aunque te haya marcado, eres libre-dejo que ella siguiera creyendo erróneamente lo que significaba esa marca, era lo mejor.
-Esta marca solo me servirá para recordar cuanto lo odio y no me importa el significado que tiene-mintió, lo sabía, no lo odiaba pero ¿Como podía confesarle que sentía algo por el? ¿Cuándo nacieron esos sentimientos si apenas lo había visto tres veces?- Y a Hakury tampoco le importara cuando regrese con él, porque entenderá que esto fue en contra de mi voluntad- Sesshomaru tensiono el rostro fuertemente, de nuevo ese humano, pero esta vez no haría nada al respeto. Salió de aquella habitación llevándose en su mente el recuerdo de su cuerpo y de su piel.
Camino por el pasillo hasta encontrarse con su más antiguo sirviente, quien estaba a la expectativa si su amo le habría dicho la verdad
-Kyoji acompáñala hasta los límites de mi tierras-continuo su trayecto para encerrarse en su habitación nuevamente, no quería ver cuando partiera. La alejo una vez obligándose a si mismo a hacerlo, la alejaba nuevamente por su propia voluntad.
Odio...era la único que había ganado...tristeza...es lo que estaba aprendiendo...celos...era lo que sentía... y Amor...lo que nunca pudo finalizar con ella.
Si, el gran señor Sesshomaru lo perdió todo, la perdió a ella ¿Que ganaba con su orgullo? Solo la soledad, nuevamente estaría solo...
Continuara...
