Capítulo 2: Legiones ignem aeternum
El viejo soldado soltó un largo suspiro cuando termino de arrancar las entrañas del ultimo engendro del infierno. Por un instante olvido sus preocupaciones, y se permitió disfrutar de la simple sensación de sus pulmones al respirar, el aire filtrado de su traje.
Movió sus manos, sintiendo el crujir de sus huesos, y el quejido de sus músculos. ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo? No eso no era importante, el había vuelto, y eso solo podía significar una cosa. Demonios.
"Cuando todo este perdido, cuando no haya oportunidad de vencer a la sombra que se extiendo. ¡Llame! Y a tu lado luchare"
El soldado se froto la cabeza, tratando de sacar ese molesto recuerdo de su mente, pero eran en vano, no importase cuanto quisiese negarlo. Al final se rindió y mejor paso a lo siguiente en su lista de pendientes, jugueteo con los comandos de su traje, queriendo averiguar dónde estaba.
Pero su momento de tranquilidad no duro mucho, una extraña procesión de lo que solo se podía catalogar como un montón de soldados enlatados en armatostes gigantes se le acercó, tenían las armas en alto, pero no eran demonios, por lo que lo que quisiesen no era de su interés. Se dispuso a ignorarles cuando una voz familiar sonó en su casco.
-Buenos días Slayer. He terminado el análisis espectral de su idioma y cultura. Por favor, déjame hablar a mí.
El soldado se alegró al escuchar la metálica voz de su compañero de aventuras. Una buena noticia en toda esta confusión. Por supuesto que dejaría a VEGA encargarse de las negociaciones, por alguna razón cada vez que él hablaba con alguien, alguien quería llenarle el cuerpo de plomo o plasma fundido.
Observo como una mujer alada sobresalía de entre los recién llegados, ella debía ser la líder, algo en su rostro se lo decía. Antes de que comenzase el intercambio de palabras él se sentó sobre el cadáver del ultimo demonio, no era el asiento mas cómodo, pero al menos sus piernas descansarían un poco, estaba cansado, demasiado cansado.
Mientras las palabras se pronunciaban en una lengua que el desconocía, el decidió matar el tiempo analizando a los recién llegados; parecían humanos, mucho más altos de lo que recordaba.
"Parecen refrigeradores con patas…esas armaduras no pueden ser cómodas de ninguna forma"
El soldado se permitió una pequeña risa dentro de su mente, este sería un alegre recuerdo sin duda, sería una valiosa memoria en los tiempos por venir. Luego continuo examinando al grupo, ahora centro su atención en las extrañas alas de la mujer, no había forma en que estas fuesen reales, aun así, se movían con una gracia que indicaba lo contrario. Las blancas plumas eran hermosas.
"La humanidad definitivamente a evolucionado de formas muy curiosas. Los hombres ahora miden más de dos metros, mientras las mujeres tienen alas"
Por un momento el soldado quiso reír un poco, pero luego observo como una segunda mujer se movía en la parte trasera del grupo, esta no tenía alas, pero si tenía una extraña aura que la envolvía, era extraño, casi como si el espacio a su alrededor estuviese en constante silencio.
"Ella es rara, nunca he visto algo similar"
Un poco más al fondo pudo ver a un grupo de "seres" robóticos, el con anterioridad ya había tratado con ciborgs y cosas similares, pero estos eran diferentes, una especie de ciborgs con ropa de sacerdotes, además de que uno de ellos parecía moverse sobre una especie de cola con varias patas más pequeñas. Eso era desconcertante, según recordaba la humanidad, incluso cuando reemplazaban partes de su cuerpo con máquinas, siempre habían tratado de mantener su forma humana, pero estos "ciborgs" no parecían tener problemas con sus formas extrañas.
"Interesante, parece que ya no tienen que seguir una etiqueta para parecer humanos"
Finalmente pudo sentir otra presencia, aunque no sabía a quién pertenecía, pudo deducir que era un psíquico, busco activamente al pobre incauto que trataba de unir su mente a la suya, pero no lo encontró, posiblemente estaba escondido detrás de alguno de los refrigeradores con patas, no hay problema, él sabia como sacarlo, relajo su mente, dejo que el intruso entrase, si quería saber más de él, él no se negaría, ¡Le dejaría ver el infierno!
Un segundo después de que el soldado se relajó, pudo ver como uno de los refrigeradores con patas caía al suelo, aunque no podía ver su cara debido al casco que portaba, podía inducir que lo que había visto, lo había dejado aterrado.
"No te metas donde no te llaman"
Quiso decirle, pero luego recordó que no conocía el idioma, así que mejor se lo guardo, en todo caso era obvio que el pobre incauto no intentaría otra excursión a su cabeza.
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Celestine levanto su mano derecha en señal de "alto el fuego", ella no conocía al extraño, pero solo un loco comenzaría una pelea con alguien que puede despedazar a un príncipe demonio a manos desnudas. Todos los marines que la siguieron guardaron sus armas, pero mantuvieron sus manos sobre ellas en caso de que las necesitasen.
La apariencia de su "salvador" era humana, un poco más alto que el promedio, pero mucho más pequeño que un marine astartes, su armadura era una reliquia hecha a la medida, se podía sentir la dedicación de su creador en cada curva y detalle, claramente no era algo que cualquiera pudiese hacer. Familiar y a la vez tan extraño, era como si pudiese ver la mano del emperador en esta obra, y a la vez no, había una desconocida diferencia que la hacía extraña y familiar a la vez.
-Demando saber tu nombre, ¡Quítate el casco!
Exigió Celestine con voz de trueno, si su extraño salador resultaba ser un demonio o algo peor, no tenía caso las sutilezas, por otro lado, si era un instrumento del emperador como ella. Celestine negó con la cabeza, el emperador debería haber perdido la capacidad de crear guerreros semejantes.
-Mi nombre es VEGA, y el aquí presente es llamado Slayer.
Celestine se sintió un poco desconcertada, quien le respondió claramente no era con quien ella quería hablar.
- ¿Quién eres? Muéstrate.
Las cosas se estaban complicando, las armas estaban a punto de ser desenfundadas y disparadas.
-Eso es imposible, no poseo ningún medio para bajar, y mi compañero enfrente tuyo a jurado no decir palabras hasta que el ultimo demonio haya muerto, por su mano.
Celestine levanto la cabeza, observando la extraña estructura que flotaba en órbita baja. Por lo que había escuchado VEGA estaba allí. Luego bajo la cabeza, y observo ha llamado Slayer, un título un poco atrevido, pero, no sería ella quien lo señalase. El claramente tenía la fuerza para respaldarlo.
- ¿No puedes bajar o no quieres? Porque tu amigo bajo claramente.
Señalo Celestine, si bien seguía siendo cuidadosa, algo en la voz de VEGA le calmaba, la adormecía.
-Creo que el termino caer sería más exacto, salto desde mi posición. Muchos de los sistemas de la nave aún están inoperativos, y ustedes no parecían tener el tiempo para esperar a que los repare.
Todos los presentes, incluida Celestine gruñeron ante esa declaración, más que nada porque no podían negarla. Habían tenido muy apretada soga en el cuello hasta hace unos minutos.
-Supongamos que te creo… ¿Cuáles son tus motivos para estar en este lugar?
Celestine dejaría el tema de VEGA de momento, había otras preguntas que necesitan respuesta.
-Demonios obviamente. Hemos venido de cacería, mataremos a sus acólitos, aplastaremos a súbditos, despedazaremos a sus huestes. Y no pararemos hasta que sus dioses corruptos sean consumidos por nuestra furia. Tal y como el dios emperador nos lo ha ordenado.
Celestine sintió que un peso le era retirado de sus hombros, tuvo que esforzarse para que sus piernas no le fallasen, ¡El dios emperador no los había abandonado! había enviado a ayuda en esta hora oscura.
-Si lo que dices es verdad, supongo que debo saludarte hermano.
Celestine vio como todos a su alrededor exclamaron una silenciosa y rápida plegaria al dios emperador, en agradecimiento, uno incluso cayo de rodillas.
-Innecesario, solo cumplimos con nuestro deber.
El resto del día fue mucho más tranquilo para Celestine. Reorganizar sus tropas y hacer un recuento de sus activos fue relativamente fácil, aún quedaban algunas dudas acerca de la identidad y propósitos de su misterio benefactor, ese ser llamado Slayer, que tendrían que ser resueltas, pero en este momento lo dejaría pasar, debía encontrar un trasporte y asegurar su carga. El emperador le había confiado una misión, una que ella no fallaría.
Las semanas pasaron y Celestine tuvo que dejar sus obligaciones en manos de sus más confiables asesores, necesitaba tiempo para organizar alguna forma para poder escapar de este sistema solar. Por fortuna los demonios que podían entorpecer este objetivo, estaban muy ocupados siendo reducidos a carne molida.
La defensa había quedado en manos de una de sus hermanas, aunque parecía innecesario. El Slayer había comenzado una limpia planetaria de las criaturas demoniacas, cada media hora le llegaban informes de campamentos destruidos, fortalezas despedazadas, o prisioneros liberados.
El Slayer se movía rápido, y era extremadamente letal, según sus informantes, ningún demonio que osase enfrentarle, había sido un reto digno de mencionar. Todos caían hechos pesados.
"Talvez la palabra carnicería sería una descripción adecuada"
Lo cual le dejaba tranquila, al menos de momento. Por supuesto que eso no significaba que confiaría plenamente en alguien que no mostraba su cara. Celestine aun sentía un poco de miedo cada vez que veía ese visor cristalino en los informes, era casi como si el Slayer no tuviese un rostro debajo de él.
En todo caso, planeaba enviar a alguien a esa inmensa fortaleza flotante pronto, ya sea como embajador o como espía. VEGA la había invitado, pero ella no iría a territorio desconocido así porque si, necesitaba información, quería confiar, pero no podía, ya había sido traicionada demasiadas veces, las fuerzas del caos tenían un sinfín de agentes.
-Necesito a alguien con un profundo conocimiento de máquinas, si quiero averiguar la verdadera naturaleza de mis nuevos aliados. ¿Tal vez uno de los tecno sacerdotes sobrevivientes?
Celestine se froto el cuello, estaba muy adolorida. Reviso otro informe, este era incluso más desalentador que el primero. Siguió pasando y pasando las hojas, pero nada, solo había malas noticias. Después de un rato se dejó caer contra una pared.
-Necesito dormir un poco.
Celestine cerró los ojos, dormir contra una pared no podía ser lo más cómodo, pero era mejor que nada, en todo caso ella solo necesitaba una o dos horas de sueño para recuperarse. Estaba a punto de ceder ante el cansancio cuando un soldado entro gritando.
-Santa, Santa, un informe urgente.
Celestine maldijo mentalmente al pobre mensajero, aun así, logro levantarse.
-Espero sea bueno.
El informe en si era como los anteriores, uno de los pocos satélites que aun funcionaban había registrado el último enfrentamiento del Slayer con los demonios, incluso había tomado un video del enfrentamiento.
Celestine no sintió que el informe fuese tan importante, los demonios se habían resistido al implacable paso del Slayer con todo lo que tenían, pero, aun así, nada pudieron hacer en contra de su furia sin fin, por lo que acabaron despedazados, Ceslestine sonrió al ver las imágenes tomadas de los restos demoniacos.
- De príncipe demonio a rompecabezas en menos de un minuto, que gran cambio de carrera.
Celestine se mordió la lengua para no reírse de su propia broma, no sería algo digno de la "santa" sin embargo la parte preocupante llego después.
- ¿30 000 sobrevivientes liberados? ¡No podemos con tantos! ¿Ya examinaron si hay corruptos entre los rescatados?
El soldado dudo un poco en responder, pero la inquisitiva mirada de la "santa" lo obligo a responder.
-VEGA asegura que no hay ninguna corrupción entre los sobrevivientes.
Celestine se mordió los labios, incluso si eso era verdad, y los demonios aún no habían logrado corromper esas almas leales. La verdad era que ellos no tenían en este momento como mantener a tanta gente, no había comida, agua, nada. No podían ayudarlos.
-Hazte a un lado.
Celestine salió dispuesta a reducir el problema a cenizas, pero una voz en su intercomunicador la detuvo.
-Matar a los refugiados va en contra de los deseos del emperador.
Celestine reconoció la voz de VEGA al instante, si timbre era inconfundible.
-Además el Salayer podría verte como un demonio si lo haces.
- ¿Esto es una amenaza?
Cuestiono Celestine mientras un sudor frio resbalaba por su espalda, enfrentarse al Slayer con lo que tenían, no era una buena idea.
-No, solo señalo que tu curso de acción es incorrecto.
-No tenemos…nada con que ayudarles.
-Allí estas equivocada "santa", tu no vas a ayudarles, son ellos quienes vienen a ayudarte.
Celestine sintió una extraña sensación al escuchar esa declaración.
- ¿Como?
-Comprendo que necesitas llegar a Terra a la máxima brevedad posible ¿Verdad?
A lo que Celestine solo asintió, olvidándose por completo que no había forma posible que esa respuesta fuese vista por alguien que se supone esta en orbita baja.
-Te estoy enviado un detallado plan de acción, si lo sigues al pie de la letra asumo que podremos reparar una nave capaz de trasportar tu valiosa carga a Terra en solo un año.
Celestine sintió miedo al escuchar "valiosa carga" ¿VEGA sabía lo que llevaba? Aun así, no se permitió mostrar expresión alguna, no podía delatarse frente a un desconocido. Pero sin duda su mayor sorpresa llego cuando examino el plan que le había llegado, era un detallado proyecto, un muy muy detallado proyecto, el cual efectivamente podría ser muy viable.
-Este plan es muy detallado, incluso has considerado un sinfín de posibles variables y problemas que pueden surgir entre la población.
Celestine estaba asombrada, muy asombrada.
-Por favor no te asombres, este es el mínimo que siempre se me ha exigido.
La comunicación se cortó después de eso, aun así, Celestine no se molestó. Ya tenía un camino a seguir, ahora solo le restaba asegurarse que quienes le habían jurado lealtad lo siguiesen.
Camino algunos pasos, antes de darse cuenta que ya no estaba al mando. Esto la molesto, la molesto mucho, pero no tanto como para negar la ayuda. Aunque si elevo a la enésima potencia su curiosidad acerca de la verdadera identidad de VEGA.
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VEGA había comenzado a recolectar información tan pronto como salieron al espacio real. Pese que había pasado mucho tiempo en el vacío, sus sistemas no parecían haber sido afectador por el paso del tiempo. Lo cual facilito mucho la recolección de información.
Sus primeros hallazgos parecían indicar que el idioma había sufrido una transformación, esto indudablemente será un desafío, las barreras lingüísticas siempre fueron factores importantes en los conflictos o el trabajo conjunto.
Tardaría mucho tiempo recolectado la información necesaria para comenzar a aprender del nuevo idioma, necesitaba una conexión directa ya. Esta vacilación, había descuidado el encendido del teletransportador, cosa que obligo al Slayer a saltar desde órbita baja para poder unirse al combate.
Fue increíble presenciar su impaciencia, deberían haber pasado siglos desde su ultimo combate, pero esto no parecía afectar su desempeño.
Continuo con su arduo trabajo de recolección de información, afortunadamente en el espacio circundante había un sin fin de naves destruidas que podían usarse para este propósito, el solo necesitaba desplegar a alguno de sus drones y conectarse directamente.
La conexión remota a los servidores de las naves fue un éxito, uno mucho mayor al esperado de hecho. Resulta que estos humanos parecían usar varios códigos y comandos que eran compatibles con su arquitectura, esto acorto inmensamente el análisis y absorción de información, aun así, era extraño este nivel de compatibilidad.
El continuo intercambio de información causo molestia en VEGA. Ninguno de los mapas estelares que el poseía coincidía con los que se mostraban en los datos recolectados. Aun así logro descubrir varias cosas, igual de preocupantes.
Los dioses de la disformidad, vendrían a ser su equivalente al señor oscuro el cual el Slayer había derrotado.
La interminable guerra con los llamados Xenos, razas extraterrestres que habían evolucionado, o llevaban millones de años a la humanidad.
Los cultos al caos y sus diferencias.
La prohibición de diversas tecnologías, muchas de las cueles formaban parte de él.
Y un largo ETC, de información poco clasificada y muy amontonada pasaron por los sensores de VEGA.
En resumen, VEGA pudo enterarse el horroroso declive de la humanidad, la cual únicamente se mantenía en pie, debido a su inquebrantable fe en un ser conocido como; El dios emperador.
Aun así, la humanidad era una especie condenada a la extinción, una lenta y agonizante extinción. La cual parecía haber iniciado hace más de 10000 años en un evento conocido como la herejía de Horus. Casi era como si la mentalidad de la humanidad hubiese regresado a como era en la era oscura, con casería de bujas y demás. Con la única novedad de que tenían naves espaciales, y un sinfín de especies alienígenas con las cuales luchar.
¿Por qué no habían sido llamados al combate antes?
Lamentablemente esa y otras varias interrogantes tuvieron que esperar.
El Slayer ya había logrado frenar la invasión demoniaca, y estaba a segundos de realizar contacto con los nativos. Debía actuar de inmediato, el Slayer solo podía hablar a través del barril de su escopeta.
Por unos nanosegundos, VEGA fue capaz de comprender la molestia que Samuel Hayden sentía, al tratar con alguien cuya única lengua era fuego y furia.
-Buenos días Slayer. He terminado el análisis espectral de su idioma y cultura. Por favor, déjame hablar a mí.
Comento tranquilamente, mientras usaba los registros para actualizar su vocabulario, estaba convencido de que podría llegar a un cese de hostilidades.
-Demando saber tu nombre, ¡Quítate el casco!
VEGA sintió como sus esperanzas disminuían rápidamente, claramente este grupo variopinto de guerreros humanos, no estaba con muchos ánimos de hacer amigos.
-Mi nombre es VEGA, y el aquí presente es llamado Slayer.
Contesto cordialmente, había modificado su salida de audio con el fin de que su voz fuese lo más tranquilizadora y firme posible.
- ¿Quién eres? Muéstrate.
-Eso es imposible, no poseo ningún medio para bajar, y mi compañero enfrente tuyo a jurado no decir palabras hasta que el ultimo demonio haya muerto, por su mano.
VEGA rápidamente recordó que tecnologías como el eran prohibidas en el imperio, y que cualquiera que intentase investigarlas era considerado un traidor, necesitaría arreglar eso, o las cosas podrían complicarse.
- ¿No puedes bajar o no quieres? Porque tu amigo bajo claramente.
VEGA predecía que su tono de voz había funcionado, los signos vitales que registraban las serbo armaduras estaban normalizándose, una clara señal de que esos humanos ya no estaban el plan de pelear o correr.
-Creo que el termino caer sería más exacto, salto desde mi posición. Muchos de los sistemas de la nave aún están inoperativos, y ustedes no parecían tener el tiempo para esperar a que los repare.
VEGA sintió como algunos de sus micro procesadores se sobre calentaban al recordar eso, ¿Se podía decir que se estaba riendo?
-Supongamos que te creo… ¿Cuáles son tus motivos para estar en este lugar?
VEGA había triunfado, la situación se había estabilizado lo suficiente como para que su presencia no fuese catalogada como hostil.
-Demonios obviamente. Hemos venido de cacería, mataremos a sus acólitos, aplastaremos a súbditos, despedazaremos a sus huestes. Y no pararemos hasta que sus dioses corruptos sean consumidos por nuestra furia. Tal y como el dios emperador nos lo ha ordenado.
Cada palabra pronunciada en esa declaración tenía como objetivo no solo señalar su objetivo más inmediato, si no también quería dejar en claro que no eran enemigos potenciales. Se sentía un poco extraño proclamar dios a un emperador que no conocía, o podía encontrar registro alguno, pero lo que sea para evitar un innecesario derramamiento de sangre.
-Si lo que dices es verdad, supongo que debo saludarte hermano.
VEGA sintió como sus procesadores comenzaban a enfriarse un poco, los signos vitales de todos parecían apagarse, lo cual significaba que la crisis más inmediata había sido superada exitosamente.
-Innecesario, solo cumplimos con nuestro deber.
Cuando la conversación termino VEGA pudo regresar a su análisis de la cultura, el idioma, y la situación actual del imperio. Era obvio que estarían trabajando juntos por algún tiempo, y lo mejor era comenzar con el pie derecho.
El Slayer por su parte solicito coordenadas para su siguiente casería. El planeta estaba tan plagado de demonios, que no importaba en qué dirección fuese, aun así, siempre sería más productivo enviarlo a ubicaciones que los demonios se viesen obligados a proteger o morir. El Slayer odiaba cuando los demonios corrían. Y en honor a la verdad el también.
Las semanas posteriores fueron de matanza tras matanza, los demonios se negaban a perder las posiciones que habían afianzado en el planeta. Por alguna razón los demonios parecían ser más obstinados que en el pasado. Llegando incluso a volver a reclamar una instalación que ya había sido limpiada de su presencia. Al final el Slayer la destruyo, luego empalo a todos los demonios sobrevivientes en el perímetro de dicha instalación. Claramente estaba molesto.
Finalmente, las cosas se calmaron para la cuarta semana, los demonios ya no eran tan atrevidos, y sus incursiones se limitaban a zonas que aún no habían sido limpiadas. No por eso eran menos molestos, pero al menos ya no tenía que mandar al Slayer de un lado al otro del planeta.
El tiempo extra lo uso en analizar las diversas bases de datos a las que tenía acceso, así como localizar nuevas. El proyecto de marinas Primaris fue sin duda su mayor hallazgo, el doctor Hayden había intentado en su momento crear una fuerza parecida usando a la sangre del Slayer como base genética. Si bien había producido a los Pretors, su desempeño había dejado mucho que desear.
La idea de recrear el sueño de su creador cosquillaba en su RAM, era obvio que el Slayer no podría contener una invasión demoniaca a una escala galáctica. Pero un ejército de Slayer… incluso si no tenían más que un décimo de su capacidad, podrían cambiar el curso de la guerra en solo unos siglos.
De momento dejaría esa idea en el aire, era un plan que podría ejecutar más adelante, en todo caso ahora la principal preocupación, era enviar a Celestine y su carga de regreso a Terra. Los últimos registros del buque insignia de la cruzada celestiniana rebelaban cual urgente era su misión.
VEGA reunió datos y finalmente llego a un plan de acción, era un poco largo, y claramente chocaba con los intereses de algunos de sus potenciales aliados, pero no tenia de otra. Con su inmenso análisis de las bases de datos ya había logado hacerse una idea general de los objetivos y personalidades.
Necesitaba una forma de atraer a Celestine de su lado. Y suficiente mano de obra como para comenzar con la construcción de un crucero de batalla adecuado para el viaje. Crucero de batalla que no sería como nada que el imperio hubiese visto antes. Era hora de anunciarle a la humanidad su regreso, y que mejor forma de formalizar su alianza, que, con un valioso regalo, uno que no puedan rechazar.
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