Capitulo 3 : Muriendo por ti…mi infierno.
Habían pasado dos semanas desde que todos esos sucesos extraños se precipitaran en la vida de aquellos tres Sohma. Cada uno de ellos quería buscarle una explicación a esta supuesta huída, pero de algún modo también querían olvidarlo.
Siempre supieron que esta pompa de jabón bella y frágil que era su vida con Tohru, explotaría cuando menos lo esperaran, pero el tiempo y su calida sonrisa les hizo ir olvidando sus miedos. Esa muchacha de apariencia débil, frágil e incluso algo tonta había conseguido proezas que nadie jamás esperó.
Era increíble pensar como una sonrisa les hacía sentirse normales, como una caricia borraba cada día de maldición, como su sola presencia mitigaba los dolores de quien no controla su destino. Por eso, cada segundo sin ella era un martirio en esa casa. Shigure había perdido toda inspiración y su característico toque bromista, solo pasaba las horas encerrado en su despacho pensando en esa maldita carta. Yuki encerrado en su cuarto recordaba las palabras que Akito le dijo cuando era pequeño (que cualquier persona que conociera su secreto sería infeliz y sufriría) y trataba de pensar que nada de esto era cierto, que Tohru volvería, pero con cada tachón en el calendario se le hacía más y más difícil de creer. Kyo, por su parte, derrochaba su furia entrenando. Horas y horas eran las que se pasaba fuera de casa hasta que caía exhausto y con los nudillos sangrantes.
¿Qué más podía hacer?
Sentía culpabilidad, en cada poro de su cansada piel sentía como la culpa le ensuciaba. Tohru se había marchado… se había marchado… se había marchado… por más que lo repitiera nunca tendría sentido.
Ahhhhhhhhhhhhhhhhh!- su grito resonó en todo el territorio de los Sohma, su desesperación hizo acto de presencia y cayendo de rodillas explotó en lagrimas. – (pensamiento) Por qué? Por qué te fuiste? Por qué me dejaste solo? Sé que soy un monstruo, que eres demasiado especial para estar entre las bestias que somos los Sohma, pero no es justo! No puedes enseñarnos lo que es la vida y luego pretender que volvamos a la vida de antes como si nada. Te quiero… te quiero (/fin pensamiento) – TE QUIEROOOOOOOOOO!
En un rincón de ese mismo bosque, tras un árbol, se escondían Akito y Tohru. Era una parte más de la tortura psicológica a la que el dios de los Sohma la sometía desde que la obligara a escribir esa carta.
¿Le ves¿Ves su desesperación, su dolor? El te quiere, te quiere pero nunca te tendrá, ni tú a él. Pero¿no es un precio justo por su libertad?- Las lágrimas brotaban como torrentes en los ojos de la joven oniguiri, quería acercarse, besarle y consolarle; pedirle perdón hasta el fin de sus días por hacerle sufrir así, pero le era imposible.- ¿Te gustaría abrazarle¿Consolarle entre tus brazos?- acercó su boca al oído de ella y le habló con voz sigilosa y espeluznante. – Pues nunca podrás, aunque yo te dejara ir, aunque olvidara tu promesa no podrías. Está maldito, más maldito que ninguno de nosotros, nunca podrá ser feliz, nunca podrá ser abrazado, nunca podrá ser amado… ni tú tampoco. – La joven trató de girarse para mirar a Akito a los ojos, sorprendida por aquellas últimas palabras, pero él se lo impidió. – Me has regalado tu vida, me has hecho dueño y señor de cada uno de tus sentimientos, por eso no dejaré que seas feliz, no permitiré que disfrutes estando al lado de ningún Sohma. Vivir con ellos te hizo compartir su maldición, y la compartirás hasta el día de tu muerte.
Un coche negro y tremendamente elegante se podía ver por las sinuosas carreteras de las afueras de la ciudad, aquel camino no era nada agradable para Akito con tanta curva y bache, pero era el más directo desde la casa de Shigure hasta la casa donde pretendía llevar a Tohru, una de tantas propiedades de los Sohma, pero la diferencia es que este lugar apenas lo conocía nadie. Era un remanso de paz al que él escapaba de vez en cuando, por eso, sería el lugar perfecto para esconderla hasta que decidiera plenamente que hacerle.
De pronto, un fuerte ruido les sorprendió y el chofer se vio obligado a detener el coche.
¿Qué demonios ocurre!- preguntó muy molesto Akito.
Disculpe señor, parece que una rueda se pinchó. No tardaré nada en arreglarlo, pero sería mejor que bajaran.- Obedecieron ambos al chofer tratando de que el arreglo fuera lo más rápido posible.
Por la mente de Tohru no paraban de pasar las imágenes de Kyo llorando y gritando que la quería. ¿Cómo olvidarlo? Su corazón parecía querer escaparse de su dolorido pecho, su mente luchaba contra ese sentimiento que le invitaba a escaparse, correr hasta Kyo y besarle hasta que dejara de llorar.
¿Qué hacer?
¿Dejarle sufriendo?
¿Escapar y condenarle a ser encerrado tras la graduación?
¿Qué!
Miró a los lados nerviosa, tenía taquicardias, un sudor frío comenzaba a recorrer su delicado cuerpo y cada célula de su cuerpo se tensionaba de una manera casi dolorosa. Izquierda y derecha, izquierda y derecha… y nadie alrededor.
Suspiró, tomó aire y echo a correr.
Corre, corre, corre, corre… no cesaba de repetirse eso a modo de animo inconsciente. Corre, corre, corre, corre… no puedes dejar que te atrape. Corre, corre, corre, corre… no mires atrás. Pero el miedo era demasiado fuerte y no pudo evitar mirar atrás viendo como el chofer de Akito corría hacía ella apunto de atraparla. De repente, sintió algo en su pie, un golpe… había tropezado con algo.
En un par de segundos, todo sucedió de manera casi imperceptible. Tohru, tropiezo, rocas, golpe y sangre… mucha sangre. El ruido sordo de su cabeza golpeándose en las rocas fue más fuerte de lo que se podría esperar.
Señor! La muchacha!- Tohru yacía inconsciente sobre aquellas rocas, la sangre manaba abundante de su cabeza, mientras Akito la miraba impasible y el chofer no podía reprimir un gesto de asombro.
Bueno, que le vamos a hacer. Comprueba si aún vive.- El chofer obedeció y puso las manos en el cuello de la muchacha. Sus ojos se abrieron desorbitados al no notar vida en ella.
Ha… ha muerto, señor.
Inútil, incluso para huir es inútil. Esto no era lo que yo pretendía, pero… tampoco estropea nada. Termina de arreglar la rueda rápido, tenemos que irnos cuanto antes.
Continuara…
Gracias de nuevo a todos los que me dejasteis reviews! y sobretodo a kien me aconsejó que permitiera que los no registrados tmb dejaran comment (ni me habia dao cuen q lo tenía desactivao ToT)
En el proximo capitulo... sangre... la sangre fluyendo, la lluvía cayendo sobre un cuerpo que nadie conoce. Muchos cambios, nueva vida.
CAPITULO 4: Una vida sin ti... pero con mis demonios.
Arigato! o
