Una tarde y la verdad
Una vez que Harry salió de la casa de Hermione se dirigió hacia un callejón. Vigilando que no viniera ningún muggle se desapareció para aparecerse después en la Madriguera. Desde que el trabajo del padre de Ron había sido reconocido y por parte de la recompensa que le dieron por atrapar a un grupo de mortífagos buscados en una misión de la Orden del Fénix (que todavía se escondía ante la mirada del pueblo) la Madriguera había cambiado notoriamente. Gracias a varias reformas ahora era más amplia cada planta aunque seguía teniendo las mismas. Los muebles habían sido renovados pero siempre siguiendo el estilo rústico y tradicional de la señora Weasley y habían conseguido a un buen jardinero mágico que les arregló el jardín quitando las malas hierbas y poniendo un repelente para gnomos y también les dio consejos para cuidarlo justo cuando se iba. Habían plantado nuevos árboles, flores, y habían puesto una mesa de plástico blanca gigante para las reuniones familiares y una inmensa sombrilla que la cubría entera. Aunque, como se lo pedían los chicos, de vez en cuando el señor Weasley dejaba a las malas hierbas crecer, quitaba el repelente para gnomos y se jugaba al juego de "Dale una patada fuerte a los gnomos o recibe un mordisco"
Harry se apareció fuera de la casa, justo en la entrada. No le pareció buena idea aparecerse dentro de la casa y tomarles a todos por sorpresa. Solo Ron sabía que él había regresado tras pasar cinco largos años desaparecido así que decidió que sería él quien les contaría toda la historia a los Weasley.
Suspiro. Exhalación. Suspiro. Exhalación. Paso al frente. Otro paso al frente. Harry llamó a la puerta de la Madriguera mientras escuchaba una suave voz que gritaba un lejano "¡ya voy!" mientras la puerta se abría con un chirrido. Observó la perpleja cara, ahora blanca, de la joven que tenía en frente. Su pelo rojizo la llegaba hasta la espalda y caía delicadamente sobre sus hombros. Sus pecas rojas estaban muy marcadas por la pálida cara que se la había quedado y sus ojos azules aún conservaban el brillo de la juventud. Tenía las piernas largas y las caderas un tanto anchas aunque por sus movimientos se notaba que era sensual y dulce. Vestía formalmente, con un pantalón corto negro, una camiseta de tirantes granate y unas cómodas deportivas.
¿H-…H-a…r-r…rr-y?-tartamudeó nerviosa. El moreno asintió con una sonrisa nerviosa. La joven abrió aún más sus ojos azules que parecía que se le iban a salir de las cuencas y apenas tuvo tiempo de observar la gran sonrisa que se le formaba antes de que se abalanzara sobre sus brazos.
¡¡¡Has vuelto!-chilló feliz-Y estás guapísimo-Harry se sonrojó-verás cuando lo sepan todos y…¡vaya! ¡¡¡Que buen día has escogido para volver! Hay comida familiar-sonrió aún más mientras le cogía del brazo y le llevaba a rastras hacia la cocina. Cuando entró en ella todos los rostros se volvieron hacia Ginny. Se escuchó un ruido de porcelana rota y un grito de perplejidad. Observo como Ron sonreía, como la señora Weasley se dirigía hacia él a pasos agigantados y como los demás le seguían mirando, clavando su vista como puñales e inspeccionándolo para comprobar si era él, si era real.
Cuando Molly llegó a su lado no le abrazó directamente si no que le miró durante unos interminables minutos. Se formó una extraña conexión entre ellos que nunca antes se había formado y después de asentir y sonreír le envolvió entre sus brazos. Los demás se acercaron hacia el joven de ojos verdes inmediatamente. Arthurd le estrechó la mano. Ron le dio un abrazo. Luna le besó en la mejilla y le abrazó (era la novia de Ron), Bill le estrechó la mano, Fleur (la esposa de Bill) le dio un abrazo, Charlie y su novia (Carolina) le dieron la mano y los gemelos le dieron una palmadita en la espalda mientras le guiñaban un ojo. A Harry no le extrañó que Percy no estuviera en la reunión ya que en su séptimo año se había separado de la familia definitivamente y había jurado no volver jamás. Desde entonces, no se sabía nada de él. Había desaparecido y ya habían desistido en su búsqueda.
El chico de ojos verdes se sentía bastante incómodo al principio. Había pasado mucho tiempo y sin embargo, ellos le trataban como si no hubiera desaparecido.
-Si al menos Hermione me tratara igual…-pensó con amargura.
-Siéntete como en casa Harry-le dijo la señora Weasley sonriendo mientras le sentaba en la mesa, entre Ron y Ginny. Le sirvió un poco del estofado y se sentó también. Pronto empezaron las conversaciones, comentarios y risas. Él se sentía distante, excluido, como si ese no fuera su sitio. Faltaba la presencia de Hermione, y él lo notaba. Pero no se iba a amargar ahora, ella había elegido, ya intentaría hablar con ella después.
Cuando todos se sintieron algo pesados por el postre, tocó el turno de descansar. Sin embargo Harry quería contarle todo a los Weasley, el por qué de su ausencia todo este tiempo. Se levantó de la silla y todos los ojos se fijaron perezosamente en él.
-Bueno…lo primero de todo es agradecerles la comida, estuvo espectacular-Molly sonrió enorgullecida-y lo segundo es que me gustaría explicarles todo.
El ambiente se volvió un poco tenso y las miradas siguieron fijas en el moreno.
-No hace falta…-empezó el señor Weasley.
-Sí la hace-le interrumpió Harry-Bueno…empecemos.
-Como saben, hace cinco años se celebró la batalla contra Voldemort, batalla que perdió. Al principio de la lucha no había rastro de él por ningún lado y eso me extrañó. Logré acabar y aturdir a algunos mortífagos y pronto llegué hasta él. No estaba débil, estaba más fuerte que nunca pero yo también gracias a Dumblendore. Mantuvimos una pelea constante y dura. Yo tenía las de perder cuando pasó algo, algo que me hizo levantarme de la fría y húmeda tierra de aquel cementerio y luchar por vivir. Era un sentimiento reconfortante y lleno de cariño y calor. Después de eso pronuncié aquel maldito hechizo que le dio de lleno en el pecho y acabé con él.
Terminó su relato y miró a todos los presentes. Muchos ya conocían esa parte de la historia así que optó por seguir.
-Entonces pasó algo muy extraño. Sorprendido y eufórico por la victoria, no me fijé en que Lucius Malfoy, furioso por la derrota de su señor, vino por detrás de mí y me lanzó un hechizo, pero no era un hechizo cualquiera. Al parecer era un hechizo no registrado, muy posiblemente inventado por el mismísimo Voldemort que lo que hizo fue trasladarme a otro lugar. La luz blanca me cegó y durante varios minutos tuve la sensación de estar cayendo al vacío mientras giraba por un pequeño remolino. Después di de bruces contra un suelo frío y me desmayé.
Paro su relato para tomar aire y después volvió a continuar:
-Pasaron un par de horas y me desperté. No sabía donde me encontraba. Estaba en una especie de celda fría y oscura. Solo había una pequeña ventana con rejas pos donde se podía divisar la tibia Luna de junio. No había ninguna cama ni retrete, solo un pequeño tabón de madera en un rincón donde me acurruqué por horas. Cuando los primeros rayos de sol inundaron el pequeño habitáculo, me pasaron por una pequeña abertura que había entre los gruesos barrotes de la cárcel un pobre desayuno. Mi comida solía consistir en algún trozo de pan y un vaso de agua. Cuando preguntaba o gritaba me quitaban el pequeño suministro de comidas diarias y me lo convertían en uno con dos o tres vasos de agua diarios. Estuve dos semanas apuntando con una piedra rayitas en la fría pared de piedra para que me acordara de cuantos días habían pasado desde que me encerraron cuando por fin decidieron que alguien debía hablar conmigo. Lucius Malfoy y Bellatrix Lastrange, fugados recientemente de azkabán, vinieron a mi prisión para "hablar" conmigo.
-¿Hablar?-preguntó de repente Ginny. Ron le dio un codazo a su hermana por su intromisión
-Me lanzaron unos cuantos crucios, por supuesto-respondio Harry-pero antes me contaron un par de cosas. Habían sobrevivido más mortífagos de los que el ministerio y todos creíamos y ya estaban planeando otra masacre. Les pregunté por todos vosotros y no me quisieron responder. Después de eso me lanzaron un par de crucios y se fueron. Y eso ha sido todo durante este tiempo. He estado encerrado, con la poca "comida" (si es que se le puede llamar a eso así) diaria y con mi ración de crucios, claro. Logré descubrir por conversaciones de los guardias que me vigilaban que Hermione desbarató el plan de Lucius y Bellatrix y que estos la querían raptar junto a mí. Después de eso ya no conseguí escuchar nada más. Bellatrix o Lucius me visitaban una vez por semana y eso no solía ser una buena señal. Querían hacerme sufrir hasta la muerte. Pero yo no me rendí. Después de acabar con Voldemort merecía una vida distinta así que me conciencié que algún día podría escapar. He estado cuatro años metido en un habitáculo diminuto, haciendo mis necesidades en un rincón, extremadamente delgado, sin comer diariamente, con palizas y crucios constantes, pasando enfermedades leves pero sin medicamentos ni pociones y con un calor sofocante en verano, y un frío terrible en invierno hasta que pude escapar. Un hombre encapuchado vino hace cinco meses a mi celda y me abrió la puerta. Me lanzó un desmaius y cuando me desperté, me encontré en una basta cabaña de piedra. Allí él me atendió, me dio bien de comer, me devolvió mi varita y me curó todas las heridas. Al cabo de una semana de cuidados, ya estaba completamente sano y el hombre me empezó a hablar de un entrenamiento. Él me daría clases ya que era muy buen maestro y así yo estaría aún más preparado. En estos casi cinco meses me he estado entrenando a su lado. Nunca me quiso decir su nombre aunque me dijo que le llamara Albert. Llevaba una máscara en la mitad de la cara y según él era porque tenía una gran cicatriz. Aún así sus ojos se me hicieron conocidos, como si ya los hubiera visto antes. Dudé en un día mientras él dormía quitarle la pesada máscara y verle la cara pero él me avisó de que si escapaba o hacia demasiadas preguntas (o le intentaba quitar la máscara, por supuesto) que me mataría sin ningún reparo. Y hace una semana me dijo que ya estaba listo. He aprendido muchísimas cosas a su lado y me he hecho más fuerte y tolerante. Al final, también me devolvió la llave de mi cámara en Gringots. Me reconcomía la curiosidad de cómo aquella persona podía saber tanto de mí y podía tener tantas cosas que me pertenecían. Y aún más como había podido librarse de todos los mortífagos y guardias y llegar hasta mí y sacarme de allí. Pero tenía prohibido preguntar así que opté por callar mis dudas y parecer indiferente ante todo eso. Luego volví aquí ya que era el único sitio que consideraba que vivía alguien capaz de comprenderme al máximo y me encontré con Ron, le conté todo y me creyó, por supuesto. Bueno aquí está todo, yo solo quería explicarles todo esto para que supieran que no desaparecí por propia voluntad.
Esperó paciente a que alguien dijera algo. Todos le miraban asombrados. Entonces Luna se levantó y se acercó a él.
-Yo siempre te he creído en todo Harry, ¿por qué no hacerlo ahora?-y con una sonrisa le abrazó. Después todos se acercaron a él para mostrarle su apoyo. Pasaron unas cuantas horas agradables hasta que ya se hizo de madrugada. Todos se tenían que ir a sus respectivos hogares.
Harry salió junto Ron y Luna por la puerta de la Madriguera.
-¿Y dónde vas a dormir Harry?-preguntó Luna mientras Ron la cogía de la cintura.
-Bueno, supongo que me iré a una pensión o algo.
-De eso nada-intervino Ron-tú te quedas con nosotros, hermano.
-Pero es que no quiero molestar…-
-¿Cuándo has molestado tú?-preguntó Luna y soltó una risita-no se hable más, te quedas con nosotros.
Harry sonrió agradecido y les dio un abrazo.
-Oye oye, tampoco hace falta que nos pongamos melancólicos ahora-dijo Ron y Harry y Luna empezaron a reír.
Caminaron hasta el pueblo y se metieron en un pequeño callejón.
-Bueno Harry, Luna irá primero y después tú me das la mano-explicó Ron.
-No tengo tres años, amigo-dijo Harry.
-Bueno hace cinco que no te veo así que no se que te pueden haber echo en el sitio ese-y acto seguido le cogió de la mano mientras veían como Luna desaparecía con un ' PLOF'. Luego Ron avisó a Harry y estos dos desaparecieron también. Aparecieron en el salón de un apartamento del centro de Londres.
Bueno Harry-dijo Ron-Bienvenido a tu nueva casa.
Bueno aquí regreso con el segundo capítulo de mi fic. He de decir que en el primer capítulo tuve un pequeño error y debería estar partido en dos capítulos, así que este debería ser el tercero pero bueno no le den mucha importancia, ni yo se la doy :p
Lo primero de todo es decir que siento mucho como me quedó este capítulo. Es un poco monótono y aburrido pero lo tenía que poner para explicar porque Harry desapareció por cinco años. Les prometo que el siguiente será mucho mejor aunque les confieso que todavía no está escrito O.o pero ya lo tengo en mente.
Ahora toca responder a los reviews que me dejaron: (que por cierto fueron 3 y que agradezco muchísimo)
Thenolifeking102: muchas gracias por tu comentario y sí, te aseguro que no va a ser tan sencillo si no, no haría un fic de este tipo si les fuera a reconciliar a la primera. A Hermione le va a costar dejar de ser tan testaruda y quien sabe si algún día volverá a ser como antes (aún no se que final ponerle). Gracias de nuevo!
Kitty in celo: Hola! Pues aquí tienes la respuesta de porque desapareció Harry…¿el cap me quedó un poco aburrido verdad? Pero bueno el siguiente será mejor.
Oye! Que encantada leeré tu historia lo que pasa que es que últimamente estoy muy liada ya que tengo un fic en mente, tres en proceso y uno listo para subir (que es otro One-Shot) pero te aseguro que lo leeré pronto y que te dejaré comentario (de seguro que me encanta) Venga muchas gracias por tu review!
Cuidate y sigue leyendo please.
Enigranger: Hola Eni!
Mil gracias por tu comentario, me animó mucho.
Pues si, la verdad es que soy malvada por poner a la Chang como mejor "amiga" (esa es una interesada) de Mione pero es que daba el perfil perfecto y creo que el tema de poner a Lavender o Parvati ya estaba un poco gastado (la idea de Cho me gusto mucho más para la trama)
Espero no tardar en subir pero creo que subiré uno o dos capítulos por semana…sorry, pero me tengo que administrar y necesito tiempo:S Acabo de empezar y estoy que no me aclaro con nada…
Espero que después de lo horrible que me quedó este capítulo seas paciente, no desesperes y sigas leyendo que el tercero viene bueno.
Besos y gracias de nuevo.
Bueno hasta aquí todo, dejen reviews al menos por el esfuerzo por favor.
Se despide, su amiga y escritora.
Elen-Grantter
