Desclaimer: como saben, los personajes no son míos, son de JK yo solo los utilizo para hacer volar mi imaginación y que esta cabeza dacha se entretenga haciendo lo que más la gusta, escribir.
Otro capi más…solo quería avisar de antemano que no me verás en, mínimo, dos semanas y yo creo que más…muchas gracias a todos por leer y muchísimos besos a los que dejaron review que se los contestaré al finalizar el capi, como siempre ;D
Espero que no les defraude el capítulo, les dejo con él.
Noticias frescas
Harry se quedó mirando a Draco y Hermione mientras esperaba paciente a que dijeran algo. Ambos le miraban sorprendidos y Malfoy, notoriamente asustado. El profundo odio de Draco contrastaba con la brillante mirada de Hermione. Luego, la chica bajó la cabeza y, dándole un suave golpe al moreno en el hombro al pasar junto a él, se encaminó con paso firme hacia los ascensores al final del pasillo. Las puertas doradas se abrieron y entró en uno de ellos mientras una delicada lágrima surcaba su mejilla. Cuando la joven se perdió de vista, Harry miró a Malfoy, que se apartó de la puerta y con un movimiento de cabeza, imitó a Mione. Suspiró aliviado y se adentró en el departamento para luego coger su chaqueta y salir dispuesto a encontrar a Hermione tarde o temprano y poder hablar con ella de lo acontecimientos que habían ocurrido hoy.
Salió a la calle. El frío Otoñal (era Octubre) le caló en lo más profundo de sus huesos. Esta mañana hacia un calor un tanto extraño para la época que era y les había obligado a ponerse ropa veraniega debido a que las túnicas negras daban demasiado calor. Un escalofrío le recorrió. A poco rato de allí, había un pequeño café muy acogedor. Era un café muggle pero el bullicio del lugar y la intimidad que dejaban lo hacía un lugar muy seguro para hablar del mundo mágico. Estaba muy seguro de que Ron, Robert y Cat se encontraban allí. Anduvo unas calles y llegó hasta él. Entró, haciendo que sonara un pequeño tintineo, y pronto se encontró en su interior con la cabellera rojiza de su amigo, que estaba en la barra pidiendo las bebidas.
-¡Harry!-exclamó Ron con gesto preocupado-¿por qué tardaste tanto? Nos tenías preocupados.
-Eeeeeeh…-intentó pensar una buena excusa-es que me entretuve. Estuve dando una vuelta por el parque este que está aquí al lado-se sintió mal al mentir a Ron pero algo le decía que todavía no tenía que contarle la conversación de Draco y Hermione. Cogió dos tazas de café caliente y su amigo le llevó hasta una de las esquinas del café, donde en unas acogedoras butacas se encontraban Robert y Luna conversando animadamente.
-¡Harry!-exclamó Luna al igual que Ron-¿Dónde estabas?
-Fue a dar una vuelta-respondió Ron sentándose al lado de Luna.
-Ya creíamos que estabas con Catherine aprovechando el tiempo-añadió Robert con una pícara sonrisa. Ron rió y Luna frunció el entrecejo.
-Hombres…-dijo por lo bajo. Por suerte, ninguno se dio cuenta.
-¿Con Cat? No…por cierto, ¿dónde está?-preguntó extrañado el moreno echándole azúcar a su café y removiéndolo con la cucharilla.
-De repente se puso muy mal. Parecía que se iba a desmayar. Creo que la dolía…-pero no continuó ya que su mirada se dirigió inmediatamente al café de Ron-¡Por Dios Ronald!-exclamó de repente Luna observándole. Abrió mucho los ojos. Ron se mordía el labio inferior mientras sacaba una botellita del bolsillo interior de su chaqueta y vertía el contenido en la taza de café. Luna le arrebató la botella, pero ya estaba vacía. La observó con detenimiento mientras Ron se bebía el café y sonreía con gusto.
-¿Whisky de fuego?-preguntó Luna mirándole. Ron asintió dándole otro sorbo a su café. Harry y Robert miraron expectantes.
-¡Pero esto es de la boda de mi prima!...¡que fue hace dos años, por cierto!-alzó la voz sacudiendo la botellita y poniéndola en las narices de Ron. Él volvió a asentir con esa sonrisilla de gusto sin percatarse del enfado de su novia. Luna ya no aguantó más y estalló para gusto de Harry y Robert y desgracia de Ron.
-¡Me hiciste una promesa! ¡Sabes lo dañino que es el alcohol!-le gritó con furia.
-Pero esto no me hace nada-añadió el pelirrojo mirándola-venga Luna, siempre me tienes sin beber-dijo él.
-Te vas a convertir en un borracho.
-Y tú te has convertido en una exagerada-a la chica se le pusieron los ojos cristalinos. Se levantó y cogió su abrigo.
-Lo que pasa que recuerdo lo que te pasó, no quiero volver a pasar por eso. No sabes lo que es ver a la persona que amas con todo tu ser agonizando en un hospital por culpa de esto-estrelló la botella vacía en el suelo. El estruendo apenas se noto y solo unos pocos giraron las cabezas hacia el lugar para luego volver a concentrarse en sus conversaciones. Se acomodó el abrigo y salió con paso firme del café. Ron salió con prisa detrás suyo. Harry se encogió de hombros ante la mirada de Robert.
El pelirrojo salió corriendo del café. Luna estaba girando la esquina con paso firme. Corrió para alcanzarla.
-De veras que soy una estúpida, anda que enamorarme de Ron-murmuró para sí misma con una sonrisa en los labios. Entonces se puso a recordar los tiempos pasados, cuando la mirada azul de ese joven pelirrojo y pecoso se fijó en ella. Cuando la miró con extrañeza. Cuando la tachaba de loca, siempre con ese buen humor. Cuando su sonrisa inundaba su mundo diariamente. Cuando se despidió de ella en la estación en séptimo año, abandonando Hogwarts. En la batalla final, cuando llego a la enfermería herido pero siempre con esa mirada de triunfo y de orgullo. Todos los momentos que vivieron cuando ella, después de terminar en Hogwarts, se graduó y consiguió un buen trabajo en el ministerio, en el departamento de misterios. Cuando coincidían en los pasillos del ministerio y en las reuniones en casa de los Weasley, donde era invitada por Ginny. Desde que empezaron a salir, hacia casi tres años. Desde entonces siempre había habido broncas y peleas pero siempre habían terminado juntos y bien. Volvió a sonreír mientras una silenciosa lágrima se perdía en sus labios, que albergaban una gran sonrisa.
Entonces, escuchó unos pasos apresurados y como alguien la agarraba delicadamente de la cintura. La joven sonrió aún más.
-Lo siento…-le susurró el pelirrojo al oído.
-No importa-añadió ella dándole un suave beso. Luego, cogidos por la cintura, se pusieron a pasear en silencio por las calles vacías de Londres. Luna apoyó la cabeza en el hombro de Ron.
-Es bonito…-dijo de repente Ron.
-¿El qué? ¿Ese cubo de basura?-preguntó con gracia la rubia cuando pasaban al lado de un contenedor. Ron rió.
-…estar a tu lado-añadió sencillamente con una inmensa sonrisa. Luna sonrió con dulzura y le acarició la mejilla quedando frente a él.
-Es bonito…tener un novio como tú-prosiguió Luna mientras le besaba tiernamente.
-Es bonito…que seas rubia natural-le siguió el juego Ron. Luna rió.
-Es bonito…sentir tu mirada sobre mí-dijo la joven mientras le cogía de las manos.
-Es bonito…tenerte entre mis brazos las noches más frías-la chica apoyó su frente contra la de su novio.
-Es bonito…que aguantes mis locuras-dijo ella mientras besaba su frente.
-Es bonito…amarte-finalizó Ron. Sus miradas se conectaron y en los ojos de la chica se notaban pequeñas lágrimas mientras su cerebro volvía a funcionar después de escuchar esas palabras. Nunca Ron había sido tan romántico con ella. Se juntaron lentamente y unieron sus labios con dulzura, amor, ternura y pasión. Deseo y sutileza se juntaron para dar un maravilloso momento para ambos.
-Hacia tiempo que no me besabas así-se quejó Luna como una niña chiquita reclamando un capricho después de cortar ese hermoso momento.
-Te lo recompensaré…¿qué tal si aprovechamos que la casa está vacía?-le dijo Ron con una sonrisilla juguetona. Luna le miró.
-Está bien…-le dijo en un provocador y sube susurro al oído. Ron la cogió en brazos.
-¡Ronald!-exclamó sorprendida-¡Bájame, no podrás conmigo!-añadió entre risas.
-¡Claro que sí!…Me tengo que acostumbrar para cuando nos casemos…-la sonrisa de Luna se convirtió en una mueca de sorpresa. Su mirada brilló con intensidad. Todavía en brazos del pelirrojo, le volvió a mirar directamente a los ojos donde notó todo el mar de amor que procesaba hacia ella. Ron cogió aire y con toda la valentía y seguridad posible, la preguntó:
-¿Te casarías conmigo verdad?-Luna se abrazó a su cuello con fuerza.
-Por supuesto que sí amor-añadió en un susurro sin poder contener ya las lágrimas. Entraron, todavía con Luna cogida por Ron, al portal y subieron al piso pesadamente y con grandes sonrisas.
Harry y Robert charlaron un rato en el café. Pagaron la cuenta y salieron de allí. Se despidieron, Robert desapareció en un callejón cercano. Harry paseó un rato por las calles londinenses y después se dirigió al apartamento de Ron y Luna. Cuando entró, se fijo en la ropa que había comenzando el pasillo. La fila de prendas (sin nada de ropa interior) llegaba hasta la puerta de sus amigos. Sonrió con sinceridad y a la vez picardía y se dirigió a su cuarto. Se acostó en cuanto llegó, ya que el cansancio de ese día tan horrible le podía y con la seguridad que en los sueños podría encontrar una solución a todos sus problemas.
Los primeros rayos de Sol se colaron por el ventanal de la habitación. Unos ojos miel se abrieron perezosamente. Los recuerdos de la noche anterior se agolparon en su cabeza. No tenía ganas de nada. Se levantó de la cama. Aún era pronto, le quedaban tres horas para ir al ministerio. Se metió en el baño y cerró la puerta tras de sí. La oscuridad inundó el baño y el alma de la castaña. No tenía fuerzas ni para de alargar el brazo y encender la luz. Se apoyó en la cálida pared de azulejos, respirando agitadamente como si hubiera corrido un maratón. Fue bajando poco a poco hasta llegar al suelo de baldosas y allí, comenzó a sollozar. Escondida del mundo, se sentía una extraña. Tenía que llevar a cabo su plan. Lo empezó a maquinar cuando Harry volvió y ahora que se había juntado todo, necesitaba utilizarlo. La idea vagaba con pesar por su cabeza mientras la última lágrima surcaba su mejilla. Se levantó, restregándose los ojos. Esta vez, alargó el brazo y le dio al interruptor de la luz. Cuando la luz inundó el cuarto de baño, vio su imagen en el espejo y quiso volver a apagarla y seguir entre las sombras. Había querido olvidar su pasado, mutilar su presente y despreciar su futuro. Y ahí estaba su error. Se pasó la mano por su suave y negro cabello mientras cogía un cepillo y lo empezaba a cepillar lentamente. Ya era hora de hacer algo.
-¡Cat!-gritó Harry en cuanto entró por la puerta del departamento. Algunos aurores, entre los que estaba Hermione, giraron la cabeza y la mayoría saludaron a Harry con un gesto. Hermione solo volvió la vista hacia su mapa con un desagradable nudo en el estómago. Habían pasado ya las tres horas y ella se encontraba allí, haciendo que ponía una extremada atención al mapa con los puntos claves y los posibles sitios donde se encontraba el cuartel general y esperando a que llegara Malfoy para zanjar el "asunto". Oyó la puerta abrirse también y vió a Ron entrar por ella y dirigirse inmediatamente hacia Harry. Escudriñó la conversación de sus "amigos" a sus espaldas.
-¿Qué tal te encuentras?-preguntó Harry. Cat había llegado un poco temprano al ministerio, según el guardia había sido el primer auror en llegar. Estaba extremadamente pálida y tenía ojeras pero, sin embargo, sonrió con dulzura a Harry, esa dulzura que Hermione tanto detestaba.
-Bien, solo fue que me puse un poco enferma, nada más-volvió a sonreír. Hermione frunció el entrecejo.
-Estás un poco pálida-dijo Ron tocándola la frente. Hermione volvió a alzar la cabeza y esta vez se encontró con la mirada de Harry sobre ella. Se quedó estática. Añoraba que ese gesto que acababa de hacer Ron ya nunca más fuera hecho para ella. Entonces se incorporó, (estaba agachada sobre el mapa en la mesa) se alisó la túnica y se fue a por un café mientras Cat pronunciaba el último "tranquilos, estoy perfectamente". Para su satisfacción (porque en el fondo la encantaba) observó disimuladamente como Harry hacia escaso caso a Cat y se dirigía hacia ella argumentando que iba a por un café también. Por alguna razón, Cat puso una mueca antes de dirigirse de nuevo a Ron.
-Hola-le dijo simplemente Harry. Ella le dio un sorbo a su café. No dijo nada-Esto…quería hablar de lo que pasó ayer-prosiguió el moreno. Esta vez, Hermione le interrumpió con un movimiento de mano y fijó la vista al frente. Luego clavó su vista en esos ojos verdes enloquecedores.
-Ayer simplemente falló un traslador y la misión, nada más-intentó sonar dura, pero no lo logró del todo. Para sorpresa de Hermione, Harry sonrió. No encontró ningún motivo para su sonrisa ni tampoco para el beso en la mejilla que la dio después. Se quedó medio atontada viéndole marchar junto a Ron, Robert y Cat. Sonrió. Entonces, un rubio entró dando zancadas por la puerta. La cerró de un portazo y todas las cabezas se giraron hacia él. Las conversaciones cesaron al instante. Todos se dirigieron a la mesa en el centro de la sala y se sentaron. Hermione se sentó al lado de Draco.
-Bueno-dijo este cogiendo un café-ha vista de lo que pasó ayer, tenemos que retomar la búsqueda. La pirámide desapareció por completo pero tengo la ligera idea de que no pudieron trasladarse muy lejos-le dio un trago a su café-quizá…por los bosques del norte de irlanda-señaló una especie de mancha verde en el mapa-O…aquí-esta vez señaló un punto cerca de Londres-empiezo a pensar que son los únicos lugares en Inglaterra donde podría esconderse un cuartel de tales dimensiones…creo que bajo tierra estaría bastante seguros y en un bosque bien espeso también aunque me centro más en los subterráneos ya que han podido observar que hemos descubierto su paradero sin problemas-Hermione rió estrambóticamente. Draco parecía muy seguro del paradero de los mortífagos…aunque eso ya se lo esperaba. Todos los aurores miraron a Hermione extrañados. Cat, sin embargo, frunció el entrecejo y puso una expresión pensativa.
-Perdón-dijo recuperando la compostura-sigue, Malfoy.
-Bueno, como iba diciendo, empezaremos desde cero. Potter y Hakons quiero un informe detallado sobre el último movimiento de los mortífagos en el país. Investigar…-empezó a asignar tareas con informes, fotografías y todo lo que pudieran descubrir a los aurores. Todos se pusieron manos a la obra dispuestos a conocer pronto el paradero del cuartel. Draco se quedó apoyado sobre la mesa, con el vaso vacío de café en una mano y la mirada posada sobre un punto del mapa. Había bastante ajetreo en el departamento con lo que las conversaciones se mezclaban, no se distinguía ninguna y solo se ponía atención al inminente trabajo de muchas horas, días e incluso meses. Hermione, como la mayoría de las veces, le tocaba trabajar con Malfoy. Se acercó a él. Este se sobresaltó al sentir su presencia. Joham Adams, un auror ya veterano, pasó apresuradamente a su lado y les rozó. Hermione le miró ceñuda.
-¿Podemos hablar en otro lugar?-le preguntó en un susurro. El rubio la miró seriamente y asintió. Se fueron a un rincón de la sala, entre los archivadores de datos y unos armarios.
-Voy a pedir mi traslado a Bulgaria en breve y ten por seguro, ya que eres mi jefe, que no permitiré que me des un no por respuesta. Estoy decidida-Intentó mirarla a los ojos pero su vista siguió al frente.
-A Bulgaria, ¿por qué?
-Porque allí vive Víctor, un amigo y ya he hablado con él y con el ministro de magia de Bulgaria. Están encantados con mi posible incorporación a su cuerpo de aurores y dice Víktor que en los primeros meses, hasta que encuentre una casa, podría vivir en la suya-Hermione habló deprisa. Draco se apoyó en la pared y suspiró abatido. No miró a Hermione.
-Si esa es tu decisión, está bien, puedes marcharte ya mismo, yo haré todo el papeleo y dentro de pocos días ya podrás irte a Bulgaria-y dicho esto, dejó a una Hermione plasmada en aquel rincón. Se fue otra vez a la mesa y volvió a observar el mapa con detenimiento. Hermione fue hacia la puerta de la sala, cogió su abrigo del perchero y miró otra vez hacia Draco. Entonces la puerta se abrió y Ginny Weasley apareció por ella. Casi se choca con Hermione. La castaña sonrió levemente a la pelirroja.
-Hermione…-dijo esta extrañada.
-Tú hermano está por allí-la explicó de inmediato señalando al grupo de Harry, Robert, Cat y Ron.
-Gracias…¡espera!-añadió Gin al ver que Hermione se disponía a salir de la habitación.
-¿Qué quieres?
-¿A dónde vas?-preguntó con interés. La "morena" suspiró.
-Me voy Gin…me voy a Bulgaria, le acabo de pedir mi traslado a Malfoy-ambas miraron directamente al rubio que alzó también la cabeza y miró a la menor de los Weasley algo desconcertado. Ginny giró la cabeza.
-Pero ¿por qué?-Hermione miró a su "amiga". Realmente era un poco cotilla y eso la hacia gracia. Parecía que la pelirroja estaba sumamente preocupada y eso a Hermione le daba esperanzas y tranquilidad. Sonrió de nuevo.
-Han pasado cosas-miró significativamente a Harry y Ginny lo comprendió.
-No quiero que te vayas-susurró Ginny. Hermione simplemente sonrió de forma compasiva y salió del departamento mientras dejaba a una Ginny confundida y apenada.
Se apoyó en la pared en cuanto la puerta de la sala se cerró suavemente. No debía meditar la decisión, además, no iba a ir dos minutos después a decirle a Draco que la perdonara y que la volviera a admitir. Ya no había vuelta atrás. Con paso decidido, fue andando apresuradamente por el pasillo. Se metió en los ascensores. Bajó al atrio donde saludó con un leve movimiento de mano al guardia de seguridad y salió del ministerio hacia las frías calles de Londres. Metió las manos en los bolsillos del abrigo para que no se le congelaran y sus mejillas se tornaron rosadas a causa del frío viento que azotaba Londres. Se puso a caminar, sin saber donde la llevarían sus pasos. Pasó por calles, parques, tiendas y siguió caminando sin cesar. Sabía que su casa quedaba a una considerable distancia si se iba andando ya que Londres era enorme y su mansión estaba a las afueras, en una zona de ricos. Vio un cartel que indicaba el camino al aeropuerto y también como varios aviones sobrevolaban en círculo el lugar. Se quedó parada, mirando a los blancos aviones. Dentro de muy poco, ella estaría en uno de ellos rumbo a Bulgaria. De repente esa idea, la de irse con Víctor, le pareció la más absurda que existía. ¿Desde cuando Hermione se rendía? Podría volver a cambiar y recuperar a sus amigos, aunque fuera un poco egoísta de su parte. Entonces pensó, como antes, que ya había tomado la decisión y que lo que sí que no iba a hacer era arrodillarse ante "ese", porque después de la noche anterior, Hermione creía que ya no se merecía ni tener nombre. Fue hacia una esquina, detrás de una cabina, y desapareció. Apareció, segundos más tarde, en su mansión, en el blanco y gigantesco vestíbulo.
-Señorita…
-¿Qué pasa Jefree?-le interrumpió Hermione bruscamente.
-La espera la señorita Chang en el porche-le dijo con un tono horriblemente aburrido y un tanto desagradable. Hermione dejó su bolso, le dio su abrigo al mayordomo que lo colgó en el perchero que había a tres metros y se encaminó al porche.
-¡Hermy!-dijo Cho levantándose de la butaca blanca y abrazándola.
-¿Qué haces aquí Cho?
-Nada…solo quería visitar a mi amiguita querida-dijo con una sonrisa melosa y tonta. Hermione frunció el ceño pero después sonrió. Entonces, al recordar su conversación con Harry en ese mismo lugar y después en el bosque puso una expresión nostálgica. Miró la pequeña cicatriz en su dedo muestra de su corte con la porcelana. Una sonrisa triste apareció en su rostro.
-¿Sabes?-dijo Cho sin prestar demasiada atención a Hermione-Me he enterado esta mañana escuchando "sin querer"-Hermione puso una mueca irónica-que el pobretón-examigo-tuyo-Weasley se casa con la Lunática Lovegood-la castaña miró extrañada a Cho pensando que era una de sus bromas pero esta asintió con pesar y suspiró. Abrió mucho los ojos, y sin darse cuenta, terminó sonriendo feliz.
-Me alegro-dijo con sinceridad. Cho abrió mucho los ojos.
-¡¿Te alegras!-preguntó arqueando una ceja Chang. Hermione se mordió el labio inferior pero no contestó. Cho la volvió a mirar y vio algo raro en su mirada, un brillo especial.
-¿Te pasa algo?-preguntó Cho tomando un sorbo a su infusión.
-Me voy a Bulgaria-contestó ella mirando al vacío.
-¡¿Qué!-exclamó Cho dejando a un lado su infusión.
-Que me voy Cho…y no creo que vuelva en mucho tiempo-la morena(natural) se quedó parada viendo como Hermione seguía con la mirada perdida hacia sus jardines. Entonces, una sonrisa perversa apareció en su cara, una sonrisa que la castaña no notó.
-Así que resultaste un poco tonta al final, Hermione. Me dejas el camino libre para ganarme poco a poco a Harry. Cuando vuelvas, ten por seguro que será mi novio. ¿Y luego dicen que es inteligente? Ja! Me da pena…pero es lo que ha elegido. Hasta nunca "amiguita", te ha tocado perder-pensó Cho con autosuficiencia.
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Hola!
Último capi que subo antes de irme de campamento…así que ya podéis esperar una temporada larga sin mí y sin actualizar. No se que os parecerá…a mí personalmente no me desagrada. Me centre en un poco de RonLuna porque me parece que la tenía muy abandonada a esa pareja y me encantan, sobretodo la escena de "es bonito…" :D un logro que me saliera…además aquí se ve que ¡SE CASAN! Así que habrá una boda (¿solo una?) en la historia…al menos.
Bueno, no se que más decir solo en este momento contestar al review de enigranger, que siempre está allí para animarme a seguir.
Enigrager: Eni wapa!
Muchas gracias por tu review…el único que recibí y me ¡encanto!
Draco…¿?Creo que ya está bastante claro no? Y Cat como dices tú? Bueno…porque iba a tener ella algo raro? Yo creo que es muy normalita…O NO? Jajaja
Si…se que hay gente que lee y no deja review…ahora mismo estoy hablando con JakeGranger por el msn que se le olvido dejarmelo pero yo me conformo aunque sea con el tuyo.,..o con ninguno, lo hago porque me gusta y me siento bien.
Bueno me voy despidiendo:
Gracias y muchísimos besos amiga.
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Ya está, ahora les dejo y me voy directa al campamento de verano, muchos besos y abrazos a todos mis lectores y aún más especiales a los que os molestáis en dejarme review.
Elen-Grantter
