Desclaimer: Si los personajes fueran míos, ahora mismo estaría en un cortejo en Andalucía, disfrutando de la buena vida y a las orillas del mar mientras preparo el séptimo libro de Hp, eso sí, con mucha tranquilidad. Por desgracia, los personajes no son míos, son de J. K. Rowling, inventora de esto magníficos personajes en los que yo me basé (exceptuando el sexto libro ¬¬)
¿Sorpresa navideña?
-Se ven monísimos, ¿verdad?-le dijo Luna a la pelirroja mientras ambas tomaban el desayuno. Ginny les miró y asintió, sonriendo plácidamente y dándole un sorbo a su chocolate caliente. Luna seguía mirando maravillada hacia el sofá. Allí, envueltos por una manta, se encontraban abrazados Harry y Hermione. Dormían plácidamente, sin apenas inmutarse. Entonces, un pelirrojo muy despeinado y con visibles ojeras entró bostezando a la cocina. Se estiró y le dio un corto beso a su novia en los labios en forma de saludo.
-Buenos días Ron-saludó Ginny con aire divertido. Ron, que había ido a la encimera de la cocina a coger la jarra del chocolate, la miró extrañado mientras vertía el espeso chocolate en su taza.
-¿Se puede saber a que viene tanta sonrisa?-preguntó, sentándose al lado de Luna. Vio como ambas soltaban una risita. Enarcó una ceja y negó lentamente la cabeza mientras cogía un paquete de galletas y empezaba a engullirlas de dos en dos.
-Deberías dejar de poner tanta atención a la comida para mirar a tu alrededor-respondió Ginny. Su hermano la miró, con la boca manchada de chocolate. La joven Weasley suspiró abatida y le señaló con un movimiento de cabeza los sillones del salón. (no lo sé exactamente, pero para mí, la cocina de los Weasley está conectada con el salón) Miró hacia allí, y entonces, casi escupe el chocolate. Tragó con dificultad y volvió a mirar hacia allí. Mostró una sonrisa manchada de chocolate espeso.
-¡Límpiate, Ronald!-le espetó Ginny, lanzándole una servilleta. Luna tenía su mirada soñadora puesta en Harry y Hermione. Ron bufó, cogió la servilleta de mala gana y se limpió el chocolate de alrededor de la boca. Luego, volvió a sonreír, esta vez sin chocolate de por medio.
-¿Todavía siguen así desde que les colocamos anoche?-preguntó Ron. Luna y Ginny asintieron-Parecen muy cómodos, ¿no?-añadió él, con una pícara sonrisa curvando sus labios. Ginny y Luna rieron. Entonces, vieron como Hermione empezaba a moverse. Entreabrió los ojos con pereza. Vio el brazo de Harry envolviendo su cintura. Al principio ni se inmutó, una clara muestra de que todavía estaba dormida. Ginny cogió el periódico de la mesa y empezó a ojearlo.
-¡Oh! ¡Miren! ¡A muerto el hermano de Dumblendore, Albertfooth! (perdónenme si no se escribe así)-Luna y Ron la miraron-Al parecer lo encontraron cerca del pueblo de Allshire-Ya iban a decir algo cuando, de repente, una figura se materializó al lado de la mesa de la cocina.
-¿Pero que demonios…?-Ron se paralizó, al igual que Luna y Ginny, mirando a la joven que acababa de llegar.
-¡Hola!-les saludó, sonriente-¿Saben donde está…?-pero su mirada se posó en el sofá largo del salón, donde Hermione volvía a acurrucarse en los brazos de su "amigo"-¡¡¡Harry!-chilló. El moreno abrió los ojos y se levantó bruscamente, tirando a Hermione del sofá. La joven castaña se despertó al instante.
-¡Auch!…-se limitó a decir, frotándose el codo magullado y mirando a Harry de mala manera. Pero Harry no la miraba a ella, tenía la vista fija en una muchacha morena que les miraba estupefacta. Hermione comprendió al instante la situación y una sombra rosa cubrió su rostro. Harry pareció decidir que el silencio era su mejor opción, o simplemente las palabras no salían de su garganta.
-No es lo que parece-se apresuró a decir Hermione, levantándose del suelo. Cat la miró. Durante unos segundos estuvo meditando su reacción. Simplemente asintió. Hermione frunció el entrecejo con expresión pensativa. Le parecía muy extraño que Catherine no estuviera molesta con ella y con Harry.
-Es verdad Cat…-.
-Te creo Harry- contestó ella, con una sonrisa fingida. Bueno, venía, si no te importa mucho, a decirte que te tengo preparada una sorpresa. Me gustaría que vinieras conmigo a casa para que te la enseñara-A Harry todavía le dolía la cabeza por la resaca de anoche, pero decidió no contradecir a su novia. Miró de reojo a una sonrojada Hermione. Entonces, de repente, Cat agitó la cabeza bruscamente. Hermione no hizo más que mirarla con expresión confusa.
-¿Pasa algo?-le preguntó Harry, llegando hacia ella.
-No, no, nada amor. Bueno, ¿nos vamos?-Harry asintió. Se despidieron de los demás con un movimiento de mano y desaparecieron de La Madriguera. Inmediatamente, Hermione cogió a Ginny de un brazo y la llevó al jardín. Ron y Luna observaron desde la puerta como se alejaban hasta llegar al final del jardín. Ambos se encogieron de hombros y se volvieron a meter en la cocina, Ron dispuesto a terminar su desayuno ya frío y Luna dispuesta a fregar los platos, ya que la señora Weasley estaba en la compra.
-¿Qué pasa Hermione?-preguntó Ginny extrañada, mirando a su amiga.
-Necesito que me lleves a casa de Draco-contestó, mirando directamente a los ojos. Ginny estaba confusa, pero asintió de todas formas. La castaña estaba revolucionada y tenía que haber una buena razón para ello.
-Dame la mano-dijo Ginny. Una vez estuvieron cogidas, desaparecieron del jardín de los Weasley para aparecer en una calle solitaria. Había farolas. Las aceras habían sido limpiadas, pero los jardines de las casas estaban envueltos en un manto blanco. Las rejas de las mismas eran altas y negras. Había algunas casas que parecían castillos ya que tenían un muro de varios metros a su alrededor. El lugar parecía lujoso, pero sin ninguna duda era siniestro. Caminaron en silencio, pasando unas cuantas casas, hasta llegar a una especialmente grande. Si las demás eran grisáceas y de colores apagados, esta tenía una reluciente reja blanca, formando dibujos entre sí, dibujos que parecían claramente serpientes reptando. También la mansión que se vislumbraba desde allí era blanca, majestuosa. Hermione ya se imaginaba de quien era aquella gran mansión.
-¿Es aquí?-preguntó simplemente. Ginny asintió. Ya iba a llamar al portero cuando Hermione la frenó, cogiéndola de la mano.
-Draco es el único que vive aquí en este momento, Lucius está en el cuartel general-le respondió ella, adivinando la pregunta que vagaba por su cabeza.
-Pero seguro que Malfoy tiene mil y un sirvientes y es menos que probable que sea el quien te abra la puerta. Creo que es mejor que nadie nos descubra, no podemos llamar desde aquí-la pelirroja comprendió todo al instante y asintió.
-Pero…¿Cómo pasamos, entonces?-preguntó dudosa. Hermione observó la vaya durante unos instantes. Después colocó sus manos alrededor del cuerpo de una de las serpientes y puso el pie derecho en otra. Le mostró una sonrisa traviesa a Ginny y le guiñó un ojo. Empezó a subir con lentitud. La joven Weasley la siguió de cerca. Llegaron pronto arriba, rogando por que nadie las viera desde las ventanas de otras casas. Cuando Hermione pisó el camino de cemento, una atronadora sirena se escuchó. Ginny cayó al lado suyo. Hermione la miró estupefacta. Un grupo de criados y vigilantes salió por la puerta principal, con sus varitas en alto. Las dos jóvenes se escondieron detrás de un gran seto que había cerca.
-Ginny-dijo Hermione entrecortadamente, temblando a causa del pánico-¿Me llevarías hasta donde está Draco?-Ginny la miró sin entender.
-¡Pero Mione, Draco puede estar en cualquier parte de la casa!-murmuró, nerviosa porque los hombres de las varitas se estaban acercando. Hermione le hizo una seña y miraron durante un momento hacia la parte frontal de la casa. Apoyado en la barandilla de un gran balcón, escrutando los jardines, estaba Draco Malfoy.
-¿Sabes ir a esa habitación?-susurró Hermione. La pelirroja asintió. La cogió la mano y cerró los ojos. No pasó nada. Lo volvió a intentar. Tampoco. La chica Weasley estaba confusa.
-¿Qué demonios pasa, Gin?-preguntó Hermione. Ginny se encogió de hombros-Déjalo-se apresuró a añadir Hermione, deduciendo el problema-han puesto hechizos anti-aparición-Una sombra de preocupación ocupó el rostro de Ginny.
-¡Entonces no tenemos nada que hacer!-exclamó temerosa. Hermione oyó como los pasos cada vez se acercaban más-¿Por qué simplemente no nos dejamos ver?-comentó Ginny, mirando hacia todos lados. Hermione negó.
-Los empleados se lo dirían a Lucius. Lo más seguro es que se adentrara en la mente de Draco y terminara averiguando vuestra relación.
-¿Entonces que podemos hacer?-.
-Hacerle una seña a Draco, mandarle un mensaje. Después, correríamos hasta esos árboles de allí. Desde ahí podríamos hacer más señas a tu novio si es que aún no se entera. Creo que tenemos que hacerle ver que somos nosotras.
-No hay mucho tiempo…"piensa Ginny, piensa"-dijo para sí la joven de ojos azules.
-¿Se te ocurre algo?-preguntó Hermione, impaciente. De repente, Ginny abrió los ojos y su mirada se iluminó. Con una sonrisa, que contagió a Hermione, afirmó con la cabeza. Sacó su varita e hizo un leve movimiento. De ella salieron un rayo verde y luego uno rojo, que se unieron en el cielo, formando una especie de corazón. Hermione cogió a Ginny por el brazo y juntas salieron de los setos. Draco miraba las figuras. Entonces, observó como dos personas se escondía en unos árboles cercanos. Sus empleados iban hacia donde había estado hacia unos instantes. Ató cabos. Se acordó de ese símbolo…¡era el que él le había mostrado a Ginny antes de declararse!
-Ginny…-comprendió que ella era una de esas personas intrusas. Se llevó la varita a la garganta y pronunció "sonorus".
-¡Alto!-exclamó, como si hablara por un altavoz. Sus criados se pararon al instante, mirando hacia el balcón-Todo fue una falsa alarma, ya pueden volver a hacer sus tareas. ¡Venga! No tengo todo el día y no quiero un trabajo atrasado-todos el en jardín asintieron y se dirigieron rápidamente hacia la puerta principal. Ginny y Hermione, agazapadas ambas detrás del árbol, sonreían triunfantes.
-Sabía que lo entendería-murmuró ella, con una sonrisa de oreja a oreja. La castaña también sonrió. Cuando hubieron observado que los empleados habían desaparecido, salieron de detrás del gran abeto, rogando por que hubieran quitado el hechizo anti-aparición. Por suerte, Draco todavía estaba en el balcón, observándolas. Le sonrieron desde la distancia. Después, desaparecieron del lugar, para aparecer segundos después detrás de Draco.
-Hola amor-le saludó la pelirroja cogiéndole de la cintura. Draco le devolvió el saluda dándole un beso en la frente. Los tres se metieron en la habitación de Draco.
-¿A qué habéis venido?-preguntó él, mirando a sus dos amigas. Ginny se encogió de hombros, mirando significativamente a su amiga castaña. Esta empezó a dar vueltas por el cuarto de Draco, visiblemente nerviosa.
-Necesito que me asegures si Cat es una mortífaga-contestó ella, mirando al rubio con intensidad. Este se quedó parado, en su sitio, simplemente correspondiendo la mirada de Hermione. Se revolvió el pelo con nerviosismo y volvió a observar la mirada suplicante que le lanzaba Hermione. Clavó sus ojos en Ginny, que parecía sorprendida. Suspiró con resignación y asintió con la cabeza. Hermione y Ginny se llevaron una mano a la boca, anonadadas. Hermione pareció balbucear cosas sin sentido mientras Ginny la mirada preocupada.
-¡Le va a matar!-gritó, con sus ojos aguados por las lágrimas. Ginny la abrazó delicadamente y Draco se acercó a las dos jóvenes-Se lo ha llevado esta mañana, Draco. Lo presiento, ¡lo sé, le han encargado matarle…o lo llevará ante el Lucius para que el mismo lo haga…¡tenemos que hacer algo!-Hermione chillaba, sin poder contenerse. Malfoy y Ginny la miraban preocupados.
-Vamos a buscarle, entonces-aseguró él, cogiendo a Hermione de la barbilla y le obligó a mirarle-todo va a estar bien Mione.
-Creo que sería conveniente llamar a todos los aurores-dijo Ginny.
-Está bien, pero tú no irás-le aseguró Malfoy a su novia. La pelirroja le miró sin entender.
-¿Cómo que no iré? ¡Por supuesto que sí! Yo quiero a Harry como mi hermano, no pienso abandonarle. Además, yo soy muy buena en defensa contra las artes oscuras y no me hice auror porque me atraía más la medicina, pero podría a verlo sido perfectamente.
-En eso tiene razón-se apresuró a añadir Hermione, todavía sentada en la mullida cama. Draco miró a ambas, mostrándoles una mirada de frustración completa. Después, lentamente, asintió con la cabeza.
-Ok, pero cuídate, ¿sí?-Ginny sonrió ante la preocupación de su novio. Le revolvió el pelo con dulzura-.Ahora márchense. Les quiero en el cuartel general de aurores dentro de quince minutos. No quiero que vaya a la misión nadie más que no sea auror. Bueno, quizá Luna si puede ir, pero nadie más-añadió con dureza. Las muchachas asintieron. Ginny cogió a Hermione del brazo y ambas desaparecieron para aparecer después de La Madriguera. Luna estaba en la cocina, ayudando a la señora Weasley a preparar la comida de navidad y Ron estaba en el jardín, observando una pequeña parte de los fuegos artificiales que Fred y George harían explotar después de la comida del 25.
-Voy a la cocina a buscar a Luna-dijo Ginny. Se metió corriendo en la cocina. No encontró a su madre por ningún lado. Cogió un trozo de pergamino y empezó a escribir explicándole todo a sus padres. Cuando terminó de firmar, Luna entró en la cocina, con un delantal a cuadros y un secándose las manos con un trapo de cocina. Ginny fue corriendo hacia ella.
-Ah! Hola Gin…pero ¡¿qu-é pa-sa!-añadió, extrañada, al ver como su amiga pelirroja la cogía con fuerza de la mano y la arrastraba hacia el jardín. Llegaron a donde ya estaba Hermione charlando apresuradamente con Ron. Este puso una expresión de desconcierto. Aún así, añadió con la cabeza.
-Muy bien, ¿ya podemos irnos?-preguntó la castaña cuando las dos mujeres llegaron a su lado. Ginny asintió.
-Un momento, un momento…Luna no va a venir-dijo Ron, mirando a su futura esposa.
-¿Qué no iré a donde?-preguntó ella, sin entender nada.
-A rescatar a Harry. Lo han secuestrado los mortífagos-Luna abrió la boca tres veces seguidas.
-Harry está en casa de Cat, no creo que hayan podido…-.
-Catherine es una mortífaga-esta vez fue Ginny quien habló. Ron simplemente negó lentamente con la cabeza mientras que Luna miraba a las dos amigas con una expresión de total desconcierto.
-¡Pero eso es ridículo! Conozco a Cat desde que entre al cuerpo de aurores y es una muchacha magnífica, amante de su trabajo. No me puedo creer que la estén acusando de esto, es estúpido. ¿de dónde sacaron tal barbaridad?-.
-Nos lo dijo tu jefe, Malfoy-contestó Hermione. Ron la miró.
-Ya, claro…¿y vosotras le creéis?-.
-Tenemos suficientes razones para hacerlo-respondió su hermana menor, mirando a Ron con furia. El pelirrojo seguía sin entender nada. Luna comprendió que si Ginny creía en la información de su novio, debía de ser cierta. De todas formas, a ella Cat siempre le dio mala espina.
-Creo que esta vez tienen razón Ronald, vamos al departamento, será lo mejor-Esta vez, Ron fulminó a Luna con la mirada. Después, suspiró abatido y asintió lentamente.
-Mejor vayamos con polvos flu-sugirió Ginny, yendo apresuradamente hacia la casa. Los demás la siguieron, Ron todavía de mala gana. El pelirrojo bajó su túnica de auror y la de su novia.
-Será mejor que te quites el delantal para ponerte la túnica-le dijo Ron. Luna rió nerviosa, le guiñó un ojo y se apresuró a ponerse la túnica encima del delantal. Su novio la miró sin entender, pero no le dio mucha importancia.
Cinco minutos después, justo a tiempo, los cuatro amigos entraban en el departamento de aurores. Al parecer, habían podido venir la mayoría, aunque parecía que Jeremy Simons no había podido ser localizado.
-Y Harry y Cat tampoco, hermanito-le susurró al oído Ginny a Ron. El pelirrojo frunció en entrecejo y observó detenidamente la sala. Efectivamente, ninguno de los dos estaba allí. Intentó no pensar lo peor, pero su estómago se revolvió con violencia y no precisamente por que tuviera hambre. Sabía que Harry estaría preparado si era llamado para una urgencia y si no habían logrado localizarle por si todo era una falsa alarma, si que estaba en condición de empezar a preocuparse. El barullo de la sala cesó de inmediato cuando Draco hizo acto de presencia, dispuesto a explicar la situación.
-¿Se ha adelantado la misión, señor?-se apresuró a preguntar el nervioso y joven auror Charles Treinor. El joven de cabellos platinados le miró.
-Por desgracia, sí. Bueno, no exactamente. Estamos aquí porque han ocurrido una serie de sucesos que no deberían estar ocurriendo. Creemos, y más bien afirmamos, que Harry Potter, uno de nuestros mejores aurores, ha sido secuestrado por los mortífagos-la sala se vio envuelta por un profundo e inquietante silencio. Ron miró a todos lados, todavía sin creerse que todo esto pudiera estar pasando-Lo peor de todo esto, es que él ha sido traicionado y mentido, como todos nosotros. Su captor, no es nada más y nada menos, que nuestra, hasta hace poco compañera, Catherine Hakons-esta vez, la sala se llenó de incesantes y molestos murmullos inquietos. Muchos, la gran mayoría, no creían que la agradable, graciosa y simpática Catherine Hakons pudiera estar relacionada con semejante traición.
-¡Pero eso es imposible! ¡Usted a perdido la cabeza!-gritó un auror de unos cincuenta años, señalando a Malfoy.
-Se lo explicaré de una forma que lo entienda. ¿Usted ve al señor Potter y a la señora Hakons por aquí?-el hombre le miró ceñudo.
-Pero todos saben de su noviazgo, pueden estar juntos en cualquier lograr-.
-He intentado localizarlos de todas las maneras posibles. ¿Está cuestionando mi forma de trabajar, mi autoridad como jefe y como hago mi trabajo? Esto no es una broma Williams, si no se lo cree es su problema. Hakons se hizo pasar por un auror bueno, amable y simpático. Encandiló a todos con su dulzura y como ve, a Harry también. Es el plan perfecto, ¿alguien sospecharía que ella es un mortífago?...Nadie, así de claro. ¿Cómo justifica todas esas ausencias? No fue por enfermedad, ni mucho menos. Ella tenía reuniones privadas con sus "amiguitos". Ahora, como jefe y "amigo" del señor Potter, le pido que me haga caso y contribuya-el hombre pareció reacio a aceptar la propuesta que le ponían delante, pero asintió en silencio.
-¿Y cómo sabes todo esto que estás contando?-esta vez, no fue el señor el que preguntó si no Ronald Weasley. Fulminó a Draco con la mirada. Hermione y Luna se miraron nerviosas mientras que Ginny cogió fuertemente el brazo de su hermano, suplicando porque Draco diera una respuesta convincente.
-¿Quieres salvar a tu amigo?-Ron asintió-Entonces no nos queda tiempo. Ya os informaré de mi fuente después. Ahora, necesito que nos organicemos en grupos de seis. Primero iremos todos unidos, pero luego nos tendremos que disolver-vieron como Robert se dirigía hacia ellos.
-¿Puedo?-preguntó simplemente. Ron le sonrió.
-Por supuesto-.
-De eso nada-se oyó una voz a sus espaldas. Todos miraron hacia Malfoy-Silver, vete con los Smith, Taylor y Langdon. Yo me quedaré con estos cinco.
-Pero ese grupo ya está cubierto por Tom, señor-dijo el joven de cabellos dorados, mirando a Malfoy. El rubio miró hacia todos lados y vio que ya todos los grupos estaban formados.
-Entonces nuestro grupo será de siete-añadió, sonriendo. Ron y Robert le fulminaron con la mirada y maldijeron por lo bajo, mientras que Luna hizo un amago de sonrisa y Ginny y Hermione sonreían abiertamente.
-Bien, ya saben a donde ir. Informé al ministro de la situación y ha permitido que en este departamento sirva la aparición. Así que ya sabéis. ¡Hasta dentro de unos segundos!-hubo un repentino jaleo en el cuartel antes de que los aurores empezaran a desaparecer. Ginny se cogió al brazo de Hermione y Luna al de Ron. Sintieron una sacudida en el estómago y segundos después, se encontraron en medio de un camino, medio barrizal, ya que la lluvia había echo que se te hundieran los pies. El grupo salió de allí. Todos sacaron sus varitas inmediatamente. El camino y el bosque que lo envolvía parecían desiertos. De repente, empezó a llover. Todos se cubrieron con las negras capuchas de las túnicas, sándoles un aspecto fantasmal. La pelirroja observó que había un cartel en la entrada del camino, saliendo a una especie de camino más ancho, también lleno de barro. Ginny se acercó a él y lo leyó.
ALLSHIRE 1 KILÓMETRO
-Allshire…-repitió, confundida. Después frunció el entrecejo, sabiendo que ese nombre le recordaba a algo, pero no sabía exactamente a que.
-¡Ginny!-gritó Luna. La hizo un gesto con la mano para que volviese, ya que los aurores empezaban a marchar por el camino. Echó una última y confundida mirada al cartel y corrió hacia el grupo. La lluvia caía con fuerza y el camino se volvió de nuevo en un horrible barrizal. Bajo aquella capa de lluvia, avanzaron en silencio, solo escuchando el sonido del viento al golpear los árboles a su alrededor y rogando en su interior porque esta vez la misión saliera correctamente.
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-¿A dónde me llevas, cariño?-preguntó por enésima vez Harry, entre preocupado, inseguro y un tanto divertido. Tenía los ojos vendados y caminaba de la mano de su novia, guiándole por pasillos y rincones que no le sonaban de nada. Sabía que habían ido hasta casa de Cat. Allí, y por algún motivo que la morena no le quería contar todavía, habían tomado un traslador. Notó la sacudida en el estómago. No sabía a donde les había llevado ese traslador, solo había podido escuchar como Catherine se ponía alguna prenda de ropa. Dedujo que una capa o túnica, por el incesante fru-fru´ que hacía al rozar el suelo. Estaban solos, en total silencio. Las pocas veces que la morena había hablado en el camino, su voz había echo eco, taladrando el silencio que reinaba en el misterioso lugar.
-No preguntes más, ya falta poco-notó que su voz estaba extraña, más áspera y fría que siempre. Le vino un impulso de preguntar si estaba enferma, pero la voz de su novia, a la vez que misteriosa, sonaba amenazante. Decidió callarse, palpando las frías paredes que les envolvían. Entonces, giraron a la izquierda y nada más empezar el nuevo pasillo, ya notó que había una presencia en él. Oyó como la joven apresuraba el paso, apretándole con fuerza el brazo. De repente, se pararon. El moreno escuchó una fuerte respiración en frente suyo. Alargó los brazos, intentando tocar la sorpresa de su novia y con una sonrisa traviesa en los labios. El hombre se apartó unos pasos y, al parecer, abrió una puerta que chirrió.
-Te está esperando-dijo con voz profunda-pero le gustaría que antes hablaras a solas con el chico, para explicarle la situación y todo lo que ha ignorado. Entrad-.
-Me parece muy buena idea-masculló con dureza la joven, metiendo a Harry arrastras al cuarto. La chica sabía perfectamente que ese "a solas" no era ni mucho menos cierto. Malfoy la estaría vigilando mientras le explicaba las cosas a Harry. Después aparecería en el cuarto, con aires magistrales y todopoderosos y le tocaría hacer su fácil papel, encima se ganaría el mérito del trabajo de otros y sabía que la recompensa que le ofrecía el rubio era cuantiosa y jugosa, sin duda, pero ella aspiraba a mayores. Al final, todos se llevarían una gran sorpresa. Solo tenía que darla el cargo y esperar unos días…pronto. Sus ambiciones se verían cumplidas. Saliendo abruptamente de sus pensamientos, sabiendo que había cometido un error al pensar esas cosas sabiendo que él podría estar escuchándola, sentó a Harry en la silla de cadenas. Estas aprisionaron con fuerza sus muñecas y sus pies en cuanto estuvo bien sentado.
-¿Pero qué es esto?-preguntó, sin entender nada. Intentó zafarse de la silla de cadenas pero sus intentos fueron inútiles. Oyó la débil risa de su novia. Notó como se acercaba a él. Lentamente, le quitó la venda de los ojos. De repente, se encendieron las luces de unas cuantas antorchas, únicas fuentes de luz de la habitación. Cuando sus ojos se acostumbraron al repentino cambio, observó detenidamente el lugar. Su novia estaba de espaldas, encendiendo la última antorcha. Llevaba una capa negra. En la habitación no había más que las antorchas, la silla, ella y él. Intentó descifrar la sorpresa, imaginándose que, de repente, un conejito rosa de play boy entraría por la puerta, seguido de unas cuantas chicas explosivas. Luego, borró esos pensamientos al ver que no se trataría de eso. El lugar no le gustaba nada y le daba mala espina. Frunció el ceño y miró de nuevo a la morena, todavía de espaldas, simplemente mirando a la pared negra y haciendo extraños movimientos con la varita mágica.
-Cat, en serio…esto no me convence, desátame-pero solo observó como ella negaba lentamente con la cabeza. A esa si quiera conversación la siguió un tenso silencio, solo roto por los forcejeos de Harry. El moreno cesó en su intento, viendo que era inútil y volvió a observarla, todavía sin entender nada. Lo que estaba claro es que la broma no le gustaba para nada. Entre el silencio, escuchó un prolongado suspiro por parte suya. Después, se giró hacia él. Iluminada por la tenue y azul luz de las antorchas, cubierta con la capucha y mirándole directamente a los ojos, estaba aquella joven con expresión dulce y cariñosa. Ahora, su expresión era severa, sin una facción de amabilidad y dulzura. Su piel estaba blanca, sin alguna muestra de color. Sus labios tenían un tono amoratado y estaban resecos. Solo sus ojos seguían igual de vivaces, aunque el brillo que ahora les cubría era mas intenso y a Harry le produjo una sensación desagradable. Toda ella parecía un fantasma en vida, un espectro. La observó con detenimiento y observó con desagrado que su capa se parecía con otro tipo de capa, una bastante conocida para él. Quiso creer que era un error y que todo era una mala pasada que le jugaba su mente, pero notó las similitudes y no las pudo ignorar. Esa idea rondaba en su cabeza, tan sincera como absurda. Pero entonces…¿por qué llevaba puesta una capa exactamente igual?
-Quizá esto te saque de dudas, Potter-dijo ella, con una voz fría y distante. Comprendió que se había adentrado en su mente, pero nunca había conocido a nadie que pudiera hacerlo sin que la persona en sí lo notara. Eso le fascinó al igual que repudió. Entonces, ella se acercó un poco más a él. Colocó su antebrazo izquierdo delante de sus narices, y con dureza, se levantó la manga de la negra capa, mostrándole el secreto que había guardado durante años. Allí, resaltando sobre la pálida piel, se encontraba una pequeña marca, roja como una quemadura y con la peculiar forma de una calavera que en su boca tenía una serpiente. Miró a la muchacha sin poder creérselo. Negó varias veces con la cabeza, mientras que ella se volvía a bajar la manga, soltando una risa irónica.
-Eres…tú eres…-no pudo terminar la frase. Ella le miró divertida y asintió con la cabeza, jugueteando con su varita. Harry cambió totalmente su expresión de desconcierto por una de furia.
-Eres una traidora. Eres una zorra…-pero no pudo seguir, notó como las cadenas le empezaban a cortar la circulación de las manos. La morena, mirándole entre diversión y furia, se acercó de nuevo a él, quedando a un par de pasos y levantó su varita.
-Creo que va siendo hora de que aprendas a respetar a tus superiores, estúpido-Harry la miró, fulminándola con la mirada y la escupió a los zapatos-.
-No te creas mi dueña-contestó simplemente, con profundo resentimiento. Ella se limpió el escupitajo de sus negros zapatos. Suspiró, furiosa. Se dio la vuelta. Por un momento, Harry creyó que le dejaría en paz, pero entonces supo que estaba controlando los impulsos de matarle en ese mismo momento. Después, se giró de nuevo y le apuntó con la varita.
-Crucio-pronunció, sonriendo con satisfacción. Los alaridos y desgarrantes gritos del moreno inundaron el oscuro y frío cuarto.
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¡¡¡Continuación por fin! Tenía una idea de lo que sería este capítulo, pero se me fueron metiendo otras en la cabeza y no las pude sacar hasta realizarlas, por eso este capítulo me ocupó más (10 páginas del Word) y me tardé más de lo esperado en subirlo.
¡¡¡Incógnita (bueno, si se le puede llamar así) aclarada! Como ven, Catherine-Mortífaga-Hakons se las trae. Esperemos que todo salga bien…
Vale, tengo que ser sincera, no sé como haré los próximos capítulos. Lo he intentado pensar, pero a mi cabeza solo ha llegado una idea. Así que, por eso, y porque no se me da bien las escenas de guerra y peleas con varitas, el capítulo siguiente será el más difícil de escribir de toda la historia (también aviso de antemano que va a ver una parte a lo mejor un poco pesada, en la que Cat le explicará todo a Harry y también sabremos por fin quien es la persona que ayudó a nuestro moreno preferido a escaparse de los mortífagos sí sí, creían que lo tenía abandonadito el tema. Pues bueno, como verán, resurge ¡y de que manera!
Vale, ahora sí, contesto a sus maravillosos ocho reviews: (no saben lo feliz que me hicieron)
FranGilraen: Como siempre, muchas gracias! Como hoy me dejaron más revies, las contestaciones serán más cortitas. Gracias por lo del que me dejó review D. Solo te animo a que sigas leyendo, intentaré no decepcionarte.
Besos
enigranger: La verdad, Eni, te mentiría si te dijera que no eché de menos tus reviews
Pero bueno, me alegro que estés de vuelta! Mil gracias por tu review…
Sí, sí, comprendo lo del tipo ese, de verdad, yo me lo tomé a risa. Muchas gracias de nuevo, tus palabras me pusieron una sonrisa en los labios, de veras ) No puedo alargarme mucho, espero verte más a menudo a partir de ahora, y también en LPDF
¡Disfruta de lo poco que queda de historia (!
Un gran abrazo y besos, amiga
Tohko: Mil gracias a ti tmb! )
Mmmm, solo te diré una cosa, me encantan los finales dramáticos, aunque eso no significa que este fic lo vaya a tener…u.u
Espero que sigas leyendo.
JakeGranger: ¡Aixxx mi fan number one! ¡Que honor! Como ibas a faltar tú aquí, si te lees todo y cada una de las cosas que escribo! Madre del amor hermoso, no se como lo soportaa, de veras a ti te tengo que dar unas gracias muy especiales.
Lo mismo digo guapa, sigue leyendo.
Besos
Jildael Minraelistis: Es una pena que tu review sea tan largo y tan bueno y yo no te lo pueda responder como es debido. Lo siento, tengo bastante prisa por subir, comenzar DOS nuevas historias y comenzar el capi 12 de esta, por eso no puedo, simplemente quería decirte que tienes toda la razón y que me alegro de que odies a Cat (¿ahora la odiarás más no?
También muchas gracias por el apoyo con lo que me pasó con Sodomizes…la verdad creo que no quiero recordarlo, es un echo pasado, ya borré su review de mi Hotmail y para mi como si no existiera.
Espero que sigas leyendo y que este capi te guste.
Besos
lachicaduende: Gracias por tu review y por tus palabras Ana.
Bueno, pues aquí has tenido la continuación, espero que la hayas disfrutado )
Un abrazo
marissa89: Gracias por todo el review en general marissa, espero verte de nuevo en este capítulo.
Un beso
menlor griffindor: Con Harry pasan muchas cosas…como ves, no le va muy bien al vida, que digamos.
Pues, lo prometido es deuda, aquí tienes el siguiente cap.
Espero que sigas leyendo y te guste igual. Gracias
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Ya está, hasta aquí sus fantásticos comentarios, los que lograron sacarme una sonrisa. Les espero en el próximo capítulo. Espero que de este hayan disfrutado, como quiero que hagan.
Me despido, con un gran cariño:
Elen-Grantter
"Vi un mundo en tu mirada…tus palabras atravesaron mi rincón, oscuro, desolado. Eres simplemente tú, indispensable, siempre presente. Hasta en los ratos en que no cruzamos palabras ni te veo desde la distancia, sé que estás hay, pendiente a cada movimiento. Eres lo que me guía, lo que me lleva, eres lo que me sostiene y lo que aterra. Inconscientemente, tú traes la luz a mi vida. Porque tú eres mi mejor amiga, la mujer que amo, la mujer que anhelo, la mujer que espero. Simplemente, tú eres Hermione Jane Granger"
PD: Esto lo diría Harry…simplemente me apetecía despedirme con esto, me hacia ilusión. Ahora sí, hasta la próxima.
¡Nos vemos!
