Cachorros.

By Tenshi Lain

Notas en negativo:

-Los personajes de YU-GI-OH! son propiedad de Kazuki Takashi, solo los utilizo porque ADORO el SetoXJoey.

-Esta Historia contiene Shonen Ai, si no te gusta, ya sabes donde está el botón para salir, si te gusta ¡disfrútalo!

Cap. 15

Aquella reunión estaba siendo la más tediosa, larga y odiosa de toda la semana. No soportaba a aquellos estúpidos y barrigones empresarios que creían saber todo y en realidad no sabían ni donde tenía el dedo gordo del pie.

Miró por enésima vez su reloj de pulsera, apenas habían pasado tres minutos desde la última vez que lo había mirado. Suspiró acomodándose en el sillón. En esos momentos podría estar haciendo mil cosas más provechosas o estar con sus cachorros esperando los resultados, tal vez no fuera de mucha ayuda, pero al menos estaría con ellos.

Sus ojos azules se pasearon por los presentes y se detuvieron a dos butacas de él. Allí estaba Nicolas Regan, al parecer él tampoco estaba muy puesto en la reunión. Tenía la mirada perdida en algún punto de la pantalla en la que se exponían los datos de los gastos y beneficios del último recuento trimestral.

¿Cómo reaccionaría Regan si se enterara que su esposa había tenido un hijo con otro hombre antes de casarse? Le daba cierta curiosidad morbosa, pero él no iba a ir a averiguarlo...

Tras una hora más de mortal cháchara insustancial, la reunión se dio por terminada. Kaiba guardó sus documentos en el maletín y cuando iba saliendo su móvil sonó. Su corazón dio un vuelco al ver reflejado el número de su cachorro.

- ¿Joey? Dime... ¿Ha ocurrido algo?

- No es nada malo Seto, pero tenemos novedades ¿Puedes venir al hospital ahora?

- Voy saliendo, en veinte minutos estoy ahí.

Kaiba cerró el móvil y se encaminó deprisa hacia los ascensores. Antes de que las puertas se cerraran pudo ver al señor Regan hablando por teléfono al parecer desconcertado.

Seto tenía un mal presentimiento... él no era muy dado a confiar en los instintos, pero tras tantos años de conocer y convivir con Joey, había aprendido a hacerles caso en ciertas ocasiones.

Una vez en el parking se subió a su lujoso coche y prácticamente salió disparado por las calles de Dominó rumbo al Hospital, deseando que las "novedades" fueran buenas.

Mientras tanto, el señor Regan seguía en la sala de juntas hablando por teléfono.

- ¿Está segura de que mi esposa no ha ido a recogerlos?

- Sí, señor. Precisamente los tengo aquí. Nadie ha venido a recoger los resultados, por eso le llamo.

Nicolas se pasó una mano por el pelo preguntándose porque su esposa no había ido, cuando ella misma había dicho que lo haría.

- Está bien iré yo a recogerlos... - dijo finalmente Nicolas. Tomó nota de a donde tenía que dirigirse y salió del edificio aun mosqueado.

Cogió su propio móvil y llamó a su esposa. 'El número que ha marcado está apagado o fuera de cobertura...'

- Seguramente será lo primero - suspiró Nicolas subiéndose a la parte trasera de su coche, recordando lo despistada que podía llegar a ser su esposa.

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- Será una broma - fue lo único que atinó a decir Seto una vez lo pusieron al tanto de todo.

- Me temo que no, señor Kaiba - dijo el doctor Kenta con una sonrisa conciliadora, deseando que ahora no apareciera la parte más furibunda (y conocida) del famoso Seto Kaiba.

El moreno miró a su pareja como esperando alguna señal de que era una broma de mal gusto, pero todo lo que obtuvo fue una sonrisa y una confirmación.

- Deberían cerrarles el hospital - dijo Kaiba secamente haciendo que el doctor se removiera incómodo en la silla -. Al menos nos ha servido de algo todo este desbarajuste... ¿Cuándo se puede operar a Kari?

- Antes de eso - dijo el doctor con precaución -, se necesita el permiso por escrito de los padres de Eric.

- ¿De los dos?

- Sí... - ahora la mirada de Kaiba se clavó en June.

- Sabes que por mi no hay problema...

- ¿Y tú marido?

- Voy a hablar con él.

- ¿Le vas a decir la verdad? - preguntó Kaiba alzando una ceja.

- Bueno... en parte. Pero no te preocupes conseguiré que firme - dijo la mujer con plena confianza.

Seto y Joey se dirigieron a la habitación de Kari mientras June iba hacia la zona en la que estaba permitido llamar por móvil. Al sacarlo del bolso se dio cuenta de que estaba apagado y rápidamente lo encendió. En ese preciso instante el móvil de June se puso a sonar pensó con ironía que su marido no podía ser más oportuno al reconocer la llamada entrante.

- Hola cariño, dime ¿ya has acabado la reunión?

- Sí, hace un rato ¿Has ido a por las pruebas de Eric? - June se pateó mentalmente. Con la charla del doctor Kenta se le había olvidado por completo.

- Ahora mismo iba a por ellas ya estoy en el hospital...

- Muy bien... - y la llamada se cortó. June miró con el ceño fruncido el aparato y vio que acababa de quedarse sin batería. Después intentaría llamar de nuevo a Nicolas y empezaría con la historia que habían compuesto en el despacho del doctor.

Bajó en el ascensor hasta la segunda planta y fue al mismo lugar donde por la mañana no había encontrado a nadie. Pero ahora si había alguien.

De pie junto a la ventana que daba a los jardines del hospital estaba su marido, no se volvió al escucharla entrar ni hizo ningún gesto de reconocimiento. Pero eso no fue lo que más preocupó a June. Fueron sus ojos, conocía muy bien aquella mirada, era la misma que tenía cuando iba a enfrentarse con los abogados de compañías rivales en una cruenta disputa.

- Nicolas - empezó despacio mientras cerraba la puerta tras de si - ¿Qué haces aquí?

- ¿Y Eric? - dijo fríamente sin apartar los ojos de la ventana.

- En la habitación de Kari, quería visitarla y... - pero se interrumpió al ver como su marido sacaba el móvil y pulsaba un par de números.

- John. Go to the Wheeler's room and take Eric. Directly to the hotel - después de dar estas breves ordenes colgó y encaró a su mujer.

June se preparó para lo peor, alejar a su hijo a más de veinte metros era señal inequívoca de una discusión conyugal.

- Nicolas ¿qué ocurre? - por toda respuesta, una carpeta cayó pesadamente sobre la mesa.

Varias hojas salieron de su interior pero una en especial captó por completo la atención de June. La que encabezaba el texto diciendo 'Prueba de paternidad...' Con pulso tembloroso June cogió el papel. Las frases parecían saltar ante sus ojos 'Nombre del/la hijo/a: Hikari Wheeler'... 'Posible maternidad con: June Regan'... ' Resultado: Positivo'...

- ¿Hasta cuando pensabas seguir engañándome? - espetó Nicolas con ira. June no contestó. Todo había quedado al descubierto de la peor forma posible.

- Nicolas, yo no quería engañarte... pero es que no sabía como decírtelo...

- ¿Me estas diciendo que en 12 años no has encontrado el momento? - siseó Nicolas. Estaba furioso, se sentía engañado y sobre todo defraudado. Defraudado porque su esposa no hubiera pensado que él pudiera comprenderla.

- Nicolas entiéndelo. Tenía miedo... no sabía como ibas a reaccionar. Cuando aquello ocurrió tú y yo no estabamos precisamente en nuestro mejor momento. Después hicimos las paces y todo era tan perfecto que no me atreví a arriesgar nuestra felicidad. Con el paso del tiempo prácticamente lo olvidé...

- Hasta que él te llamó... - concluyó Nicolas aun con los ojos fijos en su esposa. El dolor en su mirada era insoportable para June.

- Si.

Nicolas caminó inquieto por la habitación. En su interior, sentimientos contradictorios giraban vertiginosamente tratando de imponerse. El amor por June... el dolor que le causaba conocer una verdad oculta tanto tiempo... los celos de saber que ella había estado con otro hombre... la desolación por la falta de confianza de su mujer...

Se detuvo y respiró hondo. Después miró a su esposa.

- ¿Lo del otro papel también es cierto?

June volvió a mirar la carpeta y vio que además del certificada de paternidad, también estaban los resultados de las pruebas de compatibilidad de Eric con Kari. Al parecer habían puesto copias de todas las pruevas en ambas carpetas.

- Sí, tanto Eric como yo podemos donar a Kari.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Nicolas con voz indiferente sin mirarla.

- Voy a dar mi consentimiento para que Eric sea el donante ¿y tú?

Nicolas se volvió y se la quedó mirando entre extrañado y furioso.

- ¿Por qué mi hijo tendría que darle nada a esa niña? Hazlo tú, al fin y al cabo es tu hija.

June frunció el ceño algo dolida, dio otro vistazo a los documentos... no estaba la prueba de maternidad, Nicolas aun no sabía que esperaba un hijo. No sabía que tal le sentaría esa noticia en su actual estado, pero callárselo no traería nada bueno.

- Yo no puedo donarle mi médula, aunque encantada lo haría - Nicolas enarcó una ceja sin comprender aquella respuesta.

- ¿Por qué no?

- Porque estoy embarazada.

Aquella respuesta acabó por derrumbar a Nicolas. Sus piernas no pudieron sostenerlo y se dejó caer en una silla cercana con la mirada torva.

- ¿Tienes alguna sorpresa más? - preguntó tras varios instantes de absoluto silencio.

- No... - dijo June con tono dulce mientras se acercaba a él y se agachaba, hasta que sus ojos quedaron a la misma altura - Nicolas de verdad siento todo esto. Ojalá hubiera encontrado antes las palabras para decírtelo. Te quiero como no he querido a nadie y no soportaría perderte, por eso callé... por favor Nicolas no me odies... no me dejes...

Él se quedó mirando sus hermosos ojos anaranjados anegados en lágrimas, los mismos que lo habían enamorado tantos años atrás. No había atisbo de mentiras o hipocresía, solo verdadero arrepentimiento. Se inclinó hacia delante y la abrazó con fuerza.

- ¿De cuanto estas? - preguntó sin apartarse.

- De unos dos meses - la escuchó reír -, creo que fue durante nuestra "escapada" a Bahía.

Nicolas también sonrió recordando tan magnifica escapada que nada tenía que envidiar a una luna de miel. Sin lugar a dudas, aquel había sido el momento. Sin embargo otra idea le carcomía por dentro y no pudo evitar preguntar.

- Después de que te quedaras embarazada... ¿alguna vez tú y Wheeler...?

- Nunca - contestó June muy seria mirándole directamente a los ojos, para demostrarle que no mentía -. Solo fue una vez y nunca más volvimos a acostarnos juntos...

- Ya veo - dijo despacio acariciando el rostro de su esposa, en cierto modo le había quitado un peso de encima. Siguieron compartiendo el silencio como tantas veces habían hecho, hasta que al final June habló.

- Entonces... ¿darás tu permiso para el transplante?

Nicolas le dio un beso en la frente y se levantó seguido de su esposa.

- Dame algo de tiempo para pensar... - y sin más palabras salió de la habitación dejando sola a una acongojada June.

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Nicolas caminó por los pasillos del hospital sumido en sus pensamientos sin darse verdadera cuenta de por donde iba. Su mente iba a mil por hora, en apenas unos días su vida se había visto llena de sucesos que no podía controlar ni evitar. Su mujer había tenido una hija con otro hombre antes de casarse, nunca se lo había dicho y esta ahora estaba gravemente enferma y necesitaba que su hijo Eric le donara parte de su médula.

También se preguntaba si, de no haber enfermado, alguna vez hubiera descubierto la existencia de esa niña. Probablemente no... June temía demasiado que la dejara sola.

- ¡Kyaaah!

El repentino grito lo sacó de su ensimismamiento. Ante él pasaron dos o tres niños corriendo mientras una enfermera les gritaba que no podían hacer tanto escándalo en el pasillo. Al mirar al frente vio un listado de lo que había en aquella planta, arriba del todo el cartel rezaba: Oncología Infantil.

Si mal no recordaba allí era donde estaba la niña... la hija del señor Wheeler... y de June.

Con paso lento atravesó el corredor rumbo a las habitaciones y se detuvo ante la puerta número 113. Estaba abierta y pudo ver dentro a Kari charlando tranquilamente con un muchacho de cabello negro y sonrisa pícara.

Se la quedó mirando desde el pasillo. La pequeña era el vivo retrato de su padre, pero también tenía una cierta semejanza a June. Cosas nimias, y apenas perceptibles para quien no la conociera, pequeños gestos y facciones, pero ahí estaban.

Su rubia cabellera permanecía sujeta en una coleta baja, lacio y algo deslucido por culpa de la medicación. Sus ojos castaños brillaban alegres ante los comentarios de su acompañante y su sonrisa sincera iluminaba su rostro, en un gesto muy similar al de Eric. El camisón del hospital le venía algo holgado por su inevitable delgadez y dejaba ver su hombro izquierdo. Allí había una pequeña señal que él conocía muy bien.

- La genética es curiosa ¿cierto? - dijo una voz a su espalda, al darse la vuelta se encontró ante el imponente Seto Kaiba el cual también tenía la mirada fija en el interior de la habitación - Tan distintas y tan parecidas a la vez...

- Lo es... - dijo simplemente Nicolas - ¿Usted sabía todo esto señor Kaiba?

- Una parte. Joey nunca me quiso decir el nombre de la madre de Kari.

- ¿Nunca investigó por su cuenta? - preguntó curioso el señor Regan. Sabía que el CEO mandaba a investigar a cualquier persona con la que fuera a hacer negocios y le extrañaba que no hubiera hecho lo mismo con la vida pasada de su pareja.

- Lo hice - confeso con una leve sonrisa torcida -, pero no encontré nada y al final me di cuenta de que tampoco me importaba. Kari es como una hija para mí. La amo por lo que es, no por quien fue su madre...

- Comprendo... - la risa alegre de los dos pequeños escapó de la habitación haciendo fruncir el cejo a Seto. Nicolas no pasó inadvertido el gesto - ¿No te gusta ese niño?

- Para nada. Al ritmo que lleva terminará en un reformatorio antes de los 16.

Nicolas sonrió. Eso eran celos de padre... los había visto en su suegro cuando él y June empezaron a salir y ahora los veía en el gran CEO. Era curioso verlo tan pendiente de una niña que ni siquiera tenía su sangre... pero ¿De verdad importaba eso¿Qué hacía tan importantes los vínculos sanguíneos?

- June le ha explicado la situación ¿cierto?

- Sí.

- ¿Qué piensa hacer? - Nicolas suspiró tras unos segundos.

- No lo sé...

- No habrá ningún peligro para Eric - le aseguró Seto.

- Ya... - Seto se lo quedó mirando unos instantes.

- ¿Quiere conocerla?

Regan lo observó con el ceño fruncido y sin contestar siquiera ambos hombres entraron. Mamoru rápidamente clavó los ojos en su 'suegro' y se tensó. Kari se volvió hacia los recién llegados.

- Hola Seto - saludó con una sonrisa estirando la mano y cogiéndo la de su padrino. Después se fijó en Nicolas - ¿Es el padre de Eric?

- Lo soy... ¿cómo lo sabes?

- Se le parece - sonrió -, pero Eric se fue hace rato. Vino un guardaespaldas a por él.

- Ya lo sé - dijo sentándose a un lado de la cama. Mamoru se puso en pie de golpe (ya no soportaba más la mirada acusadora y asesina del señor Kaiba).

- Yo me voy, tengo repaso de ingles - recogió la mochila del suelo y se la puso -. Mañana vendré otra vez ¿vale?

- Muy bien - sonrió Kari con cariño -, no te olvides.

- De ti no me olvidaría nunca - respondió Mamoru guiñándole un ojo y saliendo de allí, antes de que Seto decidiera estrangularlo.

- ¿A que ha venido eso? - preguntó molesto. Eso había sonado demasiado romántico para su gusto.

- ¿Venido qué? - preguntó con inocencia la niña. Seto prefirió no seguir por ahí, le daba dolor de cabeza ese tema.

- Nada... El señor Regan quería conocerte - dijo con simpleza.

- Hola, soy Kari - sonrió la niña acomodándose la sonda en la nariz. Le molestaba mucho aquel tuvito, pero el médico le había dicho que lo tenía que llevar y no tenía otra.

- Nicolas Regan.

- ¿Señor Kaiba? - llamó una enfermera asomándose por la puerta - ¿puede venir un momento, por favor?

- Claro... Enseguida vuelvo - le dio un apretón en la mano a Kari y salió. Un tenso silencio siguió, incomodando a Nicolas.

- Eric me dijo que usted trabajaba con ordenadores - empezó Kari cansada del silencio.

- Sí, igual que el señor Kaiba.

- ¿Su esposa también?

- Sí, pero ella se dedica más a la parte publicitaria que a la técnica.

- Mi padre también estuvo un tiempo trabajando así con Seto, pero después se centró en la fotografía. Le encanta viajar y conocer sitios nuevos. Yo he ido muchas veces con él, pero desde que me puse enferma no he podido... - se quedó mirando la lamparita móvil de Mamoru y agregó en un susurro - Me gustaría poder hacer un último viaje con él y con Seto.

- Cuando te cures seguro que harás más de uno - le dijo Nicolas, le partía el corazón ver aquellos ojos tan tristes. Kari solo sonrió con melancolía.

- Eso dice mi padre... pero ya no le creo. No porque no confíe en él, es muy sincero. Pero desea demasiado que siga adelante y se niega a ver la realidad.

- ¿Qué realidad? - preguntó Nicolas sin acabar de entender. Kari clavó los ojos en los suyos y Nicolas se estremeció.

- Que me voy a morir. Por mucho que mi padre diga que no, es lo que hay. Lo acepto... Aunque me hubiera gustado hacer tantas cosas... ir a tantos sitios y conocer a tanta gente... pero parece que mi destino no era ese - terminó con una sonrisa triste.

Nicolas no supo que contestar a eso. Se le partía el corazón de escuchar a alguien tan joven hablar así.

Otra enfermera entró en la habitación y le pidió que saliera, porque tenían que cambiar las sábanas.

- Dele recuerdos a Eric y a la señora Regan de mi parte, por favor - pidió la niña.

Nicolas se despidió de Kari con un asentimiento de cabeza y salió, se quedó recargado en la pared del pasillo pensando.

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June observaba el paisaje nocturno desde el sofá de la salita en su habitación del hotel. En sus brazos dormía plácidamente el pequeño Eric. El niño no había querido irse a dormir hasta que llegara su padre, pero el sueño lo había vencido.

June depositó un beso en su coronilla y sonrió al escucharlo remugar en sueños. Después volvió a mirar por la ventana y suspiró ¿Dónde estaría Nicolas¿Habría tomado ya una decisión?

El doctor Kenta les había dicho que la salud de Kari cada vez estaba más deteriorada, tenían que darse prisa o el transplante no serviría de nada. June rezó para que su marido no se dejara cegar por el dolor y los celos.

En ese momento la puerta se abrió y tras unos instantes Nicolas apareció en la puerta. Marido y mujer se quedaron mirando en silencio, ella sin atreverse a hablar, él sin saber que decir...

Como si la tensión del momento le incomodara, Eric despertó. Sus ojos anaranjados se toparon con la figura de su padre y sonrió.

- Welcome daddy - saludó alegremente. La voz tierna de su hijo pareció aliviar el ambiente.

- Hola ratón... - Nicolas fue hasta el sofá y se sentó a los pies de su esposa mirando a su hijo - Eric tenemos que hablar de algo muy serio.

- ¿El que? - preguntó entre curioso y desconfiado. Cuando su padre empezaba una conversación en ese tono en verdad era importante. Así era como le había dicho que su abuelita se había ido al cielo.

- Recuerdas lo que Kari te contó. Que estaba enferma y necesitaba una médula nueva...

- Si... - dijo algo confuso entonces una idea cruzó su infantil mente - ¡Han encontrado una¿Kari se curará!

- Así es...

- ¿Y cuando se la pondrán¿Quién se la dará¿Po...

- Antes que nada escúchame - interrumpió Nicolas el chaparrón de preguntas. Respiró hondo y siguió -. Tú médula es compatible con la de Kari...

- ¿La mía? - preguntó el niño entre extrañado y sorprendido.

- Eso nos ha dicho el médico. Por eso tengo que preguntarte una cosa ¿Quieres darle una parte de tu médula a Kari? - Eric se quedó callado mirando aun sorprendido a su padre - Si no quieres...

- ¡No¡Claro que quiero! - aseguró Eric poniéndose en pie de un salto y cogió a su padre de una mano tirando de él - ¡Vamos a dársela, corre!

- Espera, espera... - le retuvo Nicolas sentándolo en su regazo - Son las once y media de la noche, no podemos ir ahora al hospital.

- Pero quiero que Kari se cure ya - replicó el pequeño. Nicolas sonrió ante la impaciencia de su hijo.

- Lo sé, pero antes de eso hay que preparar algunas cosas, hablar con los doctores...

- Entiendo... ¿vamos mañana temprano entonces? - Nicolas sonrió y revolvió el pelo de su hijo.

- Mañana temprano. Pero ahora a dormir.

- Si. Buenas noches daddy - le dio un beso y un abrazo y se volvió hacia su madre repitiendo la acción -, buenas noches mummy.

- Buenas noches cariño - y el pequeño se fue a su habitación. June se incorporó en el Sofá y abrazó a su marido -. Muchas gracias Nicolas...

- No tienes que dármelas. He hecho lo que debía hacer.

Se acercó a su esposa y la besó con amor. Tras un rato aquel beso fue subiendo de intensidad y antes de darse cuenta, Nicolas cargó a June en brazos y ambos se encerraron en el dormitorio.

- ¿Por qué no le has dicho que va a tener un hermanito? - preguntó June un par de horas después mientras ambos amantes descansaban abrazados bajo la luz ambarina de la lámpara.

- Demasiadas noticias a la vez ¿no crees?

- Si... ¿Se lo decimos después de la operación?

- Será lo mejor... - Nicolas acarició el rostro fino de su esposa - Prométeme que nunca me ocultaras nada más...

- Te lo prometo - aceptó June sellando su juramento con un beso.

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Kari se retorcía las manos nerviosa mientras la enfermera acababa de escribir algo en su historial y lo volvía a colocar a los pies de la cama. Respiró hondo intentando calmar sus acelerados latidos. Faltaban a penas unos minutos para que vinieran a llevársela al quirófano y no podía más con sus nervios ¿Y si algo salía mal¿y si su cuerpo rechazaba la médula¿y si...?

- '¡NO¡Basta!' - se dijo a si misma - '¡Deja de ser tan fatalista! Todo saldrá bien. Seguro...'

La puerta se abrió y Joey entró en la habitación ataviado con una bata de algo parecido a papel verde y un gorrito cubriendo su cabello dorado.

- Hola peque - saludó con alegría - ¿preparada?

- No, no lo estoy - gimoteo con los ojitos brillantes por el pánico -, tengo miedo, no quiero hacerlo...

- Vamos, vamos - intentó calmarla Joey sentándose a su lado y sujetándole la mano -. No tienes nada de que asustarte. El doctor Kenta ha hecho esta operación muchas veces. Saldrá bien...

- ¿Pero y si rechazo la médula?

- Las pruebas indicaban una compatibilidad del 93... Eso es un porcentaje, muy elevado.

- ¿Y si ha Eric le pasa algo? - insistió Kari mientras las lágrimas rodaban por su rostro.

- Nada malo va a pasar - le respondió Joey mirándola directamente a los ojos y hablando con firmeza -. Todo va a salir muy bien y antes de que te des cuenta vas a estar correteando por ahí con tus amigos ¿entendido?

Kari se secó las lágrimas de la cara con el dorso de la mano y asintió con la cabeza. Joey sonrió y le dio un beso en la frente.

En eso entraron una enfermera y un camillero.

- Lista para el viaje - dijo el camillero con una sonrisa.

- Sí - dijo tras un profundo suspiro. Salieron de la habitación empujando la cama, mientras Joey y Kari iban cogidos de la mano.

En el pasillo encontraron a Seto, Mamoru, Mokuba, Yugi, Yami y Tristán. Todos le dieron palabras de ánimo y Seto un beso en la frente.

- Esperaremos a que salgas - le aseguró Mamoru con una gran sonrisa llena de confianza. Kari se la devolvió y no apartó los ojos de su duende hasta que las puertas del ascensor se cerraron.

Kari suspiró nerviosa mientras el ascensor bajaba lentamente hasta el piso en el que se encontraba el quirófano. Un leve apretón por parte de su padre la reconfortó.

Las puertas por fin se abrieron y siguieron por el pasillo hasta llegar a unas grandes puertas que rezaban 'Prohibido el paso a personal no autorizado'. Allí de pie estaban los señores Regan.

June le dedicó una cándida sonrisa cuando llegaron a su altura.

- Muchas gracias... - dijo Kari.

- No tienes que darlas - contestó Nicolas con amabilidad mientras rodeaba la cintura de su esposa con un brazo.

- Hasta aquí señor Wheeler - dijo con voz tranquila la enfermera.

- Muy bien - asintió Joey después miró a su hija y le dio un último beso en la frente -, te veré luego.

- Hasta luego papá - dijo Kari y atravesó las puertas que la conducirían al quirófano.

Todo era blanco. Las paredes, el techo, unas extrañas máquinas que pitaban. Él único color que había allí era el verde que vestían los doctores y enfermeras. Acercaron la cama a la mesa de operaciones y el camillero la cambió de sitio sin apenas esfuerzo. Después le guiñó un ojo y el hombre se fue llevándose la cama. Kari miró a la derecha y sonrió.

- Hola Eric.

- Hola - contestó el niño mientras una enfermera acomodaba una vía en su antebrazo.

- ¿Nervioso?

- Un poco... ¿y tú?

- Un poco - ambos pequeños sonrieron -. Muchas gracias por darme un poco de ti.

- De nada - otra enfermera comprobaba la vía de Kari -. Oye...

- ¿Mmh? - preguntó la niña distraídamente.

- Si esto hubiera sido al revés... si el enfermo fuera yo ¿me darías la médula?

- Sin dudarlo - contestó Kari sin atisbo de duda. Eric sonrió.

- Muy bien chicos - dijo el doctor Kenta entrando de espaldas por una puerta con las manos en alto - Vamos a empezar ¿deacuerdo?

- Si - dijeron los dos niños a la vez mientras el anestesista inyectaba la anestesia y comprobaba los signos vitales de cada uno.

- Ahora vamos a contar hasta diez - dijo el anestesista - uno...

- Uno - repitieron los pequeños - dos... tres... cuatro... cinco...

- Seis... - dijo el anestesista solo ya que los pequeños ya habían cerrado los ojos.

La operación empezó.

CONTINUARÁ...

Penúltimo capítulo. Se acaba, se acaba, se acaba...

Espero no haberos decepcionado, con eso de que Nicolas acepte tan fácilmente la situación, pero ya empezaba a cansarme de tener tanto tiempo a Kari hospitalizada y tampoco quería que se montara un gran pleito en plan telenovela de sobremesa (ya sabéis, de esas en las que al final resulta que el esposo es el hijo del jardinero que a su vez fue el amante de la prima de la señora y resulta que a estado desaparecido por años creyendo que era un pintor retirado y... bueno. Os hacéis una idea ¿no?).

En cuanto a lo de contestar reviws... ahora que han puesto la opción de contestarlos directamente, pues intentaré hacerlo por ahí (no sé de donde sacaré el tiempo pero buee...) claro que solo podré contestar a los que me hayan dejado en el reviw su dirección. De todas formas seguiré poniendo los nombres al final del capi para que sepáis que si que los leo (aunque los leo todos sin falta de todas formas).

Muchas gracias por vuestro apoyo, comentarios y ánimos: Kakasha Maxwell Yeah, BaLucita, AGUILA FANEL, Miguel,

Ja ne!