Hola mis queridas lectoras, aquí ando con un mini fic son solo 5 capítulos y pues con motivo de la Navidad. Es una dinámica para la página "Mundo Fanfiction Inuyasha y Ranma"
Capítulo 3
Soy Shippo:
El Espíritu de la navidad pasada 2da parte
-Muy bien, estamos en la preparatoria donde tú y Kagome cursaron. – anunció el pequeño espíritu - Por cierto, ella se graduó con honores y tú muy…
-Muy apenas pude pasar, si lo recuerdo.
Shippo e Inuyasha lograron ver a la Kagome del pasado jugando futbol americano con Inuyahsa, él le hizo un pase, pero al momento de que ella iba a notar un touchdown el corrió hacia ella y la bloqueó.
-Te tengo bella señorita – le dijo Inuyasha quien la sujetaba de la cintura y la pegaba contra él.
-No, no me tienes – Kagome rozó su nariz con la de él y lo engañó con darle un beso y cuando Inuyasha aflojó su agarre ella corrió hasta una línea y gritó –Touchdown.
-Eres una pequeña tramposa, pero me las pagaras.
Inuyasha corrió hacia ella y ambos cayeron al césped, se vieron a los ojos y ambos no pudieron resistir la tentación de darse un beso.
-Míralos, se veía el amor en sus ojos, tan felices sin imaginar que el tiempo los cambiaria por completo.
El Inuyasha del presente no le hacía caso a lo que decía Shippo, solo se concentró en ver a la pareja que tenía en frente de ellos. Cuestionándose qué era lo que había cambiado entre ellos.
En ese momento, entró una pareja tomada de la mano, eran Koga y Ayame y tras de ellos iba un chico de cabello negro y ojos azules. Inuyasha del pasado al verlo frunció el cejo y abrazó posesivamente a su novia.
-Será mejor que se apuren, o llegaremos tarde a la primera clase – dijo Bankotsu algo molesto en su voz.
-Bankotsu, siempre tan inoportuno – dijo Inuyasha del pasado con un tono de molestia en su voz, se levantó y ayudó a su novia a levantarse del césped.
Koga y Ayame únicamente contemplaban la escena con una sonrisa.
-Bankotsu ¿Siempre tan inoportuno no crees Inuyasha? – repitió de nuevo Shippo con picardía – Era atractivo en su tiempo. Dice el espíritu de la navidad presente que es todo un galán – le guiñó un ojo.
No sabía ni le interesaba. Bankotsu siempre había sido su némesis y buscaba la forma de estar cerca de Kagome, conquistarla, ganársela e incluso robársela de sus manos. Pero jamás lo permitió.
Al igual que su yo del pasado, la sangre le comenzaba a hervir con sólo verlo.
-No sé ni me interesa. Bankotsu estuvo enamorado de Kagome, y aprovechaba cada ocasión para interrumpirnos a ella y a mí. Pero ella nunca le dio alas a él, ya que siempre decía que yo era el único en vida.
Shippo suspiró y se encogió de hombros.
-Pobre, estaba realmente equivocada contigo. Esas son las cosas estúpidas que uno hace por amor.
Shippo se apartó de Inuyasha, pero este se quedó mirando a la pareja de enamorados.
-Vamos a clase – dijo Kagome mientras le daba un beso, giró sobre sus talones, pero Inuyasha tomó su muñeca y la hizo girarse de nuevo hacía él.
-Pero antes hay algo que quiero decirte.
- ¿Qué es? – preguntó curiosa.
-Te amo Kagome Higurashi, se podría decir más que a mi vida.
-Y yo también te amo Inuyasha.
Todos esos recuerdos parecían como si hubiesen estado guardados en su mente y de pronto, algo los sacara a la luz para desempolvarlos.
-Inuyasha Taisho será mejor que vengas –lo interrumpió Shippo – Ya que aún falta mucho por recorrer.
-Ya voy enano – respondió sin dejar de ver a su yo del pasado y a la mujer que había jurado amar.
Echó un ultimo vistazo y contempló a la pareja desaparecer y, de mala gana giró sobre sus talones y se acercó al enano del espíritu pasado. Había sacado una paleta de colores y la saboreaba mientras él se dignaba a acercarse.
- ¿A dónde vamos esta vez?
-Ahora vamos a un lugar donde fue la primera vez de Inuyasha y Kagome – Shippo miró a Inuyasha - ¿No quieres verlos?
Pero antes de que él pudiera protestar, Shippo traslado a Inuyasha en la alcoba donde estaban Kagome e Inuyasha.
-Tengo miedo Inuyasha –dijo Kagome, un poco nerviosa.
Ambos estaban encima de la cama y únicamente llevaban su ropa interior. Mientras que la luz tenue de una lampara hacía más romántico el momento. Una música ligera relajaba el ambiente.
-No te preocupes Kagome – dijo Inuyasha mientras la besaba para tratar de calmarla – Te prometo que esta noche será inolvidable para los dos…
Inuyasha pasado, buscaba el broche que mantenía sujeto el sostén de Kagome para descubrí sus delicados y bien formados pechos.
-Oye déjame ver – se quejó Shippo al sentir como Inuyasha le tapaba los ojos.
-No puedes ver esto, aun eres un niño – dijo él – Además, hay que darles intimidad.
Inuyasha recordó esa primea vez, había sido mágica, llena de amor en donde los dos se habían entregado por primera vez.
- ¿Sabes? – le dijo a Shippo aun con la mano de Inuyasha cubriendo sus ojos - Esa noche, para Kagome fue la más importante de toda su vida. Pensaba que por fin había encontrado a su media sandía.
Pero de nueva cuenta dio otro chasquido de sus dedos que los llevó al momento en donde le propuso matrimonio a Kagome. Habían ido de vacaciones luego de presentar los exámenes finales de la universidad.
Y ahora estaban en una playa y en frente de ellos dos se encontraba una mesa para dos personas, que estaba iluminada con dos velas rojas, observaron a Inuyasha y a Kagome sentarse, él extendió la silla para ayudarle a Kagome a sentarse.
-Lo repito, en ese tiempo eras un caballero – dijo Shippo.
- ¿Puedes cerrar tu boca? No me dejas escuchar.
- ¿Y para qué quieres escuchar? – lo interrogó - Tú sabes lo que le dijiste a Kagome esa noche ¿Lo recuerdas?
Inuyasha no le contestó al pequeño enano y solo se concentró en la conversación de Kagome y de su yo del pasado. Ese hombre que seguía enamorado de su amiga de la infancia y su novia de preparatoria.
¿Qué había pasado con él?
¿Dónde había quedado?
- ¿Se puede saber a qué se debe una cena en la playa, a la luz de la luna y acompañada de velas? – preguntó Kagome sonriente.
Inuyasha se levantó de la silla, se arrodilló ante ella y le extendió una cajita de color rojo.
- ¡Oh! – exclamó emocionado Shippo - Se lo va a pedir. Si yo hubiera sido ella le habría dicho que no –volvió a interrumpir el enano.
- ¿Tú nunca te callas? – preguntó Inuyasha del presente.
-No – él enano negó. – Es un defecto que tengo. Nunca puedo estar callado por menos de un minuto.
Shippo sacó un control y le subió al volumen de la conversación.
- ¿Se puede hacer eso? – preguntó Inuyasha arqueando una ceja.
-Claro – Shippo le guiñó un ojo – Soy un espíritu, recuerda eso. Es para que escuches mejor.
Volviendo con la pareja de la playa..
-Kagome, nos hemos conocido desde hace mucho tiempo – abrió la cajita para descubrir un anillo de plata, lo tomó y se lo colocó en la mano de Kagome – ¿Te casarías conmigo? Porque nada me daría gusto como que fueras la señora Taisho.
-Di que no, di que no – se acercó Shippo para detenerse a un lado de Kagome.
Pero ella era ajena al espíritu y al hombre que estaba a lado de ella. Solo tenía ojos para su novio.
- ¡Enano cállate! – exclamó Inuyasha, cubriéndole la boca.
Kagome se quedó viendo el anillo, sus lágrimas corrían por todas sus mejillas, miró a su novio y asintió.
-Si Inuyasha, si acepto ser tu esposa.
-Ya se desgració la vida para siempre – de nuevo intervino Shippo, fingiendo una voz dramática - ¿Quieres ver cómo fue después que ambos se separaron?
-No – negó con la cabeza – Se cómo fue, un día ella me vio con otra en la cama de nuestra habitación… con otra mujer.
-Y esa otra es tu futura esposa. Lo siento, aunque no quieras tengo que mostrarte lo que ella sufrió al verte con Eri.
Inuyasha se puso serio, recordaba ese momento, había tomado mucho e invito a Eri a su casa y por la euforia del alcohol la llevó hasta la habitación donde le hizo el amor, aprovechó que Kagome estaría de viaje ese día así que no correrían ningún riesgo. Pero poco tiempo después Kagome llegó y los vio, en ese momento se sintió el más miserable de los hombres.
Inuyasha cerró los ojos y cuando los abrió, se encontraba en un departamento, vio entrar a Sango con dos tazas de café, la siguió y encontró a Kagome en la sala, se veía desecha, destrozada por dentro.
Por primera vez se sintió el ser más despreciable, miserable de la tierra por haberla dañado. Ella que siempre estuvo a su lado, alentándolo en las buenas y en las malas. Impulsándolo a ser mejor cada día y gracias a ella, había llegado hasta donde estaba.
-Toma, esto te relajara – Sango le ofreció una taza.
-No tengo ganas Sango – dijo ella, con los ojos rojos por las lágrimas.
-Vamos amiga, no debes derrumbarte por un desgraciado como ese. Inuyasha no vale ni la mitad de lo que cree que es.
Shippo e Inuyasha estaban sentados en un sofá, a lado de Kagome. En ese instante su yo del presente quería ir y partirle la cara a su yo del pasado por haber cometido ese tremendo error.
-Ese es un FD – dijo Shippo.
- ¿FD? – preguntó Inuyasha.
-Fuertes Declaraciones.
-Jamás pensé que fuera hacerme esto Sango, le entregué todos los días lo mejor de mí y él simplemente…- sus lagrimas surcaban sus mejillas.
En ese momento, al ver sus ojos rojos empañados por las lágrimas, se sintió el ser más despreciable de toda la existencia. Le había hecho promesas que nunca pudo cumplir a una mujer que lo amó incondicionalmente.
-No llores, él no vale la pena, lo mejor será que le pidas el divorcio.
-No – negó con la cabeza, tomando una cajita de pañuelos desechables y limpiándose las mejillas– Si Inuyasha Taisho quiere el divorcio será él quien me lo pida no yo.
Shippo congeló la imagen de ambas chicas y miró a Inuyasha.
-Y ahí surgió la constante pelea de ambos, después de ese día nunca te presentaste personalmente para pedirle una disculpa o simplemente el divorcio. Solo te limitabas a mandarle los papeles con tu abogado y ella…
-Ella me mandaba a decir que si tenía el interés en divorciarme de ella, que fuera yo mismo.
Jamás le había dado la cara después de su desliz, en cambio, se la pasó a lado de Eri. Yendo de aquí allá. En viajes, compras innecesarias. Gastos innecesarios que no se daba con Kagome.
Shippo concluyó con su parte del trabajo de esa noche, lo regresó al presente y ahora se encontraban de nuevo en la habitación que iba a ocupar por esa noche.
- ¿Qué aprendiste del pasado Inuyasha? – le preguntó.
-Que siempre fui irresistible para Kagome y que se la gané a Bankotsu.
- ¿Por qué los adultos se complican la vida?
El pequeño espíritu del pasado se llevó una mano a la frente, al parecer Inuyasha aun no encontraba lo que realmente debía ver, pero tenía esperanza que el próximo espíritu lo hiciera recapacitar.
-Mi trabajo aquí termina, espero que el fantasma del presente te ayude. Cuidado con el espíritu del futuro es muy callada – y desapareció.
Hola!
Espero les este gustando este pequeño minific. Que dicho sea de paso debo confesar que ya lo tenía desde hace más de diez años guardado en una carpeta de los olvidados pero no en el olvido (literal así nombre esa carpeta) y que nunca, nunca llegué a terminar y por consiguiente a publicar. Y gracias a la dinámica de la ya famosa pagina de "Mundo Fanfction Inuyasha y Ranma" fue que decidí desempolvar este fic, pulir lo que le hacía falta y el resultado es este.
De hecho en el escrito original había colocado a Kikyo como la manzana de la discordia. Pero no, esta bien como quedó Eri.
Y así tengo varios en el olvido que no están olvidados, a ver si pronto les doy su respectivo brillo.
Saluditos
