—¿... A-asesinado? —no pudo evitar que su voz temblara al escuchar la impactante noticia.
—S-si... —la pequeña se limpió su rostro lleno de lágrimas y fluidos nasales antes de contestar lo más seria que pudo, aunque fallo un par de veces en ello— Hace u-unos... Hace unos días llegó Lupus-onichan, una guardiana que Ainz-sama nos mando p-para protegernos, diciendo que él... que él había sido as-asesinado por los d-del Reino Santo. ¡É-él sólo fue a ayudarlos! ¡Estaban siendo atacados por un demonio!... ¿P-por qué la gente buena como A-Ainz-sama tienen que m-morir?
Y Nemu se derrumbó en un llanto algo silencioso para no llamar la atención de los ciudadanos. Peroroncino por su parte también estaba llorando pero en silencio, era Momonga, su amigo, y había sido asesino antes de siquiera poder volverlo a ver.
Con una mano abrazó por los hombros a Nemu para tranquilizarla, ella era una niña y no podía permitir que sufra aún cuando él sentía lo mismo o incluso peor en su corazón.
—... Él no está muerto, de seguro está bien, sólo que recuperándose... Él está bien, ya lo verás. —más que para Nemu, eran palabras para si mismo. No quería creer que estaba muerto.
Estuvieron largos minutos en silencio, contemplando la estatua de bronce frente a ellos. Finalmente, Nemu se levantó y limpiándose las lágrimas restantes se disculpó.
—Lo siento, señor... No era mi intención hacer perder su tiempo tratando de consolarme...
—Está bien... yo sólo paseaba.
—... ¿Eres del grupo nuevo que llegó hoy al pueblo? —Preguntó tímidamente para cambiar el tema sombrío.
—Sí, mis amigos y yo estaremos viviendo aquí por unos días o tal vez semanas, aún no lo sabemos con certeza.
—Ya veo... disculpe, tengo que irme, mi hermana pronto me llamará pero no quiero hacerla esperar.
—Seguro, no hay problema. Cuídate pequeña y no pienses más en eso.
—Gracias señor.
Nemu se fue y Peroroncino se acercó un poco más a la estatua para hablarle en un susurro, como si de un secreto se tratase.
—Sé que no estás muerto... Espéranos, Momo-chan, iremos por ti... Espérame, que una vez te encuentre, nunca volveré a irme de tu lado, no importa quién me oblige, ni siquiera tú lo lograrás. Ya no pienso dejarte sólo en esto aún si eso significa dejar para siempre mis preciados Juegos H. Nunca más.
Se quedó un rato más en esa posición hasta que sintió que fue suficiente. Era hora de volver pero no pensaba decirles de esto a los otros, no quería que se sintieran igual que él. Así que guardó sus palabras lo mejor que pudo y dio vuelta hacia las viviendas en la que estaban e ingresó en la misma casa, encontrándose con Lucifer, Blue Planet y Ankoro Mochi Mochi.
Esta última le hizo una pregunta casual. Mientras que los otros se iban en diferentes direcciones revisando el hogar más detalladamente.
—¿Ya te encuentras mejor de la cabeza, Pero-san?
Por un momento estuvo tentado a decir "No, estoy peor que antes", pero se recordó sus palabras y dijo:
—Sí, me ayudó mucho el paseo... —Mostró una sonrisa nerviosa mientras tocaba su cabeza con una mano.
—Ya veo. En ese caso, esta es la casa donde nos quedaremos nosotros cuatro. Tú dormirás con Blue Planet-san, y yo con Lucifer-san. Ya sabes, para evitar problemas y su rivalidad obvia.
—... Entiendo, está bien. Gracias por eso, ahora, voy a descansar, me siento cansado y la verdad me duele la espalda. En cuanto al reconocimiento... No encontré ni escuché algo de importancia.
—Oh. Bien, puedes descansar, el almuerzo será en una hora todavía. Te aviso apenas nos llaman, ¿okay?
—Por favor. Gracias.
Sin decir más, ingresó a cualquier habitación pues eran iguales, y se recostó en la cama cerca a una ventana. El sol brillaba en su máximo esplendor pero no sentía mucho calor, las nubes se veían tan esponjosas y suaves, se preguntó si podía volar... en eso, recordó que el tiempo ya había pasado con creces y cerrando la cortina para que nadie lo viera, cambió de forma.
Pronto fue un gran hombre-pájaro que apareció en su lugar. Se sentía un poco extraño al principio por las plumas pero esa incomodidad se fue al cabo de unos segundo. En un experimento personal, movió sus alas con fuerza al sentir que eran tan naturales moverlas como sus propias manos, y voló sobre su cama por unos segundos.
Estaba muy contento luego de eso porque muchas posibilidades se realizaron en su mente. Y con esa alegría se durmió.
Cuando Ankoro Mochi Mochi fue a despertarlo luego de la hora acordada, lo que encontró fue a su amigo en su personaje heteromorfo. Sé sorprendió al verlo pues no se había acordado de que ya podían cambiar. Pero luego, apartó esos pensamientos de su cabeza y lo movió suavemente tocándo su hombro emplumado.
—Pero-san, es hora de ir a comer. Despierta ya.
Un ojo dorado somnoliento la saludó, seguido de un bostezo a través de un gran pico.
—¿Ya? Siento que sólo pude dormir por unos segundos... —Comentó arrastrando las palabras mostrando aún su cansancio.
—Sí, sé como se siente eso. Pero en serio, ya es hora de ir a comer. Iré a ayudar en la preparación de alimentos, ¿quieres ir también?
—No lo sé~, no soy bueno cocinando, por no decir que nunca he cocinado... —Bromeó mientras se ponía de pie y estiraba los brazos para finalmente tocar su cabello, notando algo distinto en el acto. No recordaba tener el cabello tan largo a menos que... —... Soy mi personaje, ¿correcto?
—Sip. Y déjame decirte que te ves maravilloso en esa forma ya que se ve más real que en el juego.
Algo nervioso revisó sus manos y definitivamente estaban llenas de plumas de color blanco. Su mente no registró el cumplido ya que se enfocó en algo más llamativo.
—Asombroso. ¡Esto es simplemente fabuloso!... No presté tanta atención cuando cambié antes de dormir... Pero creo que es hora de ser humano de nuevo, no debemos dejar que el pueblo nos vea en nuestras formas heteromorfas. De seguro habría un escándalo al ver mi majestuosa presencia en todo su esplendor~
—Exactamente, Pero-san. Bien, te espero afuera en la sala, no tardes demasiado y no hagas nada extraño o le diré a Chagama-san.
—¡No iba a hacer nada!... Bueno, no por ahora.
Y ambos rieron.
Mientras tanto, en las dos casas restantes los miembros ya estaban saliendo listos para ir con Enri en busca de sus deberes. Ya se habían dividido en qué hacer y eso facilitó la futura conversación.
Justo antes de llegar al hogar de la joven, la encontraron caminando siendo custodiada por 2 Red-Caps (Goblin Gorra Rojas), estos a pesar de su apariencia fría y seria, mostraron genuino respeto a Enri en todo momento.
—Enri-dono, estamos listos para ayudar.
—¿Es eso así? Maravilloso, gracias Toume-dono y a ustedes también señores.
—Por favor, no nos agradezca. Es lo menos que podemos hacer como pago a su hospitalidad.
Después de una breve charla, quedaron que Ankoro, Coupde, Floot y Genji ayudarían en la preparación de alimentos, mientras que los restantes se unirían a la caza de animales para comer.
Mientras esperaban a 4 de sus miembros que aún estaban en camino, Enri dio una explicación sobre como debían operar al recolectar la leche de las vacas o recoger los huevos de las gallinas, además de separar los granos de arroz y trigo necesario para este almuerzo. (En la N.L. se explicó que también habían algunos animales de granjas en el Nuevo Mundo)
Además, había llamado a Jugem para que enseñe lo básico de los animales salvajes a cazar y como defenderse si eran atacados por algunas manadas. Ya que cazaban en grandes cantidades, sólo se adentraban al bosque una vez quedaban con poca carne, es decir, cada 3 a 4 días.
A pesar de que el pueblo poseía más de 5000 habitantes, mucho menos del 5.5% podía cocinar. Es decir, era una carga total el hecho de preparar las comidas necesarias todos los días a las horas indicadas. Por supuesto, todos apoyaban lo mejor que podían para no pasar hambre.
Una vez llegaron los 4 restantes, Touch-me le dijo a Peroroncino sobre lo que habían quedado cuando él salió en la mañana. Y este estuvo de acuerdo. Según la división, él junto con Nishikienray se encargarían de nuevamente ser los sensores y reporteros por si descubrían algo nuevo.
Si por algún motivo se encontraran en peligro, tenían el permiso de irse y re-agruparse con el grupo para una posible estrategia de contraataque.
Tal vez fue el destino, porque poco después de que el grupo de 8 y un conjunto de 30 Goblins se introdujeron en lo más profundo del bosque, fueron atacados por una gran manada de Barghest (28 en total), que para ellos eran del Nivel 17-21, pero para los Goblins en armaduras eran muy peligrosos.
Hubo algunas bajas y tuvieron que pedir refuerzo a la aldea. De los 30, 5 Goblins habían perdido la vida, mientras que unos 13 habían sido heridos, pero al parecer, cada vez que salían a cazar en lo profundo del Bosque de Tob era lo mismo. A veces, peor incluso.
Y la razón por la que cazaban tan lejos era por el hecho de que en el alrededor del pueblo se encontraban criaturas mansas y amigables. Sólo los de lo profundo eran un peligro, y ahora más ya que Lupusregina no estaba protegiendo el pueblo.
Cuando la cacería terminó, el bando tuvo una corta reunión sobre lo que había pasado. Y aunque ayudaron lo mejor que pudieron, no podían mostrar todo su potencial, es por eso que habían contenido a Touch-me en plena lucha.
—Los monstruos de este mundo son de bajo nivel, esto ya está confirmado.
—... Debimos de haber protegido a más de los Goblins.
—Touch-san, sabes bien el porqué no podíamos hacer eso. Tú entiendes, ¿verdad?
El mencionado tardó en responder pero finalmente asintió en silencio. Aún se notaba su disgusto en el rostro y la mayoría sólo tuvo que voltear la vista.
—Si bien hubo algunos fallecidos, esto parece normal para ellos aunque claro, es muy triste.
—Conclusión, somos muy fuertes aunque no hemos utilizado nuestra forma heteromorfa que es incluso más poderosa... Ahora, debemos retornar nuestros trabajos, aún tenemos cosas que hacer. Y sobre el tiempo que nos quedaremos en esta aldea... será sólo 2 semanas, luego iremos a la capital del Reino Hechicero, no podemos desperdiciar más tiempo.
—Enviaré el reporte al otro grupo, los alcanzaré luego chicos. —Dijo Variable Talisman.
Todos estuvieron de acuerdo y cada uno volvió a sus tareas pendientes o a buscar nuevos trabajos que hacer. El entierro sólo había durado poco así que las horas de trabajo aún estaban vigentes.
El tiempo había pasado rápido, hoy era el último día que se quedarían en el Pueblo Carne. Habían aprendido mucho sobre la vida cotidiana de un pueblerino y obtuvieron información sobre la Capital, que era su próximo paradero.
Peroroncino agradeció a los cielos el hecho de que ninguno de sus compañeros se enteraran de la supuesta muerte de Ainz a pesar de ver su estatua casi todos los días, y a Enri, quién también había evitado el tema y nunca comentó respecto a eso. No sabía exactamente el porqué pero se hacía una idea.
—Enri-dono, les agradecemos de corazón su hospitalidad al dejarnos vivir en su pueblo cuando más lo necesitábamos, ahora ya podemos continuar nuestros viajes y es gracias a todos ustedes que lo hacemos. Tiene mi más sincera gratitud.
—N-no hace falta, Toume-dono, y por favor, sólo Enri estaría bien.
—Entonces usted también puede llamarme solamente por Toume... Entonces, este es el adiós.
—Se extrañará mucho sus presencias. El pueblo está completamente agradecido por su ayuda brindada en estas semanas... Esperamos verlos a verlos de nuevo, y tenga en cuenta que si nuevamente necesitan un lugar donde quedarse, pueden venir aquí. Son bienvenidos.
—Lo tendremos en cuenta.
Al finalizar la despedida, estuvieron caminando por unos minutos con dirección a la capital pero una vez salieron del rango de visión de la fortaleza del pueblo, giraron en un conjunto de árboles para encontrarse con el resto de los miembros, quienes ya estaban esperando con sus ropas de nivel reliquia de aspecto simple.
—Entonces muchachos. ¿Se encuentran listos?
Hubo un coro afirmativo animado.
—Bien, creo que usar el hechizo [Vuelo en masa] sería la mejor opción para llegar a la capital, después de todo, es un viaje de más de medio día. Además, si convocamos bestias de carga podría haber problemas si los ven o bien, no podemos hacerlas volver de donde vienen.
—Un buen razonamiento, Punitto-Moe-san. Entonces, ¿quién lanza el hechizo?
—Permítanme, mis queridos amigos. —Habló Ulbert con gracia mientras lanzaba el hechizo con un leve movimiento de la mano.
Pronto un brillo suave y azulado los cubrió a todos, y una vez estuvieron lo suficientemente alto como para que sea algo complicado de reconocer sus figuras, Peroroncino llamó la atención.
—Oigan, casi la mitad aún no ha probado su forma heteromorfa, ¿correcto? Entonces, ¡hay que probarlo ahora! ¡Todos a la vez!
Al finalizar las palabras y la afirmación a la propuesta, pronto todos cambiaron de formas, volviéndose grandes o pequeños, oscuros o brillantes, en sus armaduras o en pleno esplendor.
Los 24 habían sido convertidos en su mayor gloria, ahora eran más fuertes que en sus formas humanas pues estas sólo tomaban un 75% de su fuerza heteromorfa.
Era extraño sentirse más cómodos, ligeros y libres en su nuevo cuerpo que en su forma humana original. Pero a fin de cuentas, ahora sería parte de su vida aquella apariencia.
Y mientras volaban a la mayor velocidad que les permitía el hechizo, iniciaron las conversaciones y pequeñas bromas entre ellos como distracción. Obviamente, algunos preferían analizarse en silencio o ver el paisaje único debajo de sus pies.
—Esta es una sensación completamente diferente, ¡pero única! —Exclamó Warrior Takemikazuchi con alegría viendo sus grandes y fuertes brazos.
—Oh... Mi pelaje, si es que así puedo llamarlo, es tan suave y esponjoso~ como siempre.
—No tanto como el mío, Ulbert. Mis plumas son tan suaves que bien podrías dormir plácidamente encima mío~.
—¿Me estás retando? ¿Qué no ves lo acolchado que está mi pelaje? ¡No puedes igualarme en esto con tus rígidas plumas, pequeño pájaro!
—¿A quién llamas pequeño? ¡Soy tan grande como tú, cabra negra y fea!
—¿Podrían mantener el silencio por un rato? Algunos queremos disfrutar nuestros nuevos cuerpos. —Dijo HeroHero mientras se movía enérgicamente de un lado a otro, que mas bien se parecía a una especie de gelatina temblando.
—Tonto hermano menor, deja de causar problemas o me molestaré contigo. Y no me contradiga que tú empezaste la discusión.
—... Lo siento hermana. —Comentó sumiso porque, ¿quién en su sano juicio iba contradecir a su querida hermana cuando ésta afirmaba que podría molestarse luego? Nadie, ni siquiera Ulbert.
—Uh, está bien, no fue algo serio Chagama-san, era como una broma nada más. —Al notar el cambio en el ambiente, Ulbert decidió hablar.
—... ¡Ja! Ya lo sé, pero si no lo decía de esta manera, la divertida discusión podría volverse algo serio.
Estuvieron largo rato volando, y cada cierto tiempo volvían a lanzar el hechizo para no perder ni un segundo del tiempo. Pronto habían pasado un par de horas, el sol se encontraba en un intermedio de la tarde, casi como a las 4 o 5pm. Fue en ese entonces que alguien decidió llamar la atención.
—Dejando de lado las bromas, creo que puedo ver la capital del Reino Hechicero. ¿Tú que opinas Pero?
—¿Eh? Oh, espera. —Utilizando su visión excepcional, miró en la misma dirección que Shijuuten Suzaku y guardó silencio. Poco tiempo después contestó— Tienes razón, es como una fortaleza. Hay una gran muralla y una enorme puerta en la entrada principal... ¿Esas son estatuas gigantes? Wow...
—Será mejor volar más bajo, casi por tierra. Llamaría mucho la atención si un grupo de desconocidos seres juntos llegan volando.
—Touch-san tiene razón. Todos, bajemos de una vez. —Apoyó Tabula Smaragdina con la cabeza inclinada hacia un lado y sus tentáculos moviéndose suavemente por todos lados cerca de él.
—Un momento... —Detuvo Peroroncino al ajustar su vista y enfocarse en los ciudadanos—Hay muchas razas viviendo allí adentro...
—¿En serio?
—Sí. Enanos, Goblins, Hombres Lagartos, Ninfas, Humanos, Trols, incluso los Caballeros de la Muerte y los simples esqueletos... son varios.
—... De todas formas, creo que pasar como humanos sería lo mejor. Bajemos de una vez.
Al tocar nuevamente tierra, todos cambiaron su apariencia. Acomodaron sus vestimentas y se arreglaron el cabello que se encontraba algo desordenado por el viento. Finamente al estar listos, comenzaron su caminata.
Cuando estuvieron a unos 470 metros de distancia, algo llamó la atención de todos y es que cerca de unos arbustos habían 2 hombres comiendo distraidamente una fruta roja mirando a su alrededor como si nunca hubieran visto la naturaleza.
Blue Planet encontrando una similitud en sensaciones y emociones en ellos se acercó seguido de los demás. Tenían gran curiosidad y un presentimiento bueno, muy bueno.
—Hola, somos viajeros que venimos de un lugar lejano. ¿Ustedes son de por acá?
Ambos desconocidos lo miraron y luego a sus compañeros, después entre sí y finalmente de nuevo a él. Se podía ver la desconfianza pero no la hostilidad en sus miradas.
—... También somos de un lugar lejano, acabamos de llegar hace casi media hora a este lugar. No sabemos dónde estamos en realidad así que decidimos comer algo antes de comenzar a movernos de nuevo...
—¿Les gustaría acompañarnos? Estamos yendo a E-Rantel para conseguir algo de información y alojamiento.
—Oh, sí, claro. Nos gustaría acompañarlos —Esta vez fue el otro hombre que contestó, se veía un poco más animado que su compañero.
—Por cierto, soy Blunet, un gusto. Y estos son mis queridos compañeros de varios años. ¿Podríamos saber sus nombres?
—Mi nombre es... Garnet, y él es mi amigo Bellriver. Un placer conocerlos chicos, espero que nos llevemos de maravilla.
Con sólo escuchar sus nombres, un escalofrío pasó por la columna vertebral de todos. No podían creer lo que sus ojos veían...
—¿Garnet... y Bellriver?
—... Sí. ¿Sucede algo?
Tenían que confirmar si eran ellos en realidad, no podían mostrarse por más que quisieran sin antes saber con certeza la verdad.
Para no confundirlos de que eran una amenaza, Blue Planet se agachó a su altura y mostrando una sonrisa nerviosa dijo lo siguiente:
—Respondan esta pregunta importante por favor, es necesaria... De los nueve originales, ¿Quién era el intrépido líder que pidió la conquista de cierto lugar el mismo día que fue elegido al mando?
La pregunta era muy fácil para cualquiera de los miembros, ese día fue el final de un clan pero el inicio de un gremio. Sin duda fue inolvidable. Por ese motivo fue elegida como la pregunta. Nadie olvidaría lo que pasó luego de que Nishikienray hablara sobre la base descubierta y la votación por el líder de gremio.
Los 2 hombres abrieron un poco la boca en modo de sorpresa y tras unos segundos de espera, ambos contestaron al unísono en un susurro.
—Momonga...
El silencio después de eso duró tan poco pues pronto todos se encontraban en vítores de alegría al encontrar 2 miembros más de su gremio. Qué decir cuando uno de ellos había sido asesinado hace varios años. Tenían mucho de que hablar.
