Nunca pensó que su corazón fuera moverse de esa manera.
Después de todo no era alguien de su interés.
Pero cuando la vió encogida en su lugar llorando el jardín bajo la lluvia algo le pico y eso fue curiosidad.
Bakugo era conocido entre los estudiantes como alguien a quien le importaba un comino sus compañeros pero vamos, que no iba a dejar a una chica sola llorando bajo la lluvia.
Se acercó a ella y quitándose su saco lo puso sobre su cabeza de la chica de una manera inusualmente gentil, Uraraka pego un brinco ya que no había escuchado llegar al chico.
Alzó ligeramente la vista y vio a Bakugo hincado a su altura mirando a otro lado.
Ninguno se los dos dijo nada, Bakugo no se quedó mucho tiempo en la lluvia, simplemente se levantó y le extendió la mano para ayudarla a levantarse. La chica se la dudó, pero aceptó su mano para por fin levantarse del suelo, tenía la ropa empapada y su cabello goteaba.
La brisa fría era lo peor, pero ella se negaba a entrar.
— ¿No vas a decir nada? — preguntó Uraraka casi en un murmullo. — Pensé que mínimo me ibas a dar un insulto o una queja.
— Si no quieres hablar no hables. — respondió Bakugo extrañamente calmado.
— Así que sí sabes hablar, pensé que solo sabías gritar. — respondió Uraraka.
Bakugo se contuvo, no iba a caer en provocaciones tan bajas, antes de quejarse y reclamarle algo Uraraka se recargo ligeramente sobre el hombro del chico.
El rubio se quedó pasmado, giró ligeramente su cabeza para mirar de reojo a la castaña y la vio llorando con una sonrisa vacía en el rostro.
— Hoy me le confesé a Deku. — aclaro ella con la voz quebrada. — Pero él ya está saliendo con Melissa-san... — concluyó ella con la mayor tristeza del mundo.
Cuando Bakugo escuchó aquello por lo que estaba triste pensó que era una tremenda estupidez. No por minimizar los sentimientos de ella si no porque estaba llorando por Deku; el inútil ese de cabello verde, llorón bueno para nada. Y dejando de lado que fuera por Deku, estaba llorando por un hombre.
Por dios, las chicas no tienen porque estarle llorando a los hombres que no las quieren o no las valoran, ellas son mucho más que eso y si no se puede estar con ese hombre mejor para ella, estarán más felices con inútiles fuera de su vida.
Bakugo pensó bien sus palabras, podía ser un tipo rudo pero ella de verdad estaba dolida.
— Escucha, no deberías estar llorando de esa manera porque un chico no te quiere, al final los pretendientes les llueven a las mujeres. Estás para elegir, no para que te elijan. Valórate un poco más. — dijo Bakugo al final.
Aquello tomó desprevenida a Uraraka, no pensó que Bakugo, el gritón gruñon del grupo le estaría diciendo algo tan profundo.
Que de cierto punro tenía razón. No le iba a estar rogando a él para que le quisiera.
Si le dolía y era una lastima pero... Solo eso.
Ella se limpio las lágrimas y golpeó sus mejillas con fuerza, ya estaba mejor.
— Gracias Bakugo-kun. — dijo ella.
— Si,si, a ver cuándo se te ocurre hacer tremenda escena bajo la lluvia de nuevo, vas a resfriarte. — reprochó el ojirojo.
Uraraka se rió por primera vez en la noche.
— No quiero entrar, me va a dar un monto de vergüenza con todos ahí. — dijo ella con una mirada angustiada en la cara.
— Yo me encargo de que nadie se acerque. — dijo Bakugo decidido.
Ambos abrieron la puerta de los dormitorios y todos los estudiantes estaban en el recibidor esperándola, apenas la vieron entrar trataron de abalanzarse contra ella pero Bakugo los fulminó con la mirada, tenía esa aura tenebrosa y macabra que decía "acércate solo sí quieres que te mate"
Tomo a chica por los hombros y la guío a los dormitorios, la dejo en su pieza y cuando estuvo a punto de irse a su pieza vio a Deku en el pasillo.
Bakugo no dijo nada, solo miró de lejos con una mirada desafiante.
— Déjala en paz. — fue lo único que dijo Bakugo alejándose del pasillo.
Al rumor llegó a oídos de Aizawa, sobre el caos que había dentro de la clase y Bakugo hablo con el profesor asegurando que todo estaba en orden. A la mañana siguiente el salón de clases están tenso, parecía que todo el salón entero evitaba a Uraraka y eso claramente la incomodaba.
El entrenamiento de ese día sería en parejas. Bakugo siempre hacia equipo con Kirishima pero cuando el rubio se percató de que nadie hacía equipo con la castaña él se emparejó con ella.
El entrenamiento fue rápido, era un entrenamiento de búsqueda y rescate, Bakugo y Uraraka ganaron teniendo el mejor tiempo de toda la clase.
Cuando estaban abandonando el campo de entrenamiento Bakugo noto que Uraraka se estaba tambaleando mucho y justo antes de que ella se desplomara él ya la había atrapado.
Uraraka no recordaba mucho la verdad pero tenía un vago recuerdo en su cabeza de Bakugo cargándola estilo princesa. Cuando ella abrió los ojos estaba en su habitación acostada en su cama. Se sentía mareada ¿Si había cogido un resfriado?
Ella pensó que está absolutamente sola en este momento y cuando giró su cabeza un poco se llevó la sorpresa de ver a Bakugo sentado al pie de la cama cabeceando ligeramente, miró el reloj que tenía en una pared de su habitación, pasaban de las 9:30.
Él se había quedado ahí para cuidarla.
¿A esto se refería con que llegaba algo mejor?
Bakugo tenía una mano apoyada al borde la cama, Uraraka acercó su mano ligeramente, la poso encima de la de él y cerró los ojos.
El chico volteó su mano juntando ambas palmas y entrelazó sus dedos.
Uraraka no supo en que momento se quedó dormida pero a la mañana cuando despertó vio un par de vitamina en la mesita que tenía en el centro de su habitación y una nota con la letra del chico.
"No llorarás" era lo único que decía la nota. Definitivamente, siempre viene algo mejor.
