Había pasado un tiempo desde que fue llamada ante la presencia de su Señor. Últimamente estuvo ayudando en el orfanato junto a Pestonia y Nigredo; viendo a los niños crecer y enseñando cocinar a las viudas.

Ahora caminaba de regreso al Palacio junto a una de sus hermanas, los ciudadanos se apartaban atemorizados del camino para darles pase. Sabían que eran dos 'Sirvientas Demonios' al servicio de Su Majestad, y por muy hechizante que fuera su belleza no serían demasiado tontos como para hablarle.

Pero la calle entera se volvió tensa y asustada cuando una viejita se golpeó fuerte el brazo por un costal de granos cayó de su lugar, todo sucediendo a unos metros de distancia. Su quejido de dolor apretaba los corazones a los más sensibles, mientras que otros estaban más concentrados en lo que que harían las 'Sirvientas Demonios'.

Yuri Alpha ante la mirada de todos se acercó hasta la anciana que pedía ayuda en el suelo. Shizu la siguió en silencio mostrando como siempre su rostro de póker.

—A-ayúdame por f-favor, siento... siento que m-mi brazo está roto...

"Pobre anciana", fue el pensamiento similar de los ciudadanos circulantes, "la matarán", "oh, es ciega...", "que tengan piedad".

—... Su brazo, muéstreme por favor.

Siguiendo la orden levantó el brazo que temblaba hasta donde provenía la voz suave y amable. Yuri por su parte tomó la extremidad y con una gentileza digna de alta nobleza acarició la herida mientras aplicaba un hechizo.

—Ya está. Tenga cuidado para la próxima vez señora, puede que no esté cerca para curarle.

—¡Muchas gracias señorita! ¡Gracias por ayudar a esta anciana! No olvidaré este favor y perdone que no pueda seguir su consejo, mis ojos están tan desgastados como yo y lo único que puedo ver son manchas.

Sabía que ya había hecho suficiente con ayudarla; sin embargo, en un rincón de su mente una voz un poco distorsionada de su creadora le habló: "Tenemos que dar el ejemplo al ser los primeros, así la gente cambiará y su contribución a la sociedad mejorará"

—... [Curación menor]

El hechizo fue lanzado de nuevo, esta vez con dirección a los ojos medio cerrados y cansados. Pasó unos pocos segundos antes de que empezaran a llenarse de lágrimas.

—¡Ohh! —Soltó la multitud incrédula.

—¡Gracias! ¡¡Gracias!! —Eran las palabras constantes que salían de la boca de la anciana. Las cuales se intensificaron cuando Shizu sacó un par de monedas de plata y se los entregó sin mencionar palabra.

—No es nada. Tenemos que irnos, Su Majestad ha pedido nuestras presencias y no podemos faltar. Si desea vernos de nuevo estaremos más tarde en el orfanato cuidando de niños... Tenga un buen día.

Con una sonrisa maternal volvió a caminar, esta vez la gente ya no se alejaban demasiado de ellas y hasta se acercaron en ayuda a la anciana que seguía agradeciendo.

Ahora nuevos susurros florecieron "No puedo creerlo", "¿en el orfanato?", "ayudaron a una humana", "quizás no sean tan malas...". Sin saberlo aquellas palabras le llenaron de orgullo a Yuri.

Pasaron por muchos puestos y casas antes de llegar a la entrada del Palacio, en donde le esperaba un Cript Lord. Al tener la mirada de todos en ambas no tomó importancia a las expresiones que un par de mujeres cocineras le daban desde un restaurante, una de ellas se veía como si hubiera ganado algún premio mayor.

De vuelta al presente, ella y CZ estaban en espera del permiso de una sirvienta homúnculo para ingresar a la oficina en donde se encontraba Ainz-sama. No pasó ni unos segundos y ya estaban dentro.

—Acudiendo al llamado del Supremo. —Fue el saludo que dieron al unísono cuando cayeron en reverencia.

—Pueden levantarse. Hay nuevos asuntos que requieren de sus presencias y no quiero contratiempos.

"¿Será que lo que nos pedirá Ainz-sama es parte de su glorioso plan?" —Cuestionó Yuri en su mente con altas expectativas de ser así.

—Primeramente, Shizu, sé que a pasado muy poco desde que volvimos del Reino Santo pero quiero que vayas y tengas tu día libre a la vez que cumples un mandado mío. No te preocupes, habrán más días como esos un par de veces a la semana.

—Entendido Ainz-sama. ¿Qué será lo que quiere que haga?

—Aparte de que disfrutes el día junto a la Señorita Baraja, quiero que le digas que pronto iré a visitarla. No hay más detalles. Si puedes también quisiera un informe sobre los avances que veas.

CZ asintió, la orden fue simple después de todo.

—Yuri.

—¿Mi señor?

—Tengo algunas propuestas interesantes en mente. Creo que serías perfecta para esto.

Con un movimiento elegante Ainz (Pandora) materializó algunos papeles y los entregó. Ella tuvo que acercarse rápido para no dejarlo con la mano extendida mucho tiempo.

Ciertamente era sorprendente lo que había escrito ahí. Yuri supo que podría pasar pero no a gran escala y con diversas especialidades. Se sintió alegre de que su Señor pusiera atención a una petición egoísta suya y de Pestonia.

—Agradezco que me confíe esto. No fallaré, Ainz-sama.

—Tengo altas expectativas Yuri. De ti también CZ. Cambiando de tema, ¿cómo va el orfanato? ¿se han acostumbrado?

—Sí Ainz-sama. Las viudas han aprendido lo básico de una buena limpieza y comida, se ven más calmadas y hasta sonríen con los pequeños que cuidan. Los niños se encuentran alimentados y cuidados, por el momento se les está enseñando a cuidar la naturaleza, cocer, cocinar, escribir y leer. De los dos últimos se encarga Shizu.

—Perfecto. Es bueno que estén bien, después de todo ellos son el futuro del Reino Hechicero... Por cierto, ¿alguno de los niños mayores ha demostrado habilidades para la magia o la espada?

—Por el momento sólo cinco de ellos están interesados en volverse aventureros; dos magos, un guerrero, un druida y un ranger. Sus edades varían entre los once a catorce años.

—Creo que podría ir a visitar el lugar cuando esté mas libre, me gustaría evaluarlos personalmente e incluso podría dar algunas instrucciones y demostraciones para un mejor manejo de poder.

Hubo sonidos de asombro por lo bajo. Obtuvo el efecto que deseaba. Actor de Pandora sonrió por lo fácil que le era actuar y obtener reacciones.

—Por favor, avíseme cuando llegue el día, haré el lugar presentable para su estancia Ainz-sama.

—Umu. Así será... Ahora, hablemos un poco sobre cómo se desarrollarán estos proyectos. Shizu, se aplicará tu experiencia de la escritura para realizar los documentos.

—Entendido.


—... -or... -señ- —La voz se escucha lejos, llamándolo. ¿Quién era? ¿Por qué lo hacía? ¿No veía que estaba descansando?— Mi señor.

—¿Sí? —Su pregunta salió como un susurro. Estaba muy somnoliento.

—Ya es tiempo. Me pidió que lo despertara después de ocho horas.

—Oh... ¿vino alguien mientras dormía? —Era extraño volver a escuchar su voz humana ronca. Sin embargo su mente estaba lista y con nuevas energías después de tanto tiempo.

—No mi creador, nadie llegó.

—Bien, puedes salir y esperarme afuera. No tardaré.

El Lich dio una reverencia y salió sin decir palabras; se pudo escuchar a los Caballeros de la Muerte todavía rondando con pasos pesados en la planta baja.

Abrió los ojos luego de unos segundos, su vista acostumbrándose a la luz natural del sol ya salido, sus oídos regulando los cantos de las aves de afuera, y su cuerpo sintiendo todo alrededor.

Era extraño. Una vez pensó que si volvía a su cuerpo humano no le costaría mucho seguir la rutina de antes; que sería mucho más fácil liderar Nazarick y su ahora Reino. Estaba equivocado.

Bueno, no tan equivocado. Agradecía al cielo el poder volver a comer, dormir, oler y sentir. ¡Ya no tenía control de sus emociones y estas salían a flote sin algo que las reprimiera!... Bueno, olvídalo, sólo si son demasiado fuertes se reprimen. Justo como ahora.

Aún así, no se sentía bien, no estaba cómodo. Era como si le faltara algo importante, algo de su propio ser. Muy difícil de explicar.

—... Incluso me siento un poco más débil.

Según sus amigos eso era normal. No mencionaron todavía el cómo es que llegaron por lo emocionados que estaban de volver a encontrarse. Ni siquiera preguntó cómo es que Ulbert y Touch-me parecían buenos amigos, ¡o el cómo Bellriver estaba vivo!

—Supongo que hoy sabré las respuestas.

Con el ánimo renacido se levantó del suave colchón, al instante un bostezo salió de su boca y un sonido parecido al de una bestia se escuchó desde abajo.

—... Quiero comer pero hay cosas que hacer como Momon... un segundo, ¿podría comer si me transformo aún con este cuerpo?... [Crear Objeto Mayor] [Ilusión Avanzada] [Guerrero Perfecto]

Con esos hechizos nuevamente era el Héroe Negro que todo el Reino Hechicero confiaba, conocía y admiraba; su estatura era nuevamente de 2 metros y sus fuertes músculos no parecían algo inflado. Fue hasta el espejo de cuerpo competo y sacó la jarra de agua infinita junto a un vaso de su inventario; estaba muy dispuesto en hacer el experimento.

—Espero que no se derrame o tendré que limpiar el desorden... Oh, incluso mi voz es gruesa de nuevo, qué inusual.

Con un movimiento de cabeza su yelmo desapareció dejando ver el rostro asiático de un adulto atractivo. Ahora que se veía bien en el espejo pudo notar que su nuevo rostro demostraba seguridad, liderazgo y encanto. Todo en uno, genial.

No perdió tiempo, el vaso estaba lleno hasta la mitad y en camino hacia su boca. Tomó un sorbo... sintió el agua bajando lentamente por su garganta pero nada más, no hubo un charco en el piso ni en su armadura.

—¿Funcionó?... ¡Funcionó!

De la emoción tomó el resto de agua que quedaba antes de volver a guardar los objetos. Su yelmo volvió y su capa roja se balanceo con alegría.

—Tranquilo Ainz, tienes cosas que hacer, eres un adulto. —Hizo una respiración profunda para calmarse— Veamos... Supongo que podría patrullar por los lugares donde dijeron que ahora trabajaban, luego de eso podría ir a algún restaurante a desayunar aquellos platos que siempre me parecieron simples pero deliciosos, por último hablar con algunos mercaderes extranjeros para asegurarles regresar y vender sus productos... ¡Bien, es hora!

Cuando llegó a la entrada el Lich Ancestral lo esperaba junto a un Caballero de la Muerte. Por el rabillo del yelmo pudo ver a los dos restantes todavía patrullando en las otras habitaciones.

—Mi Señor, estamos en espera de sus nuevas órdenes.

—El tiempo de invocación terminará en cuatro horas, pueden seguir vigilando el área y avisarme a través de este pergamino si algo o alguien requiere mi presencia. —Fácil y rápidamente entregó el Ítem. El Lich lo recibió con una reverencia— Si se les pregunta qué hacen aquí responderán lo siguiente: Ainz-sama nos dio la orden de vigilar este lugar. No hay amenazas pero tampoco dio detalles... Si nadie viene pueden guardar el pergamino en el primer cajón del armario de mi recámara. Eso es todo.

—Entendido, oh Supremo.

Ambos no-muertos inferiores dieron permiso* a su creador para salir de la casa. Este con pasos seguros se deslizó con facilidad y tras un corto caminar desapareció de la vista del Lich al doblar una esquina.

(Se pusieron a un lado pues estaban frente a la puerta de entrada.*)

Ainz no perdió tiempo, su estómago aún sonaba por hambre pero en menor volumen. Lo primero era ir a patrullar un poco, esto normalmente Momon lo hacía para generar confianza en los humanos que aún tenían temor de ser atacados o matados por algún no-muerto o demi-humano.

"Un momento... creo que Chagama-san y Yamaiko-san trabajan en un restaurante. Puedo aprovechar la oportunidad y matar dos pájaros de un tiro." Razonó al instante, sus piernas nunca dejaron de moverse con agilidad evitando chocar con algunos caminantes.

A veces sus pensamientos se volvían profundos, tanto que se podía quedar atrapado y soltar lo que pensaba en voz baja. Fueron un par de esos momentos los que lo llevó a diferentes situaciones con sus Guardianes.

Por ello ahora trataba de mantener un poco de la realidad en su mente para no dejarse llevar. Sin embargo, no pudo hacer nada contra la velocidad del tiempo, este simplemente parecía pasar veloz cada que se metía en sus pensamientos.

"¿Cuánto estuve caminando? ¿No estoy ya cerca de la plaza?... Oh, es por allí."

Conforme más se acercaba al lugar despejado, más atraía la atención de su alrededor, incluso los demi-humanos lo miraban con asombro e intriga.

—... Buenos días Momon-san, es bueno verte tan temprano.

Esa voz...

—¿Ainzach-dono? —"¿Cuándo se puso a mi lado?" Pensó mientras se detenía— Buenos días a ti también.

—Tan perdido en tus pensamientos que no has notado mi presencia. ¿Sucede algo?

—No en realidad, sólo son cosas triviales.

—¿De verdad?... Mmh ya veo, ¿qué tal si te invito el desayuno y me cuentas lo que has estado haciendo estos días?

—No lo sé, no tengo nada interesante que decir.

—Vamos Momon-san, no hemos tenido tiempo para reunirnos. Será una charla corta y luego te dejo, ¿qué dices?

La mención de comida más la insistencia del Maestro del Gremio de Aventureros fue suficiente para doblegar su voluntad. Quizás si estuviera en su forma de Overlord podría haberlo rechazado. ¿Ahora?, incluso su estómago apoyaba la idea.

—Está bien, puede guiar el camino al restaurante más cercano.

Si Ainz hubiera puesto atención al rostro de Ainzach en vez del panorama frente a él encontraría una expresión de extrañeza e incierto que aunque no duró mucho pudo ser objetivo de risa.

—Eh sí. Es por aquí... A donde vamos es un lugar cómodo y nuevo, lo manejan las esposas de algunos Enanos. Oí que sus platillos y bebidas son buenas, todo a un precio económico.

—Oh, suena interesante. Según Su Majestad los Enanos valoran más las cervezas que cualquier otra cosa. Supongo que eso será su fuerte en cualquier restaurante o taberna que manejen.

—¿Su Majestad te dijo eso? —Hubo un tono de curiosidad y respeto en su voz, todo lo contrario cuando lo conoció por primera vez como el Rey.

—No directamente, fue una charla casual con uno de sus sirvientes, yo pasaba por allí cuando escuché por accidente.

—Me parece sorprendente que Su Majestad a pesar de ser un no-muerto sabe sobre los hábitos y especialidades de los vivos... Esto puede sonar extraño pero cuando pasé tiempo con él en el Imperio lo vi hacer acciones que un humano normal haría. Aunque estoy seguro de que lo hizo para general un ambiente tranquilizador.

—¿Es así?... Bueno, quizás lo hemos estado juzgando un poco mal. En todo este tiempo ha mejorado muchas cosas, incluido la alfabetización en los orfanatos. Mucho menos he visto acciones sospechosas ya sea de él o de sus subordinados directos en mi estancia en el Palacio.

—Vaya... ¿Quién iba a pensar que un no-muerto, el enemigo de todo ser viviente, podría llevarnos a una época estabilizada y de fantasía? Ahora estoy agradecido conmigo mismo por haberme quedado.

—Te agradezco también que no te hayas ido. Me hubiera sido más complicado mantener el orden si ti.

—No digas cosas como esas Momon-san, todo fue gracias a ti. Además, ya hemos llegado. ¿Entramos?

El restaurante era de un tamaño moderado, con un par de letreros de madera que indicaban su nombre y la comidas que servían junto a su especialidad. Por el par de ventanas un poco grandes se pudo ver el interior.

—Sí, adelante.

Como parecía que Ainzach ya había comido antes en el restaurante, le dejó ir primero. Momon fue conducido por varias mesas hasta llegar a una que parecía estar apartada en un rincón.

—Bueno —Ainzach tomó asiento soltando un suspiro en el progreso— ¿Qué vas a pedir?

Quedaban tres sillas libres, decidió tomar la segunda, no quería quedar cerca de él como hace tiempo. Al sentarse alzó ambas manos y en unos segundos su yelmo ahora estaba a un lado en la mesa.

—Algo ligero estaría bien, tengo algunas rondas que hacer después de comer, no quisiera tener el estómago lleno si sucede algo de acción... ¿Ainzach-dono?

—U-uhm, disculpa, es que nunca te había visto el rostro y ayer escuché algunos rumores, veo que son ciertos.

—¿Rumores sobre mi? ¿Puedo suponer que es bueno? —"Uwah~ ¿Qué rumores? ¿Están sospechando?" Gritó alarmado en su mente, ya era un hábito al igual que hablar solo consigo mismo cuando no había nadie viéndolo.

—Ciertamente lo es. Oh, buen día señorita.

Un rostro familiar apareció al instante, era Bukubukuchagama, vestía un simple vestido con un mandil blanco. Su sonrisa fue obvia, era para él. Quizás le contaría a Yamaiko que seguramente estaba limpiando o cocinando.

—Buenos días caballeros, ¿puedo pedir sus órdenes?

—Dos especiales del desayuno y un tarro grande de cerveza por favor.

—También quisiera un especial y un vaso de agua por favor.

—Entendido, vuelvo en quince minutos~.

Chagama se fue con gracia sin dejar de sonreír. Ainzach la vio hasta desaparecer, luego de eso giró su cabeza en dirección a Momon.

—La tienes encantada Momon-san.

—¿Eh? No creo que ese sea el caso... —Pensar en eso le causó un escalofrío. Era su amiga, al igual que los demás, no se podía imaginar tenerla como compañera.

—Veo que no te has dado cuenta. Los rumores que escuché trataban de tu rostro. Eran las chicas que más comentaban acerca de eso, decían que eras tan guapo como lo imaginaron... Aunque también oí a hombres. ¡Qué popular eres!

Casi al instante Ainzach se rió con ganas, Momon se había sonrojado con la noticia. Esperaba que fuera una broma o no se volvería a quitar el yelmo otra vez.