Estaba preparado, sus amigos igual. La historia de fondo de cada uno eran similares con pocas diferencias, hasta se podía decir que eran una verdad a media ya que explicaban sus excusas de la vida real a la perfección.
Ainz sintió un escalofrío invisible recorriendo desde su cráneo hasta sus pies. Se levantó al instante, no podía perder más tiempo, el ataque al Reino de Re-Estize sería en casi cinco horas, por la madrugada, cuando el sol recién comenzaba a salir.
La sirvienta se levantó y antes de que hablara Ainz se adelantó.
—Haré una reunión de emergencia, al parecer ya es hora.
—¿E-Eh? ¿Ha sucedido algo malo Ainz-sama?
—No, pero no puedo decirte los detalles, acompáñame.
Utilizando su magia de equipamiento instantáneo se colocó su típico atuendo Divino. Lumiere sólo observaba en silencio mientras lo seguía por atrás, no entendía nada de lo que estaba pasando pero nunca dudaría de su señor Ainz.
—[Mensaje] {Albedo reúne a todos los Guardianes de Piso, Sebas y las Pléyades para una Reunión de Emergencia en el Salón de Trono en este instante; activa a Gargantua, coloca los monstruos POP y los últimos no-muertos creados en los primeros pisos, Actor de Pandora se quedará al cuidado del Reino. Es por precaución, no estamos bajo ataque. Hay algo importante que deseo informar. Tampoco preguntes, hazlo.}
Cortó el hechizo antes de recibir una respuesta, cosa que nunca antes lo había hecho. Sin perder tiempo y sin dejar de caminar salió del Palacio con pasos ahora un poco calmados.
—[Puerta]
Al otro lado estaba la entrada de Nazarick, Shalltear estaba a la vista y parecía estar en contacto con alguien, Albedo, supuso. Cuando ello lo vio se acercó aún con una mano alzada y escuchando. Una vez terminó el [Mensaje] hizo una reverencia y saludó, esta vez no había ninguna sonrisa en su rostro, sólo preocupación y estado de alerta.
—¡Ainz-sama! ¿Cómo está? ¿Qué ha pasado?
Por un momento Ainz estuvo avergonzado de no haber dado más detalles pero eso pronto fue suprimido por otras emociones combinadas y complicadas de describir.
—Estoy bien Shalltear, no perdamos tiempo y entremos, contestaré las dudas de todos cuando estemos abajo.
—S-sí. [Puerta]
Rápidamente ella activó su hechizo, Aureole había sido la primera en recibir el comando y desactivó por unos minutos la protección contra teletransportación para que los Guardianes y miembros de Nazarick que estaban lejos pudiera llegar al instante.
Nuevamente Ainz ingresó primero, si estuviera en su forma humana se escucharía los latidos de su acelerado corazón. La supresión emocional por muy raro que parezca no lo detectaba como un gran sentimiento, aunque de seguro cuando inicie hablar lo haría.
Ahora se encontraba frente a las grandes puertas abiertas que daban entrada al Salón de Trono, Albedo y todos los Guardianes estaban ya esperándolo, por el rabillo de sus cuencas oculares pudo ver a Sebas y las Pléyades acercándose a pasos veloces en grupo.
—¡Ainz-sama! —Llamó Albedo mientras se acercaba, su rostro estaba contraído de preocupación extrema— ¿Se encuentra bien?
—Lo estoy, no se preocupen. —Tranquilizó.
—Mi Señor, ¿puedo saber por qué nos ha llamado? ¿se trata sobre Nazarick o algún posible enemigo que ha descubierto? —Continuó Demiurge más calmado.
—Nada de eso. —Subió los cortos escalones y pronto estuvo sentado en el [Trono de Reyes], todos los presentes se ubicaron dependiendo de su posición para escuchar a su Maestro.— Verán, hay algo que quiero decirles a todos que es de suma importancia, pero primero... ¿Qué es lo que más desean en lo profundo de sus corazones? Por favor, sean sinceros. Pero que eso no me incluya.—Agregó mirando a Shalltear y Albedo, todos lo notaron.
Hubo una pausa, algunos miraban el suelo y otros se miraban entre si, casi todos confundidos por la pregunta fuera de lugar. Fue una sorpresa para todos cuando el primero en hablar fue Mare, incluso Aura quedó un poco boquiabierta por la valentía de su hermano, después de todo tanto ella como él tenían el mismo deseo egoísta.
—... V-ver a B-Bukubukuchagama-sama de n-nuevo...
—Chagama-san, ¿eh? Ya veo... ¿tú, Aura?
—T-también quisiera verla... —Comentó en tono bajo ya que Ainz-sama no censuró o castigó a su hermano por la osadía de sus palabras.
—Uhm... ¿Qué hay de los demás, tienen el mismo deseo o es otro?
Con esas palabras cada uno de los NPC comenzó a nombrar a sus respectivos creadores, incluida la única sirvienta Homúnculo que se encontraba en el fondo. La última fue Albedo que se había quedado en silencio y bajado la cabeza, ahora era su turno y Ainz estaba más que atento en escuchar.
—¿Albedo?
—... Quisiera poder ver a mi creador Tabula Smaragdina-sama una vez más como todos pero... lo que más deseo en lo profundo de mi corazón es que usted, Ainz-sama, se quede con nosotros y no nos abandone jamás.
—... Entiendo tus palabras perfectamente Albedo, incluido tus verdaderas intenciones. Lo he sabido desde antes del comienzo, después de todo, soy el Gobernante Absoluto de la Gran Tumba de Nazarick. Nada..., repito, NADA se escapa de mi vista. Mucho menos algo que involucre a mis amados amigos.
Ainz dio una rápida mirada a los demás; nadie, ni Demiurge sospechaba sobre lo que en realidad quiso transmitir. Volvió su vista hasta Albedo, su cuerpo estaba tenso y sus ojos abiertos, ella lo vio brevemente y él sostuvo su mirada con fiereza. Se veía la consternación y el miedo en su bello rostro.
Lo había logrado. Sintió alegría por haber hecho perfectamente su papel pero también decepción y tristeza por saber que el fondo que Tabula le puso se había hecho, no, siempre fue realidad.
—Ahora, mis sirvientes, he escuchado sus deseos y es tiempo de que les explique la razón por la que los llamé tan repentinamente.
Con lentitud se levantó del trono, su porte recto le daba un aire de Supremacía en palabras de su creación. Su mano se movió y materializó el Símbolo y Arma de Gremio, el Báculo de Ainz Ooal Gown.
—Hace aproximadamente media hora sentí las presencias de algunos seres con gran poder intentando comunicarse y presentarse ante mi. Ellos actualmente están vagando entre dimensiones y mundos en busca de una conexión estable con Nazarick. Y yo se las daré... Sí, es justo como lo oyen, varios Seres Supremos van a volver.
Casi al terminar hubo una explosión de gritos y llantos, todos de felicidad. Cocytus movía sus cuatro extremidades como si hubiera ganado una gran e increíble batalla a muerte; los gemelos se abrazaron y rompieron en llanto; Shalltear se desplomó y luego se unió a los gemelos; Demiurge se cubría el rostro mientras su cola se balanceaba de un lugar a otro con velocidad; las Pléyades y la sirvienta hicieron todo lo mencionado e incluso saltaron. Albedo... ella se quedó quieta, su mirada era vacía aunque intentó sonreír.
—¡A-Ainz-sama! ¡¿Sabe cuáles o cúantos Seres Supremos van a regresar?! —Preguntó Demiurge tan pronto como se repuso lo suficiente.
—Sí, lo sé. Pero no diré quiénes... ustedes mismos los verán. Comenzaré con el permiso de entrada en estos momentos, no puedo dejarlos solos por mucho tiempo o podrían comenzar una destrucción masiva en las realidades de diferentes dimensiones.
Con eso, levantó el Báculo y activó el Aura del mismo, fue una suerte que nadie en Nazarick lo haya visto antes. El efecto de las almas oscuras gritando pura agonía en silencio se manifestó con fuerza. Muchos quedaron asombrados ante el espectáculo.
—Este es mi permiso y petición para que regresen de nuevo a la base que construimos juntos, nuestro hogar. ¡Mis amigos, escuchen mi llamado! ¡Todo Nazarick anhela verlos, cumplan su deseo y la promesa que me hicieron personalmente así como yo he cumplido mi deber! ¡Yo, Momonga, GuildMaster del Gremio de Ainz Ooal Gown y líder de todos nosotros los Seres Supremos, los convoco!
"¡Uwaah~! ¡Eso es lo más atrevido que he dicho desde que llegué! ¡Ulbert-san, por qué me convenciste de hacerlo!" Gritaba internamente mientras el Báculo incrementaba su aura al máximo hasta oscurecer gran parte del lugar, luego de unos segundos se calmó y Ainz tuvo que seguir su actuación mientras bajaba de su trono.
—Síganme en silencio, sé dónde están ahora.
Apenas dijo esto y ya tenía a todos detrás de él como niños pequeños emocionados por su primer viaje familiar. Albedo no fue la excepción, ella también demostraba curiosidad a pesar de todo lo negativo que sentía y trataba de ocultar.
En el camino recibió un [Mensaje] de Shijuuten Suzaku que decía que ya se encontraban en posición y en espera de su llegada.
Tomó cerca de diez minutos llegar hasta el Salón de Reuniones, todos los NPC estaban nerviosos y emocionados, por fin volverían a ver a otros Supremos y si tenían suerte, sus propios creadores estarían ahí.
—Nadie diga ni haga nada hasta que lo autorice, ellos acaban de llegar y pueden que estén confundidos o aturdidos por el viaje.
Con eso dicho se acercó para abrir las puertas pero antes de tocar las manijas se detuvo. Decidió a último segundo cambiar esta parte del plan.
—La puerta se quedará entreabierta, solo cuando diga el nombre de alguien este pasará y podrá hablar, ¿entendido?
—Entendido. —Recibió la rápida y sincronizada respuesta de todos. Ainz procedió en ingresar.
Tal y como lo habían planeado de antemano, sus amigos estaban recostados ya sean en la gran mesa o en sus propias sillas, cada uno vestido con el equipo de mayor nivel que habían conseguido en Yggdrasil 2, sólo Bellriver y Garnet que se encontraban más alejados estaban con taparrabos.
—Despierten mis amigos. Ya se encuentran en Nazarick.
Poco a poco, como si se tratara de un encantamiento mágico de las antiguas películas de fantasía de su mundo, los Supremos despertaron lentamente. Algunos bostezaron, otros estiraban los brazos, y los restantes se frotaban la cara con movimientos suaves.
El primero en 'despertar' fue Ulbert, quien en realidad se apresuró un poco para ser el primero en acercarse a Momonga. Ignoró el hecho de que había ingresado solo, al igual que otros de sus compañeros pudo escuchar parte la conversación que tuvo con los NPC.
—... ¿M-momonga-san? —La voz demoniaca original de su cuerpo heteromorfo sonaba somnolienta y cansada, ¿cómo lo hizo? nadie lo sabe.
—Es bueno verte de nuevo, Ulbert-san.
Sin perder tiempo y con unos cuantos tropiezos improvisados se acercó rápido hasta Ainz para finalmente envolverlo en un abrazo cálido y lleno de sentimientos. Los otros que ya se encontraban ya estables se acercaron de igual manera pero a diferentes ritmos... Obviamente el que llegó segundo fue Peroroncino, quien no queriendo quedarse atrás de su rival abrazó a Momonga por el costado libre.
—¡Momo-chan! ¡E-eres tú! ¡Realmente eres tú! —Exclamó con fuerza, su voz algo chillona pero llena de poder y autoridad resonó en la habitación.
—Lo soy, tranquilo Peroroncino-san. No me iré a ningún lado, lo sabes.
Mientras los Supremos tenían una emotiva reunión con algunos gritos felices, los NPC al otro lado escuchan la escena con los ojos llorosos y temblando. Casi no podían creerlo, todos los creadores de los presentes habían llegado, ¡incluso más! Rápidamente fueron identificados como un aproximado de 23 a 27 Seres Supremos. La alegría que sentían era tan inmensa que tuvieron que poner toda su fuerza de voluntad para no desobedecer la orden directa de Ainz-sama.
—Chicos, por favor, ya habrá tiempo para conversar. Por ahora, hay quienes han estado esperando su llegada tanto como yo... Lumiere, ven.
Ainz se hizo a un lado y la sirvienta ingresó con pasos temblorosos, al obtener la mirada atenta de tantos Supremos y sus tres creadores a la vez fue un golpe muy fuerte pero cálido que le hizo caer de rodillas llorando.
—¡M-Me arrodillo ante los Supremos!
Hubo silencio, Lumiere por un momento pensó en haberlos ofendido, agachó la cabeza en espera de algún castigo o reprimenda pero eso nunca llegó, en cambio:
—No puedo creerlo... —Escuchó decir a Herohero-sama.
—Levántate Lumiere. —Le ordenó Whitebrim-sama y así lo hizo.
—Es tan hermosa como todas sus hermanas, hicimos un gran trabajo, ¿no chicos? —Elogió Coup The Corâce con alegría mientras se acercaba y la envolvía en un abrazo, Herohero y Whitebrim también la abrazaron por los costados.
Lumiere comenzó a llorar más fuerte, con algo de miedo correspondió el abrazo lo mejor que pudo. Sus tres creadores le acariciaban la cabeza o daban palmaditas en la espalda para calmar su desbordante sentimiento. Los otros Supremos veían enternecidos.
—Aura y Mare. —Llamó Ainz y ambos elfos oscuros aparecieron tímidos por la puerta.
—¡Ooh! ¡Mis niños! ¡Venga aquí, vengan!
—¡B-Bukubukuchagama-sama! —Ellos corrieron hasta la limo de color rosado y su fundieron casi literal con ella en un abrazo. Al igual que Lumiere comenzaron a llorar.
—Tranquilos, ya estoy aquí... los extrañé mucho.
—¡N-Nosotros también!
—Pensábamos que nunca más la veríamos de nuevo...
—Ustedes son mis bebés, ¿cómo podría olvidarlos o inclusive dejarlos? Puede que me haya ido sin avisar pero fue por razones de seguridad... Por ahora solo no me suelten y traten de guardar silencio.
—S-sí.
Ainz esperó unos segundos antes de llamar a la siguiente.
—Shalltear, puedes ingresar.
La Guardiana ingresó con pasos cauteloso, miró a los gemelos reunidos con su creadora y se alegró, luego buscó con la mirada a su propio creador.
—... ¿P-peroroncino-sama?
—¡Shalltear! —La llamó con alegría.
—¡Peroroncino-sama! —Sin perder tiempo se lanzó hasta su creador en un abrazo desesperado.
—¡Oh mi hermosa y perfecta creación, no sabes cuando he esperado para tenerte en mis brazos como se debe!
—¡Y y-yo con volver a verte... p-padre!
Hubo silencio, si Shalltear hubiera visto a su alrededor se daría cuenta de las miradas incrédula y graciosas de los demás Seres Supremos. Su propio creador se había quedado estático pero correspondió el abrazo con lentitud.
—Mi pequeña~... te quiero tanto, no te dejaré otra vez, lo prometo.
Ahora sí fue una completa sorpresa para los demás, incluso Bukubukuchagama había dejado de acariciar las cabezas de Aura y Mare para analizar a su hermano con una mirada de sospecha. Ainz, aunque también sorprendido, llamó a los siguientes.
—Uhm... Pasen todas las Pléyades.
Las seis hermanas ingresaron en orden, cuando vieron a sus respectivos creadores se separaron y fueron hasta ellos. La primera en llegar fue Lupusregina, quien algo atrevida agachó la cabeza para que Beast King Mekongawa le acariciara.
—Jajaja, ven aquí, una simple caricia no se compara con uno de mis abrazos.
—¡Mi creador! —Y se lanzó en un abrazo.
—Yuri, es bueno volver a verte, tendremos una charla de chicas más tarde. —Con su brazo atrajo a su creación y caminaron un poco lejos de los demás, luego procedió a abrazarla como todos los demás.
—Y-Yamaiko-sama, sería un honor estar a su lado. —Incluso con la muestra de afecto y la necesidad de corresponder a su creadora, Yuri se quedó quieta. Eso no duró mucho pues la misma Yamaiko la levantó e hizo dar vueltas, lo que hizo que ella se sujetara para no caer.
—Entoma-chan~ ven aquí mi niña preciosa.
—¡Genjiro-sama!
—¿Uh? Esa voz... —Por un momento Entoma pensó en ser cuestionada pero eso nunca llegó— No importa, eres perfecta tal y como eres. —Y fue llenada en la frente de lo que parecían ser besos.
—Oh, Solution. Estoy aquí, ven por favor.
Llamó el limo oscuro separándose de Lumiere y sus dos compañeros.
—¡Sí Herohero-sama!
La sirvienta sin mencionar más palabras llegó y alzó a su creador en brazos.
—Disculpe por tal falta de respeto mi señor pero no pude contenerme, siento que si lo siento podría desaparecer de nuevo.
—No, está bien. Es cómodo aquí arriba... Tampoco me iré, no te preocupes.
Mientras ellos dos estaban en su burbuja, el Supremo vestido de ninja llamó a su creación.
—Narberal...
—¡Y-ya voy N-Nishikienrai-sama! —A pesar de se una Doppelgänger con un rostro casi sin emociones ya establecido, Narberal sentía que si perdía la más mínima concentración se echaría a llorar y el rostro que le fue otorgado cambiaría al instante.
—... ¿No piensas darme un abrazo de bienvenida, Nabe-chan?
Y ahí comenzó a sollozar, su creador no sólo volvía o le hablaba, sino también le permitía invadir su espacio personal para algo tan privilegiado como un abrazo. Con los ojos llorosos fue e hizo lo pedido.
—Saludos Shizu Delta, ¿cómo ha estado mi autónoma perfecta?
—En muy buenas condiciones profesor, he cumplido todas las actividades a la perfección.
—Ya veo, ya veo. ¿Por casualidad tendrás un batido de chocolate? He esperado tanto volver a probar uno de ellos.
—Por supuesto. Aquí tiene. ¿Desea algo más profesor?
—Sí, un abrazo estaría bien.
Una vez todos pudieron intercambiar palabras con sus creaciones, Ainz siguió con el llamado.
—Demiurge.
El Arch-demonio ingresó, su rostro por alguna razón estaba sereno, su porte tan elegante y recto como siempre no demostraba el mínimo sentido de nerviosismo pero su cola delataba la felicidad que sentía. Una vez llegó hasta su creador se inclinó y saludó.
—Mi creador Ulbert Alain Odle-sama, es verdaderamente un placer el que volviera a deleitar Nazarick con su gloriosa figura luego de tanto tiempo.
—Demiurge, si bien te he creado para ser un demonio sumamente inteligente, perfecto y malévolo, eso no tiene que impedir un recibimiento caluroso y amable para tu creador, ¿o si? En ese caso, ven a mis brazos mi retoño, sé que lo quieres tanto como yo. Y por favor, solo Ulbert estaría bien, mi nombre completo está destinado para los seres indignos fuera de Nazarick.
Con eso, el guardián del séptimo piso se aferró a su creador y derramó aquellas lágrimas que mantenía contenido desde la entrada.
—Cocytus, puedes ingresar.
El gran Guerrero insecto no tardó en seguir la orden e ingresó soltando un poco de vapor helado. Con pasos acelerados llegó hasta Warrior Takemikazuchi y se inclinó.
—Warrior Takemikazuchi-sama. No sabe lo feliz que estoy por su llegada.
—Levántate Cocytus, mi creación no necesita arrodillarse. En vez de eso, quiero decirte que también estoy muy feliz de verte, ¿pero sabes que me haría más feliz?
—L-Lo siento pero no lo sé mi señor.
—¡Un encuentro de espadas contigo! ¿Qué te parece tener un par de duelos más tarde? Estoy seguro que has esperado tener un digno oponente, por favor, no me rechaces solo porque soy tu creador.
—Entiendo... sería un honor Warrior Takemikazuchi-sama.
—Uhmm, uhmm. Cuéntame sobre lo que has estado haciendo entonces-...
Mientras ellos se conversaban al igual que los demás, Ainz miraba alegre la escena que tenía pero eso no lo distrajo y continuó.
—Sebas.
El mayordomo ingresó igual de sereno que Demiurge, se acercó hasta su creador, se inclinó y saludó.
—Touch-me-sama.
—Sebas Tian.
Eso fue todo. ¿Por qué no había más intercambios de palabras? Porque ninguno sabía como continuar. Luego de unos segundos indecisos, Touch-me decidió tratarlo como a su hijo cuando llegaba a casa luego de dar exámenes.
—Estoy muy orgulloso de ti, Sebas. —Y lo abrazó de lado. Aún era algo complicado tratarlo como alguien menor pues la apariencia de Sebas era incluso de una persona mayor a él. Sin embargo, hizo su esfuerzo.
—Por último, puedes ingresar Albedo.
Era hora, tanto Ainz como Tabula Smaragdina y los Seres Supremos restantes que no estaban con sus creaciones se pusieron en alerta tras el ingreso de la Supervisora Guardiana de Nazarick.
La belleza de clase mundial entró con pasos lentos, su rostro mostraba una sonrisa realmente falsa, especialmente sus ojos sin brillo ni calor. Ella caminó hasta quedar un poco cerca de Tabula.
—Tabula Smaragdina-sama. —No se inclinó y mucho menos demostró una alegría desbordante por ver a su creador. Simplemente siguió con su sonrisa y dio un leve asentimiento con la cabeza.
—Albedo... —Fue un saludo igual de seco. A pesar de que Tabula era un Alquimista, y Albedo un Tanque con mayor probabilidad de matarlo, él estaba seguro de que ella no iba atacar. Estaba rodeada después de todo.
