Por primera vez luego de tantos años, Ainz se sintió completo. Ver a sus amigos interactuar entre sí y con sus propias creaciones fue la dulce cereza en la cima de su tan codiciado postre. Si fuera por él, pasaría la eternidad viendo esta misma escena sin aburrirse... Sin embargo, había cosas que hacer.

—¡Todos! Pido que me escuchen por favor.

Casi al instante el Salón de Reuniones quedó en pleno silencio. Por un momento fue algo desconcertante para Ainz pues parecía que sus amigos también estaban muy sincronizados entre sí al igual que los NPC.

—Lamento interrumpir este glorioso y gratificante reencuentro, pero quiero recordar que tenemos un itinerario lleno que no se puede aplazar. De esto, hay dos asuntos de gran importancia. El primero, verificar los estados generales de mis camaradas en el Salón del trono. Y lo segundo, la guerra con el Reino... Confío en que mis-, no, nuestros leales súbditos van a priorizar el plan de Conquista antes que sus propios deseos.

¡Es como dice Ainz-sama! —Contestaron en respuesta sin dudar.

—Bien, entonces, aunque es desafortunada esta separación, pido que todos vuelvan a sus deberes y puestos. Prometo que después de obtener el vasallaje del Reino de Re-Estize pasarán tiempo con sus respectivos creadores.

—Momonga-san, antes de que ellos se vayan me gustaría hacer una sugerencia.

—¿Hm? ¿Qué es? —"Esto no estaba en el guión, ¿qué estás haciendo Touch-san?" Exigió saber Ainz en su mente, lástima que nadie podía escucharlo.

—Quisiera que nos acompañen al Salón del trono, creo que todos nosotros debemos de hacer algo importante antes de volver a portar nuestros equipos Divinos y caminar a tu lado como en antaño.

—Estoy de acuerdo con este tipo, no podemos dejar pasar algo como eso sin testigos, ¿y quiénes mejor que nuestras propias creaciones para memorizar gran momento? —Ulbert se alejó un poco de Demiurge antes de contestar con su antiguo tono y trato para Touch-me. Anteriormente, todos habían acordado seguir haciendo el roll de sus personajes, por lo tanto, este pequeño roce entre Títulos Mundiales había sido planeado.— Vamos Momonga-san, si hacemos voto mayoritario de igual manera quedaría a favor.

—... Puede que no esté seguro de lo quieran hacer pero saben que no puedo negarme si la solicitud es de todos ustedes. Muy bien, vayamos.

Ainz junto a la mitad de los Supremos que no estaban con sus creaciones caminaron liderando, luego siguieron los creadores y sus creaciones, por último estaba la otra mitad de Supremos solos. Albedo al seguir encontrándose rodeada intentó tranquilizar sus emociones, pero eso era difícil cuando trataba de imaginar lo que aquellos bastardos le harían a su preciado Momonga-sama una vez llegaran a su destino.

Sí ella veía a su alrededor notaría la inmensa intención de alegría que provenía de sus compañeros. Sí ponía atención, lograría escuchar a detalle sus conversaciones. Y sí mejoraba su actuación podría incluso entablar una conversación con el ser indigno y falso llamado Tabula Smaragdina que estaba a su lado caminando con suma tranquilidad.

Tenía que idear un plan para deshacerse de cada uno de ellos, el grupo de búsqueda que le fue encomendado de seguro se iría a disolver o al menos dejaría de estar activo por un largo periodo de tiempo. Debía de encontrar aliados que estén de acuerdo con sus pensamientos ya que era por el bien de Momonga-sama.

—Deja de pensar Albedo, todos notarán el gran entusiasmo que intentas esconder.

—¿Disculpe? No entiendo lo que quiere decir Tabula Smaragdina-sama...

—... Soy tu creador, sé lo que estás pensando en estos instantes; tal vez podrías engañar a otros pero no a mi. Por eso te digo que no pienses más, tus expresiones faciales están empezando a decaer un poco... ¿Qué te parece tener una pequeña charla a solas después de esto? Estoy seguro que deseas tener tiempo conmigo.

—Por supuesto, como se esperaba de mi creador. Esperaré con muchas ansias nuestra reunión. ¿Podría sugerir que sea en mi habitación?

—¿Tu habitación?... Oh. Ya veo, está bien.

—Se lo agradezco profundamente.

Luego de eso no hubo más charla entre ellos dos. Los Supremos que habían estado escuchando comenzaron a idear una estrategia individual para seguirlos y posiblemente proteger a Tabula si era atacado.

Llegaron al Salón del Trono, los Guardianes y demás NPC se colocaron en sus lugares mientras que todos los Supremos se reunían antes de los escalones. Luego de un tiempo al ver que nadie hacia un movimiento Blue Planet habló.

—¿Momonga-san? Deberías sentarte.

—Sobre eso... no creo que sea adecuado, ustedes han vuelto y ya que el trono no me pertenece no sé quién debería sentarse... ¿quizás debería de invocar asientos para todos e ignorar el trono?

"¿Qué diablos?" Fue el pensamiento de sus amigos, una mirada rápida demostraba que los NPC estaban igual de confundidos por la declaración.

—¿Pero de qué estás hablando Momonga-san? —Intervino Amanomahitotsu— Es cierto que fue el esfuerzo de todos para conquistar la Gran Tumba Subterránea de Nazarick, pero te elegimos como líder por las muchas cualidades que demostrarte poseer y por la neutralidad de partido que eres. Por favor, toma asiento porque ese trono solo te pertenece a ti, GuildMaster.

—Correcto. Eres nuestro líder, tienes todo el derecho de sentarte ahí y portar el Símbolo del Gremio en tu mano. —Apoyó Variable Talisman— No te preocupes por nosotros, esta vez podemos permanecer de pie. Puedes comenzar con la verificación de estados Momonga-san.

—... De acuerdo.

Un holograma de color dorado apareció de repente, Ainz levantó su mano comenzó a manejarlo entre las diferentes opciones que habían. Al cabo de unos segundos abrió el panel de Estados y seleccionó el icono de 'Miembros del Gremio'. Tal y como lo había pensado antes, sólo habían cuatros nombres en él, dos estaban en 'línea'.

—Aparte de Herohero-san y yo, no están. —Fue su respuesta corta, todos entendieron.

—Podemos ser agregados de nuevo, ¿cierto?

—Desde que se fueron nunca he invitado a otros, ni en este mundo ni en Yggdradil, por lo tanto, no lo sé... Pero tranquilos, si no encuentro la opción aquí entonces podría-

—¡Ahí, ese es el botón! —Interrumpió emocionado Nearata— Uh... Disculpa Momonga-san, me emocioné un poco demasiado.

—No pasa nada. Si no fuera por este cuerpo quizás estaría igual jaja. Ahora, si esto sigue como en Yggdrasil, les llegará algún tipo de invitación individual.

Fue algo extraño cuando Ainz empezó a enviar las invitaciones, por alguna extraña razón, una información nueva llegó a su mente cuando tocó el Símbolo de Agregar. Un teclado apareció y escribió el nombre de uno de sus amigos, luego de eso, imaginó su apariencia. Un 'Ding' sonó con algo de fuerza después de que Touch-me levantó la mano para seleccionar algo.

—Funcionó. Touch-san, ahora apareces en la lista. ¡Bien! Agregaré en masa.

La velocidad con la que Ainz movía sus manos a través del teclado dejó asombrados tanto a los NPC como a sus amigos. Esto para el mismo Ainz no era nada asombroso, simplemente era el resultado de años jugando con la misma consola y las acciones rápidas que hacía su personaje a la hora de lanzar hechizos tras hechizos en batallas no simuladas o contra jefes de mazmorras.

—Ahora entiendo como es que siempre ganabas en velocidad de reacción y ataque, ciertamente es... sorprendente. —Opinó LuciFer.

—Ni siquiera compañeros de trabajo mío han llegado a tener este nivel, ¿cómo lo lograste Momonga-san? De lo que me acuerdo, dijiste que pasabas más tiempo afuera que en esa oficina en tus horas de labor. —Continuó Nuuboo, un desarrollador y decodificador perteneciente a una Mega Corporación.

—¿Hm? ¿Esto? Bueno, supongo que fue debido al tiempo que implementaba cuando iba a Yggdrasil. Ya que era un Comodín pensé que si mejoraba en mis lanzamientos de hechizos podría reducir el tiempo de espera para atacar. Fue un largo proceso en realidad... Listo.

Nuevamente el sonido 'Ding' sonó en el Salón, esta vez mucho más fuerte que lo anterior puesto que la gran mayoría había aceptado a la vez. La lista de Miembros ahora era más larga y todos en estado activo. Esto era lo que Ainz había estado esperado por años.

—Ahora que hemos sido re-integrados al Gremio debemos de comenzar el ritual. —Dijo Bellriver y al instante todos los Supremos se arrodillaron frente a un Ainz confuso.

—Campeón Mundial, Touch-me. Me inclino ante mi líder.

—Desastre Mundial, Ulbert Alain Odle. Me inclino ante mi líder.

—Hermana mayor, Bukubukuchagama.

—Hermano menor, Peroroncino. Nos inclinamos ante nuestro líder.

—Tabula Smaragdina. Me inclino ante mi líder.

La presentación duró un par de minutos, cada uno de los Supremos tuvieron una sincronización tan perfecta que Ainz sospechó de que habían estado practicando de antemano.

—Shijuuten Suzaku. Me inclino ante mi líder... A excepción de nuestros camaradas Supremos que aún no han podido llegar a este Mundo, todos nosotros juramos no sólo fidelidad y protección a la Tumba de Nazarick, sino también a nuestro GuildMaster Momonga. A quien seguiremos y apoyaremos hasta el fin de los tiempos, nada ni nadie nos separará de ahora en adelante.

¡Esto lo juramos!

Si Ainz lo pensaba bien, este ritual de fidelidad era muy similar al que hicieron los Guardianes cuando llegaron a este Mundo. Sin ser notado por nadie, Ainz sonrió. Tenía razón al suponer que los NPC eran como los hijos de sus amigos.

—Agradezco de todo corazón sus votos mis amigos. Quisiera tener una reunión privada con todos ustedes en mi oficina después de esto.

—Con mucho gusto iremos Momonga-san, pero pediré que me disculpen por la tardanza que presentaré esta vez ya que he quedado tener una charla con mi creación Albedo.

—No hay de qué preocuparse Tabula-san. Esperaré tu llegada con los demás... Ya que hemos terminado los asuntos de este lugar, es tiempo de que todos menos Albedo vuelvan a sus puestos.

¡Sí!

—... Y también quisiera añadir la orden de que todos los Guardianes informen a sus respectivos pisos la llegada de mis camaradas los Supremos. Sebas, a los altos mandos del Noveno Piso. Y Lumiere, tu serás la responsable de informar a tus compañeras.

¡Entendido Ainz-sama!

—Pueden irse.

En unos instante los únicos que se quedaron en el Salón del trono fueron los Seres Supremos y Albedo. Esta última por un momento pensó que sería castigada a muerte pero eso no sucedió.

—Ya que todos tienen sus anillos de Gremio iremos al Área del Tesoro para que puedan vestirse con sus equipos Divinos. Tabula-san, tendremos tu equipo en mi habitación, ve allí cuando termines de hablar con Albedo. El resto, vamos.

Y desaparecieron.

—Ahora que estamos solos, creo que es el momento de hablar.

—Disculpe mi atrevimiento Tabula Smaragdina-sama, pero no estamos en mi habitación.

—Lo sé Albedo. ¿Puedes dejar de hablarme con respeto y darme esa hipócrita sonrisa? No me gusta la gente de doble cara.

Apenas terminó de hablar Albedo tomó una expresión seria y de asco total.

—... Y a mi no me gustan los bastardos que nos abandonaron y dañaron profundamente a Momonga-sama.

—Ya estamos hablando el mismo idioma. Ven, vamos a sentarnos en los escalones.

Él tomó asiento y esperó a que la Belleza de Clase Mundial lo imitara. Una vez que lo hizo lanzó su pregunta con un claro tono de odio.

—¿Puedo saber la razón por la cual me ha llamado en primer lugar? Por si no lo sabe, estoy a cargo del manejo del Reino que creó Momonga-sama, tengo tiempo limitado y no quisiera desperdiciarlo en tonterías.

—Hm, entiendo... Te explicaré, no es porque te haya extrañado en extremo como algunos de mis amigos, tampoco porque quisiera hacerte perder tu preciado tiempo. La realidad es que... estoy decepcionado de ti.

—¿Con qué derecho lo dices, maldito? ¡Me abandonaste a mi y a mis hermanas, te fuiste de Nazarick y dañaste al que llamas líder!

—Ciertamente lo hice, y estoy arrepentido. Pero quiero aclarar que mi ida fue por motivos de seguridad y de gran importancia. ¿Acaso creías que todos nosotros quisimos abandonar a Momonga, o a ustedes? No, te equivocas Albedo.

—¿Y de qué exactamente nos protegían, eh? ¿De qué?

—De un Enemigo de Clase Mundial... No espero que lo entiendas, pero todos nosotros antes de irnos le habíamos prometido a Momonga que regresaríamos una vez la amenaza hubiera sido extermimada. Él por su cuenta propia decidió quedarse y proteger Nazarick.

—... Estás mintiendo. —Ella se levantó y materializó su Hacha de Guerra.

—No lo hago. Pero volvamos a lo que dije, estoy decepcionado. ¿Y sabes por qué?

Al solo obtener una mirada molesta y casi asesina, continuó.

—¿No lo sabes? Bueno... ¿Alguna vez te preguntaste por qué nos odias tanto a nosotros por irnos, pero nadie más de Nazarick lo hace? Eso es porque yo lo escribí en tu configuración Albedo. Yo hice que nos odiaras a todos.

—... ¿Por qué? —Si las miradas mataran, Tabula Smaragdina habría desaparecido por completo mientras sufriría una cantidad inimaginable de dolor.

—Un experimento, así de simple. Había esperado que evoluciones personalmente, que el odio que sentías fuera eliminado por ti misma al darte cuenta de lo extraño y tonto que era la situación. Por esa razón, estoy decepcionado... ¿Podrías bajar esa hacha? Es incómodo verla.

—... ¿Fui un experimento entonces?

—No como tal.

—Nunca nos extrañaste. —La mano que sostenía el arma tembló un poco gracias al mejoramiento del agarre.

—No he dicho eso. Te he extrañado tanto a ti como a tus hermanas. Son mis preciadas creaciones, mis hijas, ¿qué clase de padre sería si no pensara en ustedes todos los días de mi vida luego de haberlas creado?... Baja esa hacha Albedo, estamos conversando.

—... Conversando, tal vez. ¿Perdonarte por lo que hiciste, o me hiciste? Jamás. Si no te vas en este instante juro que te mataré sin importarme nada Tabula.

—¿Será así entonces?... —El alquimista se levantó— Ya veo, me iré. Visitaré a tus hermanas luego, no hace falta que les avises sobre nuestra llegada.

El hacha se alzó en un destello negro, lista para bajar con una fuerza destructiva, pero antes de que intentara golpear a su objetivo, este desapareció utilizando el Anillo del Gremio.

—... Te odio.