Viendo que las otras invaciones a las aldeas seguían el mismo protocolo y casi también la conversación, Ainz y el resto decidió pasar a ver las ciudades, donde abría supuestamente más acción y posible aparición de algunos individuos interesantes según Demiurge.

Un espejo de visión remota mostraba la ciudad de E-Naüru, que se encontraba al Norte de todo el Reino. En aquel lugar parecía que la invasión recién iba a comenzar, varias personas estaban sobre una muralla en espera del ataque de ejercito no-muerto que estaba conformado por el mismo trío de antes: un Caballero de la Muerte, un Guerrero de la Muerte y un Lich Anciano; además como extra estaba también un ejército de zombies POP de la Tumba.

Demiurge al ver la escena sonrió con satisfacción. El único que lo notó fue el líder de los Supremos y amo de la Gran Tumba de Nazarick.

—¿Qué es Demiurge? —Preguntó y al instante obtuvo la atención de la mayoría de sus amigos.

—Su previsión siempre logra sorprenderme Ainz-sama. Tal y como dijo en aquella vez, los aventureros de rango Oricalco "Los Cuatro Armamentos" no se moverían aún con nuestra declaración de Guerra. Aunque por supuesto, esta previsión debería de ser algo trivial para usted, que puede ver y planificar diez mil años en el futuro.

—U-Umu, es como dices. Volvamos a centrar nuestra atención en ellos, quisiera ver qué harán ante el ataque y si logran superar mis expectativas.

Por supuesto, Ainz no tenía idea de quienes eran aquellos aventureros, y si alguna vez le dieron un reporte sobre ellos, ya se había olvidado. Él solo dijo lo que primero que se le vino a la mente y mando una mirada de advertencia a sus camaradas para que no preguntaran nada. Ellos lo captaron.

Al cabo de unos instantes, el Lich se colocó al frente de todos los no-muertos y habló con voz rasgada de ultratumba. Gracias a los preparativos que hizo Demiurge, pudieron escuchar claramente todo lo que se dijo a continuación.

—Ciudad de E-Naüru, por la autoridad que me ha sido concedida por mi Rey y creador Ainz Ooal Gown-sama, comenzaremos nuestra pacífica invasión. Si recibimos algún ataque sorpresivo, nosotros atacaremos a la persona responsable en defensa propia. Repito, nuestra invasión es pacífica. No deseamos hacer matanzas sin sentido.

Al no recibir respuesta ya sea positiva o negativa, el pequeño ejército no-muerto avanzó.

Sin embargo, casi llegando a las puertas principales, una ola de flechas cayó sobre todos ellos. Siendo los más rápidos en reaccionar, el Caballero de la Muerte protegió al Lich con su gran escudo mientras que el Guerrero de la Muerte cortaba todas las flechas que podía antes de chocar contra contra él o los zombies detrás suyo.

—Ustedes sucios y asquerosos no-muertos no pondrán un solo pie en esta ciudad porque nosotros la defenderemos. ¡Sus palabras vacías y falsas no nos van a engañar! —Gritó una mujer en armadura blanca, ella era Skama, líder de Los Cuatro Armamentos.

—¡Acérquese y prueben mi poder sagrado! ¡Vamos, quiero mi recompensa*! —Apoyó una mujer voluptuosa en traje de sacerdotisa, ella también pertenecía al grupo de aventureros. (Se refiere a la Espada Sagrada de Pentechromata. Vol14*)

Después de eso, hubo otra oleada de flechas. El Lich siendo protegido alzó su mano y apuntó con un dedo desgarrado.

—Han decidido atacar, y por lo tanto morir. No tendremos piedad con ustedes. ¡Zombies, adelante!

El pequeño ejército avanzó corriendo, muy pocos fueron los que llegaron a la grande puerta pero eso fue suficiente distracción para los arqueros y magos de la muralla.

El Caballero de la Muerte con una fuerza devastadora corrió y golpeó la entrada con su escudo, retrocedió lo suficiente y volvió a embestir. El Lich aún con la mano levantada, comenzó a lanzar hechizos consecutivos de [Bola de Fuego] tanto a las personas sobre la muralla como a la puerta de madera.

Tal y como se esperaba, la puerta a pesar de estar reforzada no duró mucho ante los ataques de fuego y las embestidas. Pronto se hizo pedazos dejando un gran agujero quemado como entrada. Era el turno del Guerrero de la Muerte, este con una velocidad inesperada ingresó a la ciudad y atacó con alegría salvaje a los soldados atónitos que sostenían sus espadas

Los Cuatro Armamentos no se quedaron atrás, tan pronto como recuperaron el control de sus cuerpos dieron nuevas órdenes a los magos y soldados. Lamentablemente fue demasiado tarde, el Lich había terminado con el último hombre encima de la muralla, dejando vivo sólo a aquellos que escaparon llorosos y con la voluntad destrozada.

Siendo el Caballero y el Guerrero de la Muerte un dúo complementario, atacaron y mataron de un solo movimiento a sus insignificante oponentes que aún tenían el valor de enfrentarlos, todo sucedió en menos de cinco minutos. Una hazaña enorme como a la vez terrorífica.

Una vez los tres no-muertos terminaron con el cañón de carne, detuvieron todo ataque y centraron su atención en los aventureros. Estos estaban cansados, asustados y sin fuerza para escapar. Incluso una gran cantidad de magia fue insuficiente para derrotar al no-muerto del escudo que protegía a sus dos compañeros.

Skama Herbelot sonrió amargamente, sabía que no tenían oportunidad contra las criaturas que fueron convocadas por el Rey No-Muerto, quien pudo matar a 200.000 hombres en las Planicies Katze. Ella se lamentó, porque tuvo la oportunidad de irse con sus amigos incluso antes de que atacaran la ciudad pero no lo hizo. Ahora iban a morir.

De repente, con una velocidad increíble y casi imposible para los humanos, un objeto puntiagudo y algo grande golpeó con fuerza la mitad de la cabeza del no-muerto con escudo. El Lich con una reacción digna de alabanza sacó y activó un pergamino. Si no fuera por la habilidad especial del Caballero de la Muerte de sobrevivir con 1 punto de HP, el Lich pudo haber sido destruido antes de moverse.

Mientras el pergamino se consumía, el Guerrero de la Muerte ocupó el lugar de su compañero no-muerto que desapareció. El ataque que hubiera sido para el Lich, lo golpeó a él y se desvaneció. Pero eso ya no importaba, su deber había sido cumplido con éxito.

—{Rojo} —Dijo sonriendo el Lich antes de ser exterminado por una [Luz Sagrada] potenciada perteneciente a la aventurera sacerdotisa Lilynette Piani.

Skama y el resto miraron hacia el cielo, allí había una armadura de 3 metros de color roja aún con el brazo extendido hacia abajo. Verlo creó confusión pero pronto se dio a conocer que era el equipo adamantita Red Drop que vino a su rescate.

Todos los sobrevivientes agradecieron a los Seis Dioses por la suerte que tuvieron al ya no ser amenazados por no-muertos de gran poder. Incluso algunos gritaron alabanzas a la armadura roja suspendida en el aire.

Pasaron los segundos y al ver que ya no había peligro, Azuth Aindra, el que controlaba el Power Suit, se alejó con lentitud en otra dirección. Fue detenido por una pregunta de Skama pero con una despedida de mano fue suficiente para no contestar e irse.

Demiurge bajó la mano luego de un largo tiempo, había recibido con éxito el [Mensaje] del Lich a pesar de que fue ineccesario ya que lo vio a través del Espejo.

—Pido disculpas por interrumpir mis señores pero, Ainz-sama, ya que hemos localizado a ese individuo y la invasión ha progresado en un noventa por ciento sin fallas. ¿Desea dar inicio al asedio a la Capital? Mis subordinados acaban de confirmar la conquista de sus respectivos lugares y ahora se encuentran preparando el ejército que lo acompañará.

—... Bien, no tengo objeciones. Llama al Actor de Pandora para poder darle algunas indicaciones de lo que hará. Albedo... ¿Dónde está Albedo?

En todo momento nadie había visto a la Supervisora de los Guardianes, la confusión fue evidente en el rostro de Demiurge. Tabula al verlo pensó lo más rápido que pudo y contestó para no levantar sospechas. Sabía que si los Guardianes se enteraban de la traición de Albedo ellos le darían caza hasta matarla de la peor manera posible.

—Oh, hm, Momonga-san, le había encargado algo a mi creación y por eso no estuvo presente. Lo siento, fue algo espontáneo y no te avisé hasta ahora.

—No, está bien Tabula-san. Tienes todo el derecho de querer pasar tiempo con ella. —Esto fue un farol, Ainz entendió lo que realmente quiso decir su amigo— Entonces Demiurge, puedes llamar a Albedo y decirle que se prepare.

—Por supuesto Ainz-sama.

El Arch-demonio se alejó un poco y lanzó el hechizo [Mensaje]. Un tiempo después volvió afirmando que había cumplido con el pedido y que pronto tanto Albedo como Actor de Pandora llegarían.

—Me pregunto cómo será...

—¿A qué te refieres Nishiki? —Preguntó Takemikazuchi sin dejar de comer. Las sirvientas volvían a llenar los platillos con rapidez ya que estos eran devorados por varios Supremos a la vez.

—Hablo sobre el Actor de Pandora, esta será la primera vez para casi todos nosotros en verlo.

Cuando Ainz escuchó el nombre del Guardián del Tesoro, supo que esta vez su suerte le había fallado. Quería remediar su orden pero con tantos NPC presentes tuvo que aguantar las ganas de contactarse personalmente con su creación.

—De seguro es alguien increíble y agradable, como Momonga-san. —Sugirió el samurai— Después de todo, él lo creo, no sería raro que incluso tenga una personalidad similar.

Con un nuevo miedo creciendo lentamente en lo más profundo de su ser, Ainz levantó la mano para cubrirse la cara. Rezaba para que su creación supiera controlarse y hablar normal frente a sus amigos. Sí no lo hacía, tendría una charla muy seria con él y a la vez una vergüenza mayor que duraría meses en desaparecer. Eso sin contar las burlas que recibiría de sus amigos.

—¿Los Supremos tampoco lo conocían? —Preguntó sorprendido y en tono bajo Demiurge.

—¿Hm? ¿A qué te refieres con eso?

Demiurge quería contestar, pero recordó que la situación de aquella vez estaba en estado crítico para la Tumba. Miró a Ainz y esperó aprobación para hablar a pesar de que era su creador Ulbert quien preguntaba. Una vez lo obtuvo con un ligero movimiento de la cabeza, habló.

—La primera vez que vimos a la creación de Ainz-sama fue cuando Shalltear Bloodfallen fue controlada por enemigos exteriores en posesión de un Ítem Mundial, que creemos es 《Caída del Castillo y del País》. Actor de Pandora entregó Ítems Mundiales a los Guardianes que salieron para cubrir la espalda de Ainz-sama; luego de eso comenzó a ayudar siendo el personaje Momon, el héroe oscuro.

—... Ya veo.

Todos ya conocían sobre eso, por lo tanto no fue una sorpresa. Sin embargo, tenían que actuar. Por tal motivo la voz de Ulbert sonó pensativa mientras que Peroroncino soltó un aura de molestia, casi llegando a ser furia cuando imaginó el dolor que debió sentir Shalltear y Momonga al enfrentarse.

—Esos malditos... ¿Se sabe quién o al menos qué país fue el causante?

—Mis más sinceras disculpas Peroroncino-sama, pero solamente dos países son posibles sospechosos: El Estado Consejo Argland y la Teocracia Slain. El primero por los poderosos Lords Dragons que gobiernan utilizando magia salvaje y sus fuerzas aún no identificadas. El segundo por ser el país origen de la religión de los Seis Grandes Dioses, quien presumiblemente eran seres de Yggdrasil; ellos ya han perecido hace años pero suponemos que dejaron sus diversos Ítems a sus descendientes. Uno de ellos, el Ítem Mundial responsable.

—Hmpf, no importa cuál de esos dos hayan sido, cuando se descubra al culpable, seré yo mismo quien lance el primer ataque a su país y cause la muerte de su líder máximo. Nadie saldrá impune del acto de controlar a mi creación.

—Por supuesto Peroroncino-sama, trabajaré en ello y así poder vengar lo que hicieron esos inmundos seres.

—No estarás solo en eso Peroroncino-san. —Apoyó y calmó Ainz— Yo también quisiera arreglar cuentas con ellos. Pero por el momento, veamos que cambios ocurrirán al resto de Naciones tras esta nueva conquista por nuestra parte.

El arquero se calmó y aceptó, estirando el brazo tomó un nuevo batido de sabor exótico del cual comenzó a beber mientras miraba a todos los Espejos en busca de algo interesante.

Las puertas hicieron un sonido de golpes antes de abrirse con lentitud, ahí se veía a dos figuras caminando a pasos un poco rápidos. Los Supremos ya conocían a Albedo, por lo tanto centraron su atención en el otro sujeto que vestía un traje militar entre mostaza y amarillo.

—¿Oh? ¿Es él? —Preguntó Punitto Moe mientras tocaba su ¿)mentón(? con su brazo derecho en forma de enredadera.

El ser con cabeza de huevo estaba a punto de levantar su brazo y hacer una pose genial como saludo a todos los Supremos; sin embargo, una mirada al Overlrod le hizo detenerse en seco. Los puntos rojos que tenía su creador como ojos lo miraban con fiereza en modo de advertencia.

—... Es un placer volver a saber que varios de los Seres Supremos han vuelto. Este es Actor de Pandora, Guardián de Área del Tesoro. —Y se inclinó sin hacer nada más. Esperaba que esa presentación fuera aceptable para su padre.