El campo de batalla estaba en silencio, lo único que se podía escuchar con claridad era el sonido del viento y de las pocas aves cantar a la lejanía. El cielo estaba despejado, sin una sola nube hasta dentro de unos kilómetros. La paz que había era relajante, sin embargo, eso cambió pasando unos minutos.

—Ainz-sama, hay un disturbio en nuestros oponentes. Al parecer un hombre en caballo ha evadido parte de las tropas que custodian a los altos mandos y se acerca a velocidad, un par de personas le están siguiendo pero parece que quieren detenerlo o al menos protegerlo. ¿Qué desea que hagamos?

—Nada por el momento, ¿se sabe quiénes son, Albedo?

—No exactamente mi señor, pero estoy casi segura que es un miembro de la realeza.

—Actor de Pandora, cambia a Momon en este instante, es posible que me acompañes en este encuentro. —El Doppelgänger hizo lo pedido sin mencionar nada a comparación de la hermosa Succubus que estaba a su lado.

—Pero Ainz-sama, ¿qué hay del plan? ¿no tendría usted que irse luego de que Aureole avisara sobre cualquier enemigo acercándose? Si Momon sale, ¿cómo se justificaría su presencia?

—... Lo tengo todo controlado Albedo. Tú como la Primera Ministro tienes que quedarte aquí, Momon me acompañará como la Espada y verdugo que es. No sería raro ver a un Rey junto a quien considera su mejor guerrero en una batalla importante que cambiaría la historia de todo un continente.

—Entiendo, disculpe mi anterior rudeza.

Con todo esto aclarado. Ainz esperó paciente algún tipo de llamado por las tres personas que se habían detenido en medio del campo de batalla. Ahora que los veía mejor habían dos hombres y una mujer, los tres de diferentes apariencias y edades. No sabía si fue suerte de momento o algo por el estilo, pero el que parecía ser mayor habló con fuerza revelando su nombre e intención.

—¡Soy el Rey del Reino de Re-Estize, Ramposa III! ¡Por favor, deseo buscar una audiencia con el Rey Hechicero del Reino Hechicero, Ainz Ooal Gown!

Su voz gastada de anciano llegó claramente a la campaña de Ainz con ayuda de un Ítem de ampliación que le quitó a un General. Los Guardianes del quinto y sexto piso que estaban en otra parte del campamento se acercaron hasta Ainz cuando escucharon el pedido.

—Ainz-sama, ese viejo acaba de pedir descaradamente una reunión con usted, ¿desea que vayamos y lo matemos? Tal falta de respeto...

—Tranquila Aura. Tienes razón pero eso está dentro de los cambios que he hecho al plan. En estos momentos iré junto a Momon para hablar con ellos y ver qué es lo que son capaces de ofrecer aparte del estado Vasallo. Mientras tanto, Cocytus, Mare, Aura y Albedo, vean en las cuatro direcciones en busca de enemigos. Uno no puede estar confiado siempre en un solo método, tienen que expandir sus opciones.

¡Sí Ainz-sama! —Respondieron felices, orgullosos y llenos de admiración.

—Bien... Momon, vayamos.

A pesar de que Ainz había practicado equitación para situaciones como esta, él todavía no estaba muy confiado en sus habilidades. Por lo tanto, invocó un Devorador de Alma para que lo lleve sin incidentes.

Momon en cambio utilizó un caballo de guerra oscuro y musculoso, para una mejor vista el corcel utilizaba una armadura de Adamantita plateada con bordes dorados y rojos. Ese había sido entrenado exclusivamente para él cuando Hamsuke esté indispuesto entrenando o con Nabe.

Cuando ambos llegaron al encuentro encontraron a las tres personas ya bajadas de sus caballos. Había un anciano algo demacrado con ropa arrugada, un joven en sobrepeso que portaba la armadura del fallecido Capitán Guerrero Gazef Stronoff, y una joven que reconoció como Lakyus, líder del equipo adamantita Blue Rose.

Ella los sorprendió incluso más que el Rey y el Príncipe juntos, pero no parecían ser los únicos, esas tres personas también se sorprendieron de ver al Héroe Oscuro Momon con él. Sin perder tiempo bajaron de sus corceles y se acercaron unos pasos.

—Saludos Rey Hechicero. Este anciano Rey es Ramposa III. Él es mi segundo hijo, Zanac Valleon Igana Ryle Vaiself; ella es Lakyus Alvein Dale Aindra, del equipo adamantita Blue Rose. Estoy encantado de conocerlo al fin. Agradezco mucho que haya aceptado mi repentina y para nada honorable petición de reunión.

—Encantado de conocerlo Rey Ramposa y acompañantes. Soy el Rey Hechicero Ainz Ooal Gown. Ya que ustedes buscaron esta audiencia tengo que decirles que estoy bajo su cuidado. Entonces, voy proceder a crear estos, estar de pie sería irrespetuoso para ambas partes.

Ains lanzó tres veces un mismo hechizo de creación, ahora habían tres tronos negros idénticos, uno para Ainz y los otros dos para Ramposa y su hijo.

—Sé que es un duro, frío y con bordes rectos, pero pido que acepten estos asientos que están hechos de buena voluntad. —Una vez lo hicieron a la par que Momon y Lakyus se colocaban a sus respectivos lados, Ainz lanzó otro hechizo para crear una mesa rectangular pequeña entre ellos. Luego, abriendo su inventario, sacó cuatro vasos de cristal y un recipiente lleno de agua— ¿Agua estaría bien o quisieran tomar algún otro líquido?

—Agua estaría perfecto, muchas gracias por su consideración Ainz Ooal Gown-dono. —Ramposa y Zanac se encontraba tranquilos a excepción de Lakyus, ella se alarmó por unos segundos al ver la magia lanzada tan casualmente para cosas mundanas.

—Con solo Ainz debería bastar Ramposa-dono. No me molestaría ser llamado de esa manera...—Con movimientos elegantes practicados, Ainz sirvió llenos los cuatro vasos— Oh, este es para ti Momon, puedes tomar agua también ya que yo de ninguna forma podría.

—Gracias Su Majestad. —El Guerrero Oscuro se sacó el yelmo sin tardar, su rostro estaba serio pero aún así no demostraba signos de estar molesto o reprimido al servir a un no-muerto; demostrando que el agua no contenía veneno, bebió casi la mitad. Lakyus se sorprendió tanto por la belleza de Momon como también por su fuerte voluntad.

—Ya que la pequeña recepción que hice está lista, ¿qué le parecería comenzar a discutir? ¿debería de exponer mis motivos por el cual he invadido vuestro territorio?

—Eso no será necesario Ainz-dono. En cambio, quisiera saber el porqué.

—¿Podría ser un poco más específico?

—Las invaciones que ha hecho en los distintos pueblos y ciudades de mi Reino han sido con bajas casi inexistentes, algo que nunca se ha visto antes. ¿Cuál es el propósito de eso? ¿Por qué lo hizo?

—... Mi respuesta es: ¿Por qué no hacerlo?

—¿Disculpe? —No importaba quién estuviera presente, Zanac y Lakyus habrían hecho la misma pregunta que el Rey.

—Verá... hay muchas formas de invadir o conquistar una nueva tierra. Puedo asegurar que casi el noventa y siete por ciento de ellas tienen como defecto la muerte de miles de seres vivos ya sean inocentes o no. Entonces, ¿por qué no hacer una invasión pacífica en la cual solo mueren los que estén dispuestos a eso? Una invasión en la cual los ciudadanos y pueblerinos estén a salvo fuera de la Guerra de entre dos Reinos o Países.

Con las manos temblando un poco, Ramposa tomó el vaso y bebió su contenido lentamente. Su hijo imitó su accionar segundos después. La única que no se había movido o siquiera hecho un sonido fue la aventurera adamantita.

—... Para mí, lo lógico sería dejarlos vivos, ¿de qué me serviría entonces gobernar un lugar destruido por los daños colaterales y sin habitantes? No sólo tendría que reconstruir el lugar invirtiendo dinero y tiempo, sino también tendría que desplegar una fuerza para proteger lo recién conquistado y además de buscar nuevos habitantes. ¿No cree que es demasiado trabajo cuándo todo se pudo resolver de una mejor manera?

—... Es como dice. —El vaso que de hace unos instantes tomaba ahora reposaba nuevamente en la mesa, vacío. Ni siquiera le preocupó si contenía veneno.

—Sin embargo, una guerra es una guerra. Puede que los inocentes ciudadanos estén extensos a las invasiones que he ordenado, pero los culpables que dieron inicio no se salvarán al igual que los superiores que lo permitieron... Rey Ramposa, tu Reino está corrompido desde las raíces, ¿acaso no te avergüenza? La división de facciones que luchan por tener el poder sin importarles el daño que causan.

—¿Cómo-

—¿Cómo lo sé? Eso no es un secreto, ni para mí ni para las otras Naciones del continente. Su Reino no duraría más de diez años aún con un nuevo Rey, se lo dice alguien que ha vivido muchos años viendo grandes Países caer por la codicia de sus gobernantes o supuestos seguidores.

—Su Majestad, si me permite la palabra.

—¿Hm? Adelante príncipe Zanac, nadie tiene restringido hablar aquí, incluso la señorita Lakyus y Momon pueden expresarse libremente.

—Sí, muchas gracias. Por lo que ha dicho y demostrado usted, ¿cuántos años ha vivido como para adquirir todo ese conocimiento? De ser así, ¿por qué nadie lo conocía hasta hace un par de años cuando intervino en el pueblo fronterizo?

—Uhm... La fecha exacta no lo sé, pero recuerdo que antes de sellar mi hogar recién estaban por llegar los seres que ustedes llaman Dioses. Fue una época oscura, incluso para mí. Ver la destrucción que causaban los semi-humanos sin un buen liderazgo y la falta de control por parte de los arrogantes Lores Dragones... Intenté controlar pequeñas masas sin llamar la atención hacia mi persona o mis subordinados pero no funcionó. Por lo tanto, sabiendo que pronto llegarían esos seis seres decidí retirarme y ocultarme en espera de mis amigos.

—P-pero eso sería... ¿Usted quién es en realidad? ¿cómo sabía sobre la llegada de los Dioses?

—Creo que preguntas algo obvio señorita Lakyus... —Ainz hizo una pausa extraña. Momon continuó.

—Resulta que el Rey Hechicero Ainz Ooal Gown es en realidad un ser que proviene de Yggdrasil, un sistema de nueve Mundos que habitan los Dioses. Pero... no es solo eso, él no es alguien de ese estatus, no, él es un Ser Supremo. Aquél que está por encima de un Dios.

Aquella revelación dejó inmóvil a los oponentes. Viendo su oportunidad servida en bandeja de oro, Ainz lanzó uno de sus últimos ataques.

—Ahh... puede que tengan dudas o hasta quizás crean que he controlado a Momon para que diga eso, pero no es así. Tengo pruebas que pueden verificar lo que han oído, incluso podría brindarles una pequeña fracción de mis recuerdos si eso estaría bien.

Ramposa agachó la cabeza, ahora todo tenía sentido para él. Ese gran poder en las Planicies Katze, esa inteligencia que logró domar al Emperador niño creído, la humanidad que Ainz demostraba aquí... todo eso no era de un no-muerto ordinario.

—...-gador... ¿E-Eres un jugador? Esa es la raza de los habitantes de Yggdrasil, ¿no es así?

—... Me gustaría saber cómo es que sabe ese tipo de información señorita Lakyus, pero sí, lo soy.

—En mis estudios para convertirme en una seguidora del Dios de Fuego... cuando alcancé el poder de resucitar a los muertos, se me dio la información aunque vaga... Sé que no debería decir esto, menos en un momento y lugar como este pero... quisiera ver y saber sobre ustedes, por favor.

—¡L-Lakyus! —Reprochó Zanac, aunque en el fondo él también quería lo mismo.

—Está bien. Tienes razón que este no es buen tiempo, ¿quizás deberías esperar un poco más antes de llegar a un acuerdo que beneficie a ambos? Ah, Ramposa-dono, nos hemos desviado del tema principal de esta invasión, me disculpo por eso.

—... Mi Reino está corrupto, la escasez de alimento y la falta de seguridad abunda en cada ciudad, he perdido a mi amigo el Capitán Guerrero por no escucharlo. El Imperio de Baharuth nuevamente me ha superado... pero ya no más, quiero que mi gente esté felíz y a salvo, que no haya corrupción y delincuencia... Ainz Ooal Gown, si mi Reino se convierte en Vasallo, ¿podrías prometer darle a mi Nación todo lo que alguna vez soñé?

Hubo un sonido de jadeo proveniente del Príncipe pero no se atrevió a contradecir o detener a su padre que se mostraba decidido.

—... Por supuesto. Al igual que Baharuth, Re-Estize mejorará a un nivel casi de ensueño. Esto se lo puedo prometer en mi nombre.

—Que así sea, confiaré en sus palabras Ainz-sama. Yo mismo realizaré el contrato y haré pública la noticia este mismo día.

—Declaro entonces el fin de esta Guerra, mis tropas se retirarán de los lugares invadidos y a cambio daré la orden de enviar todo tipo de recursos para abastecer los almacenes. Por su seguridad, permítame darle de escolta una invocación mía. Él se encargarán de protegerlo y acatará sus órdenes; si se encuentra en un peligro mayor, me avisará y enviaré una nueva seguridad superior.

Ainz levantó la mano y al instante apareció un Hanzo. Este había estado oculto detrás del trono gracias al hechizo [Invisibilidad Completa] que le fue lanzado apenas Ainz llegó a la campaña. Cuando los ojos del Rey estuvieron sobre él, se inclinó en un saludo y se acercó, luego esperó silencioso en el lado libre al costado de Lakyus.

—Agradezco profundamente su preocupación por mi persona.

—Umu. No es nada, ahora si me disculpan, tengo nuevos asuntos que atender.

Ainz se levantó primero, luego fueron Ramposa y su hijo. Los tronos, la mesa y los utensilios desaparecieron en motas oscuras sin dejar rastro. Cada uno caminó hasta sus monturas, subieron y se alejaron. No pasó más de quince segundos cuando Ainz recibió un [Mensaje] tanto de Aureole como de Cocytus. Alguien se había teletrasportado cerca y estaban en plena mira.

—¡[Muro de Esqueletos]! —El hechizo se activó a tiempo protegiendo al Rey y sus dos acompañantes que se iban sin darse cuenta del peligro. Lakyus que había escuchado la explosión giró la cabeza y al ver el ataque apresuró a los caballos para alejarse. Estaba segura de que esta sería una batalla fuera de su liga.

En el cielo se podía ver una armadura plateada rodeada de tres armas diferentes, este se encontraba viendo el lugar que atacó y tras darse cuenta que había fallado, recuperó su arma flotante con forma de martillo que había lanzado.

Los Guardianes que estaban en espera salieron al instante y rodearon a Ainz. Todos mantenían sus ojos molestos en aquél enemigo. Sin embargo, sonreían en sus mentes porque parte del plan del Supremo que no había sido modificado salió a la perfección. Un enemigo cayó directo en la trampa.

—¡Identifícate! —Ordenó Albedo. La armadura no respondió y se mantuvo suspendida en el aire hasta que un nuevo oponente se acercó a gran velocidad. Aquella era la misma armadura roja que se vio por el Espejo, Red Drop.

Ainz sonrió como si hubiese ganado una loteria aunque por su rostro no se notó. Lo que sea que planeaban esos dos, esperaba que fuera entretenido y una gran fuente de información. Ahora que sus amigos estaban en este Mundo, ya no hacía falta contenerse demasiado porque estaba seguro que sería respaldado por ellos en cualquier situación.