Capitulo 3: Cualquier solución entraña nuevos problemas

> ¿Quizás la torre de astronomía? No, demasiado lejos…¿el aula de encantamientos? Tampoco parece adecuado.

La poción rompió a hervir y esto sacó a la joven bruja de sus meditaciones a media voz. A su lado, Alicia Spinnet la miraba de reojo, sin comprender lo que su compañera decía.

En las mazmorras, los gryffindor de quinto año, esperaban en vano que algún milagro los librara de aquella clase de pociones, pues Snape parecía haberse levantado con el pie izquierdo esa mañana y les quitaba puntos tan solo por respirar.

Los gemelos Weasley parecían conspirar en la parte de atrás, y eso, al menos, mantenía centrada la atención del profesor en un solo lugar dándoles a los demás, un respiro.

>¿Qué murmuras?- preguntó Alicia.

>¿Eh? Nada, solo estaba pensando.

>Piensas demasiado alto Irene- sonrió ella.

>Oye Alicia…si tu tuvieras que elegir un lugar para "estudiar" fuera del horario ¿A dónde irías?- preguntó la joven, repentinamente.

>¿A dónde iría?- dijo Alicia, extrañada ante tal pregunta.- Mmm, pues quizás al aula de Estudios Muggles o a la de Historia de la Magia, nunca hay nadie por allí.

>Sí, cierto…

>¿Por qué quieres saberlo?

>Ah, pues, es que tengo que practicar para transformaciones y…buscaba un lugar tranquilo.

Alicia arqueó una ceja, recelosa.

Irene apartó la mirada y centró su atención nuevamente en el caldero. Por supuesto era la excusa más ridícula que podría haberse inventado, pero no le iba a contar a Alicia aquello que la mantenía obsesionada los últimos días.

Y todo por culpa de su estúpido complejo de princesa en apuros. Por que, sí, ya había aceptado como absolutamente cierta la teoría de Katie sobre lo que le sucedía con el profesor Lupin, a falta de una explicación mejor por supuesto.

Incluso después de las navidades, no solo su "complejo" no había disminuido, sino que aumentaba considerablemente cada vez que entraba en la clase de Defensa.

El no hacer nada ya no era una opción, pues había comprobado que terminaba desquiciada consigo misma y recibiendo miradas atónitas de todos los que la rodeaban.

Así que había decidido hacer caso a Katie, aunque por supuesto, nada de dragones…por el momento.

> Señorita Brennan deje de pensar en sus estupideces y preste atención a la poción- exclamó la ácida voz de Snape.

Ella le dedicó una mirada desagradable, pero no respondió. Era lo bastante buena en pociones como para que el profesor le tuviera en su mira, si había algo que Snape no soportaba era un gryffindor con buenas cualidades para su asignatura.

Como a todos los de su casa, la chica no sentía especial aprecio por el profesor de pociones, pero desde que éste sustituía a Lupin cuando se encontraba enfermo, no podía verlo sin mostrarle una mueca de desagrado.

>Vaya, casi fulminas a Snape con la mirada- dijo Alicia, riendo, una vez la clase hubo terminado.

Ella le dedicó una mueca.

>Ese hombre cada día está más amargado.

>Diez puntos menos, señorita Brennan- dijo la clara voz del profesor algunos metros por detrás.

Las chicas suspiraron y continuaron su paseo hasta el Gran Comedor, pues ya era hora de almorzar.

ooo

>Irene.

La joven bruja levantó la cabeza de su plato para mirar a Fred y George, que se habían sentado al otro lado de la mesa.

>Hola chicos.- saludó, agitando su tenedor.

>Ya tenemos tu pedido- sonrió con malicia Fred.

Ella abrió los ojos con ligera sorpresa.

>Ha sido muy rápido.

>Tenemos nuestros contactos- dijo George, con un falso aire de presunción.

>Lo que tu digas… ¿podéis dármelo esta noche?

>Por supuesto.

>Hoy a las ocho en el aula de Estudios Muggles ¿de acuerdo?

Los gemelos asintieron con un gesto de cabeza, y tras guiñar un ojo al unísono lo cual provocó una carcajada por su parte, se levantaron y salieron del gran comedor.

>¿Qué querían esos dos?- inquirió Angelina acercándose.

>Nada especial.

La chica suspiró. – A veces realmente me pregunto que les pasa por la cabeza.

>Creía que los apreciabas por sus dotes en el quidditch- replicó ella, con sonrisa burlona.

>Y así es, pero si descontamos el quidditch…

>Bueno, no se puede ser perfecto en todo, ni siquiera los gemelos.

Angelina rió – Jamás creí vivir para escuchar 'perfecto' y 'gemelos Weasley' en la misma frase.

>Hola chicas- saludó Lee Jordan, tomando asiento, para almorzar.

>¿Qué tal, Lee?- preguntó Irene, intentando ignorar las carcajadas de Angelina.

>Bien, aunque últimamente algo atareado - sonrió en una mueca- si vuelvo a oír hablar de los TIMOs creo que tendré que ir a la enfermería.

La chica le dedicó una sonrisa comprensiva.

> ¿Por casualidad habéis visto a Fred y George?- preguntó el chico, mientras devoraba algunas patatas.

>Acaban de marcharse- dijo Angelina, señalando hacia la puerta.

>Últimamente están muy extraños- comentó Lee.

>¿Más que de costumbre?- dijo ella con sorna.

>Sí. Ayer mismo trajeron un baúl a la habitación- dijo él, con gesto pensativo- y me advirtieron que no lo tocara, decían que era una "entrega especial"

Irene casi se atragantó con su zumo de calabaza y comenzó a toser ruidosamente, mientras su amiga le daba palmaditas suaves en la espalda.

>¿En qué se habrán metido ahora?- meditó Angelina.

>No sé si quiero averiguarlo.

>En cualquier caso, lo que quiera que estén planeando espero que McGonagall no los atrape, si perdemos más puntos nos será imposible ganar la copa de las casas este año.- continuó ella.

>A Wood le dará un ataque si el equipo no puede entrenar por culpa de algún castigo- intervino Irene, intentando desviar la conversación hacia terreno más seguro.

>Este año Oliver está muy exigente- dijo Angelina.

>Quiere ganar, es todo – apuntó Lee.

La conversación giró en torno a los partidos de quidditch durante el resto del almuerzo e Irene agradeció profundamente cuando tuvieron que salir a la siguiente clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

ooo

El pasillo del primer piso se encontraba en silencio e iluminado débilmente por las antorchas de las paredes.

Irene marchaba despacio, intentando no llamar la atención de la Dama Gris, el fantasma de Ravenclaw, que acababa de traspasar la pared y se deslizaba por el largo corredor.

Quedaban cinco minutos para que el reloj diera las ocho, y la joven bruja ya se encaminaba hacia el aula de Estudios Muggles para reunirse con los gemelos Weasley.

Por un momento había dudado si seguir adelante con su plan, pues realmente creía que estaba cayendo demasiado bajo, pero su deseo de poder compartir aunque fueran dos segundos con el profesor de DCAO llenaba su cerebro a todas horas.

Iba a cruzar delante del aula de Historia de la Magia, cuando una luz que provenía del interior llamó su atención. Con curiosidad, y temiendo que los gemelos se hubieran equivocado de lugar, apoyó la cabeza en la puerta, intentando escuchar lo que sucedía dentro.

>¿Qué hay debajo de la capucha de un dementor?

Habló una voz juvenil.

>Mmm..., bueno, los únicos que lo saben no pueden de­cimos nada. El dementor sólo se baja la capucha para utili­zar su última arma.

Irene contuvo la respiración unos segundos, pues habría reconocido aquella voz en cualquier parte.

>¿Cuál es?

>Lo llaman «Beso del dementor». Es lo que hacen los dementores a aque­llos a los que quieren destruir completamente. Supongo que tendrán algo parecido a una boca, porque pegan las mandíbulas a la boca de la víctima y... le sorben el alma.

Escuchó un leve sonido, como el de alguien escupiendo.

>¿Las matan?

>No…

Se apartó de la puerta con un gesto rápido, desde luego no quería escuchar ese tipo de conversaciones, ya sufría bastantes escalofríos por las noches. Con un suspiro débil, Irene se alejó despacio, aun preguntándose a quien pertenecía aquella voz con la que conversaba el profesor Lupin dentro del aula de Historia de la Magia.

Al alcanzar la amplia habitación en la que se impartían Estudios Muggles, no se sorprendió al encontrarla vacía. Los gemelos eran unos expertos en hacer entradas espectaculares.

Sin embargo, aquella vez, los hermanos optaron por la discreción, y cinco minutos más tarde aparecieron cargando un gran baúl entre los dos.

>Es muy grande – dijo Irene, señalando el arcón con preocupación.

>Tranquila, solo es uno- sonrió Fred.

>¿Un qué?

>Será más divertido si lo descubres por ti misma- respondió George.

>¿No será peligroso? Ya os dije que no quería nada que no pudiera manejar.

>¡Que poca fe tienes en ti misma! Te prometimos una criatura "encantadora" que pudieras controlar y aquí la tienes.

Ella suspiró. – De acuerdo, confiaré en vosotros. Tomad, vuestro pago.

Los gemelos recibieron con una amplia sonrisa los galeones prometidos.

>Ahora que hemos cerrado el trato, nosotros nos marchamos, no vaya a ser que Harry aparezca otra vez- dijo Fred.

>¿Harry¿Harry Potter?

>Sí, salió antes de Historia de la Magia, fue un milagro que no nos tropezáramos con él.

>Así que era él…- murmuró ella, perdida en sus pensamientos.

>Bueno Irene, ha sido un placer hacer negocios contigo- dijo George, a modo de despedida.

La chica sonrió y asintió, al tiempo que los gemelos desaparecían tras la puerta.

Cuando al fin se quedó a solas con el viejo baúl, se acercó a él y sacó su varita, curiosa por lo que los Weasley le habían traído.

Si su plan funcionaba tendría asegurados un par de minutos con el mago al que profesaba devoción. Una criatura inofensiva en una habitación, un par de gritos tontos y el profesor llegaría corriendo como buen experto en tratar con seres como aquellos.

Era patético, y lo sabía, pero realmente el consejo de Katie era lo único que tenía en mente. Quería su atención.

Se deshizo del cerrojo del baúl, preguntándose si se trataría de algún duendecillo de Cornualles o de algún pequeño Gorro Rojo. Pero cuando la tapa se levantó y dejó ver su contenido, ninguna de aquellas inofensivas criaturas apareció.

oooooooo

Bien, un final de capitulo con algo de intriga (espero que nadie quiera matarme por eso :P). El asunto de los guiones me sigue sacando de mis casillas pero espero que sea pasable. Por cierto, el texto en cursiva de más arriba es el que aparece originalmente en el tercer libro ;)

Muchísimas gracias por los reviews! Y no olvidéis dejarme mas eh :P me alegra mucho que guste como escribo…me voy a poner colorada y todo…

En respuesta a tu pregunta Fyon, pues remus tendría aquí 33 años, cumpliendo 34 en marzo (me he informado que conste jejeje)

Y hay algo que tengo que confesar, que los títulos de cada capitulo (como los personajes y demás) no me pertenecen! Jejeje por que son las universales (y bien probadas) leyes de murphy!

Y ahora que tengo la conciencia limpia XD pues que sepáis que a partir de ahora actualizare los viernes (lo hago para vuestra comodidad y la mía) a menos que me quede sin inspiración en cuyo caso, bueno, habrá que aguantarse :P

Y sin nada mas que añadir, pues hasta la próxima!