Ya que la acción había pasado, Ainz levantó la mano y conjuró una [Puerta] listo para ir a Nazarick y reunirse con sus amigos a planear estrategias como en los viejos tiempos.

—Espere un momento por favor, vea allí, el brazo que cortó no ha desaparecido.

Para no hacer esperar más, Actor de Pandora corrió, lo agarró y volvió de regreso. Ver la escena le recordó a Ainz cuando un perro iba tras un juguete y volvía feliz a su amo... Ciertamente no estaba tan fuera de lugar pero no iba a decirlo por respeto.

—Excelente. Se mandará a analizar y veremos de qué metal está echo. Buen trabajo Actor de Pandora, has manejado bien a tu oponente sin la necesidad de utilizar el cien por ciento de tu capacidad.

—¡Muchas gracias padre! Sin embargo, siento que usted también ha trabajado muy duro al ponerse esas limitaciones.

—Hm, gracias.

Del otro lado del portal estaba la entrada al Salón del Trono, las grandes puertas estaban abiertas y ahí, esperaban los Supremos y los Guardianes reunidos.

—Momonga-san, bienvenido. —Saludó Shijuuten Suzaku— Fue una buena batalla la que libraron allá con esa armadura de platino.

—Oh, gracias. Aunque eso no estaba planeado creo que conseguimos información suficiente a mi parecer.

—¿No estaba planeado? —Ulbert se sorprendió— ¿Lo cambiaste a último momento? ¿De verdad?

—Jaja, sí. Se suponía que debía de venir una vez hubiera verificado el estado del asedio o alguien de la realeza se hubiera acercado para hablar. En fin, ¿ustedes pudieron ver todo?

—Al inicio no, cuando esa barrera se activó solo vimos estática. Bueno, Touch-me y Ulbert no fueron afectados, por lo tanto, analizamos lo que pasó y llegamos a la conclusión de que si estamos equipados con un ítem o tienes el título Mundial, puedes contrarrestar. —Explicó Bellriver.

—Ya veo, cuando intenté la teletransportación hacia el Reino algo me detuvo, fue igual con un hechizo... Albedo, Cocytus, ¿dónde está el Power Suit?

—Tanto la armadura como el humano se encuentran en una celda de la prisión congelado, un demonio sombra se encarga de vigilar, Ainz-sama.

—Ambos, bien hecho. Cocytus, puedes darle esta orden a Neuronist: que empiece a sacarle toda la información posible de la armadura plateada y otros temas, no importa cuánto dolor le influya, su memoria será modificada. Debemos de mantener una reputación neutra cuando sea liberado.

—Entendido. Ainz-sama.

—Albedo, ya que el plan lo he cambiado a último momento, envía un mensaje a los que mantienes contacto en el Reino e infórmale de la situación básica. También que sepa en dos horas iré, Aura y Mare que están cuidando la Capital ya lo saben.

—Sí.

—Entonces muchachos, vayamos a mi oficina, tenemos que hablar sobre el futuro y el cómo se presentarán al Nuevo Mundo. Demiurge puedes acompañarnos.

Una hora y media después en el Reino de Re-Estize; el rey Ramposa, el príncipe Zanac y la princesa Renner esperaban en el salón del trono especialmente amueblado para la reunión que cambiaría al Reino por completo.

Los nobles invitados ingresaban campantes, todos vistiendo sus mejores trajes de gala. Nadie aparte del Rey, Zanac y Lakyus sabían exactamente lo que pasó en la conversación con el Rey Hechicero, por lo tanto, ellos pensaron que el Ramposa había vencido o al menos convencido al no-muerto para detener la guerra sin sentido.

Quince minutos después las tres facciones estaban presentes y sentados, la mayoría sonrientes al soñar en un futuro en el cual obtendrían más beneficios por esta nueva oportunidad que se les dio. Sólo unos cuantos de la facción real miraban extrañados el asiento extra.

Philip era el más feliz de todos, él no podía creer que tuvo este golpe de suerte. Ahora podría expandir su territorio y ganar fama en nuevos lugares, elevaría su nombre tan alto que las hijas o hermanas de compañeros nobles mirarían en su dirección. Por supuesto, aceptaría a todas ellas, pero las únicas que dejaría estar a su lado todo el tiempo serían la hermosa primera ministro Albedo y la bella princesa Renner.

—Gracias a todos por venir tan rápido a este llamado —Comenzó Ramposa— Me gustaría ir directo al asunto para que sepan lo que está por venir-.

La puerta fue abierta sin avisar y de ella ingresaron dos elfos oscuros, ambos caminaron como si estuvieran en casa y se colocaron al lado del Rey, los guardias que estaban cuidando no reclamaron nada ya que sabían quienes eran y el permiso que ostentaban.

—¿Quiénes son estos niños elfos? ¿Cómo se atreven a interrumpir en esta reunión?

—¡Guardias! ¡Saquen a estos mocosos de aquí y llevenlos a una celda!

—¡Alto! —Interrumpió Ramposa a los nobles— Estos dos jóvenes son súbditos directos del Rey Hechicero, ellos tiene todo el derecho de estar aquí. Guarden sus opiniones que debemos comenzar.

—¿Qué significa esto Su Majestad? ¿Va a permitir que dos extraños de un Reino enemigo escuchen lo que informará?

—De esto es lo quería informar. A partir de ahora, el Reino de Re-Estize se volverá vasallo del Reino Hechicero.

—¡¿Cómo?!

—¡¿Qué significa esto?!

—¡¡No puede hablar en serio!!

Las diferentes protestas e incluso insultos no se hicieron esperar. Aura que poco temperamento tenía con los humanos hizo un chasquido con su lengua, sacó su látigo y lo sacudió con fuerza contra el suelo. El silencio volvió a la sala al instante, los más valientes y curiosos vieron el lugar que fue golpeado y se asustaron por ver una grieta profunda.

—¿Pueden guardar silencio? Parecen animales salvajes con todo este ruido que hacen. Al siguiente que hable sin permiso de este Rey recibirá un golpe de mi parte.

—... Aura-dono, creo que ellos han entendido. —Zanac viendo el ligero temblor en su padre y hermana, decidió hablar tomando la autoridad— Gracias por su ayuda.

—Hmpf, no es nada. A Ainz-sama tampoco le gusta este tipo de comportamiento, así que será mejor que aprendan a mantener la boca cerrada en su presencia. Pueden continuar.

—Como mi padre ha dicho, nos volveremos vasallos del Reino Hechicero al igual que el Imperio Baharuth. El rey Ainz Ooal Gown ha perdonado el incidente del robo solo al Reino, el causante y sus cómplices serán juzgados y recibirán el castigo que Su Majestad decida.

—Pero eso... yo no-

—¿Tienes algo que quisieras compartir, Barón Philip?

¿Qué podría decir ahora? Nadie aquí entendería su magnífico plan... Mejor concentrarse en otra cosa, por ejemplo, esos dos elfos... al parecer son dos hermanas, son hermosas, ¿debería de unirlas a su harén una vez logre estabilizar todo esto?

Mientras más se perdía en su mente, los otros nobles se alejaban de él por lástima. Sabían o imaginaban cuál sería su horrible destino. Ahora ellos tendrían un nuevo gobernante, debían de idear algo para mantenerse en el lado bueno del Rey No-Muerto y no perder sus tierras.

—Todos, Ainz-sama acaba de llegar, pónganse de pie y reciban a su nuevo Rey con respeto. —Demandó Aura con alegría. Mare quien estaba callado al lado sonrió.

Sin excepción se levantaron de sus cómodos asientos. Segundos después ambas puertas se abrieron dejando ver a la bella primer ministro Albedo, seguidamente, Ainz con una túnica gris.

—... Veo que todos los nobles están presentes, pueden sentarse. Supongo que han sido informados sobre este cambio que habrá, ¿correcto?

—Sí Ainz-dono. —Contestó Ramposa al instante, luego ofreció el asiento vacío que se encontraba a la cabeza de la mesa.— También quiero decir que el documento ha sido hecho y una declaración pública está programada para dentro de dos días.

—Hmm... Entiendo. ¿Hay algo más que desee informar?

Su voz llena de autoridad dejó en silencio a todos, nisiquiera los más osados que habían participado en muchas guerras tuvieron el valor de verlo a los ojos.

—... Por supuesto, por la presente me gustaría declarar que todos los tesoros e información interna y externa del Reino se encuentran en mi habitación siendo custodiada por Blue Rose. Tal acción es para demostrar que estoy muy agradecido por la oportunidad que nos ha dado.

La facción de la realeza estuvo a punto de intervenir pero una mirada a la ella llamada Aura les detuvo; la facción de los nobles lo aceptaron sin problemas queriendo no intervenir y estar en la mira; la tercera facción tampoco hizo nada, la mayoría por no decir todos eran tan nuevos y con tan poca experiencia que no supieron exactamente qué decir o hacer.

—Luego de esto lo acompañaré personalmente, ¿le parece bien?

—Sí, sería todo un honor.

—Ainz-sama. —Llamó la belleza de clase mundial con un tono dulce e inocente.

—¿Qué es Albedo?

—¿Podría permitirme un momento con el Barón Philip? Me gustaría hablar con él algunos segundos antes de la reunión privada que tendrán.

Montserrat sonrió cuando escuchó su nombre siendo pronunciado por quien sería su futura esposa, sabía que ella estaba enamorada de él pero se sorprendió incluso que interrumpiera al no-muerto para tener un tiempo a solas con él.

—Adelante. Si gustas puedes ir a Nazarick y esperar allí.

—Muchas gracias.

Ainz abrió una Puerta y ambos cruzaron sin mirar atrás. Los presentes humanos en la habitación sintieron un escalofrío cuando Albedo sonrió viendo a Philip antes de cruzar.

—Ya que no habrá más interrupciones, me gustaría empezar esta corta reunión. Primero que todo, debo informar que habrá varios cambios en la administración general. —Abrió su inventario y sacó una pila de hojas ordenas— Todos los nobles y personas de alto cargo pasarán por una prueba en la cuál se evaluará si tienen el potencial para seguir al mando. De no ser así, se les despojará de sus posesiones para ser un ciudadano más y será reemplazado por cualquier otro que tenga el talento.

—S-Su Majestad... si me permite la palabra.

Las luces rojas que miraban los documentos se movieron directamente hacia él dándole el permiso. El Marqués tragó su saliva y con mucho esfuerzo dijo lo que tenía en mente.

—Si alguno de nosotros resulta no ser apto... ¿quién o quiénes exactamente podrían reemplazar? ¿otros nobles del Imperio?

—¿Por qué tendrían que ser nobles el reemplazo? Un ciudadano con capacidad y determinación sería suficiente. A mi, como no-muerto, no me importa el rango o la sangre que uno tenga siempre y cuando tenga lo necesario. Ya sea humano, semi-humano o heteromorfo, todos serán iguales.

—¿Todos?... E-entiendo. —"El rumor es cierto, piensa gobernar a todos" pensó con temor.

—También quisiera avisar que habrá nuevas leyes que seguir. Construcciones que se pondrán en marcha una vez se traslade los trabajadores esqueletos. Todos los vagabundos serán movidos a aldeas cercanas y se ganarán la vida con un pequeño apoyo que se les brindará. Viudas y huérfanos serán reunidos en orfanatos tanto para vivir como para aprender a salir adelante... Hay muchas otras cosas que quisiera decir pero creo que sería mejor lo lea usted mismo.

Aquella pila se colocó cerca de Ramposa por medio de magia especializada. Luego con ayuda de su hijo Zanac comenzaron a leer lo superficial para verificar y comprobar lo dicho. Cuando vieron que ahí estaba junto a varios otros requisitos y necesidades, se alegraron de corazón al saber que iba a cumplir su promesa de mejorar el Reino.

—Apoyaremos en todo lo que podamos Su Majestad. Me encargaré personales de seleccionar a los más capaces para moldear todo y hacer del Reino un lugar mejor.

—Confío en que lo harás... Ahora, tomen un tiempo para discutir sobre esto. Iré a ver cómo se encuentra Albedo y dar el juicio apropiado al Conde Philip. Aura, Mare, les encargo el cuidado de los presentes, volveré en menos de una hora.

¡Sí Ainz-sama! Deje todo en nuestra manos.

La puerta fue convocada y el gobernante absoluto de Nazarick cruzó por ella. El aura opresiva que rondaba en la habitación desapareció casi en su totalidad.

El Rey aprovechó el momento y llamó la atención con un ligero cole de manos.

—Señores, como ya han escuchado a Su Majestad Ainz-dono, deseo saber quién estará de acuerdo con hacer la prueba. Los que no, serán despojados de sus pertenencias al igual que los que no pasen y abandonarán esta reunión. Seguido, se comenzará con el relato de estos documentos que contienen el futuro del Reino.

Nadie se levantó, cada uno de los presentes estaba firmemente convencidos de dar todo de si para poder seguir siendo los señores de sus tierras hereditarias. Sólo unos pocos ingenuos pensaron en cómo harían para seguir manteniendo sus altos impuestos.