Capitulo 5: Sonríe, mañana podría ser peor.

La última clase del día era Adivinación, en el último piso de la torre norte. Cuando Irene llegó cinco minutos tarde, la profesora Trelawney la invitó a sentarse sin pedirle explicaciones por la tardanza, por que, por supuesto, "ella ya lo sabía".

Se dejó caer entre los cojines al lado de Katie, que la interrogó con la mirada.

> McGonagall quería hablar conmigo- susurró ella, a la pregunta no formulada.

> ¿Sobre qué?

> Quería que me tomara las cosas con calma, y me ha asegurado que no tendré problemas con los TIMOs- masculló en tono molesto.

Katie intentó aguantar sus carcajadas.

> No tiene gracia- bufó ella- Lupin ha estado hablando con McGonagall de mí ¡por Merlín, creía que no se podía caer más bajo!

> Bueno, cuando un alumno de tu casa se desmaya, es importante saberlo.

> Pero no fue por culpa de los TIMOs…

Katie le dio una palmadita en la espalda y asintió con la cabeza, ya enterada de todo el problema.

> Bien, hoy continuaremos con la interpretación de los sueños- anunció Trelawney, haciendo tintinear todas sus pulseras y collares.

Los alumnos, que ya conocían la rutina, se sentaron por parejas y empezaron a murmurar entre ellos, mientras revisaban las páginas del Oráculo de los Sueños.

> Bueno, cuéntame lo que soñaste- sonrió Katie.

> Estaba inconsciente, no durmiendo- respondió Irene.

> ¿Y el último sueño que recuerdas?

> Mmmm, hace dos noches soñé que Fred y George cantaban una serenata a McGonagall en el gran comedor…¿qué crees que significa?

> ¿Qué buscas venganza por lo del boggart?- sugirió.

> Dime algo que no sepa.

Katie sonriendo, miró las páginas que tenía delante.

> Según esto… serás absorbida por un retrete del segundo piso y el calamar gigante te morderá una pierna.

Irene empezó a reírse hasta que Trelawey apareció tras Katie y tras ajustarse sus gruesas gafas, echó un vistazo a lo que estaban haciendo.

> Oh querida- exclamó con su habitual pose teatral- ten cuidado con los lavabos esta semana…

La profesora se alejó, dejando a Irene con los ojos en blanco mientras su compañera susurraba un "te lo dije".

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El partido de quidditch Gryffindor vs Ravenclaw tendría lugar aquella mañana, y en el gran comedor había un gran revuelo, provocado no solo por el inminente partido, si no, por la nueva escoba del buscador de Gryffindor. Harry Potter había bajado con su imponente Saeta de Fuego y todos la admiraban asombrados.

Irene, participaba también de la admiración, feliz de poder olvidarse durante un rato de sus problemas y disfrutar del partido con los demás. Aquel día, sí llevaba su bufanda como estandarte, por la que esperaba fuera la victoria de su equipo.

> Hey Irene, date prisa, tenemos que tomar un buen asiento- dijo Patricia, su compañera de habitación.

Puesto que Angelina, Katie y Alicia estaban en el equipo, las dos chicas estaban dispuestas a dejarse la garganta animándolas.

Cuando alcanzaron el campo, ambas jóvenes tomaron asiento cerca de la tribuna donde solían sentarse los profesores, justo al lado de Lee Jordan, el comentarista del partido que tenía a la profesora McGonagall observándolo de cerca.

Los comentarios de Lee siempre eran lo bastante divertidos como para que incluso el partido más aburrido pareciera interesante, aunque las recriminaciones de la profesora solían tener mucho que ver en el asunto.

> Buenos días señoritas- saludaron los profesores Flitwick, Sprout y Lupin, que llegaron en fila y tomaron asiento.

Irene no podía creer en su mala suerte, cuanto más deseaba olvidar su obsesión, más la perseguía ésta. Sin embargo, Patricia permanecía ajena a todo aquello y se concentraba exclusivamente en el terreno de juego por el que empezaban a desfilar los jugadores.

El partido comenzó, y pronto se olvidó de cualquier cosa que no fueran las bludgers, la quaffle o la snitch.

> ¡Vamos Katie! Tú puedes! MARCA, MARCA!

Las dos chicas berreaban como locas al unísono, sin percatarse que los profesores les lanzaban miradas divertidas, pues aunque todos los alumnos chillaban, ellas eran las que estaban más cerca y las que más ruido hacían.

> ¿Qué demonios es eso?- exclamó repentinamente Patricia señalando hacia el campo.

Irene frunció el ceño y con la mano hizo sombra sobre sus ojos. Tres figuras negras y encapuchadas se acercaban a los buscadores.

>¿Dementores !

> Eso no son dementores…

Patricia e Irene se giraron para mirar a su profesor de Defensa que había respondido a la exclamación de la chica. Todo el campo parecía haber contenido la respiración, sin embargo, cuando el buscador de gryffindor sacó su varita y lanzó despedidas a las tres figuras, el griterío comenzó de nuevo.

> ¡Ha visto la snitch!- gritó alguien, señalando a Harry.

Irene se trepó a su silla, para luego pasar a la de Patricia, y casi se subió a los hombros de la chica intentando tener una mejor visión.

> LA VA A COGER! COGELA! COGELA!- gritaba en una posición tan peligrosa que casi cae tragándose la valla del graderío.

Y la cogió.

Cuando el buscador cogió la snitch, Irene se abrazó a Patricia y empezaron a saltar como locas, absolutamente desquiciadas. Echaron a correr hasta el campo, para abrazar a todo el equipo, Wood incluido, que parecía feliz no solo por ganar el partido si no por que tantas chicas le abrazaran.

Cuando la multitud empezó a desperdigarse, para lo que probablemente sería una gran fiesta en la sala común de gryffindor, Irene quedó rezagada, perdida en sus pensamientos.

En cuanto se había acabado el partido, su mente había regresado a las mismas preocupaciones que de costumbre. Y ahora, que había visto como Lupin se alejaba con Harry sintió una punzada en el estomago y una larga serie de adjetivos cruzaron por su cabeza.

Se detuvo.¿Era posible¿era realmente posible? Sacudió la cabeza violentamente, sabía que su obsesión por su profesor le estaba llevando a hacer cosas absurdas pero lo que había cruzado por su mente en aquel momento era realmente grave.

No, imposible, negó para sí misma de nuevo, ella no podía estar celosa de Harry Potter.

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El ambiente se sentía pesado en la torre Gryffindor, aunque el día anterior hubieran ganado el partido. La razón de ello era que habían pasado la noche anterior sin pegar ojo por que el famoso asesino Sirius Black no solo había entrado en el colegio, si no que había intentado atacar a Ron Weasley en su cama.

En su habitación, las chicas de quinto año murmuraban, haciendo conjeturas sobre como podría haberse colado el prófugo y lo que estaría buscando del joven Weasley.

> Los profesores lo arreglaran todo- dijo Irene, intentando acabar con aquella conversación que solo conseguía que las chicas se estremecieran cada pocos segundos.

La chica parecía algo más irritada que de costumbre, y sus compañeras creían, por lo que ella les había dicho, que era por que había perdido su bufanda durante el partido. Demasiados gritos y saltos, agitando su particular banderilla roja y amarilla.

> Es verdad, cambiemos de tema- dijo Angelina- me están dando escalofríos.

> Mirad chicas- dijo Patricia, agitando entre sus manos el ultimo numero de la revista Corazón de Bruja.- Podemos echarle un vistazo y reírnos un poco.

Las otras cuatro muchachas asintieron y se juntaron en una misma cama.

> Mirad, este articulo es muy interesante- dijo Katie, señalando unas grandes letras rojas en las que podía leerse 'Atrapa el corazón de tu mago'.

> ¿A quien estás pensando en echarle el lazo?- dijo Alicia.

> Tu solo lee…

Atrapa el corazón de tu mago

¿Estás cansada de que tu mago preste más atención a su escoba que a ti¿Has probado todas las pociones y maleficios y nada te ha resultado¿Estás más desesperada que un elfo domestico de vacaciones?

No busques más querida bruja, nuestra revista tiene la solución a tus problemas y conseguirá que tu mago no pueda despegar los ojos de ti. Lee atentamente los pasos que debes seguir y como en toda buena poción, respeta el tiempo de cocción y ten un poco de paciencia.

> Suena interesante, aunque no apostaría demasiado por que funcionara- dijo Patricia.

> Solo es cuestión de probar ¿verdad?- dijo Katie con sonrisa pícara.

Irene desvió la mirada cuando la chica le hizo un claro gesto con la mano. No le hacía falta ser Trelawney para adivinar lo que pretendía, Katie estaba dispuesta a poner en práctica aquella ridícula lista con ella.

> Patricia¿me prestarías la revista durante unos días?

> Claro Katie.

Irene puso los ojos en blanco mientras la chica agitaba la revista con una amplia sonrisa.

> ¿Utiliza poción embellecedora?- preguntó Angelina, mirando por encima del hombro.

> Pero esta es especial, dicen que es la que usaba la mismísima Sacharissa Tugwood.- aclaró Alicia.

> Venga Irene ¿por qué no lo pruebas?- dijo Katie.

> No pienso ponerme esa…."poción" en la cara.

> Vamos, Irene ¿no quieres que esa persona te preste atención?

> ¡NO! Demasiada atención he atraído ya ¡por Merlin que no hago otra cosa!

> Me refiero a atraer la atención sin hacer el ridículo- aclaró Katie.

> Me niego, vas a tener que obligarme…

Las cuatro chicas del dormitorio intercambiaron miradas y sonrieron, dispuestas a ayudar a su amiga aunque ella no quisiera.

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Bueno, aunque este capi me salió algo corto y sin situación destacable, espero que igualmente haya gustado. Muchas gracias por los reviews! Y por fa sigan dejándolos!