Azuth oyó dos voces conocidas un poco distantes. Le dolía el cuerpo, los ojos y la cabeza en general; como si lo hubiera embestido una gran bestia sin haberse puesto su traje especial que le daba una gran resistencia.
... ¡Su traje! Respiró hondo y abrió los ojos al instante. Su cuerpo estaba vestido con su ropa habitual aunque manchada y con huecos en algunas partes. Miró a su alrededor pero lo único que miró fue paredes de roca, estaba en una cueva.
—Está despierto. —Fue una afirmación y, aunque no estaba tan seguro, Azuth sospechó que podría ser el Verdadero Lord Dragón de Platino, Tsaindorcus Vaision.
—Ya lo sé, mueve ese trasero de metal y acompáñame, estamos seguros aquí. —Ella era Rigrit Bers Caurau, quien alguna vez fue parte de los Trece Héroes y el equipo adamantita Blue Rose.
Azuth se acomodó lo mejor que pudo. Su espalda chocó con suavidad la piedra donde lo habían apoyado para descansar y los esperó unos segundos.
—Es bueno ver que estás bien, Azuth. —Comentó amigable Rigrit. Tsaindorcus, en su calidad de Riku Agneía ya que estaba con su armadura, lo miró en silencio.
—... ¿Dónde estamos?
—Esta es una cueva al norte del Bosque de Tob, hace unos meses la encontré y estaba vacía así que decidí utilizarla como un refugio temporal.
(Hamsuke residía aquí antes de conocer a Ainz-sama*)
—¿Y mi traje? —La mirada alegre de Rigrit se desvaneció por un momento. Azuth lo supo de inmediato.
—... Solo estabas tú cuando te encontramos inconsciente en una pequeña zona destruida. Tenías varias heridas por todo tu cuerpo y encontré un rastro de magia pero hasta ahora no he identificado su función u origen.
Tsaindorcus se movió, fue un movimiento leve pero lo hizo para llamar la atención del herido líder de Red Drop.
—¿Qué es lo que recuerdas? —Su voz plana y casi robótica le interrogó al instante. Azuth respondió por instinto.
—Fui superado rápidamente, la Primera Ministro Albedo y el insecto azulado de cuatro brazos jugaron conmigo. Utilicé todo el poder que el Power Suit tenía y aún así no fue suficiente para asestar solo un golpe crítico en alguno de esos dos... eran rápidos, fuertes, y aunque no estaban tan coordinados supieron derrotarme en menos de media hora.
—¿Quién era más fuerte? —Fue su siguiente pregunta. Esta vez, Azuth no respondió de manera inmediata, se tomó un tiempo mirándolo con ojos de sospecha y molestia.
—... No lo sé, todo es tan confuso después de que se acercaron demasiado, rompieron algunas partes de mi traje y me utilizaron como pelota humana. Pero lo que si sé, es que ambos son monstruos, seres poderosos que no deberían de existir en este Mundo. ¿Lo sabías, verdad? y aún así me mandaste a detenerlos sin decirme a lo que me enfrentaba.
—No. Estás equivocado. —Se defendió Riku Agneía pero incluso su antigua compañera Rigrit le hizo una mueca extraña— Sólo de Albedo y Ainz, ambos eran sospechosos y quería verificar si realmente tenían un gran poder como para calificarlos Jugadores. Mientras tú te enfrentabas a esos dos, yo luché contra Ainz y Momon. Los elfos oscuros se encargaron de proteger la capital de nuestra dura pelea.
—¡No estabas en peligro! —Reclamó Azuth enojado sin querer escuchar mas, quien como pudo se levantó con las piernas temblorosas— Incluso ahora estás utilizando tu armadura remota, tú estás bien tranquilo y sin preocupaciones de ataque en ese Castillo que custodias. Los únicos que peligramos en estos momentos somos Rigrit y yo.
Hubo silencio, una contemplación de la tranquilidad del oscuro lugar que Rigrit tomó como base temporal. Pequeños ruidos de insectos se escuchaban a lo lejos, lo que indicaba era entre tarde y noche.
—... Lo siento. —Fue lo único que dijo, admitiendo haberse equivocado. Azuth se hubiera sorprendido de no ser porque sabía que este Dragón era así de comprensivo e inteligente sin llegar a ser arrogante o egocéntrico como los otros de su especie.
—Dices ser el defensor del Mundo ¿pero alguna vez te has puesto a pensar lo que realmente significa serlo? El Mundo es un ser vivo que nos tiene a todos como sus habitantes, ergo, somos considerados una parte de el. ¿Qué es lo que defiendes si el Mundo claramente no es? ¿el ecosistema? ¿la naturaleza? ¿el paisaje? ¿o un planeta para tener un lugar dónde seguir manteniendo tu existencia sin importar los demás?
Genial. El silencio volvió de nuevo, esta vez más incómodo que antes. Azuth bajó la cabeza contemplando su estado y cuánto podría caminar sin caer muerto para luego ser víctima de alguna bestia hambrienta.
—¿Saben qué?... Estoy cansado de esto, de todo. Volveré con mi equipo y contrataré un par de bellezas para que me hagan compañía en muchas noches. Adiós.
—Azuth, espera, todavía estás debilitado. —Rigrit lo detuvo ignorando lo de las mujeres— Descansa un poco, un par de días. Tienes vendas en algunas partes de tu cuerpo y las heridas podrían abrirse si te esfuerza demasiado, no tuve una poción más potente e hice lo que pude... No llegarás lejos en tu actual condición.
Sí, por supuesto que moriría antes de llegar a localizar un mísero pueblo. Ahora que estaba mas consciente su cuerpo le pedía a grito un merecido descanso largo.
—... Tienes razón, ambos están en peligro mientras que yo descanso en mi guarida. —Dijo Riku. Rigrit, quien lo conocía desde hace mucho tiempo notó la vergüenza que estaba sintiendo— Acérquense, los llevaré hasta donde estoy y los protegeré hasta que las cosas se calmen lo suficiente.
—¿Qué hay de mis cosas? No es mucho pero no me gustaría dejar lo que he tenido durante años.
—Rigrit, eres una humana nigromante, la mejor que he conocido en todo mi tiempo de vida. —Dejó en claro Tsaindorcus con una pizca de diversión.— Puedes dejar algunas de tus invocaciones aquí hasta que vuelva por tus objetos.
—¿Nos vas a permitir quedarnos contigo? ¿En serio?
—Es lo que te debo Azuth, sé que lo que hice estuvo mal y quiero compensar brindando mi protección... Y, bueno, Rigrit se ha quedado antes cuando me visitaba. Quiero que ambos estén ahí al menos hasta saber que no recibiremos un contraataque del Reino Hechicero.
—Dudo que no lo hagan. Si por una carreta de alimento declararon la guerra a otro Reino que era mucho más grande, experimentado y longevo que ellos... Sería un milagro de pura compasión que no tomen represalias.
—Espera. —Tal como un rayo tocando la tierra, una pregunta sobresaltó en la mente de Azuth con tanta fuerza que hasta sintió un tirón que pudo haberlo arrojado de nuevo al suelo— ¿Qué sucedió con Re-Estize? ¿fue destruido? ¿sus habitantes?
—Por sorprendente que sea, están intactos y vivos. La enana, Evileye, me ha dicho que el Rey Ramposa entregó como Estado Vasallo el Reino. —Respondió Rigrit— Revisó en busca de magia que cambie o controle la mente pero no, nada, estaba limpio. La princesa Renner, el príncipe Zanac y Lakyus estuvieron de acuerdo con la decisión de Ramposa.
—¿Cómo? —Preguntó desde lo mas profundo de su corazón— ¿Cómo lo hizo sin muertes?
—No lo sé con exactitud. Pero antes de que ustedes dos atacaran, el mismo Rey Hechicero acompañado de Momon tuvo una charla con Ramposa, Zanac y Lakyus, creo que les brindó muchos beneficios y apoyo para mejorar el Reino así como lo hizo con el Imperio.
—Debe de haber algo más, no puede ser solo eso... —La duda lo carcomía, él conocía bien a su sobrina Lakyus, casi la crió desde pequeña. Ella no se dejaría influenciar por un no-muerto o cualquiera para variar el caso— ¿Y si los amenazó de muerte masiva?
—Ya lo dije, no lo sabemos. —Negó lento con la cabeza Rigrit— Ni siquiera Lakyus confió en mi para decirme de lo que hablaron con Ainz. Eso sin contar las últimas noticias que circulan en todo el continente.
—¿Noticias? —¿Cuánto había estado durmiendo? ¿Por qué se ha perdido de tanto?... ¿Por qué lo miraban como un si fuera un niño que no sabe nada?— ¿Qué noticias?
—Hablemos sobre eso en Eryuentiu. —La armadura de platino se acercó sin esperar invitación y tocó el hombro de Azuth, Rigrit sonrió y caminó hasta ellos mientras daba la mano para sujetarse del brazo libre de Tsaindorcus— [Teletransportación Mundial]
Hubo un destello, los tres se vieron envueltos en una ráfaga de luz con tonalidades suaves y de colores. Parecía estar dentro de un gran arcoiris, fue una vista tan hermosa e hipnótica que Azuth quiso nunca salir. Sin embargo, para su desilusión, solo duró como máximo diez segundos.
—Volveré en unos instantes —Dijo mientras retrocedía un par de pasos— Puedes informarle de todo lo que se sabe hasta ahora. Llévalo hasta la zona de habitaciones y luego ve a donde me encuentro, en ese entonces ya habré dejado tus cosas en tu recámara.
Rigrit se acercó hasta el líder de Red Drop y con mucha facilidad lo sostuvo de un lado para servir de apoyo. Azuth se sorprendió por la fuerza de la nigromante pero eso era de esperarse, ella fue un héroe en el pasado.
—Bien, pero ten cuidado que algunos objetos son frágiles o únicos. Si los destruyes o miro un solo raspado en ellos, inundaré de no-muertos este lugar. —Amenazó de broma a la armadura de Platino. Giró un poco y empezó a dar pasos lentos— Vamos Azuth, intenta caminar que es por aquí.
A sus espaldas hubo un sonido parecido a un bufido y luego la presencia desapareció tras un susurro apenas audible. Pasó unos cortos, muy cortos segundos para que Azuth perdiera su paciencia y preguntara.
—¿Me dirás de esta noticia o tengo que esperar hasta estar recostado en una cama?
—Eres muy impaciente. —Fue lo único que contestó Rigrit antes de formar un poco de silencio. Estaba pensado en como responder y Azuth no interrumpió—... Hace ya varias horas el Reino de Re-Estize, el Imperio, la Teocracia y el Reino Santo recibieron la llegada de distintos seres fuertes... No he recibido el informe todavía pero puede que el Reino Enano, la Alianza de Ciudades Estado y el Reino Dracónico estén incluidos.
—¿Ha llegado recién la nueva ola? —No ocultó ni por un momento su sorpresa y lo demostró en su rostro— Creí que eso ya sucedió hace un par de años...
—No. No es la ola. Tsa y yo creemos que se trata de otro tipo de llegada... de seres más poderosos y destructivos. Adicionalmente a eso, siete de mis informantes dijeron que ellos estaban buscando a su líder, un no-muerto de gran poder e inteligencia... presumiblemente es el Rey Hechicero.
—¿Qué? —Gritó— ¿Esa información es real? ¿lo has confirmado?
—Por supuesto que si, mis informantes son conocidos de gran confianza e invocaciones mías que he ocultado en todo el continente. A lo que iba, estos seres hacen por mientras un total de dieciocho. Todos son de distintas razas nunca antes vistas, o al menos muy diferentes a unas cuantas que conocemos.
—... Ellos no han hecho nada aún, ¿cierto? —El solo pesar que pudieron haber eliminado Naciones por completo mientras él estaba inconsciente fue... aterrador.
—No sabría decir si fue planeado o de momento pero soltaron cierta información de nivel ultra clasificado en el Reino Santo, quienes fueron los primeros en ser visitados.
—¿Y qué es? ¿Qué dijeron?
—... Hablaron sobre su origen, la llegada de los dioses y demás seres poderosos, la clasificación de todos los poderes y algo sobre el límite de nivel en los mundos. No puedo dar más detalles.
—Entiendo... —Era comprensible. Azuth tampoco confiaría información a cualquier conocido—¿Harán algo? Ustedes, me refiero.
—Por el momento, creo que ocultarnos y esperar sería lo mejor. Tsa está muy seguro de que este lugar no debería de ser un blanco, él siempre ha sido muy cuidadoso cuando salía con su armadura. Y el hecho de que relacionen el personaje Riku Agneía con él sería una idea descabellada sinlos fundamentos o pruebas necesarias.
—Si logran descubrirlo ¿los otros Lores Dragones ayudarán? —Una batalla entre las criaturas más poderosas de este Mundo y seres que vienen cada cien años... Sería muy emocionante de ver de no ser porque todos los vivos serían víctimas.
—Él cree que no pero por mi parte sí. Sería una batalla en la que todos estaríamos involucrados para salvar el Mundo de su inminente destrucción... —Rigrit se detuvo y con uno de sus brazos libres abrió una puerta. Tan concentrado estaba en la conversación que Azuth no había puesto atención a su alrededor— Hemos llegado, esta será tu habitación por mientras.
—Gracias...
Con un pequeño esfuerzo Azuth mantuvo su equilibrio y caminó hasta abrir la puerta e ingresar un poco. Era extraño, nunca antes había agradecido a una mujer por ayudarlo con algo tan simple, sus únicas interacciones que tenía con ellas se basaba en la copulación hasta dejarlo satisfecho.
—Mañana podemos seguir charlando. Yo misma vendré a despertarte temprano... —Sacando algo de entre su ropa, Rigrit extendió su mano y le entregó una bolsa con frutas— Toma, no es mucho pero sé que tienes hambre.
—De nuevo, muchas gracias.
Ella sólo le sonrió de lado, luego se dio la vuelta y se fue a la habitación del lado a unos quince metros de distancia. Azuth ingresó por completo y miró toda la habitación que tenía para él. Se sorprendió al verla muy espaciosa y lujosa, casi como si estuviera en uno de los mejores hospedajes de cada Reino.
Como pudo se movió para inspeccionar de cerca, todo era tan hermoso, reluciente y valioso. Habían varias puertas que después de ver lo que contenían al otro lado se sorprendió aún más. Tardó cerca de media hora en encontrar la cama, era grande y muy suave, su cuerpo adolorido lo agradeció profundamente.
Con cuidado de no abrir sus heridas se acostó con suavidad. No pudo entenderlo lo suficientemente rápido porque apenas cerró los ojos se durmió. La bolsa con frutos rodó por el peso pero nunca se llegaron a caer de la cama.
