SHALOM.
Jildael Ray-ezzêla.
-o-
Para Ray, el hombre que amo.
Jildael.
-o-
Un día, en una tierra lejana, las esmeraldas se clavaron en el ámbar y descubrieron que lo amaban... y el carmín deseó al rubí con la fuerza de un mar embravecido.
La nieve danzaba justo sobre ellos, suave, etérea, mágica.
Repentinamente, nada existía, sino sólo el deseo arrebatador de robarle un beso... Y el mundo podía caerse a pedazos ahí mismo. Que resurgieran todos los magos tenebrosos. Que le vinieran con el Avada Kedavra. Que los muggles descubrieran el Mundo Mágico. Que Snape lo reprobara y le impidiera ser Auror. A él, la verdad, no le importaba. Una minúscula parte de su cerebro quiso detenerlo. "La amistad, Harry, la amistad". Pero Harry no la oyó... Harry no oía nada. Sólo su corazón y su deseo. Y el Gryffindor se acercó a ella y la besó...
Y la danza de cristales blancos los envolvió y se complació en verlos así, tan cerca el uno de la otra como sólo el amor puede permitirlo. ¿Quién dijo que la nieve era fría¿Que ella no sentía?
Y, de pronto, la blanca y fría nieve pidió un suspiro al tiempo... Y el tiempo, benevolente, se detuvo un momento y se lo concedió. De pronto, el mundo entero se había esfumado en medio de la suave ventisca que había creado una burbuja sólo para ellos dos. Allá, en las afueras de esa burbuja, el mundo seguía caminando, con sus rencillas cotidianas. Pero adentro, allí adentro, Hermione se desvanecía en el beso recibido... por un instante. Al instante siguiente, descubrió que era verdad, que un simple beso puede cambiar todas las cosas para siempre, en tan sólo un instante. Y ella quiso que cambiaran y respondió y lo besó.
Y, mientras él la sostenía de la cintura y ella se amarraba a su cuello, el amor bordaba un listón para sus corazones y los enlazaba por el resto de sus vidas. Y la nieve, encantada, se fundía en el abrazo del viento. La burbuja, sin embargo, nunca más se rompió.
Y ese día en esa tierra lejana, el ámbar depositó su amor eterno sobre las esmeraldas... y el rubí, parsimonioso, se quedó junto a la belleza del carmín... Era definitivo y sempiterno... Habían encontrado la paz.
FIN
Como ven es una historia pequeñita, un suspiro congelado en el tiempo... Hacía tiempo que lo había escrito, pero sólo ahora, por fin, me he animado a subirlo aquí. Espero que os guste. J. M.
