El primero que apareció saludó con la mano, su armadura brillaba con el resplandor del sol y parecía irradiar divinidad, si no lo supieran mejor, dirían que era la definición perfecta de un paladín enviado por los mismo Dioses.

—Soy el Ser Supremo Touch-me, con el título Campeón del Mundo. Represento la protección y el heroísmo. También conocido como el Supremo Paladín de Plata. —Hizo un par de movimientos leves con su espada y escudo creando golpes fuertes de aire que chocaron a los más cercanos pero sin daño.

—Mi nombre es Peroroncino, el Ser Supremo de la Arquería y Vuelo. —De la nada apareció un arco majestuoso y lleno de poder, una flecha se materializó con solo estirar una cuerda de energía invisible. Una esfera de luz dorada voló con fuerza y explotó en lo alto generando un hermoso círculo perfecto— En algunos Mundos me llaman Rey Alado de los Ataques Explosivos.

Un par de presentaciones siguieron, todos con un tiempo casi cronometrado y ensayado. Hubo una gran sorpresa, la voz de la slime rosada fue muy inesperada, al igual que el ninja delgado que mostró respeto y se presentó con pocas palabras.

—Mortales, escuchen bien y graben mi nombre en sus cabezas, yo soy Ulbert Alain Odle, Ser Supremo del Caos y la Catástrofe, único con el título de Desastre Mundial. Soy aquél que está por encima de todos los demonios y que si lo deseo, puedo destruir este Mundo con tronar mi dedos. —Su sonrisa desquiciada heló la sangre de todos, pero una ligera tos hizo que su mueca se vuelva más suave y hasta amigable. Quien logró tal hazaña no era otro mas que el Rey Hechicero; su mirada parecía un reproche severo a pesar de la falta de expresión.

Evileye quería irse, quería largarse de ese lugar con sus amigas a cuestas, ahora entendía el peso de la información que Lakyus se negaba a compartir. Activó su hechizo de Teletransporte para ir donde ellas pero no pasó nada. Asustada y confundida levantó sus manos para activar un par de hechizos de mejora pero fue un error, casi al instante obtuvo la mirada de un par de esos seres.

Uno de ellos desapareció sin darle la oportunidad de moverse o mirar a los lados para localizarlo. Una mano enguantadas se deslizó por sus hombros y la apretó de modo que no sería capaz de alejarse un solo centímetro.

—¡Wouh! Tranquila niña, estás en el borde y nadie quisiera que te caigas. —¿Era su imaginación o realmente este sujeto con pinta de asesino mostraba preocupación? Por su propio bien dejó de moverse, no quería alertar a sus amigas que miraban asombradas a los demás seres— ¿Dónde están tus padres? ¿Cómo subiste aquí?

—Suéltame. —Exigió sin gritar— No soy ninguna niña. Soy Evileye, miembro del equipo adamantita Blue Rose.

Él lo hizo sin que sintiera la necesidad de luchar por su libertad de nuevo, la miró a través de su máscara de tela oscura con bordes metálicos y ladeó un poco la cabeza en duda.

—... ¿Qué significa eso? ¿es una presentación? En ese caso, yo soy Flatfoot, Ser Supremo del Asesinato y Sigilo.

Un escalofrío recorrió su pequeño cuerpo ante el título, el hecho de que no pudo verlo acercarse y recorrer esa distancia en menos de un segundo daba peso a sus palabras.

—Es un puesto. —Respondió en breve mientras lo miraba un poco a detalle, de alguna manera sentía que él miraba directo a sus ojos— En la clase aventurero hay ochos rangos... El Adamantita es el último y eso significa que soy de los mejores y más fuertes.

—Oh, ahora entiendo aunque me es confuso. ¿Más fuerte en qué? ¿en explorar? Porque eso hacen los Aventureros ¿no? Ellos descubren nuevos lugares.

—... El término aventurero aquí es matar monstruos y proteger a los que puedan pagar.

—Un tipo de mercenario entonces, hpfm. —De algún modo sonó decepcionado— ¿Y qué hacías aquí arriba? ¿dónde está el resto de tu equipo?

—Ellas... ellas están allá abajo, yo solo quise tomar un poco de aire y tener una mejor vista.

Vio como rápidamente las buscaba con la mirada, era como si analizara a todos los ciudadanos de manera profunda y detallada; luego se detuvo, las había encontrado. Él miraba directo a sus amigas, no había equivocación.

—¿Te ayudo a bajar? Ellas parecen no darse cuenta de que estás aquí. —Preguntó desviando la conversación, casi como si no le importara la presencia de aventureras Adamantita— Puede que sea un poco alto para los humanos, especialmente para una pequeña cría como tú.

Ignorando el término animal con que fue llamada, Evileye lo miró a detalle otra vez dando un paso atrás pero con cuidado de resbalar y avergonzarse con una caída tonta. No dejando que sus dudas quedaran en su mente le preguntó.

—... ¿Humanos? ¿que acaso no eres uno?

Flatfoot se rió apenas audible, su delgada figura se enderezó, colocó una mano en su cintura y otra la balanceo delante de su torso como si estuviera alejando humo.

—¿Yo? ¿un humano? No me hagas reír. ¿Acaso no escuchaste lo que Mo- —Se calló y rápidamente corrigió sus palabras— Ainz dijo hace unos momentos? Los cuarenta y uno somos heteromórfos, que no te engañe nuestras figuras humanoides.

Debía de ser un farol. El ser frente a ella no tenía garras, cola, cuernos o alguna otra anatomía diferente al de un humano o humanoide. Lo único llamativo era su delgada figura, su altura de casi dos metros, su vestimenta extraña y, por supuesto, su poderosa aura que se manifestó solo por unos segundos cuando apareció.

—Bueno, si no quieres mi ayuda me iré, no voy a perder mi tiempo con una niña encapuchada que se ve sospechosa pero nerviosa. Tengo que estar al lado del Líder y el resto.

Y se fue tal y como llegó. Su figura se había vuelto borrosa en menos de un segundo antes de reaparecer en su antiguo lugar, sus compañeros cercanos le dieron una leve mirada antes de seguir con su presentación.

—Soy Punitto Moe, Ser Supremo Estratega y controlador de la naturaleza en general —Movió con suavidad el bastón en su mano izquierda y brotes de arbustos con flores de colores adornaron gran parte del palco en el que estaba Su Majestad y zonas donde varias mujeres estaban reunidas— Es un gusto.

Algunas damas enanas se sorprendieron y hasta suspiraron. Los pocos niños que habían se acercaron sin miedo y olieron las flores maravillados.

—Warrior Takemikazuchi, ese soy yo. Ser Supremo del arte Samurai y la Guerra. —Casi imitando a Touch-me, Takemikazuchi blandió su katana un par de veces, sonidos silvantes salieron de ella y crearon notorios cortes en el aire.

Los seres que quedaron siguieron presentándose. Blue Rose estaba encantada, Lakyus especialmente. Uno de sus sueños más secretos fue conocer en persona a los seres poderosos que llegaban cada cien años. Las siguientes fueron las gemelas, quienes con mirada conmocionadas pero atraídas quedaron mirando fijo tanto a Nishikienrai como Flatfoot.

Gagaran por primera vez en su vida se quedó sin palabras, el enorme ser vestido de rojo y auto-nombrado samurai fue un flechazo para su vista. Su figura grande, sus músculos marcados, su armadura y su larga arma, todos un espectáculo para ella. No lo admitiría en voz alta pero quería, deseaba tener un enfrentamiento con él; que le derrotara, le pateara el trasero sin poner una pizca de poder, obtener enseñanzas y escuchar historias de sus grandes batallas se convirtió en una meta muy personal.

Evileye al contrario que sus amigas estaba alterada, su magia de teletrasporte o de comunicación estaban bloqueadas. Podía escapar volando pero el hecho de abandonar a sus amigas, a su familia, hizo que descartara la idea de inmediato. Su salvación no estaba a la vista, aquél guerrero oscuro no había aparecido en todo el día. Lo buscó desesperadamente pero a la única que encontró fue a Nabe, en una esquina cerca de algunos Caballeros de la Muerte y su bestia mágica Hamsuke, ella miraba a los heteromórfos con admiración y eso la desconcertó.

No teniendo otra opción bajó del tejado lo más discreto que pudo y fue hasta ella. No estaba ni treinta metros cerca cuando sintió su mirada penetrante entre la multitud. Reforzando su determinación aceleró el paso y pronto estuvo frente a ella mientras ignoraba con éxito a los cuatro no-muertos que la escoltaban como estatuas.

—Nabe, ¿dónde está Momon-sama? No lo he visto desde que llegué y estoy- mis compañeras y yo estamos algo preocupadas por su falta de presencia en este evento importante para el Rey Hechicero.

—... Momon-sama está ocupado, renacuaja. Está vigilando los alrededores en busca de espías por órdenes de Su Majestad.

¿Por qué siempre que alguien le hablaba a Nabe esta respondía insultándote con un nombre de insecto, reptil, anfibio o arácnido? ¿Acaso tenía un trauma de pequeña? ¿Momon-sama sabía sobre su falta de respeto?

—Entiendo pero-

—Está ocupado. —Cortó su queja de golpe con una mueca de disgusto— Si quieren verlo esperen hasta que los nuevos Reyes acompañantes de Su Majestad terminen su presentación. Muestra algo de respeto, escucha y graba sus nombres en tu pequeña cabeza, ellos tienen suficiente poder para destruir este Mundo sin esfuerzo si alguien como tú les molesta.

La conocía muy poco, realmente poco pero Evileye juraría que eso era una amenaza. Iba a contraatacar con palabras pero la información que recibió por fin hizo contacto con su cerebro. ¿Había escuchado bien?

Una pequeña explosión llamó su atención y giró para ver lo que pasaba. Uno de esos seres, el último, terminaba de presentarse y ahora todos los veintiséis estaban colocándose al lado del No-Muerto que los esperaba.

—Han escuchado sus nombres e historia que tienen conmigo y han visto una pequeña fracción de sus poderes. Ellos son mis amigos, mi familia, mis iguales. Por lo tanto, aparte de su regreso me gustaría informarles que ellos también serán Reyes del Reino Hechicero. Verán que les espera un futuro aún más brillante con ellos a mi lado.

Hubo un aplauso y luego otro, y otro, y otro. Los ciudadanos presentes aplaudían por sus nuevos Reyes. Los semi-humanos se alegraron honestamente; los humanos, aunque un poco más de la mitad todavía estaban asustados intentaron con fuerza confiar en su Rey y sus amigos. La vida no había sido difícil desde que el no-muerto había tomado el mando.

—Un momento. —Aclaró el Paladín de plata pura y todos guardaron silencio— Es cierto que ahora nosotros ostentamos el título de Reyes pero aunque Ainz diga que es nuestro igual no es cierto. Él es nuestro líder, nuestra luz y guía cuando nos desviamos de nuestros propios principios. Él merece más respeto que todos nosotros; por lo tanto, mis amigos, hago una votación para destituirlo de su actual puesto y volverlo el Emperador Hechicero.

A favor. —Fue la respuesta sincronizada e instantánea de los veinticinco restantes.

—A favor. —Coincidió con tono alegre y volteó a ver al Overlord, quien estático se había quedado— GuildMaster, nos hemos disculpado por haberte dejado todo ese tiempo pero la culpa siempre nos perseguirá. Te mereces esto, el respeto, el cariño, la lealtad. Nosotros no asegurarnos de que descanses correctamente por todo el trabajo que has hecho en nuestro nombre como gremio. Lo juramos.

Lo juramos. —No conformes con su juramento, cada uno de ellos se arrodillaron ante su atónito líder.

—... L-levántense. No hagan eso, no es necesario. —El supresor emocional salió en su defensa calmándolo al instante. Se dirigió a los ciudadanos que miraban atentamente cada uno de sus movimientos; su mano formó un puño mientras sus amigos hacían lo que pedía— El decreto está hecho. Por favor, sírvase lo que le complace, mis sirvientas han preparado el lugar para un bufet gratuito de cortesía por asistir.

—Anunciando la salida de Su Majestad el Emperador Hechicero y los Reyes del Reino Hechicero. —Anunció la Belleza de Clase Mundial con una sonrisa maternal.

Teniendo en cuenta que un banquete pasado en Re-Estize sucedió sin incidentes -los chismes se esparcieron como pólvora gracias a los comerciantes-, los ciudadanos más valientes se acercaron a comer las delicias que esperaban en una temperatura perfecta.

—¿Dijiste que querían ver a Momon-san? —Nabe la sacó de su ensueño— Bien, él ahora se encuentra libre y esperándome en el Palacio. Tus amigas y tú pueden acompañarme, no tarden, estaré en la entrada.

De pronto ella comenzó a volar y alejarse, no le dio tiempo para protestar o negar la invitación. Evileye tuvo que volver con su equipo para informar su situación.

—Chicas yo... me quería disculpar por mi anterior arrebato, no era mi intención comenzar una discusión con el hombre lagarto. Estaba un poco preocupada por nuestra posición pero al parecer fue inútil, nada malo ha pasado y... ¿Me están escuchando?

—Por supuesto que sí enana pero en serio deberías de probar un poco de esto. —Con la boca llena de comida y comportándose de manera nada femenina agarró un par de bocadillos y se los presentó muy cerca de la máscara— Esto es lo mejor que he comido en toda mi vida y dudo que alguna vez pruebe algo de su calibre o de nivel superior.

—Aquella vez que Su Majestad Ainz-sama nos invitó algunos platillos no probaste, deberías hacerlo ahora, no te vas arrepentir Evileye.

Era inútil, cualquier alimento o bebida que no fuera sangre sería sin sabor u olor. Mirando la cantidad de comida que las rodeaba solo pudo imaginarse su contextura. Debía de negarse como otras veces pero una mirada alegre de todas sus amigas le convenció de lo contrario.

—Está bien, comeré pero luego, separen un poco para mi. Tuve un encuentro con Nabe y me dijo que Momon-sama está esperándonos en el Palacio.

—¿Y por qué haría eso?

—... Puede que de casualidad haya dicho que estábamos preocupadas por su ausencia en el lugar... y queríamos ver que estaba bien.

A pesar de lo avergonzada que se sentía sus amigas no le molestaron aunque un leve indicio de sonrisa fue mostrada sin contenerse, fueron las gemelas que afirmaron sus palabras.

—Es cierto, no hemos visto a Momon en ningún momento cerca de Su Majestad. —Tina se limpió ambas manos y cruzó los brazos.

—¿Habrá pasado algo? —Continuó Tia imitando los movimientos de su hermana, el hecho de que sean gemelas causó un efecto de deja vú.

—Nabe mencionó que por órden del Rey-, Emperador quiero decir, vigiló el área circulante en busca de espías... que probablemente sean de la Teocracia. Esos fanáticos no se quedarán quietos con esta nueva llegada de seres poderosos.

—Oh, suena lógico. —Asintió Lakyus mientras se alejaba de la mesa llena de comida— Que Su Majestad haya podido prever la situación y mandar a Momon ha sido inteligente. Vayamos, no le hagamos perder tiempo, estoy segura de que tiene que informar lo antes posible.

Normalmente tenían que convencer a Lakyus de hacer un acercamiento a esos tipos de persona, que haya decidido por su cuenta fue inesperado pero no tomado demasiado en importancia.

Juntas las cinco mujeres caminaron con seguridad hasta la entrada al Palacio, la hermosa Nabe las esperaba cerca de la entrada con una mano en su cien y dándoles la espalda.

—Estamos aquí Nabe. —Avisó su presencia Evileye. La belleza azabache las miró, bajó la mano y con un movimiento de la cabeza les dijo que la siguieran.

No hubo conversación en el camino, Nabe contestaba todo con sonidos o monosílabos sin hundir más en el tema. Encontraron al héroe oscuro en una habitación tipo sala de visita, estaba sin su yelmo y comiendo unos bolillos de carne.

—Momon-s-san, he traído a Blue Rose. —Anunció Nabe mientras caminaba hasta el costado del sillón en el que estaba Actor de Pandora y tomó asiento rozando levemente sus hombros.