N/A: bueno, esta nota es para aclarar una cosa que aunque al leerlo ahora seguramente no sabréis a que me refiero, en cuanto avancéis por el capitulo será más claro, así que intentad recordarlo ¿ok?

Las frases en cursiva son las que Irene piensa pero no dice.

Las frases sin comillas son las llamémosle personalidad A

Las frases entre "comillas" son las de llamémosle personalidad B

Las comillas solo aparecerán cuando ambas personalidades hablen en una misma línea para que puedan distinguirse.

Espero que no sea muy complicado de entender, y ahora ya me dejo de rollos y os dejo con el capi, disfrutad!

Capitulo 28: En el amor, la mujer nunca consigue lo que espera y el hombre nunca espera lo que consigue

La nieve comenzaba a caer suavemente en el atestado callejón, provocando que magos y brujas se arrebujaran en sus abrigos, aunque ninguno parecía dispuesto a abandonar sus compras ahora que las navidades se acercaban peligrosamente.

Frente al gran escaparate de Artículos de calidad para el quidditch, donde los niños se arremolinaban para ver los nuevos modelos de escoba o las últimas innovaciones en el juego más famoso del mundo mágico, una joven bruja ataviada con su capa oscura y una llamativa bufanda roja y amarilla, sonreía ampliamente.

Una cesta llena de regalos colgaba de su brazo mientras pensaba en su siguiente objetivo en el que gastar unos cuantos galeones.

- Me pregunto si a Katie le gustaría una brújula para la escoba- meditó a media voz.

Antes de darse a si misma una respuesta, vislumbró a un mago salir de la tienda que ella admiraba, y luego de seguirlo unos segundos con la mirada lo llamó en voz alta, agitando un brazo.

- ¡Remus!

Él se detuvo al escuchar su nombre, y le dedicó una sonrisa tranquila al reconocerla.

- Irene, que sorpresa.

- Hola Remus¿haciendo las compras de navidad?- saludó ella, dándole alcance.

- Algo así.- respondió con una ligera mueca.

Irene se imaginó que su ex profesor no tendría demasiado presupuesto para hacer regalos y eso no era motivo de alegría en fiestas como aquella. Suspiró, pues tampoco había mucho que ella pudiera hacer al respecto.

- Te invito a un café, hace demasiado frío para hablar aquí de pie - dijo Irene, de repente- así podrás darme noticias de tu buen amigo.

Lupin sonrió levemente.

- De acuerdo, pero no podrá ser demasiado tiempo.

- Nunca dejarás de ser un mago ocupado ¿verdad?- le devolvió la sonrisa, al tiempo que se encaminaban hacia el Caldero Chorreante.

Tomaron asiento, pidieron dos tazas de café, y mientras lo hacían, Irene no dejaba de observar al licántropo. Recordó todos aquellos días que había empleado en convertirse, o al menos intentarlo, en una chica sexy. ¿Serían eficaces sus encantos a la hora de la verdad¿Conseguiría que Lupin dejara de verla como a una hermanita y se fijaría en ella, tal y como quería? Si el destino había elegido aquel día para encontrarlos, no iba a desaprovechar la oportunidad.

- Vamos allá. Lo conseguiré.

- ¿Decías algo?- preguntó Lupin.

La joven se rió con disimulo, recordándose a si misma no hablar más para sí en voz alta.

- Ah, esto, que si todo va bien, pregunto.

- Todo lo bien que puede estar.- respondió el mago con sonrisa tranquila.

Irene le observó, sonriendo involuntariamente, presa de los encantos del licántropo.

- ¿Sucede algo?- inquirió él, curioso por el extraño gesto que veía en su cara.

- ¿Qué? - exclamó, volviendo a la realidad- Ah…nada, nada…

De nuevo, se lo quedó mirando.

- Vamos, piensa, piensa, esta es tu oportunidad para impresionarlo, veamos, repasemos:

Sonrisa deslumbrante: listo

Gesto provocador: listo.

Túnica un poco abierta: listo

Maquillaje: hoy no me puesto…

Todo lo demás: listo

Resultado: ………no me hace ni caso………

Parece que solo con mostrarme guapa no funciona, Remus no es tan frívolo, así que probaré con la segunda táctica.

- ¿Sabes algo de la familia Weasley?- preguntó ella, buscando algún tema de conversación - Me dijeron que el señor Weasley estaba en el hospital ¿es cierto?

- Es cierto, pero no debes preocuparte, está fuera de peligro. La familia entera se está quedando con "mi buen amigo".

- Eso debe hacerle feliz.-sonrió ella, cruzando las piernas y remangándose ligeramente la túnica en un gesto provocativo.

- Supongo que sí.- respondió el mago, completamente ajeno a las insinuaciones de la bruja.

Irene, algo molesta por la falta de atención, apartó la bufanda, y se abrió más sugerentemente el escote de la túnica.

Lupin la miró unos segundos, y ella sonrió, al fin había conseguido mantener su atención.

- Deberías abrigarte más, vas a coger un resfriado.

Irene golpeó la mesa con el puño, frustrada. Lupin la observó curioso.

- Sí, supongo que hace bastante frío- respondió ella rápidamente.- No me dejaré vencer…

- Deberías haber traído una capa más gruesa.

- Quizás, pero ya es un poco tarde para eso…- entonces, sonrió con malicia- ¿sabes? Dicen que el calor corporal es lo mejor para alejar el frío.- comentó, con un movimiento de cejas.

- Si tienes frío, bébete una cerveza de mantequilla, eso te reconfortará más que cualquier otra cosa.

- Eso es un golpe bajo- murmuró, levantándose bruscamente de la silla.- Esto…voy a por una cerveza de mantequilla…

Irene se acercó a la barra, mientras se daba ánimos a si misma.

- Tu puedes, tu puedes, has practicado mucho, tienes encanto, eres guapa…¡eres la chica más sexy de Hogwarts! No tendría que ser tan complicado mantener su atención. Bien, probaremos con la táctica #003.

Cogió una cucharilla larga de una copa de cóctel que esperaba para ser servida, la limpió con la boca, y ante la desconcertada mirada del tabernero, se recogió el pelo con ella en un gesto rebelde.

Recogió la botella de cerveza, se alisó la túnica con la mano, y echó a andar de nuevo hacia la mesa, aunque esta vez, contoneándose con clara provocación. Algunos magos levantaron la cabeza para mirarla y se escuchó algún silbido lejano de admiración.

- Me está mirando, esto es perfecto.- sonrió ella, al ver que Lupin no le quitaba los ojos de encima.

Al llegar a la mesa, tomó asiento despacio, jugueteó con su pelo un instante, le guiñó un ojoy le sonrió.

- Ya estoy aquí.

- Irene…

- ¿Si? –preguntó, ampliando su sonrisa.

- ¿Te encuentras bien? Caminas como aturdida¿estás mareada?…no habrás estado bebiendo ¿verdad?

- ¿Qué!

La joven casi estalló la botella que sostenía con sus manos.

- Irene, no pierdas la calma, inspira, expira, inspira, expira…eso es. Bien, piensa, vamos, no dejes que eso te afecte…- se dijo respirando ruidosamente.- Estoy bien, no tienes que preocuparte.

- Bien.

- Probare con la última táctica, ser ingeniosa e insinuante al mismo tiempo. Adelante.- habló para sí, para luego, dirigirse al mago- Esto Remus, sabes, me gustaría pedirte un favor.

- ¿De que se trata?

Ella sonrió, viendo una oportunidad para desconcertarlo y sin duda, atraer su atención.

- Verás, es que hay un hechizo que quisiera aprender y me gustaría que fueras tu quien me lo enseñara.

El mago parpadeó, curioso.

- ¿Y por qué yo?

- Es que tú eres tan buen maestro…

Sonrió en lo que parecía un gesto avergonzado.

- De acuerdo¿cual es?

- Pues verás…- susurró ella, inclinándose sobre la mesa, hasta que solo unos pocos centímetros los separaban.

Lupin se inclinó igualmente, interesado, para prestar oído a la voz suave de la bruja que le suspiró:

- Lubrica Nox (n/a: esto podría traducirse como "noche de lujuria", aunque mi latín deja mucho que desear… evidentemente no es un hechizo, aunque suene a uno…o bueno, quien sabe :P)

El mago con la mirada perdida, mantuvo el silencio casi un minuto. Irene le observaba, esperando su reacción y sonriendo para sí. Nadie se quedaría impasible ante tal declaración, y lo que sugería, bien, estaba más que claro.

Entonces Lupin abrió la boca para contestar y ella, apoyó la cabeza sobre las manos y se inclinó aun más para escucharle.

- Perdona, Irene ¿Qué decías?

Los brazos de la bruja resbalaron y casi estampó la cara contra la mesa.

- ¿Qu-que?- tartamudeó, sin creer lo que estaba oyendo.

- Lo siento, no estaba escuchando- se disculpó él- es que estaba observando al tabernero, se comporta de forma sospechosa…

Irene dejó caer la cabeza, esta vez adrede, dándose un golpe en la cabeza contra la mesa y haciendo bailar los vasos con el impacto.

- ¿Irene¿Estás bien?

- Si, perfectamente…-masculló, con su orgullo herido irremediablemente.

No podía creer que nada estuviera funcionando, o ella era un completo fracaso o Lupin era de verdad el mago más poco perspicaz del universo.

Se levantó despacio, y tras murmurar un vago 'en seguida vuelvo' Irene fue a tomar asiento en la barra, donde el tabernero le dedicó una mirada curiosa.

- Póngame uno de esos – dijo la joven bruja, señalando hacia una botella polvorienta en cuya descolorida etiqueta solo podía leerse '…con frambuesa…Destilerías el Colacuerno Hungaro…des…blamientos…de… desde 1545'

- ¿Está segura?- dijo el tabernero- Es… bastante fuerte.

- Entonces póngame dos.- replicó ella.

Él se encogió de hombros, y le sirvió un vaso largo con hielo que llenó con el líquido ámbar que ella le había pedido.

- Esto no aliviará sus penas, lo sabe ¿verdad?

Irene arrugó la nariz en respuesta. Por supuesto que lo sabía, pero empezaba a sentirse desesperada, si después de unas insinuaciones tan evidentes Lupin no se daba cuenta, o no quería darse cuenta ¿Qué iba a hacer¿Acaso tenía que lanzarse a sus brazos desde la torre más alta de Hogwarts, con su nombre tatuado en el pecho y pidiéndole una noche desenfrenada para hacerlo reaccionar?

- Pero no, no puedo hacer eso, soy incapaz, mi sentido común es demasiado influyente- suspiró.- Y aunque a estas alturas no lo parezca, todavía tengo una reputación que mantener…

- ¿Va bebérselo?- habló entonces el tabernero, y ella miró el vaso que todavía sostenía entre las manos.

- Eso es…- masculló de pronto- si estoy borracha, puedo hacer lo que me venga en gana, por que mi sentido común no va a impedírmelo. Un par de copas me relajarán, podré ser más divertida, más ingeniosa, y por supuesto más lanzada. Si me lié con George estando borracha¿por qué no iba a funcionar con Remus?

Sonrió ampliamente, y entonces con un gesto rápido, cogió el vaso y se tomó el contenido de un solo trago.

El tabernero la observaba, alucinado.

- Otra, por favor.

- Pero ¿está segura?

- Muy segura.- replicó ella, con sonrisa tranquila.

Cuando tuvo lleno de nuevo el vaso, Irene se levantó del taburete de un brinco, y tras dar otro sorbo tomó el vaso y regresó a la mesa en la que Lupin continuaba sentado.

El mago le dedicó una mirada preocupada al verla acercarse nuevamente, pues la bruja se había puesto colorada y parecía un poco aturdida.

- Quizás bebí demasiado deprisa, me arde el estomago…de todos modos ¿qué demonios es lo que he pedido?...bah, que más da.

Al alcanzar la mesa dejó el vaso sobre ella, y sonrió.

- Ya he vuelto.- dijo, dejándose caer bruscamente en la silla.

- ¿Has pedido otra bebida?- preguntó Lupin, haciendo un gesto hacia el vaso.

- Ah, sí - la joven dio un sorbo con el que vació medio vaso- No tiene tan buen sabor como la cerveza de mantequilla, pero te calienta por dentro.

- ¿Qué es?

- Pues no lo sé.- dijo ella, divertida- me gustaba la botella y le dije al tabernero que me pusiera una copa.

- ¿Qué! Pero Irene, lo que estás bebiendo quien sabe lo que podría…

- Oh, vamos, esto no va a matarme.- agitó la mano, quitándole importancia- y mientras no engorde, está bien.

- Vas a terminar emborrachándote.- le advirtió con tono preocupado.

- Bueno, al menos así me alegrará el día.- replicó, echándose a reír.

- Irene…

Ahhhh adoro cuando dice mi nombre…

- Irene…

Y cuando frunce el ceño es tan gracioso…"Y que lo digas"…Y es tan encantador…"Prefiero un buen trasero, pero tampoco hay que desmerecerle ese atributo, supongo" ……mmm ¿soy yo o hay una vocecita por aquí?

- Irene ¿quieres escucharme, por favor?

- Te escucho, te escucho…. "bueno, en realidad no te escucho, pero no querrías que te respondiera la verdad ¿no?" …¡Ups¿yo he dicho eso?

- ¿Lo ves? Esa cosa que estás bebiendo te está aturdiendo.

- "¿Ya una no puede darle tranquila al drinking o que? Tan progresista pa unas cosas y tan anticuado pa otras"…Emmm no deberia haber dicho eso ¿verdad?

- Deberías preocuparte más por tu salud.- dijo Lupin, sonando como un padre resignado con su hija más rebelde.

- ¿Y qué¿Me vas a regañar? Te recuerdo que ya no eres mi profesor, lo cual es una lastima…- suspiró.

- ¿Eh?

No, no, cerebro, no, te prohíbo que digas lo que estás pensando.

- Lo que nos podríamos haber divertido en aquel armario donde escondías el boggart, aaaaah, que buenos recuerdos…¡¿Pero que demonios estoy diciendo!

- Irene…tu…¿estás borracha?

- ¿Borracha¿Yo¿Pero que dices? Si estuviera bebida ya me habría tirado encima de ti y lo estaríamos haciendo encima de la mesa. ¡Cierra la boca, cierra la boca! Boca mala! No te abras! Estás borracha y mucho!

- ¿Qué…Merlín, de qué estas hablando?

- ¿Te lo dibujo o te hago un mapa? Por que mas claro no te lo puedo decir, he perdido aquí toda la puñetera mañana intentando que te fijes en lo guapa, sexy y fabulosa que soy y lo único que he conseguido es un "bébete una cerveza de mantequilla" ¡bah! Que desperdicio.

¿Quieres callarte ya! Me estas avergonzando!

- Oye guapa, si te emborrachas ya sabes lo que hay.

¿Queeeeeeeeee! Un momento... tu…tu quien eres y que haces hablando por mi?!

- Tu otro yo.

¿Mi otro yo? Yo no tengo otro yo ¡yo soy yo!

- Lo que tu digas, encanto.

Oye tu ¡a mi no me vaciles!

- Que mala leche, de verdad.

- Irene…¿con quien estas hablando?- exclamó Lupin, ahora preocupado por la salud mental de la chica.

- Con la tía necesito-un-whisky-para-sentirme-realizada y ahora ¿te importa? Estamos teniendo una conversación privada aquí ¿sabes?

¡Waaaaaaa! No le digas eso ¡va a pensar que estoy loca!

- Pues a buenas horas se vendría a dar cuenta ¿no? La verdad es que el pobrecillo es un poco lento, no se como te fijaste en él, bueno, ya sé que tiene un buen culo pero…

¿Pero qué¡NO le pongas objeciones a MI Remus¡El tiene todo perfecto¡Incluido el culo!

- En eso si te doy la razón. Hey, Remus¿alguna vez te has planteado asegurarte el trasero? Apuesto a que hay más de una aseguradora que pagaría por hacerlo.

¡CALLATE YAAAA!

- Te estresas con demasiada facilidad, relájate y disfruta, deja que yo me encargue de todo.

¡Noooooooooooooooooo!

- Irene, será mejor que te vayas a casa y descanses, esa bebida no te ha sentado nada bien.- Lupin parecía cada vez más confundido y preocupado.

- Pero que dices, en mi vida he estado mejor ¡para una vez que tengo total libertad! Ya es hora de que alguien suelte las verdades por aquí.

¿Verdades¿Verdades¿Qué verdades!

- ¿De qué estas hablando?

- Mira encanto, dejemos las cosas claras¿te gusto o no te gusto? Por que ya me está tocando las narices este juego de ahora te quiero, ahora te doy una patada en el culo.

- ¿Qu-qué?

- Pues eso¿o será que te gusta jugar a dos bandas? Sí, ya sabes de qué te hablo, conmigo y con esa tía que lleva un cirujano plástico incorporado…que envidia me da la asquerosa.

- ¿Cirujano plástico incorpo….¿hablas de Tonks?

- Sí, esa chica lleva unos pelos que pondrían celosa a la reina de las drag queen.

- ¡Irene!

- ¿Qué?

- No creí que fueras capaz de decir eso de ella.- Lupin parecía sorprendido y ofendido.- Tonks es una buena persona.

- ¿Oh? Por supuesto que lo es, es de las pocas brujas de este país que no tiene cara de sufrir estreñimiento. Aunque en realidad no estoy segura de si alguna vez le he visto la cara…su verdadera cara quiero decir…mmmm es confuso ¿a que si?

Cierto, yo también lo había pensado…quiero decir que lo he pensado y por eso lo digo ¿o no lo digo¿Mi otro yo soy yo o no soy yo? Urghhhhh me duele la cabeza…

- Y tú que lo digas, guapa.- se replicó a sí misma.

- Irene, por favor deja de decir esas cosas tan raras, creo que voy a buscar alguna poción que haga desaparecer esos efectos secundarios tan extraños, por que seguro que es por la bebida.

- ¡Eh, eh! Un momento! Tu no te mueves de aquí, licantropito.

¿Li-licantropito¿De donde te has sacado eso?

- ¿Qué, no te gusta? Es un mote adorable.

Es un mote ridículo

- Irene, por favor deja que te ayude.- exclamó Lupin.

- Tu solo puedes ayudarme de una manera, y todavía estoy esperando una respuesta.

- Irene no voy a darte una respuesta a nada, tu estado…

- ¿No me digas que estoy preñada y no me lo habías dicho?

¡NO DIGAS GILIPOLLECES!

- Esta tía se altera por na…

- Irene, me refería a tu estado con la bebida...

- ¡Ah! Mi estado ¿mi estado¡mi estado¡ni mi estado ni mierda! Si en dos minutos no me has respondido me iré a liarme con otro ¿me has oído bien? De hecho, creo que iré a liarme con tu mejor amigo, por que así sabrás lo que te pierdes y además ¡ese tío no está nada mal!

- Irene, por favor…

- Ni por favor ni sin favor, dos minutos, y el reloj ya avanza, y para que te lo pienses mejor….

La bruja tiró de la túnica de Lupin bruscamente y le plantó un beso tan profundo, que casi le dejó sin respiración.

- No reflexiones demasiado, puede hacerte daño en tu linda cabecita.

¿Yo he hecho eso¡JODER YO HE HECHO ESO! MAMIIIIIII SACAME DE AQUÍ!

El mago se dejó caer en la silla, en un estado de shock tan profundo que no sabía como reaccionar.

Irene se sentó en la mesa, cruzándose de piernas, mientras a su alrededor todos los magos y brujas del local, guardaban silencio, por que era evidente que todo el mundo se había percatado de la extraña situación.

Dos o tres brujas murmuraban en una esquina, el tintineo de los vasos se escuchaba claramente, alguna que otra lechuza se agitaba nerviosa, pero nadie se atrevió a hablar hasta que Irene se levantó de un salto y exclamó.

- Ding, dong, ya han pasado los dos minutos ¿ya hay respuesta?- Lupin se limitó a mirarla y parpadear- ¿No? Pues vaya, cuanto lo siento, el que no ha respondido tiempo ha tenido. Me largo, y de verdad lo siento, por que tu me gustabas mucho pero bueno, no te iba a esperar siempre¿verdad? pero no quisiera que te llevaras una mala imagen de mi.

Inclinándose de nuevo, Irene le besó con igual pasión, haciendo que el mago se tambaleara.

- Nos vemos.

Se dio la vuelta y se alejó hasta desaparecer, el Caldero Chorreante permaneció en un silencio sepulcral durante unos segundos, hasta que unas brujas comenzaron a aplaudir y silbar, al grito de '¡Así se hace!' y '¡A los hombres mano dura!'

De nuevo comenzó el escándalo habitual dentro del local, aunque quizás, más intensamente a lo acostumbrado. Pero Lupin seguía allí, sentado en la silla, con la mirada perdida, y preguntándose qué era exactamente lo que acababa de suceder.

ooo

Golpeó una lata que salió rodando varios metros más allá y un gato emergió asustado de los bajos de un coche.

Sus pasos la habían llevado, sin saber muy bien como, fuera del callejón, a una calle transitada de muggles. Pero ya se había cansado de ir de aquí para allá, sin rumbo fijo, sin hacer otra cosa que maldecirse a sí misma y a su suerte.

Merlín, vaya día, no creo que pueda volver a mirar a Remus a la cara.

- Eso te pasa por pringada, si yo fuera tu, haría ya mucho tiempo que le hubiera tirado los tejos.

¿Si yo fuera tu¡TU ERES YO! Encima de tener desdoblamiento de personalidad me toca una personalidad gilipollas!

- Ais, tia, en serio, te alteras por nada ¡solo es un tío! Te buscas otro y asunto arreglado!

¿Pero tú en serio eres parte de mí? Ah, Merlin, mi alter ego salido de una botella de vete a saber qué me está dando consejos ¿Qué será lo siguiente? Quizás debería ir a ingresarme a San Mungo por que ya no se puede caer más bajo.

- ¿Te recuerdo toda esa chorrada de la operación sex appeal?

Sí, vale, eso fue más patético.¡Pero fue cosa de Katie!

- Excusas baratas…

Oye, te he dicho que no me repliques…¿Por qué carajo estoy manteniendo una conversación conmigo misma como si eso fuera lo más normal del mundo¡Voy a llorar!

- Hazlo si quieres pero al menos espera a que me haya ido.

¿Y cuando es eso?

- Bueno, dentro de una hora ya se habrán pasado los efectos, al menos eso espero.

¿Y no podrías largarte antes?

- ¡Como si pudiera! La próxima vez no bebas como el desagüe de un fregadero y nos ahorramos nuestra mutua compañía.

Grooooooooooooowwwwwwwwwwwwwwwlllllllllllll

- Ha sido tu estomago.

Compartimos el mismo estomago, por si no lo recuerdas.

- Minucias, minucias…

Vayamos a comer algo antes de que me desmaye…nos desmayemos.

- Vaya, por una vez estamos de acuerdo.

Se detuvo en la primera tienda que encontró, compró un sándwich y todos los dulces y golosinas que pudo con las pocas libras que llevaba encima.

Tomó asiento en el bordillo de acera en una calle solitaria, mientras se entretenía lanzando piedrecitas hasta el otro lado de la estrecha carretera. Decidió quedarse allí, al menos hasta que 'su otro yo' hubiera desaparecido.

De pronto escuchó un sonido familiar, y levantó la cabeza, aun con un pedazo de regaliz colgando de su boca para descubrir que alguien se había colocado delante de sus narices.

- ¡Ala! Que perrito más mono. ¿Quieres un caramelito?

¿Perrito?... ¡Merlín¡Es Sirius!

- ¿Sirius¿Este chucho es Sirius? Pues que desmejorado ¿no? En tus recuerdos tiene mejor aspecto.

El gran can de pelaje negro se sentó y ladeó la cabeza, lanzándole una mirada elocuente.

- Sí, ya sé que parece que estoy chiflada, pero créeme, no estoy tan mal como parece… "Yo no apostaría por eso"…¡Te he dicho que no me repliques! Un momento ¡puedo hablar!... "Yuju, mañana aprenderás a caminar y ya serás una niña grande"…Cállate ya, me refería a que no solo tú controlas mi cuerpo… "Oh, si, los efectos de la bebida deben estar desapareciendo"… De todas maneras ¿qué era lo que bebí?... "¿Me lo preguntas a mi o al chucho?" ….Hablaba conmigo misma…. "Te convendría ser más especifica ¿sabes? Por que yo, sigo siendo tu"… Lo que sea…

De repente se interrumpió en su peculiar monologo cuando Sirius tiró de su túnica, obligándola a levantarse.

- ¿Qué pasa¿Quieres que te acompañe? Bien, de acuerdo…. –le dijo al animal - "Pero por favor suéltame ya la túnica me la estás llenando de babas"…Cállate ya ¿quieres?

El perro la precedió todo el camino mientras ella lo seguía a un par de pasos de distancia, masticando sus dulces con aire ausente.

Cuando finalizó su último pedazo de regaliz, se detuvieron en la esquina de una calle silenciosa e Irene leyó con sorpresa aquella placa sucia y polvorienta que informaba que aquel lugar se llamaba Grimmauld Place.

- ¿Por qué me has traído aquí? –preguntó, mirando al can que ya se alejaba calle adentro.

Suspiró, consciente de que no le iba a responder, para luego seguirle los pasos, acercándose a aquel lugar entre los números 11 y 13. El animal se detuvo en las escaleras de entrada que acababan de surgir mágicamente, y tras comprobar que no había nadie en los alrededores, recuperó su forma humana.

Sin decir ni una palabra, levantó la varita para abrir la puerta, y con un gesto le indicó que le siguiera.

Irene obedeció, y una vez dentro, con mirada curiosa, recorrió los rincones del vestíbulo. Lo encontraba mucho más limpio y acogedor que la última vez, incluso había algunos adornos de navidad salpicando las paredes y sobre el mobiliario que le daban a la casa un simpático toque festivo.

- Sirius…

El mago alzó una mano, indicándole que guardara silencio. Ella supuso que aquel retrato gritón continuaba en el mismo lugar que la última vez, y que era mejor no hacer ruido.

Cuando finalmente alcanzaron la cocina, soltó un suspiro, y miró de nuevo a su alrededor, sorprendida por que hubiera tanto silencio.

- Pensaba que tenías invitados en casa…- dijo más para sí que para su acompañante.

- Ahora están fuera, de compras.- respondió Sirius, tomando asiento junto a la mesa e invitándola a hacer lo mismo.

- Oh…

Durante unos segundos, se mantuvieron la mirada, hasta que Irene empezó a sentirse incomoda.

- Llevo horas buscándote.- exclamó de pronto el mago, seriamente.

- ¿Uh?

- Remus me envió una lechuza, estaba preocupado por ti, no fue muy claro sobre lo sucedido pero me dijo que probablemente estarías perdida en Merlín sabe donde, además de tener 'nubladas las facultades mentales' y…bueno, es evidente que así era. ¿Es que no sabes que te podría haber ocurrido cualquier cosa?

- "Oye tu¿a quien estás llamando facultad mental nublada? Un poco de respeto, que no hace tanto que nos conocemos." …Cada vez que hablasmetes la pata¿sabes? Así que lárgate ya ¿quieres? ... "¡Te he dicho que no puedo¿Cómo quieres que te lo diga¿en troll? Por que se me da muy bien gruñir"

- Esto, Irene¿Por qué hablas contigo misma?- preguntó Sirius, cuya seriedad se había esfumado de pronto, y ahora parecía dudar entre mostrar un gesto preocupado o echarse a reír.

La bruja puso una mueca, sin saber exactamente como responder a la pregunta.

- ¿No te habrán hechizado, verdad?- inquirió él.

- No, no. Lo cierto es que, bueno, creo que bebí algo que no debía y me ha provocado 'esto'…. "No soy 'esto' con esa actitud estás hiriendo mis sentimientos"….oh, por dios…

- ¿Qué bebiste?- preguntó Sirius, intentando hacer caso omiso de la extraña conversación que la chica mantenía consigo misma.

- No lo sé, la botella estaba cubierta de polvo y no pude leer la etiqueta… "Pero bien buena que estaba"….Sí, sí, lo que tu digas.

- Ummm. Supongo que volverte a la normalidad es la prioridad ahora¿de verdad no tienes idea de lo que podría haber sido?

- Pues no. Aunque recuerdo algo como Destilerías el Colacuerno Húngaro… "Y frambuesa, me gusta la frambuesa"…Ya cállate.

- ¿El Colacuerno Húngaro? Ummmm….quizás…

- ¿Quizás?

Sirius se levantó repentinamente, y se alejó unos pasos hasta una alacena cuya puerta permanecía oculta con la misma decoración de la pared. La mitad de su cuerpo desapareció en el interior durante unos minutos, mientras se escuchaba el ruido del cristal tintineando.

- ¿Era como esta?- le preguntó de pronto, sacando un brazo y mostrándole una botella.

Irene se inclinó para observarla más de cerca.

- No, era más alargada..."Y más mona"

- Mmmm ¿y esta?

- Tampoco, el cuello era más ancho..."Y más mona"

Sirius hizo una pausa, y despareció de nuevo dentro de la alacena para emerger dos minutos después.

- ¿Y que tal esta?

Ella cogió la botella que el mago sostenía y le dio un par de vueltas, también estaba cubierta de polvo, quizás incluso más que la del Caldero Chorreante.

- Sí, se parece mucho ¿qué es?- preguntó, al tiempo que con su túnica comenzaba a limpiar el polvo amontonado.

Sirius se colocó a su lado, con una mueca, mientras ella comenzaba a leer la etiqueta.

- Brandy de frambuesa…Destilerías el Colacuerno Húngaro, los mejores tónicos de desdoblamientos…¿desdoblamientos de personalidad desde 1545!

- Ya decía yo que esos efectos me eran conocidos- dijo Sirius como para sí – Aquella fiesta cuando no éramos más que unos mocosos, vaya, hacia años que no volvía a pensar en aquello.

- Sirius, deja de pensar en tusrecuerdos de juventud¡esto es grave! Sufro desdoblamiento de personalidad de verdad!... "Si es que la perspicacia de esta chica me asombra ¿a ti, no?"….¡Cállate!

- Lo sé, lo sé, y una muy irritante si me lo preguntas, pero tranquila, el efecto no es permanente, solo debemos esperar, se supone que estos efectos son algo gracioso…

- Pues a mi no me hace ninguna gracia, con todo lo que le dije a Remus, ay Merlin, no podré volver a mirarlo a la cara… "Bueno, siempre podrás mirarle el trasero ¿o no?"…. Esto es una pesadilla.

- Oh, vamos, no será para tanto…

Sirius soltó un silbido, visiblemente impresionado, cuando Irene terminó de narrarle con todo lujo de detalles lo sucedido hacia unas pocas horas.

- Bueno, ese viejo cabezota no hay duda de que tiene unas feromonas muy poderosas- se rió el mago.

- Sirius, no me estás ayudando.

- Ya, ya.- el mago se rascó la cabeza en un gesto distraído - Mmm, si de verdad quieres un consejo Irene, creo que deberías seguir adelante.

- ¿A que te refieres con seguir adelante?... "Esta chica no aprendió nada de Barrio Sesamo"...¡que te calles!

- A que quizás haya otro modo de hacerle caer en tus adorables redes.- replicó él.

- ¿Tu crees? - dijo, encarnando una ceja ante el término de "adorables redes"

- Sip, de hecho¿qué te parece si te ayudo a conquistar al viejo y cabezota hombre lobo?

- ¿Cómo?- preguntó ella, curiosa.

- Oh bueno, se me ha ocurrido una idea…aunque quizás no te guste. Quizás sea un poco drástico.

- Desembucha.

- ¿Qué te parece si te consigues un novio para darle celos?

- ¿Un novio?- repitió, sorprendida

- A mi me parece lo más lógico, es la forma más efectiva para llamar la atención de un hombre, créeme, lo sé bien.

- Bueno, quizás no es mala idea…pero ¿Quién se haría pasar por mi novio? Por que no quiero uno de verdad, solo alguien que lo finja…

- Mmm, alguien que solo lo finja quizás no sea tan fácil de encontrar - Sirius puso gesto pensativo durante unos segundos

- Además tiene que ser alguien que Remus conozca…- meditó la bruja- ¿alguno de los Weasley? Mmm creo que no, ninguno se ofrecería a algo como eso, al menos gratis.

- ¿Y qué tal yo? –exclamó él, de pronto.

Irene abrió la boca, perpleja.

- ¿Tu¿Hablas en serio?

- Sí claro, es buena idea ¿no te parece? Veo a Remus casi todos los días, así que seré como un recordatorio andante de lo que se pierde. Además, eso fue lo que le dijiste ¿no? Que te ibas a buscar a otro.

- Emmm, sí.

Irene había omitido en la narración lo que 'su otro yo' había dicho de Sirius, al fin y al cabo, no quería que el mago pensara cosas que no eran.

- ¿Crees que se lo tragará?

El mago se encogió de hombros.

- ¿Por qué no iba a hacerlo? Cosas más raras se han visto…

Irene sonrió ampliamente, quizás Sirius pudiera conseguir lo que ella sola no había podido hacer. Quizás fuera el momento de confiar y simplemente dejarse llevar.

- De acuerdo, lo intentaremos así.

Sirius le guiñó un ojo, divertido.

- Bien, entonces mi querida novia postiza ¿deberíamos idear algún astuto plan?

- Supongo que sí, pero ¿de verdad te parece bien todo esto, mi querido novio-sin-derecho-a-roce?

Él asintió despacio, para entonces, inclinarse sobre la mesa para acercarse aun más a ella. La joven le observó, curiosa.

- ¿Lo dices en serio?- exclamó Sirius, con gesto preocupado.

- ¿Qué cosa?

- Que no tengo derecho a roce.

Irene lo volvió a mirar en silencio unos segundos y entonces se echó a reír.

- ¿Te han dicho alguna vez que eres un chucho aprovechado?

El mago posó la mirada en el techo, cruzando los brazos tras la cabeza, y sonriendo con diversión.

- Es posible, pero no te importa que lo sea ¿verdad?

- En realidad, no me desagrada del todo… "Hey, a mi tampoco, de hecho, cuantos más en la orgía, mejor"…..¡Cállate!

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Otra sarta de paranoias lista y terminada :P a este paso no solo la prota terminará loca sino alcohólica perdida XD

¿Qué pasará ahora? Pues eso mismo me pregunto yo juas juas, si es que me gusta liar el tema, y ahora que Lupin y Sirius han salido en este capitulo os habréis quedado contentos, o eso espero . Además ya veis que he recuperado las leyes de murphy como titulo de los capis.

¡Espero vuestros comentarios como siempre! Y muchas gracias a todos por los reviews, a los nuevos lectores y a los no tan nuevos, me alegráis el día!

Y buuuuueeeeeeno ahora vamos a otro asunto, y es que me temo que las actualizaciones tendrán que ausentarse la próxima semana y probablemente también la siguiente, por que me voy unos días a Barcelona y el próximo capitulo ni siquiera lo he empezado, asi que tambien necesitaré unos dias para escribir luego de mi regreso. Asi que ¡paciencia queridos mios! Prometo volver muy pronto (aunque ya no garantizo si con el cerebro sano :P) y daros mas del adorable licantropito y su amigo el chucho aprovechado.

Ah, y como lo prometido es deuda, y ya he alcanzado los 150 reviews (¡viva!) os he puesto un regalito…no es dinero ni nada material, así que nada de hacerse ilusiones XD se trata de dos mini-historias que no tienen nada que ver con el fic, pero que espero que os gusten, las he puesto a continuación (en el lugar que debería ocupar el capi 29) por que colocarlas a parte es un coñazo para que la busquéis vosotros y para mi ponerla XD. (También espero vuestra opinión de las mini-historias )

Hasta pronto!