Los gobernantes (y príncipe) salieron del Palacio una hora después. Afuera les esperaban los carruajes con sus respectivos guardias. Y ya que eran de la realeza tuvieron que despedirse e irse por orden.

El primero fue Zanac, como príncipe y conocedor de los detalles hablados debía de informar rápido a su padre que lo esperaba en una casa huésped. Mientras el carruaje llegaba, él ya se estaba despidiendo de Caspond y Jircniv.

—Nos vemos mañana Majestades. No sé si mi padre se recuperará a tiempo pero como sucesor estaré en su lugar sin falta.

—Hasta mañana príncipe Zanac. —Se despidió Caspond— A sido un gusto conocerlo. Envíe mi saludo al rey Ramposa por favor.

—De igual manera por mi parte. —Apoyó Jircniv sin sonar altanero u orgulloso como en el pasado— No hemos mantenido una buena relación pero es momento de que actuemos como camaradas por un solo bien.

—... Haré llegar sus saludos Majestades. —Aceptó y luego subió a su carruaje listo para partir— Fue un gusto.

El caballo no-muerto comenzó a tirar sin recibir una orden y pronto se fue, siendo reemplazado después por el segundo carruaje que llevaría a Caspond a su propia casa huésped. Porque ¿para qué estar en una posada de cinco estrellas cuando podía tener una casa completa y amueblada para visitas como las suyas?

Ambos, Rey y antiguo Emperador, se despidieron sin muchas palabras. Sus Naciones siempre estuvieron alejadas por lo tanto no tenían mucha información del otro pero cada uno se esforzó por no parecer irrespetuoso.

Como Ainz había predicho, al día siguiente les llegó una carta a cada gobernante en la hora del desayuno. Ahí marcaba la hora exacta que serían recogidos para asistir en la observación de la invocación del demonio Jaldabaoth.

Cabe decir que todos estuvieron ansiosos y algo temerosos. No todos los días de sus vidas alguien tenía la oportunidad de presenciar magia de seres divinos y estar cerca en conjunto con ellos pero a la vez protegidos del peligro.

Una vez los gobernantes se establecieron en una carroza lujosa que los llevaría a algún lugar, sus guardaespaldas tuvieron que entrar en otro. Nadie sabía a que parte de Katze iban pero tenían que mantener la calma y confiar, por mucho que no lo hicieran realmente.

Al bajar todos de las carrozas, se dieron cuenta que volvieron al Palacio del Reino Hechicero, eso les confundió pues según Ainz y Ulbert iba a ser en la Planicies Katze.

Una sirvienta de apariencia extraña acompañada de 2 guardias Lich los condujo hacia el patio, una de los guardaespaldas de Caspond parecía conocerla. Allí en el lugar había varias sillas y mesas para todos, con postres coloridos y bebidas atractivas. Jircniv y Zanac sonrieron ante eso.

Ambos habían deja el resentimiento, no creían conveniente quedarse en el pasado ahora que eran vasallos de un Reino, mejor dicho, de seres poderosos. La princesa Renner y el rey Caspond se acercaron en silencio; los guardias de mayor confiabilidad de estos dos se acercaron también, eran Climb y Neia.

—Estimados invitados de honor, les pido por favor tomen asiento y disfruten de nuestros productos ofrecidos. Su Majestad el Emperador Hechicero pronto los verá. Si necesitan algo no duden en llamarme, soy Shizu Delta, sirvienta pléyade de combate. A sus servicios. —Con una voz monótona dio su discurso para luego alejarse un par de metros.

—... ¿Habrá sucedido algún contratiempo?

—No lo creo, princesa Renner. Pero me parece que usarán un hechizo de transportación... La primera vez que fui a su verdadero hogar pasé por eso. —Jircniv sin perder tiempo agarró uno de los postres y tras mirarlo unos segundos, lo comió. Tal como lo esperaba, su sabor era exquisito y fuera de los límites que impuso.

—¿Su verdadero hogar? —Esta vez quien preguntó era Zanac quien siguiendo su ejemplo comió el mismo postre quedando maravillado por tal manjar.

—Era un Palacio digno de Dioses... tenía objetos y decoraciones fuera de este mundo, mis artesanos jamás pudieron hace una sola réplica.

—¿Es así?

—Su Sala del Trono era del tamaño de la mitad de este Palacio...

Antes de poder siquiera hacer una exclamación de sorpresa, un ser en armadura plateada apareció a la vista de todos tras cruzar un portal. Este se dirigió a CZ y tras decirle unas palabras que no pudieron ser escuchadas por nadie, se fue.

Neia miró al paladín plateado irse y sintió que por fin volvía a respirar. Ella conocía quien era ese ser, después de todo, tuvo el privilegio de que Ainz le hablara sobre ellos, sus amigos.

CZ al ver su expresión se acercó a ver cómo estaba. Caminó hasta la mesa que contenía a los guardias de Caspond e ignorando a Remedios que la miraba de manera intensa preguntó.

—¿Estás bien Kouhai?

—S-sí... Es sólo que no esperaba conocer en persona al gran Touch-me-sama... Realmente todo un privilegio estar en su presencia a pesar de no haber cruzado mirada.

Hubo un bufido, no hizo falta voltear a ver porque ya se conocía a la causante. Shizu continuó mientras hizo un asentimiento tierno.

—Es como dices. La grandeza de los Seres Supremos es demasiado para la vista incluso si están a varios kilómetros de distancia.

—Disculpen por la ignorancia pero ¿en qué se especializa el Supremo Touch-me-sama? Por el tipo de armadura supongo que es un paladín pero... —Y dejó la palabra en el aire. El que preguntó no fue otro que el Rey Caspond. Como su Reino estaba alejado de los otros y además estando en plena reconstrucción después de la gran batalla, no tenía mucha información de quiénes eran los 41 a pesar de que Neia haya estado hablando sobre ellos en las últimas semanas... O eso era lo que tenía que fingir.

—El Ser Supremo Touch-me-sama es el más fuerte de los cuarenta y uno; pertenece a la clase: paladín; tiene el título 'Campeón del Mundo'; también es uno de los principales líderes y además, uno de los mejores amigos de Ainz-sama.

—¿El más fuerte? —La boca de Zanac quedó entreabierta luego de preguntar. Brain que se encontraba escuchando en silencio estaba incrédulo al enterarse que existían otros 40 seres más poderosos que Shalltear Bloodfallen.

—Sí. —No hubo un cambio notorio pero Shizu sonrió— Ainz-sama a pesar de ser el líder de todos los Seres Supremos no es el más fuerte. Pero aún así está en el top 10 de los más poderosos e increíbles.

La autónoma hizo una pequeña pausa para sacar algo de su bolsillo oculto, era una especie de disco blanco pequeño con un botón negro en la base. Conectó el cable sobresaliente con uno de sus dedos y al instante apareció un holograma grande mostrando a los 41 Seres Supremos de Nazarick. Todos los presentes que eran dieciséis personas lo vieron sin problema.

Y utilizando su mano libre guió la presentación pasando de ser en ser mientras decía sus nombres y títulos.

—Entre esos puestos también están: Ulbert Alain Odle-sama, con el título: 'Desastre Mundial'; Warrior Takemikazuchi-sama, el Gran Samurái; Peroroncino-sama, el Arquero Perfecto; Nishikienrai-sama, el Ninja Asesino de Dioses; Bukubukuchagama-sama, el Tanque con mayor defensa del Mundo; Herohero-sama, el Limo con mayor corrosivo del Mundo; Tabula Smaragdina-sama, el Maestro de la Alquimia; y Punitto Moe-sama, el Estratega Definitivo.

—Eso es... increíble. —Fue lo único que pudo decir Nimble, uno de los cuatro (tres) Caballeros Imperiales. Baziwood no pudo mantener la boca cerrada, todos esos monstruos tenían apariencias... perturbadoras, el hecho de que sean los más fuertes de todo lo conocido solo logró crear un cortocircuito en su mente.

—¡Espera! ¿Asesino de Dioses? ¿Qué quiere decir eso? —Exclamó Evileye, su tono de voz demostraba que estaba incrédula. Ella estuvo en la primera presentación de estos seres y ninguna vez escuchó tal título.

—Es así. Nishikienrai-sama tenía la manía de atacar a los Dioses con un sólo golpe para matarlos; en sus palabras, lo hacía por diversión cuando estaba aburrido. —A continuación se mostró un pequeño vídeo que el mismo Nishikienrai proporcionó para esta ocasión planificada.

En ella se mostraba desde la perspectiva de una tercera persona de cómo el ninja estaba oculto entre los arbustos esperando un pequeño grupo de 3 novatos orgullosos que anteriormente los había estado vigilando. Nishikienrai movía sus armas de un lado a otro en silencio, probando el peso y la comodidad antes de atacar a sus presas.

Cuando el grupo apareció se pudo escuchar perfectamente de lo que hablaban. Eran tan ingenuos verlos confiados caminando sin estar alerta por los monstruos de alrededor o él mismo.

—¿Por qué no me lo dijeron? —Preguntó la Guerrera que iba al frente. Balanceaba su arma y de vez en cuando se movía de manera coqueta que solo resaltaba su cuerpo bien proporcionado gracias al conjunto de poca ropa que traía puesto.

—Aún falta para la invasión, dicen que están reuniendo una gran alianza para matar a ese Gremio de heteromórfos. —El que contestó parecía ser un mago, estaba en la retaguardia junto a un tanque robusto y grande—Además, ¿cómo diablos te lo íbamos a decir si ni siquiera entrabas?

—Un mensaje al menos, ¿no?

—Aunque me pregunto si nos invitarán... será algo histórico —Cuestionó esperanzado el tanque.

—Es obvio que sí, somos muy fuertes y acabamos de mejorar nuestros Equipos a Legendario. Matarlos debe ser sencillo... Ainz Ooal Gown, ja, por lo que escuché sus miembros parecen salir solos, será pan comido si nos encontramos a uno de ellos, especialmente si es el líder ya que al parecer es un mago y/o comodín no-muerto. Creo que hicieron una misión no-oficial para cazarlo.

Para los humanos que miraban y escuchaban atentamente fue demasiado obvio de quienes y quién hablaban esos seres. ¿Matar a Ainz Ooal Gown? ¿acaso estaban locos? Eran prácticamente dioses pero no creían posible aquella gran hazaña.

La guerrera parecía muy entusiasmada con la idea, ella había tenido antes una ligera rivalidad con una de los miembros de Ainz Ooal Gown y creía que con esto podría cobrar su venganza de haber muerto cuatro veces seguidas en un evento de incursión.

—¿De verdad será tan fácil? Si lo fuera entonces ¿por qué no lo han matado ya? Quizás es todo una trampa y ellos en realidad están esperando a que la invasión llegue. —El mago por el contrario parecía dudoso y cauteloso.

—No seas tonto, por lo que sé es un secreto y pocos jugadores a parte de los gremios principales saben de esto, incluyéndonos.

—¡Oh! Entonces aprovechemos la situación y demos una vuelta por su base que está cerca, de seguro encontramos a uno de los heteromórfos jugando solo. —Apoyó el tanque mientras lanzaba un emoticono desafiante.

Una cosa extraña para los más observadores fue la falta de expresiones que tenían los seres del video. Sus posturas y movimientos coincidían perfectamente con su tono de voz pero sus labios nunca se abrieron, en cambio apareció esa cosa flotante parecido a una cara estática.

—Y lo acabaremos rápido, seremos tres contra uno. —Terminó la guerrera emocionada mientras clavó su espada en la tierra— Fácil y sencillo jajaja.

—... Hhm... ¿De verdad? —Los tres se detuvieron y miraron a su alrededor— ¿Piensan que somos débiles?

Una voz desconocida para los novatos se escuchó, el mago se sobresaltó y ¿cómo no hacerlo? sea quien sea había evadido sus hechizos de alto nivel en anti-espionaje y de alarma.

—¿Quién eres? ¡Da la cara! —Exigió la Guerrera orgullosa pero una de sus manos la traicionó y tembló un poco. Su arma ahora estaba alzada en posición de ataque.

—¿Acaso son sordos o idiotas?... Uhm, al parecer los dos. En fin, me presentaré por respeto. Soy Nishikienrai, uno de los miembros fundadores del Gremio de Ainz Ooal Gown... y el causante de sus muertes.

A penas terminó la presentación se lanzó en picada hacia el tanque desorientado, bastó un solo golpe en la cabeza desprotegida para hacerlo caer muerto. Rápidamente se escondió y esperó las reacciones de los que quedaban.

—¡¿Q-qué?!

—¡Maldito!

El mago retrocedió varios pasos asustado, se notaba que jamás había presenciado una muerte tan rápida en el juego. La Guerrera estaba molesta, tanto por Nishiki como por ella misma y su incapacidad para atacar rápido.

—¡Dame apoyo mágico, ahora!

Con algo de esfuerzo se le aplicó los siguientes hechizos. Se notaba que el mago tenía miedo de enfrentarse al Ser Supremo ninja.

[B-bendición del Hechicero] [Potenciación del Sensor] [Aumento de Dureza] [Intuición Paranorm-

Nishikienrai atacó nuevamente con su técnica favorita y logró matarlo antes de que terminara con el cuarto buff. Antes de intentar desaparecer mostró un emoticono sonriente y angelical.

—¡Cobarde!

—¿Eh? ¿Por qué? —Su cuerpo ligeramente agachado listo para saltar se levantó en toda su altura de dos metros para contestar a la Guerrera.

—Te escondes y nos atacas desprotegidos, ¡eres un cobarde!

—Disculpa pero, ¿estás loca?. Soy un ninja, obviamente ataco de entre las sombras, que seas incapaz de defender a tus amigos no es mi culpa... Pero mejor te demuestro que incluso frente a frente puedo matarte.

Como si de una bala se tratase Nishikienrai saltó en zigzag con intención de confundir. La Guerrera pudo detenerlo a duras penas gracias a los Buff que le dieron.

—... Eres débil, nivel setenta por lo mucho.

Fue lo último que ella escuchó antes de darse cuenta de que tenía una un gran número de dagas clavadas en puntos vitales y débiles de su armadura. ¿Cómo diablos la mató tan fácil? Se preguntó cuando su cuerpo desapareció por completo.

Nishikienrai esperó unos segundos para su recompensa, los tres novatos no tenían nada interesante pero estaba seguro que a Momonga le gustaría coleccionar lo que sea que fuera.

—Uh... ¿una invasión, eh? Será divertido.

La transmisión del vídeo finalizó con la imagen del Supremo mirando el cielo nocturno y aterrador, el sonido de monstruos rondando el lugar con intención de atacar al Supremo.

Ahora los presentes no sabían que decir, lo que acaban de ver era como un recuerdo y ni así querían creerlo los más negados. CZ guardó el objeto en algún lugar de su ropa y esperó algún tipo de respuesta de los presentes.

—... U-uhm... Eso fue... —Intentó comenzar Gagaran con el tema de las armas y armaduras pero fracasó completamente. Sus compañeras Tia y Tina estaban asombradas a más no poder, ver ese nivel de movimiento y ataque las dejó alucinando, mucho más que cuando lo vieron aquél día.

—Asombroso. —Completó Neia Baraja.— Como se esperaba de Nishikiernai-sama, uno de los Seres Supremos y amigo de Ainz-sama.

—... Tia, ¿crees que logremos llegar a ese nivel?

—... Está fuera de nuestra liga Tina.

Ambas asesinas-ninjas concordaron jamás enfrentarse a aquel ser aún sin conocerlo personalmente. Sabían que morirían al instante como esas personas que incluso con armaduras divinas y de gran poder no hicieron nada contra las armas cortas que fácilmente se clavaba en ellos.

Sorprendentemente Evileye y Lakius habían guardado silencio en todo momento. No se sabían las razones pero no era nada grave. Brain y Climb mantenían la vista baja. Los otros guardaespaldas de los otros Reinos estaban aún procesando lo que vieron.

Pronto se abrió otro portal, ahora este parecía que sería el de ellos porque nadie salió de él. CZ se colocó al lado y esperó a que los Gobernantes y sus guardaespaldas estuvieran cerca para poder hablar.

—Este portal los llevará a una zona ya preparada de las Planicies Katze, ahí también asistirán sus Majestades Ainz-sama y el resto de los Seres Supremos que han podido llegar a este Mundo. Algunos de los Guardianes de Piso también harán acto de presencia. Por favor, pasen.

El primero en reunir valor y caminar fue Jircniv y sus dos Caballeros Imperiales, en sus palabras mentales era para demostrar que confiaba y estaba seguro al ser un Vasallo. Seguidamente fue Caspond y su séquito, se veía una gran emoción en Neia y un par de sus seguidores. Finalmente entraron Zanac, Renner, Brain, Clim y Blue Rose.

—Fase tres del plan finalizado, empezando fase cuatro.

Dijo Shizu antes de ingresar también. Las sirvientas que se quedaron entendieron lo que quiso decir y comenzaron a guardar todos los muebles y alimento que sobró.

Ya en Planicies Katze, lo primero que vio Jircniv fue que estaba en una gran arquitectura que servía como mirador. Todos los asientos estaba separado por Reinos, el suyo se encontraba cerca, seguía el de Caspond y después el de Zanac.

Si miraba un poco más allá se podían distinguir otra arquitectura grande con cerca de veintisiete sillas finamente hechas por manos expertas, una sobre todo era más grande que las otras. Supuso que ahí estarían los Seres Supremos y Ainz.

Su suposición fue correcta pues cuando tomaron asiento se abrió otro portal, de este salieron primero los Guardianes que había conocido desde hace tiempo, luego fueron criaturas grandes y de diferentes aspectos, uno más aterrador que otro pero todos exudaban una gran cantidad de poder inimaginable. Finalmente, por lo que pareció una eternidad, salió Ainz.

Varios de sus amigos heteromórfos al igual que los Guardianes se apartaron para dejarle tomar su asiento, fue cuando lo hizo que recién los demás heteromórfos comenzaron a sentarse, los Guardianes se colocaron estratégicamente detrás de algunos en espera. Los Gobernantes vieron asombrados la sincronización perfecta y elegante que mostraban todos.

Brain tragó saliva mientras miraba a cierta vampiro con vestido fucsia. Su mano tembló ligeramente y por poco alcanza su arma por instinto. No tenía palabras para lo que veía, tampoco quería creerlo pero Shalltear Bloodfallen seguía viva y con una sonrisa posicionada detrás del hombre-pájaro. Ahora más que nunca quería tener una charla con el Héroe Momon... Si es que era realmente un héroe y no mintió en sus batallas.

—Bienvenidos compañeros Gobernantes y respectivos guardaespaldas, lamento que hayan tenido que esperar pero estábamos preparando este escenario para ustedes. Todo está bien protegido, por lo tanto no teman si hay alguna gran explosión o ataque de área. Mi amigo Ulbert Alain Odle pronto comenzará con el evento.

Era la voz exquisita del Rey Hechicero quien dio las primeras palabras. Nadie comentó nada pues estaban a una gran distancia y la única forma de que sean escuchados era por magia, la cual no tenían en esos momentos.

Pasó un par de minutos antes de que el Ser Supremo con apariencia de cabra se levantara de su asiento y volara hasta una distancia considerable. Él extendió sus brazos físicos y de sombra como dando una cálida bienvenida pero, una siniestra sonrisa se extendió por su rostro dando un escalofrío a todos los humanos que lograron verlo.

—Humanos Gobernantes, mi magia será desatada en una pequeña fracción para no destruir esta zona. Quédense sentados y no intenten escapar si algo los asusta, podrían caerse y morir. No quiero ser el culpable de tales incidentes vergonzosos.

Después de soltar una corta carcajada, un gran círculo de magia se extendió por encima de Ulbert, era de color rojo oscuro, con mucha energía siniestra a su alrededor. Estuvo girando por unos segundo y luego... luego hubo una explosión cegadora que los obligó a cubrir sus ojos.