Hola hijos del trueno, espero que estén bien.

Respondiendo…

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warlocktoungue. Amigo, no sabía cómo responderte, pero creo que más o menos lo diré así. El termino de Caballera, claro que sé es una forma incorrecta, pero lo usé porque no me gusta usar el término Caballero femenino, no sé porque, pero en mi opinión se escucha medio raro. Así que, sí, el termino me lo inventé XD. ¡Saludos!

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genesis. Ambos equinos si tuvieron su momento. Pobres, como tú dices, les miraron como Dios los trajo al mundo, no puede ser más humillante. ¡Saludos y Bendición de Athena!

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Pegaso Seiya. Si llegas hasta aquí amigo, gracias por leer mi historia. Te seré sincero, yo soy gran fan del Seiya x Saori, pero me inclino por Shoko, no sé, como dices tú, es que se parecen demasiado con Seiya que cuesta trabajo no juntarlos. ¡Saludos y Bendición de Athena!

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Sin más, comencemos…

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Toda la legión Dorada se hallaba reunida a fuera de la habitación de la pareja de Caballeros equinos a la espera de que ambos salieran.

La mayoría estaba súper avergonzada, en especial por parte de las Saintias y Saori, las cuales ya no mirarían a su compañera de armas y amiga de la misma forma.

Del lado masculino, los amigos de Seiya se hallaban con distintas formas de pensar. Hyoga estaba muy celoso del castaño, Shiryu solo pensaba un poco en la situación, Shun estaba con la cara completamente roja e Ikki… como siempre haciéndose el malo, pero en el fondo se estaba muriendo de la risa.

La orden dorada era otro rollo. Los más "alegres" por la situación eran Milo, Camus y Máscara de Muerte. Los tres veían al Pegaso como su nuevo dios, su ídolo.

El Patriarca Shion solo tenía la cara roja por lo pasado con ambos Caballeros. Él debía ser guía y ejemplo de nobleza y honestidad, pero en ese momento las cosas no importaban para él.

Saori solo estaba con la mirada perdida, imaginar que su Saintia favorita, la que consideraba como un Saintia ejemplar y pura, ahora solo podía demostrar lo primero, ya que pura, como que ya no era.

Kyoko y Jin eran un mundo diferente. El padre de ambas Saintias era pura carcajada, más por el hecho de las reacciones de los Caballeros de Athena.

Mientras que la peli morada era un solo nudo de nervios. Ahora que Saori sabia su más íntimo secreto, no sabía que sería de ella en el futuro, más que compartía la Armadura de Equuleus con Shoko, tal vez la haría a un lado.

Mientras todos estaban esperando a la pareja, finalmente ambos Caballeros Equinos salieron y no se veían… nada felices.

-Seiya, Shoko-san, este… - Saori trató de hablar con ambos chicos, pero estos velozmente la evadieron mientras iban juntos, específicamente, Shoko iba del brazo con su novio.

- ¿Escuchaste algo Shoko? – dijo Pegaso con sarcasmo.

- No amor, debió haber sido un simple sonido sin importancia – respondió la peli rosa en el mismo tono que su novio.

Y dicho esto, ambos Caballeros se fueron del lugar dejando a todo el mundo con la boca abierta, no solo por el hecho de que prácticamente ignoraron a todo el mundo, sino más porque ignoraron a Saori completamente, así como si nada, ni siquiera la voltearon a ver.

- ¿Q-Que fue eso? – preguntó Katya bastante asustada.

- No lo sé ustedes, pero esa fue la ignorada más épica de la historia – dijo Ikki en tono burlón.

- Estoy de acuerdo con este tipo – dijo Máscara de Muerte chocando los cinco con Ikki.

- Ustedes dos deberían comportarse – dijo Shion algo irritado – que falta de respeto fue esa de Equuleus y Pegaso.

- No lo sé amigo, creo que esta vez estoy de acuerdo para favorecerlos – dijo Libra.

- ¿En serio Dohko?

- Míralo de este modo, si descubres que se han metido a tu habitación sin tu permiso y te encuentran en un momento íntimo, ¿no te enojarías?

- B-Bueno… - Shion no podía argumentar nada ante esa lógica – creo que tienes razón.

- ¡Oigan! – fue el llamado de una de las Saintias.

- ¿Qué pasa Mii-san?

- ¿Podrían dejar de hablar de esto? – pidió la chica.

- ¿Por qué? – preguntó Saori.

- Porque Xiao ya no se nos va – todos miraron hacia Osa Menor, quien se miraba con la cara roja y con un fantasma saliendo de su boca.

- Pobre Xiaoling.

- Que Zeus la acoja en su noble morada.

- ¡Que no me he muerto! – reclamó la castaña.

- Creo que… - a Ikki se le vino una idea a la mente, la cual no le gustaría hacer, pero vio como una buena forma de acabar con el drama – Oye Shun.

- ¿Qué pasa hermano?

- Quiero que vayas a reanimar a la osa de peluche esa.

- P-Pero hermano, ella… - el peli verde se miraba algo avergonzado.

- Mira Shun, ya es hora de que te vuelvas un hombre de verdad y consigas una chica.

- P-Pero hermano.

- ¿Algún problema? – dijo el peli azul dedicándole una mirada en el que se veía fuego en los ojos, cosa que hizo palidecer a Shun.

- B-Bien.

Andrómeda se acercó a las Saintias, las cuales solo se dedicaron a ver como el peli verde se acercaba a su amiga caída.

- ¿Q-Que hará Shun-san?

- P-Pues…

- ¿S-Sí?

- No lo sé – dijo causando caídas de muchos Caballeras.

- Mira Shun, solo bésala y hará que se despierte.

- ¡¿Qué?! – se expresó el peli verde muy rojo.

- Vamos Shun, no me digas que no es bonita la osa de peluche – dijo Ikki.

- N-No es eso, s-solo que… ¿besarla? ¿no es ir muy lejos?

- Shun, hazte esa misma pregunta como cuando batallamos contra dioses… ¡Desafiamos dioses Shun! Fuimos lejos y tú te quejas de besar a una chica.

- P-Pero…

- Qué pero ni que ocho cuartos, ve y besa a esa osa y al final te vuelves un hombre.

- Está bien – dijo ya rendido.

Shun se tomó bien los huevos y se acercó a la Saintia de cabello castaño y acto seguido la besó, cosa que asustó a más de uno, más a las compañeras de la Saintia, pero se les fue rápido el miedo.

Incluso lo que sorprendió, fue cuando la Xiaoling comenzó a despertar y notó como Shun la estaba besando. Su reacción fue cuando despertó totalmente y tuvo que separarse rápidamente de él.

- ¡L-Lo siento Xiaoling-san! – exclamó Shun muy rojo.

- N-No te preocupes Shun-san, s-solo me sorprendí.

- ¿En serio no dice nada cuando Shun-san la besó? – susurró Katya a Mii.

- El poder del amor Katya.

- Ya veo – dijo la rusa con una gota de sudor.

Los Dorados solo veían la escena con algo de curiosidad, en especial para Milo, el cual aún pensaba en Seiya y como había logrado lo imposible.

-Milo.

- ¿Qué ocurre Camus?

- Aun piensas en lo de Seiya ¿verdad?

- Sí, es que…

- ¿Es que?

- ¡Ese Seiya es mi ídolo! – gritó Escorpio muy celoso.

- Cálmate Milo.

- Cálmense ustedes dos – dijo Shion calmando a ambos Dorados.

- Sí.

- Por cierto, ¿para dónde habrán tomado Shoko-san y Seiya? – preguntó Saori.

- Creo que ambos deberían estar enojados, y lo comprendo ya que, aunque nunca lo viví, debe sentirse feo que te encuentren en una situación así.

- ¿A poco?

- A mí me pasó una vez – dijo Máscara de Muerte para sorpresa de todos.

- ¿E-En serio Máscara?

- Sí, pero nadie me vaya a preguntar porque no estoy de humor.

- Está bien.

- Realmente necesito hablar con ellos dos, es algo realmente importante.

- ¿Tanto así Athena?

- Sí, pero es algo que nunca me había pasado en el tiempo que llevó siendo Athena.

- No me lo creo.

- Sí, tiene que ver con Shoko-san y Seiya.

- Vaya.

- Me pregunto si querrán hablar conmigo después de esto.

- Si no, vamos a ir por ellos… ¡¿Qué me dicen muchachos?! – dijo Shion a sus Dorados quienes respondieron con gritos y elogios.

- Shion, si vas a estar como comandante ruso mejor no hagas nada.

- E-Está bien.

- ¿Dónde estarán Shoko-san y Seiya?

Mientras que en algún lugar de las afueras del Santuario…

Ambos Caballeros equinos se hallaban caminando por el pueblo cercano al Santuario, en el que ahora era un pueblo muy calmado luego de la violenta guerra Santa, desde la pasada en el siglo XVIII y la de esta era.

Al final, ambos chicos solo caminaban por las calles tan pacíficas. Shoko iba agarrada del brazo de su novio, la cual iba muy apegada a su hombre. Aunque a Seiya le incomodaba, no le molestaba ya que sabía cómo su novia se sentía cuando alguna chica le guiñaba el ojo o le hacía un cumplido, aun con su novia ahí.

- ¿S-Shoko? – dijo el castaño a su novia quien lo iba agarrando muy fuerte.

- No me importa.

- S-Shoko.

- Sé que me pongo algo celosa cuando alguien está contigo, pero es que no quiero que te vayas con otra chica.

- Shoko, cuantas veces tengo que decirte que no me iré con otra mujer, que tú eres la única mujer que yo quiero.

- Sé eso, pero es que yo te quiero solo para mí.

- Mira - Seiya abrazó a su novia de la cintura – ya te dije que no te voy a abandonar, juré quererte, recuérdalo, mi corazón encantado por ti vibra, por el polvo de esperanza y magia.

- Del universo que, ambicionan todos poseer – siguió Shoko ya que como diría el Capitán, entendió la referencia.

- Voy a amarte para toda la vida.

- No me importa si no te intereso.

- Ven toma mi mano.

- Para huir de esta infinita oscuridad – esta vez no se besaron, solo se abrazaron, con la cabeza de Shoko reposando su cabeza en el pecho de su amado.

- Oye Shoko, ¿crees que deberíamos ir con Saori?

- No lo sé, pero necesito al menos un poco de tiempo para ordenar mis pensamientos.

- Creo que tienes razón, fue algo humillante que nos encontraran así.

- Bueno, no creo que vayamos a ir por el momento, así que debemos ir a divertirnos.

- Sí, pero antes… - Seiya se le acercó al oído a su novia – debemos ir a comprar los condones.

- Tienes razón.

- ¿Qué dices?

- Bueno, necesitamos varias cajas, después de todo estaremos 2 semanas aquí en el Santuario.

- ¿Cómo cuantas cajas necesitamos? – preguntó Pegaso.

- Veamos – la peli rosa lo pensó un poco – sabiendo el tiempo que estaremos y sabiendo cómo eres.

- ¿Me insultas o me halagas?

- Depende como lo tomes – respondió la peli rosa.

- Bueno, creo que lo tomaré como un halago.

- Bien por ti.

- Ya en serio Shoko, ¿Cuántas cajas compro?

- Ya te dije, conociéndote creo que serán unas 12 o 13 cajas.

- Vaya, buenos números.

- Bueno, eso supongo que gastaríamos ya que la noche anterior gastaste…

- Gastamos – le corrigió Pegaso – ya que tú también querías "otra ronda".

- B-Bueno, eso fue porque ya no teníamos condones.

- ¿Ves?

- Está bien, tú ganas. Supongo que deberíamos comprar más cajas ya que en algún dado caso no se antoje hacerlo varias veces más.

- Eso también va para ti.

- Bueno, cómpralos de una vez para que podamos ir a ver que quiere Saori-san.

- Está bien.

Para hacer corto el cuento, Seiya fue y compró un total de… ¡20 cajas!

La pareja pasó por varios lugares del Santuario, comieron en algunos puestos, aunque la ventaja de ser los héroes de la pasada Guerra Santa, es que normalmente los aldeanos les regalaban la comida, ya que estaban eternamente agradecidos con los Caballeros, además de que eran muy humildes.

La pareja pasó tanto tiempo en distintos puntos del Santuario que empezó a anochecer y decidieron regresar al Santuario.

- ¡Hasta que llegan! – exclamó Mu – Athena los ha estado esperando.

- Lo siento Mu, pero es que no teníamos ganas de ver a Saori aún.

- Bueno, se los perdono porque entiendo la situación en los que los encontraron.

- ¿P-Podrías olvidar eso? – dijo un Seiya algo sonrojado al igual que su novia.

- Está bien.

Los dos Equinos pasaron la casa de Aries, después pasaron las demás casas del Zodiaco hasta llegar a la cámara de Athena.

- ¿Crees que esté enojada?

- Honestamente creo que sí.

- Vamos.

Ambos ingresaron donde se encontraba la diosa, la cual, en vez de enojarse, los recibió muy aliviada.

- ¡Qué bueno que llegaron!

- Mira Saori, aún estamos enojados por lo de la mañana, así que se breve.

- ¡Oigan! ¡¿Qué es ese modo de tratar a…?!

- Déjalos Shion, tienen razón en estar enojados.

- Bueno, ¿Qué querías decirnos?

- Miren, quiero que me presten atención a los que voy a decir…

- Bien.

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Continuará…

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El próximo capítulo daré a entender de qué quiere hablar Saori con Shoko y Seiya.

Sin más, me despido de ustedes.

Este ninja se despide y se va a realizar otras tareas.

Bye.