Te han mandado a la Friendzone… ¡De ley te ha pasado!
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genesis. ¡Hola amiga! Qué bueno que entendiste la referencia de Dragon Ball GT, la estaba escuchando cuando estaba escribiendo la parte de ellos dos, y se me fue así que decidí dejarla al final. Shun ya se hizo hombre XD. ¡Saludos y Bendición de Athena!
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Pegaso Seiya. Creo que yo haría lo mismo, Saori andaba urgida y al final le salió caro, sus dos Caballeros más fieles ahora la odian XD. Agradezco mucho tu apoyo. ¡Saludos y Bendición de Athena!
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Antes de comenzar, quiero advertirles que este capítulo viene algo fuerte. Recomiendo discreción y por favor, no me maten en los reviews.
Sin más, comencemos…
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El Caballero Pegaso y la Saintia de Equuleus se hallaban frente a Saori, la cual solo se veía algo preocupada.
- ¿Qué tienes que decirnos Saori?
- Bueno, creo que debo ser sincera, esto que voy a contarles fue un sueño.
- ¿Un sueño?
- Sí, al parecer una de mis antiguas reencarnaciones tuvo una guerra que hasta el día de hoy no ha pasado.
- ¿Guerra?
- Sí, no recuerdo bien el nombre del dios con el que mi antigua reencarnación peleó, pero sé que volverá a pasar en esta era.
- ¿Volverá a pasar en esta era?
- Sí.
- ¿Por qué lo dices también a los Caballeros Dorados sobre esto? Ellos deberían saberlo…
- Mientras ustedes no estaban, ya les comuniqué esto, ellos están dispuesto a luchar como siempre, pero de veras, necesito a mis dos Caballeros más fuertes.
- Sabes que cuentas conmigo siempre Saori.
- También conmigo Saori-san.
- Gracias por su apoyo chicos.
- Por cierto – habló Seiya – Saori, de casualidad, ¿sabes algo sobre la legendaria Saintia?
- … - esto dejó un poco callada a Saori, pero siempre se atinó a hablar – veo que ya lo saben.
- ¿Lo sabemos?
- De hecho, ese era el otro punto que quería tratar.
- ¿D-De que hablas Saori?
- La Athena del siglo XV, tuvo una Saintia que entrenó por mucho tiempo y alcanzó un poder muy alto, tanto que al ser solo una Saintia de bronce, alcanzó un poder tanto así que llegó a superar a todos los Caballeros de Plata de ese entonces.
- ¿Superó a los Caballeros de Plata?
- Sí – la diosa continuó su relato – pero el objetivo de la Saintia de Equuleus era volverse muy fuerte, tanto como para poder ser de gran utilidad para Athena.
- ¿Y qué pasó con ella?
- Durante la guerra Santa contra Poseidón de ese tiempo, Equuleus batalló fuertemente contra varios de los soldados del ejército del dios de los mares. Incluso, siendo solo una Saintia, logró derrotar a muchos de los soldados de Poseidón, incluyendo a 4 Generales Marinos.
- ¿Derrotó a 4 Generales Marinos? – exclamó Shoko con sorpresa, incluso Seiya estaba sorprendido.
- Sí, de hecho, los Dorados llegaron incluso a temer de esa Saintia, su poder aumentaba cada vez que peleaba, se volvía descomunal su poder, tanto que ya podía rivalizar con la de un Caballero Dorado.
- Increíble.
- Sí, pero por más sorprendente que parezca, ella nunca hizo el ademan de querer ser una, solo tenía el poder.
- Entiendo esa parte, pero ¿Qué le pasa a Shoko? Quiero decir, ese Escorpión Dorado que apareció detrás de ella, ¿Qué significa?
- A eso iba Seiya – habló Saori – resulta que la Saintia había sido una chica abandonada que fue adoptada por un hombre que pasaba. Su aldea había sido quemada durante algunas guerras que hubo en el pasado.
- E-Ese hombre era…
- Sí, ese hombre era el Caballero de Escorpio de aquel entonces. Él la tomó como su hija y la entrenó por mucho tiempo, de hecho, ganar la Armadura de Equuleus no fue problema para ella.
- Vaya.
- Pero… eso no explica no del Escorpión Dorado.
- A eso iba. Resulta que Escorpio, cuyo nombre no recuerdo aun, le había enseñado varias de sus técnicas a la Saintia de Equuleus, entre ellas la Aguja Escarlata Antares, que es una de las técnicas más poderosas de los Caballeros de Escorpio.
- Sí, Shoko pudo usarla para vencer a Milo.
- ¿En serio? – la peli rosa asintió – bueno, las técnicas fueron heredadas a la chica, que incluso durante la guerra Santa de Hades, muchos de los Dorados perdieron la vida, y el Caballero de Escorpio, antes de morir, le dio la mitad de su sangre a la Armadura de Equuleus para que el Caballero Dorado de Aries le ayudara a repararla, cuando terminó, Escorpio murió.
- N-No puede ser.
- Luego de eso, Equuleus fue a luchar en memoria de su maestro y padre adoptivo a la guerra contra Hades. Para resumirles, la Saintia luchó salvajemente y logró uno de los milagros que nos ayudaron a ganar la guerra Santa. Ella misma, a costa de su vida, logró derrotar a los 3 jueces del infierno.
- ¡¿Derrotó a los 3 jueces del infierno?!
- Sí, pero gracias a esto, perdió la vida cuando luchó contra Radamanthys y ganó en el último minuto. La Saintia nos ayudó mucho durante esa guerra y aunque murió, su esfuerzo nos sirvió mucho.
- Fue una increíble Saintia.
- Pero hay algo que los va a impresionar más.
- ¿Qué es?
- Justamente esa Saintia era igual a Shoko-san.
- ¡¿Qué?!
- Sí, tenía la misma apariencia física y el mismo valor de justicia y lucha. De hecho, luchó fuertemente junto al Caballero de Pegaso.
- ¿Con Pegaso? – preguntó Seiya algo interesado.
- Sí, imagínate Seiya, has sido una de las muchas reencarnaciones del original Caballero de Pegaso, Rodorio.
- ¿Rodorio?
- Sí, desde la era mitológica, Rodorio fue el primer Caballero de Pegaso de mi ejército y también luchó junto a él, Kya de Equuleus, la primer Saintia de Equuleus que existió.
- ¿La primer Saintia de Equuleus? ¿El primer Caballero de Pegaso?
- Sí, Pegaso fue el primer humano en herir el cuerpo de Hades, cosa que hizo que ya no volviera a pelear con su cuerpo original y comenzara a posesionar cuerpos.
- ¿Y Equuleus?
- Eso va conectado con el dios de los mares.
- ¿Con Poseidón?
- Sí, en la guerra de la Era Mitológica, la Saintia de Equuleus logró con ayuda del Caballero Pegaso, derrotar a Poseidón y haberle destruido el cuerpo.
- ¿Destruimos el cuerpo?
- Sí, Equuleus a costa de su vida logró destruir el cuerpo de Poseidón e hizo que solo su espíritu y su Armadura sobreviviesen.
- No puedo creer que la Saintia de Equuleus haya hecho eso.
- Sí. Bueno, eso es lo poco que sé sobre los Antiguos Caballeros de Pegaso y Equuleus.
- Vaya, pero dime una cosa, entonces la razón por la que Shoko puede usar ataques de Escorpio es porque el Caballero de Escorpio de aquel entonces le enseñó y esas fueron heredadas ¿es así?
- Correcto.
- Pegaso se llamaría "El Asesino de Dioses" y Equuleus se llamaría "La Guerra Legendaria"
- Vaya apodos.
- Por cierto, tengo algo que decirte Shoko-san.
- ¿Qué pasó?
- Ven – la cara de Saori se miraba seria, cosa que asustó un poco a Shoko y a Seiya.
- ¿Q-Que pasa Saori-san? – Shoko estaba algo asustada por lo que su diosa le iba a decir o hacer.
- Shoko-san – Saori se acercó a Shoko, la cual estaba bastante nerviosa, pero lo que hizo la peli lila no lo esperó nadie, al menos Shion ya que se miraba calmado ante esto - ¡Feliz Cumpleaños!
- ¿Eh? – Shoko quedó confundida por esto, todo el miedo y nervios que sentía se esfumaron de repente y no sabía cómo reaccionar.
- ¿Qué te pasa? – preguntó Saori quien se miraba que aguantaba la risa.
- ¿Por qué las felicitaciones?
- Por tu cumpleaños – dijo finalmente causando más confusión en ambos equinos.
- ¿Mi cumpleaños? – la peli rosa no entendía nada.
- Saori, perdóname, pero el cumpleaños de Shoko fue el 31 de octubre, estamos a 9 de diciembre.
- Te equivocas Seiya, mañana es el cumpleaños de Shoko-san.
- ¡¿Qué?! – no solo Shoko y Seiya exclamaron, sino también los demás Caballeros de Bronce y Saintias y los Caballeros Dorados.
- ¿Y ustedes que hacen aquí? – preguntó Shion algo enojado viendo a los demás en la puerta.
- L-Lo sentimos Patriarca, pero queríamos escuchar lo que Athena quería decirle a Pegaso y Equuleus.
- Bueno, no se puede evitar Shion – dijo Saori – ellos también deben saberlo.
- Lamento haber espiado señorita Saori – se disculpó Mii.
- No te preocupes Mii-san, después de todo, creo que deberíamos celebrar un poco a Shoko-san.
- ¡Aguántame las carnes Saori! – exclamó Seiya algo desesperado - ¿Por qué dices que Shoko está de cumpleaños hoy? Se supone que ella ya cumplió años.
- Seiya, esa era otra cosa de la que quería hablarles.
- ¿De qué?
- Shion, ¿se los dices tú o se los digo yo?
- Mejor que sea Athena, creo que ellos lo entenderán mejor.
- Bien – Saori comenzó su relato – resulta que Shoko-san no cumple años el 31 de octubre.
- ¿Qué?
- Sí, Shoko-san, tu cumples años en realidad el 10 de diciembre.
- ¿El 10 de diciembre?
- Sí, lo que quiere decir que mañana cumples años.
- P-Pero, ¿Cómo es posible? – la peli rosa no salía del shock - ¿c-como saben eso?
- Tu sabes que no naciste en Japón ¿cierto?
- Sí, nací en Grecia, soy hija de Olivia y Jin.
- No es cierto Shoko – dijo una voz masculina entrando a la Cámara del Patriarca.
- ¿Papá?
- Shoko, creo que es hora de que conozcas la verdad.
- ¿L-La verdad? – Shoko estaba temiendo sobre esto, incluso vio a su hermana que estaba al lado de su padre - ¿H-Hermana?
- Shoko, realmente debes saber la verdad.
- ¡Ya díganme de una vez! – dijo ya desesperada - ¿Qué pasó conmigo?
- Shoko, yo no soy tu padre en realidad – dijo el señor antes de que todos los que no sabían quedaran en shock.
- ¿Q-Que estás diciendo? – dijo Seiya a su suegro.
- ¿Q-Que me estás diciendo?
- Shoko-san, en realidad naciste el 10 de diciembre de hace 13 años, cuando pasó la revuelta del Santuario cuando Saga planeó todo – Géminis desvió un poco la mirada.
- Eso lo sé…
- Resulta que, al nacer, Mayura de Pavo te llevó lejos cuando Saga mató a tu madre. De hecho, incluso Shura trató de matar a Mayura, pero créeme, no me quiero desviar del tema, pero…
- ¡Vete al cabo de una vez Saori-san! – gritó Shoko muy hartada.
- B-Bueno, resulta que cuando Mayura se escapó contigo, no sabía hacia dónde ir, incluso se encontró con varias dificultades para huir contigo.
- ¿H-Huir?
- Sí, de hecho, cuando Mayura logró llevarte lejos del Santuario se encontró con Aioros el cual me llevaba a mí en brazos.
- ¿Qué pasó conmigo?
- Mayura tuvo que darte en adopción, al ser una Caballera de Plata, no podía hacerse cargo de ti, así que un día te llevó al dojo del señor Jin, donde él te recogió.
- Entonces… ¿somos adoptadas hermana?
- … - Kyoko desvió la mirada, causando más tristeza en la pobre peli rosa.
- H-Hermana…
- Shoko… yo no soy tu hermana biológica.
- … - Seiya estaba cada vez más en shock, pero su novia estaba peor.
- ¿Q-Que quieres decir hermana?
- Shoko, somos hijas de Olivia, pero de distintos padres, solo que yo si nací en Japón.
- … -
- Shoko-san, Olivia supo de mi nacimiento y se fue embarazada a vigilarme. Incluso Shion le había ordenado que no se viniera debido a su embarazo, pero es que la señora Olivia fue alguien que no dejaría su trabajo por nada del mundo.
- Me vale todo esto – la peli rosa estaba muy triste - ¿Por qué me dices todo esto?
- Porque hace poco encontré los documentos de tu nacimiento los cuales fueron escondidos por Shion momentos antes de que Saga lo asesinara.
- ¿Q-Quien es mi padre?
- Shoko-san… no creo que debas saber eso…
- ¡Me vale una mierda saberlo! – gritó - ¡Me has sacado un montón de mierda y ahora no me vengas con mierdas de que si estoy segura de querer escuchar! ¡Dímelo de una puta vez!
- B-Bien – Saori no estaba segura de querer hacer eso, pero debía hacerlo – Shoko-san, e-en realidad… la señora Olivia… nunca dijo quién fue el padre.
- … -
- Lo único que dijo fue una cosa – habló Shion – que había sido abusada por un Caballero de Plata que se desconoce y tal vez nunca sepamos.
Si de por si la noticia no había sido más sal en la herida de la destrozada Shoko, ahora si estaba irreparable, cosa que Seiya notó y trató de acercarse a su novia, la cual solo le hizo el indicio de que no se le acercara.
- ¿H-Hermanita? – Kyoko intentó acercarse a la peli rosa, la cual solo desvió la mirada de su hermana.
- No te me acerques.
- ¿Qué? – la peli morada no creyó lo que escuchó – Shoko…
- ¡¿Por qué me ocultaste eso?! – gritó con rabia.
- Y-Yo… no sabía cómo decirte…
- Pudiste hablarlo conmigo…
- Shoko-san, Kyoko-san solo seguía ordenes mías.
- ¿Ordenes tuyas? – Shoko la miró con incredibilidad.
- Sí, de hecho, las demás ya sabían esto…
- ¿Qué? – Shoko miró a sus compañeras y a quienes consideraba sus mejores amigas - ¿ya lo sabían?
- … - Ninguna de las Saintias se atrevían a hablar.
- No se queden calladas…
- … -
- ¡Respóndanme de una puta vez!
- Shoko… de hecho, si lo sabíamos – Xiao fue la única que habló.
- ¿Por qué no me lo dijeron?
- Pensamos que era mejor que no lo supieras – dijo Mii – si sabías de eso posiblemente no hubiéramos ganado la guerra contra Eris…
- ¿Entonces solo les importaba que estuviese bien para ganar contra Eris?
- S-Shoko-san, nosotras no…
- Q-Quiero irme – dijo finalmente con los ánimos hechos trizas.
- Shoko – Seiya pasó cerca de su novia y esta solo se abalanzó sobre él mientras que este la abrazaba y la consolaba.
- ¿S-Shoko-san? – las demás Saintias solo miraban a su amiga y trataron de acercarse a ella, pero…
- ¡ALEJENSE DE ELLA! – fue el gritó de Seiya quien se miraba muy furioso.
- ¿S-Seiya? – todo el mundo quedó asustado al ver a Pegaso tan furioso.
- Seiya… - Saori trató de acercarse a la peli rosa, pero también fue detenida.
- ¡Aléjate! – Seiya lanzó varios Meteoros de Pegaso hacia la diosa, que fueron bloqueados por Shion usando su Muro de Cristal.
- ¡¿Estás loco Seiya?! – gritó el ex Aries – atacar a tu propia diosa.
- Me vale tres kilos de verga las reglas Shion – exclamó Pegaso furioso – me llevó a Shoko y no quiero ver a nadie por ahora.
Aunque Shion quiso protestar, Saori se lo impidió y solo dejó que ambos equinos se fueran del lugar.
Seiya no le dirigió palabra a nadie, ni siquiera a sus amigos, aunque ellos no tuvieran culpa de nada, no estaba de humor para hablar con nadie.
Pasaron varias horas y llegó la noche.
Shoko se había desahogado mucho con su novio, cosa que le agradeció a los dioses que pudiera contar. Seiya estaba enojado porque Saori y las demás le hayan ocultado algo como eso.
Pero no podía dejar sola ahora a su novia, más que mañana era su cumpleaños, que por alguna razón se sentía extraño volver a celebrar su cumpleaños.
- ¿Seiya? – se escuchó la voz de Shoko.
- ¿Te sientes mejor?
- Un poco, pero creo que me costará tiempo reflexionar.
- Ya veo.
- Seiya, quiero irme de aquí.
- ¿Irte? ¿Y qué hay de la guerra que dijo Saori?
- No me importa por el momento – dijo la peli rosa con tono frio – solo quiero irme.
- Bien, lo que tu decidas, contarás con mi apoyo.
- Gracias.
- Pero dime, ¿llevaremos las Armaduras?
- No la quiero llevar, pero creo que no haría nada sin ella.
- Bien – y sin más que decir, ambos equinos partieron del Santuario en plena sombras, pero no notaron como alguien los miraba o, mejor dicho, dos personas los observaban.
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Continuará…
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Perdonen que las cosas hayan tomado este rumbo, pero no iba a ser romance, también en una buena historia debe haber drama y después se vendrán cosas más grandes.
Sin más, me despido.
Bye.
