—Narberal Gamma es mi creación.

"Tan directo..." Fue el pensamiento divertido de todos sus compañeros cuando el ninja habló en respuesta.

—... Se un poco más específico, Nishiki. —Ainz sabía que estaba bromeando, y que por lo tanto explicaría mejor pero no pudo evitar aclararle por la presencia de Neia— Por favor.

Se escuchó un suspiro cansado. Naberal a su lado lo miró en busca de algún malestar o molestia pero al no encontrar nada y estando en presencia de otros Supremos no comentó nada.

—Al igual que sus hermanas, ella fue enviada a este Mundo con el propósito de servir a Mo- Ainz hasta nuestra llegada. —Se corrigió— No obstante, te preguntarás entonces por qué Jaldabaoth no pudo controlarla y la respuesta es que ella pudo retirarse de la batalla sin ser vista.

Con un cubierdo plateado pinchó una fruta ya picada de su plato, la miró y en un movimiento muy rápido para la vista humana de Neia, se lo comió. Ni siquiera tuvo la oportunidad de ver un atisbo de su rostro mitad golem.

—Y aunque escapó, —Continuó diciendo luego de haber disuelto y tragado la fruta— su llegada a este Mundo sin el apoyo de sus hermanas le dejó vulnerable a los efectos negativos que se obtienen sin la resistencia adecuada. Lamentablemente tuvo lo peor, una amnesia severa.

Las sirvientas llegaron. Sus carritos con comidas desbordante desconcertó a Neia por unos instantes; sin embargo, aunque en ese momento le hubiera gustado rechazar no podría hacerlo, era demasiado tarde. Todo se sirvió frente a ella, incluido el servicio especial de atenderla con servilletas en el regazo y una breve información sobre las utilidades de cada cubierto que reposaba a su merced.

Ahora solo le quedaba comer de a poco, estaba muy segura de que saldría repleta pero feliz. No lo sabía, pero estaba siendo observada con diversión por los Supremos. Ellos habían estado igual de confundidos la primera vez y ver a alguien que pase lo mismo fue alegría pura.

—¿Podrían llevarse los platos vacíos? —Fue un amable pedido hecho por Genjiro pero las sirvientas lo tomaron como orden absoluta— Todo está delicios; nuestras felicitaciones a los encargados de prepararlos y a ustedes por atendernos.

Nuestro deber de existencia es servir a los Supremos, no tiene porqué alguno de ustedes, nuestros señores, desperdiciar sus gracias en estas humildes sirvientas.

Herohero ladeó la cabeza, o mejor dicho el montículo que contenían los dos agujeros que servían como sus ojos. Le inquietaba que tanto sus creaciones como las de sus amigos fueran adictos al trabajo. Si no fuera por Momonga que dio una solución al problema, él mismo estaría lamentándose por las historias de fondo que les dio a varios NPC.

—Niñas, ya les he dicho que tomen más méritos. Ustedes son en parte creaciones mías también; así que por favor, solo reciban nuestras gracias que no es algo malo.

Con asentimientos avergonzados hacia su creador dieron fin al tema, seguidamente se alejaron para iniciar sus deberes de limpieza por el pasillo. Nishikienrai volvió a retomar la explicación; había aprovechado la escena de Herohero y las sirvientas para comer de más; Neia había hecho lo mismo pero sin dejar de prestar atención.

—Si te preguntas por Momon el humano que le acompaña en eso de ser aventureros... Jaja, bueno, fue una coincidencia y accidente a la vez el día que se conocieron. ¿No es así, Na-be-chan~?

La sirvienta de batalla se sonrojó, algo exótico para Neia ya que había escuchado de actitud fría y distante que tenía con todos sin excepción. Entonces concluyó ciegamente que sí era una creación del Supremo ninja.

—E-es como usted dice, Nishikienrai-sama. Al llegar a este Mundo, aterricé en el Sur, un poco cerca de donde actualmente sé que es la Teocracia Slane. Momon-sa-an me ayudó a estar conciente de mi entorno a la par que me cuidaba las primeras semanas que estuve indefensa.

Beast King Mekongawa sonrió. Él quería ser el que hiciera la pregunta y así poder hacer que el nombre "Momonga" de su líder fuera conocido pero tuvo que desistir; después de todo, era algo pequeño a pagar a comparación de lo que había planeado en secreto de todos. Shijutten Suzaku, sin dejar de comer en ningún momento, habló.

—¿Todavía te confundes con pronunciar la informalidad en su nombre? —Su voz contenía una nota suave, por lo tanto no fue una reprimenda— Bueno, no se te puede culpar, después de todo se parece mucho al nombre de Ainz-san.

Neia miró al Supremo Overlord, que por alguna razón estaba mirando absorto el platillo de comida que estaba cerca de él. No quería interrumpir, pero la curiosidad estaba picando y además, Ainz-sama y los otros Supremos le dieron la libertad de opinar y preguntar.

¿Ainz-sama? —La respuesta fue inmediata a su susurro, el Supremo volteó a verla e hizo un movimiento de cabeza para que continue—... ¿A qué se refieren con otro nombre, si es que puedo saber?

—¿Todavía no lo sabes, pequeña?—Se apresuró a contestar Yamaiko de manera educada, casi como si estuviera enseñando a una alumna— Nuestro Guildmaster en realidad se llama Momonga; se lo cambió como el nombre del Gremio para que todos los miembros e inclusive otros seres lo reconozcan fácilmente si oían hablar de él.

—Que ese humano, Momon, tenga un nombre similar debe ser por tu visita de hace siglos, ¿no es así, líder?—Cuestionó Genjiro para incluir al Overlord en la conversación.

—Hm... puede ser.—Hubo un corto silencio, lo que le indicó que continuara— Como lo dije hace unos días en la proclamación, llegué a este Mundo hace muchos años. Ayudé en lo que pude contra los Lores Dragones que abusaban de su poder y quizás, en esos momentos, los habitantes de antaño acordaron recordar parte de mi nombre al hacerlo hereditario en una familia.

Herohero agregó a continuación:

—De cualquier forma, es bueno que ese tal Momon entienda la situación y esté, en estos momentos, asimilando de buena manera la previa información que acabamos de darte también. No te preocupes, el nombre del líder no está prohibido para compartir, puedes decirlo a quienes creas conveniente.

El sonido de una risa amortiguada se escuchó apenas, pero tan rápido como llegó a los oídos de todos, se fué sin dejar conocer al dueño. Solo Ainz miró en dirección de Mekongawa, desde hace rato llevaba esa mueca de diversión y que al escuchar al personaje Momon riera, le trajo un mal augurio.

Como amigo y como el GuildMaster tenía el derecho a preguntar por su extraña actitud. Miró a sus compañeros en busca de complicidad pero los encontró comiendo en silencio al igual que las Pléyades y Neia.

—¿Mekongawa? —Llamó. Una multitud de miradas fue en su dirección, algunas sin pudor y otras de reojo.

—¿Qué es, Ainz-san?

"¿Qué te pasa hombre?, ¿por qué actúas así? Estás tramando algo, ¿correcto?" Eran los pensamientos amistosos de Suzuki. Sin embargo para contestar debía de ser como Ainz, el GuildMaster de Ainz Ooal Gown.

—¿Tienes algo que- ?

—¡Disculpa! —Lo cortó de golpe. Las miradas se intensificaron... ahora hasta la propia Lupusregina y sus hermanas estaban al tanto de todo listas para actuar cuando sean llamadas por cualquier Supremo, aunque dudaban de a quién obedecer primero— No quiero interrumpirte, pero está entrando un [Mensaje]. Dame un momento, no tardo.

Realmente... ¿Realmente lo había hecho callar frente a los habitantes de Nazarick y de su invitada, Neia? Un sentimiento amargo se formó en lo profundo de su inexistente estómago. Sus amigos restantes estaban confundidos, uno que otro indignado a la par que él.

Cuanto atrevimiento de su parte. Era un amigo también, pero debía mostrarle respeto. Ainz cerró el puño para intentar calmarse, esos sentimientos amargos que salían a flote no eran buenos en ningún sentido.

Y mientras la conversación que tenía Mekongawa se extendía por más de unos segundos, el aura característico del Overlord comenzó a manifestarse sin control.

{-Sí, como te dije hace un par de horas, quería conversar contigo con respecto algunas cosas que están en mi inventario... Excelente, ¿estás libre ahora?... En ese caso, ven al comedor del Noveno Piso en Nazarick. No tardes.} —Cortó el [Mensaje] con una sonrisa y se dirigió al Overlord— Listo Ainz-san, ¿qué es lo que querías decir?

Sus palabras lo apaciguaron, calmaron el sentimiento negativo que tenía y en ese punto ya no le importaba su propia pregunta, sino, ¿por qué no pudo controlar su aura? ¿por qué se molestó con algo insignificante?... ¿Era su naturaleza tomando control otra vez como con su ideal de matar?

—... ¿Ainz-sama? —Una voz distinta y neutra lo sacó de sus profundos pensamientos. Parpadeó confundido y buscó a la persona en cuestión. Era CZ Delta, quien la miraba sin expresiones pero se sentía una preocupación.

—No es nada. —Apagó los residuos de su malestar erróneo y acomodó su postura al de un gobernante absoluto— Hm... Mekongawa, volviendo a lo que deseaba consultarte, ¿hay algo que debas compartir con todos? Tu actitud desde que nos vimos en el pasillo a sido el de alguien ansioso.

—Jaja, puede que ese sea el caso. —Y ahí estaba esa sonrisa ladina que mostraba todos sus afilados dientes puntiagudos— Si quieres averiguar qué es, no tendrás que esperar mucho tiempo. Como le ordené por el [Mensaje], ya está en camino.

—¿Ordenaste? —Preguntó Yamaiko, comenzaba a tener un presentimiento malo, y no respecto a Mekongawa, sino de Momonga— ¿Es un NPC?

—¡Lo es! —Respondió divertido; casi, casi ajeno a la situación que causaba— Oh, no te preocupes Ainz-san, al parecer sus deberes en el Imperio Hechicero están controlados y no tiene nada que reportar. Es más, dijo que estaba en su tiempo libre.

La comprensión llegó a todos los Supremos presentes. Un sudor frío corrió por la espalda de Ainz y supo, en ese instante, que era la primera vez que se enojó tanto con uno de sus amigos desde que llegaron a este Mundo.

La creación que estaba entre los primeros puestos de ser más útil, inteligente, poderosa y flexible en distintos campos, además de que podía considerarse un tesoro viviente, una de las varias cartas de triunfo del Gremio... iba a ser descubierta.

—Oi, Mekon-san... —Llamó Nishikienrai incómodo y hasta un poco molesto, alertando así a todas las sirvientas cercanas, especialmente las Pléyades— ¿Por qué hiciste eso justo ahora? Sabes que no es el momento.

Al notar que nadie parecía apoyarlo con su ingeniosa idea, la felicidad y burla de Mekongawa fue desvaneciéndose. Su GuildMaster, Momonga, parecía una estatua aterradora que solo lo miraba a él.

—... No fue idea mía. —Se excusó y culpó al primero que se le vino a la mente. Debía ser convincente— Fue Luci*Fer. Él me convenció, ya saben como es de pesado...

Para demostrar lo arrepentido que estaba, sus orejas de bestia se agacharon levemente. Lupusregina a su lado le dio la mano tímidamente pero su creador no hizo movimiento para corresponder.

En el Décimo Piso, a lo lejos y en lo más profundo de la Biblioteca de Ashurbanipal, el Supremo con apariencia de Ángel sintió un cosquilleo por la parte posterior de su cuello. Cerró el libro "Explosiones. Todo lo que debes saber." que estaba leyendo y miró el techo.

—Que raro... Siento que estoy en problemas pero no he hecho nada... Al menos por ahora, kukuku.

Rió bajo y continuó con su lectura en privado de todos. Más tarde saldría y buscaría una víctima ya sea un compañero del Gremio o uno de los humanos visitantes. He de aclarar que Momonga no se salvaba, estaba en la lista como los otros.

Regresando al Comedor del Noveno Piso. Ahora todos estaban conscientes de la molestia de Ainz. Con un gesto de despacho hecho por Shijuuten Suzaku, todas las sirvientas homúnculos terminaron rápido sus comidas y salieron, cerrando la puerta en el proceso.

—Llámale, dile que te buscó uno de nosotros y ahora estás ocupado. —Esa era una orden. Neia no podía ni quería moverse. Una mano se sujetó a su brazo con seguridad, miró de reojo y era su amiga Shizu que intentaba calmarla— Si ya está en Nazarick, que vaya a su Piso y se quedé allí.

Como el GuildMaster, Ainz tenía todo el derecho de ordenar a su amigo. Y aunque en antaño no se podía imaginar hacerlo, ahora su raciocinio demandaba todo lo contrario y más.

Mekongawa asintió en silencio con una sonrisa tímida, nerviosa; levantó su mano y activó el hechizo [Mensaje] sin decir palabra. Abrió la boca segundos después cuando la llamada se conectó pero se congeló, no pudo hablar con el sonido de la puerta abriéndose de par en par. Todos voltearon a ver.

Allí, en medio de la entrada, estaba el NPC que Ainz no quería ver en ese instante estando con Neia acompañándolo. No porque lo detestara o por la configuración que tenía, sino porque no sabía cómo explicar su existencia, función y, bueno, todo de él.

Actor de Pandora llegó a dar solo un paso cuando notó muchas cosas. Primero y lo más importante, que estaba su creador ahí; segundo, que había una humana del Reino Santo, Neia Baraja; tercero, que la habitación estaba vacía salvo los antes mencionados, otros Supremos y sus creaciones las Pléyades; y cuarto, la tensión en el ambiente.

Consideró dar una reverencia y retirarse sin decir nada. Pero no podía hacer eso, sería irrespetuoso porque acababa de llegar. Tomó un poco de aire, relajó sus músculos y se concentró en mantenerse neutral en todo sentido. Avanzó hasta quedar en una distancia respetable e inclinó la cabeza en saludo.

—... Seres Supremos, Ainz-sama. —No fue respondido, continuó— Estoy aquí por la llamada de Mekongawa-sama... Si estoy interrumpiendo, mis disculpas. Puedo esperar afuera.

Ainz analizó rápido la situación. Actor de Pandora parecía estar siguiendo su petición de no dramatizar nada ni hablar Alemán; lo cual agradeció de corazón. Había tensión y eso estaba poniendo incómodas a las Pléyades y a Neia, quienes intentaban admirablemente guardar la compostura.

Soltó un suspiro mental. Estaba mal, muy mal. Su creación no tenía la culpa de nada y las Pléyades con Neia no debían de estar presenciando la escena montada. Levantó la mano para interrumpir a Mekongawa que parecía recién haber recuperado el habla. Lamentó su paranoia anticipada y errónea.

—Pandora, traer una silla libre y toma asiento a mi lado. Puedes quedarte.

—Sí, muchas gracias Ainz-sama.

El Doppelgänger se movió y cumplió al instante. Pronto estaban todos ya reunidos. Por curiosidad del nuevo integrante, Neia miraba de vez en cuando al llamado Pandora; parecía que era alguien de alto rango ya sea por su comportamiento y seguridad, así como también la reacción serena de las Pléyades.

El hecho de que pudiera sentarse al lado de Ainz-sama, por petición de este mismo, daba mucho que pensar.

—Neia. —Le llamó el Overlord en tono tranquilo, apaciguado; muy al contrario de hace unos simples segundos. Era como si aquella tensión nunca hubiera existido— Este es Actor de Pandora, un Guardián de Área... mi creación.

Ah... Eso explicaba todo.