¡Primer capítulo del 2020!

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genesis. Lo hice para darle más énfasis a la trama, no solo eso, que aparezcan en el cumpleaños de Shoko le da más dinamita a la trama. Espero sea de tu agrado. ¡Saludos y Sangre de Athena!

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Sin más, comencemos…

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Saintias y Caballeros de Bronce junto con Athena, el Patriarca, Kyoko y su padre iban siguiendo a las Amazonas Marín y Shaina en busca de Seiya y Shoko quienes se habían ido del Santuario en la noche luego de conocer el origen de la peli rosa, lo que causó una gran tristeza en ella y la furia de Seiya hacia Saori y las Saintias por haberle ocultado eso a su novia.

- ¿Falta mucho? – preguntó Saori.

- Algo, cuente también lo que habrán caminado Seiya y Equuleus – respondió Shaina.

- Esos dos en que estarán pensando – dijo Ikki quien se había unido a la caminata.

- Vamos hermano, comprendo un poco a Seiya y Shoko-san, ambos están muy enojados.

- Shun, el hecho de que los dos burros sin mecate se fueran quiere decir que están con una pataleta bastante fuerte.

- ¿Tú crees?

- Es posible incluso que quieran renunciar y dejar sus puestos como Caballeros.

- Ikki-Senpai, no diga algo así – dijo Xiao – estoy segura de que nunca dejarían de ser Caballeros.

- Mira pequeña, si algo conozco de Seiya es que a la primera que se le intente acercar a él o a la descerebrada de su novia…

- ¡Oye es mi hija / hermanita de la que hablas! – gritaron algo ofendidos Jin y Kyoko.

- En primera, ni es su hija ni es tu hermana, ustedes mismos los dijeron – ambos bajaron la mirada – en segunda, saben que digo la verdad.

- Ikki, creo que ya es suficiente – dijo Shiryu calmando las cosas.

- Lo que sea.

- Honestamente no sé cómo es que se llevan tan bien estos Caballeros – decía Shion a Athena.

- Creo que es por la crianza que han tenido.

- Honestamente no entiendo en gran parte esto.

- Yo tampoco, pero honestamente estoy bastante decaída por esto, el hecho de que posiblemente Seiya y Shoko-san dejen sus puestos es algo que me pone bastante angustiada.

- No se preocupe Athena, no creo que Pegaso y Equuleus vayan a dejar sus puestos. Ellos le son leales.

- Eso espero Shion – la peli lila elevó su mirada al cielo – espero que estén bien.

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Con ambos equinos…

Ambos jóvenes iban con rumbo a ver de qué se trataba unos cosmos muy familiares para Seiya y Shoko.

- ¿Qué demonios significa esto?

- Seiya, no se supone que ya habían vencido a los Generales Marinos y al ejército de Hades.

- Sí, no entiendo qué demonios pasa aquí.

- Ni me lo preguntes.

Cuando Saintia y Caballero llegaron al lugar, esto los dejó en completo shock.

- ¡¿Qué mierda es esto?! – exclamó Pegaso al ver eso.

- S-Seiya…

Lo que tenían en frente era algo digno de una película de terror, al menos para ellos.

En una gran llanura, estaban nada más que los Generales de Marina junto a un gran ejército que parecían hombres de las Fuerzas Armadas de Poseidón.

Y junto a ellos estaban miles de espectros vistiendo varias Armaduras negras con morado, dando a entender que eran Sapuris y vistiéndolas se podían contar 108 almas, entre ellos los 3 jueces del Infierno.

Seiya notó algo más en ellos, su cosmos no era normal, de hecho, se sentía bastante elevado desde la última vez que los enfrentaron.

-N-No puede ser – dijo la peli rosa en shock – p-pero se supone que ellos están muertos.

- Eso también decía – dijo Seiya - ¿Por qué demonios siguen aquí?

- Tengo un mal presentimiento.

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Volviendo con los demás…

- ¿Sintieron eso? – dijo Fénix.

- Sí, siento esos cosmos familiares.

- Athena, ¿siente estos cosmos? – dijo Shion.

- Sí, estos son parecidos a…

- Parecen los mismos cosmos de cuando peleamos contra los Generales de Marina – dijo Shiryu presintiendo algo malo.

- Pero eso es imposible Shiryu, se supone que derrotamos a todos ellos – dijo el Cisne.

- No solo eso, siento los mismos cosmos de los Espectros de Hades.

- ¿L-Los Espectros de Hades? – dijo con algo de miedo Xiaoling.

- Sí, reconozco los mismos cosmos de los que alguna vez estuve juntos – dijo el Patriarca.

- No entiendo la razón por la que siento los cosmos de los espectros – dijo Shaina – esto me huele mal.

- Athena, ¿no será esto algo maligno?

- Tal vez sí Marín-san – habló la peli lila – o a lo mejor…

- ¿Señorita Saori? – Mii miró a su diosa con algo de preocupación.

- Esto es casi igual a mi sueño.

- ¿E-En serio?

- Necesitamos ir a ver de dónde provienen estos cosmos.

- Sí.

- ¿Cree que Seiya y Shoko-san estén en el lugar de donde provienen esos cosmos?

- No quiero decir nada, pero siento que eso es más probable.

- Debemos ir lo más posible.

- ¡Sí!

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De vuelta con ambos equinos…

- ¿Qué es esto?

- Ni idea.

- Creo que ya ha sido suficiente – dijo una voz a lo lejos – creo que deberíamos acabar con los espías que nos vigilan.

- ¿También te diste cuenta de eso Radamanthys?

- Claro que si Minos, no creas que alguien así se puede escapar a mí.

- ¿Entonces por qué no los atacas?

- ¿Crees que no lo haré? – el juez del Infierno apuntó hacia el lugar en el que ambos Caballeros estaban - ¡Mueran Caballeros de Athena! ¡Reciban el poder de las más poderosas… Ondas Infernales!

El juez lanzó el ataque justo donde estaban ambos equinos, cosa que lograron evadir.

- ¡Estuvo cerca!

- ¡Seiya cuidado! – gritó la peli rosa.

- ¿Qué? – Pegaso volteó a ver y solo se encontró con un viejo conocido – tú eres…

- Un gusto verte de nuevo… Pegaso.

- Bian de Caballo Marino – Pegaso se mostró indignado - ¡pero se supone que tú estás muerto!

- Si es como dices… dime entonces, ¿Por qué estoy vivo?

- … - la cara de indignación de Seiya lo decía todo.

- Vaya, realmente tienes que aprender mucho.

- ¡Se supone que ustedes murieron en la Batalla contra Poseidón! – exclamó – y no me digan que fue Hades porque se supone que lo derrotamos.

- ¡Cállate! – gritó Minos – no te atrevas a mencionar al señor Hades de esa manera.

- Minos, se supone que moriste al entrar a la Hiper Dimensión.

- Jajaja – río malvadamente el juez.

- No dejaré que vivan aquí – dijo Shoko cuya Armadura se desplegó en partes y se cubrió de ella – mientras yo, Shoko de Equuleus, esté con vida, los detendré.

- ¿Equuleus? – Radamanthys junto con Minos y Aiacos miraron extrañados a la joven – tu eres…

- ¿Eh?

- ¡Eres igual a esa maldita que nos derrotó hace ya varios siglos!

- Ahora te recuerdo, maldita Equuleus, ¿acaso has vuelto de esa era de vuelta?

- ¿De qué hablan?

- Shoko, creo que se refieren a lo que nos contó Saori.

- ¿Lo que nos contó Saori-san?

- ¡Basta de charlas! ¡Acaben con ellos! – ordenó Radamanthys y muchos de los espectros se dirigieron hacia la peli rosa.

- ¡Shoko! – Seiya quiso ir junto a su novia, pero varios soldados del ejército de Poseidón se pusieron - ¡Apártense de mi camino!

- Si quieres ir con esa yegüita deberás pasar por nosotros.

- ¡Quítense de mi camino! ¡Meteoros de Pegaso! – Seiya no se anduvo con tonterías, visitó su armadura y rápidamente lanzó su mejor ataque hacia los soldados.

- ¡Toma esto Pegaso! – gritó Bian - ¡Vientos Huracanados!

El ataque del General llegó rápidamente hacia el Caballero, pero por sorprendente que parezca, Seiya no recibió ningún daño.

- ¿Qué?

- Vamos Bian, sé que puedes hacerlo mejor.

- ¿Te estás burlando de mí?

- No tengo tiempo para perderlo contigo Bian, necesito ir a ayudar a mi chica.

- ¿Tu chica? – dijo el Marino – que lindo, lástima que quedará viuda.

- ¡Shoko! – antes de que Pegaso llegará, algo atravesó su pierna - ¡Aaah!

- Te tardaste en atacar… Krishna.

- No te sorprendas de esto Bian, después de todo mi lanza ahora tiene más poder.

- No seas orgulloso.

- ¿Con que derecho lo dices tú?

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Con Shoko…

- ¡Meteoros de Equuleus! – exclamó la peli rosa lanzando el ataque hacia varios de los soldados de Hades.

- Esa yegua realmente tiene un cosmos muy poderoso – argumentó Aiacos – realmente es igual a aquella Saintia.

- No quiero creer que ella realmente haya vuelto de ese entonces – dijo Minos mirando a Shoko combatir – será interesante ver como la chica pelea.

- Yo que ustedes, ya le hubiese dado un buen merecido – dijo Radamanthys – realmente veo que pierden mucho el tiempo.

- Haz lo que quieras – dijo Grifo – después de todo solo tenemos que esperar a la resurrección del señor Hades.

- Veo que ganar tiempo será algo sencillo.

Shoko en su caso combatía a cuanto espectro se le acercaba, pero realmente era muy agotados que 105 tipos pelearan contra ti sola.

Los espectros se veían que tenían más poder de lo inusual, de hecho, un Caballero Dorados realmente sería de gran ayuda en estos momentos.

Pasó un buen rato en el que Shoko a puro esfuerzo lograría aniquilar a gran parte de los Espectros.

-No lo haces nada mal.

- Tu – la peli rosa miró al dueño de esa voz - ¿eres uno de los 3 jueces del Infierno?

- Veo que me conoces niñita. Pero por si no me conoces, soy Radamanthys de Wyvern, uno de los tres jueces del Infierno.

- Su cosmos es muy poderoso – se dijo para sí misma – realmente entiendo porque al señor Kanon le costó ganarle.

- ¡Te haré pagar por la que me hiciste hace ya varios siglos! – dijo furioso el juez - ¡Gran Precaución!

El ataque fue a dar directo en Shoko que salió volando muchos metros al aire y cayó pesadamente al suelo.

- ¡Shoko!

- Veo que la yegüita está mal herida – se burlaba Kaza que llegaba al lugar – será una gran ofrenda para los dioses.

- Malditos – murmuraba Pegaso – ¡no tengo tiempo para pelear con ustedes! Necesito ir con Shoko.

- Tu no te vas a ningún lado Pegaso – dijo Ío de Escila llegando al lugar – realmente necesito hacerte pagar las que me hizo Andrómeda la última vez.

- Realmente son los Generales Marinos que derrotamos.

- Así es Pegaso.

- Realmente no quería hacer esto – pensaba el castaño – pero es la única opción que tengo, perdóname Shoko, pero lo haré.

- ¿Qué te pasa Pegaso? ¿A poco ya te rendiste y vas a ver a tu novia morir?

- No lo creo – dijo Seiya levantándose aun con la herida en la pierna – realmente no tengo tiempo para perderlo con ustedes.

- ¿Qué dices?

- Shoko, cariño, espérame – en eso, Seiya elevó al máximo su cosmos - ¡Al máximo, cosmos!

Un aura plateada envolvió el cuerpo de Pegaso mientras los Generales de Marina sentían un gran poder.

-E-Este cosmos…

- Realmente es algo… aterrador.

No solo los sirvientes de Poseidón sintieron eso, también los de Hades lo sintieron también.

- ¿Qué es eso? – cuestionó Radamanthys – ese cosmos… es… aterrador.

- No puede ser – dijo Aiacos – la Armadura de Pegaso está…

En eso, la Armadura de Seiya había evolucionado al grado de la tan famosa Armadura Divina.

-E-Eso es…

- ¿Una Armadura divina?

- S-Seiya… - Shoko miró a su novio con ese aspecto tan divino – lo has vuelto a hacer.

- ¿Cómo es posible que un mortal tan insignificante como Pegaso haya alcanzado una Armadura Divina?

- Maldito Pegaso – en eso, Radamanthys sintió otro cosmos igual de aterrador, pero esta vez proveniente de Shoko - ¿Qué?

- Si mi novio lo ha hecho, realmente me molesta que tenga esa fuerza – decía la peli rosa – sé que una de mis antecesoras barrió el piso contigo y con los demás jueces del Infierno.

- ¡Insolente! – exclamó Minos – sigue hablando de esa manera y juro que te mataré.

- ¡No te metas en esto Minos! – reclamó Wyvern – yo me encargaré de Equuleus.

- ¡Meteoros de Pegaso! – exclamó Seiya lanzando sus ataques al ejército de Poseidón, incluso eliminando a los Generales – Acabé con todos.

- ¡Recibe esto Pegaso! – exclamó Minos apareciendo de la nada atrás de Pegaso – Veamos si dices eso cuando te mate con mi… ¡Marioneta Cósmica!

Varios hilos salieron de los dedos de Grifo y fueron a dar a las extremidades del castaño.

Mientras tanto, Shoko se levantó con aun más cosmos para darle guerra a Radamanthys.

- ¿Qué hará una Saintia como tú? – dijo el juez – aunque seas su reencarnación, realmente no tienes el poder necesario para igualarme.

- Realmente no entiendes nada – dijo Shoko – los Caballeros de Athena no nos damos por vencidos.

- ¡No quiero oír tus malditos discursos! ¡Muere Equuleus! ¡Gran Precaución!

- ¡Cometa de Equuleus!

Ambos poderes chocaron y un gran destello de luz alumbró todo el lugar.

-Dime Pegaso, que se siente saber que ahora estás atrapado frente a mi Marioneta Cósmica – decía Minos muy confiado, pero de repente, los hilos de su técnica se rompieron - ¿Qué?

- Minos, tu técnica no sirve con mi cosmos elevado al máximo.

- No puede ser, destruyó los hilos de mi técnica con facilidad.

- ¿Sabes? Realmente estoy muy furioso por lo que le han hecho a Shoko – decía el chico poniéndose en posición de combate – así que recibe la justicia de mis puños.

- M-Maldito.

- ¡Meteoros de Pegaso!

Los ataques fueron tan poderosos que pulverizaron el cuerpo de Minos en un segundo.

-Solo queda Aiacos.

- ¡Aquí estoy Pegaso! – gritó el juez tomando de sorpresa a Seiya - ¡Prepárate a morir!

- ¡Ave Fénix! – se escuchó el grito de alguien y acto seguido una gran ave de fuego golpeó el cuerpo de Garuda.

- Esa técnica – Seiya miró hacia donde provenía el ataque - ¿Ikki?

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Continuará…

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Perdón por terminar así el capítulo, pero creo que las cosas deberán aclararse en el siguiente.

¿Quién es el que está organizando todo esto?

¿Por qué los Marinos y el ejército de Hades volvieron a la vida?

¿Shoko logrará ganarle a Radamanthys?

¿Por qué el Cruz Azul no gana una final en México?

Sin más, este ninja se despide.

Bye.