Días de vacaciones

Capítulo 2

Sigo vivo, lamento la espera respecto al capítulo anterior, es que (introducid vuestra excusa favorita, yo soy demasiado vago para hacerlo). Nuevamente repito que Tenchi Muyo!. No nos pertenece, ni a mí el traductor ni al autor de fanfic, simplemente queremos que lo disfrutéis. Y que nos mandéis dinero en metálico, perdón quería decir comentarios, eso, muchos comentarios de cómo os parece la historia y la traducción.

Sólo os daré un aviso, éste capítulo es mucho más serio que el anterior.

Espero traducir el siguiente capítulo en menos tiempo, pero por si acaso leed poco a poco. Y enviad comentarios.

El sol de la mañana había salido por el horizonte hacía media hora, cuando el grupo se reunió para ir a despedir a Tenchi y Mihoshi.

"Parece que sólo el abuelo, papa y Sasami están aquí para decir adiós". Gracias a Dios, Añadió silenciosamente Tenchi.

"Miau."

"Y tu también Ryo-Ohki ," Tenchi se disculpó con el cabbit que estaba al lado de Sasami. Una punzada de culpabilidad se dibujó en su rostro al estar contento con el echo de que las demás chicas no estuviesen allí, pero en un gesto inusual, su sentido común le regañó duramente por ser lo suficientemente ingenuo de creer que algo habría ido bien si hubieran venido a despedirle.

"Me pasé por el laboratorio de Washu y le dije adiós," comentó Mihoshi.

¿"Lo hiciste "? Tenchi se había preguntado porque la científica pelirroja no estaba allí. Aeka y Ryoko debieron de quedar exhaustas después de la pasada noche, pero por lo que sabía Washu no había hecho nada que la impidiese estar allí.

Casi leyendo su mente, Mihoshi dijo, " Estaba enredada en uno de sus experimentos. Me pidió que te dijese adiós de su parte. Bueno, eso es lo que yo entendí. Aunque gritaba bastante no pude entenderla bien."

La imagen de Mihoshi entrando en el laboratorio, tocando un botón, y accionando algún mecanismo que agarró y amordazó a la pequeña científica apareció por la cabeza de Tenchi. El escenario entero, parecía, en cierta forma, ajustarse perfectamente con lo qué había descrito Mihoshi.

No. Demasiado obvio. Washu estaba probablemente justo en mitad de un experimento y no podía interrumpirlo.

Sasami se acercó a Tenchi y le dio un abrazo. " Voy a echarte de menos, Tenchi."

"Yo también" Tenchi la abrazó tiernamente. Un "Miau" alrededor de los tobillos de Tenchi atrajo su atención. Cogió a Ryo-Ohki y la abrazó, luego la puso encima de la cabeza de Sasami. "Sólo estaré fuera unos días. Traten de mantener a Aeka y Ryoko bajo control."

"De acuerdo." La sonrisa de Sasami volvió a dibujarse en su rostro por la gran responsabilidad que le había sido impuesta". Vosotros dos divertíos.

"Eso haremos," le comentó, Mihoshi.

Yosho se acercó para decir adiós. Colocó una mano sobre el hombro de Tenchi, luego se inclinó para poder hablar lo suficientemente bajo, en la oreja de Tenchi sin que los demás escuchasen. "Haciendo un descanso en el trabajo para conocer a cada una de las chicas por separado, sin la interferencia de las demás, es una buena idea. Te dará una oportunidad para ver si puedes mantener una relación a largo plazo con ellas."

¡" Abuelo¡Eso no es lo que estoy haciendo"! Tenchi protestó. ¡" Lo que quiero es tomarme unas vacaciones y un descanso de este lugar"!

"Por supuesto," Dijo Yosho al ajustarse sus gafas, pero por su tono de voz, Tenchi pensó que no le creía.

Nobuyuki hizo varias fotos de ellos diciendo adiós. Mientras Tenchi subía por la rampa de aterrizaje del crucero espacial de Mihoshi, se aseguró que ni Ryoko o Aeka estaban dentro ni fuera de la nave. Respiró tranquilo al ver que por una vez las cosas iban bien.

Viendo la tensión de Tenchi, Yosho dijo, " No te preocupes por los demás. Me ocuparé de que tengas tiempo para realizar tu escapada."

"Me gustaría que no utilizases ese termino," Tenchi dijo, es como si me estuviese escapando de un campamento de prisioneros.

Los cuatro se despidieron de Tenchi y Mihoshi, mientras cargaban las provisiones en el Yagami, después despegaron. Estuvieron observándoles hasta que alcanzaron la estratosfera y la incandescencia blanca de los motores se desvaneció poco a poco de su vista.

¿"Piensas que estarán bien? Preguntó Sasami.

Yosho le dio una palmada en el hombro. "Son sólo Tenchi y Mihoshi allá arriba esta vez. Estoy seguro que pase lo que pase, no será nada desastroso. Generalmente las cosas realmente malas sólo ocurren cuando estamos todos juntos."

"Eso es cierto," Añadió Sasami. "Pero cuando Aeka y Ryoko se enteren…"

"…tendremos mucho que hacer por aquí," Añadió Nobuyuki, introduciéndose en la conversación. "Tengo que ir al trabajo. ¿Piensan ustedes dos que podrán mantener la casa entera para cuando regrese? Lo apreciaría."

"No hay problema," Yosho le comentó.

"Creo que le diste a Tenchi la Llave Maestra," Dijo Sasami.

"No tienes que preocuparte," Yosho le comentó. " tengo otro instrumento que me ayudará para desviar su atención sobre mi eliminación…"

"De acuerdo"" respondió Salami, pero en verdad no se podía convencerse a sí misma que las cosas iban a ir tan fácilmente como Yosho creía.

"…tengo experiencia con las mujeres," Añadió Yosho, mientras se dirigía a la casa." puedo manejar la situación."

¿" Dónde se ha ido!"

¡" Sí, hermano¡Nos lo tienes que decir "!

Yosho levantó ambas manos con un gesto tranquilizador. Las cosas no iban de la forma que él había querido. Tal vez darle a Tenchi la Llave Maestra no había sido tan buena idea. Al parecer él la iba a necesitarla mucho más.

De hecho eso no le cogió de sorpresa. Ya se había imaginado que las chicas iban a estar inquietas; a ambas les importaba mucho Tenchi y estaban preocupadas por el hecho de que no les había dicho a donde se iba. Sin embargo, el concepto de espacio personal no parecía importarles mucho en aquel momento, y ni las explicaciones de Yosho para el comportamiento de su nieto. Su única esperanza de paz se desvanecía, al ver que ni la presencia de Sasami calmaba en absoluto el humor de las chicas.

"Vamos, vamos, chicas. No hay nada por de que preocuparse. Simplemente Tenchi se ha ido unos días fuera. Él regresará antes de que os deis cuenta."

¿"Eres tonto o que¡Tenchi ha sido secuestrado "! Gritó Ryoko.

"Él no ha sido secuestrado," dijo Sasami mientras se sentaba en una silla cercana, con Ryo-Ohki en su regazo.

"Por supuesto que si," asintió Aeka. "Aquí hay gato encerrado. Si Lord Tenchi hubiese querido pasar unos días de fiesta con alguien, entonces me habría escogido a mí. Como un miembro de la Asamblea Legislativa de Jurai, habríamos tenido acceso a los más lujosos paraísos vacacionales de la galaxia. Él habría sido tratado con todos los honores que se merece. Luego Lord Tenchi y yo tendríamos... tendríamos" Aeka comenzó a poner roja imaginando el final de su propia historia.

Un golpe en su nuca la hizo despertarse y volver a la realidad.

"Se seriosa, princesita," dijo Ryoko. "Tenchi odia todas esas cosas esnobs de la realeza. Él se habría ido conmigo. Me conozco todos los lugares realmente divertidos para pasar un buen rato. A diferencia de ti, yo se divertirme y que los demás se lo pasen bien.

¡"Que te crees que Tenchi, preferiría ir contigo "!

Pues si. Él saldría conmigo muchísimo antes que con una esnob estirada como tú.

"Me sorprende ver que tienes tanta confianza en ti misma. ¿Porque cuándo alguien tiene que elegir entre un monstruo o una princesa, por quién crees que se decidirá "?

"Desde que Tenchi tiene" buen gusto ", pienso que la respuesta es obvia"

"Ciertamente, lo es," dijo Aeka. Cruzándose de brazos "y lo que es seguro es que no iría con una cabeza hueca como Mihoshi""

Ryoko asintió con la cabeza. "Si tu y yo estamos de acuerdo en eso, será que es cierto"

"Mihoshi no ha hecho nada malo," Intervino Sasami, a pesar de que no había dicho nada en toda la discusión.

"Eso no es cierto," comentó Aeka. "Creo que esto es un complot cuidadosamente orquestado por Mihoshi, el cual se ha completado exitosamente. A pesar de las apariencias externas, ella es una detective de Primera Clase entre las tropas de la Policía Galáctica. Algo que no se puede conseguir por accidente."

El cuarto comenzó a ensombrecerse cuando una extraña neblina ocultó la luz del sol. Un perro aulló a lo lejos, mientras los vientos comenzaron a soplar y un relámpago brilló fugazmente en el exterior. Cuando el ambiente ya estuvo dispuesto para continuar el relato, la figura de Aeka parecía resplandecer en la oscuridad mientras estaba hablando. "Hay un complot siniestro en todo esto. Creo que Mihoshi hizo algo horroroso para influenciar a Lord Tenchi, quizás una droga o un dispositivo mecánico diseñado para afectar los pensamientos. Con esa acción atroz, se acercó a él cuando estaba listo para la sugestión. Es posible que Lord Tenchi intentase resistirse, pero se convirtió en un esclavo indefenso ante ella. Después de retorcer su voluntad, ella hizo que Ryoko y yo nos enzarzásemos en una batalla que nos dejó exhaustas, garantizando que no interfiriésemos en sus planes. Y finalmente, por la mañana, emboscó a Washu, eliminándola como obstáculo final."

Ryoko cogió a la pequeña científica, pelirroja que estaba atada y amordazada con un trozo de metal largo que se le enrollaba en el cuerpo. La cara de Washu se puso del mismo color que su pelo mientras se retorcía y emitía ruidos incoherentes desde atrás de su mordaza.

"La encontramos así en su laboratorio hace un par de horas." Ryoko cogió a Washu por el pescuezo y la mostró a Yosho, Sasami, y bien de cerca a Ryo-Ohki. Hecho que curiosamente, tan sólo sirvió para aumentar el forcejeo de Washu.

Aeka emitió un extraño resplandor. Ya hemos terminado con la explicación." Como podéis ver claramente, todo esto es una clara y definitiva prueba que apunta hacia algún plan insidioso con el que Mihoshi ha perpetrado el secuestro de Lord Tenchi...¡Ryo-Ohki¡El animalito estaba girando sobre el suelo y riéndose en ese instante¡Ryoko y yo lo decimos realmente en serio "!

"Miau miau miau""

Ryoko sacudió a Washu coléricamente delante de Ryo-Ohki. ¿"Crees que usar el termino de plan insidioso y Mihoshi en la misma frase es divertido? Es la verdad, te lo digo."

Tristemente, Sasami negó con la cabeza. "Pienso que Tenchi aceptó ir con Mihoshi, solo porque ella tenía muchas ganas de ir. Él le dijo que sí porque tenía ganas de descansar. Ustedes dos se pelearon porque siempre lo hacen. Mihoshi accidentalmente puso en marcha el experimento de Washu, como siempre hace, y Tenchi quiso salir temprano antes de que vosotras dos os despertaseis porque imaginó que montaríais un numerito como este. Pienso que vosotras dos habéis expuesto esta conspiración absurda y paranoica porque estáis celosas de que no se os ocurriese preguntárselo a Tenchi antes.

Ambas chicas se quedaron petrificadas delante de la acusación de Sasami. La sorpresa duró cinco segundos antes de que Ryoko empezase a gritar. "No hay derecho que Mihoshi este a solas con Tenchi. Debería pasarme a mí " se enjuagó las lágrimas, y luego sopló su nariz con un trozo del uniforme de Washu.

Aeka intervino. "Debería ser yo quien viajará con Lord Tenchi. Después de todo es el destino, merecemos un poco de privacidad."

"No creo que sea una buena idea molestar a Tenchi en este viaje," Sasami avisó. "Si él quisiera que vosotras dos fueseis con él, entonces os habría dicho algo."

"Tonterías, se alegrará de vernos," insistió Aeka.

"Sí. Le mantendremos apartado de los problemas como siempre hacemos, " Ryoko retomó la conversación. "Así es que dinos donde se han ido, por favor."

Sasami suspiró de forma que pareció tener muchos más años de los que tenía. Si su hermana y Ryoko se quedaban en casa, entonces la volverían loca dentro de un día. Dijo que él y Mihoshi iban a una playa."

¿"A cual "? Aeka preguntó.

"No lo dijeron."

¿" Qué!" preguntó Ryoko. "lo tienes que saber. ¿Están en la Tierra, o en algún otro planeta "?

"No lo sé," insistió Sasami.

Ryoko y Aeka miraron a todos de forma suplicante. "Quizá le deberíamos pedir ayuda a la señorita Washu," sugirió Aeka.

Ryoko inspeccionó a Washu para un examen más detallado, el resplandor asesino que la pequeña científica emanaba sobre ellas, le hizo pensar que no era una buena idea.

"No obstante, quizás no."

Ryoko se rió nerviosamente, mientras colocaba amablemente a Washu en una silla. ¿"Porque no simplemente salimos a buscarlos y ya está."?

Aeka miró a Sasami, ofreciéndole la apariencia más dulce que podía. ¿" Nos puedes hacer un pequeño favor, hermanita? No sueltes a la señorita Washu hasta que Ryoko y yo estemos bastante lejos."

Ni Aeka ni Ryoko esperaron la respuesta. Los dos salieron deprisa, agarraron a Ryo-Ohki y despegaron como un rayo.

Este se convertiría en un día realmente malo para Ryoko y Aeka.

La Galaxia Vía Láctea

25W.773.2FX del sector

La Nebulosa Clase 4: Arecheox

A menudo conocida como la puerta del infierno, la nebulosa de clase 4, Arecheox, ha estado considerada como una de las áreas más peligrosas del espacio, sólo superada por un agujero negro en capacidad destructiva. En ella se producen extraños fenómenos cósmicos, tormentas nebulares constantes e impredecibles, hacían de aquel lugar un sitio peligroso para la vida. Se extendió el rumor que incluso naves de guerra Juraianas no estaban más de quince minutos en el sector. Una vez dentro del área, los sensores se volvían locos y los escudos de las naves acababan pereciendo frente a la furia de las tormentas. Nadie iba voluntariamente allí; los alrededores de la puerta del infierno eran siempre evitados. Para todos era sabido, de que se trataba de una zona espacial desolada.

Hubo rumores, claro está, que había zonas estables, dentro de la puerta del infierno, pero la mayoría pensaba que eran cuentos de viejas. Nadie intentaría buscar algo así. Las únicas personas que algunas veces entraban en el área eran esas que se perdían completamente, y los criminales que trataban de atravesar los alrededores de la nebulosa para evitar la persecución policial. Pero lo pocos lo suficiente estúpidos como para probar la carrera nunca sobrevivieron a la experiencia, sin embargo allí permaneció el rumor de que un contrabandista había encontrado un bolsillo seguro y estaba vivo, evitando a la policía que le perseguía. Nadie era capaz de recordar su nombre, sin embargo.

La mayoría descartaba tales historias al igual que las del Sargasso espacial, leyenda en la cual había un cementerio de barcos abandonados a la deriva, en medio de la nada, en espera de otra nave espacial para tropezar accidentalmente con ella. Una vez allí, los barcos que se encontraban estarían atrapados igualmente. Los refugios seguros en la puerta del infierno fueron tratados igual: como una historia absurda.

Pero al igual que con muchas historias, algunas veces hay un grano de verdad en ellas. Y algo semejante fue el caso de la puerta del infierno. La policía galáctica perseguía a un infractor de la ley, Yurishori Omuri, quien había matado a dos personas en el transcurso de su robo. El criminal se volvió lo suficientemente desesperado como para escapar por la puerta del infierno, para eludir a sus perseguidores, como algunos criminales desesperados trataron hacer antes, si bien nadie alguna vez emergió de la nebulosa. Las dos naves espaciales de la policía que le habían estado persiguiendo esperaron tres horas para asegurarse que Omuri no saliese de la nebulosa, reportándole como desaparecido y suponiendo la destrucción de su nave.

Muy para su sorpresa, una semana más tarde Omuri fue traído de una redada por policía planetaria de diversos sistemas más allá. La Policía Galáctica tomó jurisdicción sobre el prisionero misteriosamente vivo y le transfirió para su custodia. Después de una interrogación, Omuri reveló que cuando escapaba por suerte o casualidad, él había encontrado un bolsillo espacial en mitad de la nebulosa que estaba completamente a salvo de las amenazas que lo rodeaban. A cambio de reducir su sentencia por cadena perpetua en lugar de desintegración, él le dio a la Policía Galáctica los datos necesarios para localizar el punto seguro dentro de la puerta del infierno. El camino era errático, y lleno de cargas energéticas, sin embargo no eran tormentas fatales, que habrían escondido la senda para cualquiera que no lo buscase específicamente. En cierta forma, era un viaje movido, que permitía a uno una vía de entrada desgarradora, pero finalmente segura, para el interior del refugio.

El bolsillo recibió el nombre de la Anomalía. Fue una esfera pequeña de espacio que era calmado, aproximadamente cinco mil kilómetros de largo y diez mil de ancho. Completamente calmado. Ninguna de las tormentas tocaba la esfera ni de la forma más leve, parecía que algo forzará a que permaneciesen afuera, casi como si hubiese una pared que separase los dos puntos. La nebulosa fuera de la esfera podía ser vista, pero el interior no. Era totalmente espacioso. No hubo fenómeno natural que pudiese explicar cómo La Anomalía existía, pero estaba allí. La mayoría especuló que algún el poder superior, mayor incluso que el de la familia real de Jurai, la había debido crear allí, por qué propósito, nadie lo supo.

El Alto Mando de la Policía Galáctica, de acuerdo con el Servicio de seguridad Juraiano, conservó en secreto la información concerniente a la Anomalía hasta que ese espacio pudiese ser investigado más cuidadosamente. Ya que ningún otro bolsillo fue encontrado, y esperando que la Anomalía fuese verdaderamente única, ambos organismos conservaron su posición un secreto. Su aislamiento completo, su tamaño, el hecho que estaba rodeado por todos lados por energías altamente destructivas, y de poseer el único camino para acercarse a la Anomalía sin destruirse, hizo de ella la posición perfecta para un proyecto que los líderes del Imperio habían estado tratando de completar por años.

Y así Tartarus nació.

Al igual que una gran ave de rapiña gigante, dibuja una sombra en la puesta de sol, Tartarus apagaba el vasto campo rojo que se veía de la nebulosa conocida como Puerta del infierno. Tartarus era una estación espacial, construida en secreto usando los fondos personales de Emperador, y diseñado para parecerse a una versión más pequeña del cuartel general de la Policía Galáctica, aunque de sólo tres kilómetros de largo y cuatro kilómetros de ancho. Se equipó con armas y blindaje pesado, capaz de enfrentarse a cuatro cruceros espaciales de inmediato y derrotarlos. Y con el corredor estrecho por el cual se llegaba a la Anomalía, no más de un barco grande podría llegar a ellos de golpe. La estación estaba tripulada por una docena de científicos, treinta miembros de élite de la Policía Galáctica y veinte miembros del Servicio de seguridad Juraiano.

Para todos los efectos, Tartarus era impenetrable.

Debido al secretismo del proyecto, todos los miembros a bordo, salvo los científicos y los cuatro oficiales de mayor categoría, dos de la Policía Galáctica y dos de Servicio de seguridad Juraiano, a los que voluntariamente se borraba la memoria pasado un año sobre toda la información acerca de Tartarus y lo que dentro de ella se realizaba, una vez que su turno de servicio se terminaba. Visto el contenido de la facilidad, nadie dudó de la necesidad de tal procedimiento.

Hubo sólo un puñado de personas, sin contar a los empleados asignados a la estación, que supiesen de la existencia de Tartarus: Los cuatro oficiales de mayor rango en la Policía Galáctica, ocho miembros del Servicio de seguridad Juraiano, doce miembros de la Academia de las ciencias, el Emperador, y las diez personas que formaban el concilio de Jurai. Nadie más tuvo permiso para recordar el complejo, bajo pena de lavado de mente o ejecución.

Hiroyoshi Matsuda, el comandante actual en Tartarus, contempló fuera de la pantalla del puente de la estación espacial y maldijo. No por la nebulosa turbulenta. Fue por una visita que Matsuda reconoció demasiado bien, el hombre había hecho más de una visita anteriormente en demasiadas ocasiones y había abusado de su hospitalidad. Matsuda sintió un dolor de cabeza, pues las cosas habían ido tan bien, hasta entonces. A algunas personas no tenían nada más que mala suerte

La nave negra, "Taromaki" Ala Creciente con la insignia de la Policía Galáctica fue fácil de identificar. Sólo el trío de oficiales de mayor rango de la Policía Galáctica usaban ese raro emblema, y de los tres vehículos que lo tenían, era el único pintado de negro.

Una vez que el código de reconocimiento enviado por el barco del mariscal fue descifrado y analizado como válido, el comandante desactivó el sistema de defensa de las computadoras que apuntaban al barco. Su siguiente movimiento fue ir a la consola de comunicaciones y activar el botón que daba acceso al sistema de comunicaciones interno de la estación. "Atención a todos los empleados. El mariscal Alexi Malgaunt llegará a Tartarus en unos pocos minutos, probablemente para otra inspección sorpresa. Quiero a todo el mundo en sus puestos, realizando sus obligaciones con el mayor decoro o ustedes responderán ante mí, así como también con el mariscal."

Desactivando el sistema, Matsuda dejó el puente, saludando a los demás. Él sabía que las inspecciones sorpresas eran algo que siempre pasaba. Trabajar en Tartarus era aburrido y monótono, los dos enemigos más peligrosos a los que se encontraba eran un nivel alto de disciplina y el aburrimiento. Matsuda tomaba en serio sus obligaciones y tenía entrenada a su tripulación regularmente, asegurando que estuviesen en la mejor condición posible, y preparados para cualquier emergencia. Pero eso no tenía importancia para "Rompebolas" Malgaunt. Siempre había un desperfecto, ese era el lema del mariscal. Él podría encontrar una gota de aceite en el océano. En cierta forma, de algún modo, él encontraría defectos en trabajo de Matsuda y frotaría su cara en ellos. Probablemente Malgaunt disfrutaba haciéndolo. Esa fue la única razón que Matsuda podía pensar por todas las frecuentes visitas del mariscal. Frecuentes significaban una vez al mes en lugar del patrón de dos veces cada seis meses que había sido usado antes de este último turno de servicio.

En los inicios de la estación, cualquiera de los tres mariscales podía haber llegado a inspeccionar la instalación, pero en los últimos dos años el privilegio enteramente había caído en las manos de Malgaunt. Aun con sus revisiones constantes, él había programado sus visitas para sólo dos veces a cada semestre, pero las cosas se habían alterado últimamente y en los últimos seis meses hacia cuatro veces esa visita, y ahora una quinta. Y nunca para cualquier otra razón aparte de una inspección. El mariscal odiaba a Matsuda. Esa tenia que ser la razón.

Caminando en un paso enérgico mientras la plataforma conectaba con la zona de desembarco, Matsuda se aseguró de no sudar; No quería dar ninguna posibilidad a Malgaunt ni tan siquiera que viese la incomodidad de su visita. No le permitiría a Malgaunt tal satisfacción.

Llegando a la puerta de la zona de desembarco, Matsuda eligió a Saito y Klancy como los sus guardas. Eran oficiales de principios sólidos, y su apariencia era inmaculada. Malgaunt tendría que encontrar defectos en otro sitio.

El sonido del Ala Creciente embarcando en uno de los tres puertos de entrada de Tartarus era la señal que el barco se había estacionado con toda seguridad. Todo se desarrollaba según el manual cuando los sensores de la zona de desembarco detectaron tres formas de vida humanoides que esperaban en la zona de cuarentena de Tartarus.

Matsuda recorrió con la mirada las lecturas en la pared cuando los sensores del pasillo escudriñaban a los ocupantes. El proceso siempre tomaba un rato debido a que la seguridad era de vital importancia en la instalación. Los exámenes de retina, epidérmico, voz, calor, firma, y el cuerpo interno, así como también un código adicional de entrada, eran requeridos para la entrada del mariscal y sus dos ayudantes, en la zona principal de la estación. El fracaso en cualquier nivel del procedimiento de la identificación resultaría en la activación de una docena de láseres iónicos. Cualquier acción percibida como hostil resultaría en la puesta en funcionamiento automática de las armas. Durante cada inspección, el comandante algunas veces tenía una fantasía, donde las armas se activaban por error y impactaban, en Malgaunt. Eso significaría una mancha imborrable en el expediente de Matsuda, pero habría muchos oficiales en el Policía Galáctica que le habrían dedicado una ovación de cualquier forma. Ese era el tipo de devoción que Malgaunt inspiraba en la mayoría de la gente.

La fantasía vino y fue, dejando a Matsuda para concentrarse en asuntos más relevantes. Los sensores internos examinaron con un escáner CAT a los tres ocupantes y le dieron al comandante los resultados. El sistema verificó que el trío era el mariscal Alexi Malgaunt y los tenientes Arisa Funuyaki y Masa Onita. Los nombres de otros oficiales fueron familiares a Matsuda; Eran la misma pareja que Malgaunt había traído con él en las últimas dos visitas. No fue una sorpresa teniendo en cuenta que cualquiera que aceptase esa misión sabía por adelantado que sus recuerdos serían borrados después. Era difícil encontrar personas que aceptasen que se les borrasen dos días de su vida. Probablemente, ambos oficiales trataban de tomar la delantera en sus carreras y esperaban que al aceptar la misión Malgaunt les tendría en buena consideración. "Buena suerte", pensó Matsuda.

Los sensores confirmaron que las únicas armas que el trío llevaban eran las reglamentarias pistolas láser. Después de la confirmación, Matsuda apretó un botón y la puerta se abrió. Los tres oficiales atravesaron el portal. Matsuda notó que ningún aspecto del mariscal había cambiado. Incluso debajo del uniforme negro del mariscal, nadie podía decir si el hombre de adentro era delgado o no. Las características angulares bien detalladas definían su barbilla afeitada, haciéndole parecer más joven de sus cuarenta y cinco años. Su pelo negro aceitoso alcanzaba sus hombros, aunque estaba inmaculadamente peinado no detallaba nada de su apariencia.

El único rasgo acerca de él que atraía la atención de todas las personas era la mirada fija y penetrante, que según los rumores hizo que el emperador de Jurai se sobresaltase al verle. Cuando Malgaunt te miraba, él podía ver directamente a través de ti, al menos eso era lo que se comentaba sobre él. Ciertamente parecía que había algo de verdad en ello, considerando que a lo largo de la carrera del mariscal él tuvo una de las tasas de arresto más altas en toda la historia de la Policía Galáctica. Eso, combinado con una mente lista y un talento natural para la política fue lo que hizo que Malgaunt se elevase como un cometa a través de las tropas hasta convertirse en el tercero al mando de la Policía Galáctica, sin embargo la gran mayoría del cuerpo policial estaba de acuerdo en que esa seria su posición para siempre. Tanto el primero como el segundo mariscal estaban todavía en la flor de su vida, y ambos tenían sus puestos bien asegurados. Eso agradó a Matsuda. La idea de Malgaunt dirigiéndolo todo habría hecho al comandante considerar una jubilación anticipada.

La otra característica famosa de Malgaunt, la cual le había echo ganar una reputación, especialmente en sus días de juventud, fue una que no se notaba a primera vista. Corría el rumor que sus reflejos eran rápidos como el relámpago y que él era un tirador de primera. Los rumores tienen su origen en sus días de juventud, él había estado en una misión clandestina donde su tapadera había sido descubierta. Armado con sólo una pistola de bolsillo oculta bajo su chaqueta y estando rodeado por cinco pistoleros con armas de gran calibre. Los rumores decían que sólo necesito que uno de sus asaltantes desviase la mirada a otro sitio, para distraer la atención de todos los pistoleros en una fracción de segundo, después él sacó su pistola y empezó el tiroteo. El quinto asaltante estaba muerto antes de que el primero de ellos llegase al suelo. El único de los pistoleros que llegó a disparar, parece que consiguió impactar en el cuello del mariscal. Se decía que él todavía llevaba la cicatriz, como recuerdo de lo que podía haber significado ser demasiado lento. Matsuda creía en la primera parte de la historia; Malgaunt emitía peligro, a pesar de no haber estado involucrado en ninguna operación de campo desde hace más de quince años. En lo que se refiere a la cicatriz, el mariscal vestía trajes de cuello alto. Eso, combinado con su pelo largo, impedía decir si era cierto, y Matsuda no quería preguntarle a Malgaunt. La curiosidad finalizó cuando vio que su interés estaba irritando a Malgaunt.

Matsuda pasó de examinar a Malgaunt para ver a los dos ayudantes que había traído con él. A la izquierda de Malgaunt estaba la teniente Funuyaki. Ella llevaba puesto un uniforme negro que hacía juego con el de su superior. Cualquiera podía decir que a ella le quedaba mejor que al mariscal. Era una mujer preciosa, cuyas curvas indicaban una excelente forma física. Su pelo negro, aunque carecía del brillo aceitoso del mariscal era espectacular. Sus ojos eran de un azul oscuro los cuales recordaron a Matsuda el lago en el patio trasero de su casa en Primuf, y le vino el deseo abrumador de regresar a su hogar. Ella era atractiva, pero su rostro era como una máscara, que no reflejaba ningún sentimiento. Un atributo necesario para permanecer continuamente al lado de Malgaunt. Para los ojos de Matsuda, Funuyaki era un ejemplo de oficial.

Onita, también vestía de forma inmaculada, aunque era muy diferente de Funuyaki. Él era un hombre muy alto, muy grande y obviamente había gastado una gran cantidad de tiempo en el gimnasio. Su traje era del mismo estilo que Funuyaki de un negro inmaculado, pero indudablemente tuvieron que habérselo echo especialmente para su gran talla. Su cara era más expresiva que sus compañeros. Había un débil brillo en los ojos que Matsuda no podía identificar y que le ponía inquieto. Fue como si Onita estuviese ansioso por algo, quizá para finalizar su misión con Malgaunt. Pero eso era normal, y Matsuda no podía creer fuera eso.

Fuese lo que fuese, lo apartó de su mente como no siendo una preocupación por el momento. Toda la atención de Matsuda tuvo que ser enfocada en el oficial de mayor graduación, quien estaba mirando el cronómetro en su muñeca.

"Quiero examinar rápidamente una simulación defensiva, Matsuda. Y usted ya va veinte segundos tarde." Malgaunt dio aviso en una voz que estaba bien definida y atrajo la atención de toda la sala.

Un saludo preciso, junto con uno " ¡Señor!" fue la única respuesta que Matsuda dio al dar la vuelta a su talón y dirigirse rápidamente hacia el puente. Él no se molestó en mirar detrás de él, sabía que los tres inspectores le seguirían hacia dentro su velatorio, seguido por Saito y Klancy, una vez que cerraron la zona de desembarco detrás de ellos.

Matsuda maldijo su suerte. Obviamente él había mostrado demasiada eficiencia en el pasado, así que el mariscal elevaba la presión. No importa cuán eficiente fuese, Malgaunt iba a encontrar algo mal con su desempeño. Era sólo un asunto de cuántas cosas habría al fin de la revisión. Matsuda juró que el mariscal lo tendría difícil.

El sonido de seis pares de botas hizo eco a lo largo de los corredores de Tartarus cuando el grupo caminó más rápidamente, justamente al acercarse al puente de mando. Esperaba que todo el mundo estuviese en sus puestos correctos; Una cosa menos por la que Malgaunt se podría quejar.

La ruta tomó sólo un par de minutos cuando el grupo entró en el puente de mando sin ningún incidente o problema. Matsuda soltó un suspiro de alivio al acercarse al puente. Todo el mundo allí estaba en sus puestos asignados. Los dos soldados listos al lado de la puerta, y los encargados de comunicaciones y los oficiales científicos estaban en sus estaciones correctas.

Funuyaki y Onita tomaron posición en el lado opuesto de los guardas de la puerta. Saito y Klancy se quedaron delante de ellos, quedándose cerca de la pared. A cada lado a lo largo de la pared donde tenían una línea de visión clara de todo el puente. Todo el mundo estaba correctamente colocado. Oh sí, Malgaunt iba a pasar por un mal momento en esta ocasión.

Matsuda fue a la computadora principal y entró el código de siete dígitos que activó la vía de entrada para el control del sistema de armas. Una vez que el panel de control se abrió (sin un poco de vacilación mecánica, pensó) dio permiso al sensor para determinar su identidad y luego insertó su llave de control personal. Con una vuelta del interruptor, el tablero de mando se iluminó. Todo, desde los escudos para las defensas antimisiles para la autodestrucción del sistema estaba bajo el control completo de Matsuda. La máquina emitió a un "Beep" chillón, el programa del autodiagnóstico indicaba que todo funcionaba normalmente.

El dedo de Malgaunt golpeó ligeramente el cronómetro de su muñeca. "Justo a tiempo. Ha recuperado esos veinte segundos que había perdido. El sistema funciona normalmente y la estación está bajo su control completo. Usted tiene mis felicitaciones"

A pesar de estar en el cuerpo más de quince años, Matsuda estaba atónito. Él nunca había tenido noticias que Malgaunt felicitase a nadie, salvo en los actos oficiales de servicio público. ¡Los instintos asumieron el control y él hizo un saludo y diciendo, "gracias, señor"!

"Y quisiera agradecerle a usted, Mayor. Su profesionalismo lo simplifica todo ""

Matsuda miró al Mariscal desconcertadamente. ¿ Lo simplifica, señor"?

"Sí," contestó Malgaunt.

El tiempo de reacción de Hiroyoshi Matsuda fue realmente corto. Con sólo un parpadeo Lo único que él logró pensar, mientras la pistola de Malgaunt cambió de su sobaquera hasta la cara del Mayor fue que las historias no hacían justicia al Mariscal. Malgaunt era más rápido de lo que decían.

Luego el láser disparó, y Matsuda nunca pudo volver a pensar.

La teniente Arisa Funuyaki estaba en movimiento en el mismo momento en que ella se dio cuenta que su superior había sacado la pistola. Ella había oído que él era rápido, pero no podía creer lo que vio ante sus ojos, la velocidad del mariscal no podía haber sido más rápida.

A pesar de estar asombrada, su propio entrenamiento intensivo asumió el control de ella al sacar su propia arma y extender el brazo en dirección al guarda de la puerta. Ella vio sus ojos hincharse cuando ella presionó el gatillo y envió la cabeza del hombre directamente a la pared. Cuando ella empezaba a dirigirse a su segundo blanco, vio que su socio, Onita, estaba en proceso de acabar con la otra defensa en la puerta. Habían sabido por adelantado el número y la colocación de los empleados del cuarto. El plan era que Malgaunt eliminase a Matsuda primero, entonces iba la encargada de comunicaciones y luego el oficial de división científica. Funuyaki y Saito asaltaron a los guardas de la puerta, y luego los otros dos guardas del cuarto.

En ese preciso instante Funuyaki estaba apuntando a su blanco, cuando un láser impactó en el pecho de la encargada, rápidamente seguido por otro en la cabeza. Los ojos de Funuyaki pasaron velozmente por el cuarto, asegurándose que no hubiera nadie más, ella vio que había sido Malgaunt quien había disparado a su blanco secundario. Solamente quedaban los cadáveres en el puesto de mando. Onita había hecho su trabajo en disparar a su segundo blanco antes de que el guarda tuviese posibilidad de levantar su rifle. Habían terminado en menos de tres segundos después de que hubiesen empezado.

Funuyaki ya se dirigía hacia la consola de la comunicación cuando Malgaunt reexaminó el control de defensa. Onita se tomó su tiempo para volver a disparar a los cuerpos, luego fue a los otros cuerpos del cuarto para asegurarse que nadie estaba todavía vivo.

Un examen rápido mostró a Funuyaki lo qué ya sabía. "Ella no pudo enviar ningún mensaje, señor""

"Excelente," Malgaunt dijo al mirar su reloj de pulsera. "Onita, por favor apresúrese y bloquee la puerta de entrada. ¿ No queremos visitas indeseadas, verdad"?

"No, señor"" Onita se mudó rápidamente a la puerta e hizo lo que le habían ordenado. Una vez que las puertas fueron electrónicamente selladas, Malgaunt emocionado, presionó otro botón y un set interior de puertas se elevaron delante de los primeros. Las puertas eran de un pie de grueso y con aleaciones de osmio especialmente tratadas. Llevaría quince minutos a alguien, con el equipo adecuado para atravesar todo aquello.

Las manos de Malgaunt empezaron a jugar con la consola de mando cuando él empezó a hablar. "Le di a Matsuda un minuto y medio de más. Su eficiencia hace nuestro trabajo mucho más fácil. Ahora tenemos control completo sobre la mayor parte de las defensas de la estación." Él apretó una serie de interruptores verdes. " Primero desarmaremos todos los controles de los laboratorios científicos. No queremos que destruyan el premio que nos ha costado tanto venir a conseguir."

¿"Qué es exactamente el premio, señor"? preguntó Funuyaki.

"A su debido tiempo, teniente"" Malgaunt dijo con un tono de voz que apenas indicaba el menor indicio de satisfacción. Él miró su reloj de pulsera, y entonces contempló la pantalla que mostraba el lado más alejado del puente. "Debemos cronometrar esto cuidadosamente. Si el mayor Matsuda entrenó a sus hombres adecuadamente, y sé que lo hizo, dos de las estaciones exteriores están pilotadas. Una vez que vean que el sistema automático de rastreo está fuera de línea, armarán las armas manuales. Eso significa que tendrán la habilidad para destruir a nuestros invitados una vez que lleguen, a menos que cronometre esto perfectamente."

Malgaunt desgarró su mirada en el cronómetro y pulsó varios botones de forma muy rápida. "Los escudos y los controles automáticos de tiro son ahora inservibles. Quienes se ocupen de las armas estarán probablemente reajustándolas al sistema manual." Él clavó los ojos en la pantalla. Una sonrisa se mostró en su rostro. "Pero no lo conseguirán hacer a tiempo."

Funuyaki siguió con su mirada afuera. De la zona de entrada segura en la Anomalía, hizo erupción a través del espacio una nave. La forma cilíndrica y el tamaño, le parecieron a Funuyaki las de un crucero Juraiano. Cuatro grupos de pequeñas alas a los lados, así como también un gran motor externo detrás del barco, Funuyaki calculó que la nave debía de ser tres veces más grande que el "Ala Creciente" en la que ellos llegaron. Cuando se acercó a una velocidad peligrosamente rápida, Funuyaki pudo ver que a los lados del puente de mando pintado sobre madera negra lucía un símbolo de tres estrellas prominentes cerca del arco mayor. Si la madera era real, y no simplemente de adorno eso significaría que en verdad ese era un barco Juraiano. Eso fue lo que activó su memoria. Solo había un barco como ese que tenía un símbolo de la estrella de trinidad.

"Ese es el Rack N'Ruin," Funuyaki se quedó sin aliento tras pronunciar ese nombre.

Onita reconoció el barco igualmente, y a quién pertenecía. "Sa'bre Stargrave," dijo con mucho temor. "Él es el cuarto criminal más buscado en la galaxia."

La expresión de Onita trajo a Funuyaki de vuelta a la realidad. "El barco entra demasiado rápido. ¡Van a chocar contra la estación "! Entonces, Funuyaki, comenzó a prepararse sicológicamente para el impacto.

Malgaunt se quedó dónde estaba, con una sonrisa en su rostro. "No lo creo. Conozco a su piloto. Creedme cuándo os digo que no tienen nada por lo que preocuparse."

El Rack N'Ruin mantuvo acercándose a Tartarus a una velocidad casi diez veces más rápida que las normas de seguridad exigían. Habían alcanzado la mitad de la distancia a la estación cuándo una de las armas exteriores les disparó. El rayo se dirigió a la zona izquierda, pero los láseres fallaron el tiro. El segundo disparo fue incluso más lejos que el primero. Cuando estaban dentro de un medio kilómetro de Tartarus, los motores hicieron erupción a través de la superficie de la nave, cambiando su dirección porque ahora se estaba acercando a la estación lateralmente. El barco se estremeció violentamente cuando entraron a través de las compuertas.

Sobresaltándose, Funuyaki observó la escena por el monitor exterior y miró atentamente el muelle de entrada. Con la velocidad del Rack N'Ruin, ella estaba segura que iban a estrellarse contra Tartarus. El tiempo pareció estarse quieto cuando un grupo adicional de motores a reacción hizo erupción al exterior del barco del contrabandista, desacelerando lo suficiente para pararse, dejando sólo dos metros de espacio entre la nave y la estación.

En el puente de Tartarus, Funuyaki y Onita dieron un suspiro de alivio. Malgaunt se dio el gusto de una sonrisa aun mayor.

Ahora desactivaré los sistemas de armamento del corredor del muelle de entrada. Malgaunt apretó otro botón. Todavía tendrán que atravesar todo el camino a través de las puertas, pero ya las dije cuántos guardias habrán y con que estarán armados. Ya tendrán el equipo necesario para pasar a través de ellos. Como en respuesta a su declaración, el ruido de una explosión se escuchó en la dirección del muelle.

Malgaunt miró a sus subordinados con aire satisfecho. Es posible que uno de los sargentos de servicio haya adivinado lo que sucede y dirija algunos hombres para tratar de repeler a nuestros huéspedes. Es posible que puedan enviar una brigada aquí para ver qué ha ocurrido. Sin embargo, no será suficiente. He repasado cada aspecto de este plan en los últimos meses, teniendo en cuenta cada contingencia y factor posible. Cualquier oportunidad que los empleados de esta estación tuvieron para detenernos acabó en el momento en que nos hicimos dueños de este puente y la nave atracó. Ahora es sólo una cuestión de tiempo."

Funuyaki y Onita se miraron. Después de un momento, Onita se relajó y sonrió. Funuyaki no estaba sorprendida por eso. Para su gusto, Onita confiaba demasiado en Malgaunt. Sin embargo, eso no era la sorprendía. Malgaunt podía inspirar confianza en personas sin ni siquiera proponérselo, especialmente en las personas menos estables. Y Onita encajaba bastante bien en ese tipo de gente, desafortunadamente.

En lo que se refiere a la teniente, la confianza de Malgaunt no pudo más que abrumarla. Él creía que nada allí iba a ir diferente a su "plan". La vida estaba llena de demasiadas variables aleatorias que ellos no podían prever. Aun cuando un plan fuera diseñado para ser flexible, no podía ser perfecto. Cualquier cosa podía ocurrir. Esos pensamientos tuvieron que esperar cuando la situación comenzó a hacerse pedazos alrededor de ellos.

Los ruidos que provenían de la dirección de la puerta sellada atrajeron la atención de Funuyaki. Ella se dirigió a los monitores externos y miró fuera del recinto, Onita se puso a su lado. La imagen mostró varios oficiales de la Policía Galáctica afuera, tratando de usar el teclado para abrir la puerta.

"Tenemos visita," dijo a Malgaunt, quien parecía contento al escuchar eso.

"Es igual," le dijo. "Stargrave ya ha abordado la estación y llegará aquí. No tendrán tiempo de atravesar la puerta antes de que él llegue ""

Otra vez el modo sosegado de Malgaunt no pudo relajarla. Ella dirigió su atención al monitor. Les tomó varios minutos, pero ella vio como los oficiales de la Policía Galáctica habían conseguido algunas herramientas cortantes y se disponían a atravesar la puerta. Justamente estaban a punto de empezar, cuando ráfagas de disparos inundaron los pasillos del vestíbulo. Sin cobertura, la tripulación fue asesinada en cuestión de segundos.

Varios hombres y mujeres avanzaron a lo largo de la cámara. Parecían ser un surtido de la peor gentuza de la galaxia. Dos con trajes grises desaliñados, volando mientras miraban como estaba la situación, una mujer traía puesto un traje con lentejuelas muy llamativo y brechas a cuadros, el espectro de colores de la ropa era como nada que se hubiese visto antes. La variedad de armas que llevaban era tan diferente como su ropa. Láseres, fusiles con una esfera extraña de metal, una cadena y otras cosas más, todo lo que pudiese ser letal en las manos de alguien que supiese como usarlas, y ellos parecían saber cómo.

Después de asegurarse que toda la tripulación de fuera las puertas estuviese muerta, aquel grupo heterogéneo de recién llegados se dividió para dar paso a un hombre. Él era alto, seis pies de altura y con pelo negro recogido con un cascabel en su espalda, justamente por encima de su cintura. Al entrar, ni Onita ni Malgaunt hicieron nada. Sus características físicas eran impresionantes, haciendo que Funuyaki pensase que él era uno de los hombres más apuestos que ella hubiese visto jamás. Había también algo familiar en sus características, aunque cuando ella probó de pensar el porqué no se le ocurrió nada. El hombre se comportaba adecuadamente, irradiando un aura de confianza que se podía sentir por toda la cámara. Su traje era el de mejor gusto entre su grupo. Constaba de una túnica formal de color púrpura y pantalones azules que llevaba de forma holgada. En su espalda vestía una capa púrpura con un adorno blanco. En el cinturón llevaba una pistola láser que parecía muy cara.

Cuando Funuyaki completó su evaluación de la ropa, ella se percató de que había algo familiar en él. El traje le recordaba a los que usaban la realeza Juraiana. Eso, combinado con las propias características del hombre, le daba un parecido notable con el Emperador. Una versión menor, más joven, limpia y afeitada de cualquier forma. Era una apariencia indudablemente cultivada por aquel hombre.

Sa'bre se quedó con la mirada fija en la cámara. Funuyaki casi pudo haber jurado que él la veía a través de los muros tal y como ella le podía ver a través de las cámaras. Él tocó uno de los botones para activar el enlace de audio de detrás de los estratos de aleación de osmio, "cariño, ya estoy en casa."

Malgaunt sonrió, luego miró hacia abajo a su reloj de pulsera. "Justo a tiempo" Dijo al abrir ambos sets de puertas.

Funuyaki se estremeció cuando el líder de la banda entró por el puente, se acercó al mariscal, y se estrechó su mano. "Malgaunt."

"Sa'bre," Malgaunt acusó la encajada. "Ya era hora que aparecieses. Veo que Fera os ha traído aquí con su estilo de siempre. ¿Disfrutas arriesgando tu vida cada vez que vuelas."?

"No me quejaré en exceso. Ella es nuestro billete de salida de esta estación, " Contestó Sa'bre.

Funuyaki miró sobre la figura más bien infame de Sa'bre Stargrave. Ella estaba un poco sorprendida. Había imaginado a uno de los criminales más buscados de la galaxia como alguien diferente. Él parecía muy calmado y regio, al menos por fuera. Sus instintos tomaron posesión de sus sentidos, recogiendo cada matiz y cada detalle del capitán y su tripulación. Diez años de trabajo clandestino hicieron que su mente trabajase automáticamente por ella, al clasificar en categorías qué tipo de criminales eran la tripulación del Rack N'Ruin. Aunque sabía que a partir de hoy, ella nunca jamás iba a volver a ser un miembro de la Policía Galáctica.

Sus pensamientos en aquella situación se entrecortaron cuando Malgaunt empezó a hablar con Sa'bre otra vez. ¿"Va todo bien."?

Stargave estaba a punto contestar, cuando giró su cabeza ligeramente y acercó su mano a la oreja. Desde donde estaba Funuyaki, pudo ver un diminuto transmisor en la oreja.

"Todos los grupos han cumplido con sus objetivos excepto por un pequeño problema. Parece que un grupo de hombres se han bloqueado con una barricada en los barracones y rehúsan a salir." Dijo Stargrave. " Han soldado las puertas y no sabemos como han electrificado el piso. He perdido cuatro hombres tratando de tomar su posición. ¿ Alguna sugerencia."?

Malgaunt pensó en eso por un momento. "Los barracones están ubicados lo más lejos de los laboratorios posible, y sólo hay una forma de llegar a ellos desde donde están. Deje una unidad de hombres allí para entretener a la tripulación acorralada. También haga que sus hombres observen los pozos de ventilación en los puntos ocho y nueve. La tripulación podría tratar de moverse a través de ellos y flanquearle. Eso debería encargarse de este asunto lo suficiente como para que nosotros terminemos lo que vinimos a hacer aquí."

Una mujer delgada y alta, como Malgaunt y con una sonrisa fría, atravesó el grupo de piratas hasta llegar al lado de Sa'bre.

Stargrave habló sin temor. "Ahora que pienso, no les he presentado" dijo a Malgaunt. "Ésta es mi segundo oficial, Ariana Taguyu."

Ariana se inclinó levemente hacia Malgaunt. ¿" Está seguro que es correcto dejarlos allí? Podrían causar problemas."

"Podrían, pero lo único que podrían hacer para obstaculizarnos el camino les tomará más tiempo del que tienen", Malgaunt activó una unidad de control remoto para la computadora principal. Él ejecutó una diagnosis rápida. Una vez que comprobó que funcionaba correctamente, cogió su pistola láser y disparó a ambos controles centrales y a las consolas de comunicación "" Él examinó los desperfectos, y se aseguró a sí que nada estaba operativo. Después comprobó nuevamente el control remoto. "Ésta es la única manera de controlar esta estación. Ahora, nos dirigiremos a los laboratorios. El tiempo puede estar de nuestro lado, pero todavía tenemos algo que hacer y no quiero llegar tarde."

Malgaunt se apresuró hacia la puerta. Con un gesto de Stargrave, toda su tripulación se puso en marcha. Varios de sus hombres le cubrían para que nadie se le pudiese acercar a él, mientras se dirigían hacia los laboratorios de Tartarus.

Mientras el grupo se dirigía por la estación, Malgaunt empezó a hablar otra vez. Sa'bre. "Me gustaría presentarle a mis dos ayudantes. Los tenientes Funuyaki y Onita. Sin su ayuda, mi misión hubiese presentado grandes problemas."

Sa'bre inclinó la cabeza levemente a cada uno de ellos. ¿"Entonces, qué hizo que dos defensores de la justicia, como ustedes, se volviesen en contra de sus anteriores patrones de una forma tan grandiosa."?

A Onita esa pregunta le cogió desprevenido y no tuvo no idea de cómo contestar. Funuyaki respondió casi airada. "¡Eso no es de su incumbencia."!

Ariana y el resto del grupo de Stargrave se molestaron visiblemente por ese comentario. Un gesto de su capitán, y el grupo bajó su ritmo ligeramente, haciendo que el grupo de Malgaunt quedase primero (frente a una posible emboscada, pensó este último).

"No hay necesidad de ponerse a la defensiva. Simplemente soy curioso porque, en mi profesión, con frecuencia tienes que sobornar a los oficiales de la Policía Galáctica para lograr hacer algo. Yo pienso que…"

"Y yo pienso que más vale que esperemos hasta después de que hayamos terminado la tarea que tenemos entre manos antes de que nos pongamos a cuestionar motivaciones personales." Dijo Malgaunt, para frenar una situación potencialmente explosiva.

Sa'bre respondió dándole a Malgaunt una mirada muy fría. "Si voy a trabajar con personas que están dispuestas a apuñalar por la espalda a sus supuestos colegas en armas, entonces quiero saber su precio por si acaso alguien trata de ofrecerles un trato mejor."

"Usted es un contrabandista, un asesino que se encuentra con la escoria de la galaxia todos los días de su vida," apuntó Malgaunt con una voz muy calmada, declarándolo como un hecho en vez de una opinión."

"Pero ellos son criminales. Lo espero de ellos." Stargrave conservó su mirada fija en los dos tenientes. "Cuando un par de oficiales de la policía cambian de bando, quiero saber por qué."

La tensión en el grupo aumentó, aunque si Malgaunt estaba preocupado por eso, entonces no dio indicios de estarlo. "Por ahora, digamos simplemente que ellos son visionarios, como yo mismo."

"Preferiría algo un poco menos, ambiguo."

Al final, Malgaunt comenzó a dar señales de irritación. "Luego hablaremos detalladamente de esto. Los escogí personalmente para esta misión, y sabes de mis motivos para hacer esto. ¿Crees que los habría traído si no tuviese completa confianza en ellos y en sus habilidades."?

Sa'bre dirigió a Malgaunt una sonrisa y pareció que él se inclinaba de modo respetuoso del mismo modo que el grupo continuó hacia adelante. "Claro que no. Tengo fe absoluta en ti y tus habilidades. Mis disculpas."

Eso fue el fin de la discusión, mientras que el grupo permaneció en silencio por la vía de entrada. Viajaron adelante hasta que se toparon con un punto de la estación donde las advertencias de material peligroso estaban colocadas por todas partes. Funuyaki se molestó ligeramente. Cuándo Malgaunt casi la obligó a unirse a él en este asalto, él sólo le había dicho que el objeto era algo valioso y que estaba en una estación secreta de la Policía Galáctica, deliberadamente no les comentó nada acerca de lo que iban ha buscar. Supuestamente, era para la propia protección de Onita y Funuyaki; mientras menos supiesen del plan, mejor. Pero había algo acerca del tono evasivo de Malgaunt que hizo reaccionar a sus habilidades de detective. Ella sabía con total seguridad que lo que habían venido a buscar tenía un propósito muy diferente.

Malgaunt también había insinuado que recibirían algún tipo de ayuda de afuera de la Policía Galáctica. Nunca mencionó que esa ayuda viniese de parte de un criminal tan cruel como Sa'ber Stargrave. Con más de veinte mil muertes confirmadas, incluyendo más de cincuenta agentes de la Policía Galáctica. Y eso eran sólo los delitos que la policía podía incriminarle directamente. Ahora más que nunca, Funuyaki estaba convencida que la operación entera era para algo más que el simple dinero. Por supuesto, una vez que ella había abatido a tiros a uno de sus compañeros de la Policía Galáctica (o mejor dicho ex-compañeros), se había dado cuenta que era demasiado tarde para dar marcha atrás, no importaba ya lo que sucediese.

Cuando ese pensamiento pasó por su mente, el grupo llegó a un bloque enorme de puertas selladas con aleación de osmio. Además, había un campo de energía activado rodeándolo, haciendo la entrada casi imposible.

A menos que, por supuesto alguien tuviese los códigos de entrada.

Malgaunt se acercó al escáner de retina del tablero de mandos. Una vez que su identidad fue confirmada, el control numérico del teclado fue accionado para su uso exclusivo. Su primera acción fue desactivar el campo de energía. Después él fijó su atención en Sa'bre.

"Allí adentro hay alrededor de una docena de científicos. No estarán armados con ninguna cosa más poderosa que pistolas láser. Sin embargo, todos ellos han sido adiestrados en su uso."

"Afortunadamente hemos traído estos," uno de los hombres de Sa'bre blandió un rifle modificado con mira láser.

Malgaunt le dirigió al hombre una mirada airada antes de volver su atención hacia Stargrave. "Recomiendo echar adentro un par de explosivos aturdidores en el momento que las puertas se abran. No tendrán defensa en contra de ese tipo de ataque, y además no podrán disparar. También, " dijo con un tono de voz más fuerte para que todo el mundo le pudiese oír. " Cualquier desviación del rumbo de los disparos podría dañar los sistemas que controlan nuestro premio. No sé de ustedes, pero yo tengo pocas ganas de manipularlo directamente."

Stargrave afirmó con la cabeza. "Hagan lo que sugiere el mariscal. Quiero precisión disparando allí dentro. Cualquiera que falle un disparo en los blancos asignados responderá directamente ante mí. "

Sa'bre se volvió hacia Malgaunt cuando sus hombres se preparaban para el siguiente ataque. ¿" No piensas que tratarán de destruirlo una vez que sepan que vamos directamente a buscarlo? Seguramente recibieron instrucciones de hacer todo lo posible menos dejarlo caer en manos de otras personas."

Malgaunt se quitó su sombrero y lo tiró al suelo. Él negó con la cabeza, como si quisiera quitarse un peso de encima. "Lo hubiesen echo si hubiesen tenido la oportunidad. Sin embargo, desarmé los detonadores de los controles del puente, y no pueden activarlos manualmente desde aquí. Además aunque tuviesen el equipo necesario para atravesar el blindaje que rodea nuestro objetivo necesitarían más de una hora. Esas cosas son tan gruesas que no tienes que preocuparte por si uno de tus hombres accidentalmente les da con una granada sónica. Una vez que matemos a todo el mundo en este cuarto, habremos ganado."

Colocada a la izquierda de ellos, Funuyaki escuchó toda la conversación. Ella se dio cuenta de que a pesar de que el aspecto físico de aquellos dos hombres era completamente diferente, ambos poseían un brillo idéntico en sus ojos. El mariscal Alexi Malgaunt y Sa'bre Stargrave se parecían en todo aquello que tuviera importancia.

La tripulación se había preparado. Dos hombres estaban en el frente del grupo, con explosivos de aturdimiento listos para usarse, el resto preparado para asaltar en el laboratorio después de que los explosivos se activasen.

Funuyaki dio al grupo permiso para adelantarse a ella, quedándose atrás, en la parte posterior. Ella tenía pocas ganas de volver a matar. Primero porque ya había disparado más de lo había pensado que haría. Aunque no era la primera vez que ella había matado alguien. Ni tampoco la primera vez que ella tenía la sensación que disparaba contra alguien que no se lo merecía. Más bien que esa acción le parecía molesta, y ella fue incapaz de obedecerla como debía.

Con aversión, ella vio que Onita se había puesto al frente del grupo, excesivamente ansioso para sumarse a la escaramuza. A ella simplemente le desagradaba demasiado aquel gamberro violento como para no odiarle. Siempre había detestado que la pusiesen en el mismo grupo con aquel hombre cuando Malgaunt la había seleccionado casi hace seis meses. Trabajar con él sólo había probado que él era violento, tenía un temperamento explosivo, y frecuentemente lo exteriorizaba cuándo trataba con criminales. Fue una sorpresa para ella que alguien como aquel hombre todavía permaneciese en el servicio, y mucho más que hubiese llegado al rango de teniente. Ella tenía la seguridad de que Malgaunt tenía algo que ver con la promoción indigna de aquel hombre, probablemente a fin de que pudiese estar en esta misión. Aun ahora, después de que ella esencialmente había abandonado la Policía Galáctica, permanecería trabajando con Onita. Quizá esa era la forma con la que el universo se vengaba de ella por todas las cosas que había hecho.

Una vez que todo el mundo estaba colocado, Sa'bre dio una señal. Malgaunt introdujo el código de abertura de las puertas y el ataque comenzó. Funuyaki esperó afuera con varios hombres mientras que la mayor parte del grupo entró a la carga adentro. Permaneció allí hasta que los sonidos de pelea cesaron y alguien gritó, " ¡Todo despejado!" entonces ella y los demás entraron en los laboratorios, por fin teniendo acceso a aquel premio, fuese lo que fuese.

La cámara misma era muy grande. Era el cuarto más grande de la estación, exceptuando del que alojaba el reactor de fusión de la estación. Un montón de máquinas complicadas que Funuyaki no pudo identificar estaban distribuidas a lo largo de la cámara, sin embargo la mayor parte de ellas parecía centrarse en una columna de metal en medio del cuarto. Sus ojos llevaron a cabo un inventario de todo lo que había en el cuarto, tratando de descubrir la identidad del misterioso objeto. Hubo una cosa que la inquietó enormemente: todos los científicos muertos traían puestos trajes ambientales de protección contra materiales peligrosos. Algo estaba horrendamente mal con toda esa situación.

Malgaunt se acercó a uno de los tableros de mando y empezó a teclear varios códigos. Después de un momento de espera, él dijo dos frases en el panel.

"La referencia técnica es Choate ZXX4GY6V. El nombre en clave: Apocalipsis."

Un sonido fuerte como de tamborileos comenzó a llenar el aire. Lentamente, la columna de metal que estaba en el centro del cuarto comenzó a replegarse. Todos los ojos de las sala se concentraron mientras el cilindro revelaba lo que estaba oculto en su interior. Un recubrimiento ligero de escarcha fue visto por dentro, mientras esta desaparecía hasta que al final quedó un solo objeto, claramente visible en la base.

En su consola, Malgaunt ruidosamente anunció, " Señores y Señoras. Con su permiso les presentaré al mayor asesino que el universo jamás ha conocido."

El objeto era una flor, no más grande que un pie de altura. El tallo y las hojas eran de color moreno, sin embargo vibrante, y la flor misma era de un amarillo sedoso en apariencia con pétalos azules rodeando el centro. Mirándola, uno nunca habría sospechado que la planta de haber tenido tiempo podía matar casi medio trillón de seres vivos.

Funuyaki clavó los ojos de forma incrédula; una leyenda apocalíptica había renacido delante de sus ojos. En los labios de los demás estaba formándose una palabra, pero nadie se atrevía a pronunciarla, Funuyaki fue la única que la dijo.

"Shihana."