¡Equuleus Ryu Sei Ken!
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sal1310. Pues sí, aunque el ejército de Hera tardará un poco en aparecer, aunque por las cosas que ha hecho desde tiempos mitológicos, realmente se puede considerar una bruja. Ahí veremos qué pasa. ¡Saludos!
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nadaoriginal. ¡Bienvenido a bordo camarada! Pues sí, sin los preservativos, pues ya iría una parte de los hijos que prometió XD. Ahora que lo dices, por la revelación de Shoko cuando la volví a leer, me di cuenta de eso, pero creo que me inspiré en que leí muchos casos de personas que nacen así y son luchadoras. El padre de Shoko… es un misterioso jaja. Bueno, ahora veremos que sigue. ¡Saludos!
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Seguiremos viendo cómo avanza el frente de batalla de los Caballeros de Athena ante la diosa Hera.
Sin más, comencemos…
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Aunque no estuvieran del todo perdonados, Shoko y Seiya llegaron a las filas de Saori para enfrentar a las fuerzas de Hera la cual por alguna razón se enfrentaría a la diosa de la Guerra.
Temprano ese día.
Todo el ejército estaba de guardia, así que se tomaban turnos para vigilar las afueras del santuario en busca de actividad del ejército enemigo.
Aunque hubo algo que tomó a todos desprevenidos.
Se supone que los 5 de Bronce legendarios y las Saintias debían estar al pendiente de Athena y estar cerca de ella, incluso más que los Dorados y el propio Patriarca, pero al parecer Shoko y Seiya no tomaban a pecho esta regla y esa mañana, decidieron salir en modo de expedición, incluso sin permiso del Patriarca.
- ¿Estás seguro de esto Seiya? – preguntó Shoko.
- Por supuesto, soy un antisistema, yo rompo las reglas.
- Jaja, te mamaste.
- Bueno, por el momento debemos estar listos, hay que ver si hay guerreros de Hera cerca de aquí.
- Sí – la peli rosa solo se puso seria y vistiendo su Armadura de Equuleus, se fueron del sitio a buscar a algún Caballero o espectro, lo que se fueran a encontrar primero.
Mientras iban, notaron como varias presencias los iban siguiendo, pero no se alertaban ya que sabían que no eran cosmos malignos.
- ¿Qué hacen ellos aquí? – se preguntó la peli rosa mientras solo seguía al frente con su pareja, al final, solo decidió seguir sin más – no importa, tenemos una importante misión.
- ¿Qué pasa Shoko? – preguntó el castaño.
- No es nada, solo estaba pensando en algunas cosas, nada más.
- Bueno, pero si tienes algún problema, solo dime.
- Gracias – sin más, la pareja siguió adelante sin mirar hacia atrás, aunque el Caballero de Pegaso también se había percatado sobre la presencia de ciertos cosmos familiares.
Unos minutos después de estar corriendo en las afueras del Santuario, se miraba que ambos estaban llegando a un sitio alejado de toda civilización humana.
- ¿Y este sitio? Nunca lo había visto.
- Atenta Shoko, en cualquier momento lograré hace algo para evitar que nos ataquen por la espalda.
- Bien – la peli rosa estaba atenta en que cualquier ataque llegara e incluso detectar cualquier cosmos maligno.
- ¿Sientes algo?
- No, la verdad no – en eso, la chica sintió como alguien venía cerca, pero no se inmutó ya que el cosmos no era maligno.
- ¿Qué hacen aquí? – preguntó el chico mirando a sus amigos y a las Saintias.
- ¿Cómo que qué hacemos aquí? Vinimos a hacer un picnic y a bailar con los Teletubbies ¿no ven? – dijo Ikki sarcásticamente.
- ¿Aquí están los Teletubbies? – preguntó Xiao inocente siendo vista por las demás.
- ¡Era un sarcasmo chica idiota!
- Oye Ikki, yo soy chino – dijo Shiryu.
- Lo sé, pero es que tú no eres un idiota, sé que eres una lagartija sobre desarrollada que vuela y esta – el peli azul señaló a la Saintia – es la versión de Winnie Pooh en los tiempos de hambre.
- ¡Ikki-san! – reclamó la chica.
- Jajajaja – la risa de ambos equinos llamó la atención de todos, hace tiempo que no los escuchaban reír.
- Veo que han recuperado su actitud de antes – habló Hyoga mirándolos.
- Sí, es el mismo Seiya alegre y despistado que recordamos – ahora fue Shun.
- Y la misma Shoko feliz que inició con nosotras a pelear – dijo Katya dejando a un lado su típico lado frio.
- Bueno, no es que estamos del todo enojados, ahora hemos superado esa fase, así que por el momento solo debemos hacer tregua para acabar esta guerra.
- ¡Sí! – dijeron los demás.
- Algunas cosas no cambian – río Fénix – lo seguiré diciendo, este par de burros alados son el uno para el otro.
- Lo mismo decimos entre tú y Erda – lo dicho por Pegaso sonrojó a ambos mencionados ya que siempre les hacían esa insinuación.
- Otra vez la burra al trigo.
- Ahí te hablan – Seiya codeó a su amada la cual solo se sonrojó y le devolvió un golpe.
- Tonto.
- ¿P-Por qué me juntan con él? – reclamó Casiopea – al final de todo, merezco un hombre que me cuide, que me quiera…
- Que te dé por detrás.
- Exacto – Erda se dio cuenta de lo que dijo y solo se sonrojó a más no poder - ¡E-Esperen! No es lo que quería decir.
- Como diría mi anciano maestro… Los accidentes no existen – dijo el Caballero de Dragón riendo un poco con los demás.
- Quien sabe, al ser de ataques de fuego, no me sorprendería que ella fuera ardiente en la cama – bromeó Katya estallando el color rojo en el rostro de la castaña.
- Bueno, creo que hay mucha charla y no hemos llegado a nada, necesitamos ir a ver si hay algún enemigo cerca.
- Oye, no des las ordenes como si fueras el jefe – dijo el Fénix lanzando algunas de sus plumas hacia algún sitio en el que rápidamente cayó alguien al suelo.
- ¿Y eso que fue? – preguntó Mii sorprendida.
- ¿No lo notaron? – Shun estaba al lado de la rubia – hace rato estaba ahí.
- Sí, lo noté hace rato – dijo Shoko – es mejor que no hallamos hablado de algo importante, ya que ese es un tipo de espía.
- Iré a ver – Xiao fue a ver qué pasaba y quien había sido el que había estado espiándolas – quiero ver quién es el maldito que nos espía.
Cuando todos llegaron, notaron que parecía vestir una Sapuri del ejército de Hades, cosa que les llamó la atención, aunque también Shoko y Seiya notaron quien era.
- ¡¿Y tú qué haces de nuevo aquí?! – reclamó la peli rosa – se supone que ya te había matado.
- Otra vez la loca, ni creas que me matas cuando el gran Zeros de Rana vuelve a la vida.
- Mucha habladuría, la otra vez te saqué más información, al menos podré sacarte más, así que ¡habla sapo descerebrado! – amenazó la peli rosa.
- Ni creas que te diré algo… ¡Aaah! – exclamó el espectro cuando sintió un calor infernal en la zona del abdomen producto de una de las púas de la cola del Fénix.
- Mis plumas son hechas de fuego, así que como dijo la hija de Pinkie Pie, será mejor que hables – amenazó el peli azul.
- Soy un espectro fuerte y que no cede ante nada… ¡Ahhh, me quemo! – Zeros chilló de dolor cuando sintió fuego en sus piernas, producto de Erda.
- Será mejor que hables – la castaña le dedicó una mirada llena de odio mientras el espectro solo tragó saliva.
- De acuerdo, lo haré, pero ya dejen de torturarme.
- Habla entonces.
- Digamos que los espectros no hemos muerto del todo, la diosa Hera nos sigue brindando energía para seguir luchando y en este momento… sus guerreros ya habrán llegado al Santuario.
- ¿Qué cosa? – justo en ese momento se escuchó una fuerte explosión proveniente de lejos.
- ¿Eso fue en el Santuario?
- ¡Saori-san! – Shoko fue la primera en irse corriendo y las demás Saintias se fueron con ella.
- ¿No irás con ella? – preguntó Andrómeda a Pegaso.
- No quiero dejar a este maldito espectro con vida, dará aviso a Hera.
- Yo me encargo de él – dijo Ikki tronando sus puños – al final de todo, hace tiempo que no tengo un entrenamiento excelente y este será un buen saco de boxeo.
- Gracias Ikki.
- Sí, sí, bien, solo vete con tu yegua con alas que te espera.
- ¡Sí! – Seiya se fue con los demás dejando a Ikki solo con el espectro de Rana.
- ¿Q-Que me harás?
- Pues lo que nunca se ha inventado, además, conozco algunos metidos de tortura muy buenos, así que no te preocupes, no dolerá un poco – Ikki sonrió malvadamente – dolerá mucho.
- ¡Diosa Hera, ayúdeme!
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Mientras tanto, las Saintias y los Caballeros de Bronce iban corriendo hacia el Santuario de dónde provino una explosión.
- ¿Qué habrá sido eso?
- Ni idea, pero por lo que dijo el sapo, los guerreros de la diosa Hera llegaron al Santuario, esto es malo.
- Con solo saber que son igual de fuertes que los Caballeros Dorados ya es algo que hay que temer.
- No solo sé, pero creo… - antes de que Mii dijera algo, calló al igual que todos los demás que sintieron algo realmente aterrador - ¿s-sintieron ese cosmos?
- Es aterrador – Seiya tragó un poco de saliva – no recuerdo un cosmos así de fuerte desde la Guerra contra Hades y Poseidón, solo los dioses tienen ese cosmos tan poderoso.
- N-No será que… ¡será la diosa Hera! – exclamó Xiao llamando la atención de todos los que no dudaron que ese cosmos podía ser de la diosa de la fertilidad.
- ¡No puede ser! Entonces si está en el Santuario, entonces debe estar con… - la peli rosa supo de que se hablaba, pero esta sin más corrió más rápido hacia el Santuario.
Cuando todos llegaron, se miró al ejército de Athena afuera de la Cámara del Patriarca, cosa que dejó a Seiy los demás consternados.
- ¿Y qué pasó aquí? – preguntó el castaño para luego mirar al Caballero de Unicornio - ¿Qué sucedió Jabu?
- No me creerás esto Seiya, pero la diosa Hera llegó al sitio y todo el mundo está consternado.
- ¿Y porque están aquí afuera? – reclamó la Saintia de Delfín - ¿Por qué están con la señorita Saori?
- La diosa Hera pidió que nos mantuviéramos fuera y que solo iban a estar los Caballeros Dorados dentro junto con los guerreros de Hera.
- ¿Y cómo eran los Guerreros de Hera?
- No lo creerán, son semidioses.
- ¿Semidioses?
- Sí, los antiguos guerreros de la Mitología… la diosa Hera al parecer los ha revivido y los ha hecho sus guerreros.
- Maldición, si son semidioses… esto está mal – dijo Shoko – Seiya, necesitamos un plan, por eso era que se refería el espectro de Rana cuando decía que eran igual de fuertes que los Caballeros Dorados.
- Esto es malo – gruñó el castaño por lo bajo – pero tengo unas ganas de entrar a ver qué pasa.
- No lo hagas Seiya, sé cómo te sientes, pero no ganaremos nada si entramos a la fuerza – dijo Hyoga calmando el temperamento del castaño.
- Pero es que…
- Seiya – la peli rosa tomó de la mano al castaño – por favor, sé cómo te sientes, pero es verdad lo que dice Hyoga-san, es mejor esperar a que salgan todos.
- Shoko – Pegaso solo se calló y sin más, la abrazó con fuerza – bien, lo haré.
- Sí.
- No coman frente a los pobres – dijo Erda riendo un poco, pero los dos equinos no hicieron caso al comentario.
Unas dos horas después, la puerta de la Cámara del Patriarca se abrió y de ahí, salieron los que parecían ser unos guerreros con musculatura grande y eso llamaba mucho la atención, incluso sus cosmos eran aterradores.
Los Caballeros de Athena solo miraron a estos 5 guerreros de gran musculatura pasar sin mirar a nadie. Los de Bronce legendarios solo miraban serios a estos y las Saintias los juzgaban con la mirada, pero estos guerreros no les prestaban atención.
Shoko y Seiya estaban tomados de la mano y solo miraban a estos tipos y justo cuando se iban, hicieron reverencia hacia la puerta y de ahí… salió una mujer de cabello amarillo oscuro y la piel ligeramente anaranjada y llevaba un vestido blanco.
La mujer llevaba un fuerte cosmos que asustó a más de alguno y por obvias razones, todos notaron quien era. Aunque las cosas se complicaron más cuando esta se dirigió hacia la pareja de Caballeros equinos.
- ¿Así que ustedes son Pegaso y Equuleus? – la mujer sonrió malvadamente – veo que aún no cambian nada desde tiempos mitológicos.
- ¿Tú eres Hera?
- Soy una diosa para ti maleducado – reprochó la mujer – y sí, soy la mujer del mismísimo Zeus, así que es mejor que te mantengas restringido.
- ¿A que ha venido aquí al Santuario? – preguntó la peli rosa.
- No tengo porque responder chiquilla, al final de todo no necesitarán saberlo ya que morirán cuando inicie esta batalla.
- ¿Qué cosa? – antes de que dijeran algo, la diosa desapareció del sitio dejando a todo el mundo muy confundido.
- ¿Q-Que pasó aquí amor? – preguntó la Saintia de Equuleus muy preocupada.
- Ni idea – Seiya estaba preocupado por todo esto, aunque luego recordó algo - ¿y dónde está Ikki?
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De vuelta con el peli azul…
- ¿Te gusta? ¿Acaso quieres más? – decía el Caballero de Fénix que tenía amarrado a un árbol al espectro de Rana.
- ¡Ya, por favor no! ¡No más!
- Bueno, ya me estoy aburriendo, así que solo te quemaré la que pobló China – el peli azul solo encendió un poco de fuego en su mano y la lanzó con fuerza a Zeros el cual solo sintió como cierta parte de su cuerpo se hacía chicharrón.
- ¡Nooooo! ¡Se me quema!
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Continuará…
