Suspiro con cansancio, ya estaba empezándome aburrirme y demasiado, mientras que mi padre parecía estar rebosando de energía por la gran sonrisa que mantiene su rostro, sus ojos están pegados al televisor, viendo esa aburrida película clásica navideña, una de hace como 20 años y siguen dando en la televisión.

¿Por qué mi padre parecía tan feliz ante eso? Sigo sin entenderlo luego de tantos años, esa película hasta sabemos de memoria cada uno de sus diálogos, y no es tan buena como para que mi padre ría con cada tonto comentarios que los duendes le dicen a Santa Claus.

Miro la hora en mi celular, ya era tarde, tanto mi padre como yo deberíamos ir a la cama, mañana él tiene que trabajar y yo ir a clases.

Además, era una buena excusa para escapar de esta aburrida película.

— Entonces. — Hablo arrastrando las últimas letras mientras me ponía en pie. — Me iré a la cama, mañana tengo que ir a la escuela temprano. — Le comunico a mi padre, él me mira y asiente con la cabeza.

— De acuerdo. — Es todo lo que dice, no pierdo más tiempo y salgo corriendo hacia las escaleras, pero justo en ese momento mi padre vuelve a llamar. — Oh, Stiles, no se te olvide que mañana vendrá Malia con su padre, y Scott con Melissa. —

Gimo ante eso, ¿por qué debía venir Malia? ¿¡Malia!? Esa chica salvaje, arg, ambos nos odiamos mutuamente desde que somos niños. — ¡Esta bien! — Le grito en respuesta a mi padre, no tengo más opción que soportar a Malia Tate.

Corro hacia mi habitación, enojado, ver a Malia en la escuela ya es difícil, además que ambos seamos los mejores amigos de Scott hace que tengamos que convivir en todo momento. ¿Por qué odio tanto a Malia? ¡Porque es desesperante! Tan difícil de soportar por su carácter impulsivo y rudo, no es como las otras chicas, es irritante al mil.

Y también es agradable, fiel, sincera, hermosa.

Ignoro por completo la voz en mi cabeza, esa voz que siempre interrumpe diciendo tontas cosas. ¿Malia hermosa? No… Bueno…. Tal vez… ¡Como sea eso no viene al tema!

Paso una mano por mi cabello para despejar esos locos pensamientos. En lo único que debía pensar era que mañana le iba a pedir a Lydia Martin que vaya al baile de navidad que la escuela estaba planeando conmigo, no en que Malia Tate es hermosa.

...

— ¿Estás seguro de esto? — Me pregunta de nuevo Scott. — Porque Lydia es de las chicas más populares de la escuela, de seguro muchos chicos ya le preguntaron. —

Empujo mi mochila sobre mi hombro, pienso durante unos minutos, Scott tenía razón, pero esta vez quiero ser positivo, Lydia y yo nos hemos acercado desde que tuvimos que hacer un trabajo de la escuela juntos, casi somos amigos, no encuentro mejor oportunidad para finalmente pedirle una cita, digo, he estado enamorado de ella desde la primaria, creo que he esperado suficiente tiempo.

— Si, lo estoy. — Le digo lo más serio que he podido pero por dentro estaba muy nervioso, ¿y si Lydia decía que no? No tengo un plan B, ahora mismo no tengo nada más.

La escuela ha organizado un baile navideño con la temática del cascanueces para recaudar fondos, todos están emocionados, a mí me parece tonto, el baile será unas semanas después de que empiecen las vacaciones de invierno, ¿estando de vacaciones quien quiere regresar a la escuela? Y el tema del baile no era siquiera algo original, lo único que me emociona de esto es la posibilidad de invitar a Lydia.

— Está bien. — Scott palmea mi hombro dándome ánimo. — Suerte amigo. — Dice señalando con la cabeza hacia la dirección de Lydia, que estaba en el salón vacío de matemáticas. Esta era mi oportunidad.

Respiro hondo, muevo mi cabeza y cuando me siento con algo de valentía entro al salón. Lydia está sentada en su habitual lugar, anotando cosas en su cuaderno, además de hermosa es tan lista, ¿cómo no me iba a enamorar de ella? Es toda una joya.

— ¡Hey, Lydia! — Saludo, tratando de no parecer tan nervioso, como un completo idiota, como normalmente lo hago cuando estoy cerca de ella.

Lydia alza su hermoso rostro para verme, me da una sonrisa que me deja encandilado ante tal perfección. — Hola, Stiles. — Dice amablemente. — ¿Sucede algo? — Frunce el ceño al ver que me quede callado por unos largos segundos.

Muevo la cabeza con demasiada fuerza en forma negativa, a esto me refería que parezco un idiota cuando estoy a su lado. — No, no, yo solo vine para… — Soy interrumpido cuando Malia Tate entra al salón haciendo mucho ruido con sus pasos.

Pongo mis ojos en blanco, desesperado y enojado, estaba ten cerca de lograr mi sueño y debía venir Malia para arruinarlo todo, como siempre, no sé cómo lo hace, pero ella siempre logra venir en los momentos menos oportunos, otro motivo del porque la odio, la lista es larga.

— ¿Iras al baile con Jordan Parrish? — Pregunta Malia a Lydia, sin saludar y apenas dándose cuenta de mi presencia, aunque ahora mismo tampoco me importa la suya.

¿Qué era lo que acababa de decir? ¿¡Lydia ira con el diputado de mi padre!? Esto debía ser una mala broma, de seguro es mentira de Malia, solo para molestarme por el odio que siente por mí, son las cosas que pienso para hacerme sentir mejor, pero todo eso se va al caño cuando Lydia asiente con una enorme sonrisa.

Entonces era cierto…

— Él ha sido muy amable conmigo, entonces lo invite y acepto. — Dice Lydia.

Yo me quedo con la boca abierta ante la impresión de esta extraña situación la que estaba viviendo, debía ser una broma, una pesadilla, espero despertar pronto.

— ¡Pero es como 40 años mayor que tú! — Grita Malia, asiento estando de acuerdo con Tate por primera vez en la vida.

Lydia ríe levemente. — No lo es, y es solo una cita de amigos, no quiero tener que ir con algún chico que trate de aprovecharse para besarme o algo, estoy fuera de las citas por ahora. —

Adiós a mi oportunidad de tener a Lydia Martin como mi novia esta navidad.

Suspiro resignado, y es ese momento en que Malia se da cuenta que sigo aquí, me mira sin ningún sentimiento alguno reflejado en su rostro, como siempre neutral, calmada, como un león esperando el mejor momento a saltar hacia se presa, su intensa mirada me pone nervioso, por lo que no soy capaz de decir algo.

— ¿Sigues aquí? — Ella pregunta, enarcando una de sus cejas.

— Oh sí. ¿Qué querías decirme, Stiles? — Me pregunta esta vez Lydia.

Balbuceo por unos minutos, no sabía ahora que decir y estar bajo la intensa mirada de ambas no ayudaba a calmar mi corazón acelerado.

— No era nada importante, un mal chiste. — Rio tratando de parecer normal, creo que Lydia me cree, pero Malia no, no iba ser tan fácil engañarle a ella, me conoce desde que ambos somos unos bebés, y ella sabe de mis sentimientos hacia Lydia como Scott. — Yo me voy, ustedes sigan hablando sus… sus cosas de chicas. — Sigo hablando mientras camino hacia la salida. — O lo que sea. — Doy una última sonrisa y salgo de esa loca habitación.

Scott no demora en acercarse y preguntarme como me fue.

Doy un suspiro. — Supongo que no iré al baile de Navidad. — Lo mejor era aceptarlo de una vez por todas.

No era el primer baile escolar que me perdía.