No entiendo porque mi padre sigue obligándome a ir a la casa Stilinski, el sheriff me agrada, pero lastimosamente no es el único Stilinski, su hijo Stiles es un dolor de cabeza, lo conozco desde que tengo memoria, nuestras madres eran mejores amigas, por eso Stiles y yo siempre hemos tenido contacto al otro, pero nunca hemos sido amigos, de niños Stiles siempre se enojaba conmigo porque yo era mejor que en él en muchas cosas, corriendo, escalando árboles, videojuegos y más juegos que supuestamente eran solo para niños, Stiles nunca ha podido aceptar que una chica le gane, es un mal perdedor y un idiota.
Mi padre estaciona enfrente de la casa Stilinski, miro por la ventana y luego gruño cruzando los brazos sobre mi pecho, mi papá me mira.
— Malia, compórtate, no quiero que pase algo como la última vez que vinimos. —
Lo miro ofendida. — ¡Eso fue culpa de Stiles, él me hizo tropezar y por eso el jarrón se rompió! — Jamás soy tan torpe.
— Como sea. — Papá se quita el cinturón de seguridad. — Ya no son unos niños, estas peleas que tienen cada día son menos soportables, ¿por qué no se pueden llevar bien? —
— No lo sé, desde que tengo memoria a él le encanta molestarme. —
— Tal vez sea tu culpa al llamarlo perdedor siempre que lo ves. —
— ¿Te estas poniendo de su lado? Yo soy tu hija. — Empezaba a enojarme esta conversación.
Mi papá ríe. — Venga. — Me da palmaditas en la rodilla. — Entremos, hace frio. — Se baja del auto y consigo se lleva la bandeja de galletas que compro para la ocasión.
Suspiro y resignada camino al lado de mi padre, él toca el timbre, Noah Stilinski es quien abre la puerta, nos saluda, recibe las galletas y me dice que estoy muy grande a pesar de que solo ha pasado una semana desde la última vez que nos vimos, doy mi mejor sonrisa y finalmente entramos a la casa, toda esta tradición de cenar juntos una vez al mes empezó cuando mi madre y la madre de Stiles murieron, nuestros padres creyeron oportuno que Stiles y yo siguiéramos viéndonos lo más posible, como nuestras madres nos acostumbraron, y todo era solo para asegurarse que no sintiéramos tan fuerte la ausencia de nuestras madres, ellos lo hicieron con buenas intenciones, pero su plan no era buena idea, Stiles se volvió más cruel conmigo luego de las muertes de nuestras madres.
Él y yo no nos podemos llevar bien sea cual sea la circunstancia.
— Malia. — Me llama el sheriff cuando me estoy quitando el abrigo y dejándolo en el armario, giro a verlo. — ¿Puedes ir por Stiles? Dijo que estudiaría así que seguro se ha quedado dormido. —
Hago un mueca de disgusto, mi papá (Detrás de Noah) me reprende en silencio, resisto las ganas de poner los ojos en blanco, acepto el pedido del sheriff porque no quiero que piensen soy yo la que siempre ocasiona los problemas y tiene la mala actitud. Subo las escaleras y entro a la habitación de Stiles, he pasado la mitad de mi vida en esta casa, la conozco también como la mía propia, y pasa lo mismo con Stiles y mi casa, es consecuencia de todo el tiempo que nuestros padres nos han hecho pasar juntos.
No pienso que debería tocar antes de entrar, solo lo hago. — Stiles tu padre…— Me detengo cuando noto lo que él hacía.
— ¡Malia! — Ruborizado Stiles trata de esconderse bajo las mantas de su cama. — ¡¿Qué te pasa?! ¡No puedes entrar así a mi habitación! —
Paso una mano a mi boca para ocultar mi risa, sin querer he atrapado a Stiles masturbándose, oh, esto es genial, él se avergüenza muy fácil, yo podre aprovechar esto para burlarme de él por un largo tiempo.
— Por favor dime que no pensabas en Lydia mientras hacías tu trabajo. —
— ¡Sal, Malia! — Él grita aun escondido en sus mantas.
— Al menos la tienes en tu imaginación porque en la vida real nunca podrás ser más que su perdedor y extraño amigo de la clase de historia. —
Stiles saca la cabeza y me lanza una almohada que esquivo fácil. — ¡Lárgate! — Esta tan rojo como un tomate.
Entre risas salgo de la habitación y cierro la puerta, regreso a la sala, donde el sheriff me pregunta por Stiles y yo le digo que bajara apenas termine su tarea, Noah parece sorprendido, vuelvo a mentir diciendo que este año Stiles estaba poniéndole mucho empeño a la escuela, él y yo no somos amigos pero tenemos un acuerdo tácito de nunca delatarnos con nuestros padres.
Unos minutos después Stiles baja, me mira mal, yo le doy una sonrisa inocente con la boca llena de las galletas que papá compro, él hace una mueca de asco y se va hablar con los adultos para ignorarme, mientras yo me dirijo a la sala y enciendo la televisión, me quedo viendo una película navideña, Scott y su madre llegan, Melissa me abraza y dice que estoy hermosa antes de ir a la cocina y asegurarse que mi papá y Noah no quemen la cena, Scott se sienta a mi lado y agarra una de mis galletas, lo miro molesta, él me guiña un ojo.
— ¿Dónde está Stiles? — Me pregunta para que olvide su robo.
Funciona su jugada. — Seguro que manoseándose por ahí. — Le digo sonriendo con malicia.
Scott frunce el ceño. — ¿Qué? —
No logro responder, Stiles hace acto de presencia, se sienta al lado de Scott, normalmente nuestro amigo está en la mitad de nosotros, lo hace desde que a los trece años golpe a Stiles en la cara y estuve cerca de tirarle un diente, Stiles se lo mereció, él había esparcido el rumor en la escuela de que tenía piojos e hizo que todos en me evitaran.
— ¿Soy tan importante para ti que no puedes dejar hablar de mi? — Me dice con burla, mirándome por sobre Scott.
— Ya quisieras. —
— Chicos, le prometieron a sus padres no volver a discutir en la cena. — Nos recuerda el buen chico, el gran e ingenuo Scott.
— Técnicamente aun no estamos cenando. — Dice Stiles arrebatándole su galleta a Scott, lo hace porque sabe que primero le mordería una mano antes de aceptar darle una de las mías.
— Si, Scott, ¿no estás en el juego? — Miro con reproche a mi mejor amigo.
Scott parece molesto, eso hace que Stiles y yo riamos, los pocos momentos en los que nos podemos "unir" es cuando se trata de molestar a Scott y su tendencia de ser un buen chico, es de verdad divertido.
Conocimos a McCall a los once, unos meses después de la muerte de nuestras madres, Scott se mudó a la casa frente a la de Stiles, solo eran él y Melissa, su madre decidió empezar de nuevo en Beacon Hills luego de un difícil divorcio, divorcio que afecto a Scott convirtiéndolo en un niño solitario y tímido. Un día Stiles y yo estábamos discutiendo (Como era lo usual), ya no recuerdo porque peleábamos solo que estábamos sobre un árbol en el jardín delantero de la casa de Stiles, y él me empujo de ese árbol, caí y me rompí un brazo, Scott que estaba al otro lado de la calle me vio y corrió ayudarme, Stiles bajo y le grito a Scott que me soltara, Stiles se me acerco y me dijo un millón de veces que lo lamentaba con una sinceridad que nunca estaba presente cuando teníamos que disculparnos entre nosotros (Por obligación de nuestros padres), Scott se levantó y fue a su casa, yo lloraba del dolor mientras Stiles acariciaba mi rostro, Scott volvió con su madre que resulto ser enfermera, y entre todo ese cao fue que conocimos a Scott y Melissa.
Al principio a Stiles no le agrado Scott, aun no entiendo porque pero Stiles se enojó mucho cuando Scott me visito al hospital y firmo mi yeso, Noah y mi papá invitaron a Melissa y Scott a cenar con nosotros como agradecimiento de lo que hicieron por mí, Stiles estuvo enfurruñado más de lo habitual en la cena, yo lo ignore y hablaba con Scott, me agrado enseguida, mientras que a Stiles no le agrado hasta que terminaron las vacaciones de verano y la escuela empezó, ahora Stiles y Scott son los mejores amigos, parecen hermanos, nunca supe cuando Stiles cambio su mala actitud, pero que bueno que lo hizo y acepto que Scott viniera más seguido a pasar el tiempo con nosotros, hizo que dejara de sentirse tan forzado el tener que estar nosotros dos juntos.
Scott me mira. — Bien, sigue burlándote de mí con Stiles. — Pareciendo un niño cruza los brazos. — Ya no te diré lo que oí hoy de ti en el entrenamiento. —
Sonrió por lo infantil que es. — Lo siento, Scotty. — Le doy una galleta. — ¿Ofrenda de paz? —
— Gracias. — Scott agarra la galleta. — Esta no me la robas, Stiles. — El mencionado solo se encoje de hombros y come de la galleta que robo al bonachón de McCall.
— ¿Qué fue lo que oíste Scott? — Llamo la atención de mi amigo.
Scott me mira. — Que Theo piensa invitarte al baile de invierno. — No tengo reacción alguna ante sus palabras. — ¿Le dirás que si? —
Me encoje de hombros. — Tal vez. — Regreso la mirada al televisor y me concentro en mis galletas, los chicos son listos y entienden que no quiero hablar más respecto al asunto de Theo, empiezan hablar entre ellos.
Theo es uno de los chicos populares de la escuela, ha estado insistiéndome salir con él, siempre le he dicho que no, pero solo Kira y Allison lo saben, se los dije porque necesitaba un consejo que solo las chicas podían darme, y es que creo hay algo mal en mí, a diferencia de todos en mi escuela yo no estoy interesada en las citas, Kira y Allison me dijeron que era normal, que cuando llegue la persona adecuada sin dudarlo aceptare las citas, aun no siento que eso pueda ser una posibilidad, aparte de salir con mis amigas, Scott y… con Stiles, no puedo verme pasando el momento con alguien más, porque aunque siempre me niegue a venir a estas cenas, la verdad es algo importante, y aun cuando odie a Stiles no puedo imaginar mi vida sin él siendo parte de ella.
….
Aun me cuesta comprender como paso (No estaba preparada para esa clase de trampa) pero resulta que ya tengo cita para el baile de invierno… y no es Theo.
La cena había empezado como cualquiera otra, los adultos hablaron de sus trabajos, luego sus atenciones se dirigieron a nosotros, haciendo las típicas preguntas, como nos iba en la escuela, si había pasado algo nuevo, hasta que llegaron al tema de las citas, el que para mí es el peor tema de conversación posible.
— ¿Alguno de ustedes ya tienen cita para el baile? — Pregunta mi padre con poca curiosidad, seguro que sabía nuestra respuesta será no, ninguno de los tres hemos ido antes a los bailes escolares, y menos hemos tenido citas.
Scott sonríe. — Si, la tengo, señor Tate. —
Stiles y yo vemos sorprendidos a nuestro amigo. — ¿Qué? — Pregunta Stiles.
— ¿Desde cuándo? — Pregunto yo.
— Esta tarde, se lo pregunte a Allison luego de la escuela y dijo que sí. — Dice emocionado Scott.
¿Allison y Scott? No me sorprende tanto como debería, digo, Allison ha llegado al pueblo hace unos meses, y desde entonces Scott siempre está mirándola y detrás de ella como un tarado, y Allison siempre sonreía cuando se mencionaba a Scott, debí sospechar que se juntarían tarde o temprano ese par.
— Que bien cariño. — Le felicita Melissa con una sonrisa. — Solo falta ustedes dos. — Nos señala a Stiles y a mí. — Deben ir, ya es hora de que salgan de su caparazón. — Nos dice con su habitual tono maternal, ella ha sido lo más cercano a una madre para Stiles y para mí. — Un baile puede llegar a ser muy divertido, pueden ir con amigos, ¿no? —
Por algún extraño motivo siento la mirada de Stiles sobre mí, volteo a verlo, se ha sentado justo enfrente de mí, seguro que lo ha hecho para molestarme, le regreso la mirada, casi estoy tentada de sacarle el dedo cuando él aparta los ojos dirigiéndolos hacia Melissa, le da una sonrisa que me da una mala vibra.
— Tienes razón, Melissa. — Frunzo el ceño, incluso su tono de voz es sospechoso. — Malia. — Casi salto de mi asiento cuando lo oigo decir mi nombre, detengo mi tenedor a medio camino para concentrarme en el tarado de Stiles. — ¿Te acuerdas cuando nuestras madres planearon esa cita de juegos cuando teníamos 7? — Dudosa asiento con la cabeza. — ¿Por qué no vamos al baile de navidad juntos? —
¡Lo sabía! ¡Era una trampa!
— ¡Es una gran idea! — Exclama el sheriff. — Si van juntos no tendrán que avergonzase por ser los únicos sin citas. —
Mi papá asiente con la cabeza. — Es un buen plan. —
¡Todos estaban locos! ¡Stiles está loco! No estoy segura que está tratando de hacer con esto pero seguro que no es nada bueno, ambos nos odiamos desde que tenemos memoria, nos conocemos lo suficiente bien como para hacer cuando el otro está planeando algo, obviamente algo malo, nuestros padres ingenuos creen que esto era un avance, no pueden estar más equivocados.
Me enderezo en mi asiento. — De hecho no…— Pensaba decirles que no podía porque ya tenía cita (Contaba con que Scott no me haya mentido con respecto a Theo), pero Stiles me interrumpe.
— Seguro que haría muy felices a nuestras madres si vamos juntos. —
Oh que jugada tan sucia, los ojos de nuestros padres brillan ante la mención de sus difuntas esposas, aprieto el tenedor en mi mano y miro muy molesta a Stilinski, si me niego a esta locura mi padre y el sheriff me verán como lo que Stiles me ha llamado durante años; una reina de hielo, y realmente no quiero eso, no quiero que él gane, la memoria de mi mamá es muy importante para mí, como lo era la de Claudia para Stiles, que él esté usando esto era demasiado asqueroso, incluso para él, quiere ganar o ganar a lo que sea que está apostando.
— No hay nada más que discutir, irán juntos al baile. — Dice mi papá.
Tensa lo miro. — Papá…— No pueden hacerme esto.
— Solo es un baile, hija, no matrimonio. — Bromea mi padre, solo Melissa y Noah son quienes ríen. — Hazlo por tu mamá, ver que finalmente te llevas bien con Stiles…—
— Bien, como sea. — Le interrumpo, no puedo soportar por más tiempo las menciones a mi madre, a pesar del tiempo aun me duele no tenerla conmigo. Miro a Stiles. — Sera mejor que consigas una limosina, Stilinski. — Le va a salir muy caro esta locura suya.
El idiota sonríe de forma triunfal, hace que lo odie un poco más.
