Malia seguía actuando raro, más raro de lo que es habitual en ella, sé bien que de por si ella no es una chica normal, y muchas veces eso me ha sacado de quicio, esto, por otro lado, me está volviendo loco.
— No lo entiendo, Scott, simplemente no lo entiendo. — Le digo a mi mejor amigo. — ¿Por qué ella me esta ignorando? —
Scott sale de su baño perfectamente vestido para la ocasión. — ¿Tal vez porque la obligaste a ir al baile contigo? —
Me levanto de su cama. — ¿Entonces porque no se venga de mí? ¿Eh? ¿Eh? — Me detengo frente al chico que luce confundido.
— Cálmate, Stiles, casi parece que la extrañas. —
Lo miro como si estuviera loco. — ¿Qué? ¡No! ¡Jamás! —
No extraño a Malia, la odio, no se extraña a quien odias, no tiene ningún sentido, lo que sucede es que estoy confundido, Malia debía estar enojada conmigo, haciéndome la vida imposible por hacer que su padre la obligara a salir conmigo, me desespera no recibir una reacción de ella porque me hace sentir que mi venganza realmente no le importo, y no era divertido así.
— De acuerdo. — No suena seguro. — Entonces vamos a la fiesta y trata de no pensar en Malia al menos esta noche. —
— Pff, fácil. — Agarro mi abrigo. — No es como si realmente piense en ella en absoluto. — Digo mientras salgo del cuarto de Scott.
Mentí, la verdad es que estos últimos días Malia no ha salido de mi cabeza, que bueno que Scott no puede saber de alguna manera si estoy o no mintiendo.
….
Lydia ha organizado una fiesta en su casa del lago, casi todo el pueblo está invitado, ella suele hacer las fiestas más grandes y geniales, estaba realmente emocionado por esta, podre aprovechar para acercarme a Malia, está decidido, aquella noche obtendré la reacción que merezco de su parte, aquella que debió darme hace mucho, y no, no lo hago porque extrañe discutir con ella ni nada parecido, es solo que nosotros siempre terminamos discutiendo en las fiestas, es lo nuestro.
— Hola, chicos. — Lydia abre la puerta, tiene puesto el típico traje sexy navideño. — Scott, Allison está en la cocina. —
El chico se sonroja. — Gracias. — Lydia se hace a un lado y Scott entra a la casa.
Curioso miro a la pelirroja. — ¿Malia vino? —
— Obvio, ella es mi mejor amiga. — Aun no entiendo como ese par termino siendo amigas, son realmente muy diferente entre ellas, Lydia es delicada, muy femenina, educada y la mejor en la escuela, Malia es todo lo contrario. — Y esta noche una de mis elfos. — Sonríe de una manera que no me gusta, es la primera vez que me pasa, para mí todo lo que hace Lydia Martin es perfecto.
¿Una de sus elfos? En vez de preguntar entro, la casa estaba llena, todos bebiendo, bailando, actuando tan irresponsablemente como nos gusta, somos adolescentes, es nuestro derecho actuar con irresponsabilidad de vez en cuando, los padres de Lydia lo entienden, debe ser por eso que la dejan hacer fiestas enormes sin supervisión alguna.
Busco con la mirada a Malia, la encuentro jugando flip cup con el imbécil de Theo, iba acercarme y llevármela aunque sea a la fuerza de ahí, Malia no es una buena bebedora, ni siquiera le gusta el alcohol, Theo debió de alguna manera engañarla para que aceptara ese estúpido juego.
Lydia me detiene en la mitad del camino. — Déjala, Stiles. — Me dice tan seria que incluso da un poco de miedo. — Ella merece divertirse, por tu culpa a tenido días difíciles. —
— ¿Y yo que hice? —
Lydia no me responde, hace volar el cabello de su hombro al estilo de las chicas pesadas y se dirige hacia Malia, yo me quedo en aquel lugar sintiéndome como un perdedor, mis ojos no se apartan de Malia en ningún momento, ella vestía un disfraz de elfo igual de sexy que el de Lydia, de alguna manera Lydia debió convencerla de usarlo porque Malia por si sola nunca lo haría, ella odia los vestidos, los tacones y el maquillaje, y esta noche estaba usando todo lo que odiaba, no creo que lo haya hecho porque quería impresionar o llamar la atención de Theo, ella no es así.
— Hey, Stilinski, ¿por qué acosas a Malia con la mirada? — Isaac Lahey se acerca y me mira con diversión, en sus manos tiene una botella de cerveza. — Esta muy buena ¿verdad? Ha sorprendido a muchos esta noche, no sabíamos que tenía tan buenos senos. — Empieza actuar como si tuviera pecho, se ve ridículo.
Isaac no es un mal chico pero no siempre me agrada, aquel momento me pasaba justo eso, molesto lo miro, aun cuando odio a Malia nunca me ha gustado que hablen de ella.
— Cállate, Isaac, no hables como si fuera un pedazo de carne. —
— ¿Desde cuándo te importa Malia? —
— Ella no me importa. — Ya me estaba cansando de tener que aclararlo. — Pero no por eso hablare de su cuerpo de esa manera, ¿tus padres no te han enseñado a respectar a las mujeres? Imbécil. — Golpeo su hombro con el mío cuando paso a su lado.
Voy a la cocina y agarro uno de los vasos rojos que estaban en la barra, bebo sin siquiera darme cuenta de lo que estoy bebiendo, lo que estoy seguro es que es alcohol y es lo único que me importa porque la fiesta se ha arruinado para mí, estoy de mal humor y no creo que ha sido solo por lo que Isaac dijo, en el fondo sé que no me gusto para nada ver a Malia con el idiota de Theo, no me gusto verla riendo y sonriendo con él, todos estos días ella no ha salido de mi cabeza, me ha estado matando poco a poco su indiferencia y el que me evite, mientras a Theo si le da toda su atención, pues bien, que se quede con él.
A ver si Theo puede responderle como se lo merece.
….
Scott se la pasa bailando con Allison, Lydia hablando con Parrish, Boyd y Erica se besan en cada esquina de la casa, y Kira se asegura que Isaac no haga algo estúpido, todos se divierten, incluso Malia se la pasa bien y no sola, Theo no se aleja de ella en ningún momento, mientras yo trato de ignorarla, dejar de verla y pensar en ella, de verdad que lo trato, pero siempre termino buscándola con la mirada, la mayoría de las veces la encuentro bebiendo, ella odia el alcohol, no entiendo que le pasa, pero esto confirmaba que está más rara de lo habitual.
Parece ser que solo yo lo noto.
Sacudo mi cabeza, no era mi problema lo que sea que a Malia le pasaba, me dirijo a la salida, necesitaba tomar aire fresco, no importaba que tanto frio hiciera, el único problema es que alguien tropieza conmigo, enojado alzo la mirada y me congelo cuando veo que es Malia, por un momento pienso que lo ha hecho a propósito para molestarme, pero al notar como se tambalea me doy cuenta que esta tan borracha que apenas y puede sostenerse, por instinto la sostengo de los brazos, ella alza los ojos a mí, tiene las mejillas rojas, no recuerdo haberla visto alguna vez sonrojada.
— Ups, Mal, lo siento. — Lydia aparece detrás de Malia. — Tropecé y sin querer te empuje. — Frunzo el ceño, Lydia no sonaba cien por ciento sincera en su disculpa, por algún extraño motivo.
Vuelvo a mirar a Malia. — ¿Estas bien? — Ella tiene la cabeza baja, apenas y asiente ante mi pregunta.
Rara.
— Solo esta borracha. — Dice Lydia. — ¿Puedes llevarla a mi habitación para que descanse? —
— Mejor se lo pides a Scott. — Dudo mucho que Malia quiera mi ayuda.
Ella alza la mirada para verme, no dice nada, solo me mira por unos minutos, después sus ojos suben más, curioso sigo su mirada, es cuando noto la ramita de muérdago justo encima de nosotros, la miro sintiéndome de pronto nervioso, Malia ya me estaba mirando de regreso, parece más roja.
— Conocen la tradición chicos. — Dice Lydia.
Niego con la cabeza, claro que no voy a besar a Malia. — No tenemos que hacerlo, es tonto…—
Me calló cuando de la nada Malia pone sus heladas manos en mi rostro y se inclina para unir nuestros labios, mis ojos se abren tanto como la primera vez que Malia hizo esto, teníamos solo quince años, se supone que debía besar a Lauren pero fue Malia la que termino siendo mi primer beso, la verdad es que nuestros labios apenas y se tocaron ese día, esta noche es diferente, sus labios están unidos conmigo a la perfección, puedo sentirla muy bien, la suavidad de sus labios, su aliento a cerveza, el frio de sus manos, mis ojos se cierran mientras el calor en mi interior se extiende, Malia empieza a moverse lentamente, hago lo mismo, olvido por completo que es a mi peor enemiga quien estoy besando.
Se siente bien, increíblemente bien, mucho mejor que el primero.
Nos alejamos cuando nuestros pulmones piden aire, despacio abro los ojos y me encuentro con los de ella, pareciera como si todo a nuestro alrededor desapareció y solo somos nosotros dos, recuerdo que me sentí así una vez, fue a los once años, en una cabaña que nuestros padres alquilaron para pasar navidad juntos, había tratado de hacer que Malia entrara en calor y en algún momento nos quedamos mirando por varios minutos, fue la primera vez que note que Malia no solo era una chica sino también es bonita, me asuste cuando me pregunte como seria besarla, y esta noche vuelvo asustarme porque al fin caigo en cuenta que Malia y yo nos besamos.
Le suelto como si quemara, ella se tambalea y Lydia tiene que agarrarla para que no caiga.
— ¡¿Qué pasa contigo, Stilinski?! — Me recrimina la rubia-fresa.
La ignoro, salgo de la casa sin atreverme mirar a Malia ni una sola vez, creo que si lo hago volveré a caer en aquel hechizo que por segundo me hizo sentir atraído por ella, eso no podía ser, odio a Malia, lo he hecho toda mi vida, ¿por qué le devolví el beso? Debe ser por el alcohol, es la única explicación razonable que encuentro. Entro a mi jeep, me tomo un momento para recuperar el aliento, mi mente repite una y otra vez el beso, no entiendo como a pesar de que odio a Malia me gusto demasiado su beso, es porque estoy borracho, me vuelvo a repetir pero en el fondo no logro creerme a mí mismo.
Esa noche algo cambio en mí con respecto a Malia Tate pero no debía ser así, Malia era una de las responsables de la muerte de mi mamá, yo no podía… no podía sentir algo aparte de odio por ella.
