Stiles me lleva de regreso a su casa, el viaje es igual de silencioso que el de aquella misma mañana, no me molesta el silencio, hemos estado gritándonos durante años, el silencio me empezaba a gustar más que los gritos y malas palabras que solíamos darnos por cualquier cosa. Al llegar a casa nos damos cuenta enseguida que el sheriff ya se ha ido, me dirijo a las escaleras con la intención de encerrarme en mi habitación y dormir un poco, estaba cansa, los niños tienen mucha energía, me dejan agotada pero más hoy porque anoche casi no pude dormir nada, de mi cabeza no salía las palabras de Stiles, me hirieron más de lo que me gustaría admitir.
— Malia espera. — Me detengo ante el llamado de Stiles, confundida lo miro. — Nosotros…— El parece incómodo. — Nosotros no terminamos de decorar el árbol. — Señala hacia la sala, donde el árbol a medio hacer espera.
Frunzo el ceño. — ¿Quieres que yo te ayude? — Me señalo a mí misma incrédula de sus palabras.
— Si. —
Esto puede ser una trampa pero como él me gusta acepto, vamos a la sala y terminamos lo que empezamos, esta vez no en silencio, Stiles pone una playlist de música navideña, él sabe que amo esa música por eso no la puso ayer, no entiendo porque si lo hizo hoy, él estaba actuando extraño, empezaba a preocuparme.
— ¿Por qué nunca me dijiste sobre lo que haces? — Me pregunta estando al otro lado del árbol.
Pongo una esfera brillante en una de las ramas de arriba. — ¿Tenía que hacerlo? — Sinceramente él me confunde mucho. — Nunca ha parecido que te importe lo que hago o no hago. —
— Exactamente siento lo mismo de tu parte. — Dice él.
No es completamente cierto, si me importa lo que él hace, cuando Lydia salía con Jackson, el ex capitán del equipo de lacrosse, yo aprovechaba y acompañaba a la pelirroja a los partidos, lo hacía solo porque quería ver a Stiles.
Rodeo el árbol para verlo, nuestros ojos se encuentran. — Gracias por ayudarnos hoy, los niños aman a Claus, no hubiera sido lo mismo si solo nosotras hubiéramos entregado los regalos, ellos necesitan sentir que a Claus también le importa niños huérfanos. — Creo que es la primera vez que soy tan sincera con él.
Stiles me mira por varios segundos, empiezo alejarme con la intención de seguir con el trabajo del árbol. — Lo siento. — Me dice de pronto.
Me detengo y lo miro. — ¿Qué? — Stiles nunca antes se había disculpado conmigo, aparta de esa vez en que me rompí el brazo pero él me había lastimado, si disculpa tenía sentido, esta no la entiendo. — ¿Por qué te disculpas? —
— Por obligarte ir al baile conmigo, si quieres ya no vamos, no tienes que hacerlo, por favor ya déjame de hacer la ley del hielo, me estas volviendo loco. —
— ¿Por qué? — Realmente no lo entendía. — Stiles me odias, lo dejaste claro ayer, entonces ¿por qué quieres que te hable la chica que más odias? —
— No lo sé. — Parece tan confundido como yo.
Aparto la mirada. — Lo mejor para ambos es que nos mantengamos lejos el uno del otro. —
— No. — Su seguridad me hace verlo nuevamente. —Yo no… no puedo imaginarme estar sin ti, Malia. — Me sorprende mucho sus palabras. — Toda nuestra vida hemos estado juntos, somos los mejores odiándonos, ¿por qué quieres cambiar eso ahora? —
Niego con la cabeza, no puedo volver a como éramos antes, estoy tratando de alejarme porque necesito superar estos sentimientos unilaterales que me estaban haciendo verdadero daño, ya no puedo seguir aparentando ser una reina de hielo.
— No puedo, lo siento. — Camino a la salida, si, nuevamente iba a huir.
Stiles me detiene agarrándome del brazo, volteo a verlo molesta, si estaba tratando de provocarme para pelear con él estaba cerca de lograrlo, nunca he sido muy paciente.
— Entonces empecemos desde cero. — Me suelta y extiende la mano hacia mí. — Hola, soy Stiles Stilinski. —
— ¿Qué estas haciendo? —
— Si ya no quieres que seamos enemigos, seamos amigos. — Me señala con los ojos su mano que sigue esperando ser estrechada.
Lo miro incrédula, él me da una sonrisa que no es sarcástica, es real, está siendo sincero, yo no quiero ser su amiga, quiero más, pero sé que él no siente lo mismo, y esto parece ser todo lo que conseguiré por su parte, una amistad, ¿será una buena idea aceptar ser amiga del chico que amo? Quisiera preguntarle a Lydia antes, pero Stiles sigue esperando ansioso mi respuesta, su sonrisa logra distraerme, estrecho la mano del chico con la mía, como electricidad recorre mi cuerpo cuando nuestras pieles se tocan.
Espero no arrepentirme de esto.
….
Al día siguiente el sheriff me informa que tendré que quedarme un día más con ellos porque una tormenta de nieve ha impedido que el vuelo de mi padre despegue, me desanima un poco, extraño a mi papá y sobre todo ya quiero irme de la casa Stilinski, que Stiles esté tratando de que seamos amigos me está haciendo verdaderamente duro dejar de amarlo.
Acepta ser su amiga si fue una mala idea.
— Claro que fue una mala idea, Tate. — Me regaña Lydia cuando le cuento lo que paso. — ¿Hacerte amiga del chico que amas? ¿Crees que estas en una comedia romántica o que, Malia? —
— ¿Qué querías que hiciera? ¡Él me estaba sonriendo! ¿Has visto su sonrisa? ¡Es tan sensual que me distrajo mucho! —
Con el ceño fruncido Lydia mira hacia Stiles que estaba riendo escandalosamente por algo que Scott dijo, aquel día Lydia planeo que lo pasáramos en el parque de diversiones, solos somos Scott, Allison, Kira, Lydia, Stiles y yo. Kira y Allison han ido al baño, Stiles y Scott están esperando en la fila para comprar pretzels, mientras Lydia y yo estamos sentadas en una banca lo bastante lejos de ellos para que no nos oigan.
Lydia vuelve a mirarme. — ¿Estas segura que estamos viendo al mismo Stiles? — Sacude la cabeza. — Mal, estoy preocupada por ti. —
— ¿Por qué? ¿Qué te pasa Malia? — Stiles y Scott se detienen justo enfrente de nosotras, Stiles me miraba preocupado, ha sido él quien pregunto.
Niego con la cabeza. — Nada. — Me levanto, fastidiada Lydia me sigue.
— ¿Segura? — Pregunta Scott.
— Si, no le pasa nada, olvídenlo ya. — Lydia habla autoritariamente.
Los chicos deciden dejar el tema, nos pasan nuestros pletzels, Kira y Allison se unen al grupo, Scott y Allison se dan un beso, parece ser que oficialmente son una pareja, hablamos entre nosotros sobre a qué juego ir primero, al final decidimos ir a la rueda de la fortuna, y así empieza nuestro día, nos divertimos en los juegos y comemos bastante de los dulces de invierno que venden. Luego de un par de horas me alejo del grupo porque hacía mucho frio y nunca he sido buena soportándolo, pienso regresar a mi auto, encender la calefacción y calentarme un poco antes de regresar a la casa, en mitad del camino Stiles corre hacia mí.
— Malia, espera. — Respira agitadamente por la carrera. — Quiero mostrarte algo. —
— ¿Qué? —
— Solo sígueme. —
No me deja negarme, me agarra de la mano y me lleva hasta un edificio cerrado del parque, cuando estamos Stiles me suelta, yo confundida miro alrededor.
— ¿Por qué estamos aquí? — Me ha traído hasta una pista de patinaje de hielo.
— Boyd trabaja aquí, la abrirán en unos días, por hoy es toda nuestra. —
Lo miro. — Stiles… —
— ¿Recuerdas la navidad que pasamos juntos en esa cabaña? —
— Si. —
— Nuestros padres nos llevaron a patinar a un lago congelado, tú te divertiste mucho. —
Rio. — Lo recuerdo, tú te caíste todo el tiempo. —
— Oye, no era tan malo. — Enarco una ceja. — Bien, si lo era, pero he mejorado. —
— Eso quiero verlo. —
Nos ponemos nuestros patines e ingresamos a la pista, no tardo de acostumbrarme a lo resbaladizo del hielo, Stiles es más lento pero no se ha caído aun, hago un par de vueltas, Stiles se me queda viendo y parece sorprendido, cuando me detengo lo miro y ladeo la cabeza confundida por lo sorprendido que se ve.
— Había olvidado lo buena que eres. — Me dice sin sarcasmo, me hace sonreír, me acerco a él y extiendo mis manos, él las agarra, lo ayudo a llegar hasta la mitad de la pista. — Estas helada. —
— Siempre soy muy fría. — Trato de soltar sus manos pero él me lo impide.
Acerca mis manos hasta su boca, su aliente caliento rozando mi piel me hace estremecer, mi sonrisa poco a poco se va, Stiles se centra en acariciar mis manos para hacerlas entrar en calor, mi corazón se acelera y él no lo nota, no nota el efecto que tiene en mí su pequeño gesto, Stiles solo quiere ser mi amigo… solo mi amigo, mi corazón duele pero me esfuerzo a no demostrarlo, despacio alejo mis manos.
— Gracias. — Le digo a Stiles cuando regresa sus ojos a mí. — Vamos a patinar. — Doy mi mejor sonrisa para ocultar el dolor en mi pecho.
Funciona, Stiles patina a mi lado, él es amable conmigo, habla de lo mucho que nos divertimos en nuestra navidad juntos, hace un esfuerzo, un verdadero esfuerzo para empezar de nuevo, lo hace sin ninguna mala intención, sin tener la más mínima sospecha que me estaba doliendo más ser su amiga que su enemiga, no hay una salida para mí, es inevitable, Stiles va a romper mi corazón sin importar que haga porque la pared de hielo que me mantenía segura se ha derretido.
