Nota de autora: La canción mencionada es "Would You Love a Monsterman" de Lordi.
Advertencias: Crack. Soulmate AU, kinda… No se lo tomen en serio, ni yo lo hago ;D
Disclaimer: Ninguno de los personajes de Rumiko me pertenecen, solo son utilizados sin fines de lucro.
No hate a Lordi, todo lo contrario, AMO a Lordi, es mi amigo personal e incluso he ido a todos los cumpleaños de sus hijos(?).
Would You Love a Monsterman?
Kagura.
Llevaba tres años casada, al principio creía que la transición de su noviazgo al matrimonio podría "encender la chispa en su relación, pero Seshômaru, su esposo no parecía interesado, a decir verdad, estaba segura que sólo le propuso matrimonio por la presión de su padre y no porque en verdad deseara que ella fuese su esposa. Ella no era de las que el matrimonio fuera algo que añorara desde niña, pero probablemente el impulso del momento la hizo aceptar. Consideró retractarse varias veces, pero la ocasión en que casi manda todo al demonio fue cuando su mamá estaba emocionada por verla con su kimono de boda justo antes de la ceremonia, sin embargo, no lo hizo.
Su boda en general no fue tan mala, dejando de lado la parte social todo transcurrió de forma tranquila, todo fue estilo tradicional, decisión de sus suegros, de los invitados solo conocía a un par de amistades cercanas, su familia y la familia de su ahora esposo, los demás solo eran invitados de sus padres; socios, camaradas o personas que tenían que ver con sus negocios.
Su luna de miel no fue cosa del otro mundo, Seshômaru aceptaba pasear por el lugar, pero no parecía interesarle en lo más mínimo. Pero ella así lo aceptaba, después de todo así lo conoció, así se enamoró y ahora pasará el resto de su vida con él, ¿no?
Su matrimonio se vio atrapado en la rutina; levantarse, irse al trabajo, cenar sin hablar mucho e irse a dormir. Había tratado varias veces de cambiar la rutina, por ejemplo, le proponía a su esposo comer juntos, pero debido a sus diferentes trabajos, ambos no tenían un horario fijo para salir a comer por lo que ella terminaba comiendo sola. Incluso otras veces ella cenaba sola pues su esposo era adicto al trabajo y llegaba solo a dormir.
Durante su noviazgo no hubo mucha diferencia, se veían, convivían y de nuevo cada quien a su hogar. Si ella no hubiese tomado la iniciativa, es muy probable que nunca hayan tenido una relación y mucho menos casarse.
A Seshômaru lo conoció cuando ingresó al bachillerato, el chico más inteligente y centrado de la clase, todo lo contrario a su hermano. No hablaba con él más de lo necesario, pero a ella le parecía atractivo, no solo por su físico sino por su forma de ser. Eso no lo sabía ni su mejor amiga, no podía exponerse de tal manera.
Su mamá la presionaba constantemente por no tener novio, le decía que a su edad ya debería estar comprometida y al graduarse debería estar casada en lugar de ir a la universidad, pero esas ideas no van con ella. Por otro lado, su abuela pensaba diferente y mientras estaba viva le repetía que debía esperar hasta encontrar a su alma gemela, no sabría si llegaría pronto o tardaría en llegar, pero cuando lo hiciera, escucharía la canción atrapada en la cabeza de su alma gemela, eso decía una antigua leyenda que su propia abuela le contó. No le creía, pero cambió de parecer cuando en una reunión de fin de curso de su clase los "edgys" tomaron control de la música y comenzaron con su repertorio de música "edgy". Días atrás en su cabeza oía una canción que a ciencia cierta no recuerda haber escuchado en algún lugar, la canción no era de su gusto, e incluso le desagradó, pero no paraba de repetir parte de ella;
Would you love a monsterman?
(¿Amarías al hombre-monstruo?)
Could you understand,
(¿Podrías entender,)
the Beauty of the beast?
(la belleza de la bestia?)
Por mera coincidencia, esa canción fue una de las que reprodujeron en la reunión, cuando volteó sorprendida hacia donde estaba el reproductor de música, lo único que vio fue a Seshômaru y en ese momento lo que le había dicho años atrás su abuela tomó sentido.
No fue fácil aceptar el asunto de las almas gemelas, tras las vacaciones intentó sutilmente hacerse notar por Seshômaru sin tener mucho éxito. Hasta que se hartó y en un impulso lo invitó a salir. Para su sorpresa este aceptó y el resto es historia.
Naraku.
Terminó su jornada laboral, no pasaban de las 6 de la tarde, pero por el invierno ya había oscurecido. Antes de regresar a su departamento le apetecía llegar por un café a su cafetería favorita, quedaba cerca de la empresa por lo que decidió ir caminando y así tomar algo de aire. Al llegar se percibía el olor a café típico del lugar. Entró sin mucha prisa, tanto la chica encargada de la caja registradora como el barista le saludaron con mucho respeto como era costumbre, al acercarse a caja solo hizo un ademán con la mano pues al ser cliente frecuente de varios años ya sabían cuál era su orden; un simple café negro.
Pese a ser viernes no había mucha gente en el lugar, eso le agradaba. Tomó asiento en una de las mesas más apartadas y se dispuso a revisar su celular, solo había correos de trabajo y un par de mensajes personales, uno era de su hermano menor, este lo mandó directo a la papelera pues sabía que era alguna tontería, el otro era de su grupo de camaradas donde le proponían una reunión casual en un bar pues se habían reencontrado con unas ex compañeras del bachiller y querían celebrar la ocasión. No respondió el mensaje pues su café estaba listo.
Ese mensaje le había recordado los desastres que había pasado gracias a sus "amigos", se conocían desde secundaria y desde que comenzaron su fase de únicos y diferentes se volvieron insoportables y por irónico que parezca, él se quedó ahí pues ellos eran los únicos que lo toleraban a él. Para él solo eran un grupo de wannabes metaleros, pero aprendió su lección tras decírselo en sus caras, algunas personas se ponen muy intensas si les dicen que son posers, wannabes o que no son true y su grupo era así.
Pese a eso, gracias a ellos descubrió diferentes bandas y canciones que le gustaron y otras que odió a muerte, por ejemplo, cierta canción que lo había traumatizado pues le parecía ridícula.
Fue una tarde en la cual se habían reunido al terminar las clases con el pretexto de prepararse para los exámenes finales, prefería prepararse él solo pues sabía que con el grupito harían de todo menos estudiar. Ellos también lo sabían por lo que se auto invitaron a la casa de Naraku-sempai, como ellos le llamaban.
Como fue predicho, el grupo de wannabes solo llegó a causar desastre por su habitación; tomaron "prestado" su reproductor de música para mostrarle una nueva banda finlandesa que acababan de descubrir. Asegurando que le encantaría, no obstante, la canción con la cual pretendían engancharlo repitiéndola varias veces seguidas lejos de encantarle lo horrorizó. ¿Qué clase de canción dice "would you love a monsterman"?
Una vez que el grupo decidió retirarse de su hogar procedió a estudiar solo como debió hacerlo horas antes, pero esa horrorosa canción se había quedado atrapada en su cabeza y aunque hacía esfuerzos por concentrarse en su libro, la canción seguía repitiéndose:
Yeah, ¡I would kill!
(Sí, ¡Yo mataría!)
Yeah, I would freeze the hell over just to get a chill
(Sí, yo congelaría el infierno solo por tener un escalofrío)
Yeah, I would slay!
(Sí, ¡mataría!)
Yeah, I would maim!
(Sí, ¡mutilaría!)
Yeah, I would vanish in thin air and reappear again
(Sí, yo desaparecería en el fino aire y reaparecería otra vez.)
Llegó al punto de desesperación de tirarse del cabello, pero nada la hacía irse de su cabeza.
Pasó varios días con la canción estancada pero no se doblegaría a buscarla y escucharla, eso no.
El día de la reunión de fin de curso fue obligado a ir por su grupo de amigos, no le apetecía ir a ese tipo de eventos, sobre todo tras la humillación que pasó por culpa de Kikyō.
Tenía varios días que la canción había cesado de repetirse en su cabeza. Por fin estaba en paz, solo que no contaba que su grupo había quedado tan encantado por dicha canción que durante la reunión tomaron posesión del reproductor de música y fue la primera canción que reprodujeron a todo volumen. Él, desgraciadamente, se encontraba a un lado de los altavoces cuando esto sucedió. Físicamente solo abrió los ojos a su máximo, pero si alguien hubiese sido lo suficientemente observador hubiese podido notar como se erizó cual gato feral.
Recordar esos tiempos hizo que esa canción volviera a implantarse en su cabeza. Desde esa reunión de bachiller, había adoptado dicha canción como parte de sus gustos culposos. Al principio se quería convencer a sí mismo de que no era así, pero poco a poco fue disfrutando más y más de la canción, ese era su secreto.
Tomó los auriculares que llevaba consigo por si una situación así se presentaba y se dispuso a escuchar "Would You Love a Monsterman" mientras terminaba de beber su café. Disfrutaba de la melodía con los ojos cerrados y sin percatarse movía su pie al ritmo de la música, sin embargo, algo lo sacó de su trance. Ese algo lo había hecho abrir los ojos y voltear a su lado izquierdo. Observó cómo una joven mujer de pelo castaño se dirigía a la mesa detrás de él e inmediatamente la reconoció. Se trataba de Kagura.
Su crush de casi toda la vida había sido Kikyō, pero, aunque no lo admitiera ir a la antes mencionada reunión era el pretexto ideal para fijarse en alguien más y así mostrarle a ella que no era la única. De las posibles candidatas, ninguna parecía llenar sus expectativas. Una de las que más se acercaba era de hecho Kagura, de otra clase, pero por lo que había observado era demasiado problemática para su gusto.
Puede que ella le haya interesado tal vez un poco pero su forma de ser no era de su gusto y no hizo nada por acercarse a ella. Cuando se enteró de que se había hecho novia de Seshômaru hubo algo que le llamaba a acercarse a ella y ver si podía robarle la novia al "señor perfecto" Seshômaru, su rival por cuestiones de negocios, pero al final no hizo.
Tiempo después se enteró de que al final se habían casado cuando terminaron la universidad.
Ella se sentó detrás de él sin percatarse de quién era. Dio un trago a su capuchino y prestó atención al ruido que se escuchaba tras ella. Otra vez esa canción. Al parecer el sujeto tras ella había puesto el volumen un poco alto a su música que hasta ella podía escucharla.
Would you love a monsterman?
(¿Amarías al hombre-monstruo?)
Could you understand,
(¿Podrías entender)
the Beauty of the beast?
(la belleza de la bestia?)
I would do it all for you
(Lo haría todo por ti)
Would you do it all, do it all for me?
(¿Lo harías, harías todo por mí?)
Sin pensarlo comenzó a tararear el coro de la canción, tal vez un poco más alto de lo que debía. Naraku lo notó. No era algo que él hiciera pero que alguien diferente a su grupo de wannabes conociera esa canción en específico lo hizo actuar diferente a su yo regular. Se giró en su asiento para poder ver a la dueña de los tarareos de tan estridente canción y se quitó uno de los auriculares. Quién imaginaría que a Kagura le gustaba ese tipo de música.
Ella paró en seco al sentirse observada y rápido giró casi tirando su taza en el proceso. Quedó frente a frente con un sujeto de cabello largo y ojos parecidos a los suyos.
—¿Qué demonios me ves? —dijo molesta, pero con un leve sonrojo avergonzada por lo que había hecho.
— Nada, solo llamó mi atención oírte tararear esa canción. Tienes buen gusto. —
— ¿Te conozco? — inquirió un poco sacada de onda, ¿con qué familiaridad le hablaba?
— Soy Naraku, íbamos en el mismo bachillerato solo que yo era de otra clase —
Trató de recordar entre todos los personajes que había conocido ahí. No le sonaba ese nombre hasta que cierto acontecimiento en el día blanco donde Kikyō había humillado al "gran Naraku".
Sonrió levemente al recordar eso y él al notarlo cambió drásticamente su actitud.
— Ah, ¿ese Naraku? — siguió sonriendo no tan sutilmente.
—Sí, como sea — rodó los ojos y giró levemente para aclarar su garganta, —¿Qué te parece si vamos a otro lugar a beber algo? — sonrió de lado y se quedó viéndola directo a los ojos.
Kagura iba a responder negativamente y ofendida por las confianzas que se tomaba cuando el recuerdo de lo que solía decirle su abuela sobre las almas gemelas le llegó como un rayo. Era mucha coincidencia, ¿no?
Naraku vio como el semblante de ella cambiaba totalmente, hasta parecía que había palidecido un poco. — ¿Qué dices, Kagura? —canturreó maliciosamente y finalizó guiñándole un ojo.
Kagura estaba que le daba algo y mientras se quedó petrificada viéndolo, aún podía escuchar la canción proveniente de los auriculares;
Take your time, you´ll be fine
(Toma tu tiempo, estarás bien)
Yeah, there is nothing wrong with this
(Sí, no hay nada malo con esto)
you ain't committing crime...
(no estás cometiendo algún crimen…)
Notas finales:
Después de leer lo que solía escribir en una cuenta que no pienso recuperar pues esta llena de mis vergüenzas y fracasos, me dio la espinita por escribir algo de estos dos. Quería algo cliché, pero cursed así que esto salió.
Espero que a alguien le haya gustado y si llegaron hasta aquí, ¡Muchas gracias!
-Lu.
