Cuando veo a Theo hablando con Malia siento un irracional enojo recorrerme, cuando la invita a bailar quiero golpearlo y llevarme a Malia lejos de él, no hago nada porque no puedo ni quiero volver a ser un idiota con ella, por mi culpa Malia no fue al baile con quien realmente quería venir; Raeken, por algún extraño motivo ella quiere a ese idiota, ya no me entrometeré entre ellos, no por Raeken sino por Malia, quiero con toda sinceridad que sea feliz aun cuando su felicidad me deje un sabor amargo a mí.

Voy a la mesa de las bebidas, aflojo mi estúpida corbata, tomo algo frio tratando de que desaparezca el nudo en mi estómago, no quería dejar a Malia con ese idiota, realmente no, quiero que ella este conmigo, que sus hermosos ojos chocolates solo vean los míos, que sea yo quien caliente sus frías manos.

¿Es normal que la quiera tanto?

No puedo darme una respuesta todavía, mis ojos captan a Malia saliendo del gimnasio y sin pensarlo voy detrás de ella.

— ¡Hey, Malia! — La llamo cuando atravieso las puertas del gimnasio, ella se detiene, yo también lo hago a unos cuantos metros lejos de ella.

Malia tarda pero al final gira y me mira. — ¿Qué pasa? — Algo en su tono de voz me preocupa.

— ¿A dónde vas? —

Ella se encoje de hombros. — Dijiste que fuera por lo que quiero, y lo que quiero ahora mismo es ir a mi casa. —

— Pensé que…— No termino de hablar porque de hecho me alegra que ella no vaya a bailar con Raeken. — Yo te llevo. —

— No es necesario, Stiles, ve a la fiesta de Lydia, Parrish no podrá ir así que tienes una oportunidad para acercarte a ella. — Su tono de voz ha vuelto a ser tan indiferente como cuando me odiaba.

— No me importa…—

— Claro que te importa, Stiles. — Ella me da una sonrisa que no parece nada sincera. — Todo lo que siempre te ha importado es Lydia. —

— Malia. — Doy un paso a ella, y ella da uno atrás, me detengo confundido. — ¿Qué pasa? ¿Por qué actúas así? Estas volviendo a ser…—

— ¿Una perra de hielo? — Aprieto mis manos en puños, no me gusta la indiferencia, no me gusta que esté tratando de discutir conmigo. — Siempre lo he sido, ¿qué te hizo pensar que he cambiado en lo más mínimo? —

— Dijiste que ya no quieres discutir conmigo. —

— Dije que me quiero alejar de ti, pero me rogaste que no lo hiciera, por un momento te tuve lastima de ti, por eso acepte tratar de ser amigos, pero me he aburrido aparentar que me agradas, Stilinski. —

Sus palabras me duelen pero no quiero demostrarlo, ella quiere provocarme, hacerme enojar, le doy justo eso. — Le prometí a tu padre llevarte. — Camino hacia ella y la agarró del brazo. — Así que te llevare a casa te guste o no. — La obligo caminar a la salida, ignoro todas sus protestas.

No quería hacer esto, yo no quería tener que obligarla a nada nunca más, pero sé que había algo mal con ella, no podía dejarla ir sola a su casa en ese estado. El camino que recorremos en el jeep es tenso, Malia cruza los brazos sobre su pecho y mira por la ventana en todo momento, trato de poner música y ella lo apaga, suspirando decido ponerle atención al camino, cuando estaciono enfrente de su casa, Malia se prepara para salir, la sostengo de la muñeca impidiéndoselo, ella voltea a verme entre sorprendida y enojada.

— ¿Qué estás haciendo? Suéltame. — Trata de soltarse de mi agarre pero la sostengo con más fuerzas, ella gruñe.

— Lo sea que te dije, lo que te molesto lo siento, ¿vale? No quiero que estés enojada conmigo. — La expresión de Malia se suaviza. — No demos pasos atrás, Malia, nos esta yendo bien como amigos, ¿no te parece? —

— No realmente. — No me sorprende su terquedad.

Despacio la suelto, cuando mis dedos ya no tocan su piel siento un hormigueo que me tienta volver a tocarla, pongo las manos sobre el volante para asegurarme de no hacer alguna tontería, con Malia el control suele abandonarme.

— ¿Qué fue lo que hice mal? — Pregunto con cautela.

Malia niega con la cabeza. — No… no quiero hablar de eso. —

Paso una mano por mi rostro, Malia puede ser muy frustrante a veces. — Solo quiero entender. — La miro a los ojos. — Sé que algo pasa contigo, Malia, y lo voy averiguar. —

— Te conviene que no lo hagas. — Baja la mirada. —Es mejor así, tanto para ti como para mí, será mejor que nos mantengamos lejos. —

Me acomodo en mi asiento para poder acercarme más a ella. — ¿Por qué? Malia no entiendo. — Alza la mirada a mí, puedo notar un leve rubor en sus mejillas pero decido ignorarlo principalmente porque me distrae su olor, me paso algo parecido cuando bailamos. — Confía en mí, lo que sea que quieras, lo que te molesta… lo que sea, dímelo, Malia, dímelo. —

— No serviría de nada, ya te lo dije, lo que yo quiero tu no lo quieres. —

— ¿Y qué es eso exactamente? — Mi rostro se inclina un poco más a ella, no estoy seguro porque lo hago, solo me siento tan atraído a ella. — Ponme a prueba. —

— Bien. — Malia tomándome por sorpresa pone sus manos sobre mi rostro. — Te pondré a prueba, Stilinski. — Dice mirándome a los ojos con una intensidad que no reconozco.

Antes de poder hacer preguntas ella me besa, vuelve a besarme y esta vez no tardo en corresponder, al sentir sus labios nuevamente me doy cuenta que había querido esto desde hace mucho, me gustan sus labios, su toque. Este beso se vuelve más intenso que el que compartimos en la fiesta de Lydia, pongo una mano sobre la cintura de Malia, no soy realmente consiente de como acerco el cuerpo de ella al mío hasta que Malia termina el beso y noto que ella estaba casi sentada sobre mi regazo.

Ambos estamos rojos y con la respiración agitada, poco a poco Malia baja sus manos de mi rostro, mientras mis manos se niegan abandonar su cintura.

— Los amigos no suelen besarse en la boca. — No sé porque lo digo, solo sale de mi boca.

Me doy cuenta lo estúpido que suena cuando ya es muy tarde.

Malia suspira, regresa a su asiento y se acomoda el vestido. — No quiero ser tu amiga, Stiles, así que no me busques más. — Me dice sin verme, antes de que pueda decir algo Malia sale del jeep.

Desconcertado observo como entra a su casa, no lo entiendo, simplemente no lo entiendo, primero es desagradable conmigo, luego me besa, después de nuevo es mala, me deja agotado tratar de entenderla, hecho mi cabeza hacia atrás, es frustrante, Malia siempre lo ha sido pero esta vez lo es el doble, molesto golpeo el volante, me gusta Malia, ¿por qué ella se niega tan…? Espera… ¿Me gusta Malia?... ¡Me gusta Malia! Por eso sentía que faltaba algo cuando empecé a querer ser su amigo, realmente no es todo lo que quiero de ella, su amistad, la quiero a ella.

Todo ella.

El conocimiento de mis inesperados sentimientos por ella me aterrorizan, enciendo mi jeep y me alejo de la casa de Malia, esto no podía ser, tengo sentimientos por Malia Tate, la que hasta hace poco creía odiar, ¿tiene siquiera sentido que hasta ahora me doy cuenta que tan atraído me siento por ella? ¡La conozco desde hace años! ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Por qué me doy cuenta ahora?... ¿Por qué Malia sigue besándome pero después dice que no quiere nada conmigo?

Estoy muy confundido, nunca he sido bueno en estas cosas.

….

— No suena tan descabellado para mí. —

Al día siguiente Scott viene a mi casa muy temprano y me pregunta porque Malia y yo nos fuimos del baile tan pronto ayer, yo seguía en cama y pijama cuando él llego, estaba agotado, anoche casi no pude dormir por todos mis pensamientos acerca de Malia, ahora que tengo el conocimiento que me gusta me duele más que nunca que ella trate de alejarme, claramente no tarde en contarle todo a mi mejor amigo.

Con el ceño fruncido lo miro. — ¿De verdad? —

Scott asiente. — Ustedes siempre han tenido una conexión, incluso cuando decían que se odiaban había algo más, creo que eso es porque se gustan. — Aun lo miro confundido, Scott pone los ojos en blanco. — Se gustan mutuamente, es obvio. —

— Espera. — Me siento en mi cama. — ¿Estás diciendo que le gusto a Malia? — Scott asiente. — ¿Malia Tate? —

— ¿Conocemos alguna otra Malia? — Se burla de mi amigo, pocas veces lo hace.

Niego con la cabeza, no podía ser cierto, no le puedo gustar a Malia, si lo hiciera ella no me trataría de alejar cada que tiene la oportunidad, aunque si le gusto explicaría porque me besa… Malia es tan confusa, ella me hace sentir como un tonto, me desespera… pero me gusta tanto, ella me gusta mucho, y con eso en mente me levanto de la cama, ya lo he decidido, no me daré por vencido esta vez, si Malia es confusa yo seré claro y le confesare mis sentimientos, no tendré un plan de diez años, solo seré sincero con ella.

— ¿Qué vas hacer? — Pregunta Scott cuando me ve entrando al baño.

— Iré por mi deseo de Navidad. —

— ¿Y que es? —

Volteo a ver a mi mejor amigo. — Mi deseo de Navidad es que Malia acepte ser mi novia. — Una sonrisa se extiende en mis labios.

— Suerte amigo. —