Capitulo 3

A la mañana siguiente, Laura se despertó la primera, muy raro en ella, ya que solía despertarse la última, cinco o diez minutos antes de que empezaran las clases, por ese motivo casi nunca iba a desayunar, solo el fin de semana.

Harta de no poder conciliar el sueño otra vez, se levantó y se dedicó a observar la habitación, se quedó observando una cama vacía y arreglada automáticamente miró la hora y vio que eran las 8:06 a.m. demasiado temprano para que la pija se hubiera levantado ya.

-Seguro que pasado la noche en otra cama - pensó con asco

Cogió ropa del armario y se dispuso a dar una ducha. Le encantaba tomarse una buena ducha fría cada mañana, le ayudaba a despertarse.

Cuando salió de la ducha, Lily ya se había despertado y estaba escribiendo en su diario. No pudo evitar un comentario hiriente, ella odiaba que Lily hiciera eso, pero cuando le preguntaba que qué significado tenía escribir en una libreta, ella siempre le contestaba: Así cuando tenga hijos lo podrán leer y sabrán como fue la vida de su madre en Hogwarts. Una mala costumbre según Laura.

-¿Otra vez escribiendo en ese estúpido diario? - Laura hizo una mueca de desagrado.

-Tu haz tu vida, que yo haré la mía - dijo Lily mientras cogía su diario de mala gana y se iba hacia la sala común.

Laura consciente de que Lily era muy susceptible con el tema de su diario, se maldijo por dentro y se dispuso a despertar a Xai. Era raro que no se hubiera despertado ya, siempre solía despertarse ante el menor ruido, pero hoy no lo había echo.

-Debería de estar cansada del viaje - pensó

Laura se sentó en la cama de Xaica y la observó dormir. Había echado de menos a esa loca que era su prima, sin ella Hogwarts no era lo mismo.

-Laura, si no tienes sueño no molestes, anda túmbate y duerme - dijo Xaica entre sueños. Laura esbozó una sonrisa, contenta de que Xaica no se hubiera olvidado de que cuando tenía noches de insomnio ella se iba a su cama y Xaica le ofrecía asilo. Una vez allí dormía placidamente.

Pero no, esa mañana no era de esas. Abrió la ventana y corrió las cortinas. Xai murmuro varios insultos y se tapo la cara con la almohada, dándole la espalda a la ventana. Lau sonrió con malicia, se quito los zapatos y empezó a dar saltos en la cama de su prima.

-¡¡Laura Zanna Forbes Rayne, baja de una maldita vez de la cama o te tiro por la ventana y te vas a dormir con el calamar! – grito enfadada Xaica, levantándose. Los de la sala común se asustaron por el grito y rápidamente dirigieron la mirada hacia las escaleras de las habitaciones de las chicas.

-Uyy, primita, ¡que susceptible estas! – Bromeó Laura, esquivando la almohada que Xaica le había lanzado con toda la mala leche – ¡Oh, vamos! ¡No te pongas así! ¡Es domingo y no voy a permitir que te quedes en la cama todo el día!

-Lau, ¡estoy cansada! – se quejo volviéndose a acostar

-¡Anda, porfi! ¡Tengo entrenamiento de Quidditch dentro de una hora y quiero que me veas! – Pidió Laura – He mejorado mucho

Sabiendo lo muy cabezota que podía llegar a ser Laura, Xaica se levanto dándose por vencida. Se dio una ducha, se vistió rápidamente y bajaron al comedor. Antes de salir del cuarto, Laura cerro los ojos y cuando los abrió, ya llevaba puesta la mascara de chica dura.

-Míralas, ahora entran – murmuro James desde su asiento en el comedor – Es el primer entrenamiento de la temporada, pero pienso darle caña a Forbes.

-Oye, ¿y no podríamos provocar un accidente y quitarla del equipo? – Susurro Sirius – Estoy harta de ella, no nos entendemos y eso perjudica al equipo.

-No esta mal, no esta mal – murmuro James con una sonrisa de satisfacción y miro hacia donde estaba Lily, hablando con sus amigas. Esa pelirroja le volvía loco, pero ella ni caso – Pásame la mermelada, Sirius.

-No puedo – contesto el moreno

-No seas idiota – dijo sin despegar la vista de la pelirroja – ¡Deja de comer un maldito momento y pásame la mermelada!

-James, hablo enserio, no puedo

Ante eso, Potter se dio la vuelta y efectivamente, vio que Sirius no podía coger la mermelada. Cada vez que este alargaba la mano para cogerla, el plato donde estaba la mermelada, se alejaba. Volvió a intentarlo, y paso lo mismo. Intento coger la mantequilla, y nada mas alargar el brazo, el plato de la mermelada salio disparada hacia el lado contrario, alejándose de ellos.

Laura, que estaba mirando disimuladamente hacia los merodeadores, sonrió divertida cuando vio que no podían coger la comida y le pegó un codazo a Xaica alertándola de que pasaba, eso si, disimuladamente, nadie podía enterarse de que habían sido ellas.

-Xai, la misión ha sido un éxito - le susurro divertida, señalando disimuladamente con la cabeza a los chicos. Xaica solo levantó una mano y la movía como diciendo que se esperara, cogió un vaso con zumo de calabaza y se lo bebió de una sola vez, se lo tragó y pudo hablar.

-Perdón por no contestar antes, pero es que la comida de aquí esta tan buena… - dijo Xaica mirando la comida con gran deleite. - Y volviendo a lo de la broma…. - volteó a mirar a los Merodeadores que se estaban exasperando por no poder coger nada de comida, ni tampoco los platos, ni cubiertos ni las copas - Que se jodan, teníamos que avisarles de alguna manera que Xaica Rayne había regresado, ¿y que mejor manera que haciéndoles una broma? - acabó con una sonrisa entre burlona y maliciosa.

-Sois muy malas - susurró Lily - Pero me gusta, ya verán esos cuatro…

---mientras tanto los chicos---

-¡Maldita sea!- exclamaba Sirius - ¡¿Que le pasa a la comida! ¡Quiero comer! - gritaba Sirius alargando los brazos hacia la comida, pero nada, estas huían de ellos como la peste. Muchos ya se habían girado a mirarlos, la mayoría se reía, y tanto James como Sirius, estaban abochornados al ser victimas de una broma

-¡No lo se padfoot, yo tampoco puedo coger nada! - decía James irritado, mirando instintivamente a Lily, quien lo miraba divertida. Su mirada se poso sobre Laura y Xaica, que sonreían. Forbes, le saludo levantando un poco la gorra y Xaica lo saludó con la mano – Maldita Forbes y Rayne! – siseo furioso

Al final, tuvieron que irse al entrenamiento sin haber desayunado. El primer entrenamiento estaba previsto para el día anterior, pero al llegar los de Beauxbatons, se había pospuesto para el día siguiente, a las 10. Pasaban ya algunos minutos de la hora indicada, cuando James y Sirius aparecieron por el campo de Quidditch. Daba miedo verlos: tenían los puños apretados y estaban furiosos, muy furiosos.

-Cuando acabes en entrenamiento, no volverás a tener mas ganas de subirte a una escoba y a "jugar con la comida" – siseo enfadado Potter pasando por su lado, y Laura, sin vergüenza alguna, solo sonrió divertida.

Lily, Remus, Xai, Jean y algunos más, habían bajado a ver el entrenamiento. Empezaron a calentar un poco, haciendo flexiones y algunas carreras, al cabo de menos de 10 minutos, más de uno estaba agotado, normal, habían pasado todo el santo verano sin pegar golpe.

Al poco rato, se subieron a las escobas y tras dar varias vueltas al campo, empezaron un pequeño partido entre ellos. La cosa empezó bien, pero cuando Laura casi se cae de la escoba por culpa de una bludger enviada con mala intención de Sirius, la cosa se puso bien fea.

Ambos habían olvidado ya que solo estaban en el primer entrenamiento, que formaban parte del mismo equipo, que no estaban compitiendo. Se lanzaban las bludgers con rabia, dispuestos a hacerse mucho daño. Cualquiera que los viera, pensaría que ambos eran de equipos diferentes. Enemigos… y lo eran.

-La cosa se esta poniendo muy fea – dijo Remus viendo como una bludger pasaba rozando la cabeza de Sirius

-¡Van a hacerse daño! – exclamo Lily al mismo tiempo que Laura esquivaba con algo de dificultad la bludger que Sirius le enviaba, y la rubia le devolvió con rabia

El resto de jugadores habían dejado de jugar, y miraban sorprendidos la escena, apartándose de vez en cuando, cuando la bludger les pasaba rozando. Cada vez más, tanto Sirius como Laura se lanzaban las pelotas con más rabia. Querían hacerle daño al contrario, mucho daño.

-¡¡BASTA YA! – Grito fuera de si Lily, agitando la varita y haciendo que la bludger explotara - ¿¿¡POTTER, QUE COÑO TE PIENSAS QUE HACES PERMITIENDO ESTO?

-No exageres, Evans, solo estamos entrenando – se defendió James restándole importancia

-No estaban entrenándose… ¡¡QUERIAN MATARSE! – exclamo histérica

-¡¡FUE ELLA QUIEN HIZO LA BROMA, TENIA QUE PAGAR DE ALGUNA FORMA! – grito James indignado y enfadado

-Pagarlo como, ¿eh? ¿Tirándole de la escoba? – Grito – Las cosas no se solucionan así, hay que…

-Déjalo, Lily – dijo Laura acercándose a la grada, aun montada en la escoba – Tranquila, no ha pasado nada, estoy bien, enserio.

-Pero…

-Vamonos, quiero darme una ducha antes de cenar – sentencio

-Espera – se giro para mirar a James – Mira Potter, por esta vez no diré nada de lo que ha acabado de ocurrir, pero te juro que si algo así vuelve a ocurrir, me encargare personalmente de decírselo a la profesora Mcgonagall o al director si es preciso

-No me das miedo – se encaro

-Pues deberías

Diciendo esto, se bajo de la grada. Xaica miro a James con odio y siguió a la pelirroja. Laura ya estaba abajo esperándolas. Es resto del equipo, bajaron a los vestidores. Se había formado un incomodo silencio, nadie se atrevía a decir palabra alguna por miedo a recibir una reprimenda del capitán, que estaba muy pero que muy furioso.

-¡¿A QUE ESTABAS ESPERANDO PARA TIRARLA DE LA ESCOBA! – exploto James una vez todos los jugadores se habían ido, y solo quedaban él y Sirius.

-¡¿TE CREES QUE NO LO HE INTENTADO! – Grito igual de enfadado Sirius - ¡Maldita sea! La tía es podidamente buena, me he visto en serios apuros para sostenerme en la escoba… ¡Menudo brazo!

-¡Joder! Ahora tendremos que soportarla en el equipo – exclamo frustrado – Pero esto no va a quedar así, te juro que Forbes acaba fuera del equipo en menos de lo que se tarda en decir Quidditch.

Laura caminaba en silencio hacia la Sala Común, metida en sus pensamientos… ¿Tanto la odiaban como para querer hacerle caer de la escoba con tan de quitarla del equipo? Estaba claro que no se llevaba bien con esos cuatro, que a la mínima, saltaban y se insultaban, pero si ella lo hacia, era por culpa de ellos. No era de las que se achicaban cada vez que alguien se metía con ella, es mas, era de las se defendía.

Pero había algo que la desconcertaba… Pese a saber ese odio entre ella y los merodeadores… le había afectado mucho que Potter quisiera hacerle eso, hacerle daño. ¿Y a mi que coño me importa que Potter quiera hacerme daño? No debería importarme, claro que no. Por mi, como su pasara un tren y se lo llevaba por delante, total, a mi me da igual.

Xaica, viendo el ambiente tan tenso, se fue a la biblioteca. Cuando entró se encontró con que había bastante gente, algo raro en un domingo, la verdad. Se dirigió hacia la mesa que siempre se sentaba cuando iba ahí y observó con gran alivio que estaba vacía. Le gustaba esa mesa, estaba escondida a la vista de la gente y era una zona tranquila. Se sentó y se dispuso a buscar algún libro que le ayudara en pociones, que para ser sinceros, estaba muy pero que muy verde.

Fue a la sección de pociones, cogió un par de libros, y cuando iba a coger el tercero una mano se le adelanto. Miró al dueño de dicha mano y se encontró con ni nada más ni nada menos que con Severus Snape. Se sorprendió, pues no lo había visto en lo que llevaba de tiempo en Hogwarts, la verdad es que había cambiado bastante, el pelo algo más largo y no tan grasiento, sus ojos negros e inexpresivos y un palmo más alto que ella.

-Buenas tardes Snape - saludó Xaica - Cuanto tiempo

-Rayne - dijo Snape mirándola de arriba abajo, gesto que incomodó a la chica - ¿Buscabas este libro?- preguntó

-Ehhhh si, pero es igual, cuando acabes si puedes me lo dejas en mi mesa - dijo mientras señalaba una mesa bastante alejada y sin que se viera mucho.

-De acuerdo - dicho esto volteó y se fue.

Pasaron 10 minutos antes de que Snape le dejara el libro en la mesa e irse sin decir nada. La verdad es que le daba igual, antes lo había saludado por ser educada, aun que no supo por que pero fue un impulso el que lo saludara, en otras palabras, le salió de alma. A los 35 minutos, y ya cansada de tantos ingredientes asquerosos, tantas pociones y tantas tonterías, salio de la biblioteca.

-Vaya, vaya… pero quien tenemos aquí…- dijo una voz que sabía muy bien de quien era -… Rayne - acabó de pronunciar con una mueca de asco.

Xaica siguió como si no la hubiera escuchado, en otros casos se giraría y la encararía, pero desde hacía unos días que no se encontraba muy bien, y evitaba tener encuentros con la gente, muy poco común en ella, ya que tanto ella como su prima fueran donde fueran llamaban la atención, ya fuera por la apariencia o por el escándalo. Siguió caminando, pero un poco más rápido, sintió que la volvían a llamar, puso los ojos en blanco, se dispuso a seguir su camino pero no pudo, porque alguien la cogió del brazo y la hizo voltear bruscamente.

-Eh, que mi chica te está hablando - dijo la persona que la había volteado.

Xaica quitó el brazo que la aprisionaba y lo apartó con repugnancia. Lily, Jean, Laura y Alan, que iban hacia la biblioteca a buscarla en ese momento, apresuraron el paso al ver la escena.

-Y yo la estoy ignorando - dijo Xaica fríamente, mientras se tocaba el brazo disimuladamente, en verdad Black le había echo daño.

-¡Pero si ya vienen tus perritos falderos! - exclamó Mandy. Ella, sus amigas, Peter, James y Sirius se rieron, Remus solo se apoyó en una pared, sacó un libro y se dispuso a leerlo.

-Vamos Xai, no tienes buena cara, vamos al Gran Comedor a que comas algo - le dijo Lily

-No gracias, antes tengo de aclarar algunos asuntillos con ellos - dijo mientras señalaba a Mandy y compañía - Ir tirando

-¿Te piensas que te voy a dejar aquí? ¡Ya me han dicho que en Beauxbatons últimamente habías dejado de comer!- gritó Alan- ¡Y ya sabes que provoca eso!

-¿Y? No tenía apetito - dijo Xaica cortante

-Conmigo menos, ¿vale niñata? - le dijo su hermano.

Xaica solo se giró miró a Mandy que se estaba riendo y hacía caras imitándola a ella. No supo porque pero en ese momento necesitó pegarle, no se lo planteó dos veces cuando el puño de Xaica ya estaba clavado en la mandíbula de Mandy. Los otros alarmados intentaron parar la pelea, Xaica solía tener mucha paciencia, y la verdad es que no la reconocían, nunca había mostrado esa faceta. Laura miraba la escena sonriente y divertida. Estaba apoyada en la pared, con los brazos cruzados, mirando de vez en cuando a Potter con rencor.

-Esta te la debía "hermanita" – dijo Xaica pronunciando la ultima palabra con asco y repugnancia - Más que nada, porque me ha salido del corazón, y no voy a reprimir un impulso por alguien como tú - Mandy se acercó a ella con intenciones de devolverle el golpe, pero Xaica lo paró. - ¿Y te atreves a devolverme el golpe? - preguntó con una mueca burlona - Que lastima me das Greene - al acabar la frase la empujó tirándola al suelo. Se sentía muy cansada, últimamente estaba muy débil. Maldita sea – pensó – Otra vez no…

Con este último pensamiento se fue hacia el Gran Comedor. Laura, Lily, Jean y Alan la siguieron sorprendidos. El camino tuvo un silencio muy incómodo, estaban demasiado tensos por la escena de antes y no se atrevieron a abrir la boca. Era sabido que Xaica y Mandy no se soportaban, pero nunca antes Xai la había golpeado. En verdad estaba muy extraña.

Al llegar al Gran Comedor se sentaron en sus sitios de siempre y se dispusieron a comer, pero como antes rodeados de ese aire incómodo, que Lily se apresuró a romper:

-Xaica ¿No comes? - le preguntó cautelosamente, temiendo la reacción de esta.

-No tengo hambre - contestó esta sin muchas ganas de hablar

Alan le echó una mirada asesina- Si no comes no te dejare tener ninguna cita con nadie…-Dijo con una sonrisa maliciosa

-¡Oh, igualmente cuando estaba aquí tampoco me dejabas! Esta bien… pero solo para que el mundo no sufra las consecuencias de mi desequilibrio alimentario - acabó cogiendo una manzana, a la que inmediatamente se la puso a la boca, más por compromiso y por que no se preocuparan que por nada más, pero que equivocada estaba, todos se habían dado cuenta.

-Yo ya me voy -dijo mientras miraba hacia la puerta del Gran Comedor, en ese momento entraban Los Merodeadores, Mandy y sus amigas.

Se levantó, pero sintió una mirada clavada en su nuca, se giró y vio a Snape mirándola, también la estaban mirando un chico rubio de pelo platino… supuso que era Malfoy, y sus dos gorilas que tiene por compañeros también la miraban. Giró su cuerpo, de manera que no tuviera de tener su cabeza girada para mirar a las serpientes y allí se quedó, observándolos.