UN CLIENTE DESCARADO
Disclaimer: Esta historia no me pertenece es una adaptación para el fandom Miraculous las aventuras de ladybog espero que les guste.
Adaptación © FandomMLB.
Miraculous & ladybog © Thomas Astruc
Un cliente descarado © Whitney G.
CAPITULO 13
EL CLIENTE
ADRIEN
VARIAS SEMANAS DESPUÉS...
Todavía podía oler el dulce aroma del champán en la sala de reuniones cuando pasé por allí, unos días después. Los miembros de la junta se habían pasado la noche celebrando el final de mi exitosa gira de ruedas de prensa, y los había sorprendido a todos al irme temprano. Por supuesto, la excusa fue que estaba «cansado», pero había pasado la noche de la misma manera en que me había acostumbrado en las últimas semanas. Con Marinette.
El contrato inicial de su empresa con nosotros terminaba hoy, y ninguna persona en el consejo se oponía a ampliarlo durante otros seis meses. Incluso había surgido la posibilidad de ofrecerle el triple de lo que estaba cobrando. Sin embargo, había algunas cosas que necesitaba arreglar personalmente antes de continuar con el acuerdo.
—Vale, déjamelo a mí —dijo mi hermano tan pronto como entré en mi despacho—. Hoy tengo tres reuniones y espero poder resolver dos de ellas en menos de diez minutos. ¿Dónde está la ampliación del contrato con Dupain-Cheng y Asociados?
—Está lista, pero quiero que modifiquemos la cláusula de confraternización.
— ¿Que la modifiquemos o que la quitemos?
—Que la quitemos.
— ¿Por qué? —Se encogió de hombros, riendo—. ¿Vas a tirarte a Marinette? No puedo imaginarla haciendo eso contigo. Es demasiado elegante, demasiado inteligente, y también... —Inmediatamente dejó de hablar como si la verdad hubiera hecho pop en su cerebro. Luego se puso a pasearse por mi despacho—. Por favor, no me digas que has follado con Marinette..
—Está bien, no lo haré.
— ¿Quieres matarme o qué? —Se paseó aún más rápido—. Justo cuando pensaba que habías cambiado, justo cuando pensaba «Por fin lo entiende», vas y encuentras la manera de joderlo todo. No es de extrañar que te haya ido tan bien en tu gira de ruedas de prensa...
—Me gustan más tus discursos cuando los preparas por adelantado —dije—. Suenan menos juveniles de esa manera.
— ¿Habéis estado follando este tiempo?
—No, todo el tiempo no. Ayer no follamos nada.
—En serio, por favor. —Se quedó quieto, con expresión preocupada—. ¿Es esta una aventura que podría llegar en forma de demanda por acoso sexual o es una relación de verdad?
—Vale, es un comienzo. —Se dejó caer en el sofá, y se puso la mano encima del pecho—. Es un muy buen comienzo. Solo por curiosidad: ¿cuándo comenzó esta relación?
—Antes de que la contratáramos. Ella es la razón por la que me perdí la ceremonia de corte de cinta en Oasis. Nos conocimos en un club y tuvimos una aventura de una noche, y la volví a ver cuándo me presenté en sus oficinas. La ironía es que podría haberla buscado de todas formas si no hubiera sido así.
— ¿De verdad esperas que me crea eso?
—No tengo motivos para mentir.
—Cierto. —Suspiró—. Continúa.
—No volvimos a acostarnos hasta treinta días después de firmar el contrato —confesé—. E incluso entonces, el sexo con ella no fue como con otras mujeres.
— ¿Quieres decir que había arcoíris y mariposas?
—Quiero decir que había sentimientos. Pequeños sentimientos, pero sentimientos de todos modos.
Arqueó una ceja, como si eso fuera lo más impactante que había dicho nunca.
—Entonces, ¿quieres quitar esa cláusula para poder seguir acostándote con ella?
—Preferiría que usaras «citándome».
Se puso de pie y se acercó a mí para ponerme la palma de la mano en la frente.
— ¿Estás enfermo o algo así?
—Estoy bien, gracias. —Ignoré su risa—. Solo dime que aceptarás poner punto final a esa cláusula.
—Claro que lo aceptaré —dijo, mirando el reloj—. Pero vamos a discutirlo a fondo, y voy a asegurarme de que no habrá ramificaciones legales de ella u objeciones de la junta.
—Me parece justo.
—Es más que justo. —Se dirigió a la puerta—. Te llamaré esta noche.
Tomé asiento detrás de mi escritorio y escribí el número veinte millones en lugar de los seis millones que había anteriormente en el contrato de Marinette. Luego comencé a tachar la cláusula de confraternización con Tippex blanco.
— ¿Señor Agreste? —La voz de Natalie me llegó por los altavoces—. La señorita Dupain-Cheng está aquí. ¿Debo hacerla pasar?
—Sí, por favor.
La puerta se abrió y Marinette avanzó hacia mí, pero no parecía saber si debía besarme o no. Se había convertido en un hábito hacerlo cuando salíamos en privado o nos veíamos en nuestras casas, pero todavía había ese incómodo gesto automático de «pausa y desvío» cuando nos veíamos en el trabajo.
—Puede sentarse, señorita Dupain-Cheng —le dije.
— ¿«Señorita Dupain-Cheng»? —Se sentó; parecía un poco confundida—. Pensaba que esta era una reunión personal, para nosotros.
—Lo es. —Deslicé el contrato por encima del escritorio—. Quiero que consideres ampliar el contrato con Agreste International. Sin duda, eres la mejor experta en marketing con la que he trabajado, y mi junta no hace más que cantar alabanzas hacia ti. He hecho algunas enmiendas al contrato, entre las que subo la cantidad que te pagamos y quito la cláusula de confraternización.
Ella cogió el contrato y lo miró.
—Es un gran aumento, señor Agreste.
—Me aseguraré de que haya mucho trabajo.
Sonrió, pero su sonrisa se desvaneció con rapidez.
—Entonces, ¿has modificado el contrato para que podamos decir públicamente a todo el mundo que estamos follando?
—Estoy seguro de que ciertas personas ya suponen que estamos follando, pero, sí, esta es una forma de hacerlo público. Y también de protegernos a ambos legalmente.
—Esto es... —Se cruzó de brazos, y me preparé para una protesta de proporciones épicas—. ¿Esta reunión personal de la que me has estado hablando durante todo el fin de semana ha sido solo una artimaña para pedirme que firmara una ampliación de contrato?
—Ha sido una artimaña para pedirte que seas mi novia.
Ella fingió sentirse molesta, pero sus mejillas la delataron.
—Podrías habérmelo preguntado durante el fin de semana.
—Habrías dicho que no.
—No. —Sonrió—. Hubiera dicho que la única razón por la que me pides que sea tu novia es porque crees que podríamos tener más sexo de esa manera.
—Definitivamente vamos a tener más sexo, pero si ese fuera mi razonamiento, simplemente habría modificado la cláusula de confraternización del contrato y lo dejaría así. Te pido que seas mi novia porque creo que en realidad me gustas.
— ¿Crees que te gusto? Qué convincente... Si eso es una pista de cómo escribirías una carta de amor, no creo que me case contigo nunca.
—No creo que te lo pida nunca.
Se rio, y no pude evitar soltar una carcajada con ella.
—Dejando las bromas a un lado, ¿estás hablando en serio, Adrien?
—Sobre la parte de ser mi novia, sí. En cuanto a la parte del matrimonio, depende de si seguimos juntos o no dentro de unos años.
—Entiendo. —Se puso de pie y fue detrás del escritorio, hasta sentarse en mi regazo—. Bueno, acepto la oferta de ser tu novia, pero me gustaría que discutiéramos los términos.
— ¿Qué términos hay que discutir al respecto?
—Te debes comprometer a ser un cliente mejor. Eso, y que por fin tendremos sexo en tu despacho.
—Puedo comprometerme a lo primero. —Le cubrí los labios con los míos y le desabroché el lateral del vestido—. No hay necesidad de discutir la última parte. Eso sucederá todos los días...
FIN.
Bueno la historia termino aquí espero que les haiga gustado y nos vemos en la próxima adaptación uwu.
Pueden comentar su parte favorita de toda la historia.
Bay Kittis gracias por acompañarme en esta aventura tanto extravagante.
