Baz

Lady Salisbury quedó encantada con Simon desde el primer momento en que llamamos a su puerta. Y el descubrir que él es su nieto solo volvió todo mucho más profundo. Simon es fácil de amar. Lo sé por mi mísmo, y no puedo imaginar cómo debió ser para ella que esperó por tanto tiempo.

Simon aún está confundido al respecto. Es inevitable, su vida cambió de manera radical en muy poco tiempo. Me gustaría poder ayudarle, aunque la verdad es que lo único que puedo hacer es estar aquí para él.

Vamos a comer a casa de Ruth al menos dos veces por semana. Y creo que es algo bueno para ambos.

Simon

No sé cómo reaccionar ante las muestras de afecto. Según mi terapeuta es normal, pues no estoy acostumbrado a ellas. No siento que las merezca. Ese ha sido un gran problema entre Baz y yo. Con la terapia, esto ha ido mejorando un poco.

Con Lady Ruth es más o menos igual. Siempre que venimos a comer ella y Jamie tratan de consentirme de diferentes maneras. Me limito a sonreír y darle las gracias. Es demasiado raro pensar en ellos como mi familia.

Hoy Baz estaba ocupado con una clase extra, así que solo yo vine a su casa a tomar el té. Jamie tampoco está aquí. Salió hacia watford, a hablar con la profesora Bunce sobre su magia que, al parecer, está comenzando a regresar.

Estamos sentados en la sala, el jueo de té está en la mesita del centro y hay un olor muy agradable en el aire. No se que se está horneando, pero huele delicioso.

—¿Necesitas ayuda en la cocina?— pregunto. No me gusta solo quedarme sentado.

—No, gracias, terminé. En seguida voy contigo.

Después de unos segundos, ella entra con un plato humeante entre las manos. El solo olor me hace agua la boca. ¿Cómo es que lo sabe?

—Baz me contó que siempre te gustaron los scones de cereza.—Dice

—Gracias abue….—contestó con naturalidad.

Luego me doy cuenta de lo que dije. Me tapo la boca con las manos. Ambos nos quedamos en silencio. Quisiera desaparecer en este momento. Mis alas se enrollan sobre mis hombros como si fueran una manta. Ella tiene los ojos bastante abiertos y se ha quedado tan quieta como una estatua.

—Lo siento.

Dijo que puedo llamarla Ruth, pero no siempre estoy cómodo con ello. Ahora he cruzado una línea demasiado grande. Tengo ganas de salir volando de aquí. volando literalmente, que importa si algún Normal me ve.

Pone el plato sobre la mesa,se acerca a mí, y estira una de sus manos. Tengo el impulso de recargar mi cabeza en su palma, como si fuera un gato. Lo hago y ella me acaricia el cabello. No puedo evitarlo, se me salen unas cuantas lágrimas.

—No tienes porque disculparte. —Su voz es suave y me tranquiliza.

—¿Puedo abrazarte?

Me siento como un niño y por alguna razón la idea de ser abrazado me reconforta.

—Claro que sí, mi cielo. Estoy aquí para ti.

Abre sus brazos para mi y yo me acomodo. La posición es algo extraña, pues ocupo doblarme bastante para que ella pueda abrazarme

—Lo lamento, es solo que todo esto es demasiado nuevo y extraño para mi

—Está bien SImon… Somos Familia.

Tiene razón… somos familia. Es algo con lo que siempre soñé. Y ahora que lo tengo, no pienso dejarlo ir,

—Si, lo somos.

No va a ser nada fácil acostumbrarme a esta nueva realidad, pero no pienso rendirme nunca más.

Ruth, mi abuela, se separa de mí lentamente. Sus ojos tienen unas cuantas lágrimas.

—Vamos a comer, los scones saben mejor cuando están tibios. Y si les pones mantequilla, son todo un manjar.

—Si, abue.

Espero pasar muchas tardes así de ahora en adelante.


¡Hola!

Ahora sí, regresamos con los fanfics.

Me moría por escribir sobre Ruth y Simon, amé la dinámica que tuvieron durante todo el libro.

El prompt era "Familia" y me parece que una abuela cocinando la comida favorita de su nieto quedaba perfecto.

Muchas gracias por leer~

Ciao!