Notas de la autora: Y acá está el capítulo dos, medio candente, así que los lectores que no disfruten del yaoi, por favor absetenerse de leerlo y mandarme amenazas de muerte.

Muchas gracias a los que dejaron reviews! ñ.ñ Me hacen pensar que no mal gasto mi vida frente a la computadora T.T

La cuñada de Duo

By Nadesiko Takase

Capítulo dos:

"La revelación de lo hechos"

Pasaron los días y Duo estaba cada vez de peor humor debido a la supuesta infidelidad de Heero. Se la pasaba el día rumiando amenazas de muerte, recortando la cabeza de Heero en todas las fotos en la que estaban juntos, quemando algunas piezas de ropa de su amante a escondidas, saboteando los programas de su computadora, llamándolo furioso al celular cada media hora para ver que hacía y demás actividades muy terapéuticas.

tuut... tuut... tuut

- Moshi moshi... - replicó una voz mecánica del otro lada de la línea.

- Heero!. - casi gritó Duo al oírlo, completamente acelerado. - Me dices que diablos haces que te demoraste tanto en atenderme?. - reprendió un Duo paranóhico que ya había terminado de comerse las uñas y ahora comenzaría a comerse los dedos a causa de su muy "sana" ansiedad.

- Duo?. - inquirió un Heero para nada molesto, por lo contrario, demasiado relajado para el gusto de Duo. "A quién se estará follando para estar así?. Ese no es el Heero neurótico que conozco", pensó al borde de una crisis al ver sus sospechas MUY bien fundadas. - Pasa algo?. - preguntó extrañado por la actitud del normalmente jovial Duo.

En los últimos días lo había estado llamando como veinte veces mientras estaba en la oficina y comenzaba a hacerle reclamaciones incoherentes, y cuando estaban juntos, lo miraba de una manera demasiado desconfiada y lo controlaba todo el maldito tiempo.

Pero el se encontraba de muy buen humor como para reaccionar ante tan desequilibrado comportamiento.

- Sí pasa!. Ya son las siete, deberías estar en casa!. Qué tanto te retiene en el trabajo, eh?. Por qué no llamas para avisar que vas a llegar tarde así no me preocupo, maldito bastardo.

- Porque generalmente cuando llego te encuntro postrado en el sofá engullendo comida o destrozando mi departamento con la loca de mi hermana. - le contestó muy calmado, tratando de ocultar la diversión que le causaba el comportamiento del chico.

- Y por eso piensas que no me preocupo!. Eso solo lo hago para... eh... Distraer mi mente de la preocupación... - improvisó una mentira para nada creíble. Que rayos!. No había caso, no sabía mentir en absoluto. - Con quién diablos estás ahí a estas horas?.

- Con nadie...

Duo ya estaba bullendo de ira. Quería ir allá y traerlo de los pelos... Se disponía a hacerlo cuando oyó algo del otro lado de la linea que lo descolocó y justificó aún más su ya de por sí acentada paranohia:

- Heero, no tengo toda la noche...

Era el inconfundible tono molesto de una voz femenina!. No había duda, Duo estaba por perder la cabeza... Imágenes de Heero en una super orgía de oficina venían a su mente: Heero con una chica, Heero con una chica rubia (muy similar a una que no le cae bien), Heero con DOS chicas, Heero con un modelo, Heero de a cuatro...

hemorragia nasal

plás, plás

Un par de cachetadas lo devolvieron a la realidad y le hicieron enfrentar la clara situación de infidelidad en la que se encontraba. Esa perra lo había convertido en un cornudo!. Y NO se refería a la mujer...

- QUIEN ESTA AHI!. Me dijiste que estabas SOLO, maldito mentiroso...!

- Mi vida, deja lo insultos para la cama. Hablamos depués, tengo trabajo...

- Hijo de perra!. Deja que te ponga las manos encima, te voy a destrozar!. Te voy a cortar el pito, imbécil!.

- Recuerda hacer la cena. Nos vemos, Duo...

clic

- HIJO DE PUUUTAAAAA!. Lo matooooooo!. Aaaaarg! - gritaba completamente...

... ENCABRONADO...

- Qué puta piensa?. Que me va a engañar, y yo aquí embarazado le haré la cena como su estúpida esposa..? - caminaba de una lado a otro de la sala como animal enjaulado y pateando cuanta cosa se le metiera en el camino... el almohadón, una revista, una lata, Heero, Nijan...

- HEERO!. - gritó compungido al percatarse que había prendido una patada al rollizo bull dog de Nijan.

Fue corriendo a tomarlo entre sus brazos. Por fortuna el animal estaba bien, toda la grasa extra lo protegió...

- Gracias por tu preocupación o.ó ... - gruño entrecortadamente Nijan, tratando de ponerse de pie a duras penas.

- Pobre Hee-chan, lo siento mucho pequño saco de grasa... Si, papá Duo lo lamenta mucho, pensó que eras otro almohadón... - luego miró a Nijan con expresión indignada. - Nadie te manda estar tirada en el suelo u.u...

Nijan estaba acostada en el suelo en posisicón fetal, sepa alguien por qué rayos, y Heero (el perro) le estaba haciendo compañía sentado a su lado y rascándose las pulgas, cuando un Duo enfurecido y con la mente nublada llegó y les prendió a ambos reverenda patada.

- Hee-chan estar bien?. Heero-kun necesitar ir al médico?. - le preguntó al perro que colgaba de sus brazos como un saco de papas y cara de aburrición.

- Por que tanto griterío hace un rato?. Me sacaste de mi... este... meditación ¬¬

- Así le llamas ahora? ¬¬

Nijan se levantó como pudo con pésima coordinación y se dejó caer acostada en el sofá, mirando el techo con expresión ausente. Duo rodó los ojos.

- Ay, pequeña prostituta descarriada. Me gustaría ver que arreglaras tu vida, sabes?.

Nijan parecía muerta con la vista fija en el techo, aparentemente muy interesada en los chimpancés azules que estaban volando por allá. Cuando habló, su voz sonó como la de la nena del "Exorcista".

- No sucederá. - a Duo le recorrió un escalofrío. Qué se metía esa loca? - Tonces?. Mi gay hermano está excavando en otro agujero o qué?.

- AYYYY!. NIJAAAAN!. Qué boca, cielos!. Ni pareces una chica... Hablas como Heero. - hizo un pausa para dejarse caer en el sofá a lado de Nijan.

- Oye!. Yo vine primera... quítate!.

- No seas malita!. Mira que estoy todo compungido porque el hijo de puta de tu hermano me engaña... T.T - confesó un Duito con cascaditas en los ojos, verdaderamente deprimido.

No entendía por qué le dolía tanto la traición de Heero, si de todos modos lo de ellos tampoco era nada "formal". Solo la pasaban bien juntos, nada mas.

Nijan lo miró con los ojos vacíos unos instantes.

Profundo silencio...

tic, tac

tic, tac

- Hn - fue su grandísima respuesta luego de un larguísimo silencio. Duo levantó la vista y la miró con sospecha, enarcando una ceja tal cual Heero solía hacerlo a veces con él.

- Tu sabes algo... Dímelo!.

La chica abrió mucho los ojos cobalto fingiendo sorpresa.

- Yo?. Nada!.

- Ale, bruja, escúpelo!.

- Silencio perra!. No sé de qué coños me hablas...

- Te conozco de cabo a rabo y te he visto desnuda (pero... quién no?). El punto es que te conozco y sé que escondes algo!. Habla antes de que te saque la verdad a golpes!. - amenazó lanzándose sobre ella y poniendo ambas manos sobre su cuello.

- Basta!. Ya te dije que no sé nada!.

- Ah, no?. - dijo Duo con un brillito demencial en sus ojitos violetas antes de comenzar a apretarle el cuello hasta que Nijan comenzó a patalear y ponerse roja. - Anda, habla!. - le gritó mientras su víctima trataba de alejar sus opresoras manos de su cuello con todas sus fuerzas.

Duo la vió ponerse desde un tono rojo... bordó... violeta... hasta un lila intenso. Comenzó a preguntarse si no se le estaba yendo la mano con el interrogatorio, así que aflojó un poco la presión. Nijan dió una profunda aspirada de aire y comenzó a toser.

Duo la miró...

Después de todo, solo era Nijan, así que no importaba, y le volvió a apretar el cuello con todas sus fuerzas hasta que la pobre no aguantó mas y gritó:

- Esta bien, imbécíl, basta!. Te lo diré, quítate, maldito demente!.

Duito muy obediente y sonriente se bajó de encima de la chica y se sentó a un lado del sofá mientras esperaba que recobrara el aire.

- HABLA!. - apremió impaciente. Nijan le dedicó una mirada fulminante mientras su pecho subía y bajaba con celeridad. Duo levantó las manos amenazando con volver a ahorcarla...

- Bueno, bueno... Hijo de puta... No te lo quería decir... Pero tienes razón. - soltó de una vez con cierto pesar. - Heero te engaña. No me lo dijo, pero yo lo vi follando con una rubia en la cocina cuando tu estabas en el trabajo...

Duo sintió que el mundo se le venía abajo. Aunque ya sospechaba lo que Nijan le había dicho, esperaba que solo fuesen alucinaciones suyas, que Heero se burlase de él y lo llamase "Duo baka" y luego lo abrazase para después hacer el amor como animales.

Al menos eso explicaba su extraño comportamiento los últimos días. Las demostraciones de afecto por culpabilidad, la horas extras de trabajo y la reciente mentira respecto a estar solo en la oficina. Era claro que lo estaba engañando.

Pero... a él que rayos le importaba si Heero le engañaba?. Después de todo, lo suyo no era nada serio... Ni siquiera era oficial... Era tan solo un experimento que iniciaron una noche en la que ambos estaban solos y MUUUUUY aburridos.

"Damn it!", maldijo mentalmente al percatarse de algo que hacía tiempo sentía: "I love that idiot!"

- DAMN IT!. - rugió antes de salir hecho una tempestad, escupiendo fuego y con unas terribles ganas de hacer a Heero pagar... Como le gustaría dar unos buenos golpes a esa carita linda... ahorcarlo con sus propias manos y que le ruegue perdón... humillarlo y hacer que se arrastre por él... hacerle el amor hasta que... Ups, no, eso no... Bueno, tal vez podría violarlo... ya lo vería mas tarde...

oOo

Cuando Heero entró al departamento (si balear la puerta, ya se estaba civilizando...) lo recibió un silencio sepulcral...

Frunció el ceño, dejó sus cosas en la sala y caminó lentamente hasta la cocina. Era muy raro no encontrar a Duo y Nijan tirados viendo la tele, o en la cocina haciendo algún perjuicio a su hermoso, lujoso, carísimo, elegantísimo, bellísimo, bla, bla, bla... departamento.

Con una mano sobre la magnun que llevaba en los pantalones (N/A: Me refiero al arma... al arma que usa para matar... al arma que dispara... eh... ya me entienden, el arma que compró, no a la que vino incluída con su bonito pellejo) caminó sigilosamente hasta su habitación y empujó lentamente la puerta para encontrarse con una escena bastante curiosa:

- DUO!. Que demonios crees que haces?. - le preguntó con el ceño fruncido al ver a Duito frente al closet sacando toda su ropa... osea, SU ropa, la de Heero.

Duo lo miró con una cándida sonrisa... Pero curiosamente Heero pudo percibir algo turbio detrás de ese bello gesto que lo volvía loco. El chico de ojos violetas pasó por su lado como si nada, cargando en los brazos un montón de camisas, pantalones y demás prendas de su amante.

Heero lo siguió con curiosidad para ver que rayos hacía el muy tarado de su compañero. Lo siguó hasta el balcón del departamento en donde se encontraba la parrilla eléctrica solo para encontrase con la sopresa de que la misma ya estaba encendida... y ardía un fuerte fuego... EN EL QUE SE CONSUMIA TODA SU ROPA!.

Ah... Y de paso se asaba un buen trozo de carne.

A Heero comenzó a palpitarle peligrosamente esa venita en la frente... Sip, la misma que indica que muy pronto se hallará un cadáver en sus cercanías...

- Duo... - siseó, tratando de mantener la calma, apretando los puños con todas sus fuerzas para no saltar sobre el bonito pellejo de su amante y destrozarlo... y no en el buen sentido de la palabra (N/A: Sexualmente, eso es). - Que rayos piensas que estás haciendo?.

Duo lo mira inocentemente, con esa carita que taaantas veces le puso después de mandarse una reverenda cagada, y le replicó con toda naturalidad:

- Te preparo la cena, mi amor... - lo último dicho con GRAN sarcasmo. - Es tu favorito, carne asada. - le volvió a sonreír con primor.

A Heero comenzó a aparecerle el tic nervioso en el ojo...

Sip, muy pronto habría un cadáver...

Los puños se le pusieron blancos de tanto apretarlos, su respiraciónse aceleraba y comenzaba a sudar. Ciertamente luchaba con todo su ser contra la imperante necesidad de retorcerle el cuello al poco coherente de su novio. Haciendo acopio de lo último de voluntad que le quedaba, trató de hablar con una calma fatídica...

- Y tienes que usar mi ropa para eso...?

Duo apartó la mirada del fuego y lo miró furioso antes de aventarle unas prendas a la cara.

- Eso es para que pienses dos veces antes de MENTIRME, cabrón!.

Silencio sepulcral

Heero luchando contra su demonio interno...

Heero perdiendo contra su demonio interno...

Heero saltando sobre el cuello de Duo para matarlo...

En fin, nada fuera de lo común en una de sus peleas.

Ambos rodando por el suelo, forcejeos, malas palabras, maldiciones, insultos, amenazas de muerte...

Y Heero comenzando a exitarse.

- Maldito bastardo!. Te odio!. Eres un imbécil!.

- Cállate Duo, o juro por Dios que te mato!.

- Como si pudieras, INCAPAZ!. - le gritó Duo antes de liberarse de las poderosas manos de Heero para lograr levantarse y salir corriendo luego de prenderle una contundente patada a Heero en la cara.

Duo corrió a dentro del departamento y fue hacia la sala. Heero no tardó en recuperarse y acorralarlo a lado del sofá, resoplando fuego y con los ojos brillando de ira.

- DUO!. Quédate quieto y te pometo que no te castigaré... demasiado. Pero si sigues corriendo, no tendré misericordia contigo.

- Púdrete, hijo de perra!. - le gritó desde el otro lado del sofá, viendo con cierto temor como la vena en la frente de Heero se hacía cada vez mas notoria.

Duo no era ningún tonto, como todo buen soldado sabía cuando era momento de emprender una honorífica retirada del campo de batalla, para lo que se giró y corrió hacia la puerta... Pero Heero con su agilidad "gatuna" saltó por encima del sofá y lo atrapó por las piernas llevándoselo al suelo junto con él.

Presionó a Duo contra el suelo, se le subió encima y luchó unos momentos por apresar las muñecas de trenzado por encima de su cabeza, pero el chico daba buena pelea y tenía bastante fuerza, lo que hacía todo eso mas divertido para la retorcida mente de Heero, que a esas alturas ya estaba MUY exitado, casi tanto como foribundo.

- Ayyyyy!. BESTIA!. - le espetó Duo una vez que Heero apresó sus muñecas y las presionaba con saña y una pequeña sonrisa ladina sobre sus labios. - Me lastimas, idiota!. Y DEJA DE SONREIR, hijo de puts!. - le gritó sin parar de forcejear, pero Heero ya lo tenía por completo inmovilizado. - Lo estás disfrutando, no!. - le gritó con furia en el rostro sonrojado por el esfuerzo.

- Si... Me trae muchos recuerdos... - admitió sin dejar de sonreír.

- You´re sick!. Quítate, me estas haciendo daño, animal!.

- Quédate quieto y no te dolerá. - le dijo con suma tranquilidad, para lo que el trenzado hizo caso omiso y siguió luchando un buen rato hasta agotar sus energías y sentirse rendido. - Ya te comportarás?. - le preguntó cuando sintió que Duo dejó de retorcerse bajo él. El trenzado lo miró con furia, respirando agitadamente.

- Fuck you!.

Heero lo calló estampandole un furioso beso en los labios hasta hacerle doler, succioando con fuerza el labio inferior. Duo comenzó a retorcerse de nuevo para tratar de liberarse del contacto, entonces Heero le mordió el labio, sacándole sangre.

- Para que cuides tus modales, niña. - le dijo Heero con burlón para hacerlo enfurecer.

Los ojos del trenzado centellearon con furor antes de intentar levantar los brazos para borrar esa sonrisa engreída de su rostro y hacerle comer un buen puñetazo. Pero Heero aún tenía muchas fuerzas y él ya se encontraba agotado. Se rindió una vez mas, tratando de relajar su cuerpo y recobrar el aire que Heero le sacaba al estar sobre él.

- Así me gusta. - sonrió. - Ahora me dirás que demonios te anda pasando.

Duo lo miró a los ojos furioso unos instantes antes de comenzar a forcejear de nuevo, pero esta vez sí consiguió liberarse del agarre de Heero. Pero su compañero reaccionó más rápido y antes de que Duo pudiese sentarse, le propinó un golpe en la mejilla que lo aturdió y lo obligó a recostarse de nuevo.

- Qué te dije?. - la voz profunda de Heero retumbó en el departamento. Frunció el ceño. - Habla. - demandó con calma. Duo permaneció quieto con el rostro de costado, sin mirarlo unos instantes antes de clavar sus ojos violetas en los suyos con ira.

- I told you to fack you!.

Heero apresó ambas muñecas con una sola mano ya que Duo estaba exhausto y lo tomó de los cabellos para obligarlo a mirarlo sin apartar sus ojos. Acercó sus rostros hasta que quedaron a escasos centímetros, sus respiraciones calientes se chocaban. Heero sentía todo el cuerpo debajo del suyo tenso, caliente y acabado.

- Duo... Te lo preguntaré una vez más... - le susurró. Las pupilas de los ojos violeta se dilataron, pero su dueño no pareció inmutarse. - Si no me contestas, te haré cosas que ni te imaginas... Y recuerda que yo sé mucho de dolor, me entrenaron para torturar. - Duo permanecía impávido ante la amenaza, pero sus ojos centelleaban con furia e impotencia. Heero aprovechaba para gozar el hecho de haberlo sometido. Eso no solía pasar muy seguido puesto que Duo era muy hábil. - Duo... Por qué quemaste toda mi ropa?.

Los labios del interpelado permanecieron cellados. Heero estiró de sus cabellos con fuerza hasta sacar un gemido ahogado de su dueño. Duo apretó los labios ensangrentados y lentamente se asomó una bella sonrisa que hizo parpadear a Heero de desoncierto.

- Lo hice... porque... - comenzó a hablar con sosiego y énfasis. - ... eres un hijo de puta y juro que apenas pueda TE MATOOOO!. Arg, TE ODIO, me oyes?.

Fue callado por otro golpe de parte de Heero, que impactó de lleno en su mejilla. Lo hizo sin pensarlo, por puro impulso al ver el odio en esos ojos violetas, y no lo soportó, quería callarlo. Sintió una punzada de culpa cuando vió que Duo escupió sangre a un costado y luego lo miró con rencor.

Je, je. Los golpes de Heero no le dolían tanto como su traición... Como el hecho de no ser correspondido por él en sus sentimientos. Pero JAMAS le diría eso. Prefiría mil veces los golpes antes que eso; después de todo, era un soldado. Ya lo habían torturado antes.

Al ver el labio roto de Duo y la mejilla roja tuvo que admitir que se le estaba yendo un poco la mano en la exitación del momento... Pero no podía negar que le encantaba tenerlo así domado.

Lo volvió a jalar del cabello para obligarlo a verlo, pero esta vez no tan violentamente. Lo miró a los ojos largamente, ignorando el brillo de furor y rencor en ellos, y posó sus labios sobre los de él con suavidad.

- Duo, por qué estás tan molesto?. - le preguntó con suavidad. Duo desvió el rostro indignado y avergonzado. Tenía ganas de gritarle que lo sabía todo, y que se fuese al diablo; pero su orgullo no se lo permitía.

- Déjame en paz... - fue todo lo que atinó a decir, tratando de contener las lágrimas al oír a Heero hablarle con suavidad, como si fuesen una pareja normal y no dos desequilibrados.

- Habla.

- Vete al infierno!. - le gritó intentando poner sus manos sobre su cuello, pero Heero solto su cabello y nuevamente apresó sus muñecas con ambas manos.

No pudo evitar reír a ver la furia del trenzado, lo que solo logró enfurecerlo mas y provocar que empezara a forcejear de nuevo.

- Ya basta, Duo. Tienes tanta fuerza como una niña. - se burló. Duo se encendió.

- MALDITO BASTARDO!. Te mataré por infeliz!. Sabes, idiota?. Si querías acostarte con otras personas solo debías decírmelo... Tal vez hasta podíamos haber hecho un trío... Pero ahora tú te lo pierdes, cabrón de mierda...!

- Piensas que te estoy engañando?. - le preguntó incrédulo Heero, parpadeando desconcertado.

Una leve sonrisa se asomó en sus labios. Ahora todo cobraba sentido.

- No lo creo... LO SE!. - aseguró con toda convicción el trenzado. - Trabajas hasta tarde, me dices que estás solo en la oficina cuando estás con una mujer y luego vienes todo cariñoso para tratar de calmar tu culpabilidad... - le comenzó a decir cada vez mas furioso a medida que se descargaba.

- Todo ésto es porque crees que te engaño?. - preguntó de nuevo, incrédulo. Al ver la genuina expresión de enojo en el rostro de Duo, sonrió aún más. Estaba claro que estaba celoso. - Duo baka. - le dijo serio. - Te amo. - le confesó antes de besarlo en los labios y tomarlo por sorpresa. Duo no podía creer lo que sucedía y comenzó a manotear para liberarse del contacto.

- Qué rayos te pasa?. Crees que soy idiota?. - le preguntó indignado, pero ansiando que las palabras dichas hace unos instantes por Heero fuesen sinceras.

- SI. - replicó el otro muy serio y con suficiencia. - Y también creo que eres una niñita llorona...

- HIJO DE PUTS...! - le gritó tratando de alcanzar su cuello, pero el otro lo represó y lo interrumpió:

- Pero también creo que eres único, y te quiero conmigo. Te amo. - lo volvió a besar para luego explicarle todo: - Estoy trabajando horas extras porque me dieron un acenso en el trabajo y me transladaron a la Tierra, pero también ganaré mucho mas que ahora. La mujer que oíste en el teléfono era de Bienes Raíces. Estabamos concretando un contrato para una casa cerca el mar, como te gusta. Quería que todo fuese una sorpresa.

Y vaya que lo fue. Duo lo miraba con los ojos muy abiertos, y muy quietecito. Pero aún así no entendía que tenía todo eso que ver con él.

- Y a mi que rayos me importa?. - le preguntó con el ceño fruncido. Heero liberó sus muñecas y lo tomó del rostro para volever a besarlo, pero esta vez con profundidad, hasta quedarse sin aire.

- Quiero que vengas conmigo a la Tierra y que vivamos juntos... oficialmente, no como ahora, que solo te comes toda mi comida y me usas toda el agua caliente.

Duo lo miró sorprendido un buen rato, procesando todo lo que acababa de oír. Heero lo miraba muy serio, tan serio como la muerte. No le estaba tomando el pelo.

- Pero aún así me seguiré comiendo toda tu comida y usándote toda el agua caliente... - le dedicó una sonrisa resplandeciente y Heero se la devolvió.

Una vez mas sus labios se juntaron y sus manos comenzaron a deslizarse por el cuerpo del otro...

- Nijan me las va a pagar... - murmuró Duo entre beso y beso. - Bruja ¬¬

- Que dices?. - le preguntó el otro que se encontraba ahora besándole el vientre.

- Nijan me dijo que te vió con una rubia teniendo relaciones en la cocina.

- Nijan es una loca. - bufó mientras le desabotonaba los pantalones. - De casualidad trataste de sacárselo a la fuerza?.

- Si por "a la fuerza" quieres decir que la estrangulé hasta casi matarla... Quizás 9.9

- Nadie le saca nada a la fuerza a Nijan, para que lo sepas. - le informó para luego continuar con su labor mientras Duo lo observaba. - Ella ya sabía de la sopresa y me prometió que no te diría nada. - le aclaró, comenzando a sacarle los pantalones.

- Y la loca viene también con nosotros, verdad? ñ.ñ

- Me temo que si -.-U Pero no me lo recuerdes TwT