Notas de la autora: Je, je. Tenía planeado realizar un lemon sado-masoquista para este capítulo... Y lo hice, solo que me emocioné porque era el primero y se me fue la mano, así que tuve que eliminarlo de este cap porque era muy intenso... Casi hentai, (o COMPLETAMENTE HENTAI) y no quería ofender a algunos lectores del fic que me hacen tan feliz al seguirlo! n.n

Pero para los interesados, subiré la escena inédita como un fic a parte... Y prepárense...

Muchas gracias a los que siguen leyendo y dejando reviews!.

Forfirith-Greenleaf: Que suerte que te guste Nijan!. Me hace sentir orgullosa... En cuanto a si Heero y Duo se quedan juntos, lo verás en este capi, muajajajaja!. Gracias por leer mis fics!.

Shanty: Me alegra que le prestes tanta atención a la historia! N.n Bueno, Wufei y family aparecerán al final... Pero dudo que Wuwu sea capáz de domar a la loca de Nijan... Y sip, Heero es un bandido, pero como dices, Duo le dará su merecido... Y luego Heero dará su merecido a Duo -sonrisa HENTAI- Ya verás. Recién en el cap siete aparecerá Trowa reconciliado con Q-lindo. Y gracias por hacer preguntas!.

Yaeka: Uf!. Que susto... Por un momento pensé que te referías a mí al decir "maldita perra" (cosa que soy, je, je). Pus dime si tú no lucharías como Relena para volver a tener a semejante bombón de novio?. Y si, Heero cometió el error de ir a verla sin decirle nada a su dueño (AKA: Duo). Pero tranqui, que el trenzado le enseñará a respetarlo...

Xin godess of the death: Eu!. Tu fic está genial!. Pobre Duito TwT No seas muy malita con él!. OYE: Tu adivinas todos mis planes para el fic! O.ó Tienes poderes especiales a parte de quemar sanwiches?.

Juny Tao: Sis, lo prometido es deuda. Te hice el RAPE, ya lo leíste... Lo subiré para ti en otro fic exclusivo llamado "Escenas Inéditas" porque creo que ya era demasiado para este fic. Gracias por dejar reviews siempre!.

La cuñada de Duo

By Nadesiko Takase

Capítulo seis:

"Secuestro improvisado"

Después del sorpresivo encuentro que tuvo con Duo y sus pijamas de corazones en el parque, Heero decidió tomarse su tiempo antes de volver a la casa. Permaneció a solas meditando y recorriendo la ciudad hasta que finalmente se le apeteció volver y enfrentar el berrinche del trenzado luego de pasar por su restaurant favorito y comprar comida para llevar, porque de seguro el muy baka se negaría a cocinar y tanto él como Nijan eran un desastre en la cocina.

Para su desconcierto, al entrar a la casa no oyó ni griterío, ni berreadas, lo que le extrañó bastante. Se quitó los zapatos en la entrada, sin haber perdido la costumbre japonesa.

Frunció levemente el ceño y dejó la comida en la cocina antes de pasar por la sala y luego dirigirse al cuarto que compartía con el trenzado. Grande fue la sorpresa que se llevó al encontrarlo con su maleta abierta sobre la cama y aventando todas sus pertenencias dentro.

- ¿Qué haces, Duo?. - interrogó con cierto cansancio en la voz ante la idea de tener que lidiar con otras de las escenitas histéricas de su novio.

- ¿Qué te parece que estoy haciendo, Heero?. - le replicó bastante molesto Duo, sin dejar de aventar sus cosas dentro de la maleta. - ¡Te estoy abandonando!.

- Duo, no seas dramático. - le pidió el otro, sin tomarlo en serio. Se quitó el abrigo y lo dejó sobre la cama, sin prestar demasiada importancia a la furia del ternzado.

- ¡Cállate Heero!. No estoy de humor para tus condencendencias... Estoy harto de que me trates de esta forma.

- ¿De qué forma?. - exclamó sorprendido, con los ojos muy abiertos.

Duo soltó un suspiro y negó con la cabeza con una mezcla de cansancio y resignación mientras cerraba la maleta. Fue entonces que Heero se percató que no era otra de las escenas de Duo y trató de detenerlo apoderándose con suavidad de su muñeca para evitar que siguiera con lo que tenía planedo. El otro lo miró con el ceño fruncido.

- ¿Por qué estás tan molesto?.

Duo parpadeó varias veces, como si no pudiese creer que le estuviese preguntando aquello. Se liberó de su agarre.

- ¡¡Por todo!. ¡Ush!. No puedo creer que seas tan egoísta que ni siquiera te das cuanta de que está mal lo que hiciste. - hizo una pausa mientras lo miró a los ojos. Pero la expresión completamente desligada de Heero le hizo rodar los ojos, perdiendo la pasiencia. - Primero te encuentras a escondidas con Relena y no me dices nada, a pesar de saber como me siento respecto a que estés con ella...

- No vayas por ese lado que tú tampoco hiciste bien al seguirme y espiarme, Duo. - le reprochó con frialdad, claramente comenzando a molestarse.

- ¿Quieres decir que debí ser un baka bueno y quedarme en casa, así nunca me enteraría de que me mentiste?. ¡Cuando te pregunté si setías algo por Relena o si tuviste algo con ella, me miraste a los ojos y me dijiste que NO!. ¡Eres un maldito mentiroso!. ¿Cómo rayos se supone que pueda confiar en tí cuando me mientes sin si quiera parpadear?.

- Lo mío con Relena no es de tu incumbencia, quedó en el pasado. - fue la tajante respuesta que recibió, incrementando así el dolor que sentía debido a la actitud desinteresada de Heero hacia sus sentimientos y las mentiras dichas en el pasado.

- Vete al Infierno... - siseó el trenzado, a punto de perder el poco dominio que le quedaba. Su cuerpo se debatía entre ponerse a llorar o lanzarse al cuello de Heero para estrangularlo... o hacer ambos. Tomó nuevamente sus maletas con prisa y salió del cuarto, seguido de cerca por Heero.

- ¡No hemos teminado!. - alzó la voz. - No huyas antes de tiempo.

- A mí no me das órdenes. - le gritó, volteándose rápidamente para plantarle cara. - Claramente no quieres abandonar tu papel de soldado perfecto y así no hablaré contigo.

- ¿Y que quieres que haga?. - inquirió el otro, cambiando de actitud en un abrir y cerrar de ojos, suavizando un poco el tono de voz, pero sin abandonar esa expresión de irritabilidad.

- ¡Dime por qué me mentiste!. ¡Dime si aún la amas!. - internamente hizo un gran esfuerzo para no imprimir en su voz la enorme tristeza que sólo la idea de aquello le provocaba. - ¡Dime si quieres volver con ella y yo me iré!. Ni siquiera te pido que te disculpes por haberte encontrado con Relena a mis espaldas o por haberme mentido...

Sus palabras se apagaron súbitamente debido al desgaste emocional que todo eso le provocaba.Y lo peor era que Heero permanecía inmutable.

Cuando el soldado perfecto habló, lo hizo con ese tono impersonal que siempre lo había caracterizado, pero las facciones de su rostro se habían suavizado, enternecido por las lágrimas del chico.

- Mi relación con Relena siempre se mantuvo en secreto... No necesito explicarte todas la razones que teníamos para desearlo así... Y cuando terminamos fue muy doloroso para ambos y acordamos no hablar de eso con nadie...

Duo bajó la cabeza intentado ocultar su turbación y tristeza ante aquellas palabras que demostraban claramente lo grande de los sentimientos de su novio hacia aquella chica. Apretó los puños con fuerza en un intento por reunir fuerzas para continuar con esa conversación sin mandar su dignidad por la ventana.

- ¿Tanto la amaste?.- la pregunta se deslizó fuera de sus labios sin que siquiera se percatara.

- Si... - susurró en respuesta el otro. Duo apretó los ojos intentando contener las lágrimas que comenzaban a formase ardientes en sus ojos.

- Ya. - soltó casi inaudible, asintiendo con la cabeza lentamente. Permaneció inmutable unos instantes, sopesando su situación para luego dar media vuleta con intenciones de marcharse, pero fue detenido una vez más por Heero, que lo tomaba del hombro obligándolo a mirarlo.

- No puedes castigarme por haber amado a otra persona mucho antes de lo nuesto. - le dijo con firmeza.

- No quiero castigarte, Heero. - murmuró Duo, sintiéndose súbitamente exahusto. - Nada mas que todas tus traiciones juntas duelen... Y yo nunca me habría enterado y seguiría siendo el baka de siempre al que se le ilumina la vida al verte...

Antes aquellas palabras tan desganadas del trenzado, pero no por ello menos sinceras, Heero sintió una fuerte punzada de culpabilidad.

- Desde que me lo dijiste aquel día, me he preguntado cómo puedes amarme... Y ahora me doy cuanta de que realmente no lo haces. Todo ésto es una farsa...

- Duo... - trató de hacerlo entrar en razón, pero el chico no lo dejó hablar.

- Ni siquiera le respondiste... - Heero lo miró interrogante. Duo clavó sus grandes orbes violetas en él. - Cuando Relena te preguntó si volverías con ella, ni siquiera le respondiste. - una sola lágrima se deslizó por su mejilla. - ¿Es que necesitas meditarlo seriamente?. - le preguntó, sintiendo como su rabia y dolor resurgían al recordar la conversación que había oído.

Heero solo guardó silencio.

- Pues ahora tendrás el tiempo del mundo. - sentenció fríamente tomando de nuevo sus maletas.

- No tiene caso armar una tormenta por ésto, Duo. - trató de hacerlo entrar en razón, sin obtener resultados satisfactorios, pues tan solo logró incrementar la incomodidad de su pareja. - Todo quedó en el pasado, no afecta lo que somos.

- Cuando tu pasado viene a hacerte invitaciones tentadoras a las que tu no te niegas, ¡SI NOS AFECTA!. - le gritó, perdiendo finalmente el decoro que había luchado por mantener. - ¡Y no quieras hacerme sentir culpable cuando eres tú el que tiene dudas respecto a lo nuestro!. Nada mas te facilito la decisión: Ahora puedes ir con la Ministra de Relaciones Exterirores para que te tenga como uno más de sus trofeos. - hizo una pausa respirando agitado, viendo como sus palabras surtían efecto en Heero, que se mostraba claramente contrariado. - Yo vivía bien antes de tí y seguiré haciéndolo después...

Cuando Heero salió de sus cavilaciones no oyó mas que el sonido de la puerta del frente siendo azotada con fuerza. Luego, silencio...

Silencio...

Silencio...

Pero oye el sonido de la llave contra la cerradura...

La puerta abrirse...

Luego...

- Duo... - profirió el de ojos cobalto, mirándolo desconcertado. Duo sonrió tontamente.

- Es que me olvidé de mi chaqueta, je, je.

Una gruesa gota resbaló por la frente del ex soldado perfecto al ver como Duo tomaba su abrigo como si nada.

- Ahora así... - la mirada de Duo se volvió amenazante nuevamente y apuñaló a Hee-chan con los ojos antes de volver a salir azotando la puerta aún con mayor fuerza que la primera vez, haciendo temblar la construcción.

Heero soltó un suspiro.

oOo

Sirena no desistía de sus artimañas. No perdía la oportunidad de sobar ciertas partes de la anatomía del árabe que Alá había creado única y exclusivamente para ser sobadas y/o manipuladas por Tro-chan.

Se encontraban todos en la mesa, tratando de llevar un almuerzo tranquilo luego del incidente en el cual Sirena trató de violarse al árabe, quién ahora la miraba con suspicacia; mirada que la mujer interpretaba como: "Que pena que no me pudiste atar a la cama y darme con el látigo toda la noche", o algo cercano.

Un nuevo berrinche armado por los niños interrumpió el irrefrenable recorrido de una mano femenina hacia la entrepierna de nuestro inocente Q-chan.

"Uy, gracias a Alá -.-U ", pensó aliviado viendo como dos de sus sobrinos, Mud y Rafat entraban al comedor, pataleando y gritando cosas incompresibles en una mezcla de árabe con inglés. Pero en lugar de correr hacia sus respectivas madres, corrieron hacia el tío Quatre para que los ayudase a resolver su disputa.

- Mud dice que su papá es mas juerte que mío papá... - gimoteó Rafat, frotándose los ojos con lágrimas. - Tonces le pegué. - finalizó con una sonrisa triunfadora.

Quatre observó la impresión de una mano roja en el cachete del otro niño y soltó un suspiro, para luego pegar un brinco disimulado al sentir el pie de Sirena subir con caricias incitadoras por su pierna lentamente. Quatre abrió los ojos con sorpresa y le lanzó una mirada incómoda a la mujer, que ni se dio por enterada.

- ¡Ejem!. Niños, no está bien resolver las cosas por medio de la violencia, nosotros somos una familia pacifista... - los reprendió el rubio con suavidad, haciendo un esfuerzo sobre humano por no saltar en su asiento cuando sintió el pie de Sirena en su muslo interno.

"Trowaaaaaa... TwT"

- Ahora hagan las paces... - les pidió, para luego aclararse la garganta con incomodidad y removerse inquieto en un infructífero intento por detener esa pezuña exploradora que tenía encima de su cuerpecito.

Rafat se acercó obediente a su primo para cumplir con la orden del tío, plantándole a su primo más pequeño un inocente beso en los labios que escandalizó a todos los presentes (N/A: Recuerden que vienen de una sociedad machista...)

- ¡Rafat!. Niño, pero ¿qué es eso?. - le preguntó entre ofuscada y avergonzada su madre, poniéndose de pie y tomando a su hijo del brazo.

Quatre sintió enrojecerse hasta las orejas. No solo por las atrevidas caricias de Sirena, sino porque tenía una leve sospecha de dónde el niño había imitado aquello.

- Tío Quatre besa así al Tío Tota cuando está molesto. - replicó con total inocencia el pequeño, señalando a su tío con el dedo, el cual, en ese momento, pegó un brinco fuera de su silla al sentir como Sirena alcanzaba cierta zona erógena.

Toda la mesa lo miró expectante viendo como se ponía rojo hasta las orejas.

- ¿Quatre?. - apremió Irea, mirándolo extrañada. Quatre se removió incómodo para luego aclararse la garganta.

- ¡Ejem!. Rafat no tiene culpa de nada... Solo está imitando lo que me vio hacer...

Todas: (O).(O)

+ ¡BAM+

Imaginarse el sonido de diez y seis mujeres cayendo de espaldas por la impresión.

+ ¡Din - Don! +

El siempre oportuno sonido del timbre, al cual Quatre se sintió mas que feliz de acudir. Al abrir la puerta se encuentra con el trenzado que traía consigo una maleta y una expresión menos que alegre.

- ¡Q-man!. ¡Nunca creerás lo que pasó!.

Quatre tan solo sonrió.

Si él le contara a Duo lo que acababa de pasar...

oOo

- Heero no baka... - soltó Nijan, luego de aventarle una pelota de goma a la cabeza por décima vez. Su hermano le lanzó una mirada equivalente a diez puñaladas. - ¿Por qué dejaste al trenzado irse?. ¿Crees que encontrarás alguien que garche mejor?. Pus ¡NO! ¬¬

Heero ignoró por completo el comentario de su hermana mientras continuaba haciendo el almuerzo con ella sentada sobre el mármol de la cocina y haciendo rebotar la condenada pelotita de goma en su cabeza.

Habían pasado dos días desde que el trenzado se marchó y él lo extrañaba horrores. El hecho de no poder establecer contacto incrementaba mas su añoranza hasta hacer que sintiese comezón en todo el cuerpo a causa de la maldita ansiedad.

¿Duo también lo extrañaría?. Una semi sonrisa apareció en su rostro. Claro que lo extrañaría. El trenzado no vivía sin él.

- ¡Heero!. ¡Estoy harta de comer la mierda que cocinas!. Vé a lo de Quatre, te coges (N/A: En la zona del Río de la Plata "coger" NO significa "agarrar", sino "follar" o "copular". Aclaración, nada mas u.u) al trenzado un par de veces y todos comeremos y garcharemos felices y contentos, ¿no?.

Heero pretendía no haberla escuchado, pero no le negaría la gran ayuda que su hermanita pervertida le había brindado. Al menos ahora sabía dónde se había metido su baka e iría a buscarlo esa misma tarde.

¿Y si no quería volver?. Pus se lo violaba... No tenía nada que ver, pero al menos se quitaría las ganas. ¿Y si aún así se negaba?. Pus se lo violaba de nuevo. Eso le enseñaría a no abandonarlo...

- Heero, te sangra la nariz. - zumbó Nijan, mirándolo mordáz llevarse una servilleta a la nariz para detener la hemorragia.

- ¿Qué miras, morbosa?. - gruñó su hermano.

- A mí no me engañas... Conozco esa mirada... ¡Planeas violarte al trenzado! 0 ¡Oh My God!. - Nijan comenzó a patalear emocionada con lagrimones en los ojos mientras que a Heero le escurría una gruesa gota en la frente.

"¿Por qué a miiiiiii? ToT"

- Te ayudo a preparar una "Operación Comando", ¿qué dices?. - Nijan bajó de un salto del mármol para encarar a su hermano. - Yo neutralizo a la pandilla de hermanas frenéticas y sobreprotectoras y tu mientras te garchas al trenzado... Luego yo me garcho a Quatre y Trowa mira, luego Trowa se garcha a Quatre y yo a Duito y tú miras, y luego Duito se garcha a Quatre...

- ¡Silencio!. - le espetó Heero, frotándose las sienes, sintiendo avecinarese un terrible dolor de cabeza, de esos que solo Nijan podía darle. - Nadie se garchará a nadie...- espetó terminante - Excepto yo a Duo... Violenta y reiteradas veces... - achicó los ojos en una expresión que provocó un arqueamiento de cejas en su lujuriosa hermana.

- Ok, voy por mi video cámara y nos vamos a buscar a Duo...

Antes de que Nijan tuviese la oportunidad de moverse, Heero le había dado un tremendo zape que le movió las pocas neuronas productivas que le quedaban.

- Tu no vienes... Iré solo.

- ¡Heeeeeeeeeeeeroooooooooooooo! TwT - protestó enérgicamente, sobándose el marote y con todas las intenciones de iniciar apocalíptico berrinche si su hermano no le dejaba grabar ese momento para la posteridad... Y para todas las personas que estuviesen dispuestas a pagar una suma accesible de dinero ) - ¡¡Yo me quiero violar a Quatreeeeeeeeeeeeeeeee!.

- ¿Y te piensas que Trowa te dejará?. - preguntó capcioso su hermano, saliendo de la cocina para ir a su cuarto.

- Nop... Pero él estará atado mirando porque después le tocará a él...

+ Hilo de baba +

+ Hemorragia nasal +

Heero ve a su hermana desangrarse debido a su lujuria... Ya sabía que la chica terminaría así.

Heero ve a Nijan caer y golpearse la cabeza.

Heero ve a Nijan quedar inconsciente.

Heero ve a Nijan sufriendo de hipotermina a causa de la pérdida masiva de sangre.

Heero anota: "Llamar al limpiador de alfombras".

Heero sale en busca de su trenzudo.

oOo

- ¿De verdad no tienes problemas con quedarte solo?. - preguntó por milésima vez Quatre con sus maletas hechas y en la puerta de la mansión, esperando la limosima.

- ¡Claro que no!. Ya sabes que tomo confianza con rapidez... - dijo el trenzado, con la mas jovial y alentadoras de sus sonrisas.

Quatre le había contado de los problemas que había tenido con Trowa y como éstos culminaron con la partida del mismo, a lo que Duo replicó estimulándolo a ir en busca de su novio. Después de todo, la peor parte ya había pasado; las hermanas aún estaban en shock y a penas se las sentía por la casa, así que no se opondrían.

- Muchas gracias por todo, Duo. Y puedes quedarte el tiempo que desees. Me encantaría verte por aquí cuando regrese con Trowa. - le dijo con su habitual buena educación. - ¡Pero claro, espero que te reconcilies con Heero mucho antes!.

Duo solo sonrió asintiendo, sin saber muy bien si aquello sucedería en algún futuro cercano. Después de todo, aunque Heero confirmase que estaba enamorado de él y no de Relena, no sabía si podría perdonarlo por haberle mentido y por haber callado cuando ésta le hizo la propuesta de retomar su noviazgo.

- Bueno, Duo, me tengo que ir. - anunció el rubio cuando la limosina blanca paró frente a la mansión. El chico lucía una sonrisa radiante. - Te deseo suerte.

- ¡Gracias Q-man!. Igualmente. Y trata de no cansarte mucho reconciliándote con Trowa, ¿eh?. - le dijo guiñando un ojo de manera sugestiva. El aludido se sonrojó hasta las orejas, murmuró unas palabras de despedida y se fue.

Duo entró a la mansión, sintiéndose súbitamente solo. Se percató que no lo soportaría, así que salió a dar una vuelta por los alrededores, retornando por la tarde.

Cuando volvió a la mansión, trató de reprimir una sonrisa ante las miradas recriminatorias de las hermanas de Quatre. Seguramente pensaban que era uno de los amantes de su hermanito.

Caminó por el pasillo hasta su habitación, sin oír mas sonido que el de sus pasos. Sonrió. No recordaba que la casa de Q-chan fuese tan silenciosa... Sus hermanas estaban verdaderamente afectadas para estar así de silenciosas. Abrió la puerta del que era su cuarto. Las cortinas blancas se movían lúgubremente con el viento que entraba por las ventanas... Definitivamente, tanto silencio se crispaba los nervios.

Se hallaba sumido en sus cavilaciones sin sentido cuando unos brazos fuertes lo apresaron sorpresivamente. Sin tiempo de entender lo que estaba pasando, Duo comenzó a luchar, pero en ningún momento lograba encarar a su atacante, que parecía poseer una preparación silimar a la suya. En su pugna por escapar, Duo recibe un golpe en la cabeza que lo deja atontado y débil a merced de quien estuviese en la habitación con él. Deja caer su cabeza sobre su pecho, semi conciente mientras siente que lo toman de la cintura y lo llevan hasta la cama. Una vez arrojado sobre la misma, finalmente sus ojos violetas logran enfocar con esfuerzo a Heero que lo contemplaba con una mezcla de diversión y deseo en los ojos.

- Hmm... ¿Heero?. ¿Por qué rayos me golpeaste?. - le reprocha con voz entrecortada, sobándose la cabeza con una expresión de padecimiento. Heero se recuesta a su lado y continúa contemplándolo.

- La casa se siente muy vacía sin tí.

Duo no logra procesar del todo aquellas palabras tan llenas de significado, por lo tanto, no logra disfrutarlas plenamente. Suelta un gemido mientras ladea la cabeza tratando de alejar la confusión.

- Dejate de joder... Me tienes harto... - gruñó demostrando su pésima disposición para discutir el tema. Heero exhala con cierto pesar.

- Vuelve conmigo.

Duo clava su mirada en él, luciendo una expresión mezcla de furia y dolor que provocó una punzada en el ex 01, ya que sabía perfectamente que había cometido muchos errores y no había sido justo con él.

Pero se encontraba ahí, haciendo el esfuerzo de ser la persona que Duo necesitaba, finalmente.

- ¿Ya decidiste que quieres estar conmigo y no con Relena?. Vaya, te tomaste tu tiempo... - bufó sarcástico el ojivioleta, tratando de reincorporarse, pero siendo detenido por la mano de Heero, que se apoyaba con firmeza en su pecho impidiéndole realizar su meta. Duo lo miró irritado.

- Nunca tuve que pensarlo... - le aclaró, mirándolo con intensidad. - Te dije que te amo, y no uso las palabras a la ligera. Cuando digo que eres un baka, es porque verdaderamente eres un baka... y cuando digo que te amo, es porque estoy seguro, y nadie, ni Relena, me hará dudar de mis sentimientos por tí. Ni siquiera tú mismo. - Duo tragó con dificultad ante la penetrante mirada del chico y la convicción en los mismos. Su dolor de cabeza y confusión comenzaban a despejar permitiéndole entender lo que sucedía.

- Pero me mentiste... - le recordó Duo, tratando de mantenerse firme con todas las emociones que recorrían su cuerpo... Incluyendo esa que amenazaba con hacerlo saltar sobre el ex piloto del Wing.

- Ya te lo expliqué. No me disculparé por proteger a Relena.

Al oír ese nombre, Duo hizo una mueca de desagrado que a Heero le resultó encantadora. Le gustaba que su Duo fuese celoso y berreara en ataques histéricos tratando de llamar su atención. Le gustaba su carácter jovial y expresivo, le gustaba su nariz, sus labios, su piel, su miem...

- ¿Tenías que mencionarla?. ¿Tenías que encontrarte con ella?. ¿Aún tienes sentimientos hacia Relena?. - los reclamos del trenzado lo sacó de sus divagaciones.

- Si... Si... Y no. - replicó a todas las preguntas con ligereza para luego acercarse a los labios de Duo que habían estado llamándolo hacía tiempo.

- ¡Hablo en serio, Heero!. - le reprendió su desenfado para con el tema, poniendo una mano sobre su pecho firme para mantener la distancia.

- Ya te respondí. ¿Qué más quieres?.

Duo frunció el ceño e infló los cachetes.

- Pues no te creo.

Heero lo observó unos instantes para luego soltar aire con pesadez y reincorporarse. Los ojos de Duo lo miraron sorprendidos.

- Sabía que lo harías todo mas difícil...

Duo no comprendió sus palabras... Pero antes de que pudiese preguntar a qué se refería, Heero lo levantaba de la cama y lo subía a su hombro derecho como saco de papas mientras él comenzaba a patalear.

- ¡Bájame, animal!. ¡Te juro que te mato si no me bajas!.

- Shh, baka. Armas mucho alboroto... Tú no quisiste cooperar, así que lo aremos por la fuerza. - le informó la pasible voz de Heero, comenzando a caminar hacia la puerta sin mayores dificultades.

Pero Duo no era presa fácil. Logró escapar de sus brazos gracias a sus habilidades gatunas y flexibilidad digna de las mejores producciones pornográficas.

Antes de que la pelea continuara, ambos enfocaron la mirada en la ventana, pues oían una voz perturbadoramente familiar acercarse, canturreando desafinadamente algo inentendible. Al rato vieron a Nijan, trepando y entrando por la misma, cargando un gran bolsón de campamento en la espalda que era el doble de su tamaño.

Duo y Heero se miraron y enarcaron las cejas para luego enfocarse nuevamente en la chica, que se secaba el sudor de la frente jadeando.

- ¡Onii-san jo de puta!. - le espetó enfadada, contrastando enormemente con el apelativo cariñoso utilizado.

- ¿Qué no habías muerto de hipotermia?. - gruñó con aburrición Heero, astiado de la constante presencia de su hermanita indeseable en TODOS los piches aspectos de su puta vida.

- Nopo. Recordé que habría yaoi y cobré vida. - replicó, su rostro iluminándose mágicamente con un fulgor increíble.

Luego soltó el bolsón que cargaba pesadamente en el suelo y lo abrió en busca de algo.

- ¡Nijan!. ¡Qué bueno que viniste!. Tu hermano salvaje quiere obligarme a volver con él TwT - corrió Duito a abrazarla con ríos de lágrimas en los ojos y las mejillas sonrojadas.

Era la perfecta representación de la inocencia. Y como toda inocencia, Nijan debía corromperla.

+ Sonrisa inquietante +

Duo se aleja lentamente unos pasos al reconocer esa mueca que nunca traía nada bueno.

- ¡N-Nijan!. ¿Qué tramas?. Mira que no dejaré que me vuelvas a manosear...

Nijan ignoró su amenaza, acentuando aún mas su sonrisa perturbadora al sacar una cuerda del bolsón y tensarla con ambas manos en un gesto elocuente frente al trenzado.

- ¿Q-Qué harás con eso?. - tartamudeó el chico. Si Nijan y él eran una mala combinación, ni qué decir de Nijan y Heero. Por algo eran hermanos.

- ¡Ayudaré a que mi hermanito te viole, Duo-kun! n.n ¡Pero qué preguntas bobas haces!.

Un extraño brillo rieló en los ojos de Heero mientras veía a su mañosa hermanita dejar inconsciente a Duo sin mayores dificultades gracias a un líquido que traía en el bolsón.

- Je, je. El EQUIPO COMANDO PARA ULTRAJES nunca falla... - sonrió, alzando su bolsón, mirando a Heero con reproche. - No puedes realizar una violación de uke/seme sin premeditarlo cuidadosamente, manito... - le lanzó el bendito bolsón. - Ahora vé a reconciliarte a la fuerza con el trenzado a casa, que yo me voy a lo mío... - dijo la chica, encaminándose a la puerta con pasos ligeros y relajados

- Quatre viajó. - le avisó Heero, escuetamente, recordando vagamente las intenciones tan beatíficas de su onne-chan para con el pacifista.

- Pero oí que tiene quince hermanas muy parecidas a él...

De nuevo la sonrisa perturbadora.

Parpadeos desconcertados de parte del chico.

Suspiro resignado.

oOo

Duo abrió los ojos pesados, distinguiendo formas nebulosas a su alrededor. No recordaba cómo había terminado en ese estado, ni donde estaba, tan solo sentía la suavidad del colchón y las sábanas bajo su cuerpo.

Lentamente los objetos a su alrededor comenzaron a tomar forma. Fue entonces que reconoció su habitación. Estaba de nuevo en la casa de la playa. Seguramente Heero lo había traído. Un molesto dolor de cabeza le martillaba las sienes. En un intento por llevarse las manos a la zona afectada se percató que las tenía amarradas a la cabecera de la cama.

"Nijan de mierda y sus ideas tan brillantes... ¿Pero por qué rayos tenía que emplearlas en mi contra? TwT Ya me toca hacer de seme con Heero", pensó retorciéndose con molestia e irritación en un vago intento de liberarse.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al oír la profunda voz de Heero muy cerca suyo.

- No hagas eso si no quieres empeorar las cosas para tí. - giró la cabeza a un costado, aún con la mente dormida pudo distinguir a su novio, parado a su lado. - Tan solo estás exitándome más.

Duo reprimió una sonrisa ante la morbosidad de la situación. Cualquiera diría que era una escena salida de una de la películas de Nijan (No pregunten).

- Mmm... ¿Heero?. - el hablar se le hacía difícil, las palabras no le venían a la cabeza. - ¿Me sueltas?.

- No. - negó rotundamente el de ojos cobalto, subiéndose a la cama. Duo emitió un suave quejido de protesta al verse tan limitado.

- Por favor... - insistió con una vocesilla enternecedora.

- No molestes si no quieres que te viole ya mismo. - le advirtió en su típico tono inexpresivo. Pero sus ojos cargados de deseo contenido contradecían su voz opaca.

Duo pasó saliva con dificultad, comenzando a exitarse con todo aquello. Observó con recelo como Heero se incorporaba y se acercaba a sus labios tomándolos con rudeza en un beso demandante y violento que los dejó sin aire.

Cuando se separaron, Duo soltó un gemido de protesta clavando sus ojos en los de su opresor, que ardían con deseo a punto de explotar.

Heero se reincorpora y lo agarra del...

Transmición interrumpida...

/Insertar paisaje armonioso con música relajante de fondo censurando la siguiente escena debido a que el fic no tiene la clasificación necesaria para emitir tanta perversión junta, jojojo!. Los dejo con las ganas... (Reverenda ja de puta soy) /

oOo

Nijan llegó al amanecer, torpezándose treinta veces en los veinte metros que separaba la calle de la puerta de entrada. Como siempre, su cabeza era una gran página en blanco y sus neuronas se hallaban en estado catatónico, imposibilitándole llevar a cabo algún razonamiento. La limosina que las hermanas de Quatre insistieron en prestarle para que la llevara a su casa ahora se perdía en la esquina mientras ella hurgaba en sus bolsillos en busca de la llave para entrar.

Luego desprenderse de casi toda su ropa en el pórtico de la casa en su afán por encontrar la bendita llave, recordó que no la tenía.

¿Y ahora?.

Entrecierra los ojos.

Piensa...

Piensa...

Piensa...

Piensa...

Se rasca la mejilla.

Piensa...

Piensa...

Piensa...

Afortunadamente su problema fue resuelto "mágicamente" cuando vio abrirse la puerta principal de la casa, dejando salir a una mujer rubia, muy bonita y elegante que le resultaba remotamente familiar... Pero sus neuronas hacía huelga, así que no logró ubicar ese rostro con un nombre.

- Buenos días, Nijan. - le saludó la mujer, haciendo gala de su educación.

La mujer no esperó respuesta. Salió del terreno de la casa y se dirigió a un lujoso auto estacionado en la acera de enfrente para luego marcharse en él.

Nijan entró a la casa, sonriente ante la idea de poder dormir en su camita calentita en lugar de tener que hacerlo en el pórtico nuevamente. Malditas llaves. ¿Cómo era que todo se le perdía?. Malditas llaves, maldito vibrador...

- ¿No puedes siquiera llegar descentemente en días laborales?. - le reprochó la voz queda de su hermano, que la observaba entrar a la sala prácticamente a rastras.

Nijan contuvo una sonrisa de enferma mientras prácticamente a gatas trataba de alcanzar el sofá para así darle a su cuerpo el tan relajante sostén. Lo miró de reojo al sentirlo algo tenso...

- Tú sabes como es ésto... - replicó bromeando, dirigiéndole una sonrisa significativa antes de dejarse caer con todo su peso en el sofá. Guardó silencio unos instantes durante los cuales Heero hasta pensó que había dejado de respirar...

Cual fue su desilución al oír de nuevo la vos ronca.

- ¿Qué tal anoche con el trenzado y mi equipo para RAPE?. - trató de tantear el terreno para descubrir lo que le molestaba.

Por mas que su hermano había cambiado mucho al terminar la guerra, y podría decirse que hasta parecía un ser humano verdadero, conservaba algunos de sus hábitos herméticos que lo caracterizaron en esa época menos feliz.

Heero parpadeó varias veces ante la pregunta para luego tomar aciento a un costado de su hermana que yacía tendida boca abajo, con el rostro hundido en los almohadones. Una pseudo sonrisa cruzó su rostro (pseudo porque ya tiene los músculos faciales atrofiados). Olvidaba que hablaba con Nijan...

¿Cómo rayos es que son hermanos?.

- Alucinante. - fue la respuesta escueta de Heero, que tenía un brillo de perversión en los ojos al igual que su hermanita.

- Je, je. Imagino que no irás al trabajo hoy... Digo, estarás hecho pomada. - sonrisa ladina.

- Llamé para reportarme enfermo.

- ¡¡Jojojojo!. ¡Mi equipo es genial!. Satisfacción garantizada... - levantó el rostro para mirarlo intrigada, frunciendo el ceño. - Pero me extraña que estés en pie...

- Me levanté para ponerle hielo... - Nijan siguió la mirada de su hermano y comprendió a lo que se refería.

+ Sonrisa pervertida al 100 +

- ¡JOJOJOJO!. ¿Y qué dice Duito?.

- Se queja que le duele todo... Me vi forzado a darle un descanso cuando se desmayó -.-U

+ Sonrisa pervertida al 1000 +

+ Hemorragia nasal que tiñó el tapizado del sofá de un lindo color bordó +

- ¿¿¡¡Y POR QUÉ CARAJO TE DETUVISTE EN LA MEJOR PARTE? - bramó Nijan, con el rostro ardiendo y los ojos brillando, a punto de abalanzarse sobre su hermano para estrangularlo por DESAPROVECHADO.

- Es que el alma está dispuesta, pero la carne está magullada... - se justificó, sin siquiera poder cerrar las piernas.

- Te traería el hielo para calmar el fuego en tus pelotas... - soltó un exagerado bostezo, estirando los brazos y piernas. - ... pero no quiero...

- Ya, gracias. - replicó Heero, en el mismo tono neutro de siempre mientras se ponía de pie y caminaba cojeando a la cocina.

Nijan estaba por entregarse a un prolongado, reparador y profundo sueño de belleza, cuando recordó a la mujer rubia que vio salir de la casa.

- Heeeeroooo... - lo llamó con un cantito somnoliento, mientras luchaba por mantener los párpados abiertos, los cuales parecían pesar una tonelada.

- Hn

- ¿Quién era la mujer que ví salir?. Se me hace familiar.

Nijan pudo sentir como Heero se tensionaba aún más sin necesidad de tener que mirarlo. El denso silencio confirmó su sospecha. ¡BINGO!. Podía apostar que Heero estaba metido en un lío...

- Era Relena. - replicó finalmente, volviendo a la sala con una bolsa con hielo para ponerla sobre... ¡ejém, sobre su leal empleado.

Nijan se incorporó sobre un codo, apoyando la cabeza en la mano para observar largamente a su hermano. No había necesidad de hablar, se conocían perfectamente.

- No aceptó tu negativa. - confirmó la chica sin necesidad de tener que oír la historia de la boca de su hermano. Heero asintió quedo. - ¿Y qué te importa si acepta o no?. - la actitud de Heero le hacía pensar que había algo mas. Y no se equivocó.

- Me está extorcionando.

Ni él mismo podía creer que Relena le estuviese haciendo eso. No era digno de alguien de su envergadura. No era propio de ella.

- ¿Pero qué puede usar en tu contra, si eres PERFECTO en todo?. No tienes una sola mancha. - interrogó Nijan afectada.

Heero la miró profundamente con ojos indecifrables, aún para ella.

Silencio prolongado.

- Sí. - contestó. - Tú.

Continuará...

¿Como planea Relena usar a Nijan en contra de Heero?. La respuesta está en el siguiente y probablemente último capítulo!.