CAPÍTULO X

Eran las 08:00 cuando llamaron a casa de los Longbottom. Neville se acababa de ir a trabajar y Ginny estaba terminando de darle el desayuno al niño.

- ¡Va! ¡Un momento por favor! - gritó la pelirroja.

Cuando abrió la puerta se llevó una gran sorpresa.

- ¿Herms? ¿Qué haces aquí? - le preguntó muy sorprendida por la inesperada llegada de su amiga.

- ¿Y Draco? ¿Está bien? - dijo entrando muy angustiada - ¡Draco! ¡Cielo ven, soy mami!

- ¡Mami, mami, ya ''egaste'' - gritaba el niño mientras abrazaba fuertemente a su madre.

- Ay cariño como te he echado de menos - le dijo dándole un fuerte beso - Pero... ¿qué te pasa mi vida? ¿No estás contento de que mami haya venido?

- Sí mami, ''aro'' que ''toy'' contento - le contestó con la misma mirada de pena.

- Pues no lo parece, te noto triste.

- ''Esh'' que... - comenzó a contar el niño.

Ginny, antes de que el pequeño dijera nada a cerca del día que había pasado con su padre, intervino.

- ¿Pero qué haces aquí? ¿No estabas en Bulgaria con Viktor?

- Ginny, no sabes lo que descubrí - le dijo muy asustada - Viktor no es lo que parece.

- ¿Cómo? ¿A qué te refieres? - le preguntó su amiga desconcertada.

- Él no me quiere, es malo, es-es un mortífago - le dijo casi llorando.

- ¿Qué, pero eso no puede ser. ¿Cómo te enteraste?

- Cuando llegué a Sofía, fui a buscarlo a su casa, pero el portero me dijo que no estaba, que había ido al hospital. Pues bien, le pedí la dirección y fui a a donde me indicó. Cuando llegué allí, vi a Viktor y lo seguí para darle una sorpresa. Pero entonces, se puso a hablar con una enfermera, yo estaba muy desconcertada, no sabía qué hacer, así que me acerqué y oí la conversación - le explicó la castaña.

- ¿Y Viktor dijo que era un mortífago? - le preguntó muy asustada.

- Sí, y además... me enteré de que él fue uno de los culpables de la desaparición de Draco, tenían todo planeado... - le contó mientras su rostro se llenaba de lágrimas, mezcla de alegría y tristeza - También descubrí que... él no está muerto, ha estado inconsciente durante estos cuatro años y cuando despertó hace unos días esa enfermera avisó a Viktor. Por eso fue a Bulgaria iba, iba... a matarlo...

- Pe-pero ¿por qué? - consiguió decir Ginny.

- Por el niño.

- ¿El niño? ¿Qué tiene que ver él en todo esto?

- Verás, parece ser que el niño será el que por fin acabe con Voldemort y por eso quieren llevárselo, para criarlo como uno de ellos, como un mortífago.

- Pero eso es terrible ¿qué vamos a hacer?

- Tú llama a Harry y a Dumbledore, explicales lo que te conté. Yo... iré a buscar a Draco, estoy segura de que está en Londres.

Ginny no se decidía contarle la verdad a Hermione, sabía que si lo hacía seguramente se enfadaría mucho con ella por haber hecho lo que hizo, pero aún así, debía correr ese riesgo, de su decisión dependia la felicidad de su mejor amiga y de su ''sobrinito''.

- Hermione espera, tengo que decirte algo.

- Después Ginny, ahora no hay tiempo que perder.

- ¡No! es importante - le gritó la pelirroja dejando muy asombrada a su amiga por su reacción.

- Está bien, dime - le contestó Hermione.

- Ayer-estuvo-aquí-Draco - lo dijo tan rápido que no se le entendió nada.

- ¿Qué dijiste Ginny? - le preguntó desconcertada.

- Ayer vino Draco.

- ¿Cómo? ¿Lo dices en serio?¿Y dónde está? - dijo muy contenta pensando que ahora todo sería más fácil, que volvería a encontrarse con su gran amor.

- Bueno, estuvo aquí todo el día, conoció al niño y estuvo jugando con él... Se iba a ir esta mañana porque yo se lo pedí y...

- ¿Qué? ¿Por qué Ginny?

- Porque yo no sabía que Viktor era un mortífago y..., bueno temí por tí, pensé que si volvías con Draco podrías sufrir otra vez, yo te quiero mucho y no quiero que nada malo te pase. Además tú ibas a darle una oportunidad a Viktor. Y... por eso le pedí a Draco que se fuera, al principio no quiso, pero al final lo convencí, entendió que era lo mejor.

- Pero Ginny tú no tenías derecho a hacer eso. Yo lo amo... - le gritó muy enfadada.

- Lo siento Herms. Cuando nos levantamos esta mañana ya no estaba, supongo que se fue muy temprano, pero dejó esto - le dijo mientras le daba una carta.

- ¿Es de Draco? - preguntó mirando el sobre.

- Sí. Anda, leela.

-- CARTA --

Queridos Ginny y Neville:

Como ya os dije ayer, nunca tendré como agradeceros lo que habeis hecho por mí. Gracias a vosotros he podido vivir uno de los días más felices de mi vida, he podido estar con mi hijo, y eso nunca lo olvidaré. Ginny, no te sientas culpable por haberme pedido que me aleje de Herms, te entiendo, y aunque me duele en el alma renunciar a ella y a Draco, lo hago porque sé que es lo mejor para ellos, no quiero causarles más daño, bastante he hecho ya. Bueno prefiero cambiar de tema, como habreis podido observar hay otra carta para Draco, quiero que la guardeis y que se la deis cuando sea mayor y vaya a entrar en Hogwarts. En ella le explico por qué me he ido y le pido perdón. Por último, me gustaría que me hicieraís un favor, cuidad al niño y a Hermione, protegedlos y queredlos como yo no podré hacerlo. Mañana cogeré un traslador a España, seguramente me instale en Sevilla, así que ya sabeis, cualquier cosa que necesiteis no dudeis en buscarme. Me despido ya.

Atte. Draco Malfoy.

-- CARTA --

- Pe-pero entonces se ha ido - dijo Hermione con un hilo de voz cuando terminó de leer la carta. Su rostro comenzó a llenarse de lágrimas.

- Perdoname Herms, todo ha sido por mi culpa. Yo no debí decirle nada. Perdoname por favor - le suplicó la pelirroja.

- ¿Qué haré ahora Ginny? No puedo perderlo, otra vez no, no lo soportaría - decía mientras se dejaba caer al suelo llorando desconsoladamente.

- Algo podremos hacer, dejame que piense... - Después de unos minutos - ¡Ya sé! Mira, ve a la estación, compra un billete para España y ve a Sevilla a buscarlo, yo mientras llamaré a Harry y a los demás. No te preocupes por el niño, estará bien. Lo protegeré con mi vida si es necesario.

- Pero... Sevilla es una ciudad muy grande...

- ¿No decías que no podías perderlo otra vez? - le dijo con una dulce sonrisa - Él te ama con todo su corazón, lo sé, lo pude notar cuando estuve ayer con él, no te ha olvidado y tú a él tampoco. Mereceis ser felices... perdoname por no haberlo entendido antes, el miedo me cegó. Pero ahora lo comprendo todo y debes ir a buscarlo, no puedes perderlo Herms, debes encontrarlo, y no solo por tu felicidad sino también por la del niño.

- Sí, tienes razón. Gracias Ginny y no te preocupes, te perdono, sé que lo has hecho con la mejor intención. Cuida al niño por favor.

Hermione salió rápidamente de la casa de los Longbottom y se diriguió a la estación. Cuando llegó se acercó a la taquilla.

- Perdone ¿Me da un billete para el primer traslador a España? - le pidió a la mujer de la taquilla.

- Sí claro, aquí tiene, es un galeón.

- Tomé - Hermione le dió el dinero y cogió el billete.

- El traslador sale a las 10:00, del pasillo 14 - le comunicó la mujer.

- Muchas gracias.

- De nada.

Hermione se diriguió al pasillo que le había indicado la taquillera, pero cuando llegó, sus ojos no podían creer lo que veían. De espaldas, sentado en un banco a la entrada del pasillo, se encontraba un muchacho de pelo rubio al que reconoció enseguida. Se aproximó a él hasta quedar a su lado.

- ¿Draco? - dijo en un débil susurro.

El chico al oír su nombre se levantó casi de un saltó. Se giró para quedar frente a frente con Hermione. Ambos se miraron unos instantes, hasta que no pudieron soportalo más, y se abrazaron con todas sus fuerzas. Ninguno de los dos se lo podía creer, de nuevo estaban juntos, sus vidas comenzaban a tener sentido después de esos duros años en los que, por designios del cruel destino, había estado separados. Draco, apretaba a Hermione contra su pecho, como tratando de evitar que esta volviera a escapar de su lado, mientras, olía su característico aroma a vainilla que lo volvía loco. A su vez, Hermione volvía a sentirse segura, algo que solo podía lograr completamente estando con Draco. Sin poder contenerse empezó a llorar. El rubio, al sentir el llanto de la chica, se separó de ella con mucha delicadeza y la miró fijamente. Hermione bajo la mirada, se sentía como una tonta, pero no podía evitar llorar, la emoción era tan grande..., había soñado con ese momento tantas veces...

- Hermione, ¿por qué lloras? Acaso... ¿ya no me amas? - esto último lo dijo en un susurro, se le partía el alma solo de pensar que Hermione ya no lo amaba como antes, que había conseguido olvidarlo completamente con Krum.

- No, claro que no, ¿cómo puedes pensar eso? - le respondió mirando al suelo.

- Entonces ¿por qué lloras? - le preguntó tomando delicadamente la barbilla de la chica levantando su rostro para que esta lo mirara a los ojos.

- Lloro de alegría, no sabes cuantas veces he suñado con esto, con estar nuevamente entre tus brazos... Te amo Draco, nunca he dejado de amarte, es más, mi amor por tí en vez de disminuir ha ido aumentando durante estos cuatro años.

- Yo también te amo mi niña, más que a nada en el mundo - le respondió con una gran sonrisa mostrando su perfecta y blanca dentadura - Nunca más volveré a dejarte sola, estaré siempre junto a tí, no te abandonaré, ni a tí ni a Draco, te lo prometo.

Ambos se miraron fijamente unos instantes para después fundirse en un beso lleno de sentimientos. Al principio fue lento, suave, dulce... sus lenguas se reencontraron, acariciándose la una a la otra con amor y ternura, reconociéndose. Poco a poco, la intensidad del beso fue aumentando conforme la pasión y el deseo los embargaban. Sus lenguas, que antes se rozaban suavemente, ahora comenzaban una lucha por tomar el control. Permanecieron así varios minutos, en los cuales nada existía para ambos, solo estaban ellos dos, juntos de nuevo.

- Umm... Sabes a fresas - dijo Draco una vez se habían separado mientras se pasaba la lengua por los labios.

- Jajaja - rió la chica - cuanto he hechado de menos tus ocurrencias.

- ¿Solo eso? - le preguntó el rubio con una sonrisa llena de picardía.

- Claro que no, he hechado de menos todo, tu aroma, tu mirada, tus besos, tus caricias, tus abrazos, tus palabras de amor... todo.

- Es que Draco Malfoy siempre deja huella.

- Uff, eso también lo hechaba de menos, tu humildad - le dijo irónicamente con una gran sonrisa. Draco puso cara de enfado - jajaja

- Muy graciosa..., pero bueno, esta vez te perdono, aunque me tendrás que dar algo a cambio - le dijo levantando una ceja.

- ¿Y qué se supone que tengo que darte? - le preguntó acercándose sensualmente a él y rodeando el cuello del chico con sus brazos.

- Umm... - dijo agarrándola por la cintura con una expresión pensativa - ¿Qué tal con otro beso?

- Me parece una idea fantástica.

Y así se fundieron en otro beso más apasionado aún que el anterior. Después de un rato se separaron lentamente con una gran sonrisa en sus rostros. Se abrazaron nuevamente quedándose así. Todos los que pasaban se les quedaban mirando con dulzura, haciendo comentarios como: que bonito; el amor...

- ¡Oye! - dijo de repente Draco separándose de Hermione - No te he explicado lo que me pasó, pensarás que... te dejé a propósito ¿no?

- Nada que ver, lo sé todo - le respondió la chica acariciándole las mejillas para tranquilizarlo.

- ¿Cómo? - preguntó sorprendido.

- Verás yo... he estado saliendo con Viktor Krum este último año - sus cachetes comenzaron a teñirse de rosa.

- Eso lo sé, me lo contó Ginny - aclaró el rubio con tristeza.

- Yo no te había olvidado pero pensé que con Viktor lo conseguiría y volvería a ser feliz, aunque estaba segura que nunca lo sería tanto como cuando estaba contigo. Bueno, la cosa es que él tuvo que ir a Bulgaria, yo quería darle una sorpresa y fui sin que él lo supiera. Lo seguí hasta un hospital y allí me enteré de la verdad.

- ¿Pero qué tiene que ver Krum con mi desaparición? - preguntó desconcertado.

- Por lo que pude enterarme... él es un mortífago. Todo era un plan para separarnos y matarte, por eso viajó a Bulgaria.

- ¿Qué? ¿Pero qué mierda le pasa a ese tío? - gritó.

- Draco, Voldemort quiere...

- Dime ¿qué es lo que quiere esa asquerosa serpiente? - le preguntó furioso.

- A nuestro hijo.

- ¿Pero por qué? Es solo un niño, que le ha hecho para que quiera quitárnoslo.

- No es por lo que haya hecho, sino por lo que pueda hacer. Según creo, Draco es el que vencerá definitivamente a Voldemort, por eso lo quiere, para criarlo como su heredero, como un mortífago y que así nada de eso suceda - le explicó mientras algunas lágrimas salían de sus ojos. Solo de pensar que algo malo le podía pasar a su hijo se sentía morir - Yo no soportaría que algo le pasara, lo quiero tanto...

- Tranquila amor, no permitiré que nada le suceda, eso lo juro. Vamos, no debemos dejarlo solo.

- Está con Ginny.

- Aún así, después de lo que me has contado no me quedo tranquilo. Sabes, cuando me enteré ayer de que era padre me sentí... el hombre más feliz del mundo. Ese renacuajo se hace querer, solo he pasado un día con él y lo quiero con locura. No dejaré que lo aparten de nosotros, que le hagan daño...

- Lo sé, te amo Draco.

- Yo también a tí Hermione.

- ¿Vamos a buscar al niño? - le preguntó.

- Claro, vamos.

Abrazados y diciéndose palabras de amor al oído, salieron de la estación y se diriguieron a la casa de Ginny y Neville donde los esperaba un pequeñín muy revoltoso que traía loca a la pobre Ginny, que ya no sabía que hacer para entretenerlo.