Empieza la batalla entre Uchihas

Unos hilitos de luminosidad llegaron a una oscura guarida. Sasuke se despertó con molestia, al observar a la chica a su lado se sobresaltó, no recordaba lo magullada que había quedado. La contempló por unos instantes, apartando con delicadeza un par de mechones plateados que se caían sobre su rostro. Era tan hermosa… hasta para él que le gustaban los hombres le parecía bella. Sentía en su interior una gran pena para con la muchacha, por que la vida se ensañaba tanto con algunas personas, su vida no había sido ejemplar pero la de esta chica se le parecía algo, el mismo sufrimiento, la soledad.

La puerta se abrió de golpe, allí se encontraba un Kabuto con sonrisa pervertida, frotándose las manos y con su yukata medio abierto. Estaba desesperado por tocar a la chica, acariciarla, hundirse en ella, la deseaba tanto como para llevarle a la desesperación.

-Tsu-chan… me dejas que por fin hoy-,

-Ni lo sueñes-, la voz del Uchiha cortó con sequedad la indecente frase del peligris, aquel pervertido le estaba sacando de sus casillas, pero ante todo estaba su semblante serio.

-T-tu que haces aquí y menos en su cama?-, gritó el medic nin mirando perplejo como Sasuke se bajaba de ella crujiéndose el cuello. La sola idea de que hubieran pasado la noche juntos le estrujaba el pecho.

-Déjanos, no he dormido bien-, esta frase crispó más los nervios del visitante, afirmando para él su pensamiento, -si no tienes nada que contarme, largo-, exigió con frialdad mostrándole con una ojeada su preciado Sharingan, esperaba que con esa simple amenaza desistiera de intervenir.

Kabuto se mordió el labio enfurecido, si empezaba una disputa con él lo haría polvo en cuestión de segundos, su poder ahora era desbordante casi incluso se le podía comparar con el de su sensei. Aún así no podía dejar de odiarle, le tenía mas que envidia.

-Tengo una orden para vosotros dos, tu hermano se encuentra junto al lago, un poco al este del refugio. Orochimaru te da la oportunidad de que le enfrentes con la ayuda de Tsuya, así evitaréis que lleguen aquí y cerrará el trato que hizo contigo-, explicó con resentimiento, sin consiguiera vencer a Uchiha Itachi sería otro premio por el que sería elogiado, es decir otro paso por delante de él.

El Sharingan pareció brillar con intensidad, notaba como su chakra morado empezaba a resurgir a su alrededor, se levantó y sin importarle la presencia de Kabuto o que Tsuya empezara a abrir los ojos por tanta palabrería, se quitó el haorí que llevaba. Y así solo con unos pequeños bóxer salió del cuarto, el suyo quedaba justo en frente entró deslizando el armario, agarró un pantalón gris hasta las pantorrillas y una ceñida camiseta negra de mangas cortas, sobre esta una de red que le llegaba a las muñecas, se lo colocó todo y se calzó unas botas negras de hebilla.

Volvió a la habitación sin rozar ni prestar atención al peligris hasta llegar a la cama de la peliplateada, la agarró delicadamente del brazo y le ayudó a incorporarse, se dirigió a su armario siendo inspeccionado por la mirada del otro. Porque se comportaba tan inexpresivo, era como si no tuviera pensamientos, como si las acciones o gestos se simplificaran, o mas bien era que solo tenía algo en mente, encontrarse con su onisan.

-Ne-chan que te vas a poner?-, preguntó con tranquilidad.

La chica sentada en la cama gracias a su ayuda se hizo una trenza sobre el regazo mientras pensaba algo cómodo para la batalla. Cuando terminó le señaló una camiseta de tirantes atada a su costal derecho y una pequeña falda también sujeta al mismo lado. Sasuke asintió y se lo recogió hasta llevarlas a su lado, esta le sonrió agradecida, pues le dolía todo el cuerpo y seguro que no podría dar ni un paso. No le apetecía nada enfrentarse a alguien, por lo que pudo oír, tan poderoso, pero haría cualquier cosa por su otöto.

-Ne-chan vistote y descansa mientras lo preparo todo y tu…-, se dirigió hasta Kabuto agarrándolo por el cuello del yukata, -cúrala, que no le quede ni un rasguño y si me entero que la tocas, te mato, me oyes?-, en sus ojos de nuevo hizo aparición un aterrador brillo rojizo.

Se lo tenía prometido a sí mismo, nunca dejaría que nadie le hiciera de nuevo daño a aquella joven a la que tanto quería, la protegería con su misma vida, y si ese bastardo se atrevía a ponerle la mano encima lo mataría en un abrir y cerrar de ojos. Kabuto asintió tragando saliva dificultosamente, observando expectante como el Uchiha salía de nuevo dejándolos solos. Ahora dirigió su mirada a la chica que de una forma no provocadora pero sí sensual se fue deslizando la única prenda que envolvía su cuerpo, la misma que la suya pero de un tono gris casi blanquecino. Al contemplar el estado en que se encontraba dio varios pasos hacía atrás, la suave luz que entrama por la ventana iluminaba cada magulladura, cada marca rojiza, cada golpe en sí, mostrando su belleza a pesar de todas las contusiones. Alterado se acercó y empezó a curarla con su luz verde, estaba tan preocupado que se había olvidado del deseo que mantenía por ella, aún estando desnuda solo podía pensar en sanarla, en borrar cualquier signo de maltrato es aquella perlada piel.

Tsuya agradecida acarició con suavidad su mejilla y la besó, en el fondo admiraba el amor que sentía ese shinobi hacia ella, recordando las numerosas veces que le había propuesto escaparse juntos, alejarla de todo peligro, de cierto sannin.

-Arigato Kabuto-san-, pronunció regalándole una tierna sonrisa bañada en afecto.

Él la observó por unos momentos dándole a entender que lo hacía para demostrar ese sentimiento puro hacia su persona, pero siguió con su tarea de sanarla, recorriendo aquella pálida piel con sus hábiles manos.

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-Sakura-chan!-, gritó un feliz Naruto dando pequeños saltitos, a su lado pudo observar a Sai que se encontraba cruzado de brazos y con la vista perdida en la pelirosa, -hola a ti también-, dijo con menos ímpetu y con cara de asco, en el fondo no podía guardar resentimiento para con el moreno, pues sabía lo que era querer a alguien y que este te despreciara.

-Ya era hora Naruto-kun, llegas 75 minutos tarde-, riñó haciéndose la molesta, en el fondo había disfrutado ese tiempo a solas con el ambu.

El rubio se sonrojó y con una risita zorruna se rascó la nunca, detrás de él se encontraba el kage que dio unos pasos más para hacer aparición. Por unos momentos posó su mirada en aquel frío chico que seguía inspeccionando a la Haruno. Gaara ciñó el entrecejo algo extrañado pero decidió no darle importancia, además que una voz aclamaba su atención.

-Gaara-kun me estas escuchando?-, preguntaba Sakura pasando varias veces su mano frente a su cara.

-No, que decías?-, respondió mirándola con algo de indeferencia, la verdad que aquella chica ni la entendía ni tan poco pensaba poner empeño en ello.

La pelirosa inclinó su cabeza y alzó una ceja, era cosa de ella o el kage estaba preocupado por Sai?. Naruto también se dio cuenta y sin vergüenza alguna se agarró a su cuello, le daba bastante rabia que después de todo lo ocurrido todavía se preocupara por observarle. (celiños, narutin a eso se le llaman celiños XD)

-Hey! Gaa-chan haznos caso, te decíamos que ya nos vamos-, dijo con cara tierna y poniendo morritos, sacando una sana sonrisa al pelirrojo que con dulzura alborotó sus cabellos y le regaló un fugaz beso en los labios, rozándolos por unos instantes, pero lo suficiente para sentir su calor y aquel exquisito saborcillo.

Cuando se separaron el rubio lo observó embobado, no se creía que por fin se comportaran como una pareja normal. Los ojos agua marina le transmitían una calidez nunca vista, que le hacía estremecer, sin poderlo evitar le besó en la mejilla para agradecerle ese tremendo cambio en su carácter y todo por él, era como decir a gritos que lo amaba.

Sakura se acercó al otro chico para dejarles intimidad, este se sacudió un poco las ropas y observó que en el interior de su mochila estuviera todo en orden. Haruno se asomó un poco llamándole la atención un pequeño librito marrón. Algo curiosa y dejándose llevar por su instinto lo agarró sacándolo de la bolsa, estaba cegada solo podía pensar en el contenido de aquel diario.

-Que es esto?-, preguntó sin abrirlo, solo contemplando la funda de cuero que lo cubría.

-Es mi pasado-, pronunció con un deje de tristeza cerrando la mochila y colgándosela en la espalada, pero sin intención de arrebatarle aquel tesoro a la pelirosa.

-Tu pasado?-, el chico solo asintió.

-Nunca se lo he dejado a nadie pero…, si quieres te lo puedes quedar por unos días, así puede, que alguien llegue a entenderme-, finalizó apretando el paso.

-Si-, miró un momento aquel cuaderno y de nuevo a los otros dos chicos de marcharse, en realidad deseaba abrir esos recuerdos y sumirse en ellos, pero esperó, todavía no se merecía descubrir la vida de aquel joven, que tan profundo se había calado en su alma y sin apenas darse cuenta.

Estos dos avanzaban sin decirse nada, hasta que Gaara se decidió a preguntar algo que lo había confundido.

-Que es lo que le has entregado a Sakura?-, interrogó con sequedad comenzando ahora una veloz carrera entre salto y salto.

-No creo que te interese-, arrugó de nuevo el entrecejo molesto por la respuesta, -solo le he abierto mi corazón por si quiere entrar, ya que… otra persona acaba de salir-, esa fue la única explicación que necesitaba el pelirrojo para entender la situación.

-Me parece bien-, musitó algo mas aliviado.

Sin hablar más durante todo el camino corrieron veloces hacia su destino.

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Sasuke y Tsuya llevaban tiempo corriendo, el chico empezaba a impacientarse llenando de preguntas ansiosas a la peliplateada.

-Ne-chan, queda mucho?-, formuló por enésima vez.

-Te he dicho que un poco más-, de pronto se calló, había sentido un extraordinario chakra fluir en total libertad muy cerca de allí, abrió ampliamente los ojos y se agarró el pecho, -Sa-Sasuke-kun, no me digas que esa es la persona con la que tenemos que enfrentarnos?-, su dedo señalaba la dirección en la cual se encontraba un chico moreno con larga capa, la misma que poseía su acompañante, un hombre que parecía mas un pez que otra cosa.

El menor de los Uchiha asintió notando como la excitación de la batalla le hervía las venas, Itachi lo observó y al darse cuenta de sus ganas de combate sonrió largamente.

-Oh Sasuke-kun, no me había percatado de tu presencia-, los dos renegados al notar también el enorme chakra de la chica se sorprendieron, -y a traído ayuda… estupendo-, observó a Kisame y la señaló, -ya tienes rival…diviértete-, sonrisita maléfica.

Antes de que se pudieran dar cuenta el tío azul ya había saltado sobre Tsuya, arremetiendo con su espada aún vendada, la chica tuvo tiempo de reaccionar atrapándola con sus manos, quedando el arma entre medias sujetada por los dos.

-Veo que eres buena, espero que me entretengas más de 15 minutos-, soltó con chulería casi rozándole el rostro con su aliento, aumentando la presión de la espada contra ella.

-Espero que resistas mis atenciones más de 5 minutos-, sonrió esta, siempre la menospreciaban por su aspecto, pero era una mujer de armas tomar.

Tsuya le dio una patada en las rodillas haciéndole caer hacia atrás, rápidamente alzó los brazos al cielo y la tierra empezó a temblar. Los dos hermanos se miraron, el mas anonadado parecía Itachi, que notaba el poder de la joven crecer considerablemente y eso le ponía algo nervioso.

-Deja de observarla y ponme atención, ahora yo soy tu adversario-, tenía plena confianza en si mismo, su ni-chan solo lo miró.

De sus manos tres serpiente de cada una se desprendieron, mordiendo piernas y brazos del chico de pelo largo y dejándole clavado aún árbol acompañado de un pequeño gemidito de dolor.

-Je, has mejorado pero… no lo suficiente-, Itachi desapareció, apareciendo detrás de él, retorciéndole el brazo a su espalda, -de verdad que has estado entrenado? No me llegas ni a las suelas estúpido hermano pequeño-, provocó susurrándole al odio, lo único que consiguió fue una sonrisa segura por parte del menor.

-Tu sigues igual de escurridizo y molesto-, Sasuke agarró con brusquedad el brazo que le apresaba y con una fuera descomunal, lo lanzó por encima de su cabeza haciéndolo chocar contra una enorme roca, -no me subestimes onisan-, se tranquilizó relajando un poco el brazo retorcido y rotando la muñeca notando leves molestias.

Tsuya seguía recogiendo chakra, cuando tuvo suficiente lo enfocó al suelo haciéndolo levantarse y rodeando con grandes bloques de piedra a Kisame.

-Quédate ahí, te podría matar pero… no soy una asesina-, se sacudía las manos y sonrió satisfecha. Estaba harta de que la trataran como a una inútil, cuando a primera vista parecía ser más fuerte que ese medio pez.

Una risita algo molesta se pudo escuchar desde el interior de la jaula de piedra, el miembro de Akatsuki parecía divertirse con todo aquello. Apartó las vendas de su espada y de un golpe la celda empezó a desquebrajarse hasta caer echa pedazos.

-Si crees que me puedes retener con eso es que me subestimas-, sonrió arrogante corriendo hacia ella, su cara se veía bastante feroz.

La peliplateada con un juego de manos sacó un kunai para defenderse, pero la espada rompió el arma y estaba apunto de rasgarle el hombro cuando un escudo de arena lo impidió.

-Esa espada es un tanto peligrosa, no te parece?-, opinó un pelirrojo haciendo acto de presencia, a su lado un juguetón Sai mantenía su falsa sonrisa.

-Jeje, si eres el Kazekage, no deberías estar muerto después de que te quitáramos a Shukaku?-, dedució con una sonrisa de superioridad.

Los hermanos se volvieron hacia la escena, Sasuke al observar al kage sintió arder de ira, cada vez tenía mas ganas de explotar ese lugar y reventarlos a todos.

-Que mierda haces tu aquí, esta es mi batalla, prepárate porque el segundo en morir en mis manos serás tú!-, le gritó enfurecido pero a la vez emocionado por enfrentarse con las dos personas que mas odiaba

-Solo le acabo de salvar la vida a esta joven, no tengo intención de ayudarte ni de intervenir-, le informó posicionándose frente a Tsuya.

El portador del mangekyou aprovechó la distracción del menor para atacarle con su katana pero esta fue interceptada por dos shuriken que la lanzaron lejos de su objetivo, Itachi buscó de donde habían provenido aquellas estrellas.

-Pero que?-, se preguntó Sasuke, el mayor solo se maldecía por la interrupción.

-Gaara, si no quieres interferir te respeto, pero… como crees que se sentiría tu novio si se entera de que has dejado morir a su mejor amigo?-, explicó el ambu saltando y colocándose al lado del ojinegro.

-Su novio?-, fue lo único que pudo decir, ahora si que iba a arrancarle los diablos ojos aquel arenoso.

-Olvídalo-, observó a Gaara, -encárgate del cara sardina y yo ayudaré al traidor-, soltó sacando sus infinitas barras de colores. (traidor, jeje, el y su infinita sinceridad XD)

Itachi se sacudió la capa y agarró de nuevo su katana, la lamió con descaro para volverla en posición de batalla.

-Veo que os empezáis a amontonar, esto va a hacer divertido, no Kisame?-.

-Si-, contestó este.

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Lo primero decir que me he cambiado de nick, ya no soy fatima-san, sino Fati-chan87 va? Así que no os olvidéis de quién soy yo, jiji.

Si he tardado una eternidad y encima ha sido la mar de cortito, pero no me digáis que no esta interesante, lo siento no se me da bien las batallas pero no puedo evitar escribirlas, no se me gustan, jeje, gomen soy peor que una niña. Y también perdonadme porque haya salido poquito narutin, pero este capi lo tenía preparado para Sasuke, creo que en el próximo o el otro lo termino, después haré una secuela y ya, jeje además que estoy deseando empezar otro sasunaru que tengo pensado, pero antes tenía que terminar alguno y este es el único que le he visto un final algo claro.

Hoy no tengo tiempo para contestar reviews pero os nombraré.

Gracias a: kennich, Amazona Verde, Kiomi, ada-chan, Nekoi, Kasumi-chan, pajarito-chan, Lis, kasumita.

Besitos y hasta el proximo.