Disclaimer: Twilight le pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de Assilem33, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from Assilem33, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic
Epílogo 1: Bella Swan
Está bien, sí, él lo pidió, así que lo va a conseguir.
El restaurante está cubierto de luces navideñas, y aunque Harold se quejó y gimió por eso, está emocionado de que yo haga la gran pregunta.
Edward está de camino a recogerme para que podamos ir a casa de su mamá y papá para el Día de Acción de Gracias, pero primero, se va a cumplir su deseo. Voy a hacer la jugada de Mónica a lo grande.
—Está bien, querida, nos vamos a ir, pero buena suerte. —Henrietta besa mi mejilla y aprieta mi mano, emocionada.
—Espero que diga que sí —sugiere Harold, el gran idiota que es.
—¡Harold!
—Solo estoy bromeando con ella. El chico está loco por ella. —Harold me acaricia la cabeza, el mayor afecto que está dispuesto a darme, pero sé que me ama—. No llegues tarde. Ya tengo hambre y no quiero estar esperándolos a ustedes dos.
Pongo los ojos en blanco y también lo hace Henrietta antes de que se dirijan a la casa de los Cullen.
Camino por el restaurante y muevo mis pulgares, ensayando mi discurso en mi cabeza una y otra vez hasta que mi teléfono suena y me asusta como el infierno.
—¿Dónde estás? —pregunto tan pronto como el teléfono está en mi oreja.
—¿Dónde estás?
—¡Qué!
—Estoy en casa de mi mamá y mi papá y tú no estás aquí.
—¡Qué!
—Nena —se ríe—. Se suponía que íbamos a encontrarnos aquí.
—No. Te dije que me recogieras en el restaurante. Estaba comiendo mi hamburguesa tradicional antes de Acción de Gracias. Harold y Henrietta ya se fueron. ¡Ven por mí!
Está arruinando todo.
—¿Quieres que vuelva todo el camino a buscarte?
—¡Estás bromeando! ¡Sí!
Se ríe en mi oído, e incluso si sus risas me ponen caliente, estoy realmente cabreada.
—Voy en camino.
Le cuelgo. Está bien, es malo, pero me preparé para este día durante todo un año, y él simplemente va a arruinarlo. ¡No lo creo!
Suena el timbre de la puerta y grito:
—¡Estamos cerrados! —Sin molestarme en mirar quién es, lo cual no es inteligente porque, podría ser alguien que viene a robarme.
Unas manos frías cubren mis ojos por detrás, grito y empiezo a patear y luchar para sacar al intruso, pero cuando escucho la risa característica de Edward, hago una pausa y me doy la vuelta.
—¿Qué diablos, Edward? Me diste un susto de muerte.
Sigue riendo, y maldita sea, se ve bien. Lleva el mismo suéter de portada con el que lo conocí. Yo llevo la misma camisa menos la mancha de tarta, y es como si hubiéramos retrocedido en el tiempo a la primera vez que nos vimos. Bueno, sin que me atragante con la carne, gracias a Dios.
—Lo siento —se disculpa, observándome lentamente, como si mi vieja camiseta y mis vaqueros fueran algo por lo que emocionarse—. ¿Estás lista?
¿No ve las luces?
Hola, Señor Inteligente.
Su anillo está en mi bolsillo trasero, una banda realmente sexi si se me permite decirlo, y mi estómago está hecho un nudo. Quiero decir, no es como si él fuera a decir que no, ¿verdad? No me apostaría una proposición solo para rechazarme, ¿verdad?
Uh...
—Nena —me llama, envolviendo sus manos frías alrededor de mi cuello e inclinando mi cabeza hacia arriba—. ¿Estás bien?
¿Estoy bien?
No.
No estoy bien.
¿Me pongo de rodillas?
¿Y si cree que quiero darle una mamada rápida o algo así?
Me aclaro la garganta, miro al amor de mi maldita vida y lo hago.
Lentamente caigo de rodillas, mis ojos en su rostro todo el tiempo, y cuando me da una sonrisa lenta y sexi, empiezo a pensar que realmente tiene una idea equivocada, pero cuando se pone de rodillas frente a mí, mi sonrisa se extiende por mi rostro.
—¿Qué estás haciendo? —pregunto.
—¿Tú qué estás haciendo? —Él sonríe y toma mi mano, dándole un dulce beso.
—Estoy haciendo lo que se supone que debo hacer.
—Vamos, nena. —Vuelve a besarme la mano, el dedo. Ese dedo.
—Edward —respiro, mis ojos en los de él. Saco su anillo de mi bolsillo trasero y luego lo dejo caer, haciendo que Edward se ría. Todavía me agarra de la mano mientras busco por el suelo hasta que encuentro el anillo—. Joder, lo estoy arruinando —mascullo, enderezándome.
Edward me está mirando fijamente y eso hace que mi corazón se acelere. ¿Cómo sigo cuando él me mira así?
—Uhh...
Edward se acerca más sobre sus rodillas hasta que está justo frente a mí y coloca mi mano izquierda en su pecho y levanta su otra mano, sus dedos agarrando un hermoso anillo de mierda.
—Oh, Dios mío...
—Bella… —Sonríe, y me tapo la boca con una mano, sintiendo que se me humedecen los ojos—. Te amo…
—Robaste mi línea —le reclamo, con la garganta rasposa.
—¿Tú también amas a Bella?
Me echo a reír y Edward se ríe conmigo.
—¿Por qué tardan tanto? —grita Harold y golpea la ventana de vidrio.
¡Jodido, jodido Harold!
El primer epílogo, y para que no se confundan, esto sucede un año después del capítulo anterior, donde Bella está cumpliendo la apuesta que perdió ;)
